Yo me suelo llevar muy mal con los electrodomésticos. "Inventos del demonio", decía mi abuelo de ellos. Estos artilugios me resultan tan enojosos: se estropean, hacen ruidos... tanto que he aprendido a vivir sólo con tres: la lavadora, la nevera y la televisión. por eso no entiendo cómo se empeñaron en regalarme un DVD.
"Si es muy cómodo", me dijo mi hermano " Ya verás cómo lo disfrutas".
Cuando reaccioné de mi estupor, descubrí que, desgraciadamente, dicho aparato ya estaba en casa.
Leí rápidamente las instrucciones: Querido cliente, le agradecemos la compra... y demás patrañas, aunque solamente entendí eso.
Al proceder al montaje y tener conocimiento de las normas de funcionamiento, se debería hacer algún tipo de master para montarlo porque, debido a mi gran ignorancia sobre electrónica, no supe montarlo.
El caso es que ahí está, en mi casa, desenchufado junto al televisor de toda la vida.
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