En 1936 junto a otros compañeros de las Juventudes Socialista organiza la llamada Olimpiada Popular como respuesta a los Juegos Olímpicos de Berlín 1936. Tras el golpe de estado del 18 de julio de 1936 contra el gobierno de la II República Española y el estallido de la Guerra, las Juventudes Socialistas se instalan en el hotel Colón, donde será tomada aquella famosa fotografía y, de la cual Marina Ginestà desconocerá su existencia, y su simbolismo, hasta 10 años antes de su muerte.
Marina Ginestà tenía 17 años, un carné de las Juventudes Socialistas Unificadas y el sueño de una revolución cuando en verano de 1936 posó orgullosa y desafiante en la terraza del Hotel Colón de Barcelona para el fotógrafo Juan Guzmán que tomó de ella una imagen simbólica que se convirtió en un icono de la resistencia. La fotografía fue tomada después del 21 de julio de 1936 por el fotógrafo alemán Hans Gutmann (conocido como Juan Guzmán). La aplicación que usa la agencia EFE para documentar exige poner una fecha exacta: El edificio del Hotel Colón fue ocupado el 21 de julio , con lo que la fecha mínima de ocupación es esa. Se desconoce la fecha exacta. El pie es lo que vale
Marina durante la guerra trabajó como periodista de varios medios de comunicación republicanos, así como de mecanógrafa y como intérprete del corresponsal del diario soviético "Pravda", Mijaíl Koltsov. Tras la victoria de las tropas del ejército franquista y sus aliados fascistas y nazis, y después de su estancia en un campo de concentración, Marina comienza un largo exilio que la lleva a la República Dominicana, donde el dictador Trujillo maltrata a los refugiados españoles como al resto de dominicanos, Venezuela y finalmente a Francia en 1949.
Es allí donde escribe sus dos libros, Els Antipodes y Els Precursors. Allí es también donde a sus casi 89 años ve por primera vez la foto de aquella mujer de 17 años que fue una vez todas las mujeres que arriesgaron y dieron su vida un verano del 36 por combatir al fascismo.
Sobre la fotografía, la propia Ginestà comentó que: "Es una buena foto, refleja el sentimiento que teníamos en aquel momento [..] Dicen que en la foto tengo una mirada arrebatadora. Es posible, porque convivíamos con la mística de la revolución del proletariado y las imágenes de Hollywood, de Greta Garbo y Gary Cooper"
Marina Ginestà murió el 6 de enero de 2014, la sonrisa que plantó cara al fascismo. Su retrato, la sonrisa de una miliciana, fusil al hombro, mirando a la cámara en una terraza de Barcelona se convirtió en uno de los iconos más emblemáticos de la Guerra Civil y la resistencia antifascista frente al golpe de Estado que perpetraron militares.
A título informativo la foto se conserva en el archivo de la agencia EFE.
La juventud pasada entre fábricas
Que marcaron en tu piel, heridas
Heridas que dejan cicatriz
En tus suaves manos,
Mi amor, mi camarada, mi vida
Fue entonces cuando empezaste a cambiar
Luchando contra el marco donde te colocaron
Aquellos que en su día te explotaron
oprimiéndote hasta hacerte sangrar
Cambiaste la tela por el fusil
Luchaste por el pueblo, tu clase y tu tierra
abandonando tu mirada infantil
dejándola sepultada bajo la guerra
Miliciana que por los pueblos erras
Llamando a la igualdad
Por campos, llanuras y tierras
Combatiendo la maldad
Que caíste en lucha contra el opresor
Y una fosa te silenció
Pero el recuerdo nunca se borró
Recuerdo y memoria, semillas de la revolución
Porque nada ni nadie ha sido olvidado
A pesar del tiempo pasado
Y de aquellos que nuestras lenguas
Cortaron, silenciaron y amordazaron
Te canto a ti, miliciana
Símbolo de resistencia
Porque tu esencia
Ilumina nuestras mañanas
retrato de Marina Ginestà, con 17 años, de miliciana con el fusil al hombro en una terraza de Barcelona, tomado por el fotógrafo Hans Gutmann. Agencia EFE |