En España, y más concretamente en Andalucía, la figura y obra de Federico García Lorca ha sido y sigue siendo estudiada desde diferentes disciplinas artísticas que coinciden en señalar la especial relación del conjunto de su obra, especialmente el teatro y la poesía, con el pueblo, la cultura y la tierra que le vieron nacer. El flamenco es un paso inevitable, por ejemplo, para la lectura de Poema del Cante Jondo de Federico García Lorca (1898-1936), poemario compuesto a finales de 1921 como preámbulo al Primer Festival del Cante Jondo que Lorca organiza en Granada con Manuel de Falla en 1922, aunque el libro no se publicará hasta 1931. Esta obra, tan relacionada con la cultura musical de un pueblo necesita la aportación musical de su protagonista: el flamenco. Es por ello que para una completa comprensión y disfrute de los poemas que lo componen, además de apreciar su componente lingüístico, hay que saber valorar el componente musical subyacente. Por mucho que leamos el “Poema de la seguiriya gitana” o el “Poema de la saeta” no alcanzaremos a apreciar su verdadero valor hasta que no aunemos música y literatura como dos disciplinas artísticas íntimamente relacionadas con el pueblo y la cultura de la que proceden. En esta colección de poemas notamos que no son coplas conocidas las que escribe el poeta, sino la emoción íntima producida por esas coplas. En sus conferencias sobre el cante, García Lorca nos indica que su objetivo no es el de imitar las palabras del cantaor como ya se había hecho en la poesía de muchos otros, sino crear en la mente de quien oye los poemas una imagen. El poeta quiere ilustrar las raíces primitivas de angustia y dolor, y seguir la canción imaginativamente, desde la primera nota hasta que la voz del cantaor se deshace y desaparece (Gibson, Ian. Pg. 108 Vida, pasión y muerte de Federico García Lorca. Barcelona: Plaza &Janés Editores, S.A., 1998.).
El poema del cante jondo está estructurado en apartados titulados: “Poema de la soleá”, “Poema de la saeta”, “Gráfico de la petenera”, “Poema de la siguiriya gitana”, todas ellas formas del cante jondo.
Dentro de este último apartado se incluye “La guitarra”, (también hay otros poemas con títulos muy expresivos: “El grito”, “El silencio”). La siguiriya es cante gitano por excelencia en el que lo primero que se oye es el rasgueo de la guitarra. En su conferencia sobre el cante, Lorca afirmaba: “…la guitarra ha construido el cante jondo”. El poema titulado “La guitarra” aborda el carácter y la esencia de la guitarra en el cante jondo.En el apartado “Poema de la saeta” se incluye “Balcón”, “Saeta” y “Arqueros”
El teatro de Lorca también tiene mucha relación con la música de raíz popular. En sus obras de teatro incluye canciones y rimas populares que forman parte de la esencia y la cultura ancestral de su pueblo. En Bodas de sangre hay momentos en los que las Nanas en verso – por otra parte, profundamente líricas - invitan a la canción, lo que contribuye a aumentar la tensión y el dramatismo.
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