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domingo, 18 de febrero de 2024

EUROPA EN EL SIGLO XIII

Habitualmente, se considera al siglo XIII en Europa como un periodo de plenitud y equilibrio. Tras dos centurias de crecimiento acelerado, los siglos XI y XII, el ritmo de desarrollo se va haciendo más lento hasta prácticamente detenerse entonces. Occidente alcanza un momento de equilibrio en la decimotercera centuria, antes de entrar en una época de contracción y crisis durante el siglo XIV.

A nivel político, el siglo XIII también es un periodo de cierta estabilidad en Europa. Tras dos centurias, los siglos XI y XII, en que las monarquías occidentales habían ido fortaleciéndose progresivamente, en la decimotercera centuria se alcanza un momento de plenitud. El régimen de la monarquía feudal llega a
su época de máximo desarrollo. Las relaciones de los reyes con la nobleza disfrutan de un punto de equilibrio. Por eso los reinados son largos y las guerras civiles escasas. Sin embargo, se trata de un equilibrio inestable, que se romperá a fines del siglo XIII cuando ciertos monarcas aspiren a traspasar los límites del marco de la monarquía feudal y pretendan recuperar la idea de soberanía. La aristocracia se opondrá y resurgirá la inestabilidad política, típica del siglo XIV.


El siglo XIII ¿la plenitud medieval?

Generalmente, el siglo XIII se considera como la plenitud medieval, momento de equilibrio y máximo desarrollo, pero en realidad, en este siglo se produjeron problemas y conflictos.

En el siglo XIII coinciden una serie de reinados de gran duración y estabilidad con figuras como Fernando III o Alfonso X en Castilla, Jaime I de Aragón, Luis IX de Francia y Eduardo I en Inglaterra: Se trata de un periodo próspero y relativamente pacífico.
  • Cambios políticos que benefician las monarquías “nacionales"
En el siglo XIII se produce un cambio importante en la relación de poderes en Europa. las duras luchas producidas entre el Papa y el emperador del sacro imperio tiene un beneficiado que es un tercer actor que aparece en escena: las monarquías nacionales como la francesa, que se impone de forma definitiva en el panorama político europeo a finales del siglo XIII.

A nivel demográfico, se continúa con la tendencia de los siglos anteriores de crecimiento de la población europea, aunque con un ritmo algo más lento, produciéndose un estancamiento a finales del siglo XIII y principio del S XIV.
  • Evolución de la situación económica de la centuria.
En el ámbito económico, el mundo rural disfruta de prosperidad y el hambre disminuye: esto es debido a un desarrollo tecnológico. Se produce un crecimiento en el sector textil. Se produce un auge comercial y las ferias se desarrollan  a nivel internacional. Se produce un avance hacia una economía monetaria. Se usa la moneda de plata, pero vuelve a acuñarse la moneda de oro.

Se produce un cierto equilibrio social. La sociedad feudal de esta época está bien estructurada y equilibrada. En las ciudades se produce una jerarquización social produciéndose el asentamiento de la idea de una sociedad estructurada en tres escalones: nobleza, clero y trabajadores. También ocurren importantes avance en el poder público. se recupera la noción del bien común y avanza la centralización política: a nivel cultural, la civilización de Occidente se encuentra en su momento culminante con la aparición de las universidades y la escolástica experimenta su plenitud con la reducción de una serie de "summas" o síntesis doctrinales. En arquitectura, se inicia el arte gótico, reflejado en las grandes catedrales europeas.


El apogeo de la monarquía feudal francesa

Al mismo tiempo que el pontificado y el imperio se desgastaban en su lucha por el "dominium mundi", la monarquía francesa ascendía al poder. El siglo XIII contempla la culminación del lento proceso de recuperación del poder real desarrollado por la dinastía de los Capeto durante los siglo XI y XII.
  • Logros y obstáculos de la política de Felipe II Augusto
Primero se produjo la extensión territorial del dominio de la monarquía, logrado por el monarca francés Felipe II Augusto (1180-1223) a principios del siglo XIII. Su mayor obstáculo era el "Imperio angevino" del rey de Inglaterra al norte y oeste de Francia. Felipe II Augusto citó judicialmente al rey de Inglaterra, Juan sin tierra, el cual no compareció, declarando la confiscación de todos sus señoríos en Francia. En 1214 se produjo un conflicto armado en la Batalla de Bouvines (1214) con el triunfo del rey de Francia: el monarca inglés perdía todos sus señoríos en Francia, salvo el ducado de Aquitania. 
  • La cruzada contra los cátaros como excusa para expandir su poder
El siguiente paso en la extensión del dominio real fue la recuperación del control del Sur del reino, los cuales durante los siglos XI y XII se habían hecho independientes. El pretexto del rey la represión de la difusión de la herejía albigense o cátara. El catarismo es una herejía de carácter dualista: los grandes señores feudales eran muy tolerantes con ella, lo cual provocó que, en 1208 el papa Inocencio III organizara una cruzada contra los cátaros. La cruzada, en la que participaron masivamente la nobleza del norte de Francia,supuso la conquista del territorio meridional francés. En una segunda fase, con Luis VIII (1223-1226), sucesor de Felipe Augusto, la monarquía recuperó el control directo del sur del reino.

La monarquía francesa conseguía su apogeo a mediados del siglo XIII durante el reinado de Luis IX (1226-1270), san Luis tras su canonización. Luis IX realizó una política interior muy centralizadora, dentro del esquema de la monarquía feudal. Realiza reformas administrativas con las que consigue un amplio periodo de paz, prosperidad y estabilidad para Francia. En cuanto a política exterior, Luis IX busca mantener relacione pacíficas con sus vecinos. Firma tratados de paz con Aragón (tratado Corbeil, 1258) e Inglaterra (tratado París, 1259). emprende dos cruzadas, una contra Egipto y otra contra Túnez que, aunque militarmente fracasan, ideológicamente elevan el prestigio de la realeza francesa tanto en el interior del reino como en el resto de Europa.

Los problemas aparecen durante el breve reinado de Felipe III (1270-1285) cuando los intereses de la monarquía francesa se ven supeditados a una rama de los Capeto que el Papa había instalado en el reino de Sicilia, la dinastía angevina. La defensa de los intereses angevinos en el Sur de Francia conduce a Francia a una infructuosa y costosa guerra con Aragón.

A finales del siglo XIII, la monarquía feudal francesa cambia durante el reinado del último de los grandes monarcas de la dinastía de los Capeto, Felipe IV "El hermoso" (1285-1314). Felipe IV comienza a recuperar la idea de soberanía, rebasándose los límites de la monarquía feudal ya sentándose las bases de un verdadero estado. Felipe iV sufre los primeros síntomas de la profunda crisi económica que Europa va a sufrir en el siglo XIV. Para hacer frente a las dificultades financieras, felipe IV busca nuevas fuentes de financiación para la monarquía francesa. una de ellas es someter al clero al pago de una tasa, lo que provocó un choque frontal con el pontificado. La lucha la acaba ganando el rey de Francia de forma que el pontificado tiene que reconocer su inferioridad frente a las monarquías nacionales.


Crisis de la monarquía feudal inglesa: los orígenes del parlamentarismo

Inglaterra había contado con una monarquía feudal dotada de un poder real muy fuerte desde los siglos XI y XII. Esta monarquía experimenta una importante crisis durante la primera mitad del siglo XIII cuando el rey Juan sin Tierra (1199-1216) pierde el denominado "imperio Angevino" y tras la batalla de Bouvines (1214) el rey de Francia se hace con los extensos señoríos de Inglaterra, al otro lado del Canal de la Mancha (salvo Aquitania). Esta derrota ocasionó el descontento de la nobleza inglesa, produciendo una grave rebelión aristocrática contra la monarquía inglesa. Al no poder reprimir la rebelión, Juan sin Tierra realizó concesiones a la nobleza, concretamente en 1215 el rey otorgó la Carta Magna. La Carta Magna, considerada como origen más remoto del liberalismo inglés, era un pacto feudal en el que la nobleza laica y eclesiástica ponían limitaciones al poder real. En la Carta Magna se concedían algunos privilegios a las ciudades.

Juan sin Tierra fallece y le sucede su hijo Enrique III (1216-1272), menor de edad. La aristocracia inglesa aprovecha la situación para profundizar en la crisis de la monarquía, que continuará después de la mayoría de edad del monarca. Predomina una situación de dictadura nobiliaria dirigida por el conde de Leicester, Simón de Monfort. tras una rebelión de su hijo Eduardo, el monarca recupera la libertad a finales de su reinado, derrumbándose la dictadura de la oligarquía aristocrática.

Enrique III
La Monarquía parlamentaria inglesa

Lo más importante del reinado de Enrique III es la configuración del parlamento como institución dentro del sistema político inglés. En 1258, en Inglaterra, las Provisiones de Oxford permiten controlar el gobierno a los barones: Concretamente nombraron un Consejo integrado por 15 barones al que otorgaron todos los poderes. Paralelamente se dispuso que los altos oficiales 3 debían ser nombrados por el Parlamento que se debía reunir al menos tres veces al año.

Sus primeras convocatorias y reuniones se producían a mediados del siglo XIII. El Parlamento surge como resultado de la evolución de la antigua curia regia, que agrupaba a los principales nobles y eclesiásticos. La curia se transforma en parlamento cuando también empiezan  ser convocados representantes de las ciudades. en la mayor parte de las monarquías europeas del siglo XIII surgían organismos asamblearias compuestos pòr representantes de la nobleza, el clero y la burguesía: el pionero puedo ser el reino de León (1188) y un ejemplo de los más tardíos puedo ser el reino de Francia donde las primeras convocatorias (estados Generales) se produjeron principios del siglo XIV. 

El restablecimiento del poder real en Inglaterra

Con Eduardo I (1272-1307), hijo de Enrique III, concluye la crisis de la monarquía feudal inglesa: se restablece el poder real en Inglaterra a finales del siglo XIII y comienzos del siglo XIV, recuperándose la autoridad de la monarquía inglesa. se produce una revitalización de la política exterior y se incorpora definitivamente Gales a Inglaterra, cosa que no consiguió con Escocia. En el año 1286, el rey Alejandro III muere en un accidente a caballo. Su hijo y heredero había muerto unos dos años atrás. La siguiente en la línea sucesoria al trono era una nieta, Margarita la Dama de Noruega, pero en el viaje desde Noruega a Escocia para tomar posesión como reina también va a morir. En el año 1292, John Balliol será el elegido para ser el nuevo rey escocés, elegido a dedo por Eduardo I de Inglaterra. Como lo nobles no se ponían de acuerdo, le pidieron ayuda al rey inglés para que decidiera. La regencia de Balliol resultó ser tan débil e ineficiente que los nobles empezaron a unirse a la familia de los Bruce como alternativa, la que en ese entonces era liderada por Robert Bruce (nacido en 1210), abuelo de su homónimo más conocido.

Las Guerras Escocesas

En 1295, las ambiciones de Eduardo sufrieron un duro golpe cuando Escocia se alió formalmente con Francia, primer movimiento en lo que se conoció como la Alianza antigua (Auld Alliance), y Baliol se sintió con seguridad para renunciar su lealtad al trono inglés. La familia rival, los Bruce, no apoyaron la rebelión ni la decisión de Baliol.

Para retomar el control de Escocia, Eduardo lideró un ejército en persona y se dirigió hacia Berwick en marzo de 1296 donde masacró a 11.060 de los residentes del pueblo, según lo relatado por el cronista Walter de Guisborough en el siglo XIV. Eduardo contó con el apoyo de los Bruce, y derrotaron a Baliol en la batalla de Dunbar en abril de 1296; el rey escocés se rindió, le quitaron la corona y lo mantuvieron cautivo en la Torre de Londres.  La monarquía escocesa había llegado a su fin, o por lo menos eso pensó Eduardo. Fue durante ese caótico estado de guerra, rebelión y de un trono vacío cuando William Wallace apareció por primera vez.


En mayo de 1297, La primera incursión importante de Wallace fue en Lanark, Escocia, donde atacó con unos treinta hombres. Se dice en leyendas posteriores que la incursión fue en venganza por el ataque que sufrió la amante de Wallace, Marion, y por el asesinato de un grupo de nobles escoceses a manos de soldados ingleses. El comisario inglés en Lanark, William Heselrig, murió en el ataque. Hubo otras incursiones exitosas en Scone y en varias de las guarniciones inglesas entre los ríos Forth y Tay antes de que Wallace y sus hombres se retiraran a la seguridad de las Tierras Altas.

En septiembre de 1297, tomó lugar el triunfo más importante de William Wallace cuando derrotó a un ejército inglés en la batalla del puente de Stirling, cerca del castillo de Stirling, en Escocia central. El Earl de Surrey, John de Warenne, lideraba el ejército inglés, que incluía por lo menos trescientas unidades de caballería pesada y era mucho más numeroso que las fuerzas escocesas. Wallace lideraba las fuerzas escocesas junto a sir Andrew Moray de Bothwell (también conocido como Andrew Murray) que estaba liderando una rebelión por separado en el norte de Escocia. Durante las típicas negociaciones preliminares a la batalla, la leyenda cuenta que William declaró lo siguiente ante los representativos ingleses:

Regresad y decid a vuestro pueblo que no hemos venido en favor de la paz, sino que estamos listos para luchar, cobrar venganza y liberar a nuestro reino.

Batalla del puente de Stirling (1297)

Tomando ventaja del angosto puente que cruzaba el río Forth, que bloqueaba en parte el avance del ejército enemigo, Wallace atacó la vanguardia inglesa cuando se halló aislada al llegar al otro lado del río. Empujados de vuelta hacia el puente, la estructura colapsó bajo el peso de los hombres y muchos se ahogaron en el río, hundidos por el peso de las armaduras. Otros registros sobre la batalla indican que los escoceses destruyeron el puente a propósito o que fueron los ingleses para evitar que los escoceses los siguieran hasta la otra orilla. Más allá de los detalles, no había duda del resultado: una rotunda victoria escocesa. Más de cien caballeros ingleses murieron en la batalla, incluido sir Hugh de Cressingham, el tesorero de Eduardo en Escocia, a quien despedazaron en el puente de Stirling. La leyenda cuenta que se utilizó la piel de Cressingham para confeccionar sporrans y cinturones para sostener las espadas de los vencedores.

Luego, Wallace lideró incursiones en el norte de Inglaterra, atacó Northumberland y Cumberland, y montó asedios en los castillos de Alnwick y Carlisle. En 1297, Wallace confiaba tanto en el control que poseía sobre su reino que él y Moray escribieron les cartas a los comerciantes de Lübeck y de Hamburgo para informarles de que era seguro reanudar el comercio internacional con Escocia. En marzo de 1298, nombraron a Wallace caballero, probablemente de la mano de Roberto de Bruce, Earl de Carrick y el futuro rey de escocia. Además, se nombró a Wallace “guardián” del gobierno escocés y comandante en jefe de los ejércitos. Esos honores son una buena prueba de que Wallace no era un plebeyo, sino un hombre con excelentes conexiones entre los nobles escoceses.

En 1298, Eduardo I marchó al otro lado del borde con un ejército. Wallace se había retirado cada vez más hacia el norte, con el fin de evitar una confrontación directa, mientras utilizaba tácticas de tierra quemada para que el ejército de Eduardo se tuviera que adentrarse en tierras escocesas donde la falta de suministros serían un grave problema logístico. Al final los dos ejércitos se enfrentaron en la batalla de Falkirk el 22 de julio de 1298. El ejército inglés contaba con una gran cantidad de caballería y de los temidos arqueros de arco largo, que pusieron en retirada a los lanceros escoceses que se habían formado frente al bosque de Callendar en la formación típica de cuatro schiltrons (una formación parecida a un puercoespín, pero con lanzas por púas en vez de espinas). Eduardo había ordenado a sus tropas a que atacaran por dos lados y obligaron a la pequeña fuerza de caballería escocesa a que se retiraran en un estado de pánico. Luego, los arqueros y ballesteros diezmaron los schiltrons con precisos y mortíferos flechazos. Murieron cerca de 20.000 escoceses, en comparación con los 2.000 ingleses. Cabe destacar que la mayoría de los nobles escoceses sobrevivieron para luchar otro día. Wallace también se escapó de los vencedores, pero la vergüenza de la derrota lo obligó a resignar a su papel como guardián de Escocia.
batalla de Falkirk el 22 de julio de 1298


El concejo regente

No son muy precisos los registros que documentan los eventos de los años posteriores. Con el trono vacío, se estableció un concejo regente cuyos miembros eran Wallace, John Comyn y el obispo Lamberton. En un principio Roberto I Bruce no estaba a favor del concejo. En parte se debía a que la familia Bruce había sido rival de la familia Comyn por mucho tiempo, quienes apoyaban a los Baliol. Por otro lado, Bruce tampoco apoyaba al rey inglés por completo, por lo que parece que se había mantenido al margen hasta tener una mejor idea de cuál sería el resultado de lo que se conocería como la primera guerra de independencia. Luego de la batalla de Falkirk y la renuncia de Wallace como guardián, los Bruce y los Comyn pusieron sus diferencias a un lado por un tiempo y lideraron el concejo regente.

En varias ocasiones Roberto I Bruce demostró con claridad que estaba del lado de los escoceses y tomó parte, por ejemplo, en el ataque contra el castillo de Ayr, que estaba en manos inglesas. Sin embargo, en 1302 Roberto se casó con Elizabeth, hija de un aliado de Eduardo I, y esto sumado al hecho de que liberaron a Juan de Baliol de la Torre de Londres significó que Roberto estaba del lado de los ingleses una vez más, en caso de que los aliados escoceses de Baliol lograran restablecer al exrey. Bruce codiciaba el trono para sí mismo.

En 1300, 1301 y 1303, Eduardo envió más ejércitos a Escocia, recuperando el castillo de Stirling en el proceso, por lo que la situación de Escocia y quién ocuparía el trono seguía siendo bastante complicada. Luego del desastre de Falkirk, los nobles escoceses se aplicaron a evitar una confrontación directa con los ejércitos ingleses. Sin embargo, la vida de Eduardo el rey guerrero inglés estaba llegando al final de su larga y activa carrera, lo que permitió a Escocia hacer tiempo.

En el ínterin, Wallace desapareció de la vida pública, y aunque era un hombre buscado, logró evadir ser capturado hasta 1305. Algunos registran que pasó ese tiempo de fugitivo como un soldado de guerrilla que tenía una base en alguna parte de las Tierras Altas, mientras que otras fuentes indican que se escapó a Francia en el barco del pirata Richard Longoville; es posible que Wallace estuviera buscando apoyo financiero y militar de los franceses para continuar la guerra de independencia. Otra historia aún más increíble es la del héroe escocés es que logró llegar a Roma donde suplicó al papa para que lo ayudara en su batalla contra los ingleses. Wallace fue juzgado y condenado a muerte por traición al rey.

William Wallace

Captura y ejecución

El 5 de agosto de 1305, atraparon a Wallace en Glasgow a causa de unos amigos traicioneros según lo que indican algunos cronistas medievales. Arrastraron al hombre más buscado en Escocia hasta Londres para que se lo juzgara como traidor a la corona en el Salón de Westminster. Se dice que a Wallace le pusieron una corona de hojas de roble para indicar su baja condición de forajido. Los cargos formales contra Wallace fueron promover la alianza de Escocia con Francia, enemigo de los ingleses; matar hombres, mujeres y niños inocentes, incluidos clérigos durante sus incursiones en el norte de Inglaterra, y dirigir ejércitos contra la corona inglesa.

El escocés rechazó los cargos contra él y declaró que solo le debía lealtad a su propio rey, el depuesto Juan de Baliol. Como era de esperar, hallaron a Wallace culpable de traición; el 23 de agosto Wallace sufrió la pena de muerte más espantosa que podía imponer una corte inglesa: ser ahorcado, arrastrado y descuartizado. Primero, desnudaron a Wallace y un caballo lo arrastró de los tobillos por las calles de Londres. Una vez llegaron a Smithfield, lo colgaron, pero aflojaron el nudo poco antes de que muriera. Lo acostaron sobre una tabla y le arrancaron los intestinos, luego lo decapitaron y cortaron su cuerpo en cuatro partes. Colocaron la cabeza de Wallace en el Puente de Londres a modo de advertencia y se enviaron las otras cuatro partes de su cuerpo para ser expuestas en Aberdeen, Berwick, Newcastle y Stirling, el sitio de su gran victoria.

William Wallace en Londres antes de ser juzgado y ejecutado
 Hulton Archive y Getty Images

Por otra parte, Roberto I Bruce empezaba a dudar si valía la pena apoyar la corona inglesa porque no parecía muy probable que Eduardo lo hiciera rey de Escocia. A lo largo del año siguiente, realizó un trabajo constante, y probablemente en secreto, para ganar aliados entre los barones escoceses clave y tiempo después se declaró rey en marzo de 1306 (reinaría hasta el 1329). Para fortuna de Roberto y los escoceses, el sucesor de Eduardo I, su hijo Eduardo II de Inglaterra (que reinó entre 1307 y 1327), no era hábil en materia militar. Luego de ganar una gran victoria en Bannockburn en junio de 1314, Roberto logró deshacerse de los invasores ingleses y eliminar uno por uno los castillos sobre suelo escocés.
Batalla de Bannockburn 1314

Los reinos de la Península Ibérica. El gran avance de la reconquista

A principios del siglo XIII, la Península Ibérica estaba dividida en cinco reinos cristianos al norte (Portugal, León, Castilla, Navarra y Aragón) y una España islámica de Al-Ándalus al sur unificada por el Imperio almohade. El siglo XIII se caracteriza por el gran avance producido por los reinos cristianos a costa de los musulmanes siendo, a finales del siglo XIII la presencia islámica residual y reducida al pequeño reino de Granada. Esta expansión se consiguió por la superioridad militar conseguida tras el triunfo en 1212 en la Batalla de las Navas de Tolosa. Tras la derrota de los almohades, Al- Ándalus se divide en una serie de reinos de taifas: el proceso expansión territorial concluye con Portugal. castilla y león serían los reinos de mayor extensión territorial. A la muerte del rey leonés Alfonso IX, los reinos de León y Castilla se unen definitivamente con el rey Fernando III en 1230.

La Corona de Aragón ve detenida su tentativa de expansión por el sur de Francia tras la Batalla de Muret en 1213. Jaime I de Aragón (1213-1276) ocupa la isla de Mallorca (1229) y el reino musulmán de Valencia (1245). a partir de la segunda mitad del siglo XIII, la presencia musulmana en la Península Ibérica quedaba reducida al reino de Granada, cuyo monarca estaba sometido como vasallo al rey de Castilla.
 Batalla de Muret 1213

El reino de Navarra sufría una creciente influencia francesa. Tras la muerte del rey Sancho VII (1234), el reino pasó a una familia de la nobleza francesa, la dinastía de los condes de Champaña. Cuando la dinastía de Champaña desapareció, Navarra fue incorporada a la monarquía francesa. Navarra mantendría la unión con Francia hasta la extinción de los Capeto en 1328.

A mediados del siglo XIII, la expansión territorial cristiana a costa de los musulmanes se detiene dejando de haber botín para repartir y empezando los problemas y conflictos. En Portugal, se produce una guerra civil en 1245 que destrona al monarca portugués Sancho II en 1248. Su hermano Alfonso III (1248-1279) restaura el poder monárquico, pero es con Don Dionís (1279-1325), siguiente monarca, que el fortalecimiento del poder real llega su culminación: consigue una rectificación favorable para Portugal del trazado de la frontera castellano-portuguesa mediante el tratado de Alcañices en 1297.



En el caso de la Corona de Aragón, se tantean otras posibilidades de crecimiento entre ellas la expansión por el Mediterráneo favorecida por el destacado desarrollo comercial de cataluña: primero se da la ocupación de Sicilia por el rey Pedro III de Aragón (1276-1285) en 1282 que estaba ocupada por los Anjou. Al tratarse de un feudo pontificio, provoca la hostilidad del Papa y el rey de Francia, lo cual provoca a su vez un intento de invasión francesa de Aragón. Pedro III y su sucesor Alfonso III (1285-1291) solicitan el apoyo de la nobleza aragonesa a cambio de las concesión del llamado "privilegio general de la Unión" estableciéndose una especie de relación contractual entre monarca y nobleza que provocó un debilitamiento del poder real. La Corona de Aragón alcanzaría su apogeo durante el reinado de Jaime II (1291-1327) consiguiendo reforzar el poder real, pero respetando los privilegios nobiliarios: se ampliaron los límites meridionales desde alicante hasta Castilla y se ocupó la isla de Cerdeña.

Al finalizar la expansión de la Corona de Castilla a costa de los musulmanes,se tuvo que hacer frente a la repoblación y asimilación de los territorios conquistados,además se empezaba a anotar el deterioro de la situación económica. Alfonso X (1252-1284), para afrontar los problemas, quiso crear el germen de un verdadero estado. Creó, dentro de su obra legislativa, unos códigos unificadores basados en el Derecho Romano. Alfonso X intentó ser elegido emperador del Sacro Imperio y para financiar su ambición de emperador sometió al reino a un fuerte presión fiscal. La nobleza se sublevó en varias ocasiones contra el proyecto centralizador de Alfonso X. Su candidatura fue desestimada. Su propio hijo, el infante don Sancho destronó al monarca: Alfonso X murió aislado en Sevilla en 1284.

Alfonso X el sabio

En política exterior, los benimerines se intentan establecer en la costa del estrecho de Gibraltar iniciándose un conflicto bélico que no se resolverá hasta el siglo XIV. En cuanto a los asuntos internos, Sancho IV (1284-1295) sube al trono con el apoyo aristocrático. Supo mantener la autoridad de la monarquía frente a los ataques nobiliarios. Murió prematuramente en el 1295 subiendo al trono su hijo Fernando IV (1295-1312), menor de edad: su madre, María de Molina, hizo de regente intentando preservar los intereses de la monarquía. Se produjo una guerra civil que acabó con el predominio de la nobleza. La Corona de Castilla sufre un claro eclipse a finales el siglo XII y principios del siglo XIV.



Los reinos de la Europa Nórdica y Oriental

Las monarquías del norte y este de Europa, más rudimentarias y peor organizadas que las de Europa Occidental,se enfrentaron al problema de la creciente influencia y expansión germánicas.
  • Monarquía escandinavas
Dinamarca era la monarquía más sólida, aunque sufrió un retroceso durante el siglo XIII y experimentó pérdidas territoriales a mano de los alemanes. internamente, los príncipes eclesiásticos y grandes laicos aumentan su poder. Se produjo un largo conflicto entre la Iglesia danesa y la monarquía. A nivel institucional, Dinamarca logra progresos importantes como la elaboración de un inventario general del reino o catastro, aparece una especie de parlamento o asamblea de grandes y en 1282, el rey concedió un texto parecido a la "Carta Magna" inglesa.

En Noruega, durante el siglo XIII, el rey empieza a realzarse: el derecho consuetudinario es sustituido por un código escrito que reserva el poder legislativo y judicial al monarca. En el siglo XIII Noruega entra a formar parte del concierto de monarquías europeas. la concesión de privilegios a la Hansa o liga de ciudades comerciales del norte de alemania supondrá una futura amenaza para la autonomía económica de Noruega

En Suecia, el poder real asume el derecho de legislar. A nivel institucional aparece una especie de Parlamento. Suecia logra una importante expansión territorial con la conquista de Finlandia cuya ocupación se consolida a principios del siglo XIV. La monarquía sueca también concede privilegios comerciales a la Hansa germánica lo que afectará negativamente al progreso económico del país.
  • Reinos del este de Europa (Polonia, Hungría y Bohemia)
Los reinos del Este de Europa tuvieron que afrontar la menza de la continua expansión alemana,además sufren las desastrosas consecuencias de las incursiones mongolas, principalmente los estados de Polonia, Hungría y Bohemia.

En Polonia, el culmen del régimen del "seniorato" (instituido en el siglo XII) provoca un profundo proceso de disolución en la monarquía. La dinastía real de los Piast tenía dividido el país en ducados y el miembro de más edad llevaba el título de rey. Polonia se unió a Bohemia temporalmente a principios del siglo XIV, con los reyes Wenceslao II y III. Uno de los peligros más importantes al que tuvo que hacer frente fue la invasión de los mongoles, que provocó grandes destrozos, aunque la mayor amenaza fue el creciente expansionismo alemán. La marca de Brandemburgo se expandía hacia el este a costa de los polacos. Por el norte, la Orden de los Caballeros Teutónicos (orden militar alemana) se instaló en el Báltico, principios del siglo XIII,y ocupó Prusia según avanzó la centuria. Los caballeros teutónicos suponían una amenaza para el reino polaco. Gracia a la acción de la iglesia polaca, Polonia consiguió conservar su identidad nacional.

En Hungría, la monarquía concedió privilegios a la alta nobleza, perdiendo poder poco a poco. Los mongoles provocaron grandes destrucciones y saqueos a mediados del siglo XIII: la dinastía de los Arpad se extinguió en 1301, pasando el reino a dinastías extranjeras.

Áreas gobernadas por Otakar II.

Bohemia fue el reino más próspero de Europa Oriental. Por su protección geográfica se libró de las invasiones mongolas. Bohemia alcanza su apogeo durante el reinado de Ottokar II (1253-1278) con una agresiva política expansionista anexionando los territorios germánicos de Austria, Estiria, Carintia y Carniola. Ottokar II se convertía en el príncipe más poderoso del Sacro Imperio. Tras la elección de Rodolfo de Habsburgo como nuevo emperador en 1273, éste, por temor al excesivo poder acumulado del rey de Bohemia, dirigió una coalición de príncipes alemanes contra él. Ottokar sería derrotado por Rodolfo de Habsburgo en la batalla de Marchfeld (1278). Tras esta batalla, Polonia perdía sus recientes adquisiciones germánicas, pasando a manos de los Habsburgo. Bohemia, bajo los Premislidas siguió siendo importante en el contexto del sacro imperio por sus minas de plata: poco a poco iría aumentando la presencia de colonos alemanes en sus ciudades.

 batalla de Marchfeld (1278)

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