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POEMAS, CUENTOS Y ESCRITOS REVOLUCIONARIOS DE DANIEL FERNÁNDEZ ABELLA is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License. Para utilizar primero y siempre sin ánimo de lucro ha de consultar al autor. Daniel Fernández Abella todos los derechos reservados.

viernes, 31 de agosto de 2012

BACH Y HAENDEL

Bach nació el 21 de marzo de 1685, en Eisenach, en una región de tradición luterana que prácticamente no abandonaría nunca y en una familia que contaba con diversas generaciones de músicos. Último heredero directo de la larga tradición polifónica que se remonta a la edad media y al renacimiento, Bach culminó igualmente el barroco musical, con fundamento en el bajo continuo y el estilo concertante. Su originalidad esencial consiste en encontrarse en la encrucijada de estos dos caminos y haber realizado, al más alto nivel, una síntesis única.

A la muerte de su padre, en 1695, se trasladó a Ohrdruf para reunirse con su hermano mayor Johann Christoph, organista y alumno de Pachelbel, quien le inició en la música. También estudió humanidades y su buena voz de soprano le permitió ingresar en el coro de la escuela de San Miguel de Lüneburg, donde prosiguió sus estudios y recibió la influencia de G. Bóhm, organista de San Juan. Después de una breve estancia en la corte de Weimar como violinista, fue nombrado organista de San Bonifacio en Arnstadt, donde escribió su primera cantata (1704). Emprendió un viaje a pie a Lubeck para mejorar su virtuosismo y aprovechar los consejos de una personalidad como Buxtehude.1707 fue nombrado organista de San Blas de Mühihausen y al año siguiente apareció la única de sus cantatas que se editaría en el transcurso de su vida (Gortt ist mein König}.

En junio de 1747, Bach fue admitido en la Sociedad Mizier, de Leipzig, sociedad que tenía por finalidad explorar los fundamentos racionales de la música. Cada nuevo miembro debía presentar su retrato; en 1746. Bach había posado para el pintor Elías Haussmann. Este retrato al óleo le muestra con un severo entorno de boca y una noble mirada., que se encuentra en el palacio del cardenal Melchor de Polignac, construcción de un decorado barroco en el que compiten el oro, el azul y la púrpura.

En esos años, la ópera apasionaba a las Cortes de Europa y al público en general. Sin embargo, la música en el siglo XVIII buscó otras formas de expresión, logrando en distintos géneros alcanzar los mayores éxitos. La música religiosa protestante encontró en Alemania su patria de elección y su mayor maestro, fue Bach, no obstante, tuvo con frecuencia dificultades con las autoridades civiles y eclesiásticas, comunales y principescas. El retrato de Haussmann en Bach su franqueza y firmeza, aquella perfecta integridad, tanto en el arte como en la vida, que le hizo resistir a los poderes que amenazaban el libre desarrollo de su genio. También, hay que anotar que, en su tiempo, solo fue considerado más como un perfecto organista que como un gran compositor, a pesar de haber dejado más de sesenta enormes volúmenes de obras religiosas y profanas.

En las religiosas empleó todas las formas entonces existentes: la coral armonizada para coro, la coral para órgano, el motete, la cantata, de la que varió el material vocal e instrumental; el oratorio, la "Pasión", oratorio consagrado a la muerte de Cristo, y la "Misa", que, conforme al esquema de la misa latina, permite traducir las verdades de orden universal. En otras partes Bach interpreta la vida secular, política y social en los Estados, así como la familiar, con una perfección extraordinaria. Investigando las fuentes de la Reforma y el proceso del luteranismo, armonizando perfectamente el genio alemán con el latino, su música ocupa un lugar destacadísimo, tal vez el central, en la historia de la cultura europea.

Juan Sebastián Bach se casó dos veces. Primero con su prima María Bárbara, que le dio siete hijos antes de morir (1720). Luego se casó con Ana Magdalena y con ella tuvo trece hijos. De los 20 hijos, sobrevivieron 10 y solo cuatro fueron compositores: Wilhelm Frieiedeman, Carl Philipp Emmanuel, Christoph Frierich y Johann Chritian.
Bach y el luteranismo

En el palacio de cardenal Melchor de Polignac, ante un decorado barroco en el que compiten el oro, el azul y la púrpura, todos los Grandes de Roma asistieron a la representación de la Contesa De' Numi*. Así, la ópera, que a través de toda Europa apasionaba a las Cortes y al público en general,- sigue estando en auge.

Sin embargo, la música en el siglo XVIII buscó otras formas de expresión, logrando en distintos géneros alcanzar los mayores éxitos. La música religiosa protestante encontró en Alemania su patria de elección. Su mayor maestro, Juan Sebastián Bach, nacido en Turingia en 1685, pertenecía a una familia de músicos excelentes, que llenó todo el período de 1550 a 1750.

Organista en Arnstadt, y después en la capilla ducal de Weimar; cantor en la iglesia de Santo Tomás en Leipzig, tuvo con frecuencia dificultades con las autoridades civiles y eclesiásticas, comunales y principescas.

Su retrato  revela franqueza y firmeza, aquella perfecta integridad, tanto en el arte como en la vida, que le hizo resistir a los poderes que amenazaban el libre desarrollo de su genio. Fue considerado en su tiempo más como un perfecto organista que como un gran compositor, a pesar de haber dejado más de sesenta enormes volúmenes de obras religiosas y profanas.

En las religiosas empleó todas las formas entonces existentes: la coral armonizada para coro, la coral para órgano, el motete, la cantata, de la que varió el material vocal e instrumental; el oratorio, la "Pasión", oratorio consagrado a la muerte de Cristo, y la "Misa", que, conforme al esquema de la misa latina, permite traducir las verdades de orden universal. En otras partes Bach interpreta la vida secular, política y social en los Estados, así como la familiar, con una perfección extraordinaria. Investigando las fuentes de la Reforma y el proceso del luteranismo, armonizando perfectamente el genio
Bach
Georg Friednch Haendel, nació en Halle, Sajonia, el mismo año que Bach,(1685-1759), nacionalizado inglés. Hijo de un barbero-cirujano del príncipe de Sajonia, fue alumno del organista y compositor F.W.Zachow, quien le dio un sólido conocimiento de la escritura polifónica. En 1703 abandonó sus estudios de derecho y viajó a Hamburgo, donde estrenó su primera ópera de tipo italiano (Almira, 1705).

Visitó diversas ciudades italianas, donde conoció a Corelli y Scarlatti, y obtuvo grandes éxitos como virtuoso del órgano y el clavecín. En 1710 fue nombrado maestro de capilla del elector de Hannover, puesto que dejó para trasladarse a Londres, donde obtuvo un gran éxito con su ópera Rinaldo, seguido por el de su Te Deum, compuesto para celebrar la paz de Utrecht, en 1713.

Entonces, fue considerado como un nuevo Purcell; además, fue favorecido por el elector de Hannover, convertido en rey de Inglaterra bajo el nombre de Jorge I, a quien dedicó su famosa Water Music. En 1719 fundó la Royal Academy of Music, de la cual fue director y para la que compuso unas quince óperas de estilo italiano, pero las autoridades religiosas - que se oponían a que se utilizaran temas bíblicos -y las intrigas de su rival Bonancini, en 1728, obligaron a la disolución de la Academy of Music.

Estas circunstancias llevaron Haendel a tomar la decisión de componer exclusivamente oratorios; compuso un total de 32, el más famoso de todos El Mesías, pero también hay que mencionar, entre otros, los oratorios titulados Esther, Saúl, Israel en Egipto, Sanson y Judas Macabeo. La primera interpretación de su "Mesías", en Dublín, en 1742, le valió el triunfo y la gloria definitivos.

A su muerte, en 1759 y en su condición de ciudadano británico, Haendel, fue enterrado en la Abadía de Wesminster
Haendel

jueves, 30 de agosto de 2012

HISTORIA INTELECTUAL EUROPEA

Dice Stromberg , en su obra que, en los años 80 del siglo XVIII, por lo menos, se produjeron tres revoluciones - la francesa, la romántica y la kantiana, que dejaron huella en todo el mundo moderno, además de la revolución industrial, acontecimientos que se influyeron y hasta se fundieron entre sí .
Así, por ejemplo, no se duda que Rosseau - representante del romanticismo -influyó tanto en Kant como en la Revolución Francesa, aunque ésta nada le deba, directamente, al filósofo alemán. En esta misma década, los norteamericanos guerreaban por su Independencia, acontecimiento muy importante para Europa, para Gran Bretaña y, especialmente, para Francia, cuya monarquía con graves problemas se precipitaba a la bancarrota, aunque, Gran Bretaña empezaba una era de un aumento económico sostenido, puerta abierta al industrialismo moderno.

También es el decenio en que Schiller publica su "Sturm und Drang (Tempestad y Pasión) fuerte reacción al clasicismo ilustrado y no son solo los años de Kant, sino que los de Mozart y de la Constitución de Estados Unidos, mientras desaparecían los mentores de la época filosófica: en 1776 muere Hume; Voltaire y Rosseau en 1778; Condillac, en 1780; D'Alambert en 1783; Diderot en 1784; Federico, el Grande en 1786. Mientras que Buffon y Franklin eran ya octogenarios.

Cambió toda la concepción de la sociedad política.

El monarca ya no era Rey de Francia, debía ser el rey de todos los franceses, ya que debía su poder al pueblo; se acababan los privilegios de la nobleza y puede decirse que la mística de la Revolución quedó comprendida en la palabra citoyen y de acuerdo con la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano - el gran manifiesto de la Revolución - los hombres nacen y permanecen libres y en igualdad de derechos. Además, el Estado debía garantizar al ciudadano el goce pleno de sus derechos y el pueblo tenía el derecho a expresarse libremente.

La política de la Ilustración era difusa y utópica; no era monolítica.

Montesquíeu disentía de Voltaire, éste de Rosseau y Rosseau sino de sí mismo, al menos de algunos de sus seguidores. El primer período fue dominado por los moderados, que no deseaban cambios drásticos; el ídolo era Montesquieu; éste quería una monarquía constitucional y limitada, basada en el modelo inglés. Pero, también aparecieron los girondinos, los jacobinos, los sans-culotte y las fuerzas de Babeuf,
Jeremy Betham, criticó la escuela de los derechos naturales del hombre y sostenía que, los derechos de la Revolución, eran ambigüedades o tautologías, carentes de significado, salvo su valor emocional.

Pero, en ésa época, sus referentes eran muy reales. En su juventud, Robespierre atacó la ley que imponía la infamia a toda la familia del condenado y a la que negaba todos los derechos civiles a sus hijos. La Revolución misma hizo desaparecer el viejo orden, constituido por el sistema con vestigios del sistema señorial en los campos, los impuestos desiguales y también apuntó contra las leyes injustas y arbitrarias.

Gran Bretaña contempló horrorizada la sangrienta y turbulenta escena francesa y se vio inmersa en la guerra con el imperialismo revolucionario. En Inglaterra aparecieron las principales obras contrarrevolucionarias, como el texto de Edmund Burke Reflexiones sobre la Revolución en Francia -1790 -, que dio lugar a acaloradas controversias. Tal vez, la idea crítica central de Burke sostiene que la sociedad es un producto histórico enorme y complejo que no puede cambiarse a voluntad como una máquina. La sociedad defendida por Burke - una especie de versión idealizada y conceptualizada del orden tradicional de la sociedad - fue atacada por Bernard Shaw al escribir "De la calle de la aldea a la estación de trenes hay un salto de cinco siglos, que va desde la apatía embrutecedora de la tiranía de la naturaleza sobre el hombre, hasta el orden y actividad del dominio organizado del hombre sobre la naturaleza" y el ataque de Russell "que ese orden haya desaparecido del mundo civilizado", refiriéndose a las ideas de jerarquía y autoridad, intolerancia y subordinación, dogma religioso y coerción social" . Pero, aún, en los siglos XIX y XX, la nostalgia del campo ha estado acompañada por el horror a la ciudad, la industria, la tecnología y la disolución de los lazos humanos, por lo que Burke, el gran portavoz contrarrevolucionario, a su manera, puede ser considerado que también era un revolucionario.

Los pensadores a partir de la Revolución Francesa

La Revolución Francesa anunció la época histórica específicamente moderna.

Este movimiento que se inspiró en las concepciones de los filósofos del siglo XVIII - Rosseau, Voltaire, Montesquieu y Diderot-, rebalsó estas ideas, desatando la exploración de ideas políticas hasta entonces desconocidas. Las luchas titánicas de los 25 años posteriores a 1789, modificaron para siempre toda la civilización, social, política e intelectual. El análisis del papel de las ideas de Rosseau y Voltaire en la Revolución atestigua, fehacientemente, tanto la naturaleza amplia como su ritmo cambiante, en las citas de los gigantes de la Ilustración.

Los héroes del pensamiento son Kant, Lichte y Hegel, Burke, Chateaubriand, Sain-Simon y Fourier, los poetas románticos, los renovadores de la filosofía política y los creadores de nuevas doctrinas sociales. Aunque persisten dudas y tensiones, el periodo victoriano, se caracteriza por una estabilidad relativa y por el inicio de grandes esfuerzos de síntesis - Marx, Darwin y Mill. El realismo abate al romanticismo en la literatura y las artes, y la ciencia -esencia del realismo -, pasa a ser el dios moderno. También hay que recordar que la sociedad sufre el fracaso revolucionario del 1848 hasta llegar al colapso de 1914 y aunque un estilo sombrío transita por Europa postdarwiniana y postmarxista, se produce un caudal de pensadores sorprendentemente penetrantes que exploraron esferas hasta entonces desconocidas, zonas de gran asimetría.
 
El irracional inconsciente o el prerracional interesaron a los que dominan en aquella época Nietzsche, Freud, Bergson, Sorel o Max Weber. Y al mismo tiempo que se producen ingentes movimientos de poblaciones del campo a la ciudad, aparecen los grandes adelantos tecnológicos, casi aterradores. Por ese entonces se produce el hecho de que los intelectuales y los artistas, van quedando cada vez más distantes o apartados de la sociedad, sin embargo, fueron más creativos que nunca, dando nacimiento al modernismo, movimiento que se caracteriza por la ruptura de las esferas públicas y privadas.

De los períodos decisivos del mundo moderno, solo 1914 puede rivalizar con 1789; nada fue igual después de la I Guerra Mundial, a cuyo estallido contribuyeron firmemente los intelectuales, y la decadencia provocada - con la aparición de Mussolini, Hitler y Stalin -; pero, también con las de Toynbee y Sartre o las de Le Corbusier y Picasso, de Lawrence y Joyce.

Por entonces, se producen los procesos de crecimiento demográfico, de urbanización y de una estratificación social. Según lo afirmado por el A.F. Weber, hacia finales del siglo XIX, la concentración de la población en las ciudades ha sido el fenómeno más notable del siglo. Las grandes masas urbanas habían sido desarraigadas de sus culturas populares tradicionales para convertirse en consumidoras de ideas y valores proporcionado por intelectuales urbanos. La ciudad era un lugar de estímulos y era el lugar en que se expandió como nunca una clase nueva: los intelectuales. Eran hombres especialistas en ideas, vendedores de mercancías ideológicas. Como apunte aparte, desde 1898, se popularizó en Francia el vocablo intellectuel. Eran los tiempos de Dreyfus, pero Heyck afirma que la idea de vida intelectual surgió en Inglaterra en los años setenta del XIX y que el sustantivo intelectual, ya está en la edición de 1888 del Diccionario de Oxford.


miércoles, 29 de agosto de 2012

ISLAM: NO HAY MÁS DIOS QUE ALÁ Y MAHOMA ES SU PROFETA

Islam, en árabe, significa resignación (a la voluntad de Dios); por eso, los discípulos del profeta Mahoma, se llaman muslimes; esto significa resignados, y son los que conocemos con el nombre de musulmanes.

Todos los años, los peregrinos vienen a la Meca, visitan la Kaaba, besan una piedra negra, dan 7 vueltas al monumento, van a beber agua al pozo de Zemzem y, finalmente, corren 7 veces, de una colina a la otra, ya que son dos colinas las que circundan la ciudad.

Al día siguiente van al monte sagrado de Arafat y, a la puesta del sol, vuelven a la Meca pasando por el valle de Mina, en cuyo camino hay tres pilares de piedra sin labrar; ahí lanzan 7 piedras a cada uno de los pilares, hecho lo cual regresan a la Kaaba.



La Península Arábiga antes del Islam

Dos zonas principales condicionaron el desarrollo de las sociedades, que debido a la falta de fronteras 
naturales y a la capacidad de movilidad de los nómadas siempre fueron muy permeables: 
  • Norte y centro. Paisaje desértico y clima duro. 
  • La llamada Arabia Feliz, zonas costeras del Oeste y Sur. Zonas fértiles y dedicadas al comercio tanto marítimo como interior. 
Los árabes estaban organizados en tribus, al mando de un líder que recibía el nombre de jeque (sheij en árabe). Los miembros de cada tribu están estrechamente vinculadas y una de sus principales características era la fidelidad.

La vida económica en la Arabia preislámica consistía fundamentalmente en las actividades agropecuarias y comerciales. La agricultura estaba basada en el cultivo de secano. En el resto del país, la agricultura dependía de la presencia de fuentes perennes o de aguas subterráneas captadas mediante la perforación de pozos. Para los trabajos agrícolas utilizaban el arado de tipo romano, pero no disponían de abonos orgánicos, ni de animales de tiro. Los productos que cosechaban eran el trigo y la cebada.

La ganadería, en manos de la población nómada, se basaba en la cría de camellos, ovejas y cabras, fundamentalmente. Había una ausencia de animales bovinos debido a las condiciones climáticas y, como consecuencia de ello, a la falta de pastos.

El comercio fue la actividad de mayor relieve, no tanto por el volumen y valor de las mercancías transportadas, sino porque en él van a entrar en rivalidad las dos grandes potencias próximas a Arabia: Bizancio y Persia.

Antes de la llegada del Islam, existía en la Península Arábiga una pluralidad de opciones religiosas, se mantenían las creencias antiguas y el paganismo. La mayor parte de los árabes eran politeístas. Aunque no se conocen bien sus creencias y prácticas religiosas, parece ser que no consideraban que sus dioses fueran algo más que unos seres que podían enfurecerse y causar desgracias, y a los que podían aplacar con ofrendas y sacrificios.

Los estados preislámicos: Himyaríes, Gassaníes y Lajmíes. 

Tanto Persia como Bizancio controlaron a una serie de poderes locales para tratar de influir sobre la 
península arábiga. Ambos querían el control de las rutas comerciales árabes. Específicamente los persas  necesitaban una salida hacia el mar. Estos poderes locales se controlaban en base a la presencia de bases comerciales, predicadores e incluso soldados que servían como mercenarios en los ejércitos 
imperiales. Estos poderes locales eran: 
  • Ghassaníes y Lajmíes. Tribus yemeníes emigradas hacia el Norte de Arabia. 
  • Himyaríes. Situados al Sur. 
Los Himyaritas formaron el último de los grandes Estados del sur de Arabia, los cuales habían gobernado desde el primer siglo d.C toda la Arabia Meridional, y habían mantenido relaciones con Roma. Posteriormente, Bizancio intentó mantener buenas relaciones con este Estado pues deseabaasegurarse su comercio en esta zona, y así evitar que los sasánidas pudiesen instalarse en aquel lugar. En el año 510, los Himyaritas, por reacción contra los etíopes cristianos, entregaron el poder a un príncipe que se había convertido al judaísmo, llamado, DuNuwas. Su amistad con los sasánidas motivó que interviniese el emperador bizantino quien envió una armada etíope infligiendo una gran derrota al soberano himyarita.

Algunos grupos etíopes se sublevaron y en el 530 entregaron el poder a Abraha, antiguo esclavo cristiano, durante cuyo gobierno se produjo la ruptura de lapresa Ma‘rib que él reparó. Según la tradición, Abraha dirigió en el 570, año en que nació Mahoma, una expedición a la Meca que se conoce como la “guerra del Elefante”, pero este suceso no es admitido por todos los estudiosos, pues de ser
cierta la fecha, su gobierno se habría prolongado demasiado tiempo.

La dinastía fundada por este antiguo esclavo duró hasta que se produjo la invasión persa en el año 575. A partir de entonces, la Arabia del sur se convirtió en un protectorado persa, manteniendo como jefe nominal a un descendiente de los reyes himyaritas. No obstante, el gobierno persa, poco efectivo, duró hasta los primeros tiempos del Islam.

Mientras que al oeste, próximos al imperio bizantino, encontramos otro gran Estado árabe, el de los ghassaníes, con quienes los bizantinos crearon una alianza con vistas a prevenir incursiones nómadas. Abastecieron a la armada bizantina de jinetes que constituían un contingente móvil muy eficaz. Los ghassaníes no tenían capital fija, sus centros fueron Djabiya y Djillik, al sur de Damasco; y posteriormente, Sergiopolis-Rus˙ a¯fa, al sur del Éufrates. No obstante, cierta actitud del rey Ghassa¯ní provocó inquietud en el emperador bizantino por lo que fue arrestado por sorpresa y condenado a muerte, después de lo cual, el reino ghassa¯ní se fragmentó entre quince jefes. Esta relación con los dos grandes imperios, había hecho que los jinetes beduinos se familiarizaran con las grandes civilizaciones tanto de Persia como de Bizancio, y con las técnicas de guerra desarrolladas en una y otra parte.

PRECEPTOS DEL ISLAM

El núcleo de la ley islámica se expresa en cinco preceptos básicos, los cinco pilares de la religión que todo buen musulmán debe cumplir: la profesión de fe, la oración cinco veces al día, la limosna, el ayuno durante el mes el ramadán y la peregrinación a la Meca.
  1. La profesión de fe. Ante testimonios y en los principales momentos de la vida, el creyente tiene que recitar la fórmula: «No existe ningún Dios excepto Dios, y Mahoma es su profeta». Por otra parte, para ser musulmán no existe ningún rito de iniciación o bautismo, sólo es preciso recitar esta profesión de fe.
  2. La plegaria ritual. Cinco veces al día, a horas determinadas y en dirección a la Meca, los fieles tienen que dirigirse a Alá con la oración. Una sola oración, la del mediodía del viernes, debe ser hecha en común y en la mezquita. Se recitan suras del Corán y siempre se repite la invocación «Allah akbar» («¡Alá es grande!»).Rogando con rumbo a la Meca
  3. La limosna. La limosna tiene dos modalidades: la ejercida espontánea y libremente para agradar a Dios y la reglamentada y obligatoria (zakat) según la cual todos los musulmanes han de aportar a los pobres y a la comunidad una décima parte de sus rentas y capital.
  4. El ayuno durante el mes del ramadán. El ramadán es el noveno mes del calendario lunar y es el mes en lo que comenzó la revelación del Corán. Desde el amanecer hasta el atardecer, los fieles han de abstenerse de comer y beber, de fumar y de tener relaciones sexuales.
  5. La peregrinación a la Meca. Por lo menos una vez en la vida, los musulmanes adultos que disponen de medios suficientes, tienen que peregrinar a la Meca y a la Gran Mezquita; ante la 'piedra negra' o Ka'ba, tienen que proclamar conjuntamente: «¡Aquí estoy, a tu servicio, oh Alá!».
Obviamente, además de estos cinco preceptos básicos, la religión islámica establece otras pautas de conducta y, al mismo tiempo, mantiene costumbres preislámicas propias de la tierra donde se formó. Como en el judaísmo, se mantiene la prohibición de comer carne de cerdo y la carne de animales que no hayan sido sacrificados de una determinada manera; se prohíbe beber vino y otras bebidas alcohólicas. También está prohibido hacer imágenes de humanos y de seres vivos; Dios es el único creador de imágenes, hacer una es querer imitar a Dios.

HISTORIA

Esta ceremonia religiosa nació en tiempos ya muy lejanos y la historia la cuenta así:

El patriarca Abraham, progenitor de judíos y árabes, tuvo un hijo con su esclava Agar, al que llamó Ismael; pero, para complacer a su esposa Sara, echó a Agar de su casa. Madre e hijo se perdieron en el desierto, llegando al lugar que ocuparía la Kaaba. Agar, corrió de una a otra colina en busca de ayuda, pero no encontró a nadie; el pequeño Ismael, tendido en el suelo, se moría de sed.
Y ocurrió el milagro: ¡brotó agua de la tierra!

Era el Pozo de Zemzem. Una tribu, atraída por el milagro, se esta-bleció en el lugar y fundó en sitio tan desolado una pequeña ciudad, a la que llamaron la Meca.

Agar e Ismael edificaron la Kaaba y en ella engastaron una piedra negra, luego, dieron siete vueltas en torno al monumento.

Entonces, el ángel Gabriel los condujo al Valle de Mina, dónde se les apareció el diablo: ¡Tiradle piedras! ¡Tiradle piedras!- aconsejó el ángel. Así lo hizo Agar, lanzándole siete y el diablo desapareció; por dos veces volvió el diablo y, cada vez, Agar, le lanzó siete piedras.

Es la leyenda de cómo se fundó la Meca y la Kaaba. En la ciudad de La Meca, antes de finalizar el siglo VI, nació Mahoma. Al morir su padre, Mahoma, era un niño cuya única herencia consistía en cinco camellos, unos cuantos corderos y una esclava.

Al morir su madre, lo recogió su abuelo y, más tarde, debió vivir con un tío. Mahoma se hizo pastor de cabras y carneros, oficio que era menospreciado.

Tenía 24 años cuando entró a servir a Kadisha, una viuda rica, de 40 años. Kadisha quiso casarse con él, aunque el padre se oponía a que lo hiciera con un hombre tan pobre. Kadisha, mujer muy decidida, preparó una gran fiesta y dio de beber a su padre hasta emborracharlo; en ése momento, el tío de Mahoma hizo la demanda de matrimonio y el padre, borracho como estaba, dio su consentimiento.

Mahoma y Kadisha vivieron 20 años de casados, mostrándose el futuro profeta como un buen administrador de la fortuna de su mujer. Sin embargo, padecía a menudo de agudas crisis nerviosas.
Una vez al año, Mahoma iba a la cima de la montaña a ayunar, meditar y orar. En una de esas ocasiones, se le apareció un ángel, ordenándole predicar, algo que Mahoma no sabía hacer. Confesó a Kadisha lo de sus visiones y pensó que estaba loco. Árabes y judíos, creían que un loco tenía el diablo metido en el cuerpo. Y cuando oyó al ángel que le repetía Ikra, - predica-, ya no dudó más y se consideró el profeta encargado por Dios para anunciar la verdad.

Y resumió su doctrina en una sola frase:

"Solo hay un Dios, Aláh, y Mahoma es su profeta".

Primero convirtió a su religión a su familia y a unos pocos amigos. Pero en la Meca la mayoría de sus habitantes se burlaron de él y de su nueva religión. Después de predicar durante diez años y no tener más de ochenta discípulos, aparte de sentirse perseguido, Mahoma decidió irse a Yatreb, más tarde llamada Medina, es decir, la ciudad.

Este hecho que se conoce como la hégira -la huida -, da nacimiento a la Era Árabe.

Transcurría el año 622 d.C.

Mahoma tuvo seis mujeres mientras vivió en Medina. Mandó a construir una pequeña mezquita para orar y predicar. Un esclavo, cinco veces al día, subía a una torre llamada minarete y anunciaba a los habitantes la hora de rezar. A este pregonero lo llamaban muezín.

Mahoma convirtió a muchos judíos y él mismo adoptó algunas costumbres de los israelitas; por aquél entonces, los árabes se postraban en dirección a Jerusalén para orar, pero cuando los judíos se negaron a considerarlo como Mesías, se indispuso con ellos y desde entonces los árabes se orientan hacia la Meca para orar.

Tampoco le fue fácil convencer a los árabes.Después de Uh˙ud, qurayšíes y medineses se esforzaron por atraer a sus respectivos campos a las tribus beduinas del H˙iya¯z. Por su parte, Abu¯ Sufya¯n reunió una gran coalición en La Meca y, en marzo del año 627, se dirigió hacia Medina.

Cuando Mahoma tuvo noticias de esta expedición, se encerró en Medina y mandó excavar un foso en el lado más vulnerable. Esta construcción dio nombre a toda la campaña, denominada Hˉandaq o “del foso”, calificada como una batalla de inteligencia. Parece ser que esta idea proviene de Persia, y que fue el converso persa, Salman, uno de los artífices más importantes de su preparación. A los sitiadores se les acabaron las provisiones, el grano había sido recogido ya, y tuvieron grandes problemas para conseguir forraje para sus caballos, lo que motivó que se produjesen discrepancias entre los mecanos y tomasen la decisión de retirarse. Después de esta batalla, los qurayšíes no sólo habían perdido su prestigio, sino también el dominio de la ruta comercial a Siria. Mahoma, después de este triunfo, se dedicó a eliminar a la última tribu judía que quedaba en Medina.

Durante siete años, Mahoma, hizo la guerra a sus compatriotas de la Meca y, luego de varias vicisitudes, se adueñó de la ciudad y aumentó enormemente el número de sus seguidores, siendo reconocido como su profeta y jefe; pero había envejecido prematuramente y se encontraba agotado con sus campañas.

A partir del año 628 comienza la fase ofensiva del Islam. Ese año Mahoma piensa que debe realizar la peregrinación a La Meca, y con un grupo de fieles se dirige al límite del territorio sagrado, donde los qurayšíes les impiden el paso, a pesar de ello, se evitó el enfrentamiento y, en su lugar, se llegó a una negociación que quedó reflejada en el Pacto de Hudaibiyya, a una jornada de La Meca. En esta
negociación se puso de manifiesto el profundo realismo político de Mahoma, pues aunque fue mal acogido por muchos musulmanes porque consideraban humillante que no se les permitiese la entrada a La Meca durante ese año, y que se les autorizase a estar al año siguiente sólo tres días para realizar la peregrinación menor,‘umra, distinta del hayˆyˆ o gran peregrinación, Mahoma obtenía importantes ventajas políticas, la primera fue el implícito reconocimiento de su fuerza al ser admitido para tratar de igual a igual con la jerarquía de La Meca. Además, en el tratado se establecía una tregua de diez años y se reconocía a ambas partes el derecho de aliarse con quienes quisieran.

Al año siguiente, tal y como habían acordado, los musulmanes entraron en La Meca; posteriormente, Mahoma envió al norte a unos trescientos hombres para eliminar a los ghassa¯níes, pero fueron atacados por los bizantinos en la llanura de Mu’ta, situada al sur del mar Muerto. Al finalizar el año, Mahoma debido a una pequeña discrepancia con los hombres de La Meca, y bajo el pretexto del asesinato de un musulmán, declara la no validez del Pacto de Hudaibiyya, y se dirige a la ciudad santa donde llega en enero del 630. Su entrada fue pacífica, porque no venía a destruir, sino a dominar y a ganarse a los reacios con sus bondades. Durante los quince o veinte días que permaneció en la ciudad, mandó destruir los emblemas de la idolatría y los frescos que representaban a los profetas bíblicos, exceptuando las imágenes de Abraham, Jesús y la Virgen. Finalmente, tuvo lugar la ceremonia de juramento, bay‘a, por la cual la población de La Meca juraba fidelidad y obediencia al Profeta.

Pero Mahoma no pudo asistir a la gran peregrinación, hayˆyˆ, que se realizó el siguiente año, por lo que delegó en Abu¯ Bakr la presidencia, e hizo publicar un ultimátum, por el cual se daba a los paganos un término de cuatro meses para abrazar el Islam; pasado este plazo, los musulmanes habían de combatirles donde quiera que les hallasen. Además, la peregrinación y la Ka‘ba quedaban exclusivamente reservada a los musulmanes. Sería en el año 632, cuando Mahoma realizase la peregrinación, que sería la última, por lo que se conoce como “la peregrinación del adiós”, los ritos que en ella observó, cuidadosamente trasmitidos, se hicieron luego la norma seguida hasta nuestros días. En mayo de ese mismo año, cae enfermo cuando preparaba una expedición contra los bizantinos para vengar el desastre de Mu’ta, y, unos días más tarde, el 8 de junio, correspondiente al 13 rab¯ı‘ del año 11, muere sin haber dejado nada previsto sobre su sucesión.

Mahoma, murió en el año 632.

Pero, sembró una semilla y dejó a sus seguidores una tarea por cumplir: que todos los pueblos se convirtieran al islamismo, haciéndoles la guerra si era necesario.

Abu-Beker, su suegro y amigo, continuó la guerra santa, tomando el título de califa, palabra que significa lugarteniente. Emprendió la conquista del imperio griego y de Persia, las dos monarquías más importantes. El avance fue muy rápido: los camellos fueron una ayuda impagable, porque estos animales, en pleno desierto, podían soportar varios días sin beber.

A Abu-Beker le bastó una sola campaña para cada conquista. 

Cayó Siria en el 634, Persia, lo que había sido Caldea, en el 636, Egipto en el 639 y en el 642, una campaña, para todo el resto de Persia. No habían transcurrido diez años, desde el comienzo de las guerras de conquistas.

Mientras tanto, el ejército de Siria proclamó califa a Moaviah, jefe de la familia de los Omníadas y se estableció en Damasco.

Reanudó las conquistas, empezando por África del norte, Túnez; también sometió a las tribus montañeses beréberes y las convirtió al islamismo, Fue con las tribus beréberes que inició la conquista de España en el año 711. Prosiguió su marcha hacia el norte, penetró en la Galia, saqueando la Borgoña y conquistando tierras hasta los Vosgos (725) y la Aquitania hasta el Loire. Era un imperio casi tan grande como el romano, que se extendía desde el Indo hasta el Atlántico, comprendiendo a Irán, Persia, la zona Tigris-Eufrates, el norte de África y España.

Otro califa, también producto de la sublevación, de la familia Abu-sidas, en el 750, hizo degollar a todos los Omníadas y se instaló en Bagdad. Escapó un solo joven Omníada, que instauró el califato de Córdoba, para gobernar toda España. Por último, un pretendido descendiente de Fátima, hija de Mahoma, fundó la dinastía de los Fatimitas, que se estableció en una nueva ciudad, El Cairo.
Carlos Martel, en el año 732, detuvo la expansión árabe hacia el norte de Europa, derrotándolos en los campos de Poiters, al sur de Francia.

Sin embargo, durante muchos años los árabes siguieron conquistando y saqueando ciudades europeas.

domingo, 26 de agosto de 2012

CÓMO DECIRTE, CARIÑO

Hablarte, llamarte, escribirte,
empezar con palabras a abrirte
mi corazón y sentimientos
intentando endulzar
la agriedad de este momento

Intentar expresar
con letras, versos, poesía
evitando momentos tensos
donde imperan los silencios
mientras intento crear
la perfecta melodía

En la que las palabras se aglomeran
en mi corazón, mi garganta y todo mi ser
mientras los sentimientos se desesperan
buscando las palabras que describan
que necesito de tus labios beber
de tus manos comer

para tener una razón para vivir
pues eres tú, tan perfecta y mágica,
la que me hace de mis cenizas resurgir
y me devuelve a la vida



HUGO CHÁVEZ LLAMANDO A AZNAR POR SU NOMBRE

jueves, 23 de agosto de 2012

EN LA BARRA DE UN BAR

En la barra de un bar de perdedores
Varias personas están sentadas
Con las cabezas agachadas
Tomando licores

En la barra de un bar de perdedores
Está el político idealista
Está el fracasado que antaño fue artista
El escritor frustrado
El poeta censurado
El dramaturgo arruinado
El pintor descolorido
El cantante afónico

En la barra de un bar de perdedores
Corre el vino caliente
Corre la cerveza rubia y negra
Que algunos momentos alegra
Que avientan las gargantas
Que son tantas
Tan llenas de historias
Que recuerdan en sus memorias

Y beben constantemente
añorando tiempos pasados
intentando olvidar el presente
intentando olvidar que algunos están acabados

y ahogan sus penas entre cervezas y licor
viendo pasar el tiempo
recordando buenos momentos
donde cualquier tiempo pasado fue mejor
  
Y ahí está viendo pasar el tiempo
Aquel bar de perdedores
Donde la vida busca jugadores
Donde cada cual tuvo su momento