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POEMAS, CUENTOS Y ESCRITOS REVOLUCIONARIOS DE DANIEL FERNÁNDEZ ABELLA is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License. Para utilizar primero y siempre sin ánimo de lucro ha de consultar al autor. Daniel Fernández Abella todos los derechos reservados.

jueves, 29 de diciembre de 2022

HAYDÉE SANTAMARIA

Haydée Santamaría Cuadrado (Villa Clara, 30 de diciembre de 1923 - La Habana, 28 de julio de 1980) fue una guerrillera y política cubana. Fue una de las participantes en el asalto al cuartel Moncada en 1953 y fundadora del Movimiento 26 de Julio. Tras el triunfo de la Revolución Cubana fue fundadora del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba y, posteriormente, del Partido Comunista de Cuba.

Haydée que fue una heroína de la misma altura que el Che Guevara, Camilo Cienfuegos, Faure Chomón y el hombre que fue luego su marido Armando Hart fue nombrada directora de la Casa de las Américas.

Tras cursar sus primeros estudios en una escuela rural del central azucarero Constancia, se trasladó a La Habana donde comenzó a militar en las juventudes del Partido Ortodoxo e inicia su acción contra la dictadura de Fulgencio Batista. Durante estos años su apartamento, que compartía con su hermano Abel Santamaría, sería uno de los puntos de encuentro de la juventud radical en La Habana. El 26 de julio de 1953 participa en el asalto al cuartel Moncada dirigido por Fidel Castro y otros miembros de las juventudes ortodoxas. Haydée fue la encargada de trasladar las armas hacia Santiago de Cuba para el ataque y durante el mismo, su misión consistiría en tomar el Hospital Saturnino Lora para atender a los heridos. Al fracasar la acción, Haydée es detenida y su hermano, así como su compañero sentimental Boris Luis Santacoloma, mueren durante las torturas del ejército.

Tras su liberación, junto con su compañera Melba Hernández, retoma las actividades de agitación contra la dictadura difundiendo el alegato de defensa de Fidel Castro La historia me absolverá. En 1955 participa en la fundación del Movimiento 26 de Julio y, al año siguiente, es una de las organizadoras de la insurrección del 30 de noviembre en Santiago de Cuba, que tenía como objetivo el apoyar a los guerrilleros que en esas fechas debían invadir Cuba a bordo del Granma.

Con el inicio de la lucha guerrillera, Haydée participó tanto en las acciones del Movimiento 26 de Julio tanto en las ciudades como en la Sierra Maestra, donde creó el pelotón María Grajales del Ejército Rebelde en 1958 y el cual estaba compuesto íntegramente por mujeres.

Una vez huido Batista y tras el triunfo de la Revolución Cubana, Haydée se integró en el Ministerio de Educación y habrá fundado la Casa de las Américas, organismo a través del cual recibirá a alguno de los más prestigiosos intelectuales del momento. En 1965 participa en la fundación del Partido Comunista de Cuba, que aglutinaría a diversos movimientos revolucionarios cubanos y cuyo Comité Central integraría. En 1967 formará parte de la presidencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS).

Haydée Santamaria se suicidó en 1980.

¿Cuántas niñas van a llevar tu nombre en adelante?
¿Cuántas veces volverás a nacer?
mujer guerrillera, con el fusil al hombro, rodilla en tierra
siempre en las barricadas junto a tus hermanos

Entre flores y penas, asombrada mirando con ojos devorantes
¿Cuántas veces renacerás? ¿Cuántas veces volverás a crecer?
entre los guajiros, las playas, las ciudades y las montañas de la sierra
en cada mirada de tus compatriotas cubanos

Yo creía conocer todos tus nombres antiguos de mujer
pero siempre te revelabas diferente a las mujeres de las mitologías,
distinta a otras mujeres de la historia, Santamaría Haydée,
compañera, camarada, estrella que ilumina y nos guía

Ríndanle honores como a una valiente que perdió solo su última batalla y guerra
Cúbranla con la ternura de las lágrimas que recuerdan su partida
Vuélvanse rocío que refresque su duelo, Haydée Santamaria,
recuerdos desde el Cuartel de la Moncada, donde las rosas nacen verdeciendo la tierra

Haydée Santamaría

lunes, 19 de diciembre de 2022

MI CAMARADA

Camarada, mi camarada
Nos conocimos con ventisca y tormenta
pasamos juntos fuego y lluvia
pasamos juntos dolor y gloria

Camarada, mi camarada
nos unieron las risas y los besos, segundos que cuentas
lentamente desaparecen penas y penurias
rojos recuerdos en la memoria

Camarada, mi camarada
no cabe lugar para la adversidad
ni lamentos que nos ahoguen y separen nuestras almas inmortales
tras tantas aventuras y desventuras que compartimos 

Camarada, mi camarada
cuando llega un sutil ocaso después de la tempestad
aparecen las huellas de la destrucción y los lodazales
que intentan socavar nuestra unión y lo que juntos padecimos 

Camarada, mi camarada
la cruda realidad, nos une con complicidad
más allá de una bandera, ni tiempo ni frontera,
ahogarán esta fraternidad,
porque ésta se puso a prueba

Camarada, mi camarada
hasta la victoria siempre, siempre hasta la victoria
frente a la injusticia que nos golpeó en el rostro
haciéndonos sangrar, sembrando piedras en caminos angostos
ninguna meta difícil se consigue sino en senderos de gloria 


miércoles, 7 de diciembre de 2022

EL TIEMPO

A veces lento, a veces rápido. Los minutos van pasando lentamente y se convierten en horas, las horas en días y los días en semanas. el día y la noche se superponen sin darse cuenta, en un abrir y cerrar de ojos mientras el sonido del reloj marca el ritmo inexorable del día que pasa.

Las fotografías son testigos silenciosos de momentos eternos que lentamente van tiñéndose de amarillo, desfigurando y desbrozando las líneas de un recuerdo pasado, que al verlo dar dolor y se agrupa en el costado, convirtiéndose en una pesada carga de la que debemos desprendernos  y sale por nuestros rostros lentamente, gota a gota, en lágrimas que surcan nuestra cara creando caminos de dolor y pena, de recuerdos agridulces que siembran nuestra mente de pesar y tristeza, pero también de alegría y nostalgia.

Recuerdos eternos, momentos agridulces que vienen a nuestra mente cuando menos nos los esperamos al observar viejas fotografías, paisajes eternos que nos recuerdan nuestra finitud y nuestra brevedad, nuestro paso por la tierra tiene un principio y un fin. Mientras el sol y la luna observan impasibles de sus tronos vigilando invictos, siendo nuestras vidas un parpadeo de todo lo que han visto

lunes, 28 de noviembre de 2022

PERDIDO

Te busqué tantas veces
Que pasaron las horas
En busca de odas
Sonido de cascanueces

Te busqué por ciudades
Pueblos, montañas
Lagunas, mares
Cordilleras que cuentan hazañas

Se paró el tiempo
Se detuvo el momento
Las nieves cubrieron la tierra
Murieron plantas y animales
En los humedales
De las guerras

Y no te encontré
Y paré de buscarte
Teñí de negro obras de arte
Tu nombre a los vientos clamé

Y lo único que me quedan son los recuerdos del pasado
Miles de historias hechas trizas
Que polvo serán, pero polvo enamorado
Una vida entera convertida en un montón de cenizas

viernes, 18 de noviembre de 2022

MARCEL PROUST

En pocas oportunidades, el lector llega a conocer aspectos de la vida de un autor que admira, pese a que estos conocimientos , le ayudarían a comprender mejor su obra. En el caso de Marcel Proust, a los 21 años, sus biógrafos lo describen como un joven agradable y conocido de sociedad que, a la vez, era excéntrico, frágil de salud, víctima de agobiantes alergias, y que solo apoyado en medicinas y en una voluntad decidida, logró vivir lo suficiente como para escribir "En busca del tiempo perdido", que no es un solo libro, sino un trabajo continuado, formado por 16 libros, sin duda, una de las mejores obras literarias del siglo XX.

Se le ha comparado con Fabre, porque éste analizó las sociedades de los insectos, lo que Marcel hizo con la sociedad humana., pero él no lo hizo como un observador imparcial sino se convirtió en un comentador analítico; también, fue comparado con Bergson que consideraba el tiempo como una fuerza creadora, pero, Proust, más bien calificó al tiempo como una fuerza destructora y en cuanto a la comparación con Joyce, la diferencia radica en que éste es subjetivo, mientras que las asociaciones de Proust no son libres, sino estrechamente ligadas a una cadena de recuerdos. Además, puede decirse que la obra de Marcel Proust, es una autobiografía de inusitada vastedad y, por cierto, una obra maestra de sensibilidad.



BIOGRAFÍA

Proust nació el 10 de julio de 1871 en Auteuil, un elegante suburbio rural de París. Su familia pertenecía a la alta clase media. Su padre, el doctor Adrien Proust, no sólo ejercía la Medicina, sino que era profesor de la Escuela de Medicina de París y figura prominente del cuerpo médico francés. Su madre era Jéanne Weil, una bella y culta judía alsaciana, que adoraba y mimaba a su pobre hijo desvalido. Robert, el más joven, heredó la robusta salud, la profesión y el gran sentido común de su padre; Marcel, dos años mayor, heredó los nervios y la sensibilidad enfermiza de su madre. A los nueve años padeció un ataque, diagnosticado como asma y que sucesos ulteriores contribuyeron a agravar. Proust se convirtió en un asmático crónico, un ser medio inválido que siguió siendo -quiso seguir siendo- un enfermo toda su vida. Se apegaba apasionadamente a su madre. En uno de los momentos más conmovedores de El camino de Swann, la primera parte de En busca del tiempo perdido, es la gran tristeza que experimenta el autor, cuando niño, motivada porque su madre había olvidado darle el acostumbrado beso a la hora de dormir, el cual, sin poder dormir, proyecta enviarle una nota para que se la deslicen en la mano de su madre durante la comida En La Introducción, escribe "Tanto amaba aquella despedida que llegué al extremo que se prolongara el rato de expectación durante el cual aguardaba la aparición de mi madre. A veces, cuando, después de haberme besado, abría la puerta para irse, ansiaba pedirle que volviera a mi lado, para decirle "bésame otra vez". Pero yo sabía que esto le iba a desagradar, ya que el miramiento que tenía con mi desgracia y su inquietud por ella, siempre molestaba a mi padre, quien consideraba absurdas todas aquellas ceremonias y el verla disgustada me robaba la tranquilidad que me infundía un momento antes, al inclinar su adorable cabeza sobre mi cama, y acercármela como una hostia, para el acto de la comunión en que mis labios bebían con deleite la sensación de su presencia real, y con ella la posibilidad del sueño"

Hay poca diferencia entre el Yo de la novela autobiográfica y el "Marcel" de la vida real. Cuando fue hombre, Proust frecuentemente se dirigía a su madre en el mismo tono quejumbroso y angustiado de niño dolorido. Este es un ejemplo: "La verdad -escribía en una carta a su madre, -después que ella le había amonestado por llevar una vida que no sólo era frívola, sino peligrosa que, tan pronto como me siento mejor, mi género de vida, que me ayuda a mejorar, te irrita. No es ésta la primera vez. La otra noche agarré un resfriado -si se convierte en asma, estoy seguro de que serás benigna, nuevamente conmigo. Pero es algo triste no tener salud y cariño al mismo tiempo." El acento de mortificación frecuentemente se une en Proust a una mezcla de histeria reprimida y propia conmiseración.

Marcel fue criado y educado casi exclusivamente por su madre. Ella trató de fortalecer su espíritu incitándole al trabajo -era muy perezoso para sus lecciones-, pero siempre que le regañaba. Si Marcel tenía un prolongado ataque de tos, su madre se veía obligada a abandonar el papel de preceptora trocándolo por el de enfermera. .Él se retiraba a la biblioteca, donde convertía la vida en literatura; se decía que tragaba los libros y leía a la gente. Esperaba con ansiedad las épocas en que su familia veraneaba en Illiers, donde había una gran biblioteca en casa de su padre. Entretanto recibía una instrucción irregular.

A los 21 años, Proust era un joven de sociedad, agradable y muy conocido. Era como su madre, de tez morena aceitunada, de lustroso cabello negro y soñadores ojos negros "embrujadamente expresivos". Una sonrisa continua, agradable y acogedora se dibujaba en sus labios y su risa estallaba al menor pretexto. Daba la impresión de un niño muy crecido, indolente y extremadamente observador. De constitución delicada, por sus modales tímidos y afeminados, se convirtió en favorito de las damas de mayor edad. Hizo su aparición en el exclusivo mundo de la aristocracia en el salón de madame Geneviève Strauss, que había sido esposa del compositor Bizet y madame Arman de Cailavet, provocativa inspiradora de Anatole France.

Proust tenía 25 años cuando publicó su primer volumen Les plaisirs et le tours, que tuvo el prefacio que obtuvo de France madame Caivallet. La dedicatoria, decía: "A mi amigo Willie Heath, muerto en París el 3 de octubre de 1893". Entonces, Proust tenía 22 años, y su dolor fue tan grande que, pasados tres años, describía de la siguiente manera a su compañero, con el que se solía encontrar en el Bois:
"Acostumbrábamos vernos por las mañanas; tú, que me habías visto llegar, esperándome bajo los árboles, permanecías allí, descansando, como uno de los jóvenes señores que Van Dyck gustaba pintar. Parecías participar de su pensativa elegancia…, pero si el aire distinguido de tu porte pertenecía al arte de Van Dyck, tenías más de Vinci, por la intensidad misteriosa de tu vida espiritual. Frecuentemente, con tu dedo levantado, tus impenetrables ojos, y sonriente en la contemplación de algún enigma que no revelabas, me parecías el joven Juan Bautista de Leonardo. En aquella época teníamos el anhelo, casi el proyecto, de vivir cada vez más próximos el uno del otro, en un ambiente de comprensión y de hombres y mujeres magnánimos, protegidos por ellos de los vulgares ataques de la maldad y de la estupidez… Demasiado débil para desear el bien, demasiado respetuoso para disfrutar del mal plenamente, conociendo solo el sufrimiento, he tenido el valor de hablar de ellos con lástima suficiente para publicar estos ligeros esbozos".

Marcel era bondadoso, delicado y agradecía el más insignificante favor y la menor atención, y cuán terrible e insensata tristeza le invadía si se sentía mortificado, o creía que debía sentirse herido. Le gustaba la compañía de las muchachas, así como de los jóvenes -ya que no podía practicar ningún deporte tan agitado como el tenis, gustaba de planear sus excursiones campestres-, pero ninguna muchacha tomó en serio sus atenciones, y sus compañeros únicamente fingían estar celosos de él, para halagarlo.

Cierto es que el constante cariño por su madre, hizo que su vida emocional fuera equívoca, en cambio. no hubo vacilación en su vida intelectual. Sabía que iba a ser escritor, aun antes de ponerse a escribir. Después de cumplir los veinte años, formó parte de un grupo que, cultivado en los salones de madame Strauss, floreció en una pequeña revista: Le Bouquet. Tenía algo del valor y algunas de las pretensiones del The Yellow Book.

Antes de alcanzar los treinta años Proust mostró tendencia a destruirse a sí mismo. Casi derrotado por una desesperada disyuntiva, vacilaba entre la pureza y la necesidad. Por una parte, deseaba hablar y escribir con franqueza, pero se daba cuenta de la exigencia social de recatarse y sufrir la lucha entre lo que quería revelar libremente y lo que debía ocultar al público, a sus padres y hasta a él mismo. Su vida cotidiana, en esta situación era muy difícil. Vivía ocasiones y momentos en que le resultaba literalmente difícil hasta respirar. Con la muerte de su padre, sucedida en 1903, y la de su madre, dos años después se volvió un hipocondríaco y fue muy desgraciado. La muerte de su madre fue un golpe del cual nunca se recobró. Proust se volvió un huérfano desamparado a los 34 años y se sintió hasta el fin de sus días como un niño abandonado.

Durante la producción de su gran obra, Marcel se encerró, aislándose como un neurasténico, cuyos nervios de irritaban por las cosas más nimias, como los ruidos de la calle, el polen de los árboles, incluso, se sentía afectado por la luz del día. Para evitar escuchar los ruidos, amortiguó con corcho la habitación que ocupaba y las ventanas las cubrió de celosías para evitar la entrada de la luz del sol. En el invierno, dormía completamente vestido y aun, en verano se forraba con un jersey, medias, gorro de dormir, guantes y bufanda. Permanecía en cama por más días, los frascos de medicinas y los pomos vacíos estaban esparcidos por todas partes, mezclados con sus manuscritos. Y en un desorden completo, reposaban los veinte grandes cuadernos que contenían las últimas partes de su obra.

Viviendo a costa de analgésicos y falsos estimulantes, su situación empeoró rápidamente. Tenía que tomar narcóticos para descansar; y, después de dormir tres días merced al veronal, se requería la adrenalina y la cafeína para que permaneciera despierto. A los cincuenta y un años contrajo una pulmonía, pero no quiso llamar al médico. Su hermano, el doctor Robert, tuvo que valerse de la fuerza para atenderle. Proust se negaba a hablarle y desechaba los medicamentos, quejándose de que él tenía que trabajar. Su última hora la dedicó a corregir pruebas. Sobre todo, quería hacer unas modificaciones a su descripción del escritor moribundo, Bergotte, "porque -decía- tengo que hacer varios retoques, ahora que me encuentro en el mismo predicamento".

Proust estaba listo para comenzar su gran obra. Había sabido granjearse el favor de la alta sociedad. Su encanto y afabilidad, reforzada por su reputación de autor de agradables trivialidades, despertaron el interés del conde Robert de Montesquiou, el degenerado que era la comidilla del día, ante el cual se humilló, y de la princesa Matilde, sobrina de Napoleón, a cuyos pies se arrodilló literalmente besándoselos. No le importaba ser servil, si con ello conseguía su propósito. Inmoderamente ambicioso y extraordinariamente curioso, Proust lo observaba todo y no olvidaba nada. Sus recuerdos de niño abandonado se convirtieron en una leyenda de decadencia y desintegración universal. Las horas muertas y los momentos magníficos, los maliciosos rumores difamadores y las aventuras francamente escandalosas, lo inocente y virtuoso y lo cínico y vicioso, se mezclaban promiscuamente. 

Imperceptiblemente cambiaban las proporciones, transformada en vasto ejemplo del desmoronamiento de las barreras de clase, la lenta compenetración de la poderosa burgue­sía y la decadente aristocracia. Con un ligero disfraz, Proust incluyó a todas las personas que conoció en su Recuerdo de las cosas de antaño. El infame conde Robert de Montesquiou fue el modelo que tomó para el siniestro barón Palamede de Char­lus; ambos· se jactaban exageradamente de sus tiempos, y eran francamente pervertidos, y no se avergonzaban de su indiscri­minada homosexualidad. Charles Haas, el banquero amigo de la familia, se convertía en el misterioso, estoico y admirable Charles Swann. El ama de llaves de Proust, Céleste Albarret, era el prototipo de la sabia criada campesina, Francoise. Proust negó que éstos, como sus otros personajes, hubieran sido toma­dos de la vida real, y sostenía que todos eran imaginarios; pero no hay casi duda de que estos retratos fueron dibujados, reto­cados y, posiblemente, alterados, sirviéndose de modelos vivos.

Elogiado por la exactitud de sus menores detalles, Proust se negaba a aceptar el cumplido. "Aun aquellos que quedaron impresionados favorablemente -escribía- me felicitarán por la exactitud "microscópica" con que (los detalles) los había mos­trado, cuando, por el contrario, yo había empleado un telesco­pio para revelar cosas que parecían ser tan pequeñas debido sólo a que se encontraban a gran distancia, y eran, en realidad, un mundo, cada una de ellas."

Sólo hay un personaje que no llega a convencer jamás: la joven Albertine, de la que el narrador está perdidamente ena­morado, defrauda al lector por la misma razón que defraudó a su creador. Aunque se pretendió que fuera un enigma, es tan sólo un sustituto sintético. Albertine es descrita como una les­biana típica que acepta los regalos de su amante, su protección y su casa, pero que le traiciona burlando su imperiosidad y engañándole a cada oportunidad que se le brinda. Si uno se imagina a la Albertine real como un homosexual y no como una lesbiana, el fracaso de Proust se comprende, si bien no se justifica del todo. "Está generalmente admitido que esa historia alude -escribe Charlotte Haldane-, en efecto, a un muchacho joven con el que el narrador pudo tener algún enlace sentimental." Como la mayor parte de los personajes de Proust son retratos combinados de varios personajes reales, es posible que hubiera más de un "Albert". Pero si recordamos que la imagi­naria Albertine murió en un accidente automovilístico, cobra gran relieve un ensayo que Proust escribió en 1919. Parte del ensayo se refiere a Agostinelli, chofer de Proust (después su secretario), y contiene esta nota aclaratoria: "No podía prever que siete u ocho años más tarde este joven me pediría que se le permitiese publicar uno de mis libros, y que aprendería a volar bajo el nombre de "Marcel Swann", con lo cual su amis­tad ideó combinar mi nombre de bautismo con el nombre de uno de mis personajes, y que a la edad de veintiséis años encon­traría la muerte en un accidente de aviación."

La obra Recuerdo de las cosas de antaño ha sido caracteriza­da como una novela que fue escrita para explicar por qué había sido escrita. En cierto sentido, esto es verdad, ya que a Proust le preocupó lo que había de ser tanto una confesión personal como una crítica social. El crítico tuvo que alabar al advenedizo; el snob hubo de convertirse en satírico. Proust comenzó su descomunal novela un año después de la muerte de su madre, cuando tenía treinta y cinco años, y trabajó en ella hasta el día de su muerte, acaecida diecisiete años más tar­de. Tardó siete años en acabar las primeras mil quinientas páginas. Ninguna revista quiso publicarla como folletín; por fin, Marcel pagó a un editor de poca importancia, y casi desconocido, para publicar la primera parte, El camino de Swann (1913), que apenas fue tenida en consideración por los críticos. Cinco años más tarde apareció la continuación A`lOmbre de Jeunes filles en Fleurs, que le ganaron el Premio Goncourt, y en los cuatro años siguientes vieron vida Le coté de Guermantes, Sodome et Gomorrhe, Le Prisionniere, Albertine Disparue, el Pasado recuperado.

La memoria subconsciente de Proust fue el medio que le dio la victoria sobre el tiempo destructor. Examinándose a sí mismo, se dio cuenta finalmente de la razón por la cual ya no le preocupaban las contradicciones, "indiferente a las vicisitudes del futuro".

Durante la producción de su gran obra, Proust se encerró en un aislamiento neurasténico. Dormía completamente vestido en Invierno, incluso en Verano se ponía jersey y bufanda y, ya en la cama, agregaba medias, gorro de dormir y guantes.

En cierta ocasión, aventuró a salir de noche, pero a las pocas salidas debió recluirse en su inhóspita habitación. Vivía a base de analgésicos y falsos estimulantes, por lo que su situación empeoró rápidamente. A los 51 años, contrajo una pulmonía, forzándolo, su hermano Robert, médico, lo atendió pero no hizo caso de sus consejos. Por el contrario, sus últimas horas las pasó corrigiendo pruebas, porque quería corregir su descripción del escritor moribundo "ahora que me encuentro en el mismo predicamento." Solo dio término a estas correcciones, hasta que el lápiz se escurrió de su mano. Estaba muerto.

Era el 18 de noviembre de 1922.
Marcel Proust

domingo, 13 de noviembre de 2022

ESTADOS UNIDOS EN EL SIGLO XX. EL NACIMIENTO DE UNA POTENCIA

El siglo XX es, sin duda, el asentamiento de Estados Unidos como actor político internacional. La idea de que el siglo XX debe ser visto como el siglo (norte)americano pertenece a Henry Luce, fundador de la revista Time. En un artículo aparecido en 1941, Luce quiere que su país abandone melancólicas preocupaciones domésticas y asuma que se ha convertido en un poder global, con el derecho y el deber de liderar al mundo. 

Desde finales del siglo XIX, Isla Ellis (Ellis Island en inglés) fue la puerta de entrada para más de 12 millones de inmigrantes entre 1892 y 1954 en su búsqueda de oportunidades económicas en Estados Unidos. esta llegada de inmigrantes propició el desarrollo de las ciudades, convertidas en centros políticos, sociales y culturales.

La United States Steel Corporation resultante de la fusión realizada en 1901 ilustró un proceso que se gestaba desde hacía 30 años: la combinación de empresas industriales independientes para formar compañías federadas o centralizadas. Las corporaciones, que hicieron posible disponer de una amplia reserva de capital y dieron a las empresas comerciales vida permanente y continuidad en su control, favoreciendo el desarrollo y esplendor de las ciudades convertidas en el centro nervioso donde se concentraban todas las fuerzas dinámicas de la economía: cuantiosas acumulaciones de capital, instituciones comerciales y financieras, estaciones ferroviarias en expansión, fábricas humeantes y grandes ejércitos de trabajadores manuales y de oficina.

La Standard Oil Company, fundada por John D. Rockefeller, fue una de las primeras y más vigorosas corporaciones y no tardaron en seguir su ejemplo otras combinaciones (en los rubros de aceite de semilla de algodón, plomo, azúcar, tabaco y caucho).

En 1914, Estados Unidos se había convertido en el primer productor industrial, pero el American Dream no había llegado para todos: el desarrollo industrial no fue parejo y provocó una mayor desigualdad social. la aparición de sindicatos como La Federación Americana del Trabajo (AWF) o Industrial Workers of the World (IWW) asustaron a los capitalistas. A través de la figura de Mitchell Palmer, se utilizó la Ley de Espionaje de 1917 y la Ley de Sedición de 1918 como base para lanzar una campaña sin precedentes contra radicales políticos, presuntos disidentes, organizaciones de izquierda y extranjeros. Casos como la ejecución de Sacco y Vanzetti o la deportación de Emma Goldmann son los más conocidos.



La Era del progresismo (1900-1920)

Durante la década de 1890, la política exterior de EE.UU. se volvió agresivamente activista. A medida que la productividad industrial estadounidense crecía, muchos reformadores instaron a la necesidad de mercados extranjeros. Otros sostenían que Estados Unidos tenía la misión de llevar la cultura anglosajona a toda la humanidad, de difundir la ley y el orden y la civilización estadounidense.

Justificaban así una política intervencionista a favor de sus intereses:  la intervención en la guerra de Cuba en 1898 convirtiéndola en su patio trasero, la ocupación de Filipinas en 1902 o la intervención en Panamá en 1903 construyendo y controlando un canal a través del istmo (el Canal de Panamá) son algunos ejemplos. En 1904, en el Corolario Roosevelt de la Doctrina Monroe, afirmó el derecho de los Estados Unidos a intervenir en los asuntos internos de las naciones del Hemisferio Occidental para prevenir "fechorías crónicas".

A nivel interno, los gobiernos municipales se transformaron; los trabajadores sociales trabajaron para mejorar la vivienda, la salud y la educación de los barrios marginales; y en muchos estados los movimientos de reforma democratizaron, purificaron y humanizaron el gobierno. Bajo el gobierno de Roosevelt el gobierno nacional fortaleció o creó organismos reguladores que ejercieron una creciente influencia sobre las empresas comerciales: 
  • la Ley Hepburn (1906) reforzó la Comisión de Comercio Interestatal
  • el Servicio Forestal, bajo el gobierno de Gifford Pinchot de 1898 a 1910, guio a las empresas madereras en la conservación -y en una explotación más racional y eficiente- de los recursos forestales
  • la Ley de Alimentos y Medicamentos Puros 
  • la Ley Sherman contra los monopolios.
La entrada en la Primera Guerra Mundial marcaría el asentamiento de la hegemonía estadounidense y el declive europeo: Wilson decidió que si los Estados Unidos tenían alguna esperanza de influir en los asuntos mundiales, era imperativo que entraran en la guerra y lucharan para proteger sus intereses.  Wilson falló en gran parte de su programa, ya que los otros Aliados no estaban interesados en una «paz sin victoria». Los británicos no estaban de acuerdo con la libertad de los mares; los aranceles no se derrumbaron; la autodeterminación fue a menudo violada; las negociaciones clave se mantuvieron en secreto; pero al final Wilson obtuvo su mayor objetivo, el establecimiento de la Sociedad de Naciones para proporcionar seguridad colectiva contra futuras agresiones.

Los felices años 20 

La reactivación iniciada en Estados Unidos en 1922 (tras la crisis de 1921) fue algo más tardía en Europa (1924). Abrió las puertas a una etapa expansiva de la economía mundial que propició un clima de euforia y ciega confianza en el sistema capitalista. El sufragio femenino conquistado en 1919, leyes como la Ley Seca y el auge del cine son claves en esta década.

Los Estados Unidos se convirtieron en la locomotora de la economía mundial. El modelo de vida americano fue exportado por todo el mundo. El "American Way of Life" rápidamente sedujo a los europeos, cimentado en el consumo individual de bienes (automóviles, teléfonos, electrodomésticos), impulsado por la publicidad y sostenido por un crédito fácil y las ventas a plazos.

Los espectáculos de masas (cine, deportes, cabarets, teatro), el interés por la alta costura, las nuevas corrientes musicales (jazz, charleston, blues) se convirtieron en objetos de consumo y alimentaron a toda una industria que hasta entonces no había sido significativa (Hollywood, discográficas, moda, etc.)

El "American Way of Life" se convirtió en el escaparate delas ideas capitalistas: Los valores que la impulsaban eran los del éxito, la iniciativa y el esfuerzo individual permitiendo las posibilidades de enriquecimiento y el bienestar mientras que la pobreza y el fracaso fueron considerados signos de pereza, falta de inteligencia, debilidad e incompetencia, identificando la pobreza con defectos humanos.

Esta imagen provocó una fuerte inmigración desde todos los rincones del mundo (Alemania, Polonia, Italia, China) en busca de oportunidades, agolpándose en las ciudades en barrios abarrotados de extranjeros donde reinaban la pobreza y la exclusión. La percepción de la "otra América", la de los que llegaban, se convirtió en un grave problema social, político y moral. La Administración conservadora republicana optó por una política de control de la emigración (Leyes de 1921) y desde postulados racistas prohibió la entrada de individuos de origen asiático restringiendo asimismo la entrada de europeos -especialmente de eslavos y latinos- mediante leyes como la Immigration Act de 1924 (también conocida como "Johnson-Reed Act").

Desde una mentalidad puritana, se difundió la opinión de que el país estaba siendo corrompido por ideas y modos de vida extraños y se identificó a los inmigrantes con la ingesta de alcohol. El gobierno prohibió su consumo, fabricación y venta ("Ley Seca"), fomentando con ello la creación de bandas organizadas que ejercieron el control de un floreciente contrabando y mercado negro, favoreciendo indirectamente el fenómeno de las mafias y el gansterismo (Al Capone y otros).

Felices años 20



La crisis del 29

Esta prosperidad duraría un corto periodo que finalizaría el 24 de Octubre de 1929, conocido como el Jueves Negro, y con la llegada del Crac del 29 que culminaría finalmente con el advenimiento de la Gran Depresión.

Durante "los locos años veinte", industriales y banqueros se convirtieron en héroes de la nación, además de ser admirados por las riquezas que habían creado. Según John Kenneth Galbraith en su libro Breve historia de la euforia financiera  "La especulación y las inversiones en el mercado bursátil tiende a asociar una inteligencia fuera de lo corriente con la dirección de las grandes instituciones financieras. Cuanto mayor es el capital y más elevados los ingresos que se tienen, más profundo es el talento que se atribuye en materia financiera, económica y social. En toda actitud favorable a la libre empresa (otrora llamada capitalista) subyace una acusada tendencia a creer que cuanto más dinero, ingresos o bienes tiene un individuo, más profunda y más exigente es su percepción de los asuntos económicos y sociales, y más agudos y penetrantes sus procesos mentales. El dinero es la medida de toda realización capitalista. A más dinero, mayor es el logro y la inteligencia que lo apoya" John Kenneth Galbraith, Breve historia de la euforia financiera, Capítulo II Los denominadores comunes

La especulación comenzó a dominar los mercados financieros y se mantuvo así hasta 1929, cuando se produjeron rumores sobre una posible caída. Los trabajadores encontraron en el mundo bursátil la forma de sobrevivir frente a un estado que no cubría sus necesidades básicas y obliga a la gente a especular con afán de ganar más dinero para mejorar su precaria situación.

La caída de la bolsa en el crack del 29 provocó un aumento de las bancarrotas, la destrucción de la industria y aumento del desempleo: Seis meses después de los acontecimientos de octubre de 1929, el total de desempleados se había más que duplicado a 3,25 millones.

Después del fracaso de Hoover, el clamor público para que interviniera el gobierno fue ensordecedor: la victoria de Rooselvelt y la aplicación de políticas intervencionistas y keynesianas pusieron freno a un modelo de capitalismo ultraliberal, y establecieron en el país un Estado del Bienestar que acabaría definiendo las Constituciones de muchas democracias occidentales 

24/10/1929-Nueva York, NY: 
 el Jueves Negro, el día en que colapsó la bolsa de valores de Nueva York
y el día que condujo a la Gran Depresión.

Franklin Délano Rooselvelt

Este hombre que hizo famosa su sonrisa, fue el más admirado y el más odiado de los presidentes de Estados Unidos. Alumno de la Universidad de Harvard,  en 1905, casó con una sobrina de Teodoro Roosevelt - el que impuso la denominada política del Big Stick (Gran Garrote). En 1910, Franklin, fue elegido senador de Nueva York y, tres años más tarde, sirvió como subsecretario de Marina. En 1921, a los 39 años, sufrió un ataque de poliomielitis.

En 1932, derrotó al candidato de los republicanos, Herbert Hoover, favorito para ganar la presidencia y desarrolló su programa político llamado New Deal. Roosevelt tuvo un papel preponderante en la Segunda Guerra Mundial apoyando a Gran Bretaña y fue un político trascendente en la creación de la alianza con Gran Bretaña y la Unión Soviética para luchar contra los nazis, los fascistas y los japoneses. Firmó los tratados de Teherán y de Yalta. Cumplió tres períodos presidenciales completos y, por estar muy enfermo, apenas gobernó unos meses de su cuarto período, tras derrotar al gobernador Thomas Dewey;

Roosevelt se sentía predestinado para gobernar su inmenso país.

Era creyente, pero decía que Dios no quería ser consultado en asuntos políticos y solía afirmar que la religión era un asunto privado.

Roosevelt se mostró firme en su posición de mantener a los Estados Unidos en un completo aislacionismo, pero al estallar la Segunda Guerra Mundial cambió su actitud y se mostró inclinado a apoyar a Gran Bretaña. En 1940, derrotó al candidato republicano Wendell Wilkie y en 1941 organizó la industria bélica al tomar partido contra los nazis

El Roosevelt político no confiaba en nadie, con la excepción de su secretaria, Lucy Mercer, su amante por muchos años. Se aprovechaba de la gente y no tenía escrúpulos para cambiar de opinión. Eleanor, su mujer, en sus memorias, dijo: he sido algo así como su socia política. Más tarde, afirmó: Yo fui una que sirvió a sus propósitos.

Estando en el poder favoreció a Lyndon Johnson en sus campañas políticas y en asuntos de impuestos. Sin embargo, por impuestos, persiguió y llevó a la cárcel al millonario Moe Annenberg. Ya en libertad, Annenberg compró el diario The Philadelphia Inquier y desató una dura campaña contra el New Deal, el programa de los demócratas. Roosevelt, entonces, sin inmutarse, aceptó aliarse con el hombre al que había enviado a la cárcel.

Cuando le reprocharon que amparara al dictador de Haití, Francoise Duvalier, y le dijeron que éste era un hijo de puta. Roosevelt, le respondió:

"Sí, pero es nuestro hijo de puta".

Franklin Delano Roosevelt ha sido el único de los presidentes de Estados Unidos elegido, consecutivamente, por cuatro períodos:

- 1932- 1936- 1940, períodos completos y solo unos meses, luego de su triunfo en 1944.

Nació el 30 de enero de 1882, en Hyde Park, N.Y.

Murió el 12 de abril de 1945, en Warm Springs, Ga.

Franklin D. Roosevelt 
El New Deal

Roosevelt creía que si el Estado no intervenía, se corría el riesgo de que la situación empeorase. En concreto, por un lado, tenía miedo de que se dieran episodios deflacionarios (bajadas sostenidas del nivel de precios) debidos a que, la población al ver disminuida su capacidad adquisitiva, no podría comprar todos los bienes disponibles en el mercado, así que habría un exceso de oferta que llevaría a una bajada de precios

Por otro lado, estaba seguro de que si no se hacía frente a la situación desde el Estado habría aumentos de la tasa de desempleo.

Las políticas del New Deal fueron dirigidas a cumplir dos objetivos principales:
  • Reactivar la economía por medio del consumo y de la inversión: Para ello, aumentó el gasto público, principalmente a través de la industria, potenciando las inversiones. Además, pusieron en marcha multitud de proyectos de obras públicas, lo cual dio empleo a millones de trabajadores.
  • Establecer controles bancarios para evitar otra crisis como la del 29: se exigió un aumento de las reservas de los bancos para garantizar su solvencia. También se creó la “Ley de emergencia bancaria” (Emergency Banking Act), por la cual, se clausuraban todos los bancos que manifestasen insolvencia, dejando solo operar a los que pudiesen demostrar que eran solventes. Y por último, se estimuló la concesión de créditos para la inversión empresarial.
Pero además de actuar en el ámbito económico, en el ámbito social, también intervino el Estado aplicando diversas políticas:
  • Por medio de la National Labor Relations Act se regularon las relaciones entre empresarios y empleados, estableciendo un salario mínimo y una jornada horaria máxima. El salario mínimo, junto con la disminución del desempleo, hizo que los trabajadores tuvieran mayor poder adquisitivo, lo cual tuvo un efecto positivo en la demanda de bienes y servicios del país.
  • Se creó el primer sistema federal de seguro de desempleo y de pensiones (Social security act), que tenía como objetivo disminuir las desigualdades sociales, especialmente en beneficio de las personas ancianas, que se habían empobrecido gravemente como resultado de la Gran Depresión.
  • A nivel financiero, hubo un mayor control del Estado sobre los bancos (Banking Act de 1933), y se exigió un aumento de sus reservas a fin de garantizar su solvencia. Se estimuló la concesión de créditos destinados a la inversión empresarial. Se promulgó además la Ley de Obligaciones Federales con el fin de proteger a los inversores de posibles fraudes.
  • La National Industrial Recovery Act de 1933 potenció las subvenciones a la industria con el objetivo de estimular su recuperación. Se pusieron en funcionamiento gigantescos proyectos de obras públicas (carreteras, pantanos, etc) a través de la Publics Works Administration, WPA (1935). Este organismo colaboró con la Tennessee Valley Authority (1933), destinada a la colonización e industrialización del valle del río Tennessee, iniciativa de una serie de empresas públicas por medio de las cuales se construyeron embalses, centrales hidroeléctricas y se reforestaron extensas áreas. Esta actividad dio empleo a más de 3 millones de trabajadores
  • A través de la Agricultural Ajustment Act (AAA de 1933) se buscó la recuperación del campo, siendo objetivo primordial la disminución de la producción, ya que la sobreproducción que se arrastraba desde la década de los 20 había hundido los precios y los beneficios de los agricultores. Esa reducción se consiguió a cambio de una indemnización recibida por los agricultores. El resultado que se obtuvo de la disminución de las cosechas fue la subida de los precios. En tres años se consiguieron duplicar las rentas agrarias.
Sin embargo, la economía estadounidense salió reforzada y experimentó un espectacular auge, especialmente en su sector industrial, con un crecimiento del producto interior bruto en torno al 10% anual gracias a los créditos concedidos a los países europeos, convirtiéndose en el mayor proveedor de productos manufacturados. En 1945 era acreedor de la mayoría de los estados y controlaba dos tercios del total de las reservas mundiales de oro.



jueves, 3 de noviembre de 2022

QUEIPO DE LLANO EL CARNICERO DE ANDALUCÍA

El general franquista Gonzalo Queipo de Llano representó al terror con sus despiadadas consignas desde la radio, en las que anticipaba el asesinato de miles de personas, señalaba a las víctimas, y azuzaba a los asesinos, estas charlas eran muy celebradas y seguidas con gran interés en la zona sublevada y su texto, una vez pulido, era publicado al día siguiente obligatoriamente por todos los periódicos. 

La biografía de Gonzalo Queipo de Llano y Sierra (Tordesillas, 5 de febrero de 1875 – Sevilla, 9 de marzo de 1951) está manchada de sangre. La aplicación de la pedagogía del terror permite hablar de genocidio y del golpista, que llegó a ser conocido como ‘virrey de Andalucía’, como criminal de guerra.

Durante esos dos días se hizo con el control del centro y con los resortes del poder. La toma de Triana no terminó hasta la tarde del día 22 y la del sector Macarena-San Julián, lo que se conocía como el “Moscú sevillano”, no tuvo lugar hasta la mañana del día siguiente, el día 23 de julio.

Lo dirigió desde su destino en Sevilla y lideró una fuerte represión a partir de julio de 1936. Fue responsable del fusilamiento de más de 45.000 personas. El escritor hispano-irlandés Ian Gibson le acusó en su biografía de Federico García Lorca de ordenar además el fusilamiento del poeta granadino.

Como ejecutor de la estrategia golpista en el Sur (Andalucía y Extremadura), fue enterrado en la Basílica porque ayudó a construirla. Durante esa época, fueron famosas sus proclamas a través de la radio como jefe del Ejército del Sur y durante la guerra actuó cuasi como un dictador, con casi total independencia del resto de los golpistas. Era el hombre que avisaba, sin pudor, que las 'rojas' serían violadas por los soldados franquistas.

Matanzas indiscriminadas contra civiles, aniquilación del adversario social y político, violaciones masivas de mujeres, saqueo y robo sistemático a los vencidos, uso de trabajadores esclavos… Todo un ramillete de graves violaciones de los Derechos Humanos cometidas, en gran parte, en ciudades sin guerra: Sevilla, Cádiz, Huelva y Córdoba.

Fue exhumado de la Basílica de la Macarena el 3 de noviembre de 2022. Su legado sangriento en Andalucía todavía perdura y marca la historia reciente con heridas que no cicatrizan.

Lloran los campos andaluces, lágrimas negras y oscuras
recordando lo allí acontecido, las miserias y las vergüenzas vividas
en las ciudades, los pueblos y los campos sumergidas en el terror y la locura
sembrada por aquellos golpistas militares, asesinos y genocidas

La muerte se festeja desde las ondas de radio Sevilla, donde la lectura
diaria del emperador de todos los canallas, borracho y asesino
hiperbólico y estrambótico, marca la hora y la agenda del dolor y la tortura
Muerte festejada en las ondas, borrachos y eufóricos de sangre, jerez y vino

Repartiendo C.A.F.E en los pueblos y en las ciudades
llamando a la violación y asesinato del pueblo andaluz
a aquellos jornaleros, obreros, ciudadanos que se mantuvieron leales
aquellos que perdieron y sufrieron en sus carnes tan pesada cruz

No habrá para vosotros sepultura, arrojados al vertedero de la historia
Queipo de Llano, repartidor de dolor y muerte, militar traidor y genocida 
asesino, violador de mujeres, ¡El pueblo sevillano recuerda, tiene memoria!
en sus carnes sufren todavía la huella sangrienta de su paso por Andalucía 


viernes, 12 de agosto de 2022

BERTOLT BRECHT

Además de ser uno de los dramaturgos más destacados e innovadores del siglo XX, cuyas obras buscan siempre la reflexión del espectador, trató también de fomentar el activismo político con las letras de sus lieder, a los que Kurt Weill puso la música.


Su historia

Desde su juventud fue hombre comprometido, en todas sus creaciones, desde los panfletos que redactó, sus obras literarias, sus producciones teatrales, su obra poética o los guiones de cine y las películas que dirigió. Fue un hombre profundamente odiado por los alemanes, por su trayectoria social y porque lanzaba mensajes de conducta ética hasta en sus poemas; por ejemplo: allí donde todos callan, él hablará, que puede completarse con el destino del hombre es el hombre mismo. Sin duda, se trata de una de las grandes figuras literarias, políticas y sociales de la Europa moderna; y, al mismo tiempo, un artista, un rebelde, un agitador, un propagandista, un esteta, un viajero y poseedor de una versatilidad intelectual incomparable, ya que fue capaz de escribir brillantes ensayos, virulentos manifiestos, notables libretos de ópera, mordaces comentarios periodísticos y obras imborrables del teatro moderno.

Este es un apretado resumen para presentar a Bertolt Brecht, que nació en Augsburgo en 1898 y murió en Berlín 1956.

La infancia de Brecht transcurrió durante los años en los que Alemania tenía una economía que daba confianza a sus ciudadanos. Sin embargo, todo cambió al estallar la guerra; Brecht tenía solo 16 años, motivo por el cual no fue movilizado inmediatamente, lo que le permitió ingresar a la Universidad de Munich para cursar medicina. Comenzó en Múnich sus estudios de literatura y filosofía en 1917, a los que añadiría posteriormente los de medicina. Durante la Primera Guerra Mundial comenzó a escribir y publicar sus obras..

En 1918 fue llamado a filas como enfermero militar, y en este desempeño conoció las crueles atrocidades y miserias sin cuento de la guerra. Por fortuna, pronto llegó el armisticio, pero la derrota y el hambre, fueron el caldo de cultivo para los alzamientos de Kiel y Berlín, que proclamaron la República. Brecht, desmovilizado, hizo amistad con intelectuales izquierdistas y fueron los cambios que ocurrían en la sociedad alemana, los que inspiraron su primera obra -Baal. En enero de 1919, Carlos Liebdknecht y Rosa de Luxemburgo, fueron asesinados, lo que originó una violenta ola de represión antirrevolucionaria. Baal fue presentada en Leipzig y tuvo éxito de público, pese a que, a la vez, provocó fuertes manifestaciones de protestas. Berthold escribió entonces En la selva de las ciudades y Tambores en la noche, ganando con ésta obra, el premio Kleist; su producción siguió con Hombre por hombre, cuyo papel principal lo hizo Peter Lorre, famoso artista de cine; en 1927, escribió el libreto de la ópera Grandeza y decadencia de la ciudad de Mahagonny, una obra satírica y amarga.

Desde 1920 frecuentó el mundo artístico de Múnich y trabajó como dramaturgo y director de escena. En este entorno conoció a Frank Wedekind, Karl Valentin y Lion Feuchtwanger, con quienes mantuvo siempre un estrecho contacto. En 1924 se trasladó a Berlín, donde trabajó como dramaturgo a las órdenes de Max Reinhardt en el Deutsches Theater; posteriormente colaboró también en obras de carácter colectivo junto con Elisabeth Hauptmann, Erwin Piscator, Kurt Weill, Hans Eisler y Slatan Dudow, y trabó relaciones con el pintor Georg Grosz. En 1926 comenzó a interesarse con mayor intensidad por el marxismo y estableció un estrecho contacto con Karl Korsch y Walter Benjamin. Su Dreigroschenoper (Opera de cuatro cuartos, 1928) obtuvo en 1928 el mayor éxito conocido en la República de Weimar. En ese año 1928 se casó con la actriz Helene Weigel.

En 1928 se asoció con el músico Kurt Weil para escribir una de sus obras más conocidas La ópera de tres centavos, estrenada en Berlín, y cuyo éxito no ha tenido parangón en la historia contemporánea del teatro alemán. Al año siguiente, escribió dos obras didácticas El que dice que sí, el que dice que no y la que tituló La decisión. Y llegamos al año 1930, fatídico para Alemania, porque los nazis obtienen sus primeros éxitos, apoyados en la crisis económica; tres años más tarde se produce la catástrofe: Hitler sube al poder. Brecht, todavía, publica dos nuevas obras Santa Juana de los mataderos y La Madre. Tras el incendio del Reichstag, los nazis inician la persecución de los intelectuales. Bertolt viaja a Viena, a París, a Dinamarca, a Finlandia y a los Estados Unidos. 

Desde 1930 estrechó sus contactos con el Partido Comunista Alemán. Tres años más tarde, la ascensión del nazismo forzó su salida del país: el 28 de febrero de 1933, un día después de la quema del Parlamento, Brecht comenzó su camino hacia el exilio en Svendborg (Dinamarca). Tras una breve temporada en Austria, Suiza y Francia, marchó a Dinamarca, donde se estableció con su mujer y dos colaboradoras, Margarethe Steffin y Ruth Berlau. 

En 1934, en Moscú publica tres obras de implacable crítica al nazismo: Cabezas redondas y cabezas puntiagudas, la siguiente es Los Horacios y los Curiacios, y Arturo Ui. En 1935 viajó a Moscú, Nueva York y París, donde intervino en el Congreso de Escritores Antifascistas, suscitando una fuerte polémica. En 1938 publica Terror y miseria del Tercer Reich, obra que constituye un contundente ataque contra el nazismo, y termina de escribir el drama histórico Galileo Galilei, cuyo papel principal lo asumió el famoso actor inglés Charles Laughton.

Iniciada la Segunda Guerra Mundial, y temiendo la ocupación alemana, en 1939 se marchó a Suecia; en 1940, a Finlandia, país del que tuvo que escapar ante la llegada de los nazis; y en 1941, a través de la Unión Soviética (vía Vladivostok), a Santa Monica, en los Estados Unidos, donde permaneció aislado seis años, viviendo de guiones para Hollywood. En 1947 se llevó a la pantalla Galileo Galilei, con muy poco éxito. A raíz del estreno de esta película, el Comité de Actividades Antinorteamericanas le consideró elemento sospechoso y tuvo que marchar a Berlín Este (1948), donde organizó primero el Deutsches Theater y, posteriormente, el Theater am Schiffbauerdamm. Antes había pasado por Suiza, donde colaboró con Max Frisch y Günther Weisenborn.

Llega el momento en que produce una de sus obras teatrales más significativas Madre Coraje, basada en un episodio de la Guerra de Treinta Años; por último, omitiendo algunas obras políticas, Brecht escribe otra de sus creaciones teatrales más importantes El círculo de tiza caucásico. Mientras tanto, en Estados Unidos se inicia la siniestra época persecutoria del senador MacCarthy; Brecht, decide regresar a Alemania, pero los aliados se niegan a concederle el permiso de entrada y debe intervenir Edwin Kirsch, alcalde de Praga, quien le da un visado de tránsito. Así pudo regresar a su patria, pero al Berlín Oriental.

En Berlín, junto con su esposa Helene Weigel, fundó en 1949 el conocido Berliner Ensemble, y se dedicó exclusivamente al teatro. Aunque siempre observó con escepticismo y duras críticas el proceso de restauración política de la República Federal, tuvo también serios conflictos con la cúpula política de la República Democrática.

En Agosto de 1956, murió Bertolt Brecht




Brecht es sin duda uno de los dramaturgos más destacados del siglo XX, además de uno de los líricos más prestigiosos. Aparte de estas dos facetas, cabe destacar también su prosa breve de carácter didáctico y dialéctico. La base de toda su producción es, ya desde los tiempos de Múnich, una posición antiburguesa, una crítica a las formas de vida, la ideología y la concepción artística de la burguesía, poniendo de relieve al mismo tiempo la necesidad humana de felicidad como base para la vida.

Con su acercamiento al marxismo, esta postura se hizo mucho más radical y pasó de hacer referencia a un individuo aislado a enmarcarse en el ámbito del conjunto de la sociedad: el individuo autónomo aniquilado por el capitalismo (Mann ist Mann, El hombre es el hombre, 1924/25) consigue nuevas cualidades dentro del colectivo. Con el personaje que da título a su drama Baal (1922), Brecht creó un tipo que aparece a lo largo de toda su producción en diversas variaciones (Schweyk im Zweiten Weltkrieg, Schweyk en la Segunda Guerra Mundial, 1943) y que se expresa de manera mucho más radical en los fragmentos Untergang des Egoisten Johann Fatzer (El ocaso del egoísta Johann Fatzer, 1927/30) y Die Reisen des Glücksgotts (Los viajes del dios de la suerte, 1941).

La posición opuesta la representan las figuras maternales, junto con el colectivo revolucionario y los dialécticos (Geschichten von Herrn Keuner, Historias del señor Keuner, 1930). El desarrollo literario de Bertolt Brecht, que en su lírica pasa desde un acercamiento crítico a la "Neue Sachlichkeit" hasta formas de resistencia colectiva (Lieder-Gedichte-Chöre, Canciones-Poemas-Coros, 1934), está influido por la Biblia de Lutero, la obra de Shakespeare y la Antigüedad Clásica, así como por el teatro asiático y la filosofía china.

Brecht entiende la filosofía como la doctrina del buen comportamiento, una categoría que resulta fundamental en su obra. En este sentido entiende sus textos como intentos progresivos de provocar asombro, reflexión, reproducción y cambios de actitud y de comportamiento en el espectador. Para ello utiliza el conocido "efecto de distanciamiento" ("Verfremdungseffekt"), que no debe ser entendido sólo como una técnica estética, sino como "una medida social". Sus intentos dramáticos más radicales de carácter pedagógico y político son Lindberghflug (El vuelo de Lindbergh, 1929), Das Badener Lehrstück und der Neinsager (La parábola de Baden y el que decía que no, 1930), Die Maßnahme, (La medida, 1930), Die Ausnahme und die Regel (La excepción y la regla, 1930) y Die Horatier und die Kuratier (Los horacianos y los curacianos, 1934); en todos ellos se pone de relieve una fuerte separación entre escenario y espectador.

Con la llegada del nacionalsocialismo todos estos intentos revolucionarios perdieron sus presupuestos sociales. En el exilio, Brecht escribió sin publicarlas algunas de sus piezas más conocidas: Leben des Galilei (Vida de Galileo Galilei, que apareció en 3 versiones: una danesa de 1938-39, otra americana de 1945-46, y la tercera, berlinesa, de 1953-55), Mutter Courage und ihre Kinder (Madre Coraje y sus hijos, 1939), Der gute Mensch von Sezuan (El hombre bueno de Sezuan, 1943), Herr Puntila und sein Knecht Matti (El señor Puntila y su criado Matti, 1940), aparte de escritos teóricos sobre teatro (Der Messingkauf, La compra de latón, 1939/40) y algunos apuntes para unas novelas (Tui-Roman, Novela de Tui, 1930/42; Die Geschäfte des Herrn Julius Caesar, Los negocios del señor Julio César, 1938/39). Con sus análisis sobre el fascismo y los Svendborger Gedichte (Poemas de Svendborg, 1939) tomó parte activa en la lucha antifascista.
Condicionado por la situación social, tras 1945 trabajó sólo en obras de carácter didáctico, olvidando sus experimentos de los primeros años. Tal vez esto fue lo que le convirtió en un clásico hasta el punto de que el teatro alemán de posguerra (tanto en la antigua RDA como en la antigua RFA) sería impensable sin él.

jueves, 11 de agosto de 2022

ÁNGEL CAÍDO

Un Dios me expulsó del Paraíso
cuando probé el fruto del pecado
hallando el conocimiento
que me proporciona sustento

No recibí ningún reproche ni ningún aviso
ninguna notificación de que mi estaciona había acabado
sin embargo, a pesar de todo, no me arrepiento
de haber cometido sacrilegio y pecado disfrutando el momento

pues me dotó de conocimiento, sabiduría y amor
que proporciona sustento, felicidad y calma
a un marchito corazón

y sin tiempo para el perdón y para el dolor
en mi cuerpo y en mi alma
busqué a otro dios en derredor

y, como hizo el poeta Sor Kampana,
encontré a ese nuevo dios entre mis restos y mis excrementos
que dieron a esta tierra calor y un suave aliento
a la naturaleza, los montes, las selvas y a la sabana
 

domingo, 7 de agosto de 2022

ALBERTO GRANADO EL COMPAÑERO DEL CHE


8 de agosto de 1922 nace en Argentina Alberto Granado, doctor y escritor argentino compañero de Ernesto "Che" Guevara en el viaje que emprendieron en motocicleta en 1952 por Sudamérica, ambos a lomos de "La Poderosa".

Con los trazos del amor que el hombre siembra en su gente más cercana, es posible después reconstruirlo, a partir de las palabras dictadas por la cosecha.

Así es como se dibuja hoy en el recuerdo el “petiso” Granado, Alberto, el amigo del Che. Este  lunes cumpliría  100 años de edad, pero de todas formas, su vida fue larga, larga y fecunda; pues aunque la historia la exalta, no la vivió bajo la sombra de la amistad conocida.

Podríamos decir que, si fue amigo del guerrillero legendario, lo mereció desde sus cualidades humanas, porque el afecto nació cuando el alma crecía todavía con el cuerpo, en la juventud.

Alberto Granados llegaba a los 19 años. “Y Pelao tenía 13, así le decían a Guevara”, precisa Tomás Granado, el menor de los tres hermanos, mediante el cual Alberto conoció al Che.

“Por orden de apellidos, nos sentábamos juntos. Además, a él le habían envenenado un perro y a mí también. Eso nos identificó bastante. Para ese entonces ya se le notaba la rebeldía, empezando por la corbata del uniforme que no usaba, aduciendo su condición de asmático.

“Nos gustaba mucho el fútbol y el rugby. Alberto se había empeñado en armar un equipo de estudiantes y Ernesto quiso entrar. Ya su padre me había pedido que tratara de convencerlo de no practicar deporte, pero aquello era imposible con un muchacho tan arrojado.

“Lo llevé a casa a presentarlo a Alberto. Él le dijo lo mismo, por su asma, y entonces el obstinado empezó a hacer demostraciones, hasta que Alberto aceptó. Fue el inicio de la amistad, no solo entre él y los muchachos, sino con nuestra familia entera, en Córdoba”, subraya Tomás.

LA AVENTURA Y LA CONCIENCIA

“Guevara había pensado seguir con no­sotros, en ingeniería, pero la muerte de la abuela y el conocer de un científico con estudios avanzados sobre el asma, lo decidió por Me­dicina, y se separó, aunque venía en vacaciones”, si­gue el menor de los Granado.

“Por su parte, Alberto había aprendido farmacia, un poco forzado por papá. Es que había un tío con una botica, aunque sin farmacéutico, y necesitaba un regente. Él se graduó y la asumió, pero tenía las alas más largas. Un día dijo: ‘Tío, la farmacia es muy poco para mí. Búsquese un regente nuevo’, y se fue a la Universidad a estudiar Bioquímica.

Vino entonces la idea del viaje, un sueño largamente acariciado por Alberto. Yo mismo lo embullé, y al no poder acompañarlo, pues faltaban tres asignaturas en mi carrera, le sugerí que buscara a Pelao, todavía estudiante de Medicina. Ya aquel había cruzado dos veces la Argentina en una bicicleta con motor de esos tiempos”, relata.

“Ahí fue cuando los unió el gusto por la aventura”, continua Gregorio, el segundo de los hermanos.
“Teníamos una moto maltrecha: La Po­derosa. Tomás, que sabía de mecánica, la reparó, y yo me ocupé de la estética. Se veía de lo más linda aquel día de diciembre de 1951, cuando partió con Alberto y Guevara a recorrer América Latina.

“Lástima que les haya durado tan poco, pues entrando a Chile, por el sur, la estrellaron contra un árbol, y ahí mismo terminó el viaje en la moto, que en realidad duró cinco provincias argentinas y un pedacito del otro país.

“Creo que ese percance hizo más rico el periplo, porque se fueron rodando en camiones, en barco, en balsas, en avión y autobuses; viviendo las aventuras conocidas, aprendiendo la realidad de un continente sufrido que les hizo madurar sus conciencias.

“Ambos llegaron a Venezuela juntos, y allí se separaron, para que Guevara volviera a terminar su Medicina; pero Alberto se quedó, en el leprosorio de Cabo Blanco, en La Guaira. Ya se había apasionado con el estudio de esa enfermedad, y entonces se instaló, hasta encontrar el amor de su vida”.

LA VIDA ACOMPAÑADA

Delia Duque había entrado al leprosorio como enfermera empírica, y todas las tardes, después del trabajo, se quedaba alelada mirando a aquel joven bajito, pero muy alegre, que salía en su descapotado rodeado de mujeres, casi todas doctoras.

“Mis colegas me acusaban de ingenua. Decían que no podría fijarse en mí. Pero me enviaron a su departamento, a aprender unas técnicas, y a muy poco el hombre se declaró. Imagínense cómo cayó aquello entre mis compañeras. Fue un noviazgo intenso, de tres meses, porque enseguida nos casamos.

“Desde entonces, mi vida fue al lado de él, en cualquier sacrificio, en cualquier victoria, hasta el último día. Viví su alegría contagiosa, sus tristezas, la emoción con que un día llegó dispuesto a recoger, a dejarlo todo por irse a Cuba; la tierra donde se estaba realizando exactamente la sociedad que él había soñado, y además, donde estaba entre los líderes su queridísimo amigo Guevara, ya conocido co­mo el Che”.

Ahora es Alberto, el hijo, quien habla de esta etapa, la más fecunda del padre, donde tuvo su más alta realización humana y profesional.

“Él se enamora de la Revolución, de la nueva sociedad en gestación, y allá se fue con todo lo que tenía. Decía que era su sueño, y tenía que sumarse”.

Precisa el hijo que no esperó un minuto para ponerse al servicio de la construcción social liderada por Fidel.

“Radica primero en la escuela de Medicina de La Habana, dando Bioquímica Clínica co­mo profesor; pero luego de Girón, se suma a la necesidad de multiplicar la formación de médicos en Cuba, y marcha hacia Santiago, a crear y fundar una escuela similar.

“Fundar significaba empezar de cero, pues allá no existía ni local. Fueron jornadas de una sesión para construir y otra para las clases. Crecí viendo esos trabajos voluntarios de profesores y alumnos, como una muestra fehaciente de una sociedad que se edificaba a sí misma, con la visión de la solidaridad, de pueblo unido, y mi padre fue parte de eso.

“Tras la primera graduación de médicos lo llaman a La Habana, y le dan la tarea de conducir los estudios primeros sobre genética.

“Escoge la animal, y empieza en ese campo una tenaz labor investigativa y de organizador, que lo hacen partícipe clave en la fundación de centros relevantes como el Instituto de Investi­gaciones Científicas, el Departamento de In­ves­tigaciones Pecuarias, el Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria y otros más, hasta que decidió, personalmente, dejar todas las riendas en manos de los científicos nacientes”.
Su edad no lo dominó. Tenía demasiada historia, y desde ella, quiso hacer un valladar de defensa para Cuba. “Dondequiera que llegó fue un ferviente vocero del ejemplo del proceso cubano y, sobre todo, de la dimensión real de su gran amigo. Sintió que era una urgencia humanizar al Che”.

RECUERDO VIVO

Sus hermanos, su hijo, su esposa fiel, viven hoy para contar al hombre de su sangre, porque fue en primer lugar exactamente eso, el hombre: de sus hermanos, el primogénito; de su hijo, el padre ejemplar; de su querida Delia, la dicha que superó el amor.

“Al lado de Alberto viví el sentimiento completo de una mujer privilegiada, pues a través de él conocí a los hombres más grandes de la última América: los comandantes Che Gueva­ra, Fidel Castro y Hugo Chávez.

“Ellos tres representan los más altos valores de esa sociedad de justicia que mi querido Alberto soñó, y en sus nombres están las tres patrias que tuvo: Argentina, Cuba y Vene­zue­la, las mismas donde hoy descansan sus cenizas repartidas”.

Delia guarda del Che la amistad tantas veces contada por Alberto; de Fidel la acogida de un padre que elevó, a grado sumo, el aporte de su hombre a la edificación de la patria nueva; y de Chávez, la reverencia profunda al “petiso” compañero, a quien honró en palabras sentidas tras su muerte.
“Guardo esa carta como una joya valiosa. Chávez nos llama en ella ‘hermanos míos’, y retrata el dolor como si fuera suyo. Por coincidencia providencial, dos años después, el mismo día, murió él, y entonces el dolor grande fue nuestro”.

Pero Alberto Granado, el amigo, el viajero, el científico, el profesor y fundador, no se recuerda con luto en estas tierras de América. Ni en Argentina, ni en Venezuela, ni en Cuba.

Su alegría de vivir lo superó, y así dejó la huella en cada patria; porque salió con la sonrisa del joven ávido a la aventura de un viaje descubridor, se instaló después, igual de alegre, a investigar y a sanar, y luego vino a echar las raíces de su ánimo jovial justo donde sus sueños tomaban cuerpo real.
Alberto Granado, el amigo, cumpliría 100 años.

En sus tres patrias, allí donde reposan sus cenizas, hay epicentros de un temblor que sacude el continente entero; desde el Caribe, la selva, el picacho andino, hasta las pampas cercanas de la tierra fría que un día, igual a hoy, lo vio nacer.



domingo, 24 de julio de 2022

GALIZA: A NOSA TERRA

Galiza, tierra recordada siempre en el corazón
Patria tan cercana a la vez tan lejana para viandantes y paisanos 
rodeada y forjada por los embistes de los mares
de los bosques, los montes y parajes de ensueño

tierra de guerrilleros, de labriegos y de revolución
bosques verdes donde cantan ninfas, meigas, bruxas, demos, trasnos e dianhos
tierras de conquistas, de cantigas y de cantares
denantes mortos que escravos, siempre libres antes que tener dueño

tierra de Castelao, de Casares Quiroga, Líster y de Rosalía, 
de Suárez, de Seaone, de Cunqueiro y otros exiliados
poemas y canciones de una época en la memoria olvidada
cantares tristes que narran un pasado cercano

bañada por los mares, bautizo de rebeldía
siempre en el corazón por aquellos que emigraron
aquellos que a pesar de la distancia nunca olvidaron
aquellos que perdieron y mantienen una espina clavada por la patria extrañada

lunes, 18 de julio de 2022

LA COLUMNA MINERA DE RIOTINTO

El 18 de julio de 1936 llegaba a Sevilla desde la cuenca minera onubense, la Columna Minera de Rio Tinto. Unos 500 hombres que acudieron solidarios a auxiliar a la resistencia sevillana, que defendía valerosamente la legalidad republicana frente al golpe fascista, comandado por el genocida Queipo. No pudo ser. En La Pañoleta, fueron traicionados por el funesto Haro Lumbreras y sus guardias civiles que suponían leales. Allí se vertió mucha sangre minera. Posteriormente, fueron apresados y juzgados en un juicio sin las mínimas garantías y condenados a muerte 68 de ellos. Los asesinaron el 31 de agosto de 1936, en diferentes lugares públicos de la ciudad, para escarmiento e insuflar miedo a la población.

Con Sevilla ya tomada por las fuerzas de Queipo de Llano, el inspector general de la Guardia Civil Sebastián Pozas (ministro de Gobernación de la época) ordenó a un grupo de guardias civiles, comandado por Gregorio Haro Lumbreras, sofocar la rebelión y luchar contra las tropas de los golpistas. Por detrás, una columna civil, formada en un 90% por mineros y encabezada por los diputados Luis Cordero Bell y Gutiérrez Prieto, intentaría ayudar en la medida de lo posible. Gregorio Haro ya había participado en el golpe del general Sanjurjo en agosto de 1932 y había destacado en la fallida revolución de Octubre de 1934 por su dureza en la represión. Sin embargo, acató las órdenes de Madrid y juró fidelidad a la República. Fidelidad que ya había traicionado.

El 31 de agosto de 1936, 68 de ellos fueron ejecutados en seis sacas diferentes tras un Consejo de Guerra celebrado en la Plaza San Francisco (Sevilla). Sólo se libró un menor de edad y dos hombres que en ese momento pasaban por allí pero que no tenían nada que ver con el enfrentamiento.

Pero, su ejemplo de lucha, su defensa del gobierno de la República, siguen imperecederos en el corazón de los demócratas.

Siempre leales a la democracia y la libertad acudisteis a su llamada
sin pensarlo dos veces en la fría madrugada donde la muerte afilaba su guadaña
donde felones militares sembraban sus semillas por los pueblos y ciudades
expandiendo su reino por las tierras de España 

mineros forjados y templados por el frío y el tiempo, bautizados en aguas rojizas
aguas que llevan el legado de vuestras familias, de generaciones enteras
de trabajadores explotados durante décadas, legado que forja la conciencia obrera
la conciencia de clase, la empatía, la resistencia y la solidaridad

La tierra llora en en silencio cuando el barro rojizo se mezcla con la sangre derramada
de aquellos que cayeron traicionados mientras la muerte y el terror cabalgan por las tierras de España
cada negra noche las estrellas lloran y se apagan recordándoos, mineros onubenses, siempre leales
al pueblo y a vuestra clase ¡No olvidéis! ¡Recordad su historia! ¡Contad sus hazañas!

a pesar de la muerte y la derrota, vuestra historia sigue en las arrugas y los ojos ancianos de la llama convertida en ceniza
ceniza mezclada con vuestra sangre que transportan los ríos rojizos de la cuenca minera
que dará nuevo calor y nuevas fuerzas a la tierra para que broten nuevas semillas con la primavera
mientras brillan las estrellas del cielo, recordando vuestra historia de resistencia y lealtad

Llegada de los mineros onubenses a Sevilla
donde serían condenados a muerte

sábado, 16 de julio de 2022

ADAM SMITH: EL PADRE DEL CAPITALISMO

Hay un concepto de Adam Smith que viene a sostener que "el salario es el estímulo del trabajo, que- como otras cualidades humanas - crece en proporción al estímulo que recibe." Agreguemos que, durante mucho tiempo, la riqueza se medía por la cantidad de oro y la plata de que se era poseedor, situación que con los años se hizo a aplicable tanto al individuo como a los países; por eso, los estados prohibían toda exportación de estos metales, aunque se trataba de atraer por todos los medios el oro y la plata de las naciones vecinas. Esta norma alcanzó su mayor vigencia hasta fines del siglo XV, cuando los audaces portugueses desviaron en provecho propio y exclusivo la ruta del oro sudanés.
Dos circunstancias se sucedieron en esos años 1) Una caída general de precios y 2) Un cambio político que se apuntaba desde fines del cuatrocientos cuando Luis XI de Francia, Maximiliano de Habsburgo, Enrique VII de Inglaterra y Fernando, el Católico de España - daban por concluida la larga etapa del Feudalismo, y el rey pasaba a ser un señor entre los señores; a la vez, se preparaban para ganar una hegemonía universal, para lo cual era necesario una administración poderosa capaz de someter a la aristocracia y contratar y cumplir las exigencias de los mercenarios suizos, los mejores soldados del momento.

De la coincidencia de estos dos factores mencionados, nació el sistema llamado mercantilismo. El mercantilismo estableció que se podía permitir la exportación de los metales preciosos, siempre que se importaran productos que pudieran venderse al extranjero por un precio mayor del que se había pagado por ellos, lo que, a su vez, daba la salida a la producción nacional. Este hecho se conoció con la denominación de balanza de comercio, es decir, los países desprovistos de minas solo exportando podían acumular riquezas, por lo que debían exportar en el mayor grado posible. Mun, uno de los grandes mercantilistas ingleses, establecía como norma para el comercio exterior, verdadera fuente de la riqueza nacional, vender a los extranjeros por más valor que el de los productos que de ellos consumimos.

Y ahora, presentemos a Adam Smith que nació el 5 de junio de 1723, en la pequeña ciudad de Kirkcaldy Su padre era un modesto inspector de aduanas, que falleció pocos meses antes del nacimiento de la criatura. De esta forma la educación del niño recayó enteramente sobre su madre. Adam era de constitución enfermiza, lo que le valió ser tratado con gran indulgencia por parte de sus familiares y educadores. En compensación, el niño les pagó con una solicitud y un afecto que habían de caracterizarle toda su vida. Ningún hecho sobresaliente se registra en sus primeros años, salvo el haber sido raptado, cuando contaba tres, por una banda de gitanos. Pero el pequeño fue recuperado con facilidad. Adam asistió hasta 1737 a la escuela secundaria de Kirkcaldy. A los catorce años de edad la abandonó para cursar estudios superiores en la Universidad de Glasgow. En ella permaneció tres años, entregado al estudio de las matemáticas y de la filosofía natural. De Glasgow; Adam pasó a Oxford para completar su formación. En la famosa Universidad se aficionó a las bellas letras, a la filosofía moral y a las ciencias políticas. En conjunto se trataba de adquirir una cultura amplia, como convenía a un joven destinado a convertirse en eclesiástico.

Adam Smith, en cambio, en las ciencias políticas, supo aprovechar los avances logrados por sus predecesores y engarzarlos en un sistema coherente. El sistema librecambista, creado por él, fue un sistema capaz de sustituir plenamente, al sistema mercantilista.

Durante ciento cincuenta años, desde la aparición de La riqueza de las naciones, en 1776, hasta la primera guerra mundial, en 1914, el mundo andaría una de sus etapas más felices bajo los auspicios de las sencillas directrices trazadas por aquel modesto profesor escocés. El valor de la obra de Adam Smith para la economía ha sido comparado al de la de Locke para el pensamiento filosófico, porque representa la primera sistematización de la ciencia económica. Como no podía menos de suceder, dados sus precedentes, su punto de partida es el concepto de la riqueza. En oposición a la escuela francesa de Quesnay, Smith enseñó que el trabajo es su única fuente, y que el deseo de aumentar nuestras fortunas y prosperar -un deseo congénito a la naturaleza humana- es el origen de toda riqueza, ahorrada y acumulada. 

Precisó que el trabajo es tan productivo de riquezas cuando se emplea en la industria y el comercio como en el cultivo de la tierra. Trazó los diversos medios por los cuales la labor puede hacerse más efectiva, mediante el análisis de la división del trabajo y el empleo de la riqueza acumulada, es decir, del capital, en las empresas. Y predicó que constituye siempre la mejor norma de política económica dejar desenvolverse a la iniciativa individual. Deshizo el error de la incompatibilidad de intereses económicos entre los diversos países y aclaró que todos podían participar en el deseo de un mayor bienestar para sus súbditos. Una serie de principios, en suma, que hoy nos parecen ingenuos de tan elementales como son; es el mejor elogio que se les puede tributar. Piénsese tan sólo en la confusión imperante antes de Adam Smith y en el progreso alcanzado por las naciones más avanzadas a partir de su obra.

Cada individuo está siempre esforzándose para encontrar la inversión más beneficiosa para cualquier capital que tenga […] Al orientar esa actividad de modo que produzca un valor máximo, él busca sólo su propio beneficio, pero en este caso como en otros una mano invisible lo conduce a promover un objetivo que no entraba en su propósitos […] Al perseguir su propio interés frecuentemente fomentará el de la sociedad mucho más eficazmente que si de hecho intentase fomentarlo.

El autor sobrevivió quince años al éxito de su teoría. Fueron años de triunfo en los que el libro fue traducido a los principales idiomas europeos, Smith era llamado a consulta por la mismísima Cámara de los Comunes y la nueva doctrina fue aceptada por un público cada vez más amplio. Sin embargo, su éxito debió atravesar una dolorosa contrapartida, porque al poco tiempo, experimentó la dolorosa pérdida de su gran amigo David Hume. Y, todavía más su éxito se vio ensombrecida por el innoble ataque del obispo de Norwich, porque tuvo la osadía de enaltecer la memoria del filósofo fallecido que toda su vida fue un completo heterodoxo en materia religiosa.

Adam Smith residió en Londres hasta 1778, en que, por indicación de su antiguo pupilo el duque de Buccieugh, fue honrado con el cargo de comisario general de las Aduanas escocesas. Como consecuencia de este nuevo destino, pasó a Edimburgo en compañía de su madre y una prima, que se encargaba de la administración familiar.

En 1787 la Universidad de Glasgow le ofreció el rectorado, función que su delicado estado de salud no le permitió desempeñar por mucho tiempo. Diremos, por último, que muertas su madre y su prima, no quedó ni solo ni desamparado para soportar su última enfermedad, pues estos cuidados los asumieron sus muchos amigos.

Adam Smith falleció en julio de 1790

LA RIQUEZA DE LAS NACIONES – ADAM SMITH

De la división del trabajo

“El ejemplo de la fábrica de alfileres”

Consideremos por ello como ejemplo una manufactura de pequeña entidad, una en la que la división del trabajo ha sido uy a menudo reconocida: la fabricación de alfileres. Un trabajador no preparado para esta actividad(que la división del trabajo ha convertido en un quehacer específico), no familiarizado con el uso de la maquinaria empleada en ella (cuya invención probablemente derive de la misma división del trabajo), podrá quizás, con su máximo esfuerzo, hacer un alfiler en un día, aunque ciertamente no podrá hacer veinte. Pero la forma en que esta actividad es llevada a cabo actualmente no es sólo un oficio particular sino que ha sido dividido en un número de ramas, cada una de las cuales es por sí mismo un oficio particular. Un hombre estira el alambre, otro lo endereza, un tercero lo corta, un cuarto lo afila, un quinto lo lima en un extremo para colocar la cabeza; el hacer la cabeza requiere dos o tres operaciones distintas; el colocarla es una tarea especial y otra el esmaltar los alfileres; y así la producción de un alfiler se divide en hasta dieciocho operaciones diferentes, que en algunas fábricas llegan a ser ejecutadas por manos distintas, aunque en otras una misma persona pueda ejecutar dos o tres de ellas. He visto una pequeña fábrica de este tipo en la que sólo había diez hombres trabajando, y en la que consiguientemente algunos de ellos tenían a su cargo dos o tres operaciones. Y aunque eran muy pocos y carecían por tanto de la maquinaria adecuada, si se esforzaban podían llegar a fabricar entre todos unas doce libras de alfileres por día. En una libra hay más de cuatro mil alfileres de tamaño medio. Esas diez personas, entonces, podían fabricar conjuntamente más de cuarenta y ocho mil alfileres en un sólo día, con lo que puede decirse que cada persona, como responsable de la décima parte de los cuarenta y ocho mil alfileres, fabricaba cuatro mil ochocientos alfileres diarios. Ahora bien, si todos hubieran trabajado independientemente y por separado, y si ninguno estuviese entrenado para este trabajo concreto, es imposible que cada uno fuese capaz de fabricar veinte alfileres por día, y quizás no hubiesen podido fabricar ni uno; es decir, ni a doscientas cuarentava parte, y quizás ni siquiera la cuatro mil ochocientasa va parte de lo que son capaces de hacer como consecuencia de una adecuada división y organización de sus diferentes operaciones.

Del principio que da lugar a la división del trabajo

“No es la benevolencia del carnicero …”

El hombre, en cambio, está casi permanentemente necesitado de la ayuda de sus semejantes, y le resultará inútil esperarla exclusivamente de su benevolencia. Es más probable que la consiga si puede dirigir en su favor el propio interés de los demás, y mostrarles que el actuar según él demanda redundará en beneficio de ellos. Estos es lo que propone cualquiera que ofrece un trato. Todo trato es: dame esto que deseo y obtendrás esto otro que deseas tú; y de esta manera conseguimos mutuamente la mayor parte de los bienes que necesitamos. No es la benevolencia del carnicero, el cervecero, o el panadero lo que nos procura nuestra cena, sino el cuidado que ponen ellos en su propio beneficio. No nos dirigimos a su humanidad sino a su propio interés, y jamás les hablamos de nuestras necesidades sino de sus ventajas. Sólo un mendigo escoge depender básicamente de la benevolencia de sus conciudadanos.

Del origen y uso del dinero

El carnicero guarda en su tienda más carne de la que puede consumir, y tanto el cervecero como el panadero están dispuestos a comprarle una parte, pero sólo pueden ofrecerle a cambio los productos de sus labores respectivas. Si el carnicero ya tiene todo el pan y toda la cerveza que necesita, entonces no habrá comercio. Ni uno puede vender ni los otros comprar, y en conjunto todos serán recíprocamente menos útiles. A fin de evitar los inconvenientes derivados de estas situaciones, toda persona prudente en todo momento de la sociedad, una vez establecida originalmente la división del trabajo, procura naturalmente manejar sus actividades de tal manera de disponer en todo momento, además de los productos específicos en todo momento, además de los productos específicos de su propio trabajo, una cierta cantidad de alguna o algunas mercancías que en su opinión pocos rehusarían aceptar a cambio del producto de sus labores respectivas.

Es probable que numerosas mercancías diferentes se hayan concebido y utilizado sucesivamente a tal fin. … el ganado … la sal en Abisinia… el bacalao seco en Terranova … el tabaco en Virginia … el azúcar en las Indias Occidentales … y hasta clavos en un pueblo de Escocia.

Examinaré a continuación las reglas que las personas naturalmente observan cuando intercambian bienes por dinero o por otros bienes. Estas reglas determinan lo que puede llamarse el valor relativo o de cambio de los bienes.

“Valor de uso” y “valor de cambio”

Hay que destacar que la palabra VALOR tiene dos significados distintos. A veces expresa la utilidad de algún objeto en particular, y a veces el poder de compra de otros bienes que confiere la propiedad de dicho objeto. Se puede llamar a lo primero “valor de uso” y a lo segundo “valor de cambio”. Las cosas que tienen un gran valor de uso con frecuencia poseen poco o ningún valor de cambio. No hay nada más útil que el agua, pero con ella casi no se puede comprar nada; casi nada se obtendrá a cambio de agua. Un diamante, por el contrario, apenas tiene valor de uso, pero a cambio de él se puede conseguir generalmente una gran cantidad de otros bienes.

Del precio real y nominal de las mercancías, o de su precio en trabajo y su precio en moneda

Pero el oro y la plata, como cualquier otra mercancía, cambian de valor, y a veces son más caros y otras veces más baratos, unas veces más fáciles y otras más difíciles de comprar. La cantidad de trabajo que cualquier cantidad dada de ellas puede comprar o dirigir, o la cantidad de otros bienes por la que se puede cambiar, depende siempre de la riqueza o pobreza de las minas conocidas cuando tiene lugar el intercambio.

El trabajo exclusivamente, al no variar nunca en su propio valor, es el patrón auténtico y definitivo mediante el cual se puede estimar y comparar el valor de todas las mercancías en todo tiempo y lugar. Es su precio real; y el dinero es tan solo su precio nominal … aunque el trabajo tiene como las mercancías un precio real y un precio nominal. Su precio real consiste en la cantidad de cosas necesarias y cómodas para la vida que se dan a cambio de él; su precio nominal, en la cantidad de dinero. El trabajador es rico o pobre, es remunerado bien o mal, no en proporción al precio nominal de su trabajo sino al precio real.

De las partes que componen el precio de las mercancías

Aquí es donde estipula que las tres partes son; las rentas de la tierra, trabajo y beneficios.

De la división del capital - Capital circulante y capital fijo

Hay dos maneras diferentes de asignar el capital para que rinda un ingreso o beneficio a su inversionista.

En primer lugar, puede ser invertido en cultivar, elaborar o comprar bienes, y venderlos con un beneficio. El capital invertido de esta forma no produce ingreso ni beneficio alguno a su propietario mientras continúa en su posesión o conserva su forma. Los bienes del comerciante no le rinden ingreso ni beneficio mientras no los venda a cambio de dinero, y el dinero tampoco lo hace mientras no es a su vez intercambiado por bienes. Su capital continuamente sale de sus manos de una forma y regresa a ellas de otra, o intercambios sucesivos. Tales capitales pueden ser denominados, con toda propiedad, capitales circulantes.

En segundo lugar, puede ser invertido en la roturación de la tierra, en la compra de máquinas útiles o instrumentos de trabajo, o en cosas así que rindan un ingreso o beneficio sin cambiar de dueño y sin circular. Esos capitales, entonces, pueden ser apropiadamente llamados capitales fijos.

Las distintas actividades requieren proporciones también muy diferentes entre los capitales fijos y circulantes invertidos en ellas.

El capital de un comerciante, por ejemplo, es por completo capital circulante. No necesita máquinas ni instrumentos de trabajo, salvo que se consideren tales su tienda o su almacén.

Una fracción de capital de todo artesano o industrial debe estar fijo en los instrumentos de su labor. Esta fracción es pequeña en algunos casos y grande en otros. Un maestro sastre no necesita más instrumentos que un paquete de agujas. Los de un maestro zapatero son algo más caros, pero no mucho más. Los del tejedor sí superarán con mucho a los del zapatero. La mayor parte del capital de todos estos maestros artesanos, de todos modos, es circulante, sea en salarios de sus trabajadores o en el precio de sus materiales, y es reembolsado con un beneficio a través del precio de sus productos.

En otras actividades se necesita un capital fijo mucho mayor. En la industria del hierro, por ejemplo, el horno de fundición, la forja y la máquina de cortar son medios de producción que no pueden ser construidos sin un abultado coste. En las minas de carbón y otras, la maquinaria necesaria para drenar el agua y otros propósitos es con frecuencia incluso más cara.

La mano invisible

Cada individuo está siempre esforzándose para encontrar la inversión más beneficiosa para cualquier capital que tenga. Es evidente que lo mueve su propio beneficio y no el de la sociedad. Sin embargo, la persecución de su propio interés lo conduce natural o mejor dicho necesariamente a preferir la inversión que resulta más beneficiosa para la sociedad.

En primer lugar, cada individuo procura emplear su capital lo más cerca de casa que sea posible, y por ello en la medida de lo posible apoya a la actividad nacional …

En segundo lugar, cada individuo que invierte su capital en la actividad nacional, necesariamente procura dirigir la actividad para que la producción alcance el máximo valor posible …

Al preferir dedicarse a la actividad nacional más que a la extranjera él sólo persigue su propia seguridad; y al orientar esa actividad de manera de producir un valor máximo él busca sólo su propio beneficio, pero en este caso como en otros una mano invisible lo conduce a promover un objetivo que no entraba en sus propósitos. El que sea así no es necesariamente malo para la sociedad. Al perseguir su propio interés frecuentemente fomentará el de la sociedad mucho más eficazmente que si de hecho intentase fomentarlo. Nunca he visto muchas cosas buenas hechas por los que pretenden actual en bien del pueblo. …”

SOBRE LA PROPIEDAD PRIVADA

El dios romano Término era, para los romanos, el guardián de las propiedades, el protector de los límites y el vengador de las usurpaciones.

Durante el reinado de Saturno, los campos carecían de confines, todo era una posesión común y a eso se debía el que los romanos no tuvieran el sentido de propiedad; ellos, no establecían diferencias entre lo mío y lo tuyo, como nos ocurre a nosotros. Pero se produjo un cambio al aparecer la ambición, la codicia y la usurpación, que acarrearon querellas y procesos. Entonces, Ceres, la diosa legisladora, estableció reglas ordenando que los campos fueran separados por quienes los cultivaban y la separación consistía en hileras de árboles, piedras o cualquiera señal que indicara un límite. La preferida fue un mojón y nació la costumbre de venerarlo como un dios y le dieron el nombre de Término y le asignaron un día de fiesta, que fue la fiesta terminal. Los propietarios de tierras contiguas acudían junto al Mojón que delimitaba sus tierras, depositaban guirnaldas, lo rociaban con aceite, inmolaban corderos y lechones, y se los comían las familias reunidas.

Un hecho milagroso ocurrió para dar nacimiento al dios Término.

Tarquino, el Soberbio, quiso levantar sobre el Capitolio un templo a Júpiter y fue necesario cambiar de ubicación las estatuas, los edículos y los pedestales. Todos los dioses abandonaron sin resistirse el lugar que habían ocupado hasta entonces, solo opuso resistencia el dios Término y no fue posible moverlo de su lugar, de modo, que debió quedar emplazado en el centro del nuevo templo.

Esta fábula fue divulgada entre la gente del pueblo para demostrar que los límites de los campos son sagrados y que el usurpador que tuviese la audacia de cambiarlos debía ser entregado a las Furias. 

Las Furias de hoy son las leyes que rigen la Propiedad Privada.

IDEAS ECONÓMICAS DE ADAM SMITH

Adam Smith escribe sus dos principales obras: La teoría de los sentimientos morales y La riqueza de las naciones. Las principales aportaciones al progreso económico que podemos extraer de ellas son las siguientes:

  • Liberalismo económico: Adam Smith es el primero en el contexto anglosajón en apostar por una economía desvinculada del Estado (en el mundo mediterráneo dicha idea había sido defendida por los teóricos de la Escuela de Salamanca varios siglos atrás). La explicación dada por Adam Smith fue que cuando los diferentes agentes buscan su propio interés personal hay una mano invisible que les lleva a que esa búsqueda de beneficio personal sea un beneficio para toda la sociedad. La intervención del Estado en la economía no haría otra cosa que empeorar los resultados dados por el libre mercado. Esta idea sería desarrollada por la escuela Austriaca en los siglos XIX y XX.
  • División del trabajo: en una sociedad agraria donde no estaba desarrollado el comercio, Adam Smith se dio cuenta que podría aumentar la producción con la división del trabajo. El ejemplo que pone de la fábrica de alfileres lo ilustra muy bien: si un obrero hace todo el proceso no podría hacer más de veinte alfileres al día. Sin embargo, si cada uno se especializa en una fase del proceso podrían llegar a hacer doce libras de alfileres. Esta teoría fue la base de la especialización productiva, puesta en marcha por primera vez por Taylor y Ford en la fábrica de coches homónima.
  • Importancia del comercio internacional: como fruto de la especialización, cada nación será más productiva en la fabricación de unos bienes y menos en otros. Adam Smith rompe con la tradición de restringir las importaciones y propugna la especialización de una nación en aquello que le es más barato producir para luego venderlo y comprar a otras lo que no fabrica. Dicha teoría se denomina ventaja absoluta, la cual fue mejorada después por David Ricardo y su teoría de la ventaja comparativa.
  • Repliegue del estado de la vida pública: según Adam Smith, el Estado solo debería prestar los servicios de seguridad, justicia y educación.
Estas aportaciones sentarían la base de un cambio en el paradigma económico, desde el mercantilismo al capitalismo. Además, sirvieron como raíces a los teóricos de la escuela austriaca para hacer una explicación mucho más concreta de la economía, partiendo de la acción humana.

Adam Smith