- ¿Quién es Aníbal Malaparte?
Una pregunta fácil y difícil de responder al mismo tiempo.
La respuesta fácil es que Aníbal Malaparte es un poeta marxistas-leninista en la ciudad de Xalapa, fuertemente influenciado por las vanguardias artísticas del pasado siglo y que soporta el día a día de ser un proletario en un país colonizado en el periodo del capitalismo en descomposición.
La respuesta difícil es algo más larga.
En cierta ocasión escribí un poema sobre la existencia de las máscaras que creamos para darnos a conocer al mundo. En el poema reflexionaba sobre como cada máscara es básicamente una mentira formada a partir de una serie de verdades basándonos en el hecho de que las mejores máscaras se hacen en elementos humanos auténticos como piel y cabello ¿no es lo mismo para todos nosotros? Creamos un personaje basándonos en aquellas partes de nuestra historia, nuestras experiencias y nuestra personalidad que decidimos no solo mostrar al mundo sino como habremos de hacerlo y lo concebimos de esta forma porque al final del día cada máscara deviene en autorretrato.
Entonces, en pocas palabras, Aníbal Malaparte es aquello que cree con los restos de mi viejo yo tras una serie de experiencias que me rompieron en pedazos, soy yo mismo, pero las piezas rotas (afiladas o endurecidas) se reorganizaron de otra manera, por supuesto, al rearmarme encontré que había partes de mi que ya no necesitaba ni requería, así que me deshice de ellas, por otra parte descubrí también que hay vacíos que nada ni nadie podrá sustituir, pero bueno, a esas alturas y tras tantos puentes quemados no es que me importe.
Aníbal Malaparte |
- ¿Cómo llegaste a este mundo adictivo y visceral de la poesía? ¿Quién te dio el gusto por la literatura?
Bueno, como muchos escritores comencé en mi adolescencia en aquel rincón del internet llamado Fanfiction.net donde leía historias escritas por otros fans, todas ellas basadas en mangas y comics populares, recuerdo particularmente como buscaba historias de continuación sobre Ranma ½. Con el tiempo comencé a escribir mis propias historias, escribí algunos fanfics de Bleach, X-Men, Daria o Naruto. De escribir fanfiction pasé a escribir algunas historias originales, incluso gané algún concurso en la preparatoria para un concurso de cuentos por la revolución mexicana.
Tras escribir cuento comencé a escribir poesía, recuerdo que fue también durante la preparatoria, un jueves lluvioso que acudí a una tertulia organizada por el colectivo Adictos a la Poesía que se organizaba en el café Tierra Luna donde leí uno de mis poemas ante el público por primera vez, desde entonces comencé a frecuentar diversas tertulias donde leía con el micrófono en la mano mis primeros versos ante un público cada vez más grande y exigente.
Pero eso solo responde la mitad de la pregunta.
Cuando comencé a escribir fue durante los primeros años de La Otra Campaña, el esfuerzo del EZLN por romper con su cerco político y organizar una respuesta de izquierda por todo el país y si bien ya tenía una formación política e ideológica bastante folclórica en el marxismo debido a mi herencia paterna fue mi primera participación (bastante ingenua, por cierto) en la militancia política, recuerdo particularmente como aquellos años salía de entrenar Tae Kwon Do y me reunía con algunos otros zapatistas urbanitas para escribir consignas revolucionarias por toda Xalapa.
Con el tiempo esta participación en el neozapatismo me llevó a la militancia en el marxismo-leninismo, fueron transcurriendo los años y con ellos varios eventos históricos que me empujaron a profundizar en mi militancia, como la imposición de Peña Nieto y sus reformas estructurales y por supuesto la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Esto me hizo dejar la poesía en un muy lejano cuarto plano, al menos hasta la pandemia y el confinamiento por el COVID-19, cuando encerrado y sin nada más que hacer más allá de golpear mi costal de box, practicar algunos viejos pumses que aun recuerdo y meditar en la nada vacía me puse a revisar viejos poemas, reescribirlos y escribir algunos nuevos, poco después publiqué mi primer poemario Escribe poesía, construye bombas caseras.
- ¿Cuáles son los modelos o cuáles fueron los modelos de poetas que te dieron ganas de escribir poesía?
Mi primera influencia fueron sin duda dos corrientes: los beatniks, particularmente Allen Ginsberg y los simbolistas, destacando entre ellos Charles Baudelaire y Arthur Rimbaud. Los primeros los comencé a leer cuando investigaba sobre el 68 global, los segundos porque en mi adolescencia era parte de un grupo de amigos en la preparatoria adeptos a la contracultura gótica, recuerdo aún con bastante diversión como cuando jugábamos a la Ouija en el cementerio (no es que yo creyese en la existencia de espíritus) alguna vez invocamos el fantasma de Lenin, por cierto, es menester mencionar que Lenin hablaba en un perfecto español jajaja.
Obviamente internet me ayudó muchísimo a conocer poetas comunistas, en aquellos años no encontré placer alguno al leer por ejemplo a Miguel Hernández (ahora me encanta), pero quedé flechado por Vladimir Maiakovski y Assata Shakur cuyos versos venero incluso hasta el día de hoy, lo mismo podemos decir de la poesía contracultural, son los mismos años donde descubrí a Alejandra Pizarnik o Patti Smith.
Obviamente te hablo de mis primeros días de lectoescritura, ha pasado agua bajo el puente desde entonces y obviamente tengo ahora muchas más lecturas, influencias y modelos, pero, así como nunca superamos realmente un primer enamoramiento de la misma forma mis primeras experiencias van irremediablemente ligadas a las y los autores mencionados.
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- ¿Cuáles son los temas más relevantes para un poeta?
No creo que exista tema irrelevante para un poeta, especialmente para un poeta marxista ya que en todo tema hay una oportunidad para emplear las armas de la crítica ya que todo tema de una forma u otra se encuentra atravesado por la lucha de clases.
- El entorno siempre marca al escritor ¿Cómo y en qué medida influyó la situación de tu ciudad y tu país en tu obra?
Obviamente no me ha sido indiferente. Algo que recuerdo particularmente sobre mis primeros poemas allá por 2007 fue una consigna que pintamos en varias partes de la ciudad 1810, 1910, 2010. Era una especie de profecía que circulaba en varios círculos de izquierda mexicanos, vaticinando una rebelión. Para quienes no son mexicanos 1810 fue el año cuando inició la guerra de independencia contra el dominio colonial y 1910 fue comenzó una revolución agraria. Cual frase cabalística muchos esperaban una revolución proletaria encabezada por el EZLN y el EPR que realmente nunca se concretó.
De la misma forma la situación histórica como las manifestaciones de masas que ya mencioné en el periodo de 2012-2016 durante el sexenio de Peña Nieto me llevaron a consolidarme en mi compromiso revolucionario y a templarme como militante, de la misma forma la manera tan ruin como López Obrador aumento su popularidad robándose banderas, consignas y símbolos de la izquierda mexicana para consolidar su proyecto populista y neoliberal me llenó de un asco y rabia que me impidió resignarme y rendirme a diferencia de muchos de mis antiguos compañeros o rivales de otras izquierdas.
En realidad este punto fue muy importante para mi como militante y como escritor, por un lado ver como AMLO tiene el descaro de citar a Emiliano Zapata, José Revueltas e incluso a Karl Marx para justificar sus proyectos de despojo y sus actos represivos contra los pueblos originarios y la clase obrera mexicana mientras que por otra parte darme cuenta que muchos de quienes se reivindicaban a sí mismos como de la izquierda no marxista (particularmente los anarquistas mexicanos) tras unos pocos años de caricaturesco radicalismo terminaron como policías o funcionarios con el chaleco de MORENA apoyando la reconfiguración del capitalismo mexicano me llevó aceptar que, al menos en mi caso, no hay punto de retorno ni acepto ser como ellos.
- Celaya maldecía la poesía neutral ¿el poeta debe tomar partido y mojarse?
No existe tal cosa como una poesía neutral, se es parte de la solución o se es parte del problema, lo que sí es posible es argumentar que existe alguna apariencia de neutralidad en la poesía que esconde una toma de posición por los explotadores y opresores.
En ese sentido, no hay poeta que no tome partido, simple y sencillamente algunos saben lo que están haciendo y actúan en consecuencia, la mayoría no lo hace.
- Otro poeta, Lorca, decía que la poesía era revolucionaria ¿un poeta debe ser revolucionario?
Existen muchos poetas que provienen de la aristocracia o la burguesía a los cuales no podríamos ni deberíamos pedirles que sean revolucionarios ya que su propia condición de clase los empujaría a defender ideas anti-proletarias, incluso su socialismo estaría influido por su posición de clase.
Eso no quiere decir que un poeta de origen burgués no pueda ser revolucionario, pero tendría que reeducarse profundamente a si mismo. Por ejemplo, Lenin era un gran admirador de Gorki, pero al final del día lo consideraba un intelectual pequeño burgués. Para llegar a ser lo que Lenin llamaba un ideólogo de la clase obrera (o en términos gramscianos, un intelectual orgánico del proletariado) una revolución radical de las ideas que no termina de un día para otro.
Sin embargo, esta misma posición no puede mantenerse cuando hablamos con un poeta que provenga del proletariado. La mayoría de los proletarios no hacen más que repetir las ideas de la burguesía, su clase dominante, (aquí no estoy encontrando ningún hilo negro, Marx describió el fenómeno hace ya bastante tiempo) muchos proletarios, incluso cuando intentan rebelarse no lo logran porque no tienen más que las herramientas intelectuales que la burguesía les ha dado. Vuelvo al ejemplo de los anarquistas con los cuales conviví, en 2014, cuando la crisis del Estado por la desaparición de los 43, la mayoría de ellos pasó más tiempo saboteando marchas y reventando asambleas debido a su fanática oposición al marxismo ¿Qué es el anarquismo sino liberalismo para pobres con una fuerte dosis de arbitrario antiautoritarismo? Pero ¿Qué fue de ellos unos años después? Que un subdirector de la policía en mi ciudad sea un ex anarquista regresado de sociología que llamaba a los comunistas explotadores del pueblo es algo bastante indicativo sobre cómo evolucionan ideológicamente este tipo de individuos.
Entonces, más que pedirle a un poeta proletario que sea revolucionario lo que hay que solicitarle es que abra algunos libros de marxismo y se ponga a estudiarlos. Esto aumentará fuertemente las posibilidades de librarse de numerosos vicios ideológicos inculcados por la burguesía tales como el misticismo, el irracionalismo, la misoginia, la transfobia, el pensamiento mágico o el anti-intelectualismo.
- El escritor del prólogo de Delirios nihilistas dice que la poesía acompaña al guerrillero, ¿tú qué dices al respecto? ¿la poesía es para revolucionarios?
Estoy bastante de acuerdo con él, no por nada le pedí escribiese el prólogo de mi poemario.
Lo primero que debemos recordar es que en El marxismo y los problemas de la lingüística Stalin definió a las palabras como representantes de conceptos y estos conceptos se ven enriquecidos o empobrecidos dependiendo de las relaciones sociales existentes en cada momento histórico, ligada siempre a la actividad productora de cada modelo social y al mismo tiempo en un estado de cambio casi ininterrumpido, entonces ¿Qué es la poesía sino una narrativa destilada hasta sus ultimas consecuencias? ¿Qué es la poesía sino la actividad que hace posible decir en el menor numero de palabras la mayor cantidad de historias?
¿Cuál es la labor del poeta en este punto si es que quiere ser digno de ser llamado poeta? Pues a partir de su posición de clase, su conciencia de clase y su ideología hacer de este lenguaje no solo una crítica al mundo existente sino también hacer aquello que Sartre llamó la expansión de los límites de lo posible. Es decir, no solo debemos de decir que este mundo es insostenible, sino que además es grotesco y estúpido, pero también que podemos construir uno diferente, uno mejor.
Llegados a este punto, decir que la poesía es para revolucionarios se convierte en algo bastante obvio.
- La poesía es comunicación ¿Qué buscas comunicar?
Odio, rabia, nihilismo, tristezas violentas. Amor.
Impulso, pasión, desborde. Materialismo dialéctico.
Ciudades en llamas, manos cubiertas en sangre.
Terror proletario. El beso de una boca humeante.
La caída del viejo mundo, la llegada del nuevo.
- Cuando los medios no hablan los muros suelen romper esa censura ¿la poesía es necesaria en esa labor?
Depende del verso en cuestión y la idea en cuestión. Hace poco pasé junto a un muro con una consigna que decía larga vida a la mota y el perreo junto un símbolo libertario. Dudo mucho sea ese una ruptura con el pensamiento que requerimos para romper con el cerco de los medios burgueses. Otro ejemplo, hace unos días pasé junto a una pinta, no recuerdo la consigna exacta pero la idea era abortar a los transfemeninos (forma despectiva en la cual las radfem mexicanas se refieren a las mujeres trans). Esa tampoco es una idea particularmente revolucionaria como tampoco fue una pinta rojiparda que usando la hoz y el martillo encontré en cierta ocasión alertando contra la ideología de género y la agenda 2030…
Entonces sí, la poesía puede romper algunos muros de censura, pero si no es la poesía correcta entonces solo es sustituir una idea falsa por otra.
- ¿Un verso puede ser más efectivo que una noticia?
Supongo que podemos dar una respuesta análoga a la anterior: depende del verso y su intención.
- Las redes sociales se han convertido en una ventana en un mundo más global e interconectado ¿te han ayudado en tu labor poética? ¿Qué reacción ha tenido tu poesía en los lectores?
Bueno, en el sentido que me ha facilitado encontrar tanto nuevos autores que leer como lectores interesados en escribirme e intercambiar ideas las redes sociales han servido en ese sentido, como también han sido útiles al permitir que la comunicación sea instantánea.
Por otra parte, entre mis lectores ha habido todo tipo de reacciones, desde fascistas que me escriben para amenazarme con lanzarme de un helicóptero al mar hasta personas que me piden recomendaciones para iniciarse en el marxismo o mi opinión sobre diversas organizaciones en las cuales planean militar.
- ¿Hay poemas o poemarios que no quisiste, o no pudiste, publicar, y que permanecen inéditos?
En estos momentos tengo un libro de cuentos que estoy revisando, tengo un poemario concursando para ganar una beca Fonca además de otros dos poemarios esperando respuesta de mi editorial, particularmente uno sobre los próximos 10 años de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Eventualmente me gustaría escribir una novela sobre mis experiencias cuando trabajé como proletario rural en el norte del país.
Nunca me he quedado con ganas de publicar, si me rechazaban en una parte buscaba en otra, mis tres primeros poemarios fueron editoriales pequeñas e independientes que se interesaron en publicarme, aunque muchas otras no para mantenerse alejadas de lo que llamaban pensamientos extremistas.
En La asamblea de los fantasmas, que es mi libro más reciente tengo ya suficiente presencia para aparecer en el mercado internacional, ese tuve que recortar un poco el contenido, pero no por su contenido ideológico sino por la extensión del borrador original.
Sea lo que sea, me niego a aceptar alguna censura o autocensurarme para aumentar mis ventas o hacerme aceptable para los peores reaccionarios.
- ¿Sigue siendo necesaria la poesía en este mundo?
Este mundo puede vivir perfectamente sin poesía. Eso no significa que vivir en ese mundo sea una vida que valga la pena vivirse.
- Para terminar ¿Qué le puedes recomendar a tus lectores que quieran iniciarse en la escritura?
Primero y por encima de todo que lean, un escritor sin lecturas previas, sin estudio critico de la literatura del pasado (su contexto histórico o sus técnicas literarias) cualquier cosa que escriban carecerá de la profundidad necesaria para comprender y cambiar el orden actual de las cosas.