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miércoles, 2 de octubre de 2024

HITITAS, HURRITAS Y MITANNI

 El Reino Antiguo Hitita. Siglos XVII-XVI a.C.

Los Hititas, cuyo origen parece situarse cerca del mar de Azov, llegaron a Anatolia en torno al 2000 a.C., imponiendo y mezclándose con la población local.  Los inicios de la historia hitita coinciden con la decadencia de las colonias asirias en Anatolia. Parece que en inicio existió una rivalidad entre dos ramas de la familia real, los hattita al norte y los hititas al sur, expandiéndose en dirección norte estos últimos. Se señala como primer rey a Labarna I, pero su existencia no está probada, si bien es cierto que su nombre pasó a ser un título de los reyes hititas. 

Hatusili I (1586-1556)

Con este rey los hititas entran en plena fase histórica. Convirtió su reino de un pequeño Estado en una gran potencia protagonista en la política internacional. Fue el primer rey hitita en lanzar campañas más allá del Tauro, estableció la capital en Hattusa y expandió sus dominios hasta Siria. Las campañas fueron muy beneficiosas por los botines, pero provocaron la ausencia del rey de la corte, lo que fue buen caldo de cultivo para las conspiraciones, viviendo varias que lo llevaron a nombrar sucesor a su nieto Mursili 

Mursili I (1556-1526) 

Su ascensión al trono no fue tranquila, teniendo que hacer frente a una sublevación general por cuestiones dinásticas. Una vez calmada la situación se enfrentó a los asirios y después se lanzó contra Mesopotamia, poniendo fin a la dinastía amorrea de Babilonia. Al volver a Hattusa una conspiración acabó con su vida.  Los reinados posteriores están caracterizados por las intrigas y los asesinatos de reyes, toda vez que el poderío del reino menguó considerablemente 

Telepinu

 Este  rey  impuso  una  solución  parcial  a  estos  problemas  conspiratorios.  Tras  acabar  con  una conjura  contra él  encabezada  por  el  rey y  destronarlo  por  medios  no  violentos,  se  dedicó  a reorganizar el reino. Además, dotó de más poder a la asamblea y estableció el modo en que debía  llevarse  a  cabo  la  sucesión  real  mediante  le  Edicto  de  Telepinu,  donde  se  prohibía  el asesinato real y se daba prioridad al hijo mayor de la esposa principal del rey. En esta época se firmaron también algunos tratados internacionales 

Reino Medio Hitita. Siglos XVI-XV a.C.

 Para  muchos  investigadores  no  existió,  señalando  que  los  reyes  que  aquí  se  engloban pertenecen al final de Reino Antiguo. Hay grandes lagunas por falta de fuentes de este periodo. No  obstante,  parece  que  por  primera  vez  se  realizó  la  sucesión  por  línea  masculina,  que  la situación del reino apenas varió y que se siguieron firmando tratados internacionales. 

Reino Medio Hitita. Siglos XVI-XV a.C.

La hegemonía de Mitanni 

El estado de Mitanni fue creado por los hurritas en una región conocida posteriormente por ese nombre. En  su apogeo controlaron amplias zonas en  las  que se  encontraban ciudades  como Alepo o Karkemish

Las  primeras  referencias  a  los  hurritas  datan  del  III  milenio,  si  bien  su  asentamiento  en Mesopotamia no se produjo hasta mediados del II milenio. Su origen es muy discutible, si bien sabemos que no eran semitas, que su lengua nos e relacionaba con las de la región y que sus rituales eran totalmente originales. 

Parece que la clase dominante hurrita fue la que logró aglutinar a las diferentes ciudades de Mitanni en un reino. El ascenso del mismo se vio favorecido por la crisis que atravesaban las potencias del momento. La situación geográfica fue muy favorecedora ya que permitió el control de gran cantidad de rutas comerciales. 



Los inicios de Mitanni 

A inicios del siglo XVI Mitanni comenzó a ser un Estado poderoso. En este momento el principal rival era  Egipto,  lo  que no impidió  que  firmasen una alianza beneficiosa para  ambos  que  los protegía de los hititas 

Desarrollo histórico 

La  unificación  de Mitanni se  produjo  en  un momento  de vacío  de poder en  la zona.  Sus dos primeros reyes son legendarios, atribuyéndoseles la unificación de las ciudades y la expansión del  nuevo  reino.  El  primer rey  histórico  continuó  expandiendo  las  fronteras  de  Mitanni  y  se enfrentó a los egipcios, siendo derrotado, aunque esto nos supuso que el reino sucumbiera. Con los siguientes reyes aumentó el poder de Mitanni, continuando el enfrentamiento con Asiria y suavizando la relación con Egipto. Shuttarna II (1375-1369) fue el rey que consiguió el máximo apogeo de Mitanni. Se reanudó el enfrentamiento con Egipto por Siria, con resultado favorable, firmándose finalmente un nuevo tratado entre las dos potencias y estableciendo relaciones cordiales. A su muerte se inició una lucha  dinástica  en  la  que  intervino  el  rey de  Asiria,  lo que  demuestra que  la  dominación  de Mitanni sobre esta fue decayendo. Los problemas sucesorios se multiplicaron con los siguientes reyes, que se vieron envueltos en varios conflictos internos. Constantemente intervino el rey de Asiria, posicionándose con alguno de los contendientes y apoyándolo decididamente. Hurri, que estaba separada de Mitanni, fue entregada por el rey asirio a uno de los contendientes, que iniciaría posteriormente desde allí la conquista  de  Mitanni  aprovechando  un  nuevo  conflicto  sucesorio.  En  este  contexto  se sucedieron hasta tres guerras con los hititas de desigual resultado, siendo al final derrotado y asesinado el rey de Mitanni y sucediéndose las luchas civiles por el trono. Finalmente, los hititas lograron sacudirse el yugo mitannio, acabando por dominarlos y convertir a Mitanni en vasallo. Tras  algunos  intentos  de  revertir  la  situación  el  último  rey  de  Mitanni  fue  vencido  por Salmanasar I.  


Las instituciones hurritas 

La monarquía

 Posiblemente  fue  la  primera  institución  creada  tras  la  sedentarización  de  los  hurritas  a consecuencia de la elección del jefe de una de las tribus que las guiara a todas en la guerra. Tuvo dos fases, una primera electiva en la que le monarca tenía un poder limitado hasta cierto punto, y  una  segunda  de  herencia,  posiblemente  por  línea  paterna.  No  sabemos  si  la  sucesión  era directa o debía ser refrendada.

Los reyes, que no fueron especialmente sanguinarios ni guerreros, se autoproclamaron Lugal y tenían el deber de proteger a los otros príncipes y al pueblo. Podía recompensar con tierras a otros príncipes y sus órdenes eran siempre aceptadas. Tenía una esposa principal y numerosas secundarias. Probablemente eran incinerados y enterrados en túmulos. 

El palacio 

Era  la  sede  del  poder  político.  Desde  allí  un  complejo,  pero  no  muy  numeroso  sistema  de funcionarios administraba el reino. 

El ejército

 Fue una de las instituciones más destacadas donde sobresalió el carro tirado por dos caballos, que era más ligero y robusto que el egipcio. Los soldados contaban con una armadura de placas de bronce que también se ponían a los caballos. Es probable que hubiera dos grupos de carros para cubrir cada flanco, a los que se sumaba una infantería poco especializada y tropas ligeras. En las puertas de la ciudad y del palacio había guardias. 

Los almacenes 

Estaban distribuidos estratégicamente y solo servían de almacenamiento. 

Otras instituciones 

De la organización judicial conocemos que, en los litigios, participaban un juez junto a un escriba y  que  eran  complementados  por  los  testigos.  Los  esclavos  podían  tener  ciertas  capacidades jurídicas. De la familia solo conocemos el modelo de la clase alta, donde era encabezada por el marido y la  esposa  principal,  que  también  tenía  autoridad.  Además,  formaban  parte  los  hijos  de  este matrimonio, destacando el primogénito, y las concubinas del marido. En caso de separación la mujer podía volver a casa de sus padres o recibir una compensación. Del derecho penal sabemos que era benigno y que predominaba la compensación económica. 

Política exterior 

En Oriente Próximo se desarrolló un complejo  sistema diplomático. Los embajadores eran la figura principal, pudiendo ser estos mercaderes que viajaban por necesidad de sus negocios y que gozaban de alta consideración social y de la confianza del rey. En Mitanni, los miembros de la  familia  real  estuvieron  muy  vinculados  a  la  diplomacia,  siendo  muy  frecuente  las  alianzas matrimoniales. Los embajadores tenían varias responsabilidades como asistir a ceremonias representando a su país, llevar la correspondencia entre cortes o defender la postura de su monarca en otra corte.  El intercambio de regalos, símbolo de amistad, era muy habitual.  En cuanto a relaciones con sus vecinos no fueron excesivamente violentas, permitiendo a los estados vasallos de una considerable autonomía.

La sociedad hurrita 

Era una sociedad compleja en la que existía un numeroso grupo de agricultores y ganaderos, además de los nobles. Muchos oficios eran hereditarios, sobre todos los relacionados con la cría y la agricultura, llegándose a promulgar varios edictos para favorecerlos a causa de una gran crisis del campo. En la administración principal conocemos cargos como el de visir o gobernador, y  del  estamento  religioso  sabemos  que  era  poco  numeroso.  También  había  comerciantes  y artesanos. La religión hurrita Posiblemente tuvo carácter votivo. Estuvo muy influenciada por babilonios y asirios. El cielo y la tierra eran divinidades sin forma antropomorfa, siendo el dios principal Teshub. Concebían que tras la muerte se pasaba a un mundo inferior en el que solo se podía entrar. Además de a los dioses se la hacían ofrendas a los antepasados. Los hurritas adoraban a los dioses en santuarios, que se componían de una cella pequeña donde los sacerdotes practicaban los rituales y un gran patio donde se acogía a los fieles. La religión no estuvo exenta de rituales y magia.

 El renacimiento hitita: El Imperio (1344-1178)

 La decadencia de Mitanni fue consecuencia del renacer de los hititas. Durante el Imperio Nuevo, la monarquía hitita se asemejó cada vez más a la hurrita A finales del siglo XV se inicia una nueva dinastía cuyo primer rey retoma la política expansionista y conquista territorios perdidos, haciéndose con gran número de soldados y caballos, si bien sus sucesores entrarán en un nuevo proceso de crisis entre sublevaciones y amenazas externas que coincidieron con el momento de mayor esplendor de Mitanni. 

La creación del Imperio: Suppiluliuma I 

Suppiluliuma fue le monarca más importante de la historia de Hatti. Accedió al trono de forma violenta tras lo que puso en marcha una intensa actividad exterior. Primero afianzó el dominio hitita  en  Anatolia  combinando  a  la  actividad  militar  y  diplomática  fortalecida  por  pactos matrimoniales. Después se lanzó contra Siria, consiguiendo controlar pequeños principados que eran favorables a Mitanni. Esto provocó una serie de enfrentamientos entre las dos potencias que se saldó con la destrucción de la segunda. El asesinato de uno de sus hijos cuando se dirigía a Egipto a casarse con la viuda del faraón lo llevó a iniciar una campaña contra el sur de Siria, zona dominada por los egipcios, deportando a muchos prisioneros que llegaron a Hatti con la peste, que se extendió por el país provocando una epidemia en la que falleció el propio rey. A su muerte dejó un gran imperio poco organizado. 

Suppiluliuma I 

La consolidación del Imperio: Arnuwanda I y Mursili II 

Suppililiuma fue sucedido por su hijo su hijo Arnuwanda I, que continuó la lucha con los gagas, pero falleció poco tiempo después por la epidemia de peste. A este le sucedió Mursili I, contra el  que  se  rebeló  la  mayor  parte  de  los  países  que  dependían  de  Hatti  por  su  juventud  e inexperiencia. Venció las revueltas y a los gasgas, y hubo de hacer frente a más revueltas en Siria y Anatolia, sofocándolas todas. Para paliar la epidemia de peste invocó a los dioses y guardó memoria de las hazañas de su padre. 

El apogeo del Imperio: Muwatali II y Hattusili III

 Muwatali I llegó al trono tras eliminar a algunos hermanos y, para evitar problemas con otro hermano, Hattusili III, le entregó el mando del Alto País y la jefatura del ejército. Se dedicó a los asuntos  sirios,  llegando  a trasladar  la  capital.  Luchó contra  los  gasgas y  contra sus  príncipes vasallos, pero sobre todo contra Egipto. Asimismo, estrechó lazos con Babilonia.

Contra Egipto, su gran enemigo, luchó la batalla de Qadesh, provocada por la fluctuante lealtad del príncipe de la ciudad. La batalla quedó inconclusa y Ramsés II sufrió grandes pérdidas. A su muerte se abrió una nueva crisis sucesoria. Su hijo accedió al trono y mantuvo a su tío en los cargos que poseía, pero al cabo de unos años lo desposeyó de ellos, lo que provocó la rebelión de este y su subida al trono. Aunque intentó recuperarlo varias veces todas fueron infructuosas. 

 Hattusili III llevó a cabo una política más diplomática que sus antecesores. Firmó un tratado con Ramsés II que permitió un siglo de paz entre las potencias y se selló con la boda de la hija del rey con el faraón. También estrechó lazos de amistad con Babilonia y otros principados. 

Batalla de Qadesh (1274 a. C.)

El final del imperio: Tudhaliya IV y Suppiluliuma II 

Con los sucesores de Hattusili III el imperio entró en clara decadencia. Tudhaliya IV mantuvo la política de sus predecesores, con un periodo de paz inicial que se acabó tras un ataque de los asirios a territorio hitita. Ante este el rey ordenó un bloqueo político de Asiria a la vez que, para controlar Chipre, envió  una  expedición a  la  isla y  la puso bajo  su control.  En  política interna participó  directamente  en  la  administración  pública  y  en  la  religión  oficial,  promulgó  leyes nuevas  e  inició  la  restauración  de  edificios,  llegando  a  utilizar  por  primera  vez  títulos  reales mesopotámicos.  

Con  los  dos siguientes monarcas se  inició un  declive  que  terminó con el  fin del  imperio.  Los gasgas se apoderaron de varias ciudades hititas del norte de Hatti. Se vivió una gran hambruna y  se  luchó  de  nuevo  en  Chipre  con  resultado  victorioso,  si  bien  los  ataques  de  tribus, posiblemente los  gasgas, y el saqueo  e incendio de la capital hicieron huir al último rey, con quien desapareció el imperio hitita.

Suppiluliuma II

Los reinos neohititas 

Tras  la  desaparición  del  Imperio  hitita  se  establecieron  una  serie  de  pequeños  reinos considerados  herederos  de  este  imperio  y  que  se  mantuvieron  unos  500  años.  Entre  estos destacó Karkemish, que llegó a ser considerado por los asirios la Gran Hatti. En todos se observa una  continuidad  de  las  tradiciones  hititas,  no  obstante,  llegaron  nuevas  influencias  que afectaron  a  unos  más  que  a  otros.  Todos  estos  reinos  habían  gozado  de  cierta  autonomía durante el Imperio Nuevo hitita y tenían como característica común el tener su capital en un valle rodeado de montañas para controlar las vías de comunicación. Durante este periodo sufrieron el empuje de los asirios, que llegaron a imponer tributo a algunos reinos. Finalmente, sucumbieron bajo estos durante el reinado de Sargón II, que los incorporó a sus territorios.

Instituciones hititas 

La monarquía 

El rey se situaba en la cúspide de la pirámide social y tenía el título de labarna. Comenzó siendo electiva  pero  pronto  pasó  a  ser  hereditaria.  Se  produjeron  frecuentes  usurpaciones,  lo  que provocó que el monarca y el heredero muchas veces se relacionasen a través de las mujeres, pasando muchos años antes del trono pasase de padres a hijos.  La nobleza tenía que aprobar la sucesión, siendo la causa de que esto no pasara muchas veces el no ver capacitado al sucesor. Para evitarlo, los reyes asociaban a su sucesor al trono antes de fallecer, para que aprendiesen a llevar el Estado. No se sabe si el monarca se consideraba con carácter divino, aunque sí sabemos que no sucedía en el Reino Antiguo. El rey tenía pleno poder de decisión en la guerra y política internacional, estando muy limitado en otros campos. 

El «Panku»

 Fue una asamblea de nobles guerreros cuya principal misión era regular la sucesión dando el beneplácito al sucesor. Cobró gran importancia tras ele dicto de Telepinu. Acabó convirtiéndose en un alto tribunal que aplicaba un código donde primaba el principio de restitución y que podía juzgar al rey en caso de sr acusado de asesinato. También fueron consejeros reales. Con el paso del tiempo fue perdiendo influencia. 

El ejército 

Fue una de las instituciones más importantes. Debido al permanente estado de guerra siempre estaba organizado y armado. los reyes buscaron evitar los conflictos y presentaban las guerras como defensivas, procurando siempre cerrarlas con un tratado. El jefe supremo era el rey, que podía delegar el mando en caso de haber dos conflictos a la vez. Las tropas eran aportadas por el propio rey y por señores provinciales. Existían guarniciones a lo  largo  de  la  frontera  para  defender  el  reino  y  cuarteles  de  invierno  para  las  tropas permanentes. Los rangos altos e intermedios eran ocupados por la familia real, y los menores por señores provinciales. El grueso del ejército lo componía la infantería, reclutada entre los hombres libres. En caso de necesidad podían reclutarse más. Los escuadrones de carros ligueros eran la élite del ejército. En ocasiones se conquistaban ciudades, lo que significa que aplicaban prácticas de asedio.

La sociedad hitita 

Había dos clases, los hombres libres y los esclavos En los hombres libres se englobaban el rey y su familia, los nobles y el pueblo llano, diferenciados por  la  riqueza y los  cargos  que  podían desempeñar. La  mayor parte de  la  población vivía en pequeñas comunidades agrícolas encabezadas por los ancianos, que eran también los jefes de las familias. La tierra era común, pero se arrendaban pequeñas parcelas a cambio de trabajos para la comunidad. De las mujeres se sabe que no estaban totalmente sometidas. La gran masa de campesinos estaba obligada a servir en algún momento al rey.  De  los  esclavos  no  se  sabe  su  proporción  ni  papel  en  la  sociedad.  Durante el  Reino  Antiguo tuvieron algún derecho, si bien en el Imperio eran una propiedad más y su vida dependía de su amo.  

La administración hitita 

Se organizaba en torno al palacio. El rey era el cabeza del gobierno. Todo el poder recaía en un limitado número de familias que formaban una aristocracia que debía hacer un juramento de fidelidad al rey. La reina también tenía un destacado papel que conservaba tras la muerte del monarca. Los territorios conquistados pasaban a estar administrados por miembros de la familia real, lo que en los periodos iniciales suponía una amenazada para el poder central. A mediados del siglo XV  se  realizaron  profundos  cambios  en  la  administración,  que  se  feudalizó  a  través  de  la concesión de tierras y el aumento de las clases dirigentes.

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