La fotógrafa Assunta Adelaide Luigia conocida como Tina Modotti (Udine, 1896-Ciudad de México, 1942) vivió durante su existencia en el ojo del huracán. Su interesante trayectoria vital y artística discurrió enmarcada por los algunos de los más importantes hechos históricos de los años 20-30 y por su doble y constante dedicación convirtiéndose en una artista-fotógrafa y revolucionaria-militante antifascista.
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Tina Modotti |
Su vida
Nacida en el seno de una familia obrera en Udine el 16 de agosto de 1896, en el norte de Italia. La pobreza de su infancia la inició en el mundo obrero, a los 12 años comenzó a trabajar en una fábrica textil, y unos años después emigró con su familia a la ciudad de San Francisco, en Estados Unidos.
Allí trabajó en Hollywood como actriz de cine mudo. En 1921 conoció a Edward Weston y en 1922 llega a México para enterrar a su primer marido Plantilla: Roubaix de L`Abrie Richey. En México conoció e hizo íntima amistad con Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Blanca Luz Brum, Nahui Ollin,María Tereza Montoya y Frida Kahlo. Se hizo miembro del Partido Comunista Mexicano en 1927. Apoyó activamente la lucha de Augusto C. Sandino y ayudó a fundar el primer comité antifascista italiano. En 1928 conoce a Julio Antonio Mella, dirigente estudiantil cubano, cuando se forma el comité en apoyo a los anarquistas Sacco y Vanzetti. Empezó a ser conocida por sus controversiales fotos de desnudos y por la mirada particular que reflejaba en las fotografías que tomaba de México. Más tarde sería testigo del asesinato de Mella y en febrero de 1930 fue detenida y expulsada del país tras ser falsamente acusada de conspirar para asesinar a Pascual Ortiz Rubio, presidente de México en ese entonces.
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Sombrero, martillo y hoz (1927). |
Momentáneamente recala en Róterdam, pero, tras huir de la policía fascista, llega a Berlín. En esta época, el activismo gana en interés a la fotografía. Con su nueva pareja, el comunista italiano Vittorio Vidali, se traslada a la URSS en el otoño de 1930 para trabajar en el SRI. Prosigue con su labor política en Francia, Austria y España.
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Tina Modotti, Mujer con bandera, 1928.
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Debido a su entrega a la lucha política, no dejó una obra abundante. Se reduce a 400 imágenes. Al menos esa es la cifra de negativos que hoy se conservan, en su mayoría en el Archivo Museo Fotográfico de Pachuca, en Hidalgo, y en el Archivo Fotográfico de la UNAM. Pero a pesar de que carrera fue breve, Modotti creó una estética de gran fuerza, que es un paradigma por la sorprendente síntesis de la estética vanguardista artística y el contenido revolucionario y social. Eso la convirtió en una de las máximas representantes de la fotografía de esa etapa. Hoy sus obras se encuentran entre las más caras del mercado fotográfico y tiene el récord de que en 1991 su obra Rosas fue vendida en una subasta de Sotheby’s por 165 mil dólares. Al celebrarse en 2010 una exitosa retrospectiva suya en Viena, el periódico Neue Zürcher Zeitung la definió como “la Juana de Arco de la cámara”.
Su etapa en España
Llegó a España en la primavera de 1936, procedente de Moscú, donde habían vivido los últimos cuatro años junto a su pareja Vittorio Vidali, comisario político del Komintern. Nada más estallar la guerra en España viajó hasta el seno del conflicto para atender tareas solidarias de asistencia sanitaria y comunicativas, como periodista y fotógrafa del semanario Ayuda, órgano del Socorro Rojo Internacional en España. Al comenzar la Guerra Civil se trasladó a España para formar parte del Quinto Regimiento y trabaja en las Brigadas Internacionales con el nombre de María hasta el fin de la guerra. Colaboró en las unidades móviles de transfusión de sangre del médico canadiense Norman Bethune.
Margarita Nelken, en una de las varias alabanzas que se hacen a su actividad, relata como atendía a los niños que llegaron a Almería tras el éxodo de la población malagueña que se vio acosada durante el trayecto a pie por los bombardeos de las fuerzas franquistas. Se le atribuye un artículo publicado en el periódico “Ayuda” en el que recuerda la situación desesperada de la población que llegaba a
Almería:
“[...] La mayoría eran huérfanos ya... pero de todos esos niños ninguno tan adorable como aquel grupito que tenía como cabeza de familia a una encantadora chiquilla de once años, Valeria García Vara, de Vélez Málaga. La metralla los había dejado huérfanos en medio del camino. Se hizo cargo de sus tres hermanos menores incluso el niño de pecho que guardaba en sus frágiles brazos hasta que el socorro Rojo fue a recogerla en la cuneta en la que, probablemente se tumbó para morir” . (22) El artículo, fechado en marzo, cuenta esta historia a su llegada a la carretera de la muerte. Quedaría marcada por el dolor de aquellos casi 300.000 refugiados que hicieron la marcha. Aunque aparece como un artículo anónimo fue atribuido a Tina Modotti, quien, al igual que
Matilde Landa, fue enviada a Almería para asistir a los huidos de
Málaga.
Modotti también estableció relaciones con intelectuales como Pablo Neruda, Rafael Alberti y Miguel Hernández. A este último lo asesoró en la edición del poemario Viento del pueblo, del cual se puede ver un ejemplar en la muestra. También se exhibe una copia de un libro de Alberti abierto en las páginas donde aparece un poema dedicado a ella. Tras la muerte de la fotógrafa, Neruda hizo algo similar.
Puso en marcha el hospital para tuberculosos del gobierno republicano y colaboró con las
Brigadas Internacionales de Albacete. También ayudó a muchos soldados a cruzar la frontera francesa y fue enfermera de confianza, junto a otras compañeras, cuando Dolores Ibárruri Gómez, conocida como
La Pasionaria, enfermó de hepatitis.
El 19 de abril de 1939 Tina Modotti regresaba al puerto de Veracruz, México, con pasaporte falso, donde continúa su actividad política, a través de la Alianza Antifascista Giuseppe Garibaldi. En 1940, el presidente Lázaro Cárdenas anula su expulsión.
Tina Modotti murió a los 46 años, en su amado México. El 6 de enero de 1942 falleció de un paro cardíaco cuando viajaba en un taxi. Poco antes, había logrado recuperar su identidad. Fue enterrada envuelta en una bandera adornada con la hoz y el martillo. Su amigo el grabador Leopoldo Méndez esculpió su perfil en la lápida y Pablo Neruda le dedicó un poema que terminó convirtiéndose en un poético epitafio: «Puro es tu dulce nombre, pura es tu vida frágil. De abeja, sombra, fuego, nieve, silencio, espuma. De acero, línea, polen, se construyó tu férrea, tu delgada estructura», en lo que se convirtió en el epitafio de esta mujer guerrera y artista a partes iguales con vida de leyenda.
Esperan tendidos los negativos en el cuarto oscuro
ver la luz que revelen las imágenes de las fotografías
tus huellas sobre papel fotosensibles toman forman
desvelando la realidad ante los ojos vendados de la sociedad
te encuentro con la mirada que captó tiempos crueles y duros
con el obturador dispuesto a captar la realidad del día a día
de una época y sociedad rota, gentes que crean y deforman
sus vidas en épocas convulsas sumergidas en el caos y la oscuridad
Tengo guardado tu pañuelo verde para cuando vuelvas, Tina querida
luz que guía, faro de esperanza que captura el momento
hermana, no duermas, la nueva rosa es tuya, la nueva tierra es tuya
No dormirás en vano, hermana. Puro es tu nombre, pura es tu frágil vida
La nueva rosa es tuya, la tierra es tuya: te has puesto un nuevo traje de semilla de vida
Son los tuyos, hermana: los que hoy te dicen tu nombre, Tina Modotti, lo proclaman al viento
y a todas partes, al agua y a la tierra, tu suave silencio se llena de raíces haciéndote suya
con tu nombre Tina Modotti el Fuego no muere, eterna llama en tu recuerdo encendida