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martes, 29 de marzo de 2022

LOS NIÑOS DE LA GUERRA

Hasta 35.000 niños se exiliaron en total de nuestro país. Los principales destinos fueron: Francia, Bélgica, Reino Unido, Méjico y Rusia. Estos niños salieron en diferentes expediciones organizadas en su mayoría desde el norte de España. Vascos y asturianos eran los más numerosos. Una de las expediciones en las que se evacuaron a más niños salió desde el Musel de Gijón la madrugada del 23 de septiembre de 1937.

Fue un viaje complicado. La armada franquista, con  el crucero Cervera, controlaba las aguas del norte y los rusos no eran bienvenidos. Hasta Saint-Nazaire viajaron en un carguero francés llamado “Dairiguerrme”, donde les esperaba el barco ruso que les llevaría hasta Leningrado, el Kooperatssia y después, en Londres, el “Felix Dzerzhinsky”. Fueron días de largo viaje hasta llegar a la actual San Petersburgo, donde una marea de gente les esperaba en el puerto para darles una cálida acogida. Las mujeres besaban y abrazaban a los más pequeños, y los hombres vitoreaban a los niños haciéndoles sentirse los héroes en los que se habían convertido. Para todos ellos, la temprana separación de sus familias fue un hecho traumático que marcaría sus personalidades de por vida. Según el testimonio de Raúl Morales que viajaba en ese barco junto con su hermano Mariano: “Para ellos, éramos hijos de un pueblo heroico que estaba sufriendo una agresión fascista”.

Para situar el espacio-tiempo de estos niños evacuados, se debe desglosar su experiencia en la antigua URSS en diferentes etapas, todas ellas condicionadas por el contexto político y social de cada momento:

1ª.- De 1.937 a 1.941. Hay una coincidencia general de una etapa feliz en la que se sienten cuidados y protegidos.

2ª.- De septiembre de 1.941, con la invasión alemana a la URSS hasta el final de la guerra en 1.945. Algunos de los jóvenes combaten como voluntarios en el Ejército Rojo y padecen los rigores de la guerra. Se calcula que murieron unos 400 españoles de los cuales la mayor parte fueron de la generación de “los mayores” que llegaron a Rusia en 1.939 tras haber combatido en la Guerra Civil española.

Unos 80 de los caídos fueron de los que llegaron siendo niños, según recoge el libro Memoria de la Fundación Nostalgia entre otros.

Se denomina indistintamente «Niños de Rusia» o «Niños de la Guerra» al colectivo de evacuados, mayoritariamente niños, que partieron hacia la antigua U.R.S.S. desde los puertos de Gijón, Bilbao o Valencia, entre otros lugares de origen. La evacuación fue el resultado de un acuerdo entre el gobierno de la República Española y el de la U.R.S.S. destinado a proporcionar refugio a los niños durante el desarrollo de la guerra civil. La etapa, cuya duración se estimó en un principio de unos meses, se extendió veinte años, pues la repatriación de la mayor parte del colectivo no tuvo lugar hasta 1956-1957.

Los menores que no combatieron fueron evacuados mayoritariamente a la zona llamada de los “alemanes del Volga” y a Samarkanda. De estos niños murieron de hambre y enfermedad más de 200, muchos de ellos en el cerco de Leningrado antes de que consiguieran evacuarlos por el “camino de la vida”, que estaba trazado sobre el hielo del Lago Ladoga, perfectamente relatado en el libro de Nieves Cuesta, Simplemente mi vida.

Los más pequeños de los niños ubicados en la Casa Nº1 de Pravda, con el estallido de la Segunda Guerra Mundial en Rusia, fueron evacuados a la región de Nemtsi Poboltsie, situada a las orillas del río Volga, a un pueblo llamado Kukus donde pudieron seguir estudiando, según el testimonio de Raúl Morales, que se encontraba en dicho grupo.

3ª.- De 1.945 a 1.956-57. Es una etapa en la que las experiencias son muy diversas y antagónicas. Se produce una diáspora, aunque la mayoría reside en la zona de Moscú y en Ucrania. En esta etapa, la mayor parte de los protagonistas son críticos con muchos aspectos de la vida en el llamado “socialismo real”. En 1.953, al morir Stalin, se produce un fuerte movimiento entre muchos jóvenes españoles para retornar, cosa que logran a través de un convenio intermediado por la Cruz  Roja. En un promedio del 50%, unos vuelven y otros se quedan.

4ª.- De 1.958 en adelante.  De los que volvieron a España en los siguientes dos años, retornaron a la URSS varios cientos que no se afincaron en España por rechazo de sus familias de aquí o añoranzas de personas de allí, y sobre todo por dificultades laborales, falta de convalidaciones de titulaciones y problemas de vivienda. A partir de 1.957 se interrumpieron las expediciones y no se permitieron retornos individuales por parte de España hasta el restablecimiento de la democracia y de las relaciones diplomáticas entre ambos países en 1.977, en el que hubo nuevos retornos, sobre todo cerca de los años noventa, una vez jubilados.

Paradójicamente, el punto de partida de todos estos niños evacuados fue el mismo. Sin embargo, los diferentes acontecimientos que se produjeron y las elecciones de cada uno de ellos, una vez se hicieron mayores, les haría vivir vidas muy diferentes, a pesar de contar con un mismo origen. Entre ellos hay futbolistas, médicos, traductores, profesores, escritores, pintores y un largo etc.

Traicionados y olvidados, os obligaron a huir de vuestra tierra
frente al silencio cómplice de las democracias occidentales. Ceguera selectiva
de aquellos que miraron hacia otro lado mientras padecíais los horrores de la guerra
que los fascistas llevaron a vuestra puerta. Silencio cómplice que ahonda en la herida

De la extensión de Rusia, de sus tiernas ventanas, con los brazos abiertos y extendidos
de un pueblo que siempre estuvo allí salió una voz profunda de máquinas y manos
a aquellos que tanto sufrieron y fueron olvidados, aquellos que todo lo habían perdido
y fueron denostados: Rusia y su pueblo los acogieron como al hijo pródigo, como a un hermano

Dos patrias llevaron desde entonces consigo: aquella añorada y pérdida, siempre recordada
y aquella que les acogió sin rechistar, las dos en el corazón, las dos en llamas de amor
una siempre en la memoria, recuerdos tristes y dolorosos de lo que se perdió
la otra, tierra que pisaban al andar, tierra de los soviets, tierra de acogida frente a la abandonada

Esperadme porque volveré. Esperad cuando os invada la pena, mientras la lluvia cae y la nieve cubre los caminos
Esperadme cuando los vientos barran la nieve y los amigos se sienten junto al fuego para brindar por mi persona, recuerdos tristes, canciones sin gloria
Cuando creáis que ya no existo, ¡Nunca olvidéis! recordad a viandantes sucios y olvidados, lo mejor de España, garabatos en la historia actual y en la memoria
Nunca entenderán que en medio de la muerte, vosotros, Rusia, soviéticos, con vuestra espera, nos salvasteis de tan cruel destino


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