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martes, 5 de noviembre de 2024

INDUSTRIA LÍTICA PREHISTÓRICA

Como es de esperarse, las necesidades y recursos disponibles se modificaron constantemente entre el Paleolítico y el Neolítico. Así pues, existieron distintos tipos de industria lítica.

Si algo caracterizó a los primeros hombres y los diferenció de otros homínidos fue, sobre todo, su capacidad para fabricar útiles. No solo utilizar objetos como instrumentos, sino especialmente darles una forma para que resultaran más eficaces, forma no accidental sino buscada conscientemente de acuerdo con modelos uniformes.


  • Olduvayense

La industria de tipo olduvayense, también conocida como industria de modo 1, apareció hace aproximadamente 2,5 millones de años, probablemente con el surgimiento de los primeros representantes del género humano, los Homo. Se localizan en Etiopía.

La producción de herramientas ocurrió en primer lugar a base en rocas talladas, cuya forma podía ser de distintas maneras y se conseguía a base de golpes en una o en las dos caras de la roca. Por otro lado, estas herramientas tenían un grado de elaboración muy bajo, puesto que solo se pretendía afilar piedras por uno de sus extremos, sin poner mucho cuidado en la forma resultante. Al hacer marcas irregulares creadas de manera rudimentaria, no se tenía mucho control sobre la forma obtenida. Por esto se reconoce como la industria de tallado de piedra más antigua.

La producción lítica olduvayense se basaba en aprovechar la materia prima más cercana, sin tener que planear mucho acerca de dónde conseguirla y cómo manipularla. El principal objetivo era obtener filos cortantes y piezas pequeñas. Este tipo de tecnología fue utilizada principalmente por el Homo habilis.

Olduvayense


  • Achelense

El modo Achelense, o modo 2, se refiere a la elaboración y uso de fragmentos planos y delgados de piedra (lo que se conoce como “lasca”), que se tallaron por las dos caras, obteniendo hachas bifaces. Estas lascas son más estandarizadas que en el periodo anterior, siguen un orden concreto de de golpes y giros en la manipulación del material con el que se trabaja.

La industria lítica de tipo achelense corresponde al Paleolítico Inferior, hace aproximadamente 1,6 millones de años (Asociado al Homo Ergaster), y las técnicas de manipulación de la roca le daban forma de pequeñas hachas. Por otro lado, estos instrumentos no estaban especializados en tareas concretas, y servían al propósito general de cortar materiales blandos y raspar pieles, al precio de no obtener ni resultados óptimos ni una productividad muy alta en comparación al o que se podría conseguir con otros tipos de industria lítica que estaban por llegar.

El Achelense se ha dividido tradicionalmente en tres fases: Antiguo, Medio y Superior, atendiendo básicamente a la morfología de los bifaces. 

  • En el Inferior serán cercanos a los abevillenses, con bordes sinuosos y base reservada, en él también aparece la técnica Levallois; el yacimiento clave es Saint-Acheul, que dio nombre al Achelense. 
  • Más claro resulta el Achelense Medio, que ocupa cronológicamente el complejo Mindeliense, entre el 700.000 y el 500.000. Ya presenta bifaces de formas estereotipadas, así como un aumento de los tipos sobre lasca. Entre los yacimientos importantes destaca la base de la Cueva de l'Arago en el Rosellón y el de Terra Amata en Niza. En este último, H. de Lumley descubrió una compleja serie de niveles situados en una playa fósil. En ellos identificó los restos de una cabaña ovalada con restos de hogares y entre cuyos materiales se pudieron recoger las lascas y reconstruir los procesos técnicos de talla.
  • El Achelense Superior presenta bifaces muy elaborados, a veces con formas apuntadas. En él la técnica Levallois es la más utilizada para la fabricación de lascas; éstas se retocan dando formas muy semejantes a las del Paleolítico Medio contemporáneo. A este momento se atribuye el yacimiento de la Cueva de Lazaret, donde H. de Lumley identificó los restos de una cabaña en la que se encontraron varios hogares, así como un complejo sistema de organización del espacio. Como evolución final del Achelense se cita al Micoquiense, que podría ser el origen del Musteriense de Tradición Achelense en Francia. Éste aparece en Alemania con formas parecidas, donde podría dar origen a facies con piezas bifaciales del tipo de Ehringsdorf, que llegarían a un Paleolítico Medio con puntas bifaciales

El método levallois consiste en la obtención de una lasca o lascas, láminas y puntas levallois, a partir de la configuración predeterminada de la morfología de un núcleo.  Esta configuración está elaborada a partir de la relación volumétrica entre dos superficies; una de ellas, es la cara superior, que posee una convexidad longitudinal con una curvatura que se acentúa en la extremidad distal y una convexidad transversal más marcada. La otra, en la superficie opuesta, está destinada a la preparación de los planos de percusión.

  • Macroútiles
  • Continuan chooping y chooping tolols. Aparición talla levalois
  • Tallado bifacial en rocas duras con un uso muy diverso.Reducción de las dimensiones del tamaño de los bifaces
  • Lascas sin retoque
  • Selección de materias primas
  • Aumento del soporte sobre lasca
  • Aumento de retocados sobre lasca: raederas, perforadores y cuchillos
  • Introducción de percutor blando/semiduro

 Achelense


  • Musteriense

La industria lítica de modo 3, o musteriense, apareció en los inicios del Pleistoceno superior, hace unos 125.000 años y desapareció hace unos 30.000 años. Está asociada a los neandertales, que partiendo de la industria achelense originada en África, la perfeccionaron en las regiones de Eurasia en las que aparecieron como especie diferenciada y con una capacidad craneal mayor a la de sus ancestros. Por otro lado, los primeros representantes de los sapiens también partieron de ella al asentarse en Eurasia.

En esta etapa se utilizó principalmente el sílex o pedernal, piedra dura hecha a base de sílice que puede crear bordes filosos al romperse. Así mismo, durante este periodo que corresponde al Paleolítico Medio, las piedras fueron utilizadas especialmente para la caza, pero ya empezaron a crearse herramientas especializadas, planeando en su elaboración una finalidad particular. En concreto, se han conservado una sesentena de herramientas especializadas, como punzones, hachas, cuchillos, etc.

Musteriense

  • Auriñaciense

Este periodo, junto con los tres que siguen, suelen agruparse dentro de la misma época: el Paleolítico Superior (la etapa que va desde hace 40.000 años hasta hace 12.000 años), y se asocian a un modo de producción común caracterizado por el uso de hueso, el asta o el marfil para fabricar puntas largas y muy afiladas (imposibles de fabricar a partir de materiales tan quebradizos como las piedras), y también por realizar las primeras representaciones artísticas con los mismos materiales. Gracias a la posibilidad de crear agujas, es posible fabricar ropajes sofisticados con los que desplazarse por ecosistemas totalmente glaciares, algo que otros representantes del género Homo no podían hacer durante mucho tiempo.

Por otro lado, en este tipo de industria lítica se generaliza el uso del buril, que es un instrumento desarrollado por el Homo sapiens y es considerada la primera herramienta máquina: un objeto creado para fabricar otros instrumentos de trabajo.

Específicamente el Auriñaciense se caracteriza por grandes láminas, a modo de grandes lascas talladas. Otros materiales utilizados fueron el sílex, el cuarzo y la cuarcita.

Auriñaciense

  • Gravetiense

Junto con el periodo anterior, el Gravetiense se asocia con el Homo sapiens. De igual manera era predominante uso de hueso y marfil para la fabricación de puntas largas. Se caracteriza por la presencia de los primeros huesos decorados y también por el desarrollo de métodos de cocción de arcilla.

Gravetiense

  • Solutrense

En continuación con la anterior, esta etapa se caracteriza por el desarrollo de métodos de calentamiento de roca. Por estos mismos métodos, el tallado y la forma de la herramienta se modifica. Tienen toques más estéticos, similares a una flecha. Se utilizan también sílex, cuarzos y distintos cristales, como la obsidiana.

Técnicas de talla lítica avanzadas. Esta cultura es conocida por sus avanzadas técnicas de talla lítica, especialmente la producción de hojas de piedra finamente trabajadas. Estas hojas, a menudo delgadas y alargadas, eran elaboradas mediante una técnica de presión que permitía un control preciso sobre la forma y el filo de la herramienta. La presión aplicada permitía la creación de bordes extremadamente afilados y simétricos, lo que indicaba un alto grado de habilidad y conocimiento en la manipulación de la piedra.

Puntas de proyectil bifaciales. Otra característica distintiva es la producción de puntas de proyectil bifaciales. Estas puntas, trabajadas por ambas caras, mostraban una simetría y un acabado finamente retocado que las hacían altamente eficientes para la caza. La bifacialidad permitía un filo más duradero y efectivo, adecuado para penetrar la piel y los órganos de los grandes mamíferos cazados por los solutrenses.

Variedad de herramientas. Además de las hojas y las puntas de proyectil, incluía una variedad de otras herramientas, como buriles, raspadores y perforadores. Estas herramientas eran utilizadas para diversas tareas, desde la preparación de alimentos hasta la confección de ropa y la construcción de refugios. La diversidad de herramientas indica una sociedad bien adaptada a su entorno y capaz de realizar una amplia gama de actividades cotidianas.

 Solutrense


  • Magdaleniense

El Magdaleniense es una industria lítica del Paleolítico Superior, aproximadamente entre 17,000 y 12,000 años atrás, conocida por su avanzada tecnología lítica y ósea, así como por su arte rupestre detallado y la producción de herramientas complejas. Esta cultura se desarrolló principalmente en Europa Occidental, destacándose por sus innovaciones y su rica expresión artística.

En este último periodo, las herramientas son aún más finas pero también más grandes, con forma de punta de azagaya (lanza arrojadiza pequeña), aunque también tienen formas triangulares. Sus productos elaborados se utilizaron no solo para la caza, sino como armas de combate y también como adornos. Se han encontrado muchos restos bien conservados en el sudoeste de la Europa Occidental.

  • Tecnología lítica avanzada. Los magdalenienses emplearon técnicas sofisticadas de talla lítica para producir herramientas especializadas. Destacan las puntas de proyectil finamente retocadas y las hojas de piedra microlítica, utilizadas para la caza y otras actividades.
  • Industria ósea y de marfil. Se desarrolló una tecnología avanzada en la fabricación de herramientas y objetos decorativos utilizando huesos y marfil. Esto incluye arpones, agujas con ojo, propulsores de lanzas y otros utensilios que evidencian una diversificación en el uso de materiales naturales.
  • Arte y expresión cultural. Esta cultura es conocida por su rica expresión artística, tanto en arte mobiliar como en arte rupestre. Las cuevas y abrigos rocosos muestran pinturas y grabados que representan escenas de caza, animales y figuras humanas, destacándose por su detalle y realismo.
  • Prácticas funerarias. Aunque menos comúnmente registradas que en otros periodos, se han encontrado evidencias de prácticas funerarias en algunos sitios magdalenienses. Estos incluyen entierros acompañados de ajuares funerarios, lo que sugiere creencias en la vida después de la muerte y un respeto por los difuntos.
  • Adaptación al entorno. Los magdalenienses demostraron una capacidad notable para adaptarse a diversos entornos, desde regiones montañosas hasta costas y llanuras. Esta adaptabilidad se refleja en la amplia distribución geográfica de los sitios magdalenienses en Europa Occidental.
  • Innovación tecnológica y social. El desarrollo de herramientas especializadas y la expresión artística indican una sociedad compleja y bien organizada, capaz de innovar y adaptarse a condiciones ambientales cambiantes durante el fin de la última glaciación.

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