LA LEGISLACIÓN ESCRITA Y LOS PRIMEROS LEGISLADORES
En el Arcaísmo Pleno (750-550 BC), se produce la transformación de la Polis y la Stasis, calmada solo en parte por la colonización. Una de las principales exigencias de las clases inferiores era que hubiese unas leyes escritas para toda la ciudad que las protegiesen de la arbitrariedad de los Aristoi. Estos impartían justicia por encargo divino (Diké), aunque en teoría debían hacerlo con rectas sentencias (Themistés) y basándose en las costumbres (Nomoi). Durante los siglos VII-VI BC, la propia nobleza eligió a algunos de sus miembros que gozaban de gran prestigio por su conocimiento y moralidad, para que ejerciesen el cargo de legisladores durante un período de tiempo (5-10 años) y sin poder transmitirlo por herencia.
Su papel no era fácil: debían hacer concesiones que neutralizasen las luchas de las clases inferiores y al mismo tiempo no cuestionasen el poder de la aristocracia. Los legisladores fueron llamados indistintamente Thesmóthetes y Nomóthetes, puesto que en su labor legislativa se basaban en las sentencias y las costumbres. Por su papel como conciliadores entre estamentos sociales, fueron también llamados Aysimnetes (‘árbitros’) y Dialectos (‘mediadores’).
Las primeras leyes (primera mitad del siglo VII BC) constituyen la primera documentación oficial dirigida a los ciudadanos en general que demuestra que en este momento ya existe una población que utilizaba una lengua y un alfabeto comúnmente establecidos. Los primeros legisladores surgieron en las Apoikías de la Magna Grecia, quizás por el menor peso de la tradición y la afluencia masiva de gente que aconsejaba reglamentar las relaciones sociales.
Conocemos a los primeros legisladores por las referencias que a ellos hicieron los autores posteriores, especialmente Aristóteles (siglo IV BC), aunque el único de ellos del que existen datos fehacientes es Solón de Atenas (principios del siglo VI BC). En cualquier caso, varias inscripciones de la época (como la Inscripción de Espensicio en Creta) y otras posteriores que reproducen copias de las arcaicas, son prueba fehaciente de la labor legislativa llevada a cabo durante los siglos VII-VI BC.
De estas primeras leyes escritas griegas, cabe destacar el nuevo concepto de Derecho político (que tiende a igualar a todos los ciudadanos en derechos y deberes) y el notable avance en el Derecho penal (evitándose las venganzas familiares y estableciéndose distintas penas en función de las circunstancias del caso y la condición de la víctima). También se reguló la intervención del Estado en ciertos aspectos de la vida privada (como el matrimonio, la herencia y las relaciones paternofiliales) y apareció una legislación laboral que fijó los salarios y deudas en el trabajo público y privado. El objetivo teórico de todo el Derecho era la Eunomía (buen gobierno y orden), que se contrapone a la Disonomía (mal gobierno y desorden).
La aristocracia fue aceptando en diversas etapas un proceso de igualación jurídico-política en que cedió gran parte de sus privilegios institucionales en beneficio de cada vez más clases de ciudadanos, consiguiendo a cambio la participación de estos en la defensa militar de la Polis y el mantenimiento del orden social. No obstante, no debemos olvidar que la incorporación de cada vez más clases de ciudadanos a la vida política siempre tuvo su límite en los esclavos, las mujeres y los extranjeros.
Además, la igualación jurídico-política no implica necesariamente (y de hecho no lo hizo) una igualación económico-social, de manera que las tensiones sociales persistieron y de ahí que poco después surgiese la institución de la Tiranía.
Al igual que ocurre con los legisladores, los tiranos fueron característicos de la Grecia arcaica, desde mediados del siglo VII a.C. Aparecieron cuando los conflictos sociales eran graves dentro de la polis (stasis) y generalmente cuando no se podían solucionar por medio de mediadores (legisladores).
Los griegos llamaron tiranía al poder absoluto ejercido en la polis por un individuo que había llegado al poder por la fuerza y que gobernaba al margen de la constitución. Los tiranos, aunque normalmente eran aristócratas, defendían al pueblo llano frente a los abusos de la nobleza. El carácter peyorativo que ya en la Antigüedad acabó teniendo este tipo de gobierno se debe, sobre todo, a la oposición que generaba entre los aristócratas.
LA FIGURA DEL TIRANO: CAUSAS
Las reformas introducidas por los legisladores en muchas Poleis en la primera mitad del siglo VII AC, aún representando un gran avance en la democratización de la vida ciudadana y habiendo evitado en muchos casos derramamientos de sangre, no llegaron a solucionar los problemas y los conflictos sociales continuaron. Para poner fin a este desequilibrio social, surgió el fenómeno de la Tiranía: la toma y el mantenimiento del poder de manera ilegal por un solo individuo, normalmente ayudado por un ejército personal y apoyado por el pueblo.
Durante el período 650-550 BC, la Tiranía fue la forma de gobierno más extendida en todo el mundo griego (aunque Esparta no llegó a experimentarla).
El tirano es un personaje surgido de la aristocracia, pero hostil a la misma, que se apodera del poder y lo mantiene por la fuerza. Por ello, aparece casi siempre como un usurpador frente al tradicional régimen oligárquico. Según Mossé, es un demagogo que se atribuye la defensa y el liderazgo del pueblo contra la opresión del orden social establecido, pero sin proponer ningún otro como alternativa.
Existen distintos modos de ascenso para el tirano. En algunas ocasiones, se trata de un jefe militar que, apoyándose en sus éxitos militares y su propio ejército de Hoplitas, ocupa el poder (Fidón de Argos). En otras, el líder militar logra su objetivo con la ayuda de facciones extranjeras (Pisistrato de Atenas). Finalmente, el tirano puede ser un magistrado que transforma el poder adquirido legalmente en una Tiranía (Trasíbulo de Mileto).
La Tiranía era concebida como un régimen de transición y, por lo tanto, limitado en el tiempo. Aunque trataron de hacerse hereditarias, normalmente no duraron más de una o dos generaciones. Una vez que desaparecían los conflictos sociales y que las subalternas se daban por satisfechas con lo conseguido, el propio pueblo se rebelaba contra la acumulación del poder en manos de una sola persona. Solo en Occidente, la Tiranía subsistió hasta la Época Clásica, debido a las peculiares condiciones motivadas por la amenaza de Cartago. Según el sistema de Aristóteles, la evolución normal de las formas de gobierno de la Polis era la de Monarquía-Aristocracia-Tiranía-Democracia.
LA POLÍTICA DEL TIRANO
El tirano mantenía las instituciones establecidas, pero colocando en ellas a quienes fueran leales a su persona, de modo que Consejo y Asamblea ratificaban su política. Sin llegar a plantearse tampoco un cambio radical en las estructuras sociales y económicas, llevaba a cabo acciones demagógicas encaminadas a obtener el apoyo del pueblo (por ejemplo, la confiscación de tierras nobiliarias para repartir entre los pobres).
Su política se basaba en cuatro pilares:
- Política económica
- Política religiosa
- Política cultural
También la cultura jugaba un papel propagandístico. Aunque fuese de forma interesada, la Tiranía fue una gran impulsora de la cultura de su tiempo. Los tiranos atrajeron a su corte a arquitectos, escultores y poetas que divulgaron la gloria de sus protectores.
- Política exterior
Los tiranos practicaron entre sí una hábil diplomacia que les ayudó a mantenerse en el poder y a mejorar sus relaciones comerciales. Eran en general poco belicosos, pues eran conscientes del descontento popular que podía causar la guerra y de los gastos que producía.
Historia
Pero, con
el paso de los años, los reyes desaparecieron y el poder fue
tomado por los cabezas de las familias nobles, y el nuevo estilo de
gobierno se llamó régimen aristocrático, significando
que era "el gobierno de los mejores".
Esto duró
hasta el siglo VII a.C. y, sobre todo, en las ciudades más
ricas aparecieron nuevos jefes de un estilo hasta entonces desconocido:
gobernaban como dueños absolutos, sin consultar a nadie y pasando
sobre las costumbres, atacando a los nobles a los que hacían
matar o deportar, y formaban grupos guerreros que ellos pagaban para
la seguridad de sus personas, soldados que solo a ellos obedecían.
Se hacían
llamar tiranos, nuevo y extraño título que, tal vez,
provenía de Asia.
Hubo famosos
tiranos como Fidón de Argos, una de las primeras ciudades del
Peleponeso; Fidón se decía descendiente de los heráclitas,
fue el más violento de los tiranos griegos, que obligó
a todos los pueblos vecinos a hacerse aliados de Argos. La historia
cuenta que arreglé el sistema de pesas y medidas, adoptando
el aplicado por años en Babilonia, cuyas medidas de longitud
eran el codo y el pie; la unidad de peso era el talento, que se dividía
en 60 minas, la mina, a su vez, equivalía a 100 dracmas y el
dracma en seis óbolos. Pero, a Fidón se le reconoce
el mérito de haber sido el primero en adoptar en uso de la
moneda de plata en Grecia, y esto porque en tiempos de Homero los
griegos no conocían en uso de las monedas y el valor de las
cosas se calculaban en cabezas de ganado, y el pago se hacía
en un cierto número de bueyes; más tarde, se utilizó
el oro y la plata, y los cálculos representaban talentos, minas
y dracmas, pero pesando lingotes.
Los asiáticos
imaginaron hacer lingotes pequeños, en forma de pastillas,
imprimiendo en ellas un sello. En la isla Egina, que pertenecía
a Argos, es decir, a Fidón, existió la primera fábrica
de monedas, donde se acuñaban monedas de plata que pesaban
un poco más de 13 gramos.
Otro tirano, que ejerció el poder durante treinta años, fue Cipselos, que gobernó Corinto, una de las más importantes ciudades de Grecia, durante treinta años, y a quien le sucedió otro tirano - según algunos, hábil y honrado gobernante - y, según otros, como un tirano cruel y avariento, que hizo matar a los nobles de Corinto.
Entre Solón y Clístenes se desarrolló la tiranía de Pisístrato y de sus hijos. En el año 561 a.C. Pisístrato dio un golpe militar y confiscó tierras de los nobles para repartirlas entre los campesinos pobres. Privilegiaba así a los diacríos frente a los paralios y los pedieos.
Licurgo y Megacles lograron expulsarlo, pero finalmente el segundo lo llamó para que volviera (559 AC), rompiendo su acuerdo con Licurgo. La razón de este apoyo de Megacles a Pisístrato estribaba en que, en definitiva, los enemigos tanto de los diacríos (representados por Pisístrato) como de los paralios (representados por Megacles) eran los nobles, cuyos intereses defendía Licurgo.
Más tarde, Pisístrato fue de nuevo expulsado de Atenas, hasta que regresó definitivamente en el año 547 a.C. como tirano. De su experiencia anterior aprendió a evitar el enfrentamiento directo con los nobles terratenientes y a buscar soluciones tanto para los diacríos como para los comerciantes y artesanos, intentando eliminar el problema del desempleo. Su política conciliadora tuvo éxito.
Respetó la constitución y leyes de Solón, pero acaparó poderes en su persona. Su obra política se basó en las siguientes medidas:
- Intensificó la actividad edilicia en la ciudad de Atenas, con objeto de crear riqueza y puestos de trabajo: ordenó la construcción de templos, canales y caminos.
- Atenas se convirtió en un centro cultural y artístico.
- Aumentó la explotación de las minas del monte Pangeo y del Laurión.
- Incentivó la expansión marítima de Atenas: la ciudad dejó de ser un centro agrícola para convertirse en un centro comercial.
- Creó 48 naucrarías, reuniones de propietarios que sostenían una unidad naval.
- Fomentó la suplantación de los cultos locales por otros nacionales: Panateneas y Dionisiacas.
En el año 527 AC. Pisístrato murió transmitiendo el poder a sus hijos Hipías e Hiparco. Éstos protagonizaron gobiernos personalistas y radicalizados. Representan a la segunda generación de tiranos griegos que se mantuvieron en el poder olvidando el proyecto revolucionario de sus antecesores.
Tras la muerte de Hiparco (514 AC), Esparta intervino en Atenas: el rey Cleomenes tomó la Acrópolis, en su intento de forzar la inclusión de los atenienses en la Liga del Peloponeso. Esta actuación significó para Atenas el final de la tiranía: Hipías fue derrocado y tuvo que refugiarse en Persia (510 AC); en su lugar Esparta situó a Iságoras, que contaba con el apoyo de la oligarquía ateniense. Finalmente, Cleomenes no logró la alianza con los atenienses. Y en este clima político de inestabilidad surgió Clístenes en defensa del demos.
LA SOCIEDAD ARISTOCRÁTICA DE ATENAS
Atenas se encuentra en el Ática, región centro-oriental de Grecia continental que constituye una pequeña península con forma de triángulo invertido, separada de Beocia al Norte por el monte Citerón. El Ática se dividía en 3 zonas: Pedión (la llanura central), Paralía (la costa) y Diacría (la montaña). Es una región de dialecto y cultura jonias, que mantuvo un régimen monárquico desde su fundación como Estado unificado en época micénica (siglos XIV-XIII AC).
La leyenda atribuye dicha fundación al héroe Teseo, quien venció al Minotauro, lo que significó la liberación del Ática del dominio de la Creta minoica. El paso al régimen aristocrático se sitúa hacia el siglo XI BC, coincidiendo con la llegada de los jonios.
En la Administración central, encontramos las siguientes instrucciones:
- Arcontado (Magistrados). Existen tres magistrados principales:
- Arconte Epónimo: magistrado que daba nombre al año, con poder ejecutivo.
- Arconte Basileus: rey, que acabará relegado a sus funciones religiosas.
- Arconte Polemarco: jefe supremo del ejército.
Con Solón (principios del siglo VI BC), se añaden 6 magistrados más, que son los Arcontes Thesmóthetes (administradores de justicia), y el mandato pasa de vitalicio a decenal. Con Clístenes (finales del siglo VI BC), serán 10 Arcontes y con mandato anual.
- Areópago (Consejo)
Los Arcontes que cesaban en el cargo pasaban a formar parte del Consejo del Areópago, cuyo objetivo es asegurar el mantenimiento del régimen aristocrático. Para ello se le asignaron las siguientes funciones: examinar a los Arcontes antes y después de ocupar su cargo, velar por el cumplimiento de las leyes, administrar los asuntos más importantes de la ciudad y ejercer el poder judicial.
- Eklesía (Asamblea)
Se desconocen sus funciones y su composición originarias, aunque tal vez podrían elegir a los Arcontes.
La Administración territorial se dividía en 12 Tribus y 48 Naucrarías (circunscripciones navales, correspondiendo 4 por cada Tribu). Cada Naucraría era dirigida por un Naucraro, cuya principal función consistía en proporcionar un navío totalmente equipado al Estado. Más adelante, servirán también como unidad de reclutamiento militar y para la recaudación de impuestos.
La Constitución de Atenas de Aristóteles (siglo IV BC) contiene valiosísima información acerca de organización social arcaica del Ática. Explica que se dividía en 4 Fileas (tribus) al frente de cada una de las cuales estaba un Filobasileus. A su vez, cada Filea se dividía en 3 Fatrías (“hermandades”) y estas en varios Gene (“clanes”) formados por varias familias. El número total de Gene no pasaba de 100 y los Gene aristocráticos agrupaban muchas menos familias que los campesinos. La propiedad era privada y se transmitía de padres a hijos, pero en ningún caso podía salir del Genos.
En la estructura social fueron distinguiéndose distintos grupos:
- Eupátridas (aristocracia, literalmente “los bien nacidos”). Familias terratenientes, que acaparan las mayores y mejores tierras y los cargos públicos.
- Geomores (campesinos). Familias que cultivan sus propias tierras, generalmente de pequeño tamaño y menos fértiles.
- Demiurgos (artesanos). Eran aceptados en las Fileas y las Fatrías, pero no en los Gene, por lo que también carecían de derechos políticos pese a ser hombres libres.
- Thetes (jornaleros). Eran aceptados en las Fileas, pero no en las Fatrías ni en los Gene, por lo que también carecían de derechos políticos pese a ser hombres libres.
La arqueología nos presenta a Atenas como una ciudad económicamente próspera. En ella floreció la cerámica de estilo Geométrico, que fue objeto de comercio. La evolución económica y social en la Época Arcaica fue similar a la del resto del mundo griego, pero algo más retardada y con peculiaridades: Atenas no buscó una solución a la Stasis y la Stenojoría en la colonización, y las reformas militares se retrasaron hasta principios del siglo VI AC (implantación del ejército de Hoplitas). No obstante, la lucha de clases se agudizó igualmente: la acumulación de tierra y riqueza por parte de los Eupátridas contrastaba con el rampante endeudamiento y empobrecimiento del campesinado (según Struve). En este Demos empobrecido, se apoyarán artesanos y comerciantes en su lucha por el poder político.
EL INTENTO GOLPISTA DE CILÓN Y EL LEGISLADOR DRACÓN
Hacia el 630 AC, el noble Cilón llevó a cabo el primer intento de acabar con los desórdenes sociales. Debido a su victoria en los Juegos Olímpicos (fiesta deportiva celebrada desde el siglo VIII BC en la antigua ciudad de Olimpia, en el Peloponeso, en honor a los dioses olímpicos), gozaba de gran prestigio entre los atenienses. El apoyo del tirano de Mégara (ciudad del Ática) y la respuesta favorable del Oráculo de Delfos, le impulsaron a intentar un golpe de Estado, pero se encontró con la oposición de una parte del Arcontado, que reprimió la tentativa con la masacre de quienes participaron en ella. Sin embargo, no están claros los apoyos ni los objetivos del levantamiento de Cilón. Según Mossé, no se trataría de un intento de imponer una Tiranía, sino que debe interpretarse en el marco de las luchas entre las facciones aristocráticas que en aquel tiempo se encontraban desunidas.
El Demos exigía entonces unas leyes escritas que evitaran las arbitrariedades y el desorden provocado por las luchas entre las facciones de la aristocracia. Según la tradición, esta misión fue encomendada al legislador Dracón hacia el 625 AC. A Dracón se le atribuye un código penal, que consistía seguramente en una recopilación de normas consuetudinarias que Dracón publicó y dotó de fuerza vinculante para todos los atenienses. Dracón dejó fama de severo, seguramente porque arrebató de las manos de la nobleza el monopolio de la interpretación y la ejecución de la justicia (sin tocar su poder político, económico y social). Sin embargo, no modificó el sistema judicial, limitándose a introducir tres principios que lograron una justicia más equitativa: la igualdad ante la ley, la individualidad de la pena (desde ahora, tanto el criminal como la víctima son considerados aisladamente y no como miembros de un clan o una familia) y la intencionalidad. Los asesinatos premeditados eran juzgados por el Areópago, única institución autorizada para aplicar la pena de muerte. Los asesinatos no premeditados eran juzgados por el colegio de los Epetai (órgano formado por 30 aristócratas mayores de 50 años), castigándose con el destierro, pero sin pérdida de bienes ni derechos políticos. Los homicidios en defensa propia no eran castigados. El Derecho draconiano contemplaba también otros aspectos, como las penas contra la ociosidad.
LA REFORMA DE SOLÓN
La legislación draconiana no consiguió resolver los problemas sociales, por lo que fue necesaria una reforma mucho más profunda, llevada a cabo por Solón a principios del siglo VI AC. Solón era un aristócrata, pero su actividad viajera le proporcionó una ideología muy distinta a la de los Eupátridas. Alcanzó el cargo de Arconte Epónimo en el 594 AC.
Solón es el legislador de Atenas por excelencia y el único del que existen datos fehacientes. Su código de leyes, conservado en fragmentos, regula todos los campos de la vida ciudadana (político, penal, civil y comercial). También le corresponde una vasta obra literaria, que ha llegado en gran parte a nosotros y nos permite conocer su ideología. Acepta la importancia de las tradiciones y la religión, pero por primera vez separa la religiosidad de los problemas civiles para enfrentarse a ellos con sentido racional y práctico. Se da cuenta de la caducidad de la sociedad gentilicia tradicional y de la necesidad de integrar en ella a artesanos y comerciantes. Propone como solución a los conflictos entre aristocracia y clases inferiores la Eunomía (buen gobierno y orden), que se contrapone a la Disonomía (mal gobierno y desorden). Para Solón, la Eunomía implica que los nobles abandonen su orgullo y su abuso de poder, y que el pueblo se conforme con los derechos que la reforma soloniana le atribuye.
En el 594 AC, Solón fue investido Arconte Epónimo con poderes extraordinarios para reformar en profundidad la constitución de la ciudad. Dispuso un paquete de reformas que abrieron la puerta a la Democracia ateniense, pudiendo agruparse en tres bloques:
- Reforma social
- Pentacosiomedimnos (³ 500 Medimnos: terratenientes, artesanos y comerciantes).
- Hippeis (³ 300 Medimnos: dueños de un caballo).
- Zeugitas (³ 200 Medimnos: dueños de un par de bueyes).
- Thetes (<200 Medimnos: jornaleros).
Solo los integrantes de la primera clase censada tenían plenos derechos políticos y podían elegir y ser elegidos por el Arcontado. Las otras tres clases parecen obedecer a un ordenamiento militar: caballeros (Hippeis), Hoplitas (Zeugitas) y remeros (Thetes). Así se dio entrada en las instituciones políticas a los nuevos ricos (artesanos y comerciantes). En tercer lugar, podemos mencionar algunas leyes sociales de Solón: limitación de la patria potestad (eliminación del derecho de vida o muerte del padre sobre sus hijos y prohibición de vender a los hijos y de obligarles a mendigar), limitación de los gastos suntuarios llevados a cabo sobre todo en las ceremonias funerarias aristocráticas, etc.
- Reforma institucional
Amplió el Arcontado de 3 a 9 miembros (Epónimo, Basileus, Polemarco y 6 Thesmóthetes). Al cargo de Arconte solo podían acceder los miembros de la primera clase censada (Pentacosiomedimnos). La Eklesía (institución principal de la Polis) era la asamblea formada por las cuatro clases censadas, presidida por el Arconte Epónimo, y en ella se debatían y decidían las cuestiones más importantes de la Polis. A la Eklesía correspondía la elección de los Arcontes y los miembros del nuevo tribunal popular (Heliea), la aprobación de todas las leyes y la decisión última sobre la guerra y la paz. Los 9 Arcontes eran elegidos por sorteo entre 40 candidatos (10 por cada Filea) en la Eklesía. Los 6000 miembros de la Heliea eran elegidos por sorteo entre todos los ciudadanos también de la Eklesía. La Bulé y la Heliea son dos nuevos órganos creados por Solón y a ellos pueden acceder los miembros de las tres primeras clases (Pentacosiomedimnos, Hippeis y Zeugitas). La Bulé era el órgano encargado de preparar los trabajos de la Eklesía y consistía en un consejo de 400 Buletas (100 por cada Filea), elegidos por sorteo cada año en las Fileas. La Heliea era un tribunal popular masivo formado por 6000 ciudadanos mayores de 30 años. En principio se reconoció el derecho de apelación de todo ciudadano al tribunal popular contra la decisión de un magistrado. La Heliea fue asumiendo progresivamente competencia judicial sobre otras materias que se fueron retirando del Areópago.
- Reforma económica
La reforma económica de Solón consistió en el establecimiento de un sistema de medidas y monedas (estableció como unidades de medida el Medimno para el peso de los sólidos y el Metreto para el de los líquidos, y comenzó la acuñación de monedas que portaban los emblemas de las principales familias de Eupátridas), las modificaciones en la agricultura (fomentó el cultivo de la vid y el olivo en detrimento de los cereales, para conseguir un más fácil intercambio de excedente de aceite y vino con el cereal de Egipto y el Mar Negro, solucionando el continuo problema de abastecimiento de la población y generando beneficios tanto para el campesinado como para los comerciantes) y el impulso de la artesanía y comercio (fomentando la importación de materias primas y la exportación de productos alimenticios elaborados, como el aceite y el vino, y productos artesanos, como la cerámica ática que alcanzó gran difusión).
Solón |
UN EJEMPLO DE TIRANO: PISÍSTRATO DE ATENAS. SU FIGURA, OBRA Y SUCESORES.
Contexto histórico y biografía de Pisístrato
Tras la retirada de Solón de la vida política, resurgieron los conflictos. Por un lado, las distintas facciones de la aristocracia volvieron a enzarzarse entre sí, convirtiendo al Arcontado en el centro de sus disputas. Por otro, volvió a manifestarse el descontento de las clases inferiores que carecían de derechos, de riqueza o de ambas cosas. Hacia el 560 BC, nos encontramos con tres facciones políticas con sus correspondientes líderes dispuestos a tomar el poder:
- Facción de Licurgo (Pedieos): Representaba a los habitantes de la llanura central del Ática, fundamentalmente Eupátridas terratenientes y campesinos enriquecidos. Defendía la restauración del gobierno oligárquico.
- Facción de Megacles (Paralios): Representaba a los habitantes de la costa, fundamentalmente pequeños propietarios, comerciantes y artesanos. Defendía el mantenimiento de la reforma de Solón.
- Facción de Pisístrato (Diacrios): Representaba a los habitantes de la montaña, fundamentalmente pequeños campesinos y jornaleros. Proclamaba la necesidad de reformas radicales en beneficio de los más humildes.
Según las fuentes literarias, Pisístrato era un joven ambicioso que llegó a ocupar el cargo de Arconte Polemarco y que, entre 560-530 BC, logró imponer su Tiranía por tres veces intercaladas por dos períodos de exilio. La primera Tiranía fue derrocada debido a sus escasos apoyos políticos, y Pisístrato sufrió su primer exilio en el Ática. Luego regresó a Atenas para imponer su segunda Tiranía, gracias a la promesa de concesión de privilegios a los Paralios, pero el incumplimiento de dicho compromiso precipitó su segundo derrocamiento, esta vez abandonando voluntariamente el Ática. Durante este segundo exilio, Pisístrato se dedicó a la adquisición de medios económicos y militares, así como la búsqueda de aliados en el extranjero. Reclutó tropas mercenarias y entró victorioso en Atenas. En su tercera y última Tiranía, realizó una actividad de gran importancia y disolvió las facciones políticas.
Obra de Pisístrato
Ante todo, hay que señalar que Pisístrato fue respetuoso con las instituciones y la legislación establecidas (según habían resultado tras la reforma soloniana), aunque colocó en los cargos públicos a sus más seguros partidarios. No obstante, logró un cierto equilibrio social y preparó las condiciones para la futura nueva reforma de Clístenes. Aunque trató de favorecer a los más humildes, contó también con el apoyo de una parte de la aristocracia (según Aristóteles, la mayoría). Se le considera un ejemplo de tirano, por su tendencia sistemática a favorecer a los más humildes, su gran impulso de la economía, su política religiosa y cultural, así como su preocupación por mantener la paz y las buenas relaciones exteriores:
- Política económica
- Política religiosa
Pisístrato fomentó el culto de la diosa Atenea (protectora de la ciudad y símbolo de su unidad) y de Dioniso (divinidad propia del campesinado). Se organizaron fiestas en su honor, en las que parece estar el origen de la tragedia y la comedia griegas. En otros casos, se vislumbran los intereses particulares del tirano, como la introducción del culto de Ártemis Brauronia, de donde era natural Pisístrato.
- Política cultural
Aunque contaba con un gran patrimonio particular que le reportaba grandes beneficios, Pisístrato fue generoso con su ciudad. Realizó grandes obras que embellecieron Atenas, con lo que logró ganar prestigio al mismo tiempo que daba empleo a muchos jornaleros. Destacaron los templos y, en especial, el Hecatompedón, ubicado en el centro de la Acrópolis y dedicado a la diosa Atenea, que fue destruido por los persas en el 480 BC y reemplazado después por el Partenón de Pericles. Pisístrato fomentó también el desarrollo de las artes y la literatura, atrayendo a su corte a los principales artistas y poetas.
- Política exterior
Pisístrato |
Vida y obra de los Pisistrátidas
Pisístrato murió por enfermedad hacia el 530 BC, y sus dos hijos Hipias e Hiparco se hicieron cargo conjuntamente del poder. Intentaron continuar la política de tolerancia y buenas relaciones de su padre, pero la coyuntura había cambiado, ya que, al norte, amenazaba la Liga Beocia, al sur, la Liga del Peloponeso, y en el Egeo y Anatolia, el Imperio Persa ya dominaba las ciudades griegas. En el año 514 BC, dos jóvenes aristócratas asesinaron a Hiparco. Tras el atentado, la Tiranía de Hipias se volvió más autoritaria, recelando de los contactos exteriores y cambiando la política de tolerancia anterior por un régimen represivo (persecución de los sospechosos, reforzamiento de su guardia personal, etc.). Todo ello hizo que la Tiranía apareciera ante los atenienses como un régimen despótico y violento, lo que contribuyó a acelerar su caída. En el 510 BC, Esparta atacó Atenas con el apoyo del pueblo ateniense, y expulsó al exilio al tirano Hipias, quien buscó refugio en Persia. Posteriormente, Clístenes evitaría la instauración de un régimen oligárquico controlado por Esparta.
El gobierno de Pisístrato obtuvo la valoración positiva de todos los escritores de la Antigüedad. Solo el régimen arbitrario y represivo de Hipias cambió la imagen que los atenienses tenían de la Tiranía. En general, los Pisístradas consolidaron las reformas solonianas (establecimiento de un gobierno central por encima de las familias aristocráticas, corrección de las graves desigualdades económicas y sociales, etc.) y dejaron una situación económica y social estable, preparando el tránsito a la Democracia.
LA REFORMA DE CLÍSTENES
La caída de los Pisístradas en el 510 BC hizo que volviesen a surgir las disputas entre las familias aristocráticas agrupadas en torno a distintas facciones políticas. Así surgió el conflicto entre Clístenes (del Genos de los Alcmeónidas) e Iságoras (del Genos de los Falaídas). Clístenes estaba interesado en continuar las reformas de Solón y contaba con el apoyo popular, mientras que Iságoras pretendía la instauración de un régimen oligárquico y era apoyado por Esparta. Finalmente, Clístenes logró acceder al Arcontado en el 507 BC. A partir de ahí, comienza la rivalidad entre Atenas y Esparta.
La reforma de Solón había supuesto una primera apertura de las instituciones al Demos y la expansión económica de la segunda mitad del siglo VI BC y el apoyo dado por la Tiranía a las clases populares habían cambiado la correlación de fuerzas sociales. Sin embargo, la vida política seguía estando dominada por los Gene, que excluían a artesanos y jornaleros. Por otra parte, los ciudadanos censados en las dos últimas clases (Zeugitas y Thetes) se habrían fortalecido y exigían una mayor participación en las instituciones. Por último, en los últimos tiempos se habían incorporado gran cantidad de extranjeros (Metecos, Libertos y jornaleros), siendo cada vez mayor su peso social y económico. Los Metecos eran extranjeros domiciliados en la Polis (comerciantes o artesanos que pagaban un impuesto a la ciudad) y los Libertos eran los esclavos manumitidos, es decir, liberados. Unos y otros podían poseer bienes muebles, pero no tierras, y nunca eran considerados ciudadanos. Cístenes se ganó el apoyo de toda esta masa con una propuesta de reforma que perseguía dos objetivos: otorgar la soberanía al Demos y ampliar el ámbito de la ciudadanía.
En el discurso, se sustituye la Eunomía (buen gobierno y orden) por el nuevo concepto de la Isonomía (igualdad ciudadana en la repartición de los cargos públicos, que no igualdad ante la ley). Las medidas llevadas a cabo pueden agruparse en dos coordenadas: territorial administrativa e institucional.
Reforma territorial-administrativa
Clístenes dividió a la población del Ática en tres niveles: Demos, Tritties y Fileas. La mayor parte de la población del Ática ya vivía en comunidades rurales llamadas Démos, que Clístenes convirtió en unidades administrativas y extendió a los barrios urbanos. El número de habitantes de un Demos era de 100-300 ciudadanos adultos (mayores de 18 años). El Demos tenía su propia asamblea (Ágora), en la que participaban todos los ciudadanos y que elegía a su propio dirigente (Demarca). Cada Demos gestionaba los asuntos locales y proporcionaba listas de ciudadanos para desarrollar la vida política y clasificados militarmente (caballeros, Hoplitas y remeros). Lo más importante es que los ciudadanos ahora participan en la vida política, ya no en función de su pertenencia a la Gene, sino al Demos, lo cual supone una igualación de derechos políticos. Con ello, también se amplió el ámbito de ciudadanía, haciéndose extensible a otros individuos del Ática cuya ciudadanía no se conseguía por el
antiguo sistema gentilicio (aunque los extranjeros nunca llegaron a alcanzarla).
Una vez constituidos los Demos, se dividió el Ática en tres regiones: el Asty (la ciudad), la Paralía (la costa) y la Mesogea (el interior). Cada región se dividió a su vez en 10 circunscripciones (Tritties), como medio de repartición de los Demos entre las Fileas. Clístenes creó 10 Fileas que sustituyeron a las 4 antiguas, basándose en un principio territorial en sustitución del antiguo principio gentilicio. Cada Filea estaba formada por tres Tritties: una del Asty, una de la Paralía y una de la Mesogea, lo cual impidió que tuviese una continuidad geográfica y pudiese identificarse con determinados intereses locales, así como también sirvió para superar la oposición campo-ciudad. Las 10 Fileas proporcionaban la estructura militar básica del Estado, pero su misión principal estaba dirigida a la reforma institucional.
Cada Filea debía asignar anualmente y por sorteo 50 de sus miembros mayores de 30 años (distribuidos entre los Demos en proporción a su población) que formarían parte de la Bulé de la ciudad.
Reforma institucional
Clístenes respetó en lo esencial las instituciones solonianas (las elecciones y sorteos no varían), pero introdujo cambios en su organización y competencias:
- El Arcontado siguió siendo aristocrático (formado únicamente por Pentacosimedimnos), pero aumentó a 10 Arcontes (uno por cada Filea). Se convirtió en el órgano ejecutivo (salvo el Arconte Polemarco, que era el jefe del ejército). Bajo la autoridad del Arconte Polemarco, fueron elegidos además 10 Strategoi (uno por cada Filea, al mando de cada uno de los 10 regimientos tribales). Los cargos de Arconte y de Stratego son anuales, pero este último es además reelegible, lo que, a la larga, permitirá que los Strategoi se conviertan en la máxima autoridad de Atenas (esto sucederá durante las Guerras Médicas, entre 490-480 BC).
- El Areópago se mantuvo, pero perdió parte de sus atribuciones a favor de otros órganos: la vigilancia del cumplimiento de las leyes pasó a la Bulé, el enjuiciamiento de los delitos comunes pasó a la Heleia y el enjuiciamiento de los delitos de traición al Estado (Lessa Maiestas) pasó a la Eklesía.
- La Eklesía fue liberada de la presidencia del Arconte Epónimo en favor del Epístate y asumió funciones judiciales (enjuiciamiento de los delitos de traición al Estado y apelación de los delitos mayores).
- La Bulé (“Consejo de los 500”) se convirtió en el supremo órgano de dirección y representante de todo el pueblo. Ahora estaba formada por 50 Buletas de cada Filea, mayores de 30 años y de todas las clases censadas. Su cargo era anual y solo podían ejercerlo dos veces en la vida y no durante dos años seguidos. La Bulé preparaba los asuntos a tratar por la Eklesía y aprobaba el orden del día, debiendo la Eklesía decidir finalmente sobre estos asuntos y solo sobre ellos. También se encargaba de que se ejecutasen las decisiones de la Eklesía. La Bulé era un órgano permanente, pero no se exigía a los 500 buletas una presencia constante durante todo el año (ya que los Buletas debían ocuparse también de sus propios intereses). Se decidió que los 50 miembros pertenecientes a una misma Filea estuviesen permanentemente en sus funciones durante una décima parte del año (Pritanía), decidiéndose los turnos de las Pritanías por sorteo. Al menos un tercio de la Pritanía debía permanecer también por la noche en el recinto. Al frente de la Pritanía estaba el Epístate, que presidía la Buléy la Eklesía durante un día. La Eklesía era convocada por el Epístate y debía reunirse al menos una vez por cada Pritanía (10 veces al año).
- El tribunal popular (Heliea) se mantuvo, teniendo como misión el enjuiciamiento de los delitos comunes y la apelación de los delitos menores.
Como cláusula de salvaguardia del régimen político, se instituyó el Ostracismo: alejamiento del Ática y de la vida política de cualquier individuo que fuese considerado por la asamblea como una amenaza potencial para la soberanía popular. El ciudadano ostracitado debía abandonar el Ática en el plazo de 10 días y domiciliarse donde quisiera durante 10 años. A su regreso, recuperaba su posición en la Polis. Se trataba de una sanción política, no judicial. Clístenes fue, tras Solón, la segunda base para que en Atenas se implantase la Democracia. No obstante, la palabra Democracia era aún desconocida en tiempos de Clístenes, por lo que resultan más adecuadas las palabras de Aristóteles: “Clístenes estableció una constitución favorable al pueblo”.
Dionisio I de Siracusa
Dionisio I de Siracusa, el Viejo (c. 430 -367 a.C) fue un tirano de Siracusa que gobernó entre los años 405 y 367 a.C. Fue sucedido por su hijo Dionisio II el Joven. El mismo año de su muerte ganó el primer premio en un concurso lirico celebrado en Atenas.
Seguidor de Hermócrates, a su llegada al poder instauró un gobierno autocrático y opresivo, con el que eliminó las aspiraciones democráticas del partido ateniense. Su gobierno, aunque opresivo, fue bastante popular. Además de reorganizar el ejército y expandir su poder conquistando gran parte de Italia, Dionisio liberó a gran cantidad de esclavos. No obstante, fue quien impuso la esclavitud al filósofo Platón, quien fue más tarde rescatado por Anníceris de Cirene (miembro de la Escuela Cirenaica), según lo escrito por Laercio.
Aunque firmó la paz con Cartago, tras de haberse hecho con el poder, Dionisio estuvo en guerra contra los cartaginenses la mayor parte de su gobierno. Se enfrentó a estos en el 392, del 383 al 378 y en el 368 a.C. También intervino en las guerras contra Atenas, aliado con los espartanos, e hizo que Siracusa tomara preponderancia en el Mediterráneo occidental y central. Dionisio se hizo con una clientela al distribuir por lotes las tierras confiscadas a sus enemigos. Mercenarios y esclavos (quizá campesinos dependientes comparables a los hilotas espartanos), se convirtieron así en los nuevos ciudadanos (neapolitai).
Poco se conoce a ciencia cierta sobre su procedencia, aunque para algunos autores descendía de una familia nobiliaria y según Cicerón había recibido una buena educación.
Dionisio falleció en el año 367 a.C, un año después de su derrota en Lilibea. A su muerte fue sucedido por su hijo, el también tirano, Dionisio II el Joven.
En nuestros tiempos, a este tipo de gobernantes, se les llama dictadores. Y los ha habido y los habrá más que todos los tiranos griegos juntos.
La mayoría “había recibido una buena educación”, pero en nuestros días los aspirantes a tiranos son unos mamarrachos, lerdos y gárrulos, sin un ápice de decencia, ni de ética, ni de estética, y que no han “pegao” un palo al agua en su vida.
ResponderEliminarY, sorprendentemente, una plebe inane y estupidizada, alienada y “analfaburra”, les vota. !Ele, ele!
(Es necesario que ponga algún ejemplo?)