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martes, 24 de enero de 2017

WINSTON CHURCHILL

Sir Winston Leonard Spencer Churchill nació en el Palacio de Blenheim; Woodstock, Inglaterra el 30 de noviembre de 1874. Hijo de un destacado político conservador y de la hija de un acaudalado emprendedor americano pasó por diferentes internados donde no logró alcanzar muchos méritos académicos. Finalmente se alistó en el ejército británico.

Durante su carrera militar, Churchill estuvo en la India, en Sudán y en la segunda guerra Bóer. Allí ganó fama y notoriedad como corresponsal de guerra y a través de los libros que escribió describiendo las campañas. También sirvió brevemente en la armada británica en la Primera Guerra Mundial.

Estuvo en el primer plano de la política casi 50 años. Trabajó en el gobierno en diferentes ámbitos: Secretario de Estado de Comercio, Secretario de Estado de Asuntos Internos y Jefe de la Defensa. Durante la Primera Guerra Mundial continuó como Jefe de la Defensa hasta que el desastre de la campaña de Gallipoli causó su salida del gobierno. Más tarde, volvió ostentando diversos cargos políticos relacionados con el ejército.

Tras el inicio de la Segunda Guerra Mundial Churchill volvió a ser nombrado Jefe de la Defensa. Después de la dimisión de Neville Chamberlain tomó el cargo de Primer Ministro y condujo a Gran Bretaña hacia la victoria contra las Potencias del Eje. Churchill destacó por sus discursos, los cuales inspiraron a los británicos y alentaron a las fuerzas aliadas.

En 1945 perdió las elecciones y continuó como líder de la oposición. En 1951, volvió a ser elegido Primer Ministro hasta que se retiró en 1955. En 1953 recibió el Premio Nobel de Literatura por "su dominio de la descripción histórica y biográfica, así como su brillante oratoria en defensa de los valores humanos".

Churchill fue elegido nuevamente primer ministro en 1951, tras la victoria del partido Conservador en las elecciones. Su tercer gobierno, tras el gobierno de unidad nacional y el breve gobierno conservador de 1945, se prolongaría hasta su dimisión en 1955. Durante este tiempo, renovó lo que él mismo denominó la "relación especial" con los Estados Unidos y trató de inmiscuirse en la formación del orden de posguerra. En las cuestiones raciales, Churchill era todavía un victoriano. Trató en vano de restringir la llegada de inmigrantes del oeste de la India. "Mantener Gran Bretaña blanca" sería un buen eslogan, dijo al gabinete en enero de 1955. Ian Gilmour recuerda que Churchill le dijo, en 1955, sobre la inmigración: "Creo que es el asunto más importante al que se enfrenta este país, pero no podré lograr que ninguno de mis ministros llegue a darse cuenta".

Sus prioridades domésticas fueron, no obstante, dejadas de lado por una serie de crisis políticas en el extranjero, que eran resultado del continuo declive del poderío y prestigio militar británico. Gran defensor de Gran Bretaña como gran potencia, Churchill optó a menudo por las acciones directas. Intentando retener lo que pudiera del imperio, afirmó una vez que, "No presidiré un desmembramiento." Churchill dedicó gran parte de su tiempo a las relaciones internacionales y aunque no se llevaba bien con el presidente Eisenhower, Churchill mantuvo la relación especial con los Estados Unidos, para lo que realizó cuatro viajes transatlánticos durante su segundo mandato.

Winston Churchill


Churchill y La Segunda República española

El 31 de julio de 1936 Churchill había hecho llegar a través del embajador francés en Londres una clara advertencia a los gobernantes franceses: "Creo mi deber informarle que, a mi juicio, la gran mayoría del partido conservador está muy a favor de animar a los llamados rebeldes españoles. Una de las mayores dificultades que yo encuentro para defender la posición tradicional (de alianza franco-británica) es el cuento alemán de que los países anticomunistas deben permanecer unidos. Estoy seguro de que si Francia envía aviones y demás al Gobierno actual de Madrid mientras los alemanes e italianos hacen lo mismo en sentido contrario, las fuerzas dominantes aquí mirarán complacidas a Italia y Alemania y se alejarán de Francia (...). Tengo la certidumbre de que, en el presente, la única actitud correcta y segura consiste en una estricta neutralidad con una enérgica protesta contra toda infracción de la misma".

Cegado por el anticomunismo, deseoso de evitar más conflictos en Europa y de "apaciguar" a Hitler, el gobierno conservador de Stanley Baldwin apenas ocultó su preferencia por los golpistas españoles. Londres puso en práctica una "maliciosa neutralidad" respecto al Frente Popular, tras convencer a Francia, muy comprometida con su alianza con Gran Bretaña, de no hacer nada. Winston Churchill, desde fuera del gobierno, intervino directamente en las negociaciones con Blum --con el que mantenía buenas relaciones-- para convencerle de que era mejor que ganaran los militares que ver a los “comunistas” hacer la revolución y masacrar “a la burguesía”

A pesar de su posición, miles de ingleses fueron a defender la democracia y la República en el Batallón Británico, junto a las Brigadas Internacionales.

Churchill y el mundo

¿Era Churchill un racista? Churchill era cien por cien imperialista y por ello mismo cien por cien anticomunista (aunque llegaría a decir que era «materialista hasta la punta de los dedos»). El Imperio Británico fue el amor eterno de su vida. Churchill era un chovinista inglés, y sí: un racista británico. A los franceses, italianos y latinos en general los llamaba «blancos sucios»; y a los serbios, polacos, rusos y eslavos en general también. En 1929, Churchill insistió en que los británicos habían rescatado a India “de siglos de barbarie, tiranía y guerras intestinas”, y pasó los años siguientes oponiéndose en vano al proyecto de ley sobre India, que otorgaba una modesta autonomía. Sin duda, James se equivoca al decir que Churchill aceptó “de buen grado” la derrota final en el proyecto. India sería también el borrón más importante en su historial, que por lo demás se encontraba en su espléndido apogeo. Cuando ocupó el cargo de primer ministro entre 1940 y 1945, boicoteó cualquier intento de avanzar hacia un acuerdo con Gandhi y los nacionalistas del Congreso. 

Aún peor fue la espantosa hambruna de Bengala de 1943. La hambruna de Bengala se produjo después de una mala cosecha y la invasión japonesa de Birmania, que cortó las importaciones de arroz a la región.

Según Madhusree Mukerjee, autor de "La Guerra Secreta de Churchill", el Primer Ministro se negó a satisfacer la necesidad de trigo de India y continuó insistiendo en que exportaba arroz para alimentar el esfuerzo de la guerra.

"Odio a los indios", se dice que le dijo al secretario de Estado para India, Leopold Amery. "Son un pueblo repugnante con una religión repugnante".

Churchill incluso pareció culpar a los indios de la hambruna, diciendo que se reproducían "como conejos".

 Al igual que la de Irlanda 100 años antes, no fue causada por el Gobierno de Londres, pero en ambos casos la indiferencia y la pasividad oficiales empeoraron gravemente el horror y destruyeron cualquier autoridad moral que los británicos reclamasen para gobernar a esas poblaciones afligidas.

Y en 1937 llegaría a decir: «No admito que se haya cometido un gran error a los indios rojos de América o a los negros de Australia. No admito que se haya cometido un error a estos la gente por el hecho de que una raza más fuerte, una raza de mayor grado, una raza más sabia del mundo, ha entrado y tomado su lugar». 

El memorándum de 1919 continuaba: "El efecto moral debería ser tan positivo, que la pérdida de vidas debería reducirse al mínimo. No es necesario usar uno de los gases más mortales: se pueden usar gases que causan mucha molestia y crean un agitado terror y, al mismo tiempo, no dejaría ningún efecto grave permanente en los afectados".

El escritor Warren Doker asegura que lo que Churchill proponía usar en la guerra de Mesopotamia era gas lacrimógeno, no gas mostaza.

En otro memorándum sobre la utilización de gas contra los afganos, dice Dokter, Churchill se preguntaba por qué un soldado británico podría morir, herido y tirado en el suelo, mientras que era supuestamente injusto "disparar un proyectil que haga estornudar a los llamados nativos. Es, verdaderamente, muy estúpido".

Warren Dokter, autor de Winston Churchill and the Islamic World (Winston Churchill y el mundo islámico).

Pero algunos todavía critican los ataques aéreos británicos utilizados para reprimir a las tribus rebeldes de la región.

Y es importante destacar que Churchill defendía el uso de gas mostaza contra tropas otomanas en la Primera Guerra Mundial, dice Dokter, aunque esto sucedió en un momento en el que otros países lo estaban utilizando.

Además de imperialista cien por cien, nuestro protagonista era un furibundo anticomunista. Y hacía la siguiente comparación, no exenta de maniqueísmo, entre socialismo y liberalismo: «El socialismo intenta derribar la riqueza; el liberalismo intenta elevar la pobreza. El socialismo destruiría los intereses privados; el liberalismo preservaría los intereses privados de la única manera en que pueden preservarse con seguridad y justicia, es decir, reconciliándolos con el derecho público. El socialismo mataría la empresa; el liberalismo rescataría la empresa de las trabas de los privilegios y las preferencias» (citado por Roy Jenkins, Winston Churchill, Volumen II, Traducción de Carme Camps Monfa, Ediciones Folio, Hospitalet 2003, pág. 160). 

Churchill e Irlanda

“Siempre hemos encontrado al irlandés un poco extraño. Se niega a ser inglés“- Churchill.
En 1904, Churchill dijo: “Sigo siendo de la opinión de que un parlamento separado para Irlanda sería peligroso e inútil“. La ascendencia de Churchill está vinculada lealmente a Gran Bretaña, es un descendiente directo del ‘Marqués de Londonderry’, que ayudó a derribar el ascenso de los Irlandeses Unidos en 1798. Estaba a la altura de la reputación de sus familias cuando se trataba de suprimir las fuerzas revolucionarias en Irlanda.

Los Negro y Caqui fueron idea de Churchill, envió matones a Irlanda para aterrorizar a su antojo. Churchill se enorgulleció de atacar a civiles y sus propiedades, de hacer estragos en todo el país. Los describió como “oficiales galantes y honorables“. También fue Churchill el que concibió la idea de formar a los Auxiliares que llevaron a cabo la masacre de Croke Park, disparando contra la multitud en un partido de fútbol gaélico, matando a 14 personas. Por supuesto, esto no satisfizo la sed de sangre de Churchill para reprimir a la gente que describió como “extraña” por su negativa a “ser ingleses”, continuó abogando por el uso del poder aéreo en Irlanda contra los miembros del Sinn Fein en 1920. Sugirió a sus asesores de guerra que los aviones debían ser enviados con órdenes de usar “ametralladoras o bombas” para “dispersarlos y derribarlos“.

Churchill fue uno de los primeros defensores de la división de Irlanda. Durante las negociaciones del tratado, insistió en retener bases navales en Irlanda. En 1938, esas bases fueron devueltas a Irlanda. Sin embargo, en 1939 Churchill propuso hacerse con la base de Berehaven por la fuerza. En 1941, Churchill apoyó un plan para introducir el reclutamiento en el norte de Irlanda.

Churchill decía: “¿Qué han hecho los sangrientos irlandeses por nuestras guerras?“, disminuyendo el mérito de Irlanda en cuanto a lo que podría proporcionar a través de los recursos (personas) para sus tierras imperialistas.




Churchill en Afganistán

Churchill descubrió su amor por la guerra durante la época que pasó en Afganistán. Allí dijo que “todos aquellos que se resistan serán asesinados sin piedad” porque los pashtunes necesitan “reconocer la superioridad de la raza“. Creía que los pashtunes necesitaban ser escarmentados, en sus escritos recordaría cómo participaba en los incendios de las aldeas y las casas del pueblo:

“Hemos procedido sistemáticamente, aldea por aldea, y hemos destruimos las casas, vaciamos los pozos, derribamos las torres, cortamos los grandes árboles que daban sombra, quemamos las cosechas y destrozamos los embalses” – Churchill sobre cómo los británicos actuaron en Afganistán, y cómo estaba de feliz por participar en ello.

Churchill también escribiría sobre cómo “cada miembro de la tribu capturado fue torturado o asesinado“. Orgulloso del terror que ayudó a infligir al pueblo de Afganistán, Churchill estaba encaminado a convertirse en un maníaco genocida.

Churchill en Grecia

El ejército británico, bajo la dirección de Churchill, perpetró una masacre en las calles de Atenas en diciembre de 1944. 28 manifestantes fueron asesinados y 128 heridos. Los británicos exigieron que todos los grupos guerrilleros fueran desarmados el 2 de diciembre de 1944. Al día siguiente, 200.000 personas salieron a las calles, y fue entonces cuando el ejército británico, bajo las órdenes de Churchill, volvió sus armas contra el pueblo. Churchill consideraba que el ELAS (Ejército de Liberación del Pueblo Griego) y el EAM (Frente de Liberación Nacional) eran unos “miserables bandidos” (hay que recordar que éstos fueron los mismos que expulsaron a los nazis). Sus acciones se basaban en su odio y paranoia por el comunismo.

Los británicos respaldaron al gobierno derechista de Grecia, que regresó del exilio después de que los mismos partidarios de la resistencia que Churchill ordenó asesinar, hubieran expulsado a los ocupantes nazis. Las fuerzas soviéticas fueron recibidas con alegría en Grecia, algo que preocupó profundamente a Churchill. Planeó restaurar la monarquía en Grecia para combatir cualquier influencia comunista posible. Los acontecimientos de diciembre formaron parte de esa estrategia.

En 1945, Churchill envió a Charles Wickham a Atenas para entrenar a la policía griega. Wickham aprendió sus trucos en la Irlanda ocupada por los británicos entre 1922-1945, donde era comandante del RUC colonial, responsable de un terror inenarrable.

En abril de 1945 Churchill dijo que “los colaboradores [nazis] en Grecia, en muchos casos, hicieron todo lo que pudieron para proteger al pueblo griego de la opresión alemana” y que “los comunistas son el principal enemigo“.

Churchill en India

“Deseo que tengan una buena guerra civil“. – Churchill desea la división de la India.
Muy pocos en Gran Bretaña conocen el genocidio en Bengala, y mucho menos cómo lo diseñó Churchill. El odio de Churchill hacia los indios llevó a cuatro millones de personas a morir durante la “hambruna” de Bengala de 1943. “Odio a los indios. Son un pueblo de bestias con una religión de bestias“, dijo.

Bengala tuvo una cosecha mejor de lo normal durante la hambruna forzada por los británicos. El ejército británico cogió millones de toneladas de arroz del pueblo hambriento para enviarlas a Oriente Medio, donde ni siquiera era necesario. Cuando el pueblo hambriento de Bengala pidió comida, Churchill dijo que la “hambruna” era causada “por criar como conejos“. El virrey de la India dijo que “la actitud de Churchill hacia la India y la hambruna es negligente, hostil y despectiva“. Incluso el imperialista derechista Leo Amery, que era el Secretario de Estado británico en la India dijo que “no veía mucha diferencia entre su perspectiva [la de Churchill] y la de Hitler“. Churchill rechazó todas las ayudas que le ofrecieron para enviar arroz a Bengala, Canadá llegó a ofrecer 10.000 toneladas. Churchill se bañaba en champán mientras cuatro millones de hombres, mujeres y niños morían de hambre en Bengala.

En el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, la India se vio obligada a “prestar” dinero a Gran Bretaña. Churchill se quejó de los “prestamistas de dinero indios” todo el tiempo. La verdad es que Churchill nunca libró ninguna guerra contra el fascismo. Fue a la guerra con Alemania para defender el Imperio Británico. Churchill dijo esto sobre la India durante la Segunda Guerra Mundial: “Vamos a incurrir en una deuda de cientos de millones de dólares por defender a la India para, más tarde, ser expulsados por ellos“.

En 1945 Churchill dijo que “los hindúes son una sucia raza protegida por su mera traición a la fatalidad necesaria“. La hambruna de Bengala no era suficiente para la lujuria sanguinaria de Churchill, deseaba que su criminal de guerra favorito, Arthur Harris, los hubiera bombardeado.




La Disputa Anglo-Iraní

En junio de 1914, Churchill propuso un proyecto de ley en la Cámara de los Comunes en el que el gobierno británico se convertiría en el principal accionista de la Anglo-Iraní “Oil Company”. La compañía seguiría absteniéndose de pagar a Irán su parte de los dividendos mientras pagase impuestos a la hacienda británica. Básicamente, los británicos estaban imponiendo un impuesto ilegalmente al gobierno iraní.

Esta crisis se inició bajo el gobierno de Clement Attle. En marzo de 1951, el Parlamento iraní votó por nacionalizar la compañía Anglo-Iranian Oil, tras la propuesta del estadista Mohammed Mossadeg, el cual había sido elegido como Primer Ministro en abril de 1951. La Corte Internacional de Justicia fue convocada para mediar en la disputa, pero la oferta de repartir las ganancias en la base 50/50 con reconocimiento de la nacionalización, no fue aceptada por Mossadeg. Las negociaciones entre el gobierno británico y el iraní cesaron y el gobierno británico comenzó a fraguar un golpe de estado. El Presidente Harry S. Truman no estaba muy de acuerdo con dicho golpe, dedicándole mayor atención a la Guerra de Corea que se estaba llevando a cabo. Los británicos, sin embargo, procedieron con un bloqueo y un embargo que prácticamente cerraron las exportaciones de petróleo iraní.

Cuando el gobierno nacionalista de Mohammad Mosaddegh amenazó los intereses británicos en Irán, Churchill estaba listo para protegerlos a cualquier precio. Incluso si eso significaba profanar la democracia. Ayudó a organizar un golpe contra Mosaddegh en agosto de 1953. Le dijo al oficial de operaciones de la CIA, al que ayudó a llevar a cabo el plan: “si hubiera sido sólo unos años más joven, me habría encantado haber servido bajo su mando en esta gran aventura“.

Churchill intensificó la política de socavar al gobierno de Mossadeg. Ambas partes lanzaban propuestas que eran rechazadas bajo la creencia que el tiempo estaba de su parte. Las negociaciones cesaron y el bloqueo económico y político comenzó a poner presión sobre Irán, produciéndose varios intentos de golpes militares por la facciones pro-británicas en los Majils.

Churchill y su Ministro de relaciones exteriores perseguían dos objetivos. Por una parte quería el desarrollo y la reforma en Irán; por otra parte, sin embargo, no querían perder el control sobre las ganancias derivadas del petróleo. Inicialmente respaldaron a Sayyid Zia como el individuo con quién podían tratar, pero a medida que el embargo se extendía en el tiempo, los británicos se inclinaron más y más a lograr alianzas con los militares. Churchill había completado el círculo iniciado por los planes de Attle de dar un golpe de estado, con la idea de elaborar un plan similar el mismo.
La crisis se extendió hasta 1953. Churchill, apoyado por el presidente Dwight D. Einsehower, aprobó un plan para dar un golpe de estado en Irán. El plan contaba con colocar en el poder a un contendiente de Mossadeg llamado Fazlollah Zahedi. En el verano de 1953, las manifestaciones callejeras comenzaron a intensificarse en Irán y tras el fracaso de un plebiscito, el gobierno de Mossadeg quedó desestabilizado. Zahedi, con ayuda del financiamiento extranjero, tomó el poder el 20 de agosto de 1953.

Este golpe de estado indicaba la tensión existente en los años de la postguerra: la democracias industrializadas, hambrientas por recursos para reedificar Europa tras la Segunda Guerra Mundial y con la necesidad de enfrentarse a la Unión Soviética en la Guerra Fría, lidiaron con los países emergentes, tales como Irán, en la misma forma que lo hicieron con sus antiguas colonias. La idea de una posible tercera guerra mundial contra la Unión Soviética les obligaba a perder los escrúpulos en el manipulación de la política en países emergentes. Por otra parte los gobiernos de estos países eran frecuentemente inestables y corruptos. Estos factores creaban un círculo vicioso que consistía en una intervención que llevaba a la toma de poder por un gobierno dictatorial, el cual rápidamente degeneraba en corrupción, lo cual a su vez requería nuevas intervenciones.

Churchill se las arregló para que la BBC enviara mensajes codificados al sha de Irán y así que este supiera que estaban derrotando al gobierno elegido democráticamente. En lugar de que la BBC terminara su emisión de las noticias en idioma persa con la frase “ahora es medianoche en Londres“, bajo las órdenes de Churchill, terminaron con la frase “ahora es exactamente medianoche“.

Churchill describió el golpe como “la mejor operación desde el final de la Segunda Guerra Mundial“. Como buen imperialista, no tuvo ningún problema en expulsar a Mosaddegh para que Gran Bretaña pudiera volver a minar las riquezas de Irán.

Conferencia de Teherán



En Irak

“Estoy totalmente a favor del uso de gas venenoso contra las tribus incivilizadas… se extendería un verdadero terror“. Churchill sobre el uso de gas en Oriente Medio y la India.

Churchill fue nombrado ‘Secretario de Estado para las Colonias’ en 1921 y formó el ‘Departamento del Medio Oriente’ que era responsable de Irak. Decidido a tener su querido imperio a toda costa, decidió que el poder aéreo podría reemplazar a las tropas terrestres. La estrategia de bombardear cualquier resistencia al dominio británico era la empleada ahora.

En muchas ocasiones, en la década de 1920, varios grupos de la región ahora conocida como Irak, se levantaron contra los británicos. Churchill puso en práctica la fuerza aérea bombardeando indiscriminadamente las áreas civiles para someter a la población.

Churchill también era defensor del uso de gas mostaza y gases venenosos. El ‘Secretario de Guerra y Aire’ aconsejó que “la provisión de todo tipo de bombas asfixiantes debería ser usado en operaciones preliminares contra tribus turbulentas” para tomar el control de Irak.

Cuando las tribus iraquíes se pusieron en pie por sí mismas, los británicos, bajo la dirección de Churchill, desencadenaron el terror en las aldeas de barro, piedra y caña.

El bombardeo de civiles por parte de Churchill en “Mesopotamia” (Kurdistán e Irak) fue resumido por el criminal de guerra ‘Bomber Harris’: “Los árabes y los kurdos ahora saben lo que significa el verdadero bombardeo en un plazo de 45 minutos a una aldea de gran tamaño, que puede ser prácticamente aniquilada y un tercio de sus habitantes muertos o heridos por cuatro o cinco máquinas que no les ofrecen un objetivo real, ninguna oportunidad para la gloria como guerreros, ningún medio efectivo de escape“. – Arthur ‘Bomber’ Harris

En Palestina

“No estoy de acuerdo en que el perro de un pesebre tenga derecho a estar en el pesebre porque ha pasado allí mucho tiempo“.- Winston Churchill sobre los palestinos.

En 2012, Churchill fue honrado con una estatua en Jerusalén por su ayuda al sionismo.
Consideraba a la población árabe de palestina como una “manifestación menor“. Y que “no estoy de acuerdo en que el perro de un pesebre tenga derecho a estar en el pesebre porque ha pasado allí mucho tiempo“.

En 1920, Churchill declaró: “Si, como bien puede suceder, se creara a lo largo de las orillas del Jordán un Estado judío bajo la protección de la Corona Británica, que podría comprender entre tres o cuatro millones de judíos, habrá ocurrido un acontecimiento en la historia del mundo que sería desde todos los puntos de vista beneficioso“.

Un año más tarde, en Jerusalén, dijo a los líderes palestinos que “es totalmente acertado que los judíos, que están dispersos por todo el mundo, deban tener un centro nacional y un Hogar Nacional donde algunos de ellos puedan reunirse. ¿Y dónde más podría ser, sino en esta tierra de Palestina, con la cual durante más de 3.000 años se han asociado íntimamente y profundamente?“.

En la Comisión Real Palestina (Peel) de 1937, Churchill declaró que creía en la intención de la Declaración de Balfour, que era hacer de Palestina un “estado abrumadoramente judío“.

También expresó a la Comisión Peel que “no admito, por ejemplo, que se haya infligido una gran injusticia contra los Indios Rojos de América y el pueblo negro de Australia. No admito que se haya cometido una injusticia contra estos pueblos por el hecho de que una raza superior, una raza de grado superior, una raza con más sabiduría sobre el mundo por decirlo de alguna manera, haya llegado y haya ocupado su lugar“.

Cuatro años más tarde escribió acerca de su deseo de que se estableciese un ‘Estado judío’ tras la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, el establecimiento del estado colonial se hizo bajo la vigilancia del Partido Laborista británico, bajo Attlee, que siempre estaba allí para respaldar a sus homólogos conservadores cuando se trataba de la política exterior británica.

Arabia Saudita

“Mi profunda admiración por él [Ibn Saud] se debía a su infalible lealtad hacia nosotros“. – Churchill

Antes de 1922, los británicos pagaban a Ibn Saud un subsidio de 60.000 libras al año. Churchill, entonces Secretario Colonial, lo elevó a 100.000 libras.

Sabía de los peligros del wahhabismo, pero se contentaba con usar la retorcida ideología de la Casa de Saud en beneficio del imperialismo británico. Tal como lo hicieron los británicos unos años antes cuando se unieron con Al-Saud y su wahhabismo para llevar a cabo una guerra interna en el Imperio Otomano. Describió a los wahhabis de Ibn Saud como “intolerantes, bien armados y sanguinarios“. Por supuesto, mientras estuvieran del lado de los británicos, Churchill estaba feliz.

Churchill continuó escribiendo que su “profunda admiración por él [Ibn Saud] se debía a su infalible lealtad hacia nosotros“.

Churchill se reunió con Ibn Saud, quien lo cubrió de dinero y regalos. Gran Bretaña impuso el wahhabismo en la región. Churchill regaló a Ibn Saud un Rolls-Royce especial a mediados de los años 40.


Sobre Sudáfrica

Miles de personas fueron enviadas a los campos de concentración británicos durante las guerras de los Boers. Churchill resumió así su época en Sudáfrica: “Fue muy divertido galopar“.

Churchill escribió que su único “cabreo” durante la guerra de los Boers fue “que se permitiera a los Kaffirs disparar contra los hombres blancos”.

Fue Churchill quien plantó la semilla para quitar el derecho a votar de los negros en Sudáfrica. En junio de 1906, Churchill argumentó que se debería permitir a los afrikaners tener un autogobierno, ya que esto significaría que los negros serían excluidos del voto.

Declaró en el Parlamento que “debemos estar sujetos a la interpretación que la otra parte le otorgue y es indudable que los boers la consideran una violación de ese tratado si la franquicia fue en primera instancia extendida a cualquier persona que no sea blanca“.

Winston Churchill como prisionero de guerra
© Churchill Archives Centre, Broadwater Collection



La Rebelión del Mau Mau

Gran Bretaña declaró el estado de emergencia en Kenia, en 1952, para proteger su sistema de racismo institucionalizado que estableció en todas sus colonias, para así explotar a la población indígena. Churchill, siendo el arquetípico supremacista británico, creía que las fértiles tierras altas de Kenia debían ser sólo para colonos blancos. Aprobó la eliminación forzosa de la población local, a la que llamó “blackamoors”.

En 1951, se produjo un enfrentamiento entre el gobierno británico y la Unión Africana de Kenia en relación a la distribución de la tierra en esta colonia. Cuando las demandas de la Unión no fueron aceptadas por los británicos se produjo en 1952 la rebelión de los Mau Mau, un grupo terrorista. El 17 de agosto de 1952 se declaró el estado de emergencia y tropas británicas fueron enviadas a Kenia para acabar con la rebelión. A medida que ambos bandos intensificaron la ferocidad de sus ataques, la rebelión se convirtió en una guerra civil.

En 1953, tras las matanza de Lari perpetrada por los rebeldes Mau Mau contra los Kikuyos, quienes eran leales a los británicos, la situación política en Kenia cambió en el sentido que los británicos obtuvieron una ventaja política a los ojos del mundo, dada la crueldad demostrada por los Mau Mau en dicha masacre. La estrategia de Churchill fue la de enfrentar militarmente con mano dura la rebelión, mientras implementaba algunas de las concesiones que el gobierno de Attle había bloqueado en 1951. Incrementó la presencia militar de los británicos nombrando al general Sir George Erskine como jefe de las tropas en Kenia, quién implementó la llamada "operación Anvil" en 1954, la cual derrotó a la rebelión en la ciudad de Nairobi. Otra operación denominada "Hammer" fue llevada a cabo para eliminar a los rebeldes en el resto del país. Churchill ordenó iniciar negociaciones de paz con políticos de Kenia, pero éstas colapsaron poco después de que él se retirase del gobierno.

En 1954, en una reunión del gabinete británico, Churchill y sus hombres discutieron el trabajo forzado de los prisioneros de guerra keniatas y cómo sortear las restricciones de dos tratados que estaban violando: “Este curso [de detención sin juicio y trabajo forzoso] se había recomendado a pesar de que se pensaba que implicaba una violación técnica del Convenio sobre el Trabajo Forzoso de 1930 y el Convenio sobre Derechos Humanos adoptado por el Consejo de Europa”

El Plan Cowan abogaba por el uso de la fuerza y a veces la muerte contra los prisioneros de guerra keniatas que se negaban a trabajar. Churchill permitió que esto continuara.

El libro de Caroline Elkins muestra la medida en que los crímenes en Kenia eran conocidos en los círculos oficiales y no oficiales en Gran Bretaña y cómo Churchill eliminó el terror que las fuerzas coloniales británicas infligieron a la población nativa. Incluso “castigó” a Edwina Mountbatten por mencionarlo, “Edwina Mountbatten hablaba de la situación de emergencia con el primer ministro de la India, Jawaharlal Nehru, y el entonces secretario colonial, Oliver Lyttleton. Cuando Lyttleton habló sobre el “terrible salvajismo” de Mau Mau… Churchill le reprendió y le prohibió a Lord Mountbatten llevara a su esposa con él a una visita oficial a Turquía“.

150.000 hombres, mujeres y niños fueron enviados a campos de concentración. Las escuelas infantiles fueron cerradas, ya que los británicos las definían como “campos de entrenamiento para la rebelión”. Violaciones, castraciones, quemaduras con cigarrillos, descargas eléctricas y fuego, todos usados por los británicos para torturar al pueblo keniano bajo la vigilancia de Churchill.


 

La Emergencia de Malasia

En Malasia, la rebelión contra los británicos se venía fraguando desde 1948. Nuevamente Churchill heredó una crisis y nuevamente eligió tomar acciones militares contra los rebeldes, al mismo tiempo que trataba de lograr alianzas con sectores leales a los británicos. Inició una campaña para ganarse la buena voluntad de la población y aprobó la creación de aldeas fortificadas, una táctica militar que impondrían posteriormente las potencias occidentales en sus guerras en el Sudeste de Asia.

La emergencia de Malasia era un movimiento de guerrillas que si bien estaba centrada en un grupo étnico, había sido promovida por la Unión Soviética. Es por esto que la lucha de los británicos en este caso, tuvo mucho más respaldo que las confrontaciones de Kenia e Irán. En su punto culminante, los británicos contaban con 35.000 soldados en Malasia. La rebelión comenzó a perder fuerza y soporte de la población.

Si bien la rebelión se iba extinguiendo, era claro que el régimen colonial británico no podía mantenerse. En 1953 se hicieron planes para dar la independencia a Singapur y otras colonias en la región. Las primeras elecciones se llevaron a cabo en 1955, apenas unos días antes de la renuncia de Churchill al gobierno. En 1957, siendo Primer Ministro Anthony Eden, Malasia fue declarada independiente.

Murió el 24 de enero de 1965. El funeral propició la asistencia del mayor número de dignatarios en la historia de Gran Bretaña, contando con representantes de más de 100 países.

2 comentarios:

  1. Biografía muy completa y bien relatada. Conocía algo de su trayectoria, pero resulta interesante la vida de estos personajes que colaboran de alguna manera en la historia de la humanidad.
    La historia de la humanidad nunca refleja los millones de personas que contribuyen a que la historia tenga bajas anónimas, pelotones de frente que paran las balas de los personajes que mandan disparerlas. No se , es que todo este galimatias de los mandatarios me pone la piel de gallina.

    un saludo

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  2. Muchas gracias por la aportación. Si te interesa la biografía de este personaje te invito a conocer Breve Historia de Winston Churchill.
    Saludos,
    https://www.facebook.com/brevehistoria

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