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domingo, 19 de mayo de 2024

CIUDAD Y CAMPO EN LA ANTIGUA ROMA

Ciudad y campo en el mundo romano

Para los romanos la Urbs era su mayor aspiración, pues en ella se llevaba a cabo la vida ciudadana, que era lo que definía el progreso el hombre, por ellos las ciudades del Imperio serán un reflejo, o al menos un intento de él, de la imagen de la propia Roma, aunque el aspecto físico o la fisonomía urbana pudiese ser diferente por la tradición anterior, se desarrollan los conceptos edificatorios que puedan albergar las funciones que Roma delega en estos centros.

Sin embargo, dentro del Imperio también se desarrollarán modelos de organización rurales que no plasmarán este modelo clásico de ciudad, pero que estarán perfectamente integrados dentro del Imperio.

De cualquier manera el binomio ciudad-campo sigue siendo inseparable, tal y como ocurría en Grecia, y no se puede entender el uno sin el otro, ya que ambos son espacios totalmente antropizados y que siguen unos intereses comunes.


LA CIUDAD ROMANA

La elección del emplazamiento y el ritual de fundación

La elección del lugar donde se iba a levantar un núcleo urbano es una acción que no se encomendaba al azar. La fundación de ciudades ex novo responde a dos tipos de imperativos a la hora de seleccionar el punto concreto de su ubicación.

  • Condicionantes estratégicos. La búsqueda de lugares naturalmente bien dotados para dar respuesta a las necesidades de control territorial y político que poseía el Estado es un hecho bien constatado en diferentes puntos del orbe romano. Aquisgrán se funda para vigilar las tribus salienas y Emerita Augusta (Mérida) permitía controlar la Lusitania.
  • Condicionantes económicos. Muchas ciudades se fundaron para servir los intereses económicos de Roma. Así numerosos núcleos surgirán en áreas de confluencia de rutas comerciales.

Las fuentes clásicas hablan de un ritual fundacional con motivo de la creación ex novo de una ciudad, de tradición etrusca. El primer paso era consultar a un augur como conseguir la aprobación de los dioses. El resultado afirmativo de los augurios daba paso a un ritual que se realizaba en las siguientes ceremonias:

  • Inauguratio. En el punto central del lugar elegido se abría una fosa circular y se introducían ofrendas y tierra del lugar de origen de los fundadores. Luego se delimitaba el perímetro de la ciudad, con un arado de bronce tirado por una yunta de bueyes blanco guidada por un sacerdote. El surco originario delimita el pomerium y coincide con el lugar de la muralla.
  • Limitatio. Un agrimensor ordenaba el plano de la ciudad emplazando el punto en el que iba a constituirse el centro del núcleo (umbilicus urbis o locus gromae). Este es el punto desde donde se trazan los ejes denominados decumanus maximus y kardo maximus. Así la ciudad quedaba dividida en cuatro regiones (siniestra, dextra, antica y postica). La muralla tenía cuatro puertas coincidentes con el encuentro con las calles mayores.
  • Orientatio. En la intersección entre el kardo maximus y el decumanus maximus se situaba el foro, en el que se disponían los edificios relacionados con la religión, la vida municipal y el ocio. A partir de los ejes mayores y paralelos a estos se trazan los kardines o decumanis, los espacios delimitados por sus intersecciones daban lugar a las insulae.
  • Consecratio. Una vez realizadas estas actuaciones el pontifex realizaba un sacrificio consagrado a la triada capitolina.


Fuentes para el estudio de la topografía de la Roma antigua

Las fuentes de información para el conocimiento de la topografía de la Roma antigua pueden sistematizarse en tres categorías esenciales:

  • Fuentes escritas. Varrón o Frontino nos transmiten información para la recomposición de la trama interna de Roma. También resultan útiles para la localización de construcciones y delimitación de las regiones augusteas los Catálogos Regionales de tiempos de Diocleciano, que contienen listados de monumentos existentes en cada una de las catorce regiones de Roma. Otra fuente son los itinerarios de peregrinos de los siglos VII y XII, aunque en algunos de ellos se incluyen descripciones fantásticas.
  • Fuentes figuradas. Pueden citarse las monedas, ciertos relieves arquitectónicos, las representaciones de algunos arcos conmemorativos, en monumentos funerarios o en los diseños de los mosaicos. Ejemplo de ello son los Plutei Traiani, parapetos con decoración en relieve hallados en la zona de los Rostra del Foro Romano, representan escenas de la vida de Trajano como la institutio alimentaria insertas en escenarios reales.
  • Fuentes epigráficas. El documento epigráfico más excepcional relativo a la antigua topografía de Roma es la Forma Urbis. Es una planta de Roma de proyección vertical a escala 1:240, elaborada en tiempos de Septimio Severo. 

Es el último resultado de una serie de planos catastrales realizados en diferentes momentos con fines urbanísticos y fiscales. En el plano figuraba cada calle, edificio o casa de la ciudad, recogidos con una habilidad cartográfica que no ha vuelto a ser lograda hasta la época moderna. Gracias a la Forma Urbis pueden conocerse algunos barrios de la Roma antigua para los que existe muy poca documentación arqueológica.

La Forma Urbis estuvo colocada en uno de los muros del Foro de la Paz, construido por Vespasiano tras la toma de Jerusalén, y sustituyó a la planta realizada por Vespasiano y Tito.

La recomposición de este gran puzle es uno de los grandes problemas aún no resueltos por la Arqueología Clásica. En la actualidad se siguen desarrollando estudios sobre este importante documento por los que se intenta su reconstrucción empleando tecnologías informáticas de última generación.

Roma como organismo urbano

A pesar del modelo que exporta a las provincias, Roma no tiene un plano regulador global, sino que es el producto de un crecimiento en muchas ocasiones desordenado, a lo largo de la Historia. Durante la República la ciudad ya da muestras de falta de espacio y cierto desorden, con calles estrechas, muchas veces sin pavimentar y casas de diferentes alturas y materiales, por lo que abundaban los derrumbamientos e incendios.

A partir de la victoria en la IIGP se inician las obras de reforma de la ciudad,especialmente en la zona del foro, donde destaca el Tabularium en el 78 a.C.,en la falda del Capitolio, cerrando esa parte del foro e inaugurando una ordenación de la fachada que marca los edificios públicos.

Primero César y después Augusto, construyeron sus propios foros. Este último se expandió hacia la zona del Campo de Marte, donde construyó el Ara Pacis, el Mausoleo y el Solarium Augusti.

Sus sucesores de la dª Julio-Claudia siguió esta política, centrándose en las orillas del Tíber, pero los materiales baratos y las formas de las casas privadas estuvieron detrás del gran incendio del 64 d.C. que estuvo activo 8 días,destruyendo 3 distritos enteros y afectando a otros 7 de los 14 que formaban Roma, pero permitió a Nerón iniciar un nuevo proceso planificado en estas zonas incluyendo la apropiación de algunos espacios para su Domus Aúrea.

Con la dª Flavia se inicia la construcción el anfiteatro Flavio,sobre parte de los restos de la residencia de Nerón, pero también otros espacios como el Foro de la Paz, Domiciano continuará su labor con el Forum Transitorium, dotando de unidad a los llamados foros imperiales. La obra definitiva para la unidad de las zonas oficiales será la construcción del Foro de Trajano, que unía el Capitolio y el Quirinal.

La zona derecha del Tíber fue el objeto de atención de Adriano, con su Mauseolo y el Puente Elio.

En las dinastías posteriores destacará la Forma Urbis de Septimio Severo o las Termas de Caracalla.

A pesar de algunas reformas en época Bajoimperial (Basílica de Majencio, columnas de las Decenales, etc.) la fisonomía dela ciudad no cambió demasiado y entró en una lenta decadencia que se prolongará a los largo de la Edad Media

Otras ciudades romanas a modo de ejemplo

  •  Pompeya

En este modelo se unen la tradición greco-etrusca con los conceptos romanos. Tiene su origen en el siglo VII a.C. y quedará sepultada por el Vesubio en el 79 d.C. Presentaba una estructura reticular, entorno a una supuesta fundación de los oscos y rodeada de un recinto defensivo que se fue rellenado de lotes de insulae regulares. El terremoto del 62 supuso un programa de reconstrucción inconcluso centrado en la termas y el anfiteatro y dejando de lado el foro y los templos.

  • Cosa

Fundado en la costa etrusca es un ejemplo muy antiguo de planta regular(273 a.C.), a pesar del trazado irregular de la muralla que se adapta a la topografía. Presenta un foro con pórticos en 3 lados y entrada monumental,colocado para controlar la zona portuaria y los templos en la zona suroeste.

  • Ostia

Fundada como colonia militar (380 a.C.) su trazado primitivo no presentaba foro, pero a partir de las reformas del 184 a.C., cuando se inicia su configuración plenamente urbana y que tendrá diversas reformas posteriores, como el uso del ladrillo y llegando a alcanzar los 40000 habitantes.

  • Timgad

Esta ciudad del Norte de África es una fundación de legionario veteranos, por lo que mantiene una estructura rígida castrense,que contrasta con el crecimiento extramuros sin conexión aparente con la parte interior..

EL PAISAJE RURAL EN EL MUNDO ROMANO

Dentro de la Arqueología del Paisaje conviven diferentes enfoques que dan prioridad a determinados elementos integrantes del mismo, como las modalidades de asentamientos y sus relaciones espaciales, el registro paleoambiental, etc. La línea de trabajo más globalizadora es la que propugna una visión sintética del paisaje, entendiendo éste como una síntesis de las relaciones sociales, económicas y ecológicas a través del tiempo.


  • La ordenación del espacio rural. Repartos de tierra y centuriaciones

El territorio que rodea una comunidad fue objeto de una ordenación y sistematización tan cuidada como la de la propia ciudad. El concepto jurídico que representa una colonia o un municipio contiene la dualidad encarnada por la ciudad, urbs, y sus tierras, ager, que en su conjunto forman el territorium.

Una vez establecidos los límites del territorio de un núcleo, se procedía a la división interna de las tierras coloniales o municipales mediante el sistema de centuriatio o limitatio, que se encuentra basado en el cruce ortogonal de líneas y la generación de ángulos rectos. Los encargados de realizar esta función en época imperial fueron los agrimensores. Actividad institucionalizada en tiempos de César, a los agrimensores se les exigía conocimientos de geometría, orientación, nivelación y cartografía y habían de poseer nociones de derecho.

La distribución de los campos seguía el mismo procedimiento que se aplicaba a la fundación de una ciudad ex novo. El territorio se dividía en cuatro partes a partir del cruce de dos ejes. El locus gromae o punto de intersección de estos ejes podía localizarse en el punto central del núcleo cuyo ager iba a ser parcelado, aunque fue más común que se emplazara en un punto no lejano pero fuera del poblamiento existente.

Desde el punto de vista estructural, el entramado básico del catastro se obtenía a partir del trazado de una red ortogonal mediante líneas paralelas a los ejes mayores, kardo maximus y decumanus maximus. El módulo más empleado fue la centuria, equivalente a un cuadrado de 20 actus de lado. Aunque antes de la centuriación existieron otros sistemas de división del suelo, como fueron las fórmulas de división per strigas y per scamna.

El catastro se convirtió en un instrumento administrativo de primer orden por cuanto supuso un ordenamiento jurídico de las tierras. También, desde el punto de vista físico ejerció una importante transformación del paisaje, mediante el trazado de caminos y la puesta en valor de importantes extensiones de tierra. El paisaje resultante era menos uniforme de lo que podría pensarse en un principio ya que algunas zonas quedaban sin asignar.

En principio, las categorías de las tierras y su estatuto jurídico serán diferentes en razón del tipo de comunidad de que se trate. Entre las modalidades están las tierras de uso agrícola complementadas por terrenos de bosque y pastos, que se solían adjudicar en calidad de propiedad privada a los beneficiarios del reparto y su tamaño era variable en función de la fertilidad de la tierra, rango del adjudicatario, cuantía de los lotes asignados o evolución de una concentración de poblamiento de época posterior. Estas tierras recibían el nombre de ager diuisus adsignatus.

Las trazas físicas de las centuriaciones son aún bien visibles en el entorno de numerosas ciudades de origen romano.

El poblamiento rural

La conjugación de los datos arqueológicos y la documentación literaria y epigráfica permite afirmar que en la zona occidental del Imperio, el poblamiento rural romano estaba caracterizado por la existencia de diversas fórmulas de ocupación de carácter tanto agrupado como disperso.

Podemos categorizar el poblamiento rural en dos grandes apartados: las “entidades colectivas de carácter agrupado” y las “entidades rurales individuales”


Entidades rurales colectivas de carácter agrupado

Son aquellas categorías que responden a lugares de habitación colectivos emplazados en el ámbito rural. Distinción inicial entre las denominadas “aglomeraciones secundarias” y las aldeas.

 Aglomeraciones secundarias

Los estudios que se están realizando han ido constatando la frecuencia de lo que la historiografía anglosajona denomina small town, la francesa agglomeration secondaire y en la española aglomeración secundaria. Esta denominación se viene aplicando para designar las categorías de hábitat colectivo permanente y agrupado de carácter secundario y no urbano. Se mencionan diversas tipologías ocupacionales que pueden inscribirse en el concepto de aglomeraciones secundarias.

  • Vici

El vicus es, después de la ciudad y la villa, la fórmula habitacional más frecuente en el mundo romano. Un vicus rural puede consistir en un conjunto agrupado de casas y edificios, localizado en el campo, sin que esto suponga que su función fuera exclusivamente agraria. Debieron reunir funciones como lugar de mercado, jurisdicción y un cierto acondicionamiento urbano en su ordenación. Serían una especie de protociudades dependientes de una capital pero con cierta autonomía local.

  • Fora

 Se distinguen una serie de características comunes que resultan de gran importancia a la hora de definir los fora:

  • Escaso número (40 personas)
  • Distribución centrada en Italia, menor en Galia Cisalpina y Narbonense y poca en Hispania, resto de las Galias y Cerdeña.
  • Nombres con apelativos personales y designaciones étnicas.
  • Una cronología relativamente antigua.
  • Su relación directa con el sistema viario.

De todo esto se deduce que son lugares fundados por voluntad política de Roma. Son semejantes a los vici fisícamente, pero en su génesis son totalmente diferentes. Son centros cívicos con funciones administrativas, políticas y comerciales en un territorio de ocupación dispersa.

  • Conciliabula 
Conciliabulum es un espacio concreto donde se celebra un concilium o asamblea cívica. En la modalidad de poblamiento se define como un centro cívico destinado a una población rural dispersa.

  •  Aldeas 

La aldea es un tipo de asentamiento que responde a la fórmula de un núcleo agrupado de pequeño tamaño, pobre y alejado de los ejes viarios. Su función es agropecuaria y suelen ser consideradas un residuo de los modelos de ocupación prerromanos.

Las entidades rurales individuales de carácter disperso

Hasta hace poco hablar de asentamientos romanos rurales de carácter individual y disperso implicaba casi exclusivamente centrarse en las villae. Sin embargo, las evidencias arqueológicas han mostrado una realidad más compleja en lo que atañe a las fórmulas habitacionales de carácter disperso en el ámbito rural.

  • Las villae

El significado del término villa se aplicó a dos formas distintas de establecimientos ubicados fuera de la ciudad. Así será una mansión señorial magníficamente dotada y orientada al ocio y placer del propietario, o bien, una construcción rural más modesta dedicada a la explotación agropecuaria. El matiz económico del establecimiento está presente en todas las referencias sobre las villae romanas, que tienen una gran importancia para entender el concepto de villa y se refiere siempre al fundus, que designa al territorio de explotación y a las construcciones. El fundus es un elemento inseparable de la villa y su esencia como organismo económico. La villa, por tanto, es un centro de producción, por lo que el estudio arqueológico del fundus es imprescindible para contextualizar el establecimiento en su dimensión económica, territorial e histórica.

Los precedentes de la villa romana son las residencias aristocráticas situadas en las afueras de las ciudades griegas de los siglos V y IV a.C. En el siglo III a.C. no varían sus características. Las zonas de habitación están agrupadas en torno a un patio central, en un espacio cuadrangular.

Para poder explicar la evolución de la villa en los siglos II y I a.C. hay que realizar una breve alusión a los factores que producen un cambio en la propiedad agraria, como la apertura de nuevos mercados en el Mediterráneo oriental, con un crecimiento económico de ciertas familias, con el consiguiente aumento de las dimensiones de los dominios agrícolas. Esto provoca la desaparición paulatina de los pequeños agricultores libres y la concentración de las tierras en manos de una nobleza absentista que delega en capataces.

En los últimos años de la República las grandes villae están totalmente equipadas y continúan su desarrollo hasta la época de los antoninos cuando comienza un progresivo abandono de este modelo. Ejemplo paradigmático de la evolución de la villae en época tardorrepublicana y altoimperial es Settenifestre

La época tardorromana constituye un periodo de florecimiento espectacular de las grandes propiedades rurales marcado por importantes cambios arquitectónicos y funcionales. Se supone que este fenómeno era un reflejo de una supuesta crisis urbana en el Occidente del Imperio, que habría desplazado el centro de gravedad desde la ciudad al campo, donde morarían los miembros de las antiguas aristocracias urbanas para eludir la presión fiscal. Aunque este proceso fue más complejo. Debe tenerse en cuenta la concentración de tierras que se produce desde el siglo II a.C., también, las transformaciones importantes que se registran en las esferas de poder político y económico, con una autonomía creciente de los domini, que será proporcional a la pérdida de poderes de la autoridad estatal. Tal estado de cosas encuentra reflejo en la construcción de grandes residencias rurales que conjugan el nuevo modelo económico con la construcción de una pars urbana provista de todo el aparato necesario para la manifestación del poder político del dominus. Ejemplo paradigmático de villa tardía es la Villa del Casale (Sicilia) con la adopción de una forma de vida inspirada en el ejemplo de la corte imperial.

  • Las entidades rurales menores

Durante bastante tiempo se ha considerado como única forma de poblamiento rural a la villa. No obstante la intensificación de los estudios sobre el territorio rural que se vienen realizando en Hispania está poniendo de manifiesto la existencia de una importante cantidad de entidades rurales diversas y diferentes a las tradicionalmente admitidas. Son unidades de pequeña entidad integradas por una única construcción aislada. Pueden ser simples casetas para las herramientas, aperos de trabajo, instalaciones productivas o lugares para el cobijo de los trabajadores agrícolas. También se identifican establecimientos que pueden hacer pensar en una explotación agropecuaria de dimensiones modestas, diferentes a las villas, quizá equiparables a las casae y tuguria de las fuentes.

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