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martes, 19 de noviembre de 2019

HOMENAJE A BUENAVENTURA DURRUTI

Buenaventura Durriti (León, 1896 - Madrid, 1936) fue un dirigente anarquista español y una de las figuras legendarias del anarquismo. Hijo de un obrero de ideología socialista, trabajó desde los catorce años como mecánico ferroviario en León. En 1913 se afilió en la sección metalúrgica de la Unión General de Trabajadores (UGT). Tras participar en la huelga revolucionaria de agosto de 1917, hubo de exiliarse a Francia.

Era el segundo de ocho hermanos. El padre de origen vasco (de Lapurdi) era un curtidor que junto a su hermano Ignacio participan en la huelga que este gremio protagonizó en 1903 en León para reivindicar la jornada de 10 horas. Las condiciones en las que vivían ‘Los Durruti’ como la de muchos otros trabajadores de León eran deplorables por aquellos años, se siente impresionado por las condiciones de vida de aquellos hombres que recogían colillas del suelo para poder fumar (así lo relató su hermano Santiago al escritor leonés Julio Llamazares, autor entre otras obras maestras de “Luna de lobos” llevada al cine): Se puso a trabajar en una huerta de Santa Ana y vendió los melones con los que le pagaron para comprarles tabaco, les llevó las cajetillas, y en presencia del maestro proclamó: «Lo más triste de un hombre es trabajar toda la vida y llegar a viejo sin recursos y tener que ir a un asilo de mendicidad para vivir malamente. Yo, como soy chico, pido a mis maestros, que me eduquen como mejor sepan para poder ser útil a los trabajadores» (La entrevista es recogida en el libro ‘Los Durruti’; apuntes sobre una familia de vanguardia de José Antonio Martínez Reñones).

A los 14 años deja de ir a la escuela y empieza a trabajar en el taller de Melchor Martínez, iniciándose en la mecánica y en el socialismo de conciencia -su hermana Rosa contó que venía con un real a casa y decía: «Madre, mire lo que la traigo; mientras ellos se enriquecen mire usted lo que la traigo» (Relata Wenceslao Álvarez Oblanca en la Historia del anarquismo leonés). Cumplidos los 20, en 1916, ingresa en el Depósito de Máquinas del ferrocarril, el empleo le dura poco, fue despedido tras la huelga de 1917. Hubo 200 detenidos en toda la provincia. De los mil ferroviarios que se presentaron a trabajar tras terminar la huelga sólo fueron admitidos seiscientos. José Buenaventura Durruti se estrena por primera vez como preso en la cárcel de León. Esta experiencia refuerza su conciencia. No tardó mucho en comprender que las huelgas y manifestaciones pacíficas no son suficientes para hacer avanzar reivindicaciones, causa e historia de clase; que los banqueros, terratenientes y grandes empresarios de la industria y el Estado representan la explotación, la supeditación de una clase sobre otra. Tras su salida marcha a Asturies y al poco tiempo a Francia para no hacer el servicio militar. A partir de este momento su vida es un peregrinaje de país en país y de cárcel en cárcel. Regresa en 1919, vuelve una vez más a Asturies, empleado como mecánico en La Felguera, uno de los núcleos industriales más importantes de la época. Allí conoce a ‘El Toto’, el leonés Gregorio Martínez Garmón, de Santa María del Páramo que le informa de los progresos del sindicato en la provincia con Laurentino Tejerina a la cabeza, mientras otro leonés Ángel Pestaña impulsaba su expansión en Barcelona; así es como entra en contacto y afilia a la CNT.

A su regreso a España en 1920, se estableció en Barcelona e ingresó en la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Junto a Ricardo Sanz, Francisco Ascaso y Joan García, entre otros, fundó en 1922 el grupo anarquista Los Solidarios, al que se atribuiría en 1923 el atentado contra el cardenal y arzobispo de Zaragoza Juan Soldevila. Su objetivo era luchar contra las bandas armadas dirigidas por los empresarios catalanes. El grupo intervino en un atraco contra la sucursal del Banco de España en Gijón, en el que fue detenido Francisco Ascaso, quien fue liberado pocos días después por Durruti y sus colaboradores.

Durruti formuló una teoría de la revolución social basada en el golpe de estado insurreccional, a cargo de grupos de combate minoritarios. Con el advenimiento de la dictadura de Primo de Rivera, Durruti y Ascaso viajaron a Argentina y a otros países de Hispanoamérica (1924-1925); mediante atracos entendidos como activismo revolucionario, reunieron durante ese periodo fondos para las agrupaciones anarquistas. De nuevo en Europa, se radicaron en Francia. En 1927 fueron detenidos al descubrirse sus planes para secuestrar a Alfonso XIII. Expulsados de España el año siguiente, viajaron a Berlín y se establecieron en Bélgica en 1929. 

Al proclamarse la Segunda República (1931), se instaló en Barcelona e impulsó la Federación Anarquista Ibérica (FAI). Opuesto a la consolidación de la República parlamentaria y a los sucesivos gobiernos republicanos, participó activamente en las revueltas anarquistas de 1932 y 1933, y en la fracasada revolución de octubre de 1934. Esta experiencia le llevó a defender el no boicot de la CNT a las elecciones de febrero de 1936; la participación mayoritaria de los afiliados contribuiría a la victoria del Frente Popular.

La vida de Durruti transcurre agitada de un lado a otro hasta el inicio del golpe, varias veces en la cárcel de donde se escapa acusado de varios atentados, viaja por Latinoamérica, socializa dinero para ayudar a los presos anarquistas, es confinado en Canarias, detenido en Francia… Entre tanto y tanto se casa y tiene una hija. Según cuentan vivían en una casa de miseria que solo tenía una mesa, dos sillas y una cama sin colchón, a la que ponían una manta sobre el somier para dormir. Durruti tiene que enfrentar grandes apuros económicos, en aquella época nadie le da trabajo por estar en la lista negra; por fin su compañera logra trabajo en un cine, él queda al cuidado de las labores de casa, la niña… en esa situación le encuentran algunos compañeros que preguntan al respecto más de una vez al propio Durruti cuya respuesta fue extraordinariamente clara: “Cuando mi compañera va a trabajar, yo limpio la casa, hago las camas y preparo la comida. Además, baño a la niña y la visto. Si crees que un anarquista tiene que estar metido en un bar o un café mientras su mujer trabaja, es que no has comprendido nada”. Otra de las respuestas en que muestra su marcada clarividencia fue: “Los trabajadores saben perfectamente que los ladrones no se levantan a las seis de la mañana. Los verdaderos ladrones, aquellos que se lucran del robo de nuestro trabajo, son los hijos de puta burgueses”.

Con el estallido de la Guerra Civil, dirigió las fuerzas anarquistas en Barcelona durante los combates del 19 de julio de 1936. Promovió el Comité de Milicias Antifascistas y encabezó una columna de milicianos que fue enviada al frente de Aragón para tomar Zaragoza. Durante los primeros meses en que se desencadena el golpe fascista la tensión genera sus contradicciones internas en toda la izquierda acelerando continuos choques y enfrentamientos. La respuesta a la situación exige más conocimiento, compromiso, capacidad y entrega. Contradicciones que por igual se dan entre la dirección de la FAI, y el propio Durruti, que exigía que se enviaran todas las armas al frente; mientras que los “jefes faístas” preferían dejarlas en la retaguardia (Tanto la CNT como la FAI deciden al parecer considerar que sus principales cuadros no deben ir al frente sino que tienen que conservarse para pugnar con los restantes partidos políticos una vez vencido el golpe militar). Según el escritor leonés, de tendencia anarquista, Diego Abad de Santillán "Primaba el propósito del reparto de la piel del oso, antes de darle caza"

Durante su avance hacia la capital aragonesa procedió a la colectivización de los territorios recuperados, pero no logró entrar en Zaragoza, poco pudieron hacer allí sin artillería ni tanques, se cuenta que fueron colectivizando pueblos, pero la prioridad para Durruti era parar el fascismo y vencer el golpe militar. 

El 5 de agosto de 1936,  Buenaventura Durruti dio su famosa entrevista "Nuevo mundo en nuestros corazones" poco después del estallido de la guerra civil con el periodista Pierre Van Passen.

Esta es la cita completa: “Siempre hemos vivido en barrios bajos y agujeros en la pared. Sabremos cómo acomodarnos por un tiempo. Para ti no debes olvidar que también podemos construir. Somos nosotros quienes construimos estos palacios y ciudades, aquí en España y América y en todas partes. Nosotros, los trabajadores. Podemos construir otros para tomar su lugar. Y mejores. No tememos en absoluto a las ruinas. Vamos a heredar la tierra; no hay la menor duda al respecto. La burguesía podría destruir y arruinar su propio mundo antes de abandonar el escenario de la historia. Llevamos un mundo nuevo aquí, en nuestros corazones. Ese mundo está creciendo en este minuto ".

En noviembre se trasladó a Madrid para apoyar la defensa de la capital ante la ofensiva de las tropas sublevadas. Al mando de una columna de dos mil milicianos, defendió el sector de la Ciudad Universitaria cercano al hospital Clínico, que terminaría sin embargo cayendo en manos de los nacionales. El 20 de noviembre murió de un disparo que había recibido el día anterior mientras inspeccionaba las zonas de combate, en circunstancias confusas. Convencidos de que a Durruti le asesinaron, no fue un accidente dice, se sospecha de Manzana, un sargento que tenía como lugarteniente en su propia columna y de cuyo fusil salió el disparo que le rozó el corazón… tenía algo importante que ocultar para perderse en el exilio en México tras la guerra. Su sepelio en Barcelona congregó a una inmensa multitud.

Por las calles y las plazas de Madrid
va el entierro de Durruti Buenaventura
camino de Barcelona y una comitiva de camaradas
silenciosos le despiden con los puños levantados

murió el hombre y nació el mito ¡Recordad y resistid!
Buenaventura Durruti, pelo en pecho, barba dura 
caído defendiendo la libertad en las barricadas
frente al fascismo y a sus aliados

fusil en mano, rodilla en tierra
defendiendo la libertad y a sus camaradas 
se basó en el espíritu libertario y el sacrificio voluntario
su procesión fúnebre enmudeció mente y corazón

Barcelona en Negro y Rojo, camaradas y compañeros en la guerra
vio una afluencia de 500.000 almas - grandiosa - en la Vía Layetana
gente que no olvida y recuerda al camarada libertario
siempre consecuente, siempre fiel al pueblo y a la Revolución

Buenaventura Durruti

domingo, 17 de noviembre de 2019

UN ESPADACHÍN DEL SIGLO DE ORO

No era el hombre más cristiano
Tampoco el más honrado ni el más honesto
Pero era de hablar afilado
del que malvivía alquilando

su fortuna y su acero toledano
al mejor postor por unas cuentas monedas
sea cura, noble o villano
no importaba de donde fuera

Vizcaína y afilada no solo era su espada
también su lengua y su mente
Mercenario que a Dios y al diablo ayudaba
dependiendo de la bolsa de su cliente

España, tierra donde no se pone el sol, su natura
Italia, tierra donde pasó su juventud, su ventura,
¡Flandes, tierra donde yace su cuerpo, su sepultura!
en los tercios españoles junto a sus camaradas

comulgando con ruedas de molino
pues poderoso caballero es Don Dinero
a la hora de sembrar su destino
en un mundo cruel y traicionero

en el barro yace rodeado de cuerpos sin boato ni sepultura
Flandes a su espalda, festín de cuervos que todavía dura
entre pólvora y sangre, su alma asciende a los cielos con premura
entre las balas perdidas y las heridas de las estocadas

SENDERO

Camino en busca de una estrella
Cual peregrino llega al templo de su dios
Cuando la primavera debe decir adiós
A su flor más bella
Si buscas consuelo en mis versos
No encontrarás sino tristeza
En estos tiempos que tocan vivir adversos
Que intentar asaltar de mi cuerpo su fortaleza
Salgo del camino
Pues me niego a obedecer designios
De un dios mezquino
Sin corazón, sin amor y sin destino
Puede la estrella perderse en el firmamento
Puede que mis ojos se cieguen
Y que del otro lado del mundo personas lleguen
Para vivir ese momento
Pero no hallarán a un perro malherido
No a una bestia muda
Me quedaré con el beneficio de la duda
Cuando por fin me haya ido

miércoles, 6 de noviembre de 2019

PUENTE DE LOS FRANCESES

El Puente de los Franceses es un viaducto ferroviario situado en el distrito de Moncloa-Aravaca de Madrid (España). Fue levantado en la segunda mitad del siglo XIX para permitir el paso del Ferrocarril del Norte (Madrid-Venta de Baños-Irún), en su cruce con el río Manzanares.

El puente debe su nombre a la nacionalidad de los ingenieros que idearon el proyecto, de origen francés. Por extensión, también se conoce como Puente de los Franceses al nudo de calles y carreteras existente en sus inmediaciones y pasos elevados. El puente se realizó entre los años 1860 y 1862, dentro de las obras de construcción de la línea férrea del norte, que dieron comienzo en 1856, a iniciativa de la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España. El viaducto se encuentra en las proximidades de la antigua Estación del Norte o del Príncipe Pío), hacia la cual dirigía los trenes de largo recorrido Este terminal, que empezó a edificarse en 1859, sólo da servicio en la actualidad a los trenes de Cercanías. 

Durante la Guerra Civil

A finales de 1936 los nacionales están a las puertas de Madrid. La caída de la ciudad parece algo inminente; no obstante, los republicanos mantienen y consiguen frenar el avance en la Ciudad universitaria. 

Comenzaban a llegar a Madrid las primeras fuerzas de refresco: la Brigada 4, que quedó emplazada entre el lago la Casa de Campo y el puente de los Franceses y la XI Brigada Internacional, que se situó entre el Puente de los Franceses y Aravaca.

Su presencia fue decisiva en los días siguientes; mientras en el sureste de la ciudad las columnas Líster y Bueno forcejeaban lanzando duros contraataques para fijar una parte de las reservas enemigas, Varela persistió en su objetivo de cruzar el Manzanares por el Puente de los Franceses. Y casi lo consigue, pero su empeño quedó momentáneamente abortado, como se verá después. Aprovechando la llegada de estas y nuevas tropas (las columnas catalanas Durruti y Libertad y la XII BI y otras) el mando de la Defensa de Madrid lanzó, los días 12 y 13, un contraataque sobre la retaguardia enemiga. No tuvo éxito y, por el contrario, la Columna 1 franquista consiguió llegar el día 13 hasta la orilla derecha del Manzanares, en una zona de unos 500 metros comprendida entre el puente de los Franceses y el Hipódromo.

“Fueron también aquellos días de lucha cruentísima, afirma Rojo, por haber concurrido a la Casa de Campo las reservas de ambos contendientes. En esa lucha se batió brillantemente la XI Brigada Internacional”.

Durante la Guerra Civil española, el puente fue escenario de algunos momentos fundamentales en la defensa de Madrid, significando el bautismo de fuego de las Brigadas Internacionales en la batalla de la Ciudad Universitaria. Estos episodios históricos dieron lugar a una copla cantada por el bando republicano, versionando la de Los cuatro generales, creada unos meses antes.

Puente de los Franceses, símbolo de resistencia
frente al fascismo que en Madrid intenta entrar
los milicianos te defienden con insistencia
gritando los fascistas NO PASARÁN

Los madrileños observan junto a los milicianos y Vicente Rojo
como comienzan los bombarderos a la ciudad
con la mirada perdida entre el Manzanares lloran los ojos
viendo tanta destrucción, tanta muerte, tanta maldad

planean su defensa codo con codo junto al general Miaja
cubriendo puntos débiles y anotando bajas
donde los madrileños oponen resistencia, cavando trincheras y barricadas
la batalla perdida es la que se abandona seguimos luchando, compañeros y camaradas

El paso del tiempo va borrando la memoria
pero su poso lame el hierro del puente, viejo recuerdo de una historia
donde el óxido recuerda lo allí ocurrido y lo sufrido
historias en la Casa de Campo a orillas del Manzanares, fiel testigo de lo acontecido

de una guerra no ganada, de una generación perdida
donde luchamos y caímos por la libertad
en una España mutilada, en una España vencida 
presa del fascismo y de la oscuridad

Puente de los Franceses
Puente de los Franceses