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viernes, 3 de octubre de 2025

LLEGANDO A CASA

Siempre llego demasiado tarde, siempre. El tiempo se me echa encima. Siempre me sumerjo en mi mundo y me sumerjo en la vorágine de segundos, que se convierten en minutos, y luego en horas, mientras el sol se esconde lentamente en el horizonte y la noche hace su aparición.

Camino por las calles oscuras a casa. Las sombras hacen su aparición mientras la tenue luz de las farolas rasga la oscuridad imperante. El comienzo de la sombra, donde aparece el gran y engañoso sueño. Si algo parece morir, es solo una simulación. Un pasaje figurativo entre el cielo y la tierra, a merced de un impulso invisible, tormentoso o silencioso, alegre con su blancura o entristecedor con su oscuridad, ficciones del intervalo y del viaje, lejos del ruido de la tierra, lejos del silencio del cielo.

El frío de la noche acaricia mi piel y el aire frío llena mis pulmones. La naturaleza, en su esplendor, hace su aparición mientras el frío se expande por toda la ciudad buscando un huésped a quien abrazar en busca de un calor que desconoce. Esto también es solo aparente. Octubre es el anillo que todo lo mantiene unido, el Señor ebrio del ciclo infinito. Ni una sola hoja se perderá al final de su pequeño vuelo. Reverdecerá en otra estación. Son vanas ilusiones las que nunca vuelven a ver la primavera.

Las nubes oscurecen el cielo. Nubes… Siguen pasando, siguen pasando, siempre pasarán continuamente, en una cadena discontinua de madejas opacas, como la extensión difusa de un cielo falso y desenredado. aceleró el paso, temiendo que la lluvia cale mis huesos y empape mi ropa. Me tapo la boca y acelero el paso. Parece como si las nubes lloraran. ¿de dónde viene esta rabia, esta desesperación que nos llevará a todos al diablo? La naturaleza esconde algunos de sus procesos en el Misterio, su medio hermano. Así que esta tarde que consideras similar a una tarde del fin del mundo, antes de lo que piensas, te parecerá solo una tarde triste, una tarde de soledad perdida en tu memoria: el espejo de la Naturaleza. O la olvidarás. Ni la lluvia, ni el llanto, ni el eco de tus pasos al caminar por los acantilados importan. Ahora puedes llorar y dejar que tu imagen se desvanezca en los parabrisas de los coches detenidos en el Paseo Marítimo. 

Acelero el paso, con miedo de empaparme, escapando de tal inevitable chaparrón, pero la lluvia acaba alcanzándome y mi ropa se cala antes de llegar a mi destino. Las gotas recorren cada parte de mi cuerpo, mojando cada recoveco de mi ser. Con grande zancadas, por fin , llego al portal de mi casa, santa sanctorum donde puedo refugiarme.

Cuando entro por la puerta, ahí estás tú. Sentada en el sofá, con una manta  en tus piernas y una taza de té caliente en tus manos mientras el pelo te caía en cascada por la espalda. Tienes un pelo precioso, te brilla cuando mueves la cabeza. Tan joven, tan perfecta, tan increíble. mile de excusas se agolpan en mi boca, intentando buscar la adecuada: salí tarde, me olvidé el paraguas, no encontré ningún taxi... Todas ellas suenan absurdas y fútiles y se atascan en mi boca cuando veo tu mirada. Tus suaves ojos me indican que no estás enojada conmigo,tu suave mano me acaricia la mejilla, en busca del calor perdido. el roce suave de mano por mi piel me recuerda que he llegado a casa.

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomendar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coinciden exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Y mientras nuestros labios se rozan, entonando una excusa sin palabras, el calor recorre mi cuerpo mientras me pierdo en tus abrazos, y el tiempo parece detenerse y las gotas de lluvia ralentizan su caída al suelo cuando golpean los cristales.

Por fin estoy en casa


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