La situación internacional a mediados del siglo XV
Desde mediados del siglo XV el avance otomano había conquistado los Balcanes, Asia Menor y la propia Constantinopla. además su expansión marítima por el Mediterráneo oriental les llevó a chocar con la otra gran potencia del mar: Venecia. la expansión turca continuó por la costa dálmata, e incluso por el sur de Italia (Otranto) provocando la alarma en la Europa cristiana.
A finales del siglo XV las coronas de Castilla y Aragón se habían unido y juntas conquistan el reino nazarí de Granada. Tras esta anexión la nueva monarquía española se dispone a intervenir activamente en Italia. En Francia asciende al trono Carlos VIII de Valois en 1483. Este nuevo soberano quiere protagonizar la expansión francesa hacia Italia, en cuyo empeño va a colisionar con España. en los últimos años del siglo XV y en la primera mitad del siglo XVI las relaciones internacionales en Europa se basan en tres ejes:
- Antagonismo hispano-francés
- Defensa de la Europa central frente a la expansión turca en el Danubio y de los aliados norteafricanos de los turcos en el Mediterráneo
- Pugnas entre católicos y protestantes en Alemania, una vez iniciada la reforma luterana
Italia, fragmentada en una serie de estados independientes, fue el campo de conflicto entre las dos potencias más fuertes de la cristiandad occidental de la época: Francia y España. Hasta 1526 las ligas y alianzas se formaron para frenar a Francia. A partir de esa fecha se aglutinaron en torno a Francia para limitar el poderío de España. Así Francia no tuvo reparos en aliarse con los enemigos d ela casa de Austria, como turcos y protestantes.
El imperio turco. Organización y fases de su expansión
En el siglo XIV un grupo de población turca, conocidos como otomanos u osmanlíes, se desplaza hacia occidente y empieza a amenazar al debilitado imperio bizantino. Así desde Anatolia entran en Europa, extendiéndose por tracia y macedonia. En la Batalla de Kosovo (1389) someten a vasallaje a Serbia y amenazan Constantinopla.
En 1402 los otomanos de Bayaceto I son derrotados de forma aplastante en Ankara por las tropas mongolas de Tamerlán. Se abre una crisis en los otomanos, por lo que su expansión se detiene. En 1453 conquistan Constantinopla, ala que dan el nuevo nombre de Estambul y hacen su capital. Al tiempo continúa la expansión otomana hacia Europa y en 1459 Serbia es prácticamente anexionada, a excepción de la fortaleza de Belgrado.
En los años 1463-64 conquistan Bosnia, cuya aristocracia se convierte mayoritariamente al Islam, y se van apoderando de Grecia. En 1478 conquistan Albania y presionan en el mar Adriático contra los intereses de Venecia. Entre los años 1499 y 1503 arrebatan a este república italiana buena parte de sus dominios en el Adriático y en Morea. Con ello el imperio turco era una potencia de primer orden, cuyo poder se extendía por tres continentes: Europa, Asia y África.
Con Solimán el Magnífico (1520-1566) el imperio otomano alcanza su apogeo. En los inicios de su reinado conquista Belgrado y Rodas. Después vence a los húngaros en Mohacs (1526) y avanza hacia occidente, sitiando Viena en 1529. En 1534 conquista Bagdad y llega hasta el Golfo Pérsico. En el norte de África contó con la colaboración de los piratas berberiscos, vasallos suyos, que operaban desde la base de Argel.
Durante el resto del siglo XVI el imperio turco mantendrá su máxima extensión, pero su expansión se ve paralizada. Por el este los chiítas persas siguen siendo una amenaza, mientras que sus mercados van siendo invadidos por el comercio europeo. Además se va constatando la dependencia técnica de sus ejércitos y armadas con respecto a Occidente.
Solimán el Magnífico |
Organización y características del imperio turco
El imperio turco era una entidad multiétnica, ya que además de turcos lo habitaban judíos, cristianos renegados, griegos y otros habitantes de los territorios conquistados. parece que hubo una intensa mezcla racial, que se vio favorecida por la extensión de la esclavitud. Algunos de esos esclavos llegaron a ser altos dignatarios o tropas de élite, como los jenízaros.
La forma de gobierno era la del despotismo oriental, donde confluían en la persona del sultán el máximo poder político y religioso. Reunía todos los poderes, siendo además dueño de la tierra y gozando de disposición sobre las vidas de sus súbditos. El sultanato se transmitía de padres a hijos, pero con la peculiaridad de que el nuevo sultán solía eliminar a todos sus hermanos varones y a los hijos de estos, para evitar tener competidores. así cada sucesión solía dar lugar a cruentas luchas, que podían acabar en guerras civiles.
Por debajo del sultán encontramos la figura del gran visir, una especie de primer ministro. Los miembros de su gobierno formaban parte del Diván, consejo que reunía a los visires principales ya los jefes militares, incluido el almirante de la armada. En tiempos de Solimán se llegó a la máxima centralización. El imperio se dividía en provincias, gobernada cada una por un bey. Las agrupaciones de provincias eran gobernadas por pacas y por encima de ellas había 8 gobiernos, mandados por 8 beylerbeys. Por su parte los ulemas tenían la función de aplicar la ley y estos clérigos constituían un grupo social de enorme importancia en el imperio otomano.
La institución clave para reclutar el personal al servicio del sultán era el devcchirné, que consistía en la obligación de todas las familias cristianas de los Balcanes de entregar un hijo que era enviado a alguna de las principales ciudades y convertirlo al Islam. Así algunos de ellos podían llegar a ser incluso grandes visires, mientras que el resto eran enviados a palacio o formados como jenízaros, tras un duro adiestramiento.
La caballería turca de élite procedía de los timar, tierras que se concedían de modo temporal, a cambio de facilitar un determinado número de hombres a caballo para el ejército otomano. Incluso algunos jenízaros destacados en combate podían ser premiados con un timar. El armamento del ejército otomano era similar al de los ejércitos occidentales, aunque dependían en parte de las producciones europeas, si bien trataron de atraer especialistas europeos, bien por su captura, bien ofreciendo salarios muy elevados.
Pese a que el imperio otomano pareció revestido por una capa de prosperidad, orden, tolerancia e impuestos no muy altos, no podemos olvidar que los turcos tenían una mentalidad ajena a la herencia grecolatina. así los habitantes de los Balcanes sometidos a los turcos podían ser reducidos a la condición de esclavos con cierta facilidad. Además debían entregar a uno de los hijos para al administración o para el ejército.
Las costumbres turcas eran muy diferentes a las de los reinos de Europa occidental, no sólo por cuestiones de religión, y esto afectaba también a la propia concepción del poder. Así había un alto grado de crueldad en la corte, que se traducía en luchas fratricidas en la propia familia del sultán y en la eliminación de muchos de sus miembros. también se solía eliminar a jefes militares o navales que habían sido vencidos,e incluso hubo asesinatos de grandes visires, por motivos variados.
Italia a comienzos de los tiempos modernos
A finales del siglo XV se situaban en Italia algunos de los territorios más ricos de la cristiandad. Esto se debía por un lado al comercio con oriente y por otro a la presencia de los principales banqueros de Europa, ya que Milán, Génova, Florencia y Venecia eran el centro económico mundial. Además de su poder económico, Italia estaba densamente poblada, con un alto grado de urbanización. A ello ayudaba también su gran actividad manufacturera, destacando la producción de paños, sedas,armas, barcos, vidrio, libros, etc.
La Italia del norte es la que mejor responde a las características anteriores, mientras que la Italia del sur es mayoritariamente rural. Además a partir de Roma se extiende hacia el sur un amplio espacio feudal, caracterizado por la potencia de los dominios baronales. Pese a ser una entidad geográfica y a que existía una clara conciencia de italianidad (a lo que ayudaba la historia, la lengua y la cultura), Italia presentaba una clara fragmentación política, que sería un elemento determinante en la intromisión de príncipes extranjeros y, por tanto, en las guerras de Italia.
En la Italia urbana del norte se consolidan ya al final de la Edad Media las señorías personales, que se trasmiten de padres a hijos. En la mayoría de las ciudades-estado un magistrado principal (generalmente un jefe militar) se hace con el poder (de forma vitalicia) y logra transmitirlo a alguno de sus descendientes. Se trata de tiranías, que reposan sobre las armas, el dinero y las alianzas, muy diferentes a las monarquías de otros estados occidentales. aquí el poder está abierto a cualquiera con inteligencia y astucia, tal como describe Maquiavelo en El Príncipe.
Así, en Milán domina los Visconti entre 1227 y 1447. en esta última fecha el poder pasa a los Sforza, por matrimonio con una Visconti. En florencia el poder lo tiene los Medici desde 1434. La existencia de estas señorías personales y la ausencia de un poder superior efectivo contribuyen de modo decisivo la inestabilidad política de Italia, donde las ambiciones expansivas llevan a guerras y conflictos.
En los últimos siglos de la Edad Media el mapa político se simplificó, por la expansión de los estados más fuertes, que van sometiendo territorios más débiles. Así a mediados del siglo XV encontramos unos 20 estados, de diferente poder y tamaño. En el sur predominaban los reinos (Nápoles, Sicilia y Cerdeña), además de un reino peculiar, los Estados Pontificios. En el norte predominaban las repúblicas, ducados, condados, marquesados, etc. De todos modos los cinco grandes estados italianos de la época eran la República de Venecia, el ducado de Milán, la República de Florencia, los Estados Pontificios y el reino de Nápoles.
- República de Venecia
- Ducado de Milán
- República de Florencia
- Estados Pontificios
- Reino de Nápoles
Además de estos cinco estados poderosos, podemos citar a Génova, que en la segunda mitad del siglo XV vio reducido su poder y territorios por el avance otomano, lo que provocó su decadencia interna. también encontramos pequeñas ciudades-estados en el centro de Italia, como Lucca, Siena; Mantua y Ferrara, más ricas en civilización que en territorio.
Por último encontramos tres territorios marginales. El ducado de Saboya constituye un conglomerado de territorios agregados, por lo que es un espacio mal consolidado, siempre sometido a la influencia francesa. El reino de Sicilia había expulsado a los franceses en beneficio de los aragoneses y producía cereales,seda y caña de azúcar. Por último, el reino de Cerdeña estaba aislado y muy atrasado respecto al resto de Italia, subsistiendo con una economía pastoril y arcaica.
Factores determinantes de las guerras de Italia
La Italia de finales del siglo XV se nos presenta como una de las regiones más ricas y evolucionadas de Europa, con un alto grado de urbanización, especialmente en el norte de la península. El nivel medio de riqueza en Italia supera claramente el nivel de otros países del occidente cristiano. Las ciudades italianas poseen una serie de instituciones que favorecen el bienestar de la población, como las agencias de trigo, que previenen hambrunas, las instituciones de asistencia, o los montes de piedad, que favorecen el crédito popular. Además en Italia encontramos una agricultura avanzada que produce grandes y variados rendimientos y una industria pujante, especialmente textil.
Además, Italia domina las esferas del comercio y las finanzas. Venecia es una gran potencia comercial que controla las rutas entre oriente y occidente. Los banqueros italianos están presentes en toda Europa, como es el caso de la banca Médici de Florencia y los banqueros romanos, que administran las rentas pontificias. La superioridad económica se completa con una superioridad intelectual y artística. La cultura renacentista llevó el prestigio italiano a los más altos niveles. pero esta Italia, rica y prestigiosa, adolece de un fuerte debilidad política, lo que no hace más que estimular la codicia de los estados vecinos, menos ricos pero más fuertes. Los italianos son pocos conscientes de esta debilidad, por lo que para resolver las querellas van a acudir a la ayuda extranjera, lo que acabará causando su perdición. a esta división de Italia hay que añadir el desacuerdo permanente entre el Papa, Milán y Venecia. La costumbre de los patricios urbanos a recurrir a ejércitos de mercenarios para arreglar sus conflictos, unieron a la debilidad política una fuerte debilidad militar. Éste fue seguramente el profundo origen de las guerras de Italia, durante los cuales la península se convirtió en el objetivo de las potencias vecinas.
A modo de resumen, Italia era una zona rica, próspera, culta y de gran prestigio e historia. Esto, unido a su fuerte fragmentación política y su acusada debilidad militar, la convirtió en una presa codiciada para los monarcas más fuertes y ambiciosa de la época: la monarquía francesa y la monarquía española, los cuales, esgrimiendo viejos derechos o acudiendo en ayuda de alguna de las facciones rivales, se disputarán la posesión de territorios que consideran estratégicamente imprescindibles.
Protagonistas y fases de la pugna por Italia
La pugna por Italia fue protagonizada por las dos grandes potencias occidentales de la época: Francia y España. Hubo también otros actores secundarios, tanto italianos como extranjeros. Así los turcos incidieron en algunos momentos de la laucha, lo mismo que los protestantes alemanes, ya en la segunda fase. También intervinieron, de forma más marginal, el emperador Maximiliano por sus conflictos territoriales con Venecia, y los suizos. A partir de 1512 interviene también Enrique VIII de Inglaterra, ya que este país era enemigo tradicional de Francia.
Podemos diferenciar una primera fase de las guerras de Italia, que va desde 1494 hasta 1516, cuando Francisco I de Francia se apodera del Milanesado. la segunda fase va desde esta fecha hasta 1559, con la Paz de Catedau-Cambresis. A lo largo de ambas fases veremos desarrollarse una serie de ligas que se forman y se deshacen con facilidad, pero cuyo objetivo último es contrarrestar la acción del contendiente más fuerte.
Así en la primera fase, el objetivo será frenar a Francia, mientras que en la segunda fase, será Francia la que organice ligas contra el creciente poder de los Habsburgo. El conflicto lo inicia el rey francés Carlos VIII, que buscaba afán de gloria y la reivindicación dinástica sobre el trono de Nápoles. las tensiones existentes en este reino y la inestabilidad política italiana le decidieron a esta empresa, para la que desplegó una intensa preparación diplomática, firmando pactos con Enrique VIII de Inglaterra, con Fernando de Aragón y con el emperador Maximiliano.
En 1494 tras la muerte de Ferrante (Fernando I de Nápoles), un poderoso ejército francés, comandado por su rey, se puso en marcha hacia Italia y, tras intervenir en los asuntos internos de Milán y Florencia, conquistó el reino de Nápoles con pasmosa facilidad. En sólo 7 meses, a finales de febrero de 1495, la expedición francesa había logrado un éxito total. pero los estados italianos se alarmaron ante la facilidad de esta expedición y recurrieron a la diplomacia para contrarrestar a Francia: así en 1495 Venecia organizó una liga de la que formaban parte el Papa, España y el emperador, pese a los tratados que tenían firmados con Francia. El conflicto se internacionalizaba, lo que demuestra la incapacidad de los italianos para defenderse por si mismos.
Primera Batalla de Seminara (1495) |
La muerte de Carlos VIII en 1498 no puso fin a las aspiraciones francesas ya que su sucesor Luis XII mantuvo las pretensiones sobre el reino de Nápoles, aunque sus reivindicaciones se centraron en el ducado de Milán, cuyos derechos reivindicaba por parentesco con el último duque de la familia Visconti.
Con habilidad Luis XII logra romper la coalición antifrancesa, acercándose al papado, atrayendo a Venecia y firmando acuerdos con Inglaterra, con Felipe el Hermoso, soberano de los Países Bajos, y con los cantones suizos. Tras ello, su ejército conquistó Milán (1499) y logró la firma del tratado de Granada con Fernando de Aragón, por el que ambos reinos se repartían Nápoles. Pero en Nápoles la convivencia de franceses y españoles no iba a ser posible y el Gran Capitán, tras la victoria de Cerignola, ocupó la capital del reino en 1503. Derrotado el ejército francés de refuerzo, el Tratado de Lyon de 1504 recoge el abandono de las pretensiones francesas sobre el reino de Nápoles, que ya formará parte de la monarquía española hasta 1707.
En 1505 Fernando de Aragón, enfrentado con su yerno Felipe el Hermoso y con parte de la nobleza castellana, debe de ausentarse de Castilla y firma una alianza con francia, que no se verá alterada con la muerte de Felipe el Hermoso (1506). Las tensione en Italia renacen cuando el papa Julio II, deseos de reconstruir los Estados Pontificios frente al expansionismo veneciano, proyecta una alianza con el emperador Maximiliano, a la que se suman Luis XII y Fernando el Católico, dirigida contra Venecia (1508). Los venecianos son derrotados en 1509 por las tropas francesas y pierden gran parte de sus posesiones, viendo invadido su territorio. Gracias a su habilidad diplomática y a la resistencia popular, venecia logra dividir a los coaligados y sólo pierde sus conquistas más recientes.
El Papa Julio II dirige ahora su acción contra Francia, tratando de sublevar Génova. Luis XII contrataca convocando un concilio en Pisa, al objeto de reformar la iglesia, pero obtuvo pocos resultados (1511-1512). El Papa, por su parte, convocó el Concilio de Letrán (1512-1517) y organizó contra Francia una Santa Liga en la que se integraron los cantones suizos, Venecia, Fernando el católico, el emperador Maximiliano y Enrique VIII.
En 1512 los franceses derrotan a las tropas pontificias y españolas en Rávena, pero su comandante, Gastón de Foix, muere en la persecución, lo que hace cambiar el signo de la contienda. Así los franceses son expulsados del Milanesado y Génova vuelve a sublevarse contra Francia. por su parte los españoles derrotan a Florencia, reinstaurando en el poder a los Médices, al tiempo que conquistan el reino de Navarra y lo incorporan a la monarquía (1512).
Tras la muerte del Papa Julio II en 1513, Luis XII logró separar de la coalición antifrancesa a Venecia y a España, pero fue derrotado por los suizos y vio su territorio invadido por estos y por los ingleses. el sucesor de Luis XII, Francisco I (1515-1547) renovó los intereses franceses sobre el Milanesado. Su victoria en Marignano (1515) le permitió reconquistar el ducado y logró que el papa León X se aviniera a firmar el concordato de Bolonia, que regulará las relaciones de Francia con Roma.
La muerte de Fernando el católico en 1516 hace que acceda al trono de España Carlos I, con 16 años. se firma así el tratado de Noyon con Francia, al que se suma el emperador Maximiliano, el cual adopta una tregua con venecia. En virtud de una paz perpetua (1516) los suizos renuncian a sus aspiraciones políticas y se convierten en auxiliares del ejército francés, al que aportan abundantes mercenarios. Al acabar esta fase la pugna entre España y Francia se resolvía con la adquisición de Nápoles para los españolas y Milán para los franceses. Parecía logrado el equilibrio entre las dos potencias con el tratado de Noyon, pero la paz iba a ser de corta duración, ya que la elección imperial de 1519 iba a revolucionar de nuevo todo el panorama en Italia.
El Gran Capitán |
Quizá se exagerado hablar de una "revolución" militar, pero lo cierto es que la forma de hacer la guerra experimentó profundas transformaciones en el tránsito de la Edad Media a la Edad Moderna. la principal novedad fue la generalización del uso de armas de fuego. Por un lado se incrementa el número y la potencia de los cañones y por otro lado se produce la aparición y difusión de armas de fuego individuales (arcabuces y pistolas). Esta generalización del uso de armas de fuego va a cambiar para siempre la naturaleza de los combates.
Además, en un plano más defensivo, hay que destacar el uso de la pica formada por un asta de madera de considerable longitud, acabada en punta, que se demostró muy eficaz en el combate contra la caballería pesada. Así se vió cuando los suizos las usaron y derrotaron a Carlos el temerario en los años 1476-77. La efectividad demostrada por los piqueros suizos hizo que la pica se difundiese entre los ejércitos más avanzados.
También experimenta un fuerte desarrollo la poliorcética. Así las fortificaciones bajan a la altura de su muros y adoptan formas cada vez más estrelladas, al objeto de protegerse de la artillería enemiga y de aumentar el frente cubierto por los defensores.
En el este de Europa los turcos demostraron en la batalla de Mohacs (1526) la superioridad de la infantería y de las armas de fuego sobre la anticuada caballería pesada. A raíz de esta derrota los cristianos procurarán evitar batallas campales contra los turcos y basarán su defensa en fortalezas amuralladas situadas en lugares estratégicos.
Estos cambios en la composición de los ejércitos va a provocar la plebeyización de la actividad militar, ya que los nobles pierden protagonismo en los ejércitos, a favor de la plebe, ya sean mercenarios o reclutados por otros sistemas. Así se logra un incremento importante de los efectivos de los ejércitos, que irá en aumento a lo largo de la Edad Moderna
Además, la guerra defensiva empieza a predominar sobre la ofensiva. Las zonas en conflicto se llenando de fortalezas bien amuralladas, dotadas de importantes guarniciones, en tanto que las batallas en campo abierto cada vez van siendo más escasas. La unidad de combate más destacada de la época es el tercio de infantería desarrollado por los españoles, que combinaba picas y arcabuces, que mantendrá su supremacía hasta mediados del siglo XVII.
Calcular el número de efectivos de estos ejércitos es una tarea complicada, ya que es probable que ni generales ni los gobiernos supieran con exactitud con cuántos soldados contaban. Partiendo de la premisa de David Maffi, la logística de la época no permitiría disponer en campaña de ejércitos superiores a 30.000 hombres.
Así Felipe II pudo contar con 80.000 soldados, que se elevarían a cien mil o ciento veinte mil en los momentos de más actividad bélica, de los que unos 40.000 constituiría el ejército de Flandes, la mayor concentración militar da época. los franceses utilizarían en las guerras de Italia ejércitos de entre 25.000 y 32.000 hombres.
La mayor potencia de estos ejércitos responde al monopolio de la guerra que adquieren los monarcas renacentistas y a su capacidad creciente para financiarlo. Así se irán consolidando numerosas unidades permanentes, que no se disolverán la final de cada campaña.
Fechas de interés
- 1453:Constantinopla cae en poder de los otomanos y la convierten en su capital con el nuevo nombre de Estambul
- 1463-64: Los otomanos conquistan Bosnia
- 1478: Los otomanos conquistan Albania y presionan en el Mar Adriático amenazando los intereses de Venecia
- 1494: Carlos VIII, rey de Francia, invade Italia. Coalición antifrancesa. Los Médicis expulsados de Florencia
- 1495. Batalla de Fornovo. Carlos VIII ocupa el milanesado. Batalla de Seminara:los franceses derrotan a los españoles
- 1498: Muerte de Carlos VIII. Le sucede Luis XII
- 1499: Pacto de Lucerna entre Luis XII y los venecianos
- 1500. Batalla de Novara. Luis XII desaloja de Milán a Ludovico Sforza. Pacto de Granada entre Luis XII y Fernando el Católico.
- 1501: Francia y España conquistan Nápoles
- 1504: Tratado de Lyon. Fin de la segunda guerra de Nápoles. Luis XII reconoce a Fernando de Aragón como rey de Nápoles
- 1511: Liga Santa (España, Venecia, Suiza, los Estados Pontificios y los Sforza) contra Francia
- 1512: batalla de Rávena. Victoria francesa sobre las tropas pontificias y españolas
- 1515:muere Luis XII y le sucede en el trono Francisco I. Batalla de Marignano y recuperación francesa de Milán
- 1561: muere Fernando el Católico, y le sucede en el trono su nieto, Carlos I con 16 años de edad.
- 1516-17: El imperio otomano conquista Siria y Egipto, tras derrotar a los persas en 1514.