La Ilustración: concepto y características
El concepto de Ilustración
Es el elemento cultural característico del s. XVIII, a la vez un sistema de ideas y valores, un movimiento ideológicocultural y una actitud individual, que abarca la totalidad del pensamiento y actitud de quienes participan en ella.
Supuso el proceso de autonomía por el que la interpretación del mundo y de la vida se separan definitivamente de la teología, la tradición o el principio de autoridad y se guían sólo por la razón, lo que la une a la Revolución científica del s. XVII, de la que supone la culminación, ya que el concepto de razón ilustrado se vincula esencialmente al empirismo de Newton o Locke. La razón es la luz para guiar a la humanidad, opuesta a las tinieblas de la ignorancia.
De ahí el lema ilustrado, Sapere aude (atrévete a saber), procedente de Horacio, aunque divulgado por Kant.
La ilustración se inicia entre finales del s. XVII y las tres primeras décadas del XVIII. Son pioneros Inglaterra y las Provincias Unidas, los dos países más prósperos, lo que desvela la matriz básicamente burguesa de la Ilustración.
Pronto arraiga en Francia, donde adquiere características peculiares que la convierten en el prototipo que se difundiría por Europa y la América anglosajona e ibérica, sin alcanzar el desarrollo e importancia que tuvo en Francia.
El final de la Ilustración tuvo que ver con la política, pues la Revolución Francesa extendió los temores frente a unas ideas que habían influido en ella. En las últimas décadas del siglo, coincidiendo con las dificultades económicas y sus repercusiones sociales, se comienza a percibir el influjo de la filosofía que exaltaba el sentimiento y algunos elementos del prerromanticismo (irracionalismo, sensibilidad…).
Muchos ilustrados pertenecieron a la burguesía, sobre todo los más vinculados al saber y cultura (letrados, juristas, médicos, universitarios, escritores, periodistas…) pero hubo también nobles, eclesiásticos y algunas (pocas) mujeres de la nobleza o la burguesía. Fue un fenómeno urbano, sobre todo en las principales ciudades (cortes o grandes ciudades portuarias o mercantiles).
Las características de la Ilustración
El papel central de la razón lleva a toda una serie de valores con que los ilustrados se consideraban capaces de cambiar la realidad:
- La crítica universal y la actitud crítica frente a todo. Las ideas y conocimientos heredados han de pasar por su tamiz para ser admitidos o rechazados.
- La secularización de la cultura, emancipada de la obsesión por la salvación.
- El interés por el hombre y la naturaleza, con claros antecedentes en el Renacimiento.
- El afán por conocer el orden natural para aprovechar sus fuerzas sin alterar sus leyes.
- El cosmopolitismo.
- El utilitarismo o búsqueda de lo práctico → rechazo de los saberes especulativos como la teología o la metafísica.
- La idea de progreso, basada en la confianza en los avances de la ciencia experimental y en las posibilidades de la técnica, para mejorar la vida humana y la sociedad
- El optimismo ante las posibilidades que ofrece la nueva actitud vital.
- La búsqueda de la felicidad → luchar contra la ignorancia y divulgar los conocimientos útiles.
- La valoración de la educación y pedagogía.
El progreso
La idea de progreso surge ahora y supone un cambio decisivo, ya que la referencia deja de ser el pasado idealizado y se sitúa en el futuro, un mundo nuevo a alcanzar y por el que luchar. Por ejemplo, si hasta entonces todos los levantamientos políticos o sociales reivindicaban la vuelta a un pasado ideal, ahora se sustituye este por el mañana.
La divulgación
El afán por difundir conocimientos explica el cambio del latín por las lenguas nacionales, con el francés, como lengua internacional de los ilustrados. La prensa adquiere gran desarrollo facilitando la difusión de ideas, frenada por el analfabetismo, pese a los esfuerzos por enseñar a leer y extender las luces. Una de las formas de ejercer la crítica es la ironía, llegando al sarcasmo, con maestros como Voltaire.
Ante la actitud refractaria de las universidades hacia las ideas ilustradas (con excepciones como Göttingen, Leiden, Halle, Viena, Edimburgo o Glasgow), los lugares de expresión de aquellas, además de libros y prensa, fueron las academias científicas, tertulias y salones (con mujeres de la alta nobleza o burguesía como anfitrionas), clubes, agrupaciones privadas, logias masónicas, los cafés o el teatro.
El personaje clave es el philosophe, entendido como intelectual a quien se concibe como alguien que trata de realizar una tarea útil → la filosofía del s. XVIII suele tener un contenido divulgador de principios y saberes. Los filósofos se reconocen miembros de una comunidad transnacional y cosmopolita. Procuran reunirse y debatir entre ellos, como en Francia los miembros del grupo constituido en torno a la Enciclopedia, le parti philosophique.
Los opositores
En su lucha por cambiar las cosas se enfrentaban tanto a la realidad como a los antiilustrados, defensores del viejo orden: nobles, eclesiásticos y partidarios del estatus quo en general. En muchos casos se apoyan en las universidades, reductos de la vieja escolástica controladas por las órdenes religiosas, y cuentan con las mismas vías de difusión de sus ideas que los ilustrados. El cruce de críticas entre ambos dio lugar a polémicas, muchas veces a través de panfletos, en las que la ironía y la sátira están siempre presentes.
Las Iglesias se opusieron a las ideas ilustradas en base a la defensa del sentimiento o con argumentos racionales o históricos, con frecuentes errores y exageraciones. Varios autores reaccionaron frente al espíritu crítico y trataron de refutar las ideas de los filósofos. La mayoría carecían de habilidad dialéctica, pero podían influir, a través del clero, en los sectores sociales con menor formación. Los más radicales presentaban a la Ilustración como un monstruo vinculado a la herejía, el ateísmo o el judaísmo, a los que asocian también la ciencia moderna del s. XVII.
En el mundo protestante también hubo reacciones en contra. En Gran Bretaña hubo críticos del deísmo (como Samuel Clarke o Joseph Butler) y del sensismo. En Alemania, más que crítica intelectual hubo reacciones, como la de la exégesis bíblica protestante o las de ciertos pietistas. De hecho, las reformas religiosas protestantes postulaban un cristianismo en la línea del pietismo, que tenía mucho de respuesta contra la Ilustración.
La mayoría de los ilustrados conocidos, sobre todo en Francia, fueron deístas o ateos, pero también hay una Ilustración cristiana, no exclusivamente católica, que entiende que los valores de la Ilustración (razón, dominio de la naturaleza, felicidad terrena…) y los avances científicos pueden convivir con la fe y práctica religiosa. La Ilustración cristiana afectó a numerosos personajes participantes de la Ilustración. En el mundo católico dicha actitud tiene precedentes en figuras humanistas como Erasmo, Luis Vives o Tomás Moro, y se plasmó con frecuencia en la búsqueda de una religión más auténtica, en la que los laicos tuvieran un papel mayor.
El papel de la mujer
Uno de los principales límites de la Ilustración es la consideración de la mujer, que apenas varió. Filósofos como Montesquieu, Diderot, Helvétius o Voltaire apoyaban el divorcio, pero no una condición social igualitaria para las mujeres, que solo defenderá Condorcet a principios de la Revolución. Para la mayoría, como D´Holbach o Diderot, las mujeres son incapaces de concebir pensamientos profundos y complejos. La Enciclopedia afirmaba que el destino de la mujer era “tener hijos y alimentarlos”, y Rousseau le asignaba un papel doméstico, vinculado a la maternidad y dependiente del hombre.
Una excepción fue Theodor Gottlieb von Hippel (1741-96), amigo de Kant, quien publicó en 1792 un estudio en el que abogaba por la igualdad de la mujer y una educación igualitaria. La escritora inglesa Mary Wollstonecraft (1759-97) fue defensora de los derechos de la mujer y precursora del feminismo.
Gran Bretaña
El contexto de libertades políticas y de opinión pública en Gran Bretaña, que contaba con prensa (primer diario se funda en 1702), clubes, cafés, gabinetes de lectura y otros lugares de encuentro y debate, favoreció la difusión del pensamiento ilustrado. No tuvo por tanto carácter subversivo, sino moderado y esencialmente filosófico, centrado en el estudio de los problemas del conocimiento y en la religión.
- La teoría del conocimiento
La epistemología profundizó en la senda del empirismo de Locke. El obispo anglicano irlandés Georges Berkeley (1685-1753), cuyo pensamiento es conocido como inmaterialismo o idealismo subjetivo (que influirá en Kant), afirmó que no puede demostrarse la realidad de las sustancias corpóreas que sustentan las cualidades que aprecian los sentidos, es decir, la materia.
El escocés David Hume (1711-76) fue más allá al negar la posibilidad de demostrar la existencia de cualquier sustancia, material o espiritual. Diferencia entre impresiones (lo único cierto, procedente de los sentidos o experiencias), e ideas (que desarrollan las impresiones). El conocimiento se obtiene a través de los sentidos, pero la mente no obtiene más que una representación de la naturaleza que no prueba la existencia del mundo exterior, el cual es solo probable. Niega la relación causa-efecto, que considera indemostrable.
El escepticismo de Hume o el inmaterialismo de Berkeley les sitúa en una vía escasamente ilustrada en relación con el conocimiento. Más típicamente ilustrado es el escocés Thomas Reid (1710-96), que en sus Investigaciones sobre la mente humana defendió el papel de la razón y la capacidad de conocer la realidad, y afirmó que el sentido común indica la existencia del mundo exterior.
- Las cuestiones religiosas y morales
Ya a finales del s. XVII algunos de los principales teóricos del deísmo, actitud religiosa de muchos ilustrados, son británicos. También se desarrollaron tempranamente posturas partidarias de una moral natural al margen de la religión, basadas en la idea iusnaturalista de la existencia de un sentido moral innato del ser humano. El tercer conde de Shaftesbury, Anthony Ashley Cooper (1671-1713), defiende como norma de moralidad la utilidad y búsqueda de la máxima felicidad, frente a los que llama extremismos religiosos, manteniendo una postura optimista.
Hubo también exaltaciones del sentimiento, antes que lo hiciera Rousseau, como las novelas de Samuel Richardson o la poesía prerromántica de Thomas Gray o Edward Young y los llamados graveyard poets (poetas de cementerio).
Francia
Francia fue el epicentro de la Ilustración. Sus pensadores ejercieron de forma más amplia la capacidad crítica basada en la razón, radicalizándose muchos de ellos progresivamente. Sus precursores fueron Bayle y Fontenelle, los pensadores y científicos del s. XVII (a los que divulgaron), y la admiración por la política y sociedad inglesa.
- Montesquieu (1689-1755)
Charles-Louis de Secondat, barón de Montesquieu, se sitúa en una fase inicial de la Ilustración. Humanista, magistrado y miembro de la noblesse de robe. En las Cartas Persas (1721) critica satíricamente el despotismo, los dogmas absurdos, el papa o el clero, desde el punto de vista de dos viajeros persas. El espíritu de las leyes (1748), influenciado por su conocimiento de la política británica, es uno de los libros básicos de los regímenes democráticos.
Se propuso descubrir los medios de restaurar las antiguas libertades de los franceses, basándose en unos métodos similares a los que habían comenzado a desarrollar con éxito las ciencias de la naturaleza.
Su objetivo era elaborar una teoría sociológica del gobierno y del Derecho, mostrando que la estructura y el funcionamiento de ambos dependen de las circunstancias en que vive un pueblo: clima, estado de las artes, comercio, la forma de las constituciones políticas, costumbres, temperamentos… Pese a tal relativismo, creía que la naturaleza aporta un canon de justicia absoluta anterior al Derecho positivo y consideraba que la sociedad se rige por una ley natural fundamental, que identifica con la razón, la cual, al operar en distintos medios y lugares, produce diferentes instituciones. Las formas de gobierno son república, monarquía y despotismo, basadas en virtud, honor y temor. Atribuye la libertad que tiene Inglaterra a la separación de poderes y a los frenos y contrapesos entre ellos.
La idea de la separación de poderes, de la forma mixta de gobierno, ya había sido planteada con anterioridad, pero sin un significado muy definido. La aportación de Montesquieu consistió en modificar la antigua doctrina y convertir la separación de poderes en un sistema de equilibrios y contrapesos jurídicos. El espíritu de las leyes tuvo un gran éxito, pero las críticas hacia muchas de las realidades y prácticas políticas (venalidad, desigualdades fiscales, intolerancia, esclavitud, tortura, etc.) suscitaron la oposición de importantes sectores, y en 1751 fue incluida en el índice de libros prohibidos de la Iglesia.
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Montesquieu |
François Marie Arouet, conocido como Voltaire, personifica la Ilustración hasta el punto de que el adjetivo volteriano fue usado en plan denigratorio por reaccionaros e integristas para descalificar como librepensadores, ateos, o enemigos de la Iglesia a los que no compartían sus ideas. Su experiencia en Inglaterra le llevó a admirar su sistema político y su avanzada sociedad. Vivió en Prusia, llamado por Federico II, antes de recluirse en Ferney, cerca de la frontera francesa con Suiza. Su carácter vehemente, irónico, agresivo, se combina con su inteligencia, capacidad de trabajo, independencia de criterio y amplitud de intereses. Todo ello le llevó a protagonizar numerosas polémicas, en las que sacaba a relucir su ironía, sátira y sarcasmo. Escéptico y deísta, criticó las religiones reveladas y su intolerancia, llegando incluso a Jesucristo.
Su obra fue enorme, abarcando diversos géneros, la historia, la filosofía y el ensayo. Como historiador destacan El siglo de Luis XIV o el Ensayo sobre las costumbres y el espíritu de las naciones. En sus Cartas filosóficas o Cartas inglesas (1734) critica la sociedad francesa en contraposición a la inglesa. Otras obras importantes son Tratado sobre la tolerancia (1763) en que manifiesta su deísmo y anticlericalismo, y el Diccionario filosófico (1764), que muestra su mentalidad cercana a la burguesía y la opción por la reforma en línea del absolutismo ilustrado, contraria a extremismos políticos. En una de sus novelas, Cándido o el optimismo, criticó el optimismo ilustrado ante la realidad del mal.
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Voltaire |
- Rousseau (1712-78)
El tercero de los grandes ilustrados franceses es Jean-Jacques Rousseau, quien no obstante fue precursor del romanticismo por su exaltación del sentimiento en sus novelas La nueva Eloísa (1760) o Las confesiones (1778).
Vivió en Francia, Suiza e Inglaterra. De carácter difícil, se enfrentó con los enciclopedistas en 1756, con quienes rompió a finales de los 50. Su crítica social o su defensa de la igualdad y la soberanía popular ejerció gran influencia en la Revolución Francesa.
En su Discurso sobre el origen y fundamentos de la desigualdad entre los hombres (1755) denuncia los males que se derivan del paso del estado de naturaleza, abstracción conceptual en que los hombres son libres e iguales, a la sociedad civil, que les corrompe con la propiedad privada, el afán de riqueza, la injusticia o el despotismo.
En el Contrato Social (1762) desarrolla estas teorías y sus propuestas políticas. El hombre, bueno por naturaleza, pierde su libertad natural, su soberanía, al pasar al estado de sociedad, a cambio de una más segura libertad civil, en la que la comunidad, el pueblo, cuerpo moral o colectivo que se establece en el contrato, pasa a ser depositario de la soberanía. Dicha cesión se realiza a cambio de ventajas como el imperio de la razón, el Derecho, la propiedad o la igualdad, y puede dar lugar a tres fórmulas, definidas por la relación entre la soberanía, el pueblo y los gobernantes: democracia, aristocracia y monarquía.
En Émile ou de l´Éducation (1762), propugna una educación basada en tendencias naturales frente a la influencia negativa de la sociedad y en la que, además de la razón, se insiste en la importancia de los sentidos. Pese a ser deísta concibe una religiosidad interior en relación con el autor de la naturaleza.
La enorme influencia de Rousseau se advierte en liberales, socialistas, revolucionarios, comunistas, etc.
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Rosseau |
La Enciclopedia
A mediados del s. XVIII el movimiento ilustrado francés había llegado ya a su plenitud. Se inicia entonces la Enciclopedia o Diccionario razonado de las ciencias, artes y oficios, ambicioso proyecto que, bajo la dirección de Denis Diderot (1713-84) y el físico y matemático Jean Le Rond d´Alembert (1717-83), y con la idea inicial de traducir del inglés la Cyclopaedia de Chambers (1728), acabó implicando a más de 150 colaboradores. Con la intención de dar cuenta de los “esfuerzos del género humano en todos los géneros y siglos”, la obra exaltaba la razón y criticaba la tradición y la religión. Inició su publicación en 1751, provocando la polémica entre partidarios y detractores (especialmente la Iglesia), pese a lo que la edición continuó gracias a sus protectores en la corte, especialmente la poderosa madame Pompadour.
La oposición aumentaba a medida que aparecían volúmenes. Para las autoridades religiosas, jesuitas o el delfín Luis Fernando de Borbón (1729-65), hijo de Luis XIV, era la “Biblia de Satán” o la “Torre de Babel”, mientras que para los partidarios era el fruto de una “santa confederación contra el fanatismo y tiranía”. Tras pronunciarse en contra el Parlamento de París y la condena de Clemente XIII, la publicación se suspendió en 1759, aunque se siguió imprimiendo de forma clandestina. Tras la Guerra de los Siete Años, el gobierno permitió la venta de los volúmenes ya preparados. En 1765 contaba con 17 volúmenes, a los que se añadieron otros 11, hasta completar los 28 en 1772, y 35 en 1780. Pronto traducida, reeditada e imitada en Francia, Inglaterra o Alemania, supuso una formidable puesta al día de todos los conocimientos de la época, con las diferentes visiones de sus autores, pero siempre con los dos elementos básicos en común: el uso de la razón y el espíritu crítico.
Agrupación de autores ilustrados
- Participantes en la Enciclopedia
• DIDEROT: gran animador de la Enciclopedia, filósofo, autor teatral, novelista, ensayista y personaje polifacético y contradictorio. Pasó de una confianza inicial en la razón al escepticismo y el materialismo, y del deísmo a la indiferencia ante la religión. En lo moral, acepta una norma basada en el altruismo y sacrificio propio. Evolucionó desde el apoyo al absolutismo ilustrado a la crítica de la sociedad y a posturas favorables a la rebelión social.
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Diderot |
• EL ABATE CONDILLAC (1715-80): perteneciente a la noblesse de robe, se ocupó de los problemas del conocimiento, que consideraba fruto de las sensaciones, en la línea del empirismo lockiano.
• HELVÉTIUS (1715-71): era fermier général de impuestos → Rico. Relativamente materialista: consideraba la creencia en Dios y el alma como resultado de la incapacidad para comprender la naturaleza → las religiones son un despotismo destinado a mantener la ignorancia para explotar mejor a los hombres; pero por otro lado se refiere con frecuencia a un Dios al estilo de los deístas. La base de la moral es el interés egoísta, definido como el impulso hacia la búsqueda del placer y la eliminación del dolor. Las leyes habían de procurar equilibrar los intereses personales con el general, tratando de lograr el bien del mayor número de personas. Concede una enorme importancia a la educación, que consideraba el instrumento esencial para la reforma de la sociedad, convencido de que todos los hombres tienen la misma capacidad para el conocimiento.
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Helvetius |
Los defensores del materialismo
• LA METTRIE (1709-51): médico, ateo y hedonista, defendía la inexistencia del alma.
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LA METTRIE |
• D’HOLBACH (1723-89): afirma que solo existe la materia, eterna y dotada de movimiento. Ateo declarado y contrario a todas religiones, que considera obstáculo para el avance moral de la humanidad, admite como único criterio moral el egoísmo, que identifica el bien con lo útil y el mal con lo inútil. Considera que, como ser social, el hombre busca el propio interés, teniendo en cuenta el de los demás, lo que redunda en su beneficio.
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D’HOLBACH |
Los filósofos del progreso
Destacan el fisiócrata Turgot, el conde de Bolney y el marqués de Condorcet. Para este último, futuro girondino, el progreso del espíritu humano haría desaparecer la desigualdad política y social. Defendía el derecho de ciudadanía de las mujeres y el voto femenino. Más adelante, Benjamín Constant, quien confiaba en que el progreso llevara a un Estado y una religión perfectos.
Los utópicos socializantes
Destacan Morelly, que postulaba la abolición de la propiedad privada, el abate Bonnot de Mably, quien también mantenía tesis igualitarias, o el benedictino Dom Deschamps, que defendía la comunidad de bienes y el amor libre, y cuyo extremismo provocó la desconfianza de Rousseau o Helvétius.
La Ilustración en otros países
La Ilustración alemana
Más profunda, menos orientada a la divulgación y más moderada que la francesa. Fue básicamente un movimiento filosófico, vinculado con el desarrollo en las universidades alemanas del cameralismo o ciencias camerales, cuyo objetivo era la enseñanza de los principios económico-administrativos y políticos como base teórica de la intervención de los gobiernos en campos muy diversos, desde los tradicionales a otros como sanidad, educación o asistencia social, con la finalidad de conseguir el bienestar público.
- Christian Thomasius (1665-1728)
Profesor universitario, abandonó sus orígenes pietistas para exaltar la razón, capaz por ella sola de conocer el Derecho natural. Abogó por reformas ilustradas como la lucha contra la tortura o los procesos de brujería.
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Christian Thomasius |
- Christian Wolf (1679-1754)
También profesor universitario, fue sobre todo un divulgador metódico del pensamiento racionalista de su maestro Leibniz, con una obra amplia pero no demasiado profunda. Convencido del carácter práctico de la filosofía, incluida la metafísica. Con gran prestigio en Alemania y Europa central, antes de que la influencia de la filosofía inglesa y la evolución del pensamiento kantiano determinaran su decadencia.
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Christian Wolf |
- Gothold Ephraim Lessing (1729-81)
Enlaza Ilustración y prerromanticismo alemán. Destaca su obra literaria (poesía, prosa y teatro, a cuya renovación contribuyó). En La educación del género humano (1780) consideró que la aportación fundamental de las religiones positivas era la contribución al proceso de una moral más elevada, la cual esperaba que fuera el fruto de la ética racional. Al final de su vida el texto utópico Ernst y Falk. Diálogos para masones anuncia un futuro sin prejuicios religiosos, en que triunfen fraternidad, justicia e igualdad. Destacó su oposición al absolutismo de Federico II.
Gran figura del pensamiento alemán, superando la Ilustración, una de las grandes cumbres del pensamiento universal. Precursor del idealismo, en la teoría del conocimiento afirmó que la mente humana es capaz de alcanzar la verdad en las ciencias, defendiendo así la objetividad de los principios de estas.
Su Crítica de la razón pura (1781) es un ataque a la metafísica, ya que considera que no conocemos las cosas como son, si no como se presentan ante nuestra facultad de conocer. Superando la dicotomía racionalistasempiristas, considera que el conocimiento se basa en los conocimientos a priori de nuestro entendimiento (anteriores a la experiencia), y en las formas a priori de nuestra percepción: el espacio y tiempo, que no son propiedades reales de las cosas → Pone límites a la razón, reduciendo su capacidad objetiva al mundo sensible y a la ciencia experimental. Fuera de ellos la inexistencia de pruebas obliga a suspender su uso.
En su Crítica de la razón práctica (1778), estudia los fundamentos de la moral y el problema de la libertad humana.
Afirma que existe una razón de orden práctico que se funda en el hecho absoluto de la ley moral, en una experiencia que está en la base de nuestro ser, el imperativo categórico. La ley moral como fundamento de nuestras acciones crea en los seres humanos la conciencia del deber, el concepto básico de su ética (rigorismo kantiano). Lo no sometido a las condiciones del mundo sensible tiene sus raíces en un mundo no sensible, inteligible, imposible de demostrar teóricamente. No obstante, los postulados de la razón práctica (Dios, la inmortalidad del alma, la libertad, etc.) son creencias razonables que es necesario suponer para que la acción moral sea posible.
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Kant |
El Sturm und Drang
En la segunda mitad de siglo se desarrolló el movimiento cultural “Tempestad e ímpetu”, exaltador de lo germánico y precursor del Romanticismo.
- HERDER (1744-1803): historiador y filósofo de la historia, defendió la pluralidad de culturas, arraigadas en los diferentes espíritus de cada pueblo, lo que abrirá la valoración de las características nacionales del Romanticismo.
- GOETHE (1749-1832): su obra se inscribe más propiamente en el periodo posterior de la Revolución Francesa y el mundo napoleónico, aunque ya en 1774 inicia la ética romántica con Las desventuras del joven Werther.
La Ilustración en España
Tardía y con alcance menor, centrada en el intento de depurar la religión y en las reformas que buscaban modernizar el país. La figura principal de la primera mitad del s. XVIII fue el benedictino fray Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764), cuya obra El Teatro Crítico Universal constituye una aportación fundamental en su empeño por criticar supersticiones, errores y costumbres irracionales. Desde mediados de siglo, con Fernando VI y Carlos III, muchos principales ilustrados serán políticos comprometidos con el reformismo, como el marqués de la Ensenada o José de Carvajal, y más adelante los condes de Campomanes, de Aranda, de Floridablanca, o Gaspar Melchor de Jovellanos.
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Jovellanos |
La Ilustración en Italia
En la primera mitad de siglo, destacan Ludovico Antonio Muratori, el jurista e historiador Pietro Giannone o el filósofo de la historia Giovanni Battista Vico. Y ya en plena Ilustración, el jurista Cesare Beccaria, humanizador del Derecho penal con su obra De los delitos y las penas, o el filósofo y economista Antonio Genovesi, quien ocupó en la Universidad de Nápoles la primera cátedra de economía política de Europa.
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Antonio Genovesi |
Ciencia y cultura en el s. XVIII
La ciencia y la cultura progresaron a partir de la Revolución científica del s. XVII y la propia Ilustración. Las ciencias físico-matemáticas avanzaron con la seguridad del nuevo método científico.
Matemáticas
Destacaron, entre otros, el desarrollo del cálculo infinitesimal o la aparición de la geometría descriptiva. El principal matemático fue el suizo Leonhard Euler.
Física
- ELECTRICIDAD: el inglés Stephen Gray descubrió que la conductividad dependía de los materiales, que clasificó en buenos y malos conductores (1729), y puso las bases para el estudio de la corriente eléctrica, que se iniciaría a finales de siglo. El francés Charles François Du Fray, tras comprobar la posibilidad de electrizar cualquier cuerpo, puso de moda los experimentos con electricidad, que continuó el holandés Pieter van Musschembroek, quien descubrió en 1745 la “botella de Leiden”, primer condensador eléctrico. Luigi Galvani descifró la naturaleza eléctrica del impulso nervioso y Alessandro Volta inventó la pila eléctrica (1800). Benjamín inventó el pararrayos (1752), que demostraba que el rayo era un fenómeno físico y no manifestación de la cólera divina, contribuyendo a desterrar el miedo que provocaba.
- CALOR: se avanzó en su medición → varias escalas, destacando las del polaco Daniel Farenheit (1714), el francés Ferchault de Réaumur (1713) y el sueco Anders Celsius (1742). Los importantes avances en el conocimiento del calor específico y la construcción del calorímetro por Laplace y Lavoisier (1783) servirían a Watt para perfeccionar la máquina de vapor.
Astronomía
Se mejoró el conocimiento de la trayectoria de los cuerpos celestes, así como la exploración del cielo gracias a los avances en telescopios. El alemán Herschel descubrió Urano (1781) y estudió el anillo de Saturno y varias nebulosas de la Vía Láctea. El abate Louis de Lacaille descubrió y puso nombre a numerosas estrellas y constelaciones. A finales de siglo, Laplace explicó el universo de forma ordenada, indicando su origen a partir de una nebulosa o remolino de polvo y gas, lo que constituye la base de las teorías actuales sobre la formación estelar.
Medicina
Se describieron mejor algunas enfermedades conocidas, se localizaron otras como la diabetes, las fiebres tifoideas, la varicela o la tuberculosis ósea. Temperatura y pulsaciones sirvieron para detectar la enfermedad y se empleó la electricidad contra la parálisis, la gota o el reumatismo. En farmacopea se utilizó la quinina contra la fiebre y la malaria, la ipecacuana contra la disentería o el digital para fortalecer el corazón. Avances en obstetricia y cirugía y progresos en higiene y medicina preventiva, con inoculación y vacuna contra la viruela.
Química
Una gran novedad fue la vinculación de la química a la nueva ciencia. El francés Lavoisier (1743-94) abrió una nueva época al convertirla en una ciencia que opera con magnitudes, igual que la física, dotándola además de un lenguaje y un método. Entre otras aportaciones estableció el concepto de elemento (sustancia simple que no se puede dividir) contribuyó a elaborar la ley de conservación de la materia e investigó la composición del agua y la combustión, rechazando la teoría del flogisto.
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Lavoisier |
Ciencias de la naturaleza
Permitirán un mejor conocimiento de la Tierra, los materiales que la componen y los seres vivos.
- LOUIS LECLERC: escribió con ayuda de colaboradores un compendio de conocimientos de 44 volúmenes basado en la observación y experimentación, Histoire naturelle, générale et particulière. En Les époques de la Nature (1778), condenada por la Iglesia, señaló unos periodos de evolución de la Tierra, abriendo un abanico de posibilidades de estudio que se desarrollarán más adelante.
- KARL LINNEO: se dedicó al mundo vegetal y animal, especialmente las plantas. Se le considera padre de la moderna taxonomía por su esfuerzo de clasificación, con la nomenclatura binominal. No obstante, participaba de una idea creacionista de la naturaleza, contrastada por el botánico Jean Marchant o por Moreau de Maupertius, quienes consideraban que las especies actuales son el resultado de cambios lentos y evoluciones, intuyendo la selección natural y posterior evolucionismo.
Avances técnicos
Permitió inventos fundamentales como los ya vistos en industria textil o energía. Mezcla de ciencia y técnica fueron los inicios de la aeronáutica, con los primeros globos aerostáticos y los hermanos Montgolfier como pioneros (1783).
Se desarrolló el telégrafo óptico de señales y a finales de siglo los primeros experimentos con telégrafo eléctrico.
El arte en la Ilustración
Predominó la prosa, manifestada en novela, ensayo, correspondencia y memorias. El teatro, secularizado, se centró en la comedia de costumbres. En las artes continuó inicialmente el Barroco, produciendo la tendencia al Rococó, sin grandes pretensiones intelectuales y manifestado en las artes menores, interiores y decoración. En la segunda mitad de siglo se impuso el Neoclasicismo: modelos clásicos, equilibrio y simplicidad de líneas, principalmente en arquitectura civil (palacios). En pintura comenzó a predominar el retrato, signo de una época que reivindica el ser humano, vinculado en la pintura inglesa a la belleza del paisaje.
Especial importancia tuvo la música, barroca en su comienzo, con figuras como los alemanes Bach o Händel y que evolucionaría más adelante con figuras como Haydn o Mozart, principal representante del estilo clásico.
El catolicismo y las otras confesiones cristianas
En el XVIII avanzaron la tolerancia y la indiferencia religiosa y descendió el interés por la Iglesia, que careció de grandes ideas y figuras, y la religión en general. Se dio una especie de atonía tras la Reforma y la Contrarreforma.
Las órdenes religiosas que se crean en el s. XVIII son de poca relevancia y escasa trayectoria. La más importante fue la de los redentoristas fundada en 1732 por el noble napolitano Alfonso María de Ligorio. Los ilustrados fueron muy críticos con el clero y los religiosos católicos: número excesivo, escasa formación, ignorancia, fanatismo, inutilidad… Tales críticas, no siempre justas, influyeron en varios gobernantes ilustrados, que adoptaron medidas para reducir el número de eclesiásticos. En cualquier caso, en la segunda mitad del siglo el clero se redujo mucho, especialmente los regulares.
Se agudizó la pérdida de poder del papa, iniciada con la Paz de Westfalia, perjudicado por el desplazamiento hacia el norte del centro de gravedad de la política europea, y por la condición de no católicas de la nueva potencia dominante, Gran Bretaña, y las emergentes, Rusia y Prusia.
- El regalismo
En la Europa obediente a Roma se intensificaron las luchas regalistas (destacando el galicanismo francés), reforzadas por la existencia de una corriente episcopalista y conciliarista. Los monarcas católicos iban más allá y trataban de intervenir en la cúspide del poder pontificio, como se manifestó en los cónclaves, o en la supresión de la Compañía de Jesús (1773), consecuencia de la presión de las coronas. Muchas de las concesiones regalistas se plasmaron en concordatos, entre los que destacan los de Benedicto XIV (1740-1758) con Cerdeña Piamonte (1741), Nápoles-Sicilia (1741), España (1753) o Austria (1757).
El principal conflicto regalista del siglo, que influyó en la supresión de jesuitas, se produjo cuando el Monitorio de Parma (1768), documento pontificio que condenaba la política regalista del ducado, provocando la protesta de otros príncipes borbones → publicación en España del Juicio imparcial sobre el Monitorio de Parma del conde Campomanes, y restablecimiento del exequátur o pase regio, autorización real para documentos pontificios, ya en desuso.
Las tensiones regalistas se acentuaron con el sínodo diocesano de Pistoia (1786), que aspiraba a reformar la Iglesia en la línea de las doctrinas episcopalistas, siendo condenado por Pío VI. En 1790 se aprobó la Constitución Civil del Clero, que supuso el triunfo de las tesis galicanas y jansenistas, antes de que Napoleón atacara directamente el poder de los papas.
- La supresión de la Compañía de Jesús
Una de las principales repercusiones del regalismo fueron las expulsiones y la supresión de la Compañía de Jesús (no restablecida hasta 1814). Su poder e influencia y su apoyo al absolutismo le granjearon la enemistad de sectores diversos: ilustrados, jansenistas y las otras órdenes (que les disputaban aspectos como el influjo social o dominio de cátedras universitarias y les envidiaban su papel de confesores reales, su labor educativa con élites sociales y su destacado papel intelectual).
La clave de dichas enemistades fue su oposición al regalismo y su sumisión al papado, (sus miembros destacados hacían voto de obediencia al papa), aunque no les faltaron otros problemas, como el enfrentamiento con la casa de Borbón, los conflictos de las reducciones del Paraguay o la quiebra de las empresas comerciales en la Martinica del padre Lavalte, que llevaría a su expulsión de Francia.
Primero fueron expulsados de Portugal (1759), después de los estados de los Borbones (Francia 1764, Parma 1768). La expulsión en España se apoyó en la acusación de participar en los motines de 1766 → investigación secreta que recopiló material en su contra, con la que el conde de Campomanes, fiscal del Consejo de Castilla, escribió el Dictamen final, resumen de los argumentos en que se basaría la expulsión.
El odio llevó a las cortes borbónicas a conseguir en el conclave de 1769 la elección del franciscano Antonio Ganganelli como Clemente XIV, quien, presionado, firmó el Dominus ac Redemptor (1773), que decretaba la suspensión de la compañía. En compensación, Francia y Nápoles devolvieron los territorios ocupados al papa como reacción al Monitorio de Parma: Aviñón, Venaissin, Benenvento y Pontecorvo.
Los bienes de la orden fueron desamortizados y sirvieron de base para parroquias, seminarios e instituciones educativas. La Compañía de Jesús no sería restablecida hasta 1814.
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Compañía de Jesús |
El mundo protestante
La decadencia religiosa
Las Iglesias más rígidamente organizadas fueron las más afectadas, no así el luteranismo:
- CALVINISMO NEERLANDÉS: afectado ya desde finales del siglo anterior por la tolerancia y la descristianización.
- ANGLICANISMO: su jerarquía se convirtió en un cuerpo de funcionarios al servicio del poder. Los whigs exigían sumisión absoluta como requisito para los clérigos que desearan hacer carrera, y el gobierno dominaba al episcopado, integrado por miembros de la nobleza y la gentry.
El pietismo y el metodismo
Del seno del pujante pietismo alemán surgió una de las iniciativas reformistas más notables, protagonizada por el conde Zinzendorf como reacción contra el racionalismo ateo de la Ilustración y contra la falta de tensión religiosa del protestantismo de su época. Mezclando elementos pietistas y de los perseguidos hermanos moravos de inspiración husita, que tenía como arrendatarios de sus tierras de Sajonia, creó la Comunidad de los Hermanos de Herrnhut (1727). Se propuso crear pequeñas iglesias como base para revitalizar y unificar las Iglesias luteranas →unionista. Atrajo pietistas alemanes y hermanos moravos, pero fueron expulsados de Sajonia (1732). Se establecieron hermandades en otras zonas de Alemania, Provincias Unidas, Países Bálticos, América Británica, e Inglaterra, y en 1747 se les permitió volver a Sajonia y su Iglesia fue reconocida.
Influenció al reformador inglés John Wesley, quien, tras el contacto con los hermanos moravos de Londres, se lanzó a predicar con su hermano Charles en las calles, con gran éxito entre clases medias y bajas, con una propuesta de religión de corazón y solidaridad humana. Su Iglesia se basaba en pequeñas comunidades que debían vigilarse y ayudarse para buscar la salvación. Un aspecto importante era su preocupación social, que llevó a postular la reforma de prisiones y abolición de la esclavitud. No se trataba de una nueva Iglesia, sino una corriente en el seno del anglicanismo, conocida como METODISMO por el método de disciplina interior que elaboró, logrando una amplia difusión en Gran Bretaña y Norteamérica, donde se convertirá en la confesión más numerosa gracias a la predicación de George Whitefield.
Deísmo, masonería y descristianización
- El deísmo
Muchos ilustrados se oponían a las religiones reveladas, cuyos dogmas y milagros consideraban contrarios a la razón, y defendían una religión natural, opuesta al Dios cristiano y basada en la razón, que sí admite un dios creador, arquitecto del mundo, autor de leyes eternas e inmutables de la naturaleza, cuya existencia se prueba por la perfección de esta, pero que no interviene en asuntos mundanos. Es la postura conocida como deísmo, o mejor, deísmos, por la dificultad de reducir a una las diversas posturas: por ejemplo, el inglés destacó en los análisis teóricos, frente al francés, más práctico y generalizado, que tiene en Voltaire a uno de sus principales representantes.
Los deístas ingleses
Son especialmente relevantes y constituyen una de las corrientes del pensamiento ilustrado más potente.
- JOHN TOLAND: atacó al cristianismo y exaltó la religión natural, especialmente en su obra Christianity not Mysterious (1696).
- MATTHEW TINDAL: menos radical, definía el cristianismo como un trasunto de la religión natural.
- HENRY SAINT-JOHN: líder de los tories, se cuidó de oponerse a la Iglesia anglicana por los posibles problemas para su vida pública.
- ALEXANDER POPE: también tory, representa un deísmo poético. En su Ensayo sobre el hombre ensalzó la felicidad humana dispuesta por el artesano eterno, diseñador de una sociedad en que cada uno tiene su lugar.
La masonería
Inspirada en las agrupaciones o confraternidades de maçons (albañiles) de la Edad Media, es en parte fruto de la Ilustración. Opuesta a los ateos, defendía el deísmo, el culto al gran arquitecto, la moral natural, la fraternidad y la tolerancia. La razón y la idea de progreso eran parte esencial de sus convicciones, que los llevaban a promover la virtud y la caridad. Entre sus miembros, pese a las jerarquías internas, se practicaba fraternidad e igualdad, si bien muchas logias estaban limitadas a nobles y la mayoría excluía mujeres y judíos.
En su origen se dotaron de símbolos y contraseñas y usaron el secreto para protegerse. Se mantuvo en los siglos posteriores, aunque a partir del s. XVII comenzaron a entrar personas de clase social más elevada, con mayor formación intelectual, en calidad de miembros honorarios o free-maçons (origen del término “francmasón” que les identificará posteriormente). En Gran Bretaña muchos de ellos fueron jacobitas, deístas o de otros grupos mal considerados, que encontraron en la logia (nombre del local de reunión), una forma secreta de relacionarse y organizarse. Al cabo, los francmasones se separaron de las agrupaciones originarias, y en 1717, fecha inicial de la masonería especulativa o filosófica, 4 logias de Londres se federaron, constituyendo la Gran Logia de Inglaterra, que adoptó una estructura interna basada en los gremios y con las Constituciones de Anderson como regla.
Pronto se difundió por el continente, evolucionó y surgieron divisiones. Despertó el recelo de las autoridades por su esoterismo y secretismo. Varios gobiernos la prohibieron y Clemente XII la condenó, como harían otros papas posteriormente. En España apenas tuvo presencia y fue prohibida por Fernando VI; Carlos III lo hizo primero en Nápoles, y luego en Madrid. Llegó a América, primero la anglosajona y luego la ibérica. Franklin y los tres primeros presidentes de EE. UU. fueron masones, aunque allí tuvo cuño británico, conservador, reglamentista y algo aristocrático, distinto del anticlerical y politizado de los masones mediterráneos.
La descristianización
A lo largo del siglo aumentaron el ateísmo y la indiferencia religiosa, especialmente en Francia, y se extendió en ciertos ambientes la descristianización.
Ilustración → fractura entre razón y fe → fractura entre cultura y religión → marginación de lo sobrenatural → cambio radical con respecto al pasado (una de las características del mundo actual). La secularización tuvo efectos positivos: mejora de las condiciones de vida de las minorías religiosas, la desaparición de la quema de brujas o la decadencia de la Inquisición.
En Francia el pensamiento del párroco Jean Meslier, pese a ser conocido y filtrado a través del deísmo y absolutismo ilustrado de Voltaire, es considerado el fundamento del ateísmo y el anticlericalismo franceses. Habla de la inexistencia de Dios, la falsedad de todas las divinidades y religiones, y critica a la Iglesia y a Jesucristo. Su ateísmo radical es también una reacción frente a la injusticia y la explotación del pueblo, en la que denuncia la vinculación de la Iglesia y el poder, y preconiza la revolución y la abolición de la propiedad privada.