Los sumerios eran un pueblo del sur de Mesopotamia cuya civilización floreció entre el 4100 y el 1750 a.C. Su nombre proviene de la región que, con frecuencia (e incorrectamente) se considera un país. Sumer nunca fue una entidad política cohesionada, sino una región de ciudades estado, cada cual con su propio rey.
Sumer era la contraparte sur de la región de Acad, al norte. Fueron los acadios quienes dieron su nombre a Sumer; el término significa «tierra de los reyes civilizados». Los sumerios llamaban a su territorio simplemente «la tierra» o «la tierra de los hombres de cabeza negra».
Los sumerios fueron los artífices de la mayoría de innovaciones, inventos y conceptos que hoy damos por sentado. «Inventaron» el tiempo, dividiendo el día y la noche en periodos de doce horas, las horas en sesenta minutos, y los minutos en sesenta segundos. Otras innovaciones incluyen las primeras escuelas, la versión más antigua del relato del Diluvio Universal y varias narraciones bíblicas, el poema épico más antiguo, la burocracia gubernamental, la arquitectura monumental y las técnicas de regadío.
Con el auge de los amoritas (o amorreos) en Mesopotamia, y tras la invasión de los elamitas, Sumer dejó de existir y sólo conocemos esta cultura por referencias en las obras de antiguos escritores, entre ellos los escribas que redactaron el Génesis. Sumer permaneció en el olvido hasta mediados del siglo XIX, cuando las excavaciones en Mesopotamia desenterraron su civilización y sacaron a la luz sus numerosas aportaciones.
Como muchas grandes culturas del pasado, la civilización sumeria encontró su hogar cerca de cuerpos de agua. Aunque su lugar de origen es poco certero, sabemos que se establecieron en Medio Oriente, entre el río Tigris y el río Éufrates. Los acadios nombraron a esta zona ‘Sumer’, o «tierra de los reyes civilizados».
Una de las más grandes ciudades sumerias fue Uruk, hoy localizada en Warka, Irak. Uruk creció rápidamente y pasó a la historia no sólo por su famoso gobernante Gilgamesh, sino por ser la ‘primera ciudad del el mundo’. De acuerdo con los registros arqueológicos, fue aquí donde se desarrolló la escritura y las grandes construcciones de piedra como las zigurat.
Una zigurat es un templo religioso de gran altura que, de acuerdo con las creencias sumerias, permitía a los humanos entrar en comunicación con los dioses. Las zigurat tenían una base rectangular o cuadrada y contaban con varios niveles, a diferencia de otras grandes construcciones antiguas como las pirámides egipcias. Eran de tal importancia que hay muchos expertos que consideran que la torre de Babel representa la zigurat de la ciudad sumeria de Babilonia.
Su sistema de escritura se remonta al 3300 a.C., la cual marcó el fin de la prehistoria y el inicio de la historia. La escritura cuneiforme se compone de entre 600 y 1000 caracteres que codifican la lengua en la que se escriba. Como en el alfabeto latino, cualquier lengua puede ser escrita en cuneiforme pero los textos en sumerio y acadio son los más conocidos.
Los especialistas dividen la historia sumeria en los siguientes periodos:
- Período de Uruk (c. 3500-2900 a. C.). Los sumerios se instalaron en la baja Mesopotamia y fundaron más de 30 ciudades. Entre ellas se destacaron Ur, Uruk, Lagash, Kish y Umma. Durante este periodo, las élites políticas de las ciudades-Estado estaban vinculadas a los sacerdotes, y los templos funcionaban como centros religiosos, políticos y administrativos. La ciudad de Uruk condensó la hegemonía política y cultural en la región.
- Período dinástico arcaico (2900-2334 a. C.). El crecimiento demográfico y las disputas entre ciudades por los recursos (agua, tierras y materias primas) inclinaron la balanza de poder político a favor de líderes militares, que se convirtieron en reyes. El centro de poder de las ciudades pasa de los templos a los palacios reales. A pesar de las continuas guerras, la población siguió aumentando debido a las mejoras en la producción agrícola y se fundaron nuevas ciudades.
- Reino de Akkad (2334-2218 a. C.). Desde el 2400 a. C., el pueblo semita de los acadios se estableció gradualmente en la Mesopotamia central y fundó la ciudad de Mari. En 2334 a. C., bajo el mando de Sargón, los acadios se apoderaron de la ciudad de Kish y comenzaron una serie de campañas militares para dominar la región. Sargón se consagró como Rey de las Cuatro Zonas del Universo y estableció un reino con capital en Akkad, que obligó a los pueblos sometidos a pagar tributo.
- Periodo Guti (2218-2047 a. C.). Las ciudades sumerias comenzaron una serie de rebeliones que minaron el poder político de Akkad. A su vez, los guteos, un pueblo proveniente de la zona montañosa del actual Irán, invadieron las ciudades mesopotámicas y destruyeron la capital de Akkad. Los guteos tomaron las costumbres y la lengua de los acadios, se impusieron a las ciudades sumerias y comenzaron a cobrarles tributo.
- Renacimiento sumerio (2047-1800 a. C.). Luego de una serie de rebeliones para liberarse del dominio guteo, las ciudades sumerias lograron expulsar a los guteos de Mesopotamia. La ciudad de Ur inició un proceso de unificación y alianza entre ciudades. Durante este periodo se destacaron las ciudades de Ur y Lagash, y son características las construcciones en forma de zigurats (pirámides con terrazas, templos y largas escalinatas). La independencia de las ciudades sumerias se mantuvo hasta la invasión de los amorreos a la Baja Mesopotamia, hacia el 2000 a. C., que arrasaron con las construcciones y se apoderaron de bienes y ciudades.
- Imperio babilónico (1792-1750 a. C.). Hammurabi, rey de la ciudad de Babilonia conquistó a los pueblos asirios y sometió a las ciudades sumerias. El imperio babilónico buscó centralizar el poder y unificar los territorios en su mando: creó un sistema de leyes comunes e impuso la cultura acadia en todas las ciudades. Con la muerte de Hammurabi, las rebeliones y las incursiones de pueblos vecinos desplomaron el imperio.
Toda ciudad sumeria se compone de tres partes:
- Núcleo: la ciudad propiamente dicha con el templo, palacio, residencias oficiales y viviendas particulares
- Suburbios o periferia
- Área comercial: muelle
Su economía se basaba principalmente en la agricultura de cereales administradas por los templos.
- tierras en manos del templo: sufragar gastos del templo
- tierras para sustento de los sacerdotes
- tierras arrendadas a gente
Su ejército se basaba principalmente en infantería pesada ( armas de bronce) y uso de carros de combate. Usaban la escritura cuneiforme para escribir estelas militares y religiosas (
Gilgamesh). Creación de templos y estatuas de barro por carencia de piedra.
Los acadios fueron un pueblo muy importante para la historia de Asia y la Edad Antigua en general. Formaron uno de los primeros imperios de la historia, de la mano de su gran líder y rey Sargón I. Fue este rey quien comenzó las conquistas en Mesopotamia y terminó consolidando el poder de un Imperio que mantendría su esplendor entre 2334 y 2192 a. C.
Los acadios se ubicaron en las tierras que rodean a los ríos Éufrates y Tigris, en un valle fértil. Desde aquí formaron el primer Imperio de la historia, veamos algunas de sus características:
Las historia del Imperio Acadio se ubica en el período del Bronce Antiguo, y puntualmente entre los años 2334 y 2192 a. C., en el Oriente Próximo. En el área de la Mesopotamia, donde se ubicaría el Imperio, encontramos un sistema policéntrico, esto quiere decir que había una cantidad de ciudades-estado, donde cada una tenía autonomía y un territorio bajo su poder. Estamos hablando de una región que no es homogénea ni cultural ni lingüísticamente, caso contrario al del Antiguo Egipto, por ejemplo.
Estas ciudades-estado autónomas entraban en guerra entre ellas buscando conquistar territorios y recursos. Es este el contexto en el que surge el Imperio Acadio, a raíz de las conquistas realizadas por Sargón I. Fue Sargón quién venció al poderoso rey Lugalzagesi, tomando el control de la ciudad de Uruk, a partir de la cual comenzó la conquista del resto del territorio, fundando la capital en Acad (también puede aparecer como Akkad).
Sargón conquistó otras ciudades como Ur, Lagash y Umma. De esta manera se formó el Imperio Acadio, por primera vez en la historia Mesopotamia quedaba unificada políticamente; es así que se conoce al Imperio Acadio como el primer Imperio propiamente dicho: dominando a otros pueblos con culturas y creencias diferentes.
Este Imperio que dominó el Medio Oriente durante 141 años tuvo 5 reyes en su historia. Ya hemos hablado de Sargón I, rey que logró consolidar el Imperio a través de la conquista militar. Creó un ejército profesional, basado en el uso de infantería armadas con hachas y arcos, asignándoles lotes de tierras confiscadas al enemigo o compradas.
Luego de Sargón I gobernaron dos de sus hijos: Rimush y Manishutusu. Posteriormente gobernó su nieto, Naram-Sin, su reinado (2260-2223 a. C.) estuvo marcado por las revueltas internas y los conflictos armados con pueblos del exterior. Durante el gobierno de Naram-Sin el Imperio Acadio mantuvo su poder, aunque la crisis ya dejaba ver algunos de sus efectos. El pueblo de los Guti, que vivían al norte de Acad, en los montes Zagros, atacaban al Imperio Acadio constantemente, mientras las resistencias de algunas ciudades del Imperio hacia el poder central crecían.
Con la muerte de Naram-Sin llega al trono su hijo Šarkališarri (2223-2198 a. C.) en un contexto crítico del Imperio. Las rebeliones internas se multiplicaban y la ciudad de Elam logró derrotar al ejército del Imperio y conquistar otras ciudades de Mesopotamia. Otras ciudades lograron independizarse dejando al Imperio reducido en tamaño y poder. Šarkališarri resistió a los ataques externos, sin embargo no logró mantener el Imperio unificado, de esta manera termina la historia del Imperio Acadio, en manos de pueblos como los Guti.
- Idioma: Lograron que el idioma acadio se use en el resto del continente, y en regiones lejanas como Egipto. Desplazaron de esta manera al idioma sumerio, que quedó relegado a textos religiosos. Esto es muestra del poderío del Imperio Acadio, que dominó tierras y pueblos lejanos, imponiendo sus costumbres. uso de la escritura cuneiforme. aparición de varios dialectos y aparición d literatura
- Religión: Asimilaron y adaptaron escuelas teológicas sumerias.la mayoría de los pueblos durante este período de tiempo eran politeístas. Es decir que tenían varios dioses, los acadios tenían divinidades que se identificaban con la naturaleza. Su Dios principal fue Han, dios de los cielos y gobernante del resto de los dioses. También encontramos al Dios de los vientos, Enlil; la diosa de la fertilidad, Ishar; y el Dios Sol, Utu.
- Gobierno: lograron imponer a la autoridad del Estado por encima del resto. Los lazos parentales siguen siendo fundamentales en la sociedad acadia, pero es el Gobierno quien lleva las riendas del Imperio. La autoridad del rey acadio fue admirada por el resto de los pueblos, y particularmente, Sargón fue el modelo a seguir por muchos otros reyes que quisieron lograr su grandeza.
Neosumerios. La ciudad de Ur
Fundada seis mil años atrás, Ur fue uno de los primeros núcleos urbanos de Mesopotamia y, por ende, de la humanidad. Su legado arqueológico es el más destacado de la cultura sumeria. Hoy en día, sus ruinas se encuentran a 24 kilómetros al suroeste de Nasiriya, en el actual Irak.
La conquista de Sumer por su vecino del norte, Acadia, en 2334 a.C., permitió la fusión de las culturas sumerias y semítica. Tras un breve resurgimiento sumerio, ambos estados serían anexionados por Babilonia en el II milenio a.C.
Durante el periodo Dinástico Antiguo, Ur fue una de las ciudades-estado más prósperas y poderosas. En aquellos tiempos, la ciudad se encontraba a orillas del Éufrates, cerca de su desembocadura en el golfo Pérsico. El control de esta salida al mar facilitó el desarrollo comercial de la ciudad y su dominio político en la región.
Ur alumbró tres dinastías de gobernantes que, en distintas épocas, extendieron su poder por toda Sumer. El fundador de la dinastía inicial, el gran conquistador Mesanepada (hacia 2670 a.C.), fue también el primer gobernante mencionado en los documentos sumerios.
Ur volvería a cobrar protagonismo tras la caída del Imperio acadio con Ur-Nammu (2113-2095 a.C.), primer rey de la tercera dinastía y constructor del zigurat dedicado a Nanna, dios de la Luna. Su reinado marcó el inicio del renacimiento del arte y la literatura sumerios e hizo de su capital la urbe más rica de Mesopotamia.
Saqueada por los elamitas en 2004 a.C., Ur resucitó gracias a su importancia como centro religioso de la región y, aunque fue perdiendo lustre, vivió una última fase de esplendor con los reyes caldeos de Babilonia, que reconstruyeron la ciudad y sus templos en el siglo VI a.C.
Su declive final comenzaría poco después, cuando Persia sometió a Babilonia. La ciudad, ya prácticamente olvidada, sería abandonada hacia el siglo IV a.C. debido probablemente a un cambio del curso del Éufrates.
Aunque el zigurat y las ruinas de Ur fueron descubiertos en 1854 por el cónsul ingles J. E. Taylor, las excavaciones de mayor calado se realizaron entre 1922 y 1934 bajo la dirección del arqueólogo Leonard Woolley, también británico.
La exhumación de una gran necrópolis deparó el hallazgo más espectacular y representativo del arte sumerjo: las tumbas reales de Ur.
|
Zigurat de Ur |
Su gobierno era una monarquía absolutista, seguido por visires (sukkal makh), gobernadores y alcaldes.
Los hombres libres (lu=hombre) pertenecieron los dirigentes, los sacerdotes y los funcionarios, que ocupaban la cúspide de la pirámide social, así como una gran masa de trabajadores, designada con el término general de gurush. Los gursuh eran siervos con más derechos que los mashda (libertos) y en último escalafón estaban los namra (esclavos).
Economía de subsistencia. La población de la ciudad subsistía a base de las raciones en especie que les distribuía el templo o el palacio. La casa debían edificársela ellos mismos, al igual que la cerámica, costura… Los ciudadanos sólo dependían del exterior para obtener la madera, el bronce. En las estepas, la comunidad se surtía de sus propios productos, cultivados en parcelas, y podía vender en la ciudad, mediante el trueque, lo restante. Agricultura de cebada, trigo y espelta con ganadería ovina, caprina y bovina y actividades cinegéticas y pesca. Desarrollo también de orfebrería y textil. Intercambio de excedentes controlado por el estado: el templo y el palacio eran los únicos que almacenaban, acumulando excedentes para intercambiarlos por otros bienes, como joyas, oro, plata, armas y vasijas de lujo, muebles, telas, alfombras. Cuando se hacía necesario, las grandes organizaciones importaban materias primas a la ciudad.
Amorreos
Los amorreos se mencionan por primera vez en las inscripciones sumerias y acadias que datan de la última parte del tercer milenio a. de J.C. En ese tiempo eran un pueblo semítico y nómada de las regiones de Siria al norte de Palmira. Los pueblos más adelantados de la baja Mesopotamia les consideraban como bárbaros e incivilizados. Alrededor del año 2000 a. de J.C. , grupos de amorreos emigraron hacia el sur del valle del Tigris-Eufrates y poco después se encuentran nombres amorreos entre los gobernantes de importantes ciudades-estados. Los gobernantes sumerios de la tercera dinastía de Ur perdieron su poder 1960 a. de J.C. Larsa llegó a ser un estado amorreo y después del 1800 a. de J.C. un amorreo gobernó Asur, la más antigua capital de Asiria.
Los amorreos estuvieron en Canaán durante la edad de los patriarcas. Ellos se encontraban entre los aliados de Abraham en la época de la huida de los 4 reyes de oriente que habían saqueado sodoma y capturado a Lot (Gn. 14:1–16). Los amorreos abundaban tanto en Palestina que las Cartas de Amarna usan el término amurru para referirse a la totalidad del territorio siro-palestino. Más tarde, sin embargo, el uso egipcio tendió a restringir el término amurru para la parte de más al norte de Palestina, el área que tenía como su capital a Cades en el Orontes. En la época de la invasión israelita a Canaán, los gobernantes amorreos (Sihón de Hesbón y Og de Basán) controlaban la Transjordania (Jos. 12:1-6; Jue. 1:36). Una victoria significativa sobre estos amorreos marcó el preludio de la conquista de Palestina propiamente dicha. Al oeste del Jordán, sin embargo, hubo otros amorreos con quienes Israel guerreó. A los hombres de Ai se les llama amorreos (Jos. 7:7) y la confederación de las ciudades estados del sur (Jerusalén, Hebrón, Jarmut, Laquis y Eglón) que desafiaron a Josué en Gabaón era dirigida por los “cinco reyes de los amorreos” (Jos. 10:5). Los amorreos también tomaron parte en la alianza del norte bajo Jabín de Hazor quien confrontó a Josué en las aguas del Merom .
Hacia mitad del III Milenio los asirios estaban situados junto al Tigris superior y el Gran Zab.Con la caída de Ur III se independizaron del sur mesopotámico y un tal Puzur-Asur I tomó el poder.–Sus descendientes presiden desde entonces los destinos de la ciudad de Assur, que luego dará nombre al reino.–Assur es el nombre de la ciudad, el pueblo y el dios, aunque es una simplificación.
Allí nacieron ciudades como Assur, el gran puerto del Tigris, o Nínive, desde las cuales se iniciaron los grandes movimientos de expansión asirios. Assur estaba situad al sur de Mosul a orillas del Tigris, en una zona lluviosa que facilitaba el regadío y en una posición ventajosa en el tráfico de caravanas entre alta Mesopotamia y Anatolia y las rutas a Irán.
Si bien la ciudad de Assur existió desde el III milenio a.C., las ruinas que se conservan de esa población datan de 1900 a.C., que en la actualidad se considera la fecha en que se fundó la metrópoli. Según las inscripciones más antiguas su primer rey fue Tudiya, y quienes le sucedieron se conocieron como los «reyes que vivían en tiendas», lo cual sugiere más bien la idea de una comunidad pastoril antes que urbana.
La colonia mercantil de Karum Kanesh (el puerto de Kanesh) era uno de los centros de comercio más lucrativos del antiguo Oriente Medio, que sin duda resultaba de la mayor importancia para la ciudad de Assur. Los mercaderes de Assur viajaban hasta Kanesh, establecían negocios y después, tras colocar a cargo de ellos a empleados de confianza que por lo general eran familiares suyos, retornaban a Assur para supervisar sus asuntos desde allí.
La riqueza generada por el comercio en Karum Kanesh le proporcionó al pueblo de Assur la estabilidad y seguridad necesarias para la expansión de la ciudad, lo que creó la base para el surgimiento del imperio. El comercio con Anatolia también resultó importante para proveerles materias primas a los asirios, a partir de las cuales perfeccionaron el arte de la herrería. Las armas de hierro de los militares asirios supusieron una ventaja decisiva en las campañas de conquista de toda la región del Oriente Medio. Sin embargo, antes que ello ocurriera, el paisaje político necesitaba un cambio.
A comienzos del II milenio, numerosos contingentes de Amoritas (semitas occidentales) se habían ido asentando en toda Mesopotamia. En el siglo XVIII a. C., monarcas amoritas controlaban desde Assur un territorio considerable (imperio antiguo asirio). Los comerciantes asirios monopolizaban el comercio con el interior de Anatolia (Capadocia), en donde pagaban tributos a la población local y a cambio establecían puntos de comercio (karum) de los que el principal fue Kanesh (Kültepe). A lo largo del siglo XVI a. C., Asiria cayó bajo el empuje del Estado de Mitanni, de quien los reyes asirios se convirtieron en vasallos.
Dos siglos después, las ciudades asirias iniciaron el despegue internacional, basado en la conquista del Estado de Mitanni y la conversión de su parte oriental en vasallo. Desde entonces, y sobre todo a lo largo del siglo XIII a. C., Asiria llevó a cabo la formación de un estado territorial (imperio medio), liberándose del yugo mitannio durante el reinado de Assur-uballit y continuando la expansión sus sucesores. En época de Tukulti-Ninurta (1244-1208 a. C.), Asiria era ya una gran potencia en el Próximo Oriente, y el monarca se proclama rey que recibe tributos de las cuatro partes del mundo. A finales de la centuria, las disensiones internas y los ataques de poblaciones de los Montes Zagros desencadenaron el fin de este gran imperio. Durante el resto del milenio, Asiria quedó sin papel internacional.
Por ese tiempo el rey asirio Eriba Adad I ganaba influencia en la corte de mayoría hitita de Mittani. Los asirios aprovecharon la oportunidad para reafirmar su propia autonomía y comenzar a expandir su reino desde Assur hacia las regiones que antes controlaba Mitanni.
Los hititas contraatacaron y detuvieron a los asirios hasta que el rey Asur-Ubalit I (alrededor de 1365-1330 a.C.) venció a los remanentes de las fuerzas de Mitanni dirigidas por comandantes hititas y se apropió de partes importantes de la región iniciando el imperio medio asirio. Le sucedieron dos monarcas que mantuvieron lo que se había conquistado, pero no se produjeron más expansiones hasta la llegada del rey Adad Nirari I (alrededor de 1307-1275 a.C.), quien extendió el Imperio Asirio hacia el norte y el sur, expulsó a los hititas y conquistó sus más importantes baluartes.
Su hijo y sucesor Salmanasar I completó la destrucción de Mitanni, absorbió su cultura y dio continuidad a las políticas de su padre, entre ellas la de la relocalización de poblaciones. El hijo de Salmanasar I, Tukulti-Ninurtal I (hacia 1244-1208 a.C.) venció a los hititas en la batalla de Nihriya, cerca de 1245 a.C., lo que significó el final del control de ese pueblo sobre la región y la decadencia de su civilización. Tukulti-Ninurta I castigó con severidad las incursiones de Babilonia en territorio asirio, sometiéndola al pillaje, al saqueo de sus templos sagrados y a la esclavización de su población y de su rey, a quienes trasladó a Assur. Con las riquezas del botín renovó el grandioso palacio de la ciudad que había construido al otro lado de Assur, la cual nombró Kar-Tukulti-Ninurta, a donde parece haberse retirado al volverse contra él la marea de la opinión popular.
El panorama político del Próximo Oriente cambió radicalmente a finales del II milenio y comienzos del I, surgiendo nuevas poblaciones y nuevos centros de poder. Asiria recuperó su antiguo protagonismo a partir del siglo IX a. C., conquistando desde entonces, y a lo largo de la centuria siguiente, la mayor parte de los territorios a occidente de los montes Zagros y, con ellos, todas las grandes rutas de comercio.
En el siglo VIII a. C. ya habían llegado a controlar las ciudades cananeas de la costa mediterránea (como Tiro), a las que convirtieron en Estados tributarios, y en época de Assurbanipal (668-627 a. C.), también recibieron tributos de Egipto. Pero a finales del siglo, una monarquía caldea de Babilonia libera de manos asirias todos los territorios del sur. Terminó así el imperio nuevo asirio.
Con posterioridad a la muerte de Tukulti-Ninurta I el imperio asirio cayó en un período de estancamiento en que ni aumentaba ni disminuía. Mientras todo el Oriente Próximo caía en una «época de oscuridad» tras el llamado «colapso de la Edad de Bronce» cerca de 1200 a.C., Assur y su imperio se mantuvieron indemnes en comparación. A diferencia de otras civilizaciones de la región que sufrieron un colapso total, los asirios parecen haber experimentado una pérdida parcial de su avance. No se puede afirmar que el imperio quedara "estancado" porque su cultura continuó, incluido el énfasis en las campañas militares y los valores de la conquista. Sin embargo, no hubo expansiones significativas del imperio ni de su civilización en comparación con su anterior situación bajo Tukulti-Ninurta I.
En el siglo XI a.C. Tiglat-Pileser I revitalizó la economía y las fuerzas militares a través de sus campañas, que añadieron recursos y población cualificada al Imperio Asirio. La alfabetización y las artes eclosionaron y las iniciativas adoptadas por el monarca para preservar tablillas cuneiformes sirvieron como modelo para la famosa biblioteca ninivense del rey Asurbanipal, quien reinaría más adelante.
Nuevo imperio asirio. Cuando el primer rey del Imperio Neoasirio llegó al poder en el siglo X a.C., estos enormes ejércitos aún eran cosa del futuro. La ascensión del rey Adad-Nirari II alrededor de 912-891 a.C. trajo la reactivación que Asiria necesitaba. Adad-Nirari II reconquistó las tierras perdidas, incluida la de Eber Nari, y aseguró las fronteras.
Ejecutó a los arameos derrotados o los deportó a otras regiones del interior de Asiria. También conquistó a Babilonia, pero al haber aprendido de los errores del pasado rehusó saquear la ciudad, y prefirió establecer un acuerdo de paz con el rey, según el cual cada rey se casaría con la hija del otro además de jurarse lealtad mutua. El tratado hizo de Babilonia un poderoso aliado durante los siguientes 80 años, en lugar de tenerla como un problema perenne.
Los reyes que siguieron a Adad-Nirari II continuaron con las mismas políticas y la expansión militar. Tukulti Ninurta II (891-884 a.C.) extendió el imperio hacia el norte y ganó más territorios hacia el sur de Anatolia, mientras Asurnasirpal II (884-859 a.C.) consolidó el dominio del Levante y extendió el control asirio hasta Canaan. El método más común de conquista era la guerra de asedio, que comenzaba con un brutal asalto a la ciudad.
Los avances de la tecnología militar no fueron los únicos ni los más importantes aportes de los asirios, puesto que en esos tiempos hicieron importantes progresos en la medicina, sustentados sobre bases sumerias y derivadas del conocimiento y talento de aquellos a quienes habían conquistado y asimilado.
En el siglo VIII a.C. Tiglat-Pileser III (745-727 a. C) impartió nueva fuerza al imperio, reorganizó al ejército y restructuró la burocracia gubernamental. Según Anglim, Tiglat-Pileser III «llevó a cabo extensas reformas en el ejército, reafirmó el control central sobre el imperio, reconquistó la costa mediterránea, e incluso sometió a Babilonia.
Salmanasar V (727-722 a.C.) sucedió a Tiglat-Pileser III, y continuó con sus políticas. Sargón II (722-705 a C.) siguió a Salmanasar V y superó a ambos en la ulterior expansión imperial. Aunque los nobles alegaron que había accedido de manera ilegal al trono e impugnaron su reinado, Sargón II fue capaz de mantener la cohesión del dominio. Émulo del liderazgo de Tiglat-Pileser III, Sargón II pudo llevar al imperio a su máximo esplendor y lograr una victoria decisiva sobre Urartu en su famosa campaña de 714 a.C.
Al acaecer su muerte, lo sucedió su hijo Senaquerib (705-681 a.C.), quien llevó a cabo extendidas y crueles campañas que resultaron en la conquista de Israel, Judea y las provincias griegas de Anatolia. El saqueo de Jerusalén se detalla en el «Prisma de Taylor», un bloque cuneiforme descubierto en 1830 d.C. por el coronel británico Taylor, que describe los éxitos militares de Senaquerib, en el cual el rey afirma haber capturado 46 ciudades y atrapado y aplastado dentro de la ciudad a los pobladores de Jerusalén. Sin embargo, su narración se cuestiona debido a la versión de los eventos descrita en el libro bíblico II de Reyes, capítulos 18 y 19, que narra la salvación de Jerusalén por medio de la intervención divina y la expulsión del campo de batalla del ejército de Senaquerib.
Las victorias militares de Senaquerib incrementaron las riquezas del imperio. Trasladó la capital asiria a Nínive y construyó lo que se conocía como «el palacio sin rival». Embelleció y mejoró la estructura original de la ciudad y sembró jardines y vergeles. El historiador Christopher Scarre expone:
El palacio de Senaquerib poseía todos los complementos de una residencia importante Asiria: colosales figuras de guardianes y tallas excepcionales de bajorrelieves que sumaban más de 2000 placas en 71 habitaciones. Los jardines también eran extraordinarios. La asirióloga británica Stephanie Dalley sugiere que estos eran los famosos jardines colgantes, una de las siete maravillas del mundo antiguo. Otros escritores más recientes ubican los jardines colgantes en Babilonia, pero tras extensas investigaciones no se ha podido hallar huella alguna de los mismos. La orgullosa descripción que hace Senaquerib de los jardines del palacio que construyó en Nínive coincide con la de los jardines colgantes en varios detalles significativos. (231)
Senaquerib, insatisfecho con sus enormes riquezas y los lujos de su ciudad, condujo su ejército contra Babilonia, la saqueó y desvalijó sus templos, sin reparar en las lecciones del pasado. Al igual que antes, el pueblo vio el robo y la destrucción de los templos de Babilonia como la cúspide del sacrilegio, lo mismo que sus hijos, quienes lo asesinaron en el palacio de Nínive para aplacar la ira de los dioses. Aunque la motivación para asesinar a su padre podía haber el trono (tras verse desdeñados por la elección de heredero que hizo el rey a favor de su hijo menor, Asarhaddón, en el 683 a.C.), necesitaban una razón legítima, y la encontraron en la destrucción de Babilonia.
Uno de los primeros proyectos de su hijo Asarhaddón (681-669 a.C.) al tomar el trono fue reconstruir Babilonia, para lo cual emitió una proclama oficial que afirmaba que la ciudad había sido destruida por la voluntad de los dioses, debido a la maldad imperante en ella y a la falta de respeto por lo divino.
En ninguna parte de su proclama se menciona a Senaquerib o a su papel en la destrucción de la ciudad, pero establece con claridad que los dioses habían escogido a Asarhaddón como instrumento divino para su restauración: «En una ocasión, durante el reinado de un monarca anterior se dieron malos augurios. La ciudad insultó a sus dioses y por órdenes suyas la destruyeron. Me eligieron a mí, Asarhaddón, para devolver todo al lugar a donde pertenecía, para calmar su cólera y para apaciguar su ira».
El imperio se desarrolló bajo su reinado. Tuvo éxito en la conquista de Egipto, donde habían fallado los intentos de Senaquerib, y llevó las fronteras del imperio tan al norte como los Montes Zagros (actual Irán), por el sur hasta Nubia (actual Sudán), y por el oeste desde Anatolia (Turquía) y el Levante (Líbano e Israel de hoy) hacia el este. Sus triunfantes campañas y el meticuloso trabajo del gobierno aportaron la estabilidad para el desarrollo de la medicina, la alfabetización, las matemáticas, la astronomía, la arquitectura y las artes. Durant menciona:
En el campo de las artes, Asiria igualó a su preceptora Babilonia, y en los bajorrelieves la superó. Estimulados por el influjo de riquezas hacia Assur, Kalakh y Nínive, los artistas y artesanos comenzaron a producir joyas de todo tipo, a fundir y forjar metales con diseños tan habilidosos como los encontrados en las grandes puertas de Balawat, y a elaborar muebles de valiosas maderas, reforzados con metal, tallados con exquisitez e incrustados con oro, plata, bronce o piedras preciosas, para los nobles y sus señoras, para los reyes y sus palacios, y para los sacerdotes y los templos. (278)
Para asegurar la paz, la madre de Asarhaddón, Zakutu, también conocida como Naqia-Zakutu, estableció acuerdos de vasallaje con los persas y los medos, que requerían su sumisión antes del avance de su sucesor. El tratado, conocido como Tratado de Lealtad de Naqia-Zakutu, garantizó una transición suave de poder al morir Asarhaddón en medio de los preparativos de su campaña contra los nubios, y pasar el mando al último gran rey asirio Asurbanipal (668-627 a.C.). Asurbanipal fue el más ilustrado de los monarcas asirios; es probable que en la actualidad se le conozca más por la vasta biblioteca que recopiló en su palacio de Nínive.
Aunque era un gran mecenas de las artes y la cultura, Asurbanipal podía ser tan cruel como sus predecesores a la hora de asegurar el imperio y de intimidar a sus enemigos. Kriwaczek escribe:
¿Qué otro imperialista como Asurbanipal habría ordenado para su palacio una escultura decorada con su figura y la de su esposa mientras disfrutaban de un banquete en su jardín, rodeados por ambos lados de árboles, de donde colgaban la cercenada cabeza y segadas manos del rey de Elam, como terroríficos adornos navideños o frutas exóticas?». (208)
A manos suyas, los elamitas sufrieron una decisiva derrota que expandió al imperio hacia el este y el norte. En reconocimiento a la importancia de preservar el pasado, envió emisarios a todos los puntos de las tierras bajo su control y los hizo retirar o copiar los libros de esas ciudades o pueblos, para traerlos de vuelta a la real biblioteca de Nínive.
Asurbanipal gobernó el imperio durante 42 años, y en este período libró exitosas guerras y dirigió con eficacia. No obstante, el reino había crecido demasiado y las regiones estaban sobrecargadas de impuestos. Más aún, la vastedad de los territorios asirios hacía que resultara difícil defender sus fronteras. A pesar del tamaño del ejército, no había suficientes hombres para guarnecer todos los puestos de avanzada y fortalezas importantes.
Al morir Asurbanipal en el año 627 a.C., el imperio comenzó a resquebrajarse. Sus sucesores Assur-etli-Ilani y Sin-Shar-Ishkun no fueron capaces de mantener unidos los territorios, lo que trajo como consecuencia la escisión de las regiones. Los súbditos del imperio asirio consideraban que el control que ejercía era en extremo duro, a pesar de todos los avances y lujos que podía proveerles, por lo que los antiguos estados vasallos se rebelaron.
En el 612 a.C. una coalición de babilonios, persas, medos y escitas, entre otros, saquearon y quemaron Nínive. La destrucción del palacio hizo que sus paredes incendiadas cayeran sobre la biblioteca de Asurbanipal, lo cual sin ser intencional la preservó, al endurecer por cocción los libros de tablillas de arcilla y dejarlos enterrados. Kriwaczek escribe: «De esta manera los enemigos de Asiria no pudieron alcanzar su objetivo final cuando arrasaron Assur y Nínive en el 612 a.C., apenas 15 años después de la muerte de Asurbanipal: borrar el lugar que Asiria había ocupado en la historia». (255). Aun así, la destrucción de las grandes ciudades asirias fue tan absoluta que dos generaciones después de la caída del imperio, nadie recordaba dónde estaban. Las arenas cubrieron las ruinas de Nínive, que permaneció enterrada durante los siguientes 2000 años.
Organización política del Imperio Asirio
La forma de gobierno u organización política del imperio asirio fue básicamente una soberanía dominante y teocrática. Esto quiere decir que contaban con un rey quien, aunque no era considerado un dios, el poder que descansaba sobre este era absoluto, incluso influía sobre la religión. La división del imperio era realizada en provincias o satrapías, quienes eran gobernadas por un prefecto o sátrapa.
La autoridad de este consistía en el cobro de los impuestos, dirigir el ejército y administrar justicia. Además, al capturar naciones más débiles estas no eran ocupadas por los asirios, por el contrario, mantenían sus autoridades, pero ejercían sobre ellas un vasallaje. Esto quiere decir, que exigían hombres capacitados para que pelearan por ellos.
Religión del imperio asirio
La religión del imperio asirio era una derivación de la religión babilónica.
Sin embargo, esta difería en algunos aspectos como que el rey era el supremo y que este representaba a Assur, el dios líder. Además, contaban con una infinidad de dioses que variaban según las ciudades y en su mayoría consistían en elementos de la naturaleza convertidos en divinidad.
Entre los dioses que predominaban en este imperio se encuentran:
- La diosa Isthar quien era señalada como la señora de los pueblos o diosa del mar y la tierra.
- Anu, quien se conocía por ser el dios del cielo.
- Enlil, era el señor de los vientos y tempestades.
- Ea, era el dios de las aguas.
- El dios del sol Shamash, se consideraba amo de la luz que garantizaba la vida y el juicio a las acciones humanas con claridad.
Por su parte, Assur, considerado el dios de la vida pasa a ser el dios de todos los dioses cuando Asiria se convierte en imperio militar. De allí, su representación en un guerrero armado, con cabellos rizados abundantes y expresión agresiva.
A cada uno de estos dioses se le atribuían sentimientos y cualidades humanas, así como un poder ilimitado que mantenía con miedo a los habitantes de sus ciudades. Estos, contaban con demonios a su servicio que castigaban o protegían. Por tal razón, vivían con un temor permanente a la muerte y a los espíritus.
Economía del Imperio Asirio
La economía del imperio asirio reposaba principalmente en el cobro de tributos de todas las provincias y pueblos cercanos por conservar el respeto en las fronteras. Una gran fuente de ingresos era la actividad agrícola, en cuyas tierras fértiles se plantaba cebada y trigo como base de la alimentación. Para que las actividades comerciales fueran exitosas se estableció una cámara de comercio que fijaba los intereses, concedía los préstamos y resolvía los problemas de tipo financieros.
Estructura social del Imperio Asirio
El rey era la máxima autoridad política que podía delegar a su voluntad. vicario del dios Assur controlaba el aparato religioso y legitimaba su poder temporal.
El Gran visir de Assur controlaba la estructura administrativa a través del alto funcionariado. la estructura del imperio cambió a medida que crecía: la expansión creó un doble sistema a través del vasallaje (manteniendo las dinastías auctótonas9 y la creación de provincias que eran asirianizadas a través de la deportación.
En la parte social, la estructura se dividía en tres clases:
- La noble: Estaba formada por el rey quien era amo del país y recibía la fidelidad de todo el pueblo. De él dependían los ejércitos, los estados conquistados y las provincias.
- Los libres: Contaban con la posibilidad de tener algún privilegio como ser miembros del gobierno, ser comerciantes y en su defecto artesanos o trabajadores jornaleros.
- Los esclavos: Estos lo comprendían los deudores y los prisioneros de guerra, por lo que no contaban con ningún privilegio.
Todos los pobladores se regulaban con un código de derecho con penas severas que se comparaban al daño causado. El principio rector era el de ojo por ojo, también conocido como ley del Talión. Esta misma aseguraba la protección de las viudas, huérfanos y pobres.
El ejército asirio del siglo IX a. C. era la maquinaria bélica más sofisticada de su tiempo, en cuanto a su tamaño, al armamento empleado, a sus tácticas de combate, a los equipos de asedio, a la innovación, movilidad y soporte logístico, lo que hacía que tuviera una eficiencia militar plena.
Si bien, a comienzos del Imperio, el reclutamiento se producía por medio de levas, a las que había que añadir las milicias feudales de las provincias locales, muy pronto, el control de un amplio territorio obligó al empleo de tropas auxiliares nativas (Olmstead, A. T., 1951: 603). Éstas, formaban parte de las guarniciones urbanas de los territorios conquistados, al mismo tiempo que, cuando eran reclamadas, pasaban a integrar los ejércitos móviles asirios (Olms- tead, A. T., 1951: 604).
De todo este contingente militar, más de un tercio estaría compuesto por tropas auxiliares, encargadas de la protección de las provincias. Un veinte por ciento de toda la armada lo componían tropas de reserva, funcionando en los momentos de paz como una especie de milicia urbana, que podría ser llamada a filas cuando las necesidades lo requirieran. El resultado de toda esta fragmentación hacía que los ejércitos móviles asirios estuvieran formados por contingentes próximos a los 50.000 soldados. Sirva como ejemplo que, un ejército de este tamaño sería el equivalente a cinco divisiones pesadas americanas actuales (Gabriel, R. A., 2002: 129).
Cultura del Imperio Asirio
La historia del imperio asirio se destaca por violentas guerras y escenas de batallas que aseguran la crueldad de sus habitantes. Sin embargo, la cultura dejó gran significado debido a las edificaciones y resplandor artístico que aún en la actualidad son de gran valor. En lo que respecta a las manifestaciones culturales es digno destacar:
- Arquitectura del Imperio Asirio
La arquitectura se caracterizó por construcciones importantes, especialmente en las ciudades de mayor renombre como lo fueron Ninive, Asur y Calah. Aunque las obras no superaron la arquitectura egipcia, con el uso del ladrillo desplazaron la utilización de la piedra, madera o tierra para edificar los templos y palacios. Los aspectos que definieron este tipo de arte se encuentran:
La construcción de pisos rectangulares cuyo tamaño disminuía a medida que se acercaba el último.
La comunicación de estas edificaciones se realizaba a través de rampas o escaleras. El último piso, por lo general, era considerado morada de los dioses donde los sacerdotes observaban el firmamento.
En el caso de los palacios, estos se encontraban en áreas altas que impedían su inundación por lo que eran sólidos y resistentes. Las paredes eran decoradas con murales y relieves que indicaban la vida de los reyes.
Entre las obras más sobresalientes de esta época se encontró el palacio de Sargón, que tenía 208 salas. También, el palacio de Asurbanipal por la biblioteca que alojaba en su interior.
Dentro de las esculturas del imperio asirio, cuyos ejemplares detalla lo minucioso que eran, se encuentran los toros alados con cabezas humanas. Estos se colocaban a la entrada de algunas edificaciones como símbolos de protección. También, es posible hallar relieves en piedra y pintura con un realismo sorprendente que marca la agonía de un león o la muerte de un caballo en plena carrera.
|
| 1) Territorio del reino asirio primitivo; | 2) Límites del Imperio asirio bajo Sargón II; | 3) Límites del Imperio asirio bajo Asurbanipal |
Los hititas fueron los primeros asentamientos conocidos del mundo antiguo aparecieron en Oriente Próximo durante el Neolítico (finales de la Edad de Piedra). La ciudad neolítica de Çatal Höyük, en Anatolia, fue el primer asentamiento importante del mundo. Tras ella vendrían otros asentamientos, convertidos posteriormente en ciudades, en la zona de Mesopotamía, la fértil franja de tierra que se extiende entre los ríos Tigris y Éufrates, en la región que hoy día se conoce como Iraq.
En tono al año 2.000 aC., una serie de pueblos nómadas comienzan a asentarse en el centro de la Península de Anatolia, que en aquellos momentos estaba habitada por el pueblo de los hatti. Entre los recién llegados destacan los luwitas, palaitas y nesitas, los tres tienen en común el denominado origen indoeuropeo, es decir del amplio espectro de pueblos nómadas que deambulaban por las estepas, desde el subcontinente indio hasta Europa Oriental. Tras dichos asentamientos surgirán las pequeñas ciudades estado tradicionales del Mundo Antiguo, y que en torno al año 1.800 aC., comienzan a entrar en diversos conflictos entre ellas, buscando la supremacía de la zona.
- Antiguo Reino, 1750-1500 aC.
Según las fuentes escritas de sus vecinos asirios, Annita, descendiente del pueblo de los nesitas, sometió al resto de los pueblos de la zona para convertirse en el primer rey del Imperio hitita. Si en un principio se convirtieron en vasallos de los asirios, la decadencia de estos últimos, pronto les llevó a convertirse en el poder más fuerte de la zona. Al principio situaron la capital del imperio en Kültepe, territorio de los nesitas, debido a que la capital y principal centro comercial de la zona de los hatti, Hattussa, fue incendiada por el rey Annita.
Todas las dataciones que aparecen de este periodo son confusas, pero según el Rescripto de Telepinu, la fuente hitita más antigua, una serie de reyes gobernaron entre los siglos XVII-XVI aC., en los territorios hititas. Los tres primeros, Labarna I, Hatussil I y Mursil I, se convirtieron en los grandes conquistadores de territorios de la Península Anatolia, hasta conseguir unir bajo los designios de un mismo rey el Mar Negro y el Mar Mediterráneo. Pero tras las conquistas se sucedieron los problemas internos, el acceso al poder se convirtió en un continuado baño de sangre entre los candidatos de extrañas líneas sucesorias, amparadas en los designios de la nobleza hitita.
No sería hasta el final de este primer periodo, cuando el rey Telepinu I, que aproximadamente gobernó entre los años 1525-1500 aC., puso un poco de orden en la política interior del Imperio hitita. Se excluyó a la nobleza de las líneas sucesorias, incorporando una clara línea de sucesión dentro de la familia real. Para contentar a la aristocracia guerrera se fueron creando diferentes estamentos políticos, como una Asamblea general de ciudadanos denominada Panku, junto a la misma destacar Tribunal de justicia, que su cometido más importante era velar por el cumplimiento de las leyes de sucesión real.
- Imperio Nuevo, 1344-1178aC.
Pese a poner las bases de un imperio fuerte, tras la muerte de Telepinu I se sucedieron una serie de reyes de escasa relevancia. Además, coincidió con un periodo de esplendor de sus rivales geográficos, Egipto bajo el reinado de Thutmosis III, y un consolidado reino de los Mitanni, que ejercía de tapón entre los dos grandes imperios de la zona, egipcios e hititas. Por lo tanto, era necesario esperar la llegada de un rey más poderoso para continuar la senda conquistadora. Tudhaliya fue el primero de esta lista de reyes del Imperio Nuevo, entre sus logros, estuvo la conquista de la ciudad siria de Alepo.
En torno al año 1380 aC., llega al poder el rey que llevará al Imperio hitita a las más altas cota de poder. Suppiluliuma I, que gobernará los destinos del imperio cerca de medio siglo. Los primeros años de su reinado los dedicó a reprimir las revueltas internas y a preparar sus expediciones de conquista. Dicho periodo es conocido como “las tres guerras sirias”.
Los enemigos de los hititas fueron sus dos vecinos, Mitanni y Egipto, además la unión de ambos, aumentaba su fuerza. Por lo que Suppiluliuma I decidió aprovechar la ventaja que suponía, que el obsesionado religioso de Amenofis IV reinara en Egipto, para así, atacar las posiciones que Mitanni tenía en los territorios de Siria. Las primeras campañas favorecieron rápidamente a los hititas con los nuevos ejércitos mezcla de caballería y los rápidos aurigas tiradas por dos caballos. Pronto conquistaron de nuevo Alepo y Kadesh, un auténtico nudo de comunicaciones clave en el control del mediterráneo oriental. Pero lo difícil fue mantener las posiciones los siguientes años, las continuas coaliciones entre locales y mitanios llevó a los hititas a redoblar esfuerzos para mantener la zona. Aunque incluso consiguieron aumentarla durante la segunda campaña, llegando hasta Damasco y poniendo en grave peligro los accesos por tierra a los puertos de Biblos y Ugarit en manos egipcias.
Solo la peste, como relatan las tablillas del periodo de uno de los sucesores de Suppiluliuma I, en concreto Mursil II, detuvo las aspiraciones hititas de llegar a Egipto. Lo que sí que consiguió fue reducir los territorios mitanios hasta prácticamente los alrededores de su capital, Wassukanni, llevando al Imperio Mitanni a su práctica desaparición los siguientes años. Pero esta victoria hitita pronto se volverá en su contra, ya que es aprovecha por los vecinos de Mitanni, los asirios, para renacer y volver al primer plano de la lucha por los territorios al noroeste el creciente fértil.
Aproximadamente un siglo, les duraron a los hititas los territorios conquistados, pese a los grandes enemigos a los que se tuvo que enfrentar. En primer lugar, a los egipcios que tras la llegada de la XIX Dinastía recobró el espíritu guerrero, principalmente con Seti I y el sempiterno Ramsés II, el faraón más longevo de Egipto.
Durante este periodo se produjo una de las batallas más célebres de la historia antigua. En el año 1274 aC., se enfrentaron en Kadesh los ejércitos de Ramsés II y los de Muwattali, 40.000 hititas con 3.700 carros de guerra frente a los 16.000 egipcios con 2.000 carros. Pese a la desventaja egipcia el resultado siempre se ha considerado “en tablas”, ninguno de los dos ejércitos sometió claramente al otro ni en la batalla de Kadesh, ni en los siguientes años, manteniéndose en el mismo lugar la frontera entre ambos imperios. Este aspecto queda reflejado en el tratado posterior de Kadesh, celebrado precisamente en el mismo lugar de la batalla, pero quince años después, 1259 aC. Dicho tratado nos presentaba a dos pueblos en horas bajas, que debían pactar para defenderse de un rival común y superior, Asiria.
Si Egipto logró esquivar su final, no ocurrió lo mismo con los hititas. De los últimos reyes del siglo XIII aC., conocemos poco más que sus nombres, el último curiosamente tenía el mismo que el rey más grande de historia de este pueblo; Si Suppiluliuma II intentó imitar a su remoto antecesor, sucumbió en el intento. En frente de los hititas grandes reyes asirios como Salmanasar I o el gran Tukulti-Ninurta I, pero aun así podemos decir que su final vino de la mano de uno de los misterios de la historia antigua, sobre el año 1.200 aC., con la llegada de los denominados pueblos del mar. Os invito a conocerlos un poco mejor en el siguiente artículo: los-pueblos-del-mar
La cultura hitita
Tras conocer algunos de los detalles más importantes de su historia, no podemos dejar pasar la ocasión para conocerlos un poco mejor. Su conocimiento proviene de las bibliotecas de sus vecinos asirios y egipcios, pero sobre todo de su gran Archivo Real de Boghazköy, hallado en las inmediaciones de su antigua capital Hattussa.
En su estructura política hallamos ciertas diferencias con sus rivales y vecinos, podemos decir que el Imperio hitita era una unión de varios estados apoyados en uno central, que era gobernado por el rey. La figura de este último era la cúspide política del estado, y a pesar de que no la podemos considerar como absolutista, ya que era elegido por la Asamblea de Notables, en la práctica del trascurso de su historia los rasgos clásicos de este tipo de monarquía se fueron acentuando en los monarcas hititas. Se convertían en dirigentes de los ejércitos y en jueces supremos, además tras su muerte eran adorados como un dios más del panteón hitita. Al lado su esposa principal ejercía como reina madre del estado, y por último destacar la figura del joven príncipe heredero elegido por la Asamblea de Notables e incorporado tras la designación a las tareas de gobierno del estado.
La sociedad hitita estaba constituida por familias monógamas, solo los reyes y los altos dignatarios del estado tenían permitido la práctica de la poligamia. La línea hereditaria en las familias era masculina, y a las hijas se les tenía que dotar antes de contraer matrimonio. Destacar que, en una sociedad guerrera como la hitita, era imprescindible el reclutamiento, por lo que entre los hombres, el servicio militar era obligatorio.
El panku era una Institución del Reino Antiguo hitita en la que participaban los altos jefes del ejército y los oficiales de la corte. El término significa básicamente "todo". No ejerció nunca un poder independiente del rey. Se reunía por orden de éste y su función era dar consejos al monarca. El Testamento de Hattusili los menciona como "los guerreros del Consejo y los dignatarios", a los que el rey convoca para asuntos de Estado.
La religión de los hititas, como no podía ser de otra forma era politeísta y de tradición mesopotámica. Como en el resto del mundo antiguo, la religión se inmiscuía en la vida política y social del pueblo hitita. Significar que sus principales dioses eran Wurusumu, la diosa solar, y su esposo Teshub, dios de la tempestad. De ambos fue surgiendo el resto de gran panteón de dioses, estos se contabilizaban por cientos. Por todo el imperio se extendió la construcción de grandes lugares de culto, como Yazilikaya cerca de Hatussa. Estos servían a los reyes como escaparte de su supuesto lugar al lado de los dioses. En ellos se celebraban los más diversos festejos y celebraciones religiosas, la más importante, el Purullu, se llevaba a cabo tras el riguroso invierno, a la espera de las grandes lluvias que debían proporcionar esplendidas cosechas.
La escritura como parte esencial del mundo antiguo era practicada por los hititas desde su gestación como sociedad. En los archivos reales de Boghazköy, se han hallado dos formas diferentes de escribir, una más antigua basada en la escritura cuneiforme y una segunda más reciente a partir aproximadamente del Imperio Nuevo basada en los jeroglíficos hititas, por cierto, muy diferentes a los de sus vecinos egipcios. Ambas escrituras les sirvieron para expresarse en diferentes idiomas o dialectos, entre ellos los de sus pueblos de origen, es decir los luwitas o nesitas. En las celebraciones religiosas se usaba una lengua muerta como el sumerio, y en la documentación oficial o correspondencia internacional, la legua por excelencia del Próximo Oriente, la babilónica.
La sociedad hitita
La sociedad hitita se caracterizaba por una gran mezcla racial y cultural. En esta compleja amalgama social, los llamados hombres libres constituían la clase media, formada por guerreros, colonos, artesanos y campesinos.
La clase inferior de la sociedad hitita estaba formada por los esclavos, procedentes en su mayoría de los prisioneros de guerra, que recibían un trato humano muy superior al que se acostumbraba en otras civilizaciones de Oriente. Otro grupo social importante estaba formado por la milicia, pues el gran Imperio de Hatti fue un estado que se desarrolló mediante la acción militar.
El Imperio babilónico fue uno de las más importantes del mundo antiguo. El babilonio era un pueblo muy sofisticado, que construyó grandes ciudades e invento la astronomía, el calendario lunar y el zodiaco. También fueron grandes maestros del álgebra y las matemáticas avanzadas.
La capital del Imperio babilónico era Babilonia, situada en la llanura mesopotámica que rodea al río Éufrates. La primera dinastía babilónica fue fundada en torno a 1890 a.C, cuando un rey de la dinastía amorrita creó un reino en torno a su capital, Bab-ilu, situada cerca del Éufrates. Fue el comienzo del Imperio Antiguo babilónico, que duró hasta cerca de 1600 a.C.
- Orígenes (2100-1792 a. C.). Hacia 2100 a. C., el pueblo de origen semita llegó a la región mesopotámica y fundó la ciudad de Babilonia como una colonia comercial dentro de la red de ciudades-Estado sumerias. Con el tiempo, la ciudad comenzó a tener relevancia como centro religioso y comercial. En 1894 a. C., se instauró la primera dinastía independiente de la ciudad de Babilonia, con el príncipe amorrita Sumuabum. Los primeros reyes de esta dinastía se dedicaron a hacer crecer su ciudad, construyeron edificios religiosos y murallas, y desarrollaron la red de canales para la agricultura. Sumulailu protegió la ciudad con murallas y Sabum levantó el Templo de Esagila dedicado al dios Marduk. Esto les permitió tener un rol más importante en el juego de pactos y alianzas que caracterizaba la política de toda la región. Hacia el final del periodo, el reino de Babilonia controlaba las ciudades de Kish, Dilbbat, Sippar, Borsippa y Gudua.
- Imperio paleobabilónico (1792-1750 a. C.). En 1792 d. C., asumió Hammurabi como sexto rey de la dinastía babilónica. Al conquistar las ciudades asirias y reunificar las ciudades sumerias bajo su tutela, conformó un imperio que, actualmente, es llamado Imperio paleobabilónico. Durante su reinado, Hammurabi estableció un cuerpo de leyes escritas conocido como “Código de Hammurabi”, impuso el culto a Marduk (divinidad de la ciudad de Babilonia) como dios principal del panteón mesopotámico y estableció el acadio como idioma oficial dentro del Imperio.
- Periodo Mesobabilónico (1750-635 a. C.). Durante el reinado de los descendientes de Hammurabi, Asiria se independizó y comenzaron las incursiones de los casitas (un pueblo indoeuropeo) que, con el transcurso del tiempo, minaron el poder político del imperio. Hacia 1595 a. C., los hititas (un pueblo procedente de Anatolia) invadieron la región y derrotaron al último rey babilónico. Los casitas se apoderaron de la ciudad, fundaron una dinastía de príncipes babilónicos y llamaron a su reino Karduniash. Los gobernantes casitas se adaptaron a la cultura babilónica, tomaron la lengua acadia como propia, siguieron las ceremonias establecidas por los grupos sacerdotales locales y mantuvieron el sistema de gobierno previo. Los casitas desarrollaron relaciones diplomáticas con el Reino de Egipto, lo que les permitió gozar de cierta estabilidad política. Hacia 1360 a. C., los asirios conquistaron toda la región y Babilonia quedó dentro de su Imperio.
- Imperio neobabilónico (635-538 a. C.). A la muerte del último emperador asirio, Babilonia recuperó su independencia. Nabopolasar fue el primer rey de la nueva dinastía babilónica. Se alió con los medos para destruir la capital asiria y expandir la influencia babilónica en toda la región. Nabudocodonosor II, su hijo, logró conquistar toda Mesopotamia, Fenicia y Palestina, y firmó acuerdos de paz con los pueblos vecinos de los medos y los egipcios. Durante este periodo, Babilonia se convirtió en la ciudad más importante del Cercano Oriente, sede cultural de toda la región. En 538 a. C., los persas invadieron Babilonia y la convirtieron en una provincia de su imperio
|
Babilonia |
Estructura social en el imperio babilónico
La sociedad babilónica se dividió en tres grandes grupos establecidos por la ley: nobles, hombres libres y esclavos.
- La nobleza. Se llamaba a sí misma mar bani, que significaba “gentes de bien”. Estaba integrada por gobernadores, jueces, funcionarios, sacerdotes y oficiales del ejército. Eran terratenientes y acaparaban las diferentes funciones del Estado.
- Los hombres libres. Incluían a la población de comerciantes, campesinos y artesanos. Debían pagar impuestos y trabajar en la construcción de grandes obras cuando el emperador lo establecía. Los campesinos podían ser pequeños propietarios de tierras, arrendatarios (alquilaban tierras para trabajar) o jornaleros (trabajaban tierras ajenas a cambio del pago por jornada). Los artesanos integraban profesionales de diferentes y variados rubros: carpinteros, metalúrgicos, orfebres, tejedores, alfareros, cerveceros, etc. Los mercaderes se organizaban para invertir de manera coordinada y recibían ayuda del Estado para establecer lazos comerciales con otros reinos y ciudades.
- Los esclavos. Eran personas que habían perdido su libertad, ya sea como prisioneros de guerra o como castigo por haber cometido delitos graves o no pagar sus deudas. También había esclavos que habían sido comprados por comerciantes en otros lugares y revendidos localmente. Los esclavos podían poseer bienes, realizar intercambios económicos y tener su propia familia (incluso, podían contraer matrimonio con personas libres). Sin embargo, podían ser comprados, vendidos, intercambiados, alquilados e incluso heredados por sus amos.
La religión babilónica era politeista. Durante los períodos imperiales, los babilonios establecieron un culto unificado en todo el imperio, en el que el dios Marduk (patrono de Babilonia) se imponía sobre el resto de los dioses (cuyo culto además se mantenía en las ciudades conquistadas).
Su economía se organizó en torno a la agricultura, el comercio y la imposición de tributos.
- La agricultura y la ganadería fueron posibles gracias al desarrollo de canales y sistemas de riego que permitieron hacer uso del agua de los ríos Tigris y Éufrates. El Estado babilónico repartía sus tierras en tres categorías: tierras dedicadas a la producción de cereales, tierras de palmerales (resistentes a las condiciones de salinización del suelo) y tierras para el pastoreo.
- El desarrollo de artesanías en metalurgia, orfebrería y textiles
- Los comerciantes realizaban intercambios entre las ciudades mesopotámicas, y durante el imperio neobabilónico (635-538 a. C.) llegaron a establecer una red comercial con los pueblos del Mar Mediterráneo.
Leyes. El código de Hammurabi
Los babilonios crearon el primer código legal escrito, denominado Código de Hammurabi, que estaba formado por 282 leyes. Este código resultó de influencia para los sistemas legales de civilizaciones posteriores e incluyó, principalmente, leyes basadas en la ley del talión (“ojo por ojo, diente por diente”). El código Hammurabi fue creado por el rey Hammurabi en el 1750 a. C. y estaba formado por leyes que habían sido dictadas por Shamash (dios que regía la justicia) y que evidencian la estructura social y económica de esta civilización.
|
Código de Hammurabi |
Fenicia
Los fenicios fueron una de las civilizaciones más importantes de la antigüedad y extendieron su legado entre los años 1.500 y 330 antes de Cristo. Se extendían en torno a una región conocida antiguamente como Canáan y que comprende los actuales estados de Israel, Líbano y Siria.
Los fenicios –también conocidos como ‘cananeos’ o ‘púnicos’- son unos de esos pueblos damnificados por la Historia, unas verdaderas ‘víctimas de la Historia’. Competidores de griegos, de hebreos, y después enemigos de los romanos, la imagen que de ellos nos dan los textos de esas culturas es lógicamente cruel y despiadada.
La arqueología actual ha demostrado que los fenicios son autóctonos, sin embargo, a esta población original y a lo largo del tiempo se fueron integrando grupos de otras latitudes, principalmente de las costas del Mar Rojo.
Si bien la región estuvo habitada desde la prehistoria, las características propias de la civilización fenicia las podemos ubicar desde finales de la Edad de Piedra (neolítico) 3,400 a.C. y el comienzo de la Edad de Bronce (3,200 a.C.).
La civilización fenicia tuvo una sorprendente continuidad en el Levante Mediterráneo durante más de tres mil años. Esto es observable en sus prácticas culturales cotidianas, en sus ciudades, lengua, organización política y social y en sus prácticas religiosas.
Comenzó su expansión por toda la cuenca del mar Mediterráneo a finales del segundo milenio (1,200 a.C.)
Los fenicios estuvieron presentes en el Mediterráneo y costa Atlántica de África y Europa. En África se asentaron principalmente en Marruecos, Argelia, Túnez y Libia. En Europa, los asentamientos más importantes estuvieron en España y Portugal. Además hubo presencia fenicia en muchas otras localidades.
A lo largo de la historia podemos identificar diversas expresiones de la cultura fenicia entre ellas:
- Fenicios cananeos* (3,300 a 330 a.C.) *En el Medio Oriente
Fenicios occidentales** (1200 a.C. a 46 a.C.) Fenicios, Cartagineses, Púnicos, Libiofenicios, Neopúnicos, Reino de Numidia. **En el norte de África y en Europa
- Fenicios grecorromanos* (330 a.C. a 395 d.C.)
- Fenicios bizantinos* (395 al 636 d.C.) Fenicios cristianos.
La economía fenicia era esencialmente marítima, con una fuerte dinámica de intercambio entre sus propias ciudades y con el extranjero. Llegaron a ser una potencia comercial en la región, razón por la que se les considera los grandes mercaderes de la Antigüedad. Comerciantes de materias primas y productos suntuarios.
Los fenicios eran politeístas y adoraban a distintos dioses. Si bien cada ciudad tenía su principal panteón, en todas se practicaba el culto a Baal y Astarté, el matrimonio divino que representaba el sol y la luna.
- Arte y arquitectura. Durante siglos, los fenicios utilizaron los estilos egipcio y asirio en sus diseños artísticos y arquitectónicos. La producción artística tenía fines comerciales, por lo que las cerámicas y artesanías tomaron formas y diseños de aquellas regiones con las que se comerciaba.
- Escritura. Los fenicios crearon un sistema de escritura alfabética, compuesto por 22 signos fonéticos. Los signos se diferenciaban en vocales y consonantes, que se combinaban para formar palabras. Este sistema era fácil de aprender y utilizar, por lo que resultó muy conveniente para el uso comercial. Se difundió a través de las rutas y los enclaves comerciales fenicios, y terminó siendo adoptado por otros pueblos, como los griegos y los latinos, que lo tomaron como base para sus propios sistemas de escritura.
- Exploración marítima. A lo largo de su historia, los fenicios fueron expandiendo sus rutas comerciales hacia espacios marítimos cada vez más lejanos. En este sentido, fue clave la fundación de colonias, que les permitió asegurarse puertos y depósitos de mercaderías. Viajaban por el Mediterráneo entre marzo y octubre, y utilizaban dos rutas distintas (la del sur, a lo largo de la costa africana; y la del norte, entre las islas del Egeo).
- Intercambio económico. Para los intercambios comerciales, los fenicios tenían diferentes métodos: negociaban directamente desde los barcos a los puertos a los que llegaban, desembarcaban en la playa y negociaban con los habitantes del lugar, o descargaban las mercaderías en la playa y esperaban a que los habitantes locales realizaran sus ofertas.
- Intercambio cultural. A través de las relaciones comerciales, los fenicios se convirtieron en portadores de cultura entre las diferentes regiones. Con su contacto constante, favorecieron la difusión y mutación de diversas tradiciones culturales.
Hacia el 1400 a. C., la meseta de Irán comenzó a ser habitada por dos grupos nómadas de lengua indoeuropea: los medos, en el norte, y los persas, en el sur. Estos pueblos hablaban la misma lengua y compartían creencias y costumbres. Sin embargo, no se reconocían como una identidad común. Durante siglos, el imperio asirio dominó la región y obligó a medos y persas a pagar tributos. Hacia el siglo VII a. C., los medos se independizaron y fundaron una fortaleza llamada Ecbatana, que se convirtió en su capital. En 612 a. C., el rey medo derrotó a los asirios e impuso su dominio a los persas.
El antiguo reino de Elam, situado en esta zona, fue uno de los más avanzados de su época (su asentamiento más antiguo, el yacimiento arqueológico de Chogha Bonut, data alrededor del 7200 a.C.) antes de que los sumerios conquistaron primero algunas partes, para ser finalmente absorbido por los asirios y luego por los medos. Al Imperio medo (678-550 a.C.) le siguió una de las mayores entidades políticas y sociales del mundo antiguo, el Imperio persa aqueménida (550-330 a.C.), conquistado por Alejandro Magno y posteriormente sustituido por el Imperio seléucida (312-63 a.C.), Partia (247 a.C.-24 a.C.) y el Imperio sasánida (224-651 a.C.) sucesivamente. El Imperio sasánida fue el último de los gobiernos persas que mantuvo la región antes de la conquista árabe musulmana del siglo VII d. C.
El Imperio persa (también conocido como imperio aqueménida) fue un imperio de Asia Central que existió entre 550 y 331 a. C. Los persas construyeron el imperio más grande y poderoso de la época, conquistaron a los diferentes reinos de la Mesopotamia asiática, el Levante, Siria, los pueblos de Anatolia y parte de las ciudades griegas.
Hacia 550 a. C., el rey persa Ciro II El Grande organizó una rebelión y logró tomar la capital de los medos. Luego, comenzó una serie de campañas militares para extender su dominio y conquistó los reinos de Lidia, Babilonia y otras ciudades de la Mesopotamia asiática. Las regiones de Fenicia y Jerusalén fueron dominadas pacíficamente.
Ante la parquedad de las fuentes orientales sobre su infancia y juventud, Heródoto relata cómo se libró de la muerte al nacer planeada por su abuelo Astiages. Derrotó y destronó a su abuelo Astiages y, siguiendo a Jenofonte y Ctesias, no dudó en casarse con una hija de Astiages para consolidarse en el trono medo uniéndolo al persa.
Prosiguió sus conquistas en Lidia y Cilicia y toda el Asia Menor. Venció a Nabónido incorporando el imperio babilonio. Al este amplió el imperio persa a Sogdiana, Bactriana y Margiana. Murió combatiendo a los masagetas de la reina Tomiris en el 530 a. C.
Luego de la muerte de Ciro II el poder persa quedó en manos de su hijo, Cambises II, quien estuvo al mando de la conquista de Egipto en el 525 a. C. La máxima consolidación del imperio se dio en el reinado de Darío I, quien se encargó de realizar muchas de las obras que permitieron la interconexión y organización de los territorios y el desarrollo de ciudades y palacios.
Aunque Darío I continuó con la política de tolerancia y legislación humanitaria de Ciro II, durante su reinado estallaron disturbios, lo cual no era raro, ya que las provincias solían rebelarse tras la muerte de un monarca, remontándose al imperio acadio de Sargón el Grande en Mesopotamia (que gobernó del 2334 al 2279 a.C.). Las colonias griegas jónicas de Asia Menor hicieron lo propio contando además con el apoyo de Atenas, con lo que Darío lanzó una invasión a Grecia, detenida en la batalla de Maratón en el año 490 a.C.
Tras la muerte de Darío I, le sucedió su hijo Jerjes I (que gobernó del 486 al 465 a.C.), de quien se dice que reunió el mayor ejército de la historia hasta ese momento para su infructuosa invasión de Grecia en el 480 a.C. Después, Jerjes I se ocupó de proyectos de construcción, sobre todo de la ampliación de Persépolis, al igual que sus sucesores. El Imperio aqueménida se mantuvo estable bajo los gobernantes posteriores hasta ser conquistado por Alejandro Magno durante el reinado de Darío III (336-330 a.C.). Darío III fue asesinado por su confidente y guardaespaldas Bessus, que se autoproclamó Artajerjes V (y gobernó del 330 al 329 a.C.), pero poco después fue ejecutado por Alejandro, que a su vez se autoproclamó sucesor de Darío y a menudo se le considera el último monarca del Imperio aqueménida.
Algunas de las principales características del Imperio persa fueron:
- Existió entre 550 y 330 a. C. y dominó Asia Central, Mesopotamia, Palestina, Egipto, Anatolia y parte de Grecia.
- Su organización política se basó en la figura del emperador y combinó una administración central fuerte con un el de la flexibilidad y la tolerancia.
- Estuvo liderado por la dinastía Aqueménida, representada por: Ciro II, Cambises II, Darío I, Jerjes, Artajerjes I, Darío III, entre otros.
- Su capital estaba instalada en Persépolis, considerada uno de los máximos emblemas de la civilización persa.
- Su territorio estaba dividido en satrapías, que permitían una administración ordenada de la política y la economía imperial.
- Se destacó en el comercio y en el desarrollo de rutas comerciales que permitieron conectar todos los territorios del imperio.
- Su cultura tomó rasgos y tradiciones propias de los territorios conquistados y se caracterizó por el desarrollo de la arquitectura y el arte.
En cuanto a la religión, los persas profesaban el zoroastrismo, religión que había sido revelada por el profeta iraní Zoroastro y que planteaba la adoración a un dios supremo: Ahura Mazda.
El Imperio persa se caracterizó por respetar la cultura y las tradiciones de las regiones dominadas y, en muchos casos, incorporó varias de estas costumbres.
- Arquitectura. Los persas se destacaron en la construcción de palacios, grandes edificaciones amuralladas que solían ser la vivienda de emperadores o nobles. El palacio de Persépolis, ubicado en el este del país, fue uno de los más reconocidos y funcionó como la capital del imperio. Los palacios persas se repartieron por los diferentes terrenos conquistados y estaban decorados con frescos, mosaicos y esculturas.
- Arte. Las clases altas de cada región tomaron el estilo artístico persa en la producción de joyas y bienes de lujo. Adoptaron sus estilos decorativos y sus vestimentas para posicionarse socialmente como parte de la elite.
- Ejército. El ejército persa estaba formado por arqueros, caballería, infantería y una gran flota naviera. A medida que el imperio se agrandó, el ejército incorporó otras técnicas locales.
- Sepulturas. Los persas se destacaron por su ritual de sepultura. Tras morir un ser querido no lo enterraban porque consideraban que los cuerpos contaminaban la tierra. Los cadáveres, entonces, quedaban sobre estructuras de piedra situadas en altura. A los emperadores, les construían tumbas elevadas sobre el suelo. La decoración de la tumba era sencilla, pero en su interior el ajuar funerario consistía en un sarcófago de oro, vestimentas de lujo y joyas con piedras preciosas.
- Economía: Fuente principal de riqueza, la tierra. Sistema impositivo sobre la producción agraria de cada satrapía en tiempos de Darío I aunque algunas estuvieron exentas como Persis, zonas del sur de Palestina… que en su lugar enviaban regalos. No solo se tributaba por los rendimientos agrícolas, también se aplicaban impuestos a multitud de oficios y negocios.Pagos de impuestos en especie o en metálico, por ejemplo, la satrapía de Media enviaba al Tesoro Real central espadas, pulseras y paños. Uso de moneda inventada por los lidios y adoptada por los persas en tiempos de Darío I (dáricos o arqueros de oro) que tenía derecho exclusivo de acuñación aunque también acuñaban los sátrapas y algunas ciudades.
- Religión: El zoroastrismo es una fe monoteísta fundada por el profeta persa Zoroastro (también llamado Zaratustra o Zatosht), entre alrededor del 1500 y el 1000 a. C. Sostiene que hay una deidad suprema, Ahura Mazda (Señor de la Sabiduría), creador y mantenedor de todas las cosas, y anima a sus adeptos a expresar su fe a través del principio de Buenos Pensamientos, Buenas Palabras y Buenas Obras. El zoroastrismo fue adoptado por el Imperio persa aqueménida (c. 550 - 330 a. C.) y el Imperio parto (247 a. C. - 224 d. C.), y encontró su máxima expresión durante el Imperio sasánida (224 - 651 d. C.).
Comenzamos este resumen de la historia de Israel con su origen. Lo podemos encontrar en la antigua tierra de Canaán, siendo el lugar donde nace este pueblo. Según la tradición, descienden de la familia de Abraham que había vivido en UR para acabar asentándose en Canaán. Sus descendientes se denominarían hebreos.
Canaán es un punto de encuentro comercial, que constituye una zona fundamental del Oriente Próximo donde se encuentran (o luchan unas contra otras) las potencias de la zona. Era una zona de particular importancia económica. Está en el medio de Egipto, Mesopotamia, Asia Menor y el Mediterráneo: corredor por el que transitaban las principales vías comerciales de la época (como la vía del incienso). Del 2000-1350 A.C los príncipes cananeos eran tributarios de los faraones. Del 1350 A.C para adelante, divididos en dos zonas de influencia: Norte para los hititas, Sur para Egipto. Y después del 1100 A.C comenzaron a tener formas políticas más autónomas.
Según el relato bíblico, Israel surgiría de Abraham, Isaac y Jacob, tendrían 12 hijos: 12 tribus de Israel. Van a Egipto. Ali están sometidos a la servidumbre, trabajando en las obras públicas. Liderados por Moisés en su salida, viajan por el desierto durante 40 años, cosa sorprendente teniendo en cuenta que se puede recorrer en tres las dice. Después de andar errando por el desierto, y muerto Moisés, se lanzan a la conquista de la Tierra Prometida dirigidos por Josué, en una guerra relámpago.
En una primera etapa, Israel está organiza en una estructura preestatal (el período de los “jueces”), constituyendo una federación de tribus patriarcales. El país no está religiosamente unificado, no existe la centralización del culto posterior, sino que el país está lleno de santuarios y sacerdocios de Yahveh, la divinidad nacional. No hay una milicia profesional, ni nobles. Un segundo período, es el de la monarquía unificada, con David (que sucede a Saul como rey de Judá) y Salomón. El modelo de Estado es de una monarquía absoluta, donde ya existe aristocracia, entre la que destaca la aristocracia sacerdotal que había visto alrededor del Templo de Jerusalén, lugar en el que se centraliza el culto.
Salvo los períodos de David y Salomón, Israel estuvo dividido en dos reinos: el Norte (Israel) y el Sur (Judá). En el 732, el reino de Israel en alianza con el de Aram, amenazan la Jerusalén. El rey de Judá, Ahaz llama a los asirios, convirtiéndose en tributario, para que lo ayuden. Asiria saquea Israel y Aram, se anexionando Aram y grande parte de Israel, y deportando una parte de la población del reino de Israel. En el 722, Israel cae en manos de Asiria y la población es deportada. La monarquía del Norte (la israelita desaparece). En el 701, el reino de Judá procura la alianza con Egipto para acabar con el vasallaje a Asiria, lo que provoca el asedio asirio en el 701 a Jerusalén que aún no fue tomada. En las décadas siguientes, el reino de Judá será un estado vasallo/aliado de las potencias de la zona. En 597, Judá se convierte en un protectorado babilónico.
Diez años más tarde, el rey babilónico Nabucodonosor entra en Jerusalén y destruye el templo, acabando con el reino de Judá, y deportando su población, abriéndose así el conocido período del exilio, en el que se forja en grande parte el judaísmo clásico del período posterior del segundo Templo. En el año 538, el rey persa permite el retorno a Israel de la población exilada. Reconstrucción del templo que vuelve a funcionar a partir del 520. Inicio del período clásico del judaísmo. En el año 334, y con la expansión griega de la mano de la dinastía Macedonia, Alexandre Magno conquista Israel. Esta ocupación de Israel producirá, como en tantos otros lugares un proceso de helenización que es altamente conflictivo.
En 169 Antíoco Epífanes (uno de los reyes de los diferentes reinos, en concreto, el de Siria, en la mano de la dinastía de los Seléucidas, en los que se dividió el imperio de Alexandre Magno después de la su muerte) usa el tesoro del Templo, ponen un altar a Zeus en su recinto (cosa abominable a los ojos de los judíos), y promulga varias medidas que suponen la helenización forzosa del país, de Jerusalén y su templo. Lo que provoca la revuelta de los Macabeos en el año 164, en la que los israelitas derrotan a el rey seléucida, y se impone un rey, que, como grande novedad, une en sí mismo la realeza y el sumo sacerdocio de Israel. Es en este período cuando aparece el fenómeno de las sectas dentro del judaísmo que mencionan las fuentes cristianas, como los fariseos, los saduceos, y la secta de los Manuscritos del Mar Muerto (probablemente el grupo mencionado por Flávio Josepho o por Filón de Alejandria como “esenios”). En 142, Israel se convierte otra vez en vasallo de los seléucidas, aunque tendrá una mayor autonomía. En el año 63, Pompeyo conquistará Israel.
Estructura social israelita
Las clases sociales reflejaban esto: había una clase social para los sacerdotes, mientras que el resto de la civilización estaba esencialmente dividida entre gobernantes, los militares o la corte real, y la clase trabajadora, como agricultores y artesanos.
El rey de Israel era responsable no solo de gobernar la nación y defenderla o interactuar con otras naciones, sino también de gobernar en nombre de Yahweh , el dios israelita. La religión israelita antigua se basaba en gran medida en pactos o contratos entre el pueblo y Yahweh, por lo que el rey era responsable de mantener estos pactos.
Los miembros de la sociedad que no eran líderes reales o religiosos estaban divididos entre los burócratas y la clase trabajadora. Los burócratas, o clases altas , estaban formadas típicamente por terratenientes y soldados. Los soldados trabajarían para el gobierno conquistando otras tierras y defendiendo a Israel y a su rey de enemigos extranjeros. Los propietarios de las tierras a menudo heredaban sus propiedades y luego contrataban trabajadores para trabajar en ellas.
- Religión monoteista. El concepto central del judaísmo es la alianza, o pacto, con Dios, la cual se remonta a los tiempos de los israelitas, antiguo pueblo de Oriente Próximo. De hecho, los judíos se consideran ligados a Dios por una serie de alianzas. La primera fue la alianza abrahámica, que distinguía específicamente a los israelitas como pueblo elegido de Dios, y los posteriores pactos mosaicos (mediados por Moisés) renovaron este lazo inicial.
- La tradición judía divide la Biblia en tres partes: la primera, denominada Torá o Pentateuco, relata la creación del mundo por Dios y su alianza con Israel, y recoge las leyes de los israelitas. La tradición atribuye la Torá a Moisés; sin embargo, los expertos consideran que fue compuesta por varios autores a lo largo de varios siglos. La segunda parte, los Profetas, relata la historia de Israel desde la llegada del pueblo a Canaán hasta la caída del reino, cuando su capital y su templo fueron destruidos y el pueblo fue exiliado. Contiene, además, los escritos de los profetas. La parte final, los Escritos, comprende una colección diversa de composición posterior.
Otros datos de interés
-2000 - Abraham, patriarca hebreo y figura principal de los religiones judía, cristiana e islámica, jefe de un clan arameo que emigró de la región de Ur, fue beneficiario de una alianza divina, cuyo signo es la circuncisión.
1900 - Isaac, hijo de Abraham y Sara, fue ofrecido en sacrificio por su padre como prueba de su fe en Dios. Isaac, casado con Rebeca, tuvo los mellizos Esaú y Jacob.
1800 - Jacob, es el último de los patriarcas bíblicos; sus doce hijos dieron nombre a las 12 tribus de Israel. Se cuenta que le cambió la primogenitura a Esaú por un plato de lentejas. Después de algunos años de vida nómade en Mesopotamia, volvió a Canaán.
1500 - Los
chinos crean la escritura ideográfica o analítica, en las que el signo denota una palabra o un morfema.
1400 - Violenta destrucción de Jericó, que tuvo una época floreciente. Probablemente, ya estaba en ruinas al llegar los israelitas.
1380 - Ramsés II, es uno de los grandes faraones de un Egipto, por entonces, el país más rico del Mediterráneo. Realizó grandes construcciones y templos.
- Moisés condujo a los israelitas a la Tierra Prometida, labor que concluyó Josué. Por esa época comienzan las invasiones de los filisteos y pueblos del mar
1300 - Probable período de Éxodo
1200 - Faraón Menepta, décimo tercer hijo de Ramsés II, ascendió al trono cuando ya había cumplido los 60 años. Defendió con éxito a Egipto de una gran invasión desde Libia.
1150 - Comienza la civilización olmeca, en México y sus últimas manifestaciones son del años 300 d.C. Establecieron un calendario y crearon el más antiguo sistema de escritura de América. Estos pueblos eran grandes comerciantes.
1100 - Los egipcios desarrollan, el alfabeto escrito, base de las modernas escrituras europeas. 1000
- David, hijo de Jesé, propietario de Belén, sucedió al rey Saúl, sometió a los adomitas, arameos y emonitas y convirtió en capital a Jerusalén, antigua ciudad cananea.
950 - Reinado de Salomón, hijo de David y Betsabé, reforzó el ejército con la creación de la caballería , una unidad de carros de combate y una gran flota mercante. Edificó el primer Templo, obra que demandó siete años para su construcción
720 - Asirios conquistan Israel
650 - En Asia Menor circulan las primeras monedas al tiempo que los griegos desarrollaban la Filosofía racionalista. y Tales de Mileto predecía un eclipse de sol.
600 - Caída de Jerusalén bajo Nabucodonosor de Babilonia.
- Vida de Jeremías, profeta bíblico que dio a la religión de Israel la orientación decisiva que le permitió afrontar la prueba del exilio y conservar su cohesión y espíritu.
550 - Ciro de Persia conquista Babilonia y permite a los judíos volver a Jerusalén
530 - Destrucción de Jerusalén y en el 510 se inicia la construcción del Segundo Templo.
486 - Muere Siddartha Gautama, fundador del budismo. El budismo se ha extendido por muchos país de Asia, pero en la India, donde nación es una religión minoritaria.
480 - Vida de Eurípides, poeta y dramaturgo griego. Sus obras más conocidas son "Ifigenia en Táuride, Alcestes, Medea, Electra, Orestes, Las suplicantes. (+406).
468 - Vida de
Sócrates, no dejó obras escrita; Aristófanes lo denigró, Jenofonte da de él una imagen simplista, pero es su discípulo Platón que le da dimensión histórica. (+400)
460 - Reconstrucción de las murallas de Jerusalén
428 - Vidas de Platón, considerado el padre de la Filosofía Moral. (+347) y de Aristóteles, (428) considerado el Padre la Filosofía Natural (+322).
330 - Alejandro Magno, hijo de Filipo II de Macedonia, tuvo como preceptor a Aristóteles. A los 33 años había fundado un imperio, incluso conquistó las tierras de Palestina
310 - Ptolomeo I de Egipto se anexiona Palestina
290 - Se funda la Biblioteca de Alejandría que se dice logró tener 400.000 libros.
287 - Vida de Arquímedes. Dijo:
Dadme un punto de apoyo y levantaré el mundo y es famoso su ¡Eureka! al establecer que su tina de baño desplazaba tanto líquido como el peso de su cuerpo. Fue asesinado en el año 212 a.C .
270 - Aristaco de Samos, es el primero en concebir la imagen heliocéntrica del mundo.
200 - Los palestinos pasan del gobierno egipcio al siro de Antioco III
180 - Antioco IV saquea el Templo lo que originan las primeras revueltas de los macabeos. patriotas judíos que le dan carácter de guerra santa, oponiéndose a la helenización preconizada por el rey seléucida
90 - Pompeyo, combatió con éxito las tropas de Mario en Sicilia y África. Sus tropas lo proclamaron emperador. Vuelto a Roma con Craso y César formó el primer triunvirato; estaba casado con una hija de Julio César.
73 - Herodes, el Grande, logró que Roma le atribuyera el título de Rey de Judea; ayudado por las tropas romanas conquistó Jerusalén. Su hijo Herodes Antipas, tetrarca de Galilea y Perea, fundó Tiberiades, hizo decapitar a Juan, el Bautista y ante él compareció Jesús durante su proceso.