nos fusilaron en las tapias de los cementerios
para recordarnos que éramos el rojerío
la antiespaña, el mal que combatieron
y vertieron miles de toneladas de silencio y de censura
y acallaron las voces que protestaban
aquellas que todavía recordaban
a los muertos y desparecidos de la dictadura
Pero los muros siempre dirán verdades
mientras la dictadura silencia las gargantas
lo que las voces callan, las paredes cantan
denunciando mentiras y falsedades
a pesar de siempre intentarán sembrar la amnesia y olvido
nadie muere mientras siga siendo recordado
siempre en nuestra memoria y nuestro corazón, nunca se habrán perdido
aquellos que fueron torturados, fusilados y perseguidos
No nos callarán porque seguimos teniendo memoria
porque somos los nietos de aquellos que la Guerra Civil perdieron
de aquellos que escribieron con sangre nuestra historia
y que en las cunetas sus restos y memorias no murieron
Memorial del cementerio de La Almudena en Madrid |
"Su España. . . ."
ResponderEliminarSu España no es nuestra España
la España de los esfuerzos.
Aquella en la que plantamos. . .
nuestro trabajo y esfuerzo.
Que regamos con sudores,
y sangre de nuestros muertos.
Que aún siguen en las cunetas. . .
donde los pusieron ellos.
Claman al cielo justicia,
mas no a su Dios lastimero.
Un Dios hipocrita y falso. .
vengador y pendenciero.
Que paseaba bajo palio;
a un asesino confeso
Por creerse que ésa España
era su cortijo y su feudo.
A quien levanta la voz,
raudo le corta el pescuezo.
a él nadie le contradice. .
él pone normas al juego.
Siete lustros tuvo al pueblo
amarrado y prisionero.
De su megalomania. . .
bajo su mano de hierro.
Donde no habia Justicia,
libertad, ni pensamiento.
Todos pensaban igual. . .
ningúno lo hacía de ellos.
La España del aguilucho,
una ignominia hacia el pueblo.
Sometido por la fuerza. . .
ultrajados y en silencio.
Despues vinieron los otros, sus descendientes directos.
Que quisieron gobernarnos. .
como lo hiciera su abuelo.
Y siguieron mamgoneando,
vuelta a robar, y mintiendo.
Tratando hacer del pais. .
el cortijo de su abuelo.
En ello están y aquí siguen,
tratando de convencernos.
A todo aquel mentecato. . .
que esté dispuesto a creerlos.
Que la única y
verdadera España.
És la España. . .
de su abuelo.
Bugi2.S.A.
bugidos@eresmas.com
Algún día, quizás pronto, los nombres que están en tapias y cementerios escritos con sangre adornaran plazas y calles rodeados de flores y del jubilo de niños jugando entre ellas.
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