Juntos en la misma habitación
compañeros del dolor y de la muerte
sentenciada nuestra suerte
nos llevaron a nuestra perdición
nuestras vidas llegaban a su fin
En la cámara de gas adiós nos dijimos
Nos pusieron juntos, con más compañeros
Y te vi caer hacía atrás, asfixiado, suplicando piedad
a nuestros verdugos, de los que ningún gesto de clemencia vimos
Y yo lloré por tu pueblo y tu propia persona
sintiendo tu llanto, tu rabia y tu dolor
pero el tiempo la memoria traiciona
cuando la víctima se convierte en el ejecutor
¿por qué atacáis ahora a Palestina?
¿por qué olvidasteis vuestra mala suerte?
¿por qué aplicáis al débil la opresión del fuerte?
¿por qué condenáis a su pueblo a la guillotina?
¿por qué llora sangre vuestra tierra?
¿por qué atentáis contra la razón?
¿por qué sembráis las semillas de la guerra?
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