La idea del emperador como gobernante justo de la comunidad cristiana conserva su vigor en la Baja Edad Media, aunque carezca de plasmación práctica. El título imperial sigue teniendo un gran poder legitimador. Así la figura del emperador como protector de la Iglesia tuvo un fugaz brillo en la celebración del Concilio de Constanza.
En Alemania el emperador representa el poder monárquico: sin embargo, fracasa en construir un Estado Moderno alemán durante el siglo XV.
Desaparición del poder real y auge de los principados territoriales
En el siglo XV, la monarquía alemana tenía un patrimonio muy escaso y unas rentas muy débiles y prácticamente no existía una fiscalidad centralizada. se centraron en consolidar un patrimonio personal o familiar. en cuanto a las asambleas representativas, en Alemania encontramos la llamada Dieta imperial, a la que asisten el emperador, los príncipes, las autoridades de los territorios eclesiásticos, los caballeros independientes y los representantes de las ciudades imperiales. esta Dieta imperial, a diferencia de otras monarquías de Europa, estaba dominada por la nobleza y no por el monarca y existía una en cada principado. El poder estaba en manos de la nobleza y el liderazgo de la alta aristocracia alemana correspondía a los siete príncipes electores, cuatro laicos y tres eclesiásticos, que gozaban del privilegio de elegir al emperador desde la Bula de Oro de Carlos IV en el siglo XIV (1356).
Estos eran
- el rey de Bohemia,
- el duque de Sajonia;
- el conde de Palatinado,
- el margrave de Brandemburgo
- y los arzobispos de Maguncia,
- Colonia
- y Tréveris.
- Las ciudades imperiales
En la Alemania del siglo XV había una serie de ciudades autónomas, cada vez más independientes conocidas como las ciudades imperiales. Éstas dependían directamente del emperador y tendían a formar grandes ligas entre ellas para defenderse de la nobleza. No es hasta finales del siglo XV y principios del XVI cuando se intenta crear un poder central más fuerte. El emperador Maximiliano I propuso a la Dieta la creación de una serie de circunscripciones territoriales y de una fiscalidad para mantener el ejército común, pero esto fracasó al oponerse los príncipes alemanes y concretamente el arzobispo de Maguncia. De dicha manera se frustró la última oportunidad para establecer el embrión de un estado moderno en Alemania.
Consolidación de los Habsburgo en el trono imperial durante el siglo XV
A fines del siglo XIII, tras un largo interregno, el conde Rodolfo de Habsburgo fue nombrado emperador por el Papa (1273). De esta forma, por primera vez esta familia de la nobleza media alemana alcanzó el trono imperial, convirtiendo el ducado de Austria en patrimonio familiar. A principios del siglo XIV fueron desplazados del puesto por otra familia aristocrática, los Luxemburgo, Con Enrique VII. Los Luxemburgo ostentaron el poder durante el siglo XIV, solamente durante un breve periodo de tiempo, la familia de los Wittetsbach (Luis IV de Baviera). Carlos IV fue rey de Bohemia y emperador (1346-1378). Su hijo y sucesor Wenceslao fue depuesto y sucedido por su hermano Segismundo (1410-1437), rey de Hungría. Segismundo de Luxemburgo consiguió recuperar algo de prestigio para la monarquía, logrando reunir el Concilio de Constanza (1414-1418) donde se puso fin al Cisma de Occidente. al ostentar varios títulos, los de emperador y rey de Hungría y Bohemia, no pudo resolver con éxito el problema de la crisis husita en Bohemia, poniendo en grave aprieto al Sacro Imperio.
En 1437 la dinastía imperial de los Luxemburgo se extinguió con la muerte de Segismundo. Pero, al casar a su hija con Alberto II de Habsburgo, esta dinastía recuperó el control del trono imperial. El emperador era elegido por la nobleza y coronado después por el Papa, pero, a partir del siglo XV el trono imperial va a ser ocupado por miembros de la familia de los Habsburgo hasta la desaparición del sacro imperio a principios del siglo XIX. La monarquía perdía jurisdicción en el interior de Alemania y los Habsburgo reaccionaron reforzando paulatinamente su patrimonio familiar. entre sus dominios personales se encontraban los ducados de Austria, Carintia, Carniola y Estiria. Además, utilizaron una política matrimonial para aumentar sus dominios monásticos. Federico III (1440-1493) fue el último emperador coronado en Roma. Llevó a cabo una acertada política matrimonial casando a su hijo Maximiliano con la heredera del ducado de Borgoña, María. Cuando Carlos el Temerario (duque de Borgoña) murió derrotando a los suizos en Nancy en 1477, Maximiliano pudo hacerse con el control de la parte de su herencia, pasando los Países Bajos y el Condado de Borgoña a los Habsburgo. Maximiliano I (1493-1519) fue mucho más ambicioso, pretendiendo intervenir en Italia cuando la península fue invadida por Francia, pero fracasó. Maximiliano I no pudo llegar a Roma a su coronación por un conflicto con Venecia con los que decidió intitularse "emperador electo" sin esperar a ser coronado por el papa. esta práctica fue seguida por los siguiente emperadores del sacro imperio durante la Edad Moderna. Maximiliano I casó a su hijo Felipe con la hija de los reyes Católicos de España, Juana, entrando los Habsburgo en el trono español. Con el casamiento de su nieto Fernando con la hermana del rey Luis II de Hungría, entraría también al trono de Hungría y bohemia en los decenios siguientes.
Mientras tanto, los Habsburgo fracasaron de forma repetida en Suiza. alegaban tener derechos de señorío sobre la zona. Sin embargo, los cantones suizos se unieron para repeler la agresión. Los suizos derrotaron entonces militarmente a los Habsburgo y consiguieron la independencia de Suiza con respecto al Sacro Imperio, aunque no se reconocerá formalmente hasta el siglo XVII.
Maximiliano I de Habsburgo (arriba a la izqda.) y su familia. |
Italia
En Italia, el poder real es prácticamente inexistente y por ellos se da una profunda fragmentación política. En Italia no surge un estado moderno.
División política de Italia. Los principales estados italianos
En el siglo XIV, el poder imperial desaparece completamente en Italia. En teoría, el norte y el centro de la península siguen formando parte del Sacro Imperio. En la práctica, son territorios completamente independientes a nivel político. Durante el siglo XV, sólo dos emperadores viajan a Italia para coronarse en Roma: Segismundo de Luxemburgo en 1433 y Federico III en 1452. Cuando una familia se hace con el control de una ciudad-estado del norte y centro de Italia, para consolidar su posición suele buscar la concesión de un título por parte del emperador o del papa a cambio del pago de una determinada cantidad de dinero.
La completa desaparición del poder imperial implica una profunda fragmentación política en Italia: en el siglo XV hay bastantes estados, pero solo seis pugnan por la hegemonía: Milán, Génova, Venecia, Florencia, los Estados Pontificios y Nápoles.
Milán es gobernado durante el siglo XV por dos dinastías de tiranos militares, los Visconti y los Scorrza, sucesivamente. Los Visconti se hacen con el control de Lombardía y obtienen del emperador la concesión del título de duques de Milán. Los Visconti gobernarán allí hasta la primera mitad del siglo XV. destacan las figuras de Gian Galeazzo Visconti (1385-1402) y de Filippo María Visconti (1412-1446), quienes practican un agresiva política expansionista. A la muerte de Filippo Aría en 1446 se extingue la dinastía de Visconti y se implantó en Milán durante un breve periodo, un régimen republicano. la República Ambrosiana, pero pronto la familia de los Sforza se hace con el control del ducado en la segunda mitad del siglo XV. En concreto, fue un "condottiero" o jefe de una compañía de mercenarios, Francesco Sforza, quien se hizo con el control de Milán implantando una nueva dinastía ducal. Sus sucesores gobernaron Lombardía hasta que el último de ellos, Ludovico el "Moro" fue destronado y expulsado de Milán por Francia en 1499.
Milán bajo los Visconti |
Génova, por su parte, es una ciudad-estado económicamente muy próspera y, junto con Venecia, es el prototipo de república marinera. sus mercaderes y marinos son de los más avanzados de Europa, pero con un gobierno muy inestables debido a sus enfrentamientos y divisiones internas que se producen dentro de su oligarquía mercantil. Además, es vulnerable a la injerencia e intervención de Milán y Francia.
Génova |
Venecia nunca formó parte de sacro imperio, siendo una república de gran poderío naval y colonial en el Mediterráneo. está gobernada por una oligarquía mercantil muy competente. En teoría, a la cabeza del estado veneciano se encuentra un "dogo" o dux que era elegido de forma vitalicia. Sin embargo, en la práctica se tarta de una figura decorativa y el poder se encuentra, en realidad, en manos de una gran Consejo de 240 miembros. Las resoluciones las toma un comité más reducido llamado el Consejo de los Diez.
Venecia |
Las guerras Veneciano-Genovesas entraron en su fase final de enfrentamiento directo en los años 70 del siglo XIV. Tras tres conflictos terribles que ganó relativamente Génova pero que incluyeron severas victorias venecianas, las dos repúblicas marítimas italianas chocaron en la cuarta guerra, la Guerra de Chioggia. Los continuos avances de la Superba en el Egeo desencadenaron un nuevo casus belli cuando, en 1374, ocuparon Famaugusta, en Chipre. Pero Venecia había logrado arrancar del emperador Juan V Paleólogo la isla de Tenedos, esencial para el control del estrecho de los Dardanelos. Deseosos de arrebatarles la isla, los genoveses conspiraron en el seno de la familia imperial bizantina para promover un golpe de estado que derrocara al emperador y lo sustituyera por otro que les fuera más favorable. Venecia no consentiría esa maniobra, y la guerra empezó a prepararse con distintos aliados en uno y otro bando. Desde 1378 hasta 1381 la Guerra de Chioggia volvió a sembrar de sangre y muertos las aguas del Mediterráneo y puso al borde de la extinción a la mismísima Venecia, que fue atacada en su propia laguna y tuvo que emplear una resistencia numantina. Ponemos punto y final a este tema en Almas del Medievo con la Guerra de Chioggia
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Guerra de chioggia |
Florencia es otra ciudad-estado con una forma de gobierno republicana. durante el siglo XV, el gobierno lo asume una familia de grandes banqueros, los Médicis, aunque formalmente esté en vigor la república: en 1434, Cosme de Médicis se hace con el poder, pero se mantiene en un segundo plano dejando que la fachada principal correspondiera a la república. Después, su hijo Lorenzo de Médici (1449-1492) llevará a cabo una brillante política de mecenazgo cultural en la segunda mitad del siglo XV. En 1494 los Médicis fueron expulsados y se estableció el régimen republicano de forma temporal, pero en 1512 volvieron a controlar Florencia.
Florencia |
Los Estados Pontificios, en el centro de Italia, son gobernados desde Roma por el papa, pero la larga estancia pontifica en Aviñón durante el siglo XIV durante el siglo XIV y el Cisma de Occidente posterior, provocan que a principios del siglo XV se encuentren políticamente muy desorganizados. a mediados del siglo XIV, el cardenal Gil de Albornoz en teoría había restablecido el control pontificio de la zona. Sin embargo, el Cisma de Occidente volvió a trastornar el gobierno del papa hasta que, al finalizar el Cisma, los papas del siglo XV trabajarán en la recuperación de su control efectivo sobre los Estados Pontificios. Los papa practicaban el nepotismo, dedicándose a colocar a familiares en los cargos más importantes. El caso más famoso es el de los Borgia (Calixto III y Alejandro VI) pero también ocurrió con los Della Rovere (Sixto IV y Julio II).
los Borgia |
Finalmente, el reino de Nápoles se trataba de una monarquía vasalla del Papa. Desde la segunda mitad del siglo XIII gobernaban los Anjou. a mediados del siglo XV, Nápoles fue ocupado por el rey Alfonso V de Aragón. Tras su conquista en 1442, el monarca aragonés se instaló allí, interviniendo de forma muy activa en la política italiana. tras su muerte en 1458, el reino pasó a ser gobernado por descendientes suyos bastardos como su hijo bastardo Ferrante o Fernando (1458-1494). Después éste fue a su vez sucedido por su hijo Alfonso (1494-1495) quien tuvo que abdicar ante la invasión francesa.
Evolución interna: de la comuna a la señoría
La mayor parte de las ciudades italianas se convierten en políticamente independientes de hecho. su forma de gobierno inicialmente es la comuna, es decir, cada una de ellas se convierte en una pequeña república que pasa rápidamente a ser controlada por una oligarquía de grandes mercaderes que, a su vez, van debilitando la comuna: poco a poco, la comuna va siendo sustituida por la señoría en la mayor parte de las ciudades-estado italianas que consiste en el establecimiento de un poder personal, una tiranía, que paulatinamente va desplazando al régimen republicano. El dictador o tirano obtiene un título del emperador o del papa para legalizar su posición y transformarla en hereditaria. El régimen de la señoría se impone de forma definitiva en Italia durante el siglo XV y muchas repúblicas italianas acaban por convertirse en pequeños principados: Venecia fue la única excepción, donde el régimen republicano se mantuvo gracias a la cohesión interna que supo mantener su oligarquía mercantil para su propio beneficio.
Paralelamente evoluciona la relación que cada ciudad italiana tiene con su entorno territorial más inmediato, denominado "contado". Tras obtener su independencia, casi todas las ciudades italianas pretender someter a su dominio el entorno rural más cercano. Las ciudades acaban por luchar entre ellas por la supremacía de cada región. El número de estados independientes italianos disminuyen a medida que las ciudades van venciendo y absorbiendo a otras. De esta manera es cómo Milán termina dominando todo el valle del Po o la Lombardía en el norte de Italia o Florencia y Génova, toda la Toscana y la Liguria, respectivamente.
Evolución externa: la lucha por la hegemonía hasta la paz de Lodi
La política exterior de Italia durante el siglo XV se resume en la lucha por la hegemonía de las principales potencias italianas. Así, Milán lucha con Florencia y con Venecia en una lucha por el mantenimiento del imperio colonial veneciano en el mediterráneo Oriental. por otro lado, el rey Alfonso V de Aragón, tras instalarse en Nápoles, aspira a intervenir activamente en la política italiana: los demás estados italianos se alían unos con otros. Los estados italianos solían contratar a compañías de mercenarios dirigidas por comandantes profesionales o "condottieri", que se comportaban de forma autónoma y pretendían crear sus propio pequeños estados.
A mediados del siglo XV, se alcanzó un equilibrio de fuerzas que posibilitó llegar a un acuerdo de paz general en Lodi en 1454. El motivo inmediato parece que fue el impacto que produjo en Italia la caída de Constantinopla en manos de los turcos en 1453. En principio la paz de Lodi fue un tratado entre Milán, Florencia y Venecia al que se fueron adhiriendo después los demás estados italianos. seguidamente, formaron una liga para defenderse de potenciales agresiones exteriores como Francia y la de los turcos. Esta liga no duró mucho, pero, las guerras entre los estados italianos tuvieron, a partir de entonces, menor intensidad. Durante la segunda mitad del siglo XV, se alcanza una cierta situación de equilibrio o "status quo" entre los principales estados italianos.
Las invasiones exteriores afines del siglo XV: Francia y España y las Guerras de Italia
En la segunda mitad del siglo XV, acontecen en Italia una serie de intervenciones exteriores que aprovecharon su debilitamiento político ocasionado por su profunda división interna. los propios italianos de la época llegaron a calificar estas invasiones de nuevas "invasiones bárbaras" en recuerdo de las invasiones del siglo V.
Así, en 1480 se produce la llamada crisis de Otranto. Los trucos desembarcaron en Otranto, al sudeste de Italia, tomaron la ciudad y esclavizaron a toda su población. afortunadamente, el reino de Nápoles repelió la agresión y expulsaron a los turcos de Otranto.
En 1494 el rey Carlos VIII de Francia entró en Italia con sus tropas con la intención de expulsar a la dinastía aragonesa bastarda del reino de Nápoles, con el pretexto de que el destronamiento previo de los Anjou había sido ilegal. Quería utilizar Nápoles como base para una cruzada contra los turcos. La expedición francesa recorrió Italia de norte a sur y los estados italianos solo reaccionaron cuando los franceses ocuparon Nápoles en 1495: solicitaron la ayuda del emperador Maximiliano y de los Reyes Católicos desencadenándose así las llamadas "guerras de Italia".
La acción conjunta de los estados italianos y de España desde Sicilia logró la expulsión de los franceses de Nápoles en 1496. Sin embargo, un nuevo monarca francés, Luis XII, insistió en intervenir en Italia. Francia expulsó a los Sforza de Milán y se apoderó de Lombardía en 1499, al considerarse Luis XII el legítimo heredero de lo Visconti. El monarca francés alcanzó un acuerdo con Fernando el católico en 1500 para repartirse el reino de Nápoles: pronto surgieron desavenencias por cuestiones de límites entre los dos monarcas. los españoles se hicieron con el control de todo el Sur de Italia en 1503-1504. a principios del siglo XVI Italia se convirtió en un campo de batalla entre Francia y España.
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