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lunes, 28 de agosto de 2023
HACIA LA LUZ
domingo, 27 de agosto de 2023
MIRADAS
lunes, 21 de agosto de 2023
LA ROSA BLANCA DE STALINGRADO
Lidiya Vladimirovna Litvyak nació en Moscú el 18 de agosto de 1921, cuando la Unión Soviética todavía estaba gobernada por Lenin. No se sabe mucho de su vida antes de que se iniciara la segunda guerra mundial, solo se sabe que ella siempre estuvo fascinada con la aviación, de hecho se sabe que el vuelo del Rodina (Patria) en el que las famosas aviadoras Valentina Grizodubova, Polina Osipenko y Marina Raskova establecieron un récord de larga distancia fue lo que desencadenó en Lidyia una inspiración para convertirse en aviadora.
A los 14 años se matriculo en un aeroclub soviético, comenzando así su carrera, obtuvo su carnet de piloto deportiva dos años más tarde. Su ascenso fue exponencial, y a finales de la década de los años 30 ya se había convertido en instructora de vuelo de Kherson. Para cuando los alemanes invadieron la Unión Soviética en 1941, Lidiya había entrenado por lo menos a cuarenta y cinco pilotos.
Inicios como piloto de Caza
Cuando supo que Marina Raskova estaba reclutando pilotos para su regimiento de mujeres, Lidiya quiso alistarse de inmediato para combatir, pero fue rechazada por falta de experiencia, ya que no había cumplido las 100 horas de vuelo que se exigían como mínimo necesario para instar como piloto de caza, se rumora que sin pensárselo un momento, Lidiya falsificó su documentación y, con las 100 horas de vuelo “cumplidas”. Después de completar un riguroso entrenamiento en la base de Engels fue admitida en el 586º Regimiento de Cazas (IAP 586), una unidad exclusivamente femenina equipado con aviones Yakovlev Yak-1.
Estas son unas memorias en las que se habla de Lidiya por su paso en Engels:
“…Una vez, en Engels, hicieron salir a Lídiya de la formación matutina. Llevábamos el uniforme de invierno, y ella había cortado los bordes superiores de sus botas altas de piel a fin de hacerse un fular para su traje de vuelo. Marina Raskova, nuestra comandante, le preguntó cuándo había hecho eso. Lídiya contestó: “Durante la noche”. Lídiya quería vestir a su manera. Raskova le dijo que durante la noche siguiente, en vez de dormir, volviera a coser la piel en su sitio. Era muy extraño: había una guerra en marcha y esta rubia, esta chiquilla, estaba pensando en adornos para su traje. Me pregunté: ¿qué clase de piloto va a ser esta, si no le preocupa nada más que su fular y su aspecto?…”
Tras unos meses de entrenamiento, realizó sus primeros vuelos de combate en verano de 1942 sobre Sarátov. En septiembre de ese mismo año, fue asignada, junto a otras siete pilotos -entre las que se encontraba Katya Budanova, la única otra mujer en la historia que ha alcanzado el honor de ser considerada as de la aviación-, al IAP 437, un regimiento masculino que estaba en graves apuros en la batalla de Stalingrado. Tres días después, cuando realizaba su segunda misión, derribó sus dos primeros aviones: el primero, un bombardero Junkers Ju 88, fue abatido en colaboración con el comandante del regimiento, el mayor Danilov; pero, minutos más tarde, Lidiya realizaría una proeza que nadie esperaba: en solitario, derribó un caza Messerschmitt Bf 109 que, para su deleite, estaba pilotado por un as de la aviación alemana: el sargento Erwin Maier, con 11 victorias a su cuenta y tres veces condecorado con la Cruz de Hierro.
Tras saltar en paracaídas, Maier fue capturado por los soviéticos y, cuando pidió ver al piloto que le había derribado, pensó que los rusos le estaban gastando una broma desagradable. No fue hasta que Lidiya le describió paso a paso la lucha que habían mantenido, que Maier tuvo que reconocer con amargura que había sido derribado por una mujer.
Sólo tres días, Lidiya Litvyak se había convertido en la primera mujer de la historia militar que derribaba un avión enemigo, la joven piloto no dejaba de impresionar a sus compañeros masculinos por su habilidad en el combate y capacidad individual, además era muy famosa incluso entre los alemanes, la muchacha de 21 años hacía huir a los pilotos alemanes en cuanto distinguían aquella flor mortífera pintada en su fuselaje razón por la cual la bautizaron “La Rosa Blanca de Stalingrado”.
Su carrera brillante por el cielo
“…Cuando Lídiya se aproximaba al aeródromo después de una victoria, era imposible verla: llegaba volando a muy baja altitud y se ponía a hacer acrobacias de repente sobre el campo de aviación. El comandante del regimiento bramaba: “¡La voy a destrozar por esto! ¡Le voy a dar una lección!” Después de aterrizar y corretear hasta nuestra posición, Lídiya preguntaba: “¿Me ha gritado mucho papá?” Y él le gritaba, pero después se admiraba de lo que había hecho. En estas ocasiones volaba tan bajo que las cubiertas de los aviones se sacudían y se las llevaba el viento que Lídiya producía al pasar…”
Con la seguridad que dan las estrellas de mando se permitió alguna de las veleidades propias de los ases y su mecánica Pasportnikova le pintó dos lirios blancos en el fuselaje y pegó una postal con rosas amarillas en el panel de instrumentos.
A finales de año, Lidiya fue trasladada a una unidad de élite, el 9º Regimiento de Cazas de la Guardia; allí permaneció poco tiempo, luego fue trasladada, junto a Katya Budanova, como siempre, a la IAP 296 y luego reagrupada en el 73º Regimiento de Combate. Apenas nueve días después de la victoria final en Stalingrado, Lidiya derribó dos aviones más: un Junkers Ju 87 Stuka, en solitario, y un Focke-Wulf Fw 190, junto a Alexei Solomatin.
Doce días después, el 23 de febrero, Lidiya fue condecorada con la Orden de la Estrella Roja y ascendida al rango de subteniente y como consecuencia, entró en un grupo táctico de élite conocido como okhotniki o “cazadores por libre”, que permitía a pilotos excepcionales realizar misiones a iniciativa propia. Un mes más tarde fue herida por primera vez, viéndose obligada a realizar un aterrizaje de emergencia y siendo hospitalizada durante un mes y medio. A su regreso al frente, el 5 de mayo, derribaría dos cazas Me109 más.
Sin embargo, un duro golpe aguardaba a la joven: el 21 de mayo, mientras entrenaba a un piloto novato, el capitán Alexei Solomatin se estrello frente a todo el regimiento. Lidiya quedó destrozada por la muerte del que había sido su gran amor y decidió volcar toda su furia y desesperación en misiones de combate. Convirtiéndose en ese momento, en el único motor de su vida volcarse en la tarea de derribar un enemigo tras otro, sin importarle el riesgo, con una aptitud temeraria sin límites Lidiya se presentó voluntaria para derribar un globo de observación artillera alemán que ya había resistido a varios de sus compañeros con un potente fuego antiaéreo. En un primer intento, también Lidiya tuvo que desistir, ya que las barreras eran prácticamente infranqueables; sin embargo, pronto trazó un plan diferente: atacar el globo desde atrás, trazando un amplio círculo por encima de las líneas enemigas y atravesándolas por un punto ciego de la defensa alemana. Después, se acercó al globo desde la dirección del sol, con lo que pudo sorprender a los alemanes, que no esperaban que nadie se acercase desde ese punto.
“…Tras elevarse, Lídiya no voló hacia la línea del frente, sino paralela a la misma, hacia el área donde los alemanes no tenían ni tropas ni artillería. Por allí atravesó la línea del frente sin que la vieran, para volar hacia su retaguardia, escogiendo la hora del día en que podría acercarse al globo desde la dirección del sol. Nadie se esperaba que Lídiya apareciese por ese lado. Abrió fuego con munición trazadora, el hidrógeno del dirigible se incendió y cayó a tierra…”
El 13 de junio de 1943, Lidiya fue ascendida a comandante del 3er escuadrón del regimiento, aunque sería herida de nuevo, esta vez de poca gravedad, el 16 de julio. Ese mismo día, había derribado un Messerschmitt que, según algunos, llevaba pintado en el fuselaje un as de picas, símbolo de que era pilotado por algún as de la Luftwaffe. El 19 de julio, estaba volando de nuevo, y para finales de mes había derribado tres Messerschmitt más.
El 1 de agosto de 1943, Lidiya y su escuadrón se encontraban en el frente de la batalla de Kursk. Aquel día, la joven piloto había salido ya en tres ocasiones, pero decidió realizar una cuarta salida escoltando un grupo de Ilyushin Il-2 Sturmovik; cuando de pronto aparecieron varios Messerschmitt que les atacaron por sorpresa y el avión de Lidiya fue alcanzado por fuego alemán. Sus compañeros la vieron caer envuelta en humo pero, cuando descendieron para tratar de encontrarla, no encontraron paracaídas, ni fuego, ni restos del avión. Sin embargo, Lidiya nunca regresó.
Como no se pudo recuperar su cadáver, las autoridades soviéticas sospecharon que podía haber caído prisionera y de acuerdo a las draconianas directivas de Stalin fue considerada como presunta prisionera y por ende traidora, lo que bloqueaba su reconocimiento como Heroína de la Unión Soviética. Aunque, naturalmente, mantuvo su Orden de la Bandera Roja, la Orden de la Estrella Roja y su doble Orden de la Guerra Patriótica.
Pero la mecánica de Lidiya, Inna Pastportnikova, no quiso que la memoria de la piloto fuese manchada por la sospecha de la traición, y se embarcó en una larga búsqueda de los restos de la joven que le llevaría 36 años. Acompañada por familiares y amigos de Lidiya, Inna peinó la zona donde ésta había sido derribada, hallando restos de casi un centenar de derribos de aviones, pero ninguna pista de la piloto. Finalmente, en 1979 les llegó la noticia de que el cadáver de una aviadora había sido enterrado en una fosa común en la localidad de Dmitrievka (actual Ucrania), diez años atrás, tras ser encontrada junto a los restos de su avión por unos niños. Los restos fueron exhumados y analizados por una comisión forense, que determinó que, efectivamente, aquella era Lidiya Litviak, y que había muerto debido a una herida.
El círculo no se cerraría hasta once años más tarde, el 6 de mayo de 1990. Un año y medio antes de la disolución definitiva de la Unión Soviética, su presidente, Mikhail Gorbachov, concedió finalmente a Lidiya el estatus de Héroe de la Unión Soviética; al mismo tiempo, fue nombrada teniente a título póstumo y se le dedicó una calle en Moscú y un monumento en Krasnyi Luch (sudeste de Ucrania), además de un museo en la capital rusa. Su nombre aparece en el Libro Guinness de los Récords como la mujer con más derribos conseguidos en la historia de la aviación: 12 en solitario, más el derribo del globo de reconocimiento, además de cuatro derribos más compartidos con otros compañeros.
✊ Rango: Teniente Primera
✊ Años de servicio: 1942 – 1943
✊ Apodo: La Rosa Blanca de Stalingrado
✊ Lealtad: Unión Soviética
✊ Servicio/rama: Fuerza Aérea Soviética (SVG)
✊ Unidad: 586 IAP, 437 IAP, 9 GvIAP, 73 GvIAP
✊ Condecoraciones: Orden de la Bandera Roja, Orden de la Estrella Roja, Doble Orden de la Guerra Patriótica, Heroína de la Unión Soviética
✊ Mandos: Comandante: 3er escuadrón, 73ª IAP de la Guardia
Participación: Batalla de Stalingrado, Batalla de Kursk
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| La Rosa Blanca de Stalingrado |
viernes, 18 de agosto de 2023
Aníbal Malaparte: "No existe tal cosa como una poesía neutral, se es parte de la solución o se es parte del problema"
- ¿Quién es Aníbal Malaparte?
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| Aníbal Malaparte |
- ¿Cómo llegaste a este mundo adictivo y visceral de la poesía? ¿Quién te dio el gusto por la literatura?
- ¿Cuáles son los modelos o cuáles fueron los modelos de poetas que te dieron ganas de escribir poesía?
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| https://twitter.com/HamletConfuso |
- ¿Cuáles son los temas más relevantes para un poeta?
- El entorno siempre marca al escritor ¿Cómo y en qué medida influyó la situación de tu ciudad y tu país en tu obra?
- Celaya maldecía la poesía neutral ¿el poeta debe tomar partido y mojarse?
- Otro poeta, Lorca, decía que la poesía era revolucionaria ¿un poeta debe ser revolucionario?
- El escritor del prólogo de Delirios nihilistas dice que la poesía acompaña al guerrillero, ¿tú qué dices al respecto? ¿la poesía es para revolucionarios?
- La poesía es comunicación ¿Qué buscas comunicar?
- Cuando los medios no hablan los muros suelen romper esa censura ¿la poesía es necesaria en esa labor?
- ¿Un verso puede ser más efectivo que una noticia?
- Las redes sociales se han convertido en una ventana en un mundo más global e interconectado ¿te han ayudado en tu labor poética? ¿Qué reacción ha tenido tu poesía en los lectores?
- ¿Hay poemas o poemarios que no quisiste, o no pudiste, publicar, y que permanecen inéditos?
- ¿Sigue siendo necesaria la poesía en este mundo?
- Para terminar ¿Qué le puedes recomendar a tus lectores que quieran iniciarse en la escritura?
sábado, 12 de agosto de 2023
LOS NIÑOS DEL DONBASS
DESDE MI VENTANA
martes, 8 de agosto de 2023
EL BOSQUE PERDIDO
domingo, 6 de agosto de 2023
SPANIENKÄMPFER: BRIGADISTAS ALEMANES CONTRA EL FASCISMO EN LA GUERRA CIVIL
Muchas veces los pueblos son distintos a sus gobernantes y sobrepasan con creces sus ideales y solidaridad desbordando las fronteras. Empatía, solidaridad, internacionalismo, resistencia... son muchas las palabras que definen el papel de las brigadas Internacionales que vinieron a combatir el fascismo en España frente al silencio cómplice de la comunidad internacional. No solo de potencias democráticas como Estados Unidos, Francia o Reino Unido; sino también de regiones que en ese momento sufrían en sus carnes la bota del fascismo, como Italia o Alemania.
El triunfo del Frente Popular en febrero de 1936 asustó a la Alemania de Hitler y a los grandes financieros que ya desde comienzos del siglo XX, poseían en España parte considerable de la extracción de cinc, cobre, plata y mercurio e intentaban cercar Francia y poner en peligro las vías marítimas de los británicos. pero, sobre todo, temían el crecimiento de las fuerzas antifascistas en otros países europeos y su propio territorio.
Franco escribió el 23 de julio de 1936 al canciller alemán Adolf Hitler. Así, menos de una semana después del sublevamiento militar contra el gobierno de la República, Franco, estacionado y bloqueado con sus tropas en el Marruecos español , se dirigió directamente al canciller nazi para pedirle una ayuda logística y militar. Hitler recibió la carta por mediación de un hombre de negocios adicto al régimen nazi, Johannes Bernhardt, que trabajaba en el Marruecos español. Bernhardt se la entregó en manos propias durante la noche del 25 al 26 de julio del 36, en Bayreuth, donde Hitler acababa de asistir a una representación de la ópera wagneriana, Siegfried. El Führer decidió conceder a Franco una ayuda decisiva de 20 aviones de transporte Junkers-52 y de 6 aviones de combate Heinkel-51, además de varios suministros militares ; ayuda que representaba casi el doble de lo que había pedido Franco en su carta.
Sin embargo, como reza el primer párrafo, la Alemania popular estuvo al lado de la España republicana desde los primeros días de la sublevación. Bajo la dirección del DKP (Partido Comunista Alemán), pese a estar perseguido y en la clandestinidad, se mostraba su apoyo a la causa republicana "Expresamos nuestra admiración por la valentía de los luchadores por una España libre y feliz, contra la barbarie fascista" Telegrama del CC del DKP al gobierno español.
Hubo 2800 personas alemanas que lucharon con las Brigadas Internacionales. Este fue el número más grande de voluntarios internacionales en la Guerra Civil española (McLellan 287). Muchos de ellos fueron exiliados de Alemania nazi con un número significativo de judíos. Por esta razón, casi todos los soldados no estaban organizándose para luchar por su propio país - Alemania (McLellan 288).
Estos voluntarios tenían el problema de una barrera lingüística y por eso, el entendimiento de la política republicana era limitado. Mejor dicho, muchos de los soldados fueron motivados por la situación en Alemania más que la de España (McLellan 289). Ellos habían sentido la pérdida de poder en Alemania y ahora tenían la oportunidad de luchar este enemigo cara a cara (McLellan 292). La motivación más grande para su participación fue la derrota del fascismo como una ideología mundial. Creían que la caída de Madrid significaría la de Berlín (McLellan 291).
También, 70 por ciento de los brigadistas alemanes eran comunistas o simpáticos al partido (McLellan 292). Las Brigadas Internacionales les ofrecieron el reforzamiento de su ideología política (McLellan 293). Aparte de reforzar este aspecto de esta identidad, por lo general, recordaron las primeras semanas de guerra como una experiencia positiva más bien que un choque (McLellan 294). Desafortunadamente, este grupo de las Brigadas Internacionales sufrió un gran número de muertes (McLellan 299).
El Batallón Thälmann
El 7 de agosto de 1936 por iniciativa del KPD y el PSUC se inició en Barcelona la formación de la Centuria Thälmann. El Batallón Thälmann fue un batallón de las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil Española. Aproximadamente 1500 personas, principalmente alemanes, austriacos, suizos y escandinavos. Lleva el nombre del líder comunista alemán encarcelado Ernst Thälmann, que fue ejecutado el 18 de agosto de 1944 e incluía aproximadamente a 1500 personas, principalmente alemanes, austriacos, suizos y escandinavos. El batallón luchó en la defensa de Madrid. Entre los comandantes del batallón se encontraban el escritor, historiador y oficial alemán de la Primera Guerra Mundial Ludwig Renn y el oficial prusiano de la Primera Guerra Mundial Hans Kahle, más tarde ascendido para dirigir la 45.ª división republicana durante un tiempo.
Además de militantes comunistas y gente sin partido, había también un pequeño grupo de socialdemócratas que se incorporaron sin vacilar a la lucha en defensa de la República Española. los voluntarios pertenecían a todos los sectores de la población, desde obreros hasta intelectuales.
Ernest Hemingway, el escritor estadounidense, los describió de la siguiente manera:
"Casi todos habían recibido entrenamiento militar o habían luchado en la guerra. Todos eran antinazis. La mayoría eran comunistas y marcharon como la Reichswehr. También cantaron canciones que te romperían el corazón y el último de ellos murió en la Muela de Teruel, que era puesto que vendían tan caro como se vendía cualquier puesto en cualquier guerra".
Hasta diciembre de 1936, el batallón contó con un importante contingente británico, incluido el sobrino de Winston Churchill, Esmond Romilly, sin embargo, muchos de ellos murieron luchando para defender Madrid en los primeros meses de la guerra.
Ernest Hemingway fue más allá en su admiración, llamándolos representantes de la "verdadera Alemania" y comparándolos desfavorablemente con los alemanes que luchaban al otro lado en la Legión Cóndor. El respeto con el que se concedió a los alemanes, por parte de los demás en las Brigadas Internacionales, así como por parte de la población republicana, también les levantó el ánimo. Muchos de ellos habían sido despojados de su nacionalidad por los nazis y habían pasado años en la clandestinidad o en el exilio, y la guerra les dio la oportunidad de recuperar una identidad antifascista, su visión de una Alemania mejor. Para muchos también fue una época de reafirmación comunista o de iluminación política.
Madrid
Participó en las batallas más importantes de la guerra, teniendo sus intervenciones más famosas en la Ciudad Universitaria de Madrid y en Guadalajara (1937). El 15 de noviembre de 1936 la XII Brigada se había compuesto el 1 de noviembre de ese mismo año, y estaba compuesto por alemanes (batallón Thaelmann), italianos (batallón Garibaldi) y franceses y belgas (batallón André Marty) frenaron a los fascistas en la ciudad universitaria, en las áreas de la Facultad de Filosofía y en el hospital universitario, en pleno asedio de Madrid.
El día 15, la ofensiva se vio frenada por la niebla; ello produjo la ralentización de los combates. Los franquistas se acercaron a las primeras casas de Boadilla, sin lograr penetrar en el caserío. El pueblo estaba defendido por varios batallones españoles a los que se sumó el batallón Comuna de París, que situó su 2ª Compañía en el Palacio del Infante Don Luis y a una sección inglesa de ametralladoras en la torre de la iglesia. Los otros batallones de la XI BI se posicionaron al norte (Edgar André) y noreste (Thälmann) de Boadilla.
Junto al Comuna de París, situado al noroeste de Boadilla, también lucharon los batallones Edgar André (norte) y Thälmann (nordeste), unidos con otros batallones españoles. Hay pocas narraciones de la dura lucha que se produjo el día 19 y siguientes.
Pero el relato más dramático lo proporciona el sobrino de Churchill, el joven Esmond Romilly (18 años), perteneciente a la sección británica del batallón Thälmann. Su libro Boadilla describe, con todo lujo de detalles, las circunstancias, actuaciones y vivencias de aquellos voluntarios que rozaron el heroísmo. Él formaba parte de un grupo destacado de asalto al que se le asignó la tarea de contener el furioso avance de los tanques y los soldados que los acompañaban mientras el resto de las tropas retrasaban en orden sus líneas para poder ocupar mejores posiciones. Lo lograron, pero a un coste muy alto, casi suicida. Aquí su relato:
“Fue un ataque terrible. Manteníamos nuestras posiciones, estábamos bien atrincherados, sabíamos dónde estaban nuestras líneas. También sabíamos que estábamos en la cresta de un promontorio y el enemigo en otro, conocíamos el principal motivo del ataque fascista: cortar la carretera de El Escorial y rodear Madrid por el norte. Por lo tanto debería haber sido sencillo, algo de lo que se pudiera dar una dramática descripción literaria: cómo logramos resistir los proyectiles y las granadas de mano, cómo pusimos a punto nuestras bayonetas mientras atacaban nuestras líneas, cómo nos retiramos y disputamos el territorio, centímetro a centímetro, palmo a palmo… Pero ese tipo de cosas, sólo suceden con esa sencillez en la ficción y en el periodismo.
… Durante la retirada, según calculamos más tarde, éramos unos cuarenta alemanes y españoles, todos mezclados. Disparábamos sin descanso. Yo imitaba a los demás y disparaba en la misma dirección que ellos hasta que el cañón se puso al rojo vivo. Cada pocos minutos se repetían las ráfagas mortales de fuego cruzado. Pero en aquel momento estábamos en un bosque y había una mayor espesura, así que nos íbamos retirando ocultándonos detrás de los troncos más gruesos. Hay imágenes que conservo aún en mi cabeza de forma muy nítida: el sol, que cada vez calentaba más, el modo en que tropezábamos con los cinturones, los abrigos y la munición que otros habían abandonado en la retirada y la ausencia de todo sentimiento cuando alguien caía. Sólo contaba la urgencia por dirigirse rápidamente al árbol siguiente… Los bosques y las laderas quedaron cubiertos de cadáveres, fusiles, y pertrechos varios”.
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| tres voluntarios alemanes que rindieron homenaje a comienzos de diciembre a cuatro camaradas caídos en los combates de la Ciudad Universitaria, caerían días después en la batalla de Boadilla. |
La XI BI, tras su fracaso del día 29 frente a Villanueva de la Cañada, se encuentra desplegada entre Villanueva del Pardillo y Majadahonda, donde intentará cerrar la brecha abierta por el enemigo. Posiblemente, esta brigada sea una de las unidades republicanas que mejor se comportaron durante aquella jornada, pero finalmente retrocede ante el fuerte avance de las unidades blindadas. La presión crece sobre Majadahonda, que es atacada por tres lados diferentes. El batallón Edgar André es prácticamente copado por el enemigo, logrando escapar del cerco, in extremis, gracias al sacrificio de un grupo de ametralladoras formado por 12 alemanes y 3 ingleses, que fallecerán al resistir hasta el final mientras cubren la retirada de sus compañeros.
Por su parte, el Thaelmann ocupa posiciones al sur de Majadahonda, enlazando por la derecha con lo que queda de la 35 BM. A lo largo de aquel día se rompe el contacto entre las diferentes unidades republicanas. El Thaelmann (401 hombres entre alemanes, austriacos, franceses y españoles) es rodeado, pero aguanta todo el día hasta que consigue replegarse en dirección Galapagar. Cruzan el río Guadarrama en orden y sin perder material, logrando alcanzar la retaguardia republicana. Tras 24 horas de descanso, se reincorporarán nuevamente al combate, sufriendo un terrible y definitivo castigo del que hablaremos un poco más abajo. Finalmente, el día 3 de enero Majadahonda cae en poder de las tropas de Franco.
El batallón Thälmann, con el batallón Garibaldi y otras brigadas españolas, llegó a su posición de partida en San Martín de la Vega. El 13 de noviembre de 1937 a las 10:15 horas, la XII Brigada Internacional, pero sin el Batallón André Marty, a la localidad de Perales del Río. Tras ocupar Perales del Río y asegurar el pueblo, el Batallón Thälmann avanzó con el Batallón Garibaldi a las 14:30 horas hacia el monasterio del Cerro de los Ángeles. El batallón Thälmann logró ocupar posiciones en los muros del monasterio. Debido a que el batallón Thälmann carecía de explosivos, el batallón permaneció en posiciones frente a los muros del monasterio hasta la noche. Tras el fallido ataque al monasterio el 13 de noviembre de 1937, el Batallón Garibaldi y el Batallón André Marty se replegaron a Perales del Río, seguidos por el Batallón Thälmann. Durante esta retirada, la formación militar de la XII Brigada Internacional, la compañía alemana del Batallón Thälmann volvió a la base de Chinchón.
Frente de Aragón
El 15 de diciembre de 1937 comenzó la ofensiva republicana sobre Teruel. Fue una operación bien pensada y ejecutada que permitió liberar la ciudad en algo más de dos semanas. Pero Franco no estaba dispuesto a aceptar esta derrota, aunque parcial, y decidió suspender su preparada ofensiva sobre Madrid para dedicar todo su esfuerzo militar en la recuperación de la ciudad.
La XI Brigada Internacional entre el 5 y el 8 de febrero de 1938 en la zona del río Alfambra, a unos 25 kilómetros al norte de la ciudad de Teruel. En esta zona, los nacionalistas lanzaron una ofensiva sobre el Alto de Celadas y El Muletón , dos lugares elevados desde los que se domina el valle del río Alfambra.
Al comenzar la batalla de Aragón, el 9 de marzo, la XI BI se hallaba posicionada frente a Codo. Precisamente por este punto saltó el frente republicano. La rotura fue absoluta y la XI se retiró apuradamente hacia Albalate del Arzobispo y de aquí a la Sierra del Vizcuerno, cerca de Caspe. La brigada estaba casi destrozada y continuó su repliegue por el Sur del dispositivo defensivo, atrincherándose en los accesos de Favara. El hundimiento del frente Norte, hizo inútil su resistencia y fue disgregada y desbordada por el enemigo. Sus restos se encaminaron a Cherta. El “Thaelmann” había visto reducidos sus 450 hombres a 80. La Brigada resultó tan quebrantada que fue imposible cubrir las bajas con voluntarios internacionales y se tuvo que recurrir a la leva masiva de reclutas españoles, de forma que, para la batalla del Ebro, la XI era una brigada española trufada con algunos veteranos alemanes. También hubo, tras la desbandada de Aragón, un nuevo cambio en la jefatura, Otto Flatter sustituyó a Rau.
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| Ludwig Renn, entonces jefe de Estado Mayor de la XI Brigada, junto a Ernest Hemingway y Joris Ivens. |
El 25 de julio, la Brigada cruzó, en silencio, el Ebro frente a Ascó, tras ocupar la localidad, se dirigió a La Fatarella y logró alcanzar el cementerio de Gandesa, pero aquí acabó el avance. Para conquistar Gandesa era necesario expugnar previamente el Puig de l’Águila y la XI, tras unos días en primera línea en la carretera de Pinell a Gandesa, fue lanzada al ataque, el 16 de agosto, relevando a la XV BI en un intento desesperado de avanzar donde otros internacionales se habían desangrado inútilmente. Sin embargo, logró defender la Sierra de Pandols desde estas posiciones hasta que los nacionales desistieron de sus infructuosos ataques, trasladándolos al valle de la Venta de Camposines. Aquí estaba nuevamente la XI que no pudo resistir la acometida inicial del enemigo y tuvo que retirarse a la Sierra de Caballs, donde se hizo fuerte. El 22 de septiembre, se decidió la retirada de los internacionales y la XI Brigada Internacional pasó a ser la 11ª Brigada Mixta, formada exclusivamente por españoles y mandada por el mayor de milicias Américo Brizuela Cuenca, con José Queraltó Fortuny de jefe de Estado Mayor, y Antonio Ruiz como comisario. El 13 de noviembre, se hallaba en reserva y cubrió el flanco derecho de la retirada por la zona de Ribarroja.En la batalla de Cataluña resultó destrozada en la zona de la Granadella-Mayals.
El 22 de septiembre de 1938, tras la retirada oficial de los internacionales por orden del presidente del gobierno republicano Juan Negrín, la brigada fue reorganizada completamente como una Brigada Mixta española, aunque todavía mantuvo un significativo número de brigadistas entre sus filas hasta el final de la guerra.
La canción Spain 's Heaven de Gudrun Kabisch (seudónimo Karl Ernst) (letra) y Paul Dessau (seudónimo Peter Daniel) (música) recuerda la participación del Batallón Thälmann en la Guerra Civil Española. Todavía se usa ampliamente hoy en día en el movimiento socialista, a veces incluso conocido bajo el título de Batallón Thälmann . Un conocido intérprete de esta y otras canciones de la Guerra Civil española fue Ernst Busch .
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| Richard Staimer |
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| Monumento en Berlín a los brigadistas alemanes |
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