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viernes, 27 de mayo de 2016

LA GUILLOTINA ES LA MADRE DE LA DEMOCRACIA

La historia de la guillotina siempre es relacionada con la Revolución Francesa, pero la guillotina como tal, ya existía varios siglos antes y era usada por muchos países en la Europa Medieval. Existen pruebas de que ya existían aparatos similares con distintas denominaciones como el Fallbeil alemán o el gibbet de Halifax en Inglaterra. También son conocidos en Escocia y los estados pontificios artilugios que pueden ser considerados iguales a la guillotina. Pero la guillotina como tal es “inventada” en Francia en 1.792.

Cuando cogió fama y nombre, fue durante la revolución francesa. Un diputado de la Asamblea llamado Joseph Ignace Guillotin propuso el uso de la guillotina para agilizar y evitar el sufrimiento de los condenados a muerte, hasta entonces sólo los miembros importantes de la sociedad tenían una muerte rápida bajo el hacha o la espada, el resto agonizaba colgado en la horca. Parece que en un primer momento su idea no gusto, por lo que pidió ayuda a la Academia de cirugía. El Doctor Antoine Louis fue el creador de un prototipo funcional, que paso diferentes pruebas usando animales y cadáveres. Finalmente la Asamblea acepto su uso, empezando a emplearse a partir de mayo de 1.792.

La palabra guillotina se originó en el apellido del autor de la iniciativa, el médico francés José Ignacio Guillotin, que el 10 de octubre de 1789 presentó a la Asamblea de los Estados Generales un proyecto de ley para humanizar —valga la paradoja— la pena capital y abolir los antiguos métodos de ejecución; el ahorcamiento para los villanos, la decapitación para los nobles y el infamante de la rueda aplicado a los asesinos, por sustentarse el principio de igualdad de pena para todos, sin distinción de clases y para evitar sufrimientos innecesarios al reo.


Guillotin y una máquina para amenguar el sufrimiento en las ejecuciones. Un humanista incomprendido 

El 28 de mayo de 1738 en Saintes, nace Joseph Ignace Guillotin. Hijo de Joseph Alexandre Guillotin y de Catherine Agathe Martin, Joseph Ignace fue un niño prematuro. Su infancia transcurrió tranquila, y pronto se reveló como un alumno aventajado con una cierta vocación religiosa. No obstante, la vocación religiosa le duró poco y se trasladó a París para estudiar Medicina. En 1770 se licenció y rápidamente adquirió fama de buen médico. En 1789 fue elegido como diputado por el Tercer Estado, lo que le convirtió automáticamente en un hombre de la Revolución que estalló ese mismo año.

El proyecto del Dr. Guillotin, que al principio no despertó interés, tuvo aprobación en marzo de 1792, pero su diseñador no fue el autor de la idea, sino el Dr. Louís, de la Academia de Cirugía de Francia. A un alemán constructor de clavicordios llamado Schmidt, se le encargó la fabricación de la máquina, que, terminada, fue experimentada con cadáveres y animales.

Por tanto, aunque la fama del invento fue siempre para Guillotin, el invento de la guillotina “moderna” puede ser atribuido sin dudas a Antine Louis. Una de sus más famosas ejecuciones fue la de Maria Antonieta, reina de Francia, el 18 de febrero de 1.875.

La guillotina ha seguido usándose en varios países a lo largo de los años, uno de los momentos más oscuros en su historia, fue su uso para las ejecuciones masivas de judíos y otras etnias por los nazis en la Segunda Guerra Mundial.. En Francia la última ejecución usando este método no fue hace tanto tiempo, ya que en 1.977 fue usada por ultima vez para ejecutar a Hamida Djandoubi. Pocos años después, en 1.981, el presidente Miterrand abolía ejecutivamente la pena de muerte en Francia y con ella el uso de la guillotina.

Su primer uso

A las 10:20 de la mañana del 21 de enero de 1793, en una concurridísima plaza de la Revolución de París (actual plaza de la Concordia), fue guillotinado el ex rey de Francia Luis XVI tras haber sido juzgado y condenado a muerte por los diputados de la Convención. Tras la supresión de la monarquía el 21 de septiembre de 1792 la Convención Nacional (órgano legislativo) debatió qué hacer con el rey depuesto y su familia, presos en la cárcel del Temple. Finalmente, tras el hallazgo de documentos personales que le incriminaban, la Convención decidió dar el paso y el 11 de diciembre inició el proceso. Aquel día el ciudadano Luis Capeto escuchó los cargos que se le imputaban: organización de la contrarrevolución, conspiración con los “emigrados” (aristócratas contrarrevolucionarios huidos del país) y responsabilidad en las matanzas de “patriotas” (partidarios de la revolución). El 17 de enero los diputados votaron mayoritariamente a favor de su culpabilidad y su condena a muerte. El episodio, uno de los más significativos de la Revolución francesa, fue celebrado por los habitantes de la capital.




martes, 17 de mayo de 2016

EL INFIERNO

Por fin es de noche. Desde el centro del firmamento una abominable mancha negra casi circular se desparramaba lentamente cubriendo la ciudad. Estoy viendo las estrellas, están muy lejanas y su luz tarda mucho en llegarnos. Lo único que vemos de las estrellas son fotografías viejas. La oscuridad va lentamente apoderándose de cada rincón, quitando la máscara de esta ciudad que se cree tan perfecta, mostrando su verdadero rostro, una ventana al infierno.

El infierno está aquí, entre nosotros. Detrás de cada pared, de cada ventana...Es el mundo detrás del mundo. Cada rincón, cada calle, cada casa... es un centro de exterminio privado y particular. La monotonía reina por las calles. La maldita monotonía.  Nada destruye más al hombre que la estupidez ignorante y la conformidad. 

Paseando por la calle, vuelvo a ver otra pelea de borrachos. Se increpan por no sé que y sus gritos rompen el silencio imperante. Desde la otra esquina, las chicas empiezan a mostrar su mercancía.
Paseo por un asqueroso barrio, de una asquerosa ciudad. Alcahuetes, palizas, drogas, violaciones... más de lo mismo. Maldita ciudad que destroza todo lo que toca. Esta ciudad podrida. Pudre todo lo que toca. Esta ciudad podrida. Aquellos que no puede corromper, los pudre hasta vaciarlos, tirando luego sus cuerpos a las aceras como cáscaras que se amontonan en un vertedero eterno y silencioso. 

El mundo está al borde la destrucción. Siempre lo ha estado y siempre lo estará. Es nuestra naturaleza. Nos matamos unos a otros en un bucle infinito que no tiene fin. Y si no participas en el juego, las propias reglas te obligan y te animan a a coger una pistola y volarte los sesos mientras el resto del mundo asiente en silencio, mostrando su conformidad. Los humanos somos así. Animales que hace poco que hemos bajado del árbol.

¿Quién crea el mundo? Quizás el mundo no se crea. Quizás nada se crea. Tal vez, simplemente, el mundo siempre está, ha estado y estará ahí. Empecé a entenderlo. Todo era un chiste. Me lo tomaba como si fuera un chiste, pero lo entendía. Veía las grietas en la sociedad, veía cómo los hombrecitos enmascarados intentaban que no se hicieran más grandes... Contemplé el verdadero rostro de esta sociedad y opté por convertirme en un reflejo, en una parodia de él. Nadie más entendió el chiste. Por eso me encontraba tan solo. 

¿Y dónde está ese Dios del que tanto hablan? Miré al cielo a través del intenso humo lleno de grasa humana y vi que Dios no se encontraba ahí. Vi esa oscuridad fría y vacía que se extiende hasta el infinito, vi que estamos solos. Vivimos nuestras vidas, puesto que no tenemos nada mejor que hacer. Más adelante, ya les buscaremos un sentido. Venimos de la nada; Tenemos hijos, que se encuentran atados a este infierno al igual que nosotros, y volvemos a la nada. No hay nada más. La existencia es algo fortuito. No hay ningún patrón salvo el que imaginamos cuando nos quedamos mirando fijamente durante mucho tiempo. No tiene ningún sentido, salvo el que decidimos imponer.

Me gustaría que toda la escoria de la Tierra estuviera en una sola garganta, y tener mis manos en torno a ella, mientras arde eternamente en el fuego fatuo y se hunde en la necedad y en la sangre y la mugre acumulada por el tiempo y la gente. Pero no merece la pena. Continúo mi paseo mientras observo que el mundo está siempre al borde de la destrucción. El mundo es un maldito retrete pero nadie se ha atrevido nunca a tirar de la cadena.

Nunca se han preguntado qué es el infierno. Es ver cómo todo lo que has creado y por lo que has luchado se desvanece en la nada, como el polvo en el viento.

lunes, 9 de mayo de 2016

LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL LA GANO LA URSS A PESAR DE LO QUE DIGA HOLLYWOOD

Tan solo el 13% de los europeos cree que el Ejército de la URSS jugó el papel principal en la liberación de Europa del nazismo durante la Segunda Guerra Mundial, revela una reciente encuesta dirigida a más de 3.000 personas en Francia, Alemania y el Reino Unido. fuente:RT

"Hay que recordar que es el ejército ruso el que, tras un asalto a Berlín, puso punto final a la guerra contra la Alemania hitleriana", declaró Putin, en un discurso ante los 16.000 soldados congregados en la Plaza Roja, antes del inicio de un gigantesco desfile militar.

"La Unión Soviética participó en las batallas más sangrientas" dijo el presidente ruso en su discurso, en referencia a los más de 25 millones de soviéticos que murieron en la guerra.

HOLLYWOOD Y LA PROPAGANDA REESCRIBIENDO LA HISTORIA

En los primeros años del nazismo e incluso en los primeros años de la Segunda Guerra Mundial, hasta 1941 o más tarde, se producen muy pocas películas con alguna connotación contra el fascismo o el nazismo. Confesiones de un espía nazi (1939), La tormenta mortal (1940) o El gran dictador (1940) son las pocas obras que se atrevieron a denunciar a esta ideología y sistema violento, racista y antidemocrático que se extendía por Europa.

Desde el suceso de Pearl Harbour Hollywood se dispuso a colaborar otra vez con el Gobierno estadounidense, como ya lo hiciera en la Primera Guerra Mundial, teniendo en cuenta y siguiendo sus indicaciones.

Respondiendo al llamado del presidente Roosevelt, ocho grandes estudios cinematográficos de Hollywood dedicaron sus recursos y su talento a la temática bélica. Películas documentales, ficciones y dibujos animados sobre la guerra comenzaron a poblar las salas del cine.

Con el objetivo de conmover al público y hacer propaganda política,películas documentales, ficciones y dibujos animados sobre la guerra comenzaron a poblar las salas de cines entre 1939 y 1945, gracias a ocho grandes estudios cinematográficos de Hollywood que se dedicaron a la temática bélica.

En este sentido, la producción cinematográfica de ficción estadounidense sirve de plataforma para seguir hablando del peligro comunista, y se ayuda en su objetivo no sólo del cine de terror, sino también de la ciencia-ficción, el cine bélico y hasta el western, géneros que le permiten propagar un paranoico estado de alerta permanente que sirve, al mismo tiempo, como marco idóneo para difundir el estilo de vida americano —el american way of life- como antesala de la telaraña colonizadora que extiende —ya con la ayuda de la televisión- por todo el mundo, al tiempo que sigue librando numerosos conflictos en Corea, Vietnam, el Golfo, Irán...

La propaganda ideológica está implícita en buena parte de los contenidos audiovisuales que se han producido y se producen en el mundo. No se puede entender la información y la comunicación desde los inicios del siglo XX sin esas dosis de propaganda inevitable.

Por ello toda la información, revistas, documentales, libros, "cómics" bélicos, etc., estaba desproporcionadamente inclinada del esfuerzo angloamericano tratándose a los verdaderos ganadores de la guerra, los rusos, como algo tangencial. No nos debe extrañar pues los anglosajones han conseguido casi hacer olvidar que la descubridora de América fue España, hecho que es difícil encontrar en los libros de texto de Estados Unidos que enaltecen a Colón y no a España, así como que prácticamente todo el Oeste de Estados Unidos era mejicano hasta que les fue arrebatado por una guerra en 1848. Incluso colecciones de vídeo actuales dedican más del 90% de sus capítulos al esfuerzo angloamericano, la batalla de Inglaterra, el desembarco de Normandía, etc., y sólo el resto a la lucha en el Este de Europa, y más recientemente medios de comunicación españoles al cumplirse los setenta años del inicio de la segunda guerra mundial de nuevo inclinan la balanza del lado angloamericano, por ejemplo al citar quince películas bélicas ni una es rusa, ni siquiera la maravillosa "Ven y mira" de Elem Klimov ( 1985 ).

La Guerra se inició el 1 de septiembre de 1939 a raíz de la invasión a Polonia por Alemania. Desde el punto de vista de China, sin embargo, la Guerra empezó el 7 de julio de 1937 cuando Japón invadió a dicho país. Algunos historiadores chinos consideran que el conflicto comenzó en 1931, cuando Japón invadió su territorio de Manchuria y la erigió como Estado bajo su protección, destacando que Japón ocupaba desde 1910 la península coreana, la cual sometió a la más salvaje y genocida explotación y destrucción, y que desde ese año los coreanos iniciaron la resistencia antijaponesa en la que sobresalió el mariscal Kim Il Sung hasta el fin de la Segunda Guerra.


LA UNIÓN SOVIÉTICA GANO LA IIGM PESE A LO QUE DIGA HOLLYWOOD

Eran las cuatro de la mañana cuando los soldados nazis cruzaron la frontera occidental de la Unión Soviética. En aquellas horas de la madrugada del 22 de junio de 1941 comenzó la Gran Guerra Patria, que duró casi cuatro años y cobró la vida de 27 millones de ciudadanos soviéticos.

Cada 22 de junio, Rusia conmemora el Día de la Memoria y el Duelo para rendir tributo a las víctimas de la Gran Guerra Patria.

En la noche del 22 de junio de 1941, Stalin durmió no más de dos horas. En el primer día de la guerra, llegando al Kremlin a las 5:45 am, trabajó continuamente durante 12 horas, no comió nada y sólo tomó un vaso de té fuerte con azúcar. En casi el mismo modo, trabajaba todos los días de la guerra, a veces 15 horas al día. A menudo, la seguridad lo encontraba durmiendo en el sofá. Cuatro años estresantes sin un día libre y vacaciones.

Hablando sobre la Gran Guerra Patria se discute ampliamente el rol que jugó en esos sucesos el entonces dirigente máximo de la Unión Soviética Iosif Stalin. En su capacidad del Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo él aportó una mayor contribución a la Victoria. Pero no fue Stalin el que ganó la guerra sino los pueblos de la URSS que pagaban las cuentas de la inconsistencia de la política europea de preguerra. ¿Y no fue la Unión Soviética con sus espacios, ciudades y aldeas que absorbió el golpe principal de la invasión nazi? Tres cuartos de las Fuerzas Armadas de Alemania quedaron derrotados en el Frente Oriental. Eran las unidades de la mayor capacidad combativa, templadas en las batallas.

Las tentativas de ocultar estos hechos no se puede explicar de la manera que no sea por la falta de deseo de reconocer la grandeza y la superioridad moral de los pueblos de la Unión Soviética los cuales, a precio de víctimas inmensas y destrucción de sus ciudades, garantizaron la conservación de la mayor parte del patrimonio material de la civilización europea.

La Gran Guerra Patria fue una parte integrante de la Segunda Guerra Mundial. Pero lo cierto es que la Unión Soviética y sus Fuerzas Armadas jugaron el papel decisivo en el desenlace triunfante de la guerra mundial. Durante casi 4 años el frente soviético-alemán atraía la mayoría de los recursos y fuerzas de la Alemania fascista. Contra las tropas soviéticas actuaron a la vez desde 190 hasta 270 divisiones más fogueadas del bloque fascista, mientras que las tropas angloamericanas en África del Norte en los años 1941-1943 arrostraron desde 9 hasta 20 divisiones, en Italia en 1943-1945 – desde 7 hasta 26 divisiones, en Europa del Oeste después de junio de 1944 – desde 56 hasta 75 divisiones.

A pesar de estos intentos de monopolizar el protagonismo de la guerra y de la victoria, la antigua Unión Soviética contribuyó más que ninguna otra potencia a la derrota de Hitler por al menos dos razones fundamentales. En primer lugar, porque tuvo el mayor peso de la guerra contra Alemania y porque fue con la derrota del Sexto Ejército Alemán por el Ejército Rojo, a raíz del sitio de Stalingrado, cuando se produjo el punto de inflexión que selló el curso de la contienda. En segundo lugar, fue la Unión Soviética la potencia que mayor cantidad de víctimas sufrió hasta el fin de la Guerra. El costo en vidas humanas, militares o civiles, nos da una medida del esfuerzo global, y por ello citaremos fuentes occidentales en torno al número de víctimas por país:
  • Unión Soviética, 25,568,000; 
  • China, 11,324,000; 
  • Alemania, 7,060,000; 
  • Polonia, 6,850,000 (menos de la mitad eran judíos);
  •  Japón, 1,806,000; 
  • Yugoslavia 1,700,000; 
  • Rumania, 985,000; 
  • Francia, 810,000; 
  • Hungría, 750,000; 
  • Austria, 525,000; 
  • Grecia, 520,000; 
  • Italia, 410,000;
  • Checoslovaquia, 400,000; 
  • Gran Bretaña, 388,000; 
  • Estados Unidos, 295,000; 
  • Holanda, 250,000.
Las víctimas de la Unión Soviética ascendieron realmente a 27 millones (sin contar desaparecidos y heridos), lo cual significa que murieron 91.5 veces más rusos que estadounidenses; 69 veces más rusos que ingleses; y 33.3 veces más rusos que franceses.
Se puede añadir una tercera razón: el ejército rojo avanzó después de la derrota de Stalingrado como una apisonadora por el este de Europa, obligando a que los alemanes retiraran la mayor parte de sus fuerzas del oeste, dejando paso fácil a Estados Unidos y a sus aliados. Sin embargo, aun así, el avance por el oeste fue infinitamente más lento que el del ejército rojo en su apasionada guerra patriótica contra el fascismo.

Los últimos momentos, previos al final de la guerra, fueron protagonizados por el ejército soviético. En abril de 1945, las tropas soviéticas llegaron a los alrededores de Berlín. Las unidades alemanas ocupaban las posiciones defensivas a lo largo de las orillas occidentales del Oder y el Neisse. En los accesos de Berlín y en la propia ciudad estaba concentrada una agrupación de tropas compuesta por 62 divisiones, de cerca de un millón efectivos, 1500 carros blindados, 10 400 piezas de artillería y morteros y 3 300 aviones de combate.

El propio Berlín fue transformado en una potente fortificación y preparado para los combates de calle. En torno a la ciudad se crearon tres anillos de defensa, y dentro, más de 400 puntos de resistencia protegidos por hormigón armado. Al comenzar la operación, las tropas soviéticas contaban con 149 divisiones de fusileros y 12 divisiones de caballería, 13 cuerpos de carros blindados, 7 motorizados, 15 brigadas de tanques y automotrices especiales, de más de 1 900 000 efectivos en total.

El 29 de abril comenzaron los combates por el Reichstag. Después de realizar varios ataques, unidades de la 171 y la 159 divisiones de fusileros ocuparon de noche el edificio. El 30 de abril, a las 14.25, los sargentos Mijaíl Yegórov y Melitón Kantaria colocaron la Bandera de la Victoria sobre el Reichstag.

El 1 de mayo, a las 3.50, al puesto de mando del 8 Ejército de Guardia fue llevado el jefe del Estado Mayor General del Ejército de Tierra de la Wehrmacht, el general de infantería Krebs, quien dijo estar facultado de sostener negociaciones sobre el armisticio. Pero Stalin ordenó que se podía tratarse de la capitulación incondicional solamente. A los mandos alemanes les fue formulado un ultimátum: si hasta las 10.00 ellos no aceptaban capitular incondicionalmente, las tropas soviéticas asestarían un golpe. Al no recibir respuesta, las unidades soviéticas abrieron fuego a las 10.40. Luego que a eso de las 18.00 se supo que la exigencia de la capitulación fue rechazada, empezó el último asalto a la parte central de la ciudad, donde se encontraba la Cancillería Imperial.

Los combates prosiguieron durante toda la noche del 1 al 2 de mayo, hacia el amanecer todos los locales de la Cancillería fueron ocupados por soldados soviéticos. El 2 de mayo, a las 1.50 de la noche, por radio se recibió información del cese de las operaciones de combate y el envío de parlamentarios. Hacia las 15.00, los restos de la guarnición de Berlín (más de 134 mil efectivos) se entregaron.

El 8 de mayo, a las 22.43, hora de Europa Central (9 de mayo, 00.43, hora de Moscú), el general mariscal de campo Wilhelm Keitel y unos delegados de la Marina de Guerra de Alemania, designados por Dönitz, firmaron el Acta de Capitulación Incondicional. En la operación de Berlín las tropas soviéticas perdieron 78 000 efectivos. Quedaron derrotadas por completo 70 divisiones de infantería, 12 de carros blindados y 11 motorizadas del adversario, fueron hechos prisioneros unos 480 000 efectivos alemanes.

Mientras tanto, los ejércitos del oeste corrían para evitar que el ejército rojo pudiera seguir avanzando más hacia el oeste. Las últimas semanas de la guerra el ejército alemán no ofreció ninguna resistencia a los norteamericanos: al contrario, facilitaban su avance para evitar que el ejército rojo conquistara Berlín. Aun así, los que luego se jactaron en su cine e historiografía de derrotar a Hitler miraban de lejos como el ejército rojo liberaba a Europa.

El 24 de junio de 1945, en la Plaza Roja de Moscú se celebró el Desfile de la Victoria. En su parte culminante desfilaron 200 portaestandartes, arrojando al pie del Mausoleo las banderas de las tropas alemanas derrotadas. En EEUU, Gran Bretaña y la mayoría de los países de Europa Occidental, el Día de la Victoria en la segunda guerra mundial se celebra el 8 de mayo.
Historia de un momento decisivo. Alzando la bandera roja en el Reichstag 

Alzando una bandera sobre el Reichstag es el nombre de una histórica fotografía tomada el 2 de mayo de 1945 por el fotógrafo Yevgueni Jaldéi en Berlín, Alemania nazi. La misma muestra a soldados del Ejército Rojo alzando la bandera de la Unión Soviética sobre el Reichstag alemán, completamente en ruinas, en la Batalla de Berlín durante el fin de la Segunda Guerra Mundial. La foto, que significaba la toma de uno de los edificios nazis más emblemáticos, fue extremadamente popular, siendo reimpresa en cientos de publicaciones con fines propagandísticos. Llegó a ser considerada en todo el mundo como una de las imágenes más importantes y reconocibles de la guerra, representando el fin de la Alemania nazi.

Debido al simbolismo y al momento histórico que representa, las identidades de los hombres que aparecen en la imagen son objeto de controversia, aunque se supone que el soldado que sostiene la bandera era Melitón Kantaria. Por otro lado el fotógrafo, Yevgeni Jaldéi, no fue identificado como autor de la fotografía hasta el fin de la URSS.

La foto es la reconstrucción de la toma del Reichstag, efectuada el 30 de abril, pero que había sido pasado por alto por las cámaras soviéticas. La famosa imagen sigue hoy en día rodeada de múltiples leyendas, como los posteriores retoques fotográficos que sufrió, identidad de los soldados y el origen de la bandera que aparece.
El 17 de febrero de 2010 falleció Abdulhakim Ismailov, el soldado del Ejército Rojo que puso la bandera roja sobre el Reichstag alemán en 1945.  El 9 de Diciembre de 2015, en la ciudad rusa de San Petersburgo, muere el último soldado que aún vivía de la toma del Reichstag en Berlín en 1945, Nikolái Beliáyev. Su regimiento izó la bandera roja en el edificio más emblemático de la Alemania nazi.

Alzando una bandera sobre el Reichstag
2 de mayo de 1945 Yevgueni Jaldéi Berlín

La historia de la bandera del Reichstag

La bandera de la 150º División de Fusileros, la primera que ondeó sobre el Reichstag durante los últimos coletazos de la Batalla de Berlín. La bandera que se muestra durante los desfiles en la plaza Roja no es la original de 1945 sino una reproducción utilizada expresamente para estas ocasiones. La auténtica se encuentra expuesta en una urna en el Museo Central del Ejército, en la capital rusa.

Fue alzada por tres soldados soviéticos: Alexei Berest, Mikhail Yegorov y Meliton Kantaria. El 2 de mayo la bandera fue trasladada al esqueleto de la cúpula quemada, donde solo permaneció izada tres días. Según lo acordado por los Aliados, tras la capitulación alemana el Reichstag pasaría a formar parte del sector británico, por lo que el emblema soviético debía ser retirado de su tejado. Comenzó así un periplo de más de dos meses hasta su lugar de destino definitivo.

150 СТР. ОРДЕНА
КУТУЗОВА II СТ.
ИДРИЦК. ДИВ.
 79 С.К. 3 У.А. 1Б.Ф.

150º DIVISIÓN DE FUSILEROS (INFANTERÍA)
 ORDEN DE KUTUZOV DE 2ª CLASE
 DIVISIÓN 'IDRITSKAYA'
 79º CUERPO DE FUSILEROS - 3r EJÉRCITO DE CHOQUE - 1r FRENTE BIELORRUSO


Sin olvido: las atrocidades cometidas por las tropas fascista alemanas y sus cómplices en territorios europeos

Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, había en las cárceles y campos de concentración de Alemania 300 mil antifascistas alemanes, austriacos y checos. En los años siguientes, la Alemania de Hitler en los países europeos ocupados por este país, creó una gigantesca red de 15 mil campos de concentración, prisiones y guetos, convertidos en una monstruosa máquina de represión y destrucción de opositores políticos al nazismo: comunistas, judíos, gitanos, eslavos y otros representantes de razas “inferiores”.

Tristemente célebres fueron los campos de concentración de Auschwitz, Belzec, Sobibor, Treblinka, Chelmno, Majdanek y otros en Polonia, donde hubo el mayor número de “fábricas de muerte”, así como Salaspis en Letonia, Kaunas en Lituania, Vaivara en Estonia, Jasenovac en Yugoslavia…

En cuanto a la escala de sus crímenes, su técnica y brutalidad, el campo de Auschwitz, por ejemplo, dejó muy atrás todo lo que se conocía hasta ese momento. Aquí se realizaron envenenamientos en cámaras de gas, se quemaron personas vivas, había horcas, fusilamientos, palizas, trabajos sumamente pesados y agotadores, hambrunas, todo tipo de experimentos con seres vivos. En Auschwitz, los nazis exterminaron a más de 4 millones de personas: ciudadanos de la URSS, Polonia, Francia, Bélgica, Holanda, Checoslovaquia, Yugoslavia, Rumania, Hungría y otros países, incluidas mujeres, ancianos y niños.

En la propia Alemania, además del ahora ampliamente conocido Dachau, Buchenwald y Mathausen, hubo de cenas de otras “fábricas de la muerte”. Así entre 1939 y 1945, solo por el campo de concentración femenino de Ravensbruck, pasaron1 32 mil mujeres varios cientos de niños de 23 países  europeos. 93 mil personas murieron. A Bergen-Belsen, además de prisioneros de guerra, llevaron extranjeros, los cuales podían ser intercambiados por ciudadanos alemanes capturados en campos aliados, o cínicamente, recibir un rescate.

Hay innumerables ejemplos de las atrocidades de los ocupantes contra la población civil. Le pueblo francés de Oradour-sur-Glane, el pueblo griego de Kalavitra, el pueblo de Jatyn en Bielorrusia y cientos y miles de aldeas y ciudades incendiadas, ciudadanos torturados en Rusia, Ucrania, Bielorrusia, los estados bálticos, Polonia, Checoslovaquia y Yugoslavia…

Millones de prisioneros y personas trasladas por la fuerza a Alemania fueron sometidas a una explotación inhumana en la fábricas de Thyssen, Krupp, Ig Farben, Bosch, Blaupunkt, Vaimier-benz, Demag, Henschel, Junkers, Messerchmitt, Philips, siemens, Volkswagen, filiales de las empresas estadounidenses Ford Motors Company o General Motors.

La política antisemita de los nazis, incluso antes del estallido de la segunda guerra mundial, hizo que surgiera una gran cantidad de refugiados. Durante la guerra, millones de judíos se vieron obligados a huir de las zonas ocupadas por el ejército alemán y sus aliados y, la mayoría de los que se quedaron, fueron asesinados en el sitio o deportados a campos de concentración

Anatomía del mal: planes, directivas y órdenes de los jefes de la Alemania Nazi para la ocupación de la URSS

En la actualidad, cada vez con más frecuencia se puede escuchar que la brutalidad de los nazis en los territorios ocupados fue exagerada por la propaganda soviética, incluso a veces se cuestionan las decisiones del tribunal de Núremberg.

Pero los documentos evidencian que el terror tuvo un carácter planificado y sistémico, complementado por la arbitrariedad y la plena impunidad de las tropas alemanas y la administración de ocupación. Desde el primer día de la guerra, Los Einsatzgruppen (grupos de operaciones) de la Policía de Seguridad y SD (servicio de seguridad), siguiendo a la Wehrmacht, llevaron a cabo asesinatos masivos de comunistas, miembros del Komsomol  (unión comunista de la juventud), familias del personal del mando del ejército rojo, personas inocentes de a pie. De acuerdo con la ideología nazi, los castigadores de manera deliberada asesinaron a pacientes de los hospitales psiquiátricos, personas  discapacitadas, judío y gitanos. Los órganos de las SS, la Gestapo y de contrainteligencia, las oficinas del comando militar, la policía delos cómplice s nazis, las unidades de guardia de la Wehrmacht- todas estas unidades participaron en la organización d ejecuciones en masa con una crueldad propia de bárbaros.

Una página terrible de la ocupación corresponde a los asesinatos de niños llevados a cabo durante las ejecuciones masivas y destrucción de asentamientos por simple diversión y frente a sus padres. Las atrocidades fueron justificadas, del mismo modo que todo lo demás, por la ideología racial. Sin embargo, este hecho no obstaculizó la utilización de niños como donantes de sangre para los hospitales de los invasores. La mayoría de los niños murió por ese motivo.

La hambruna fue reconocida por los líderes nazis como una de las medidas más eficaces para reducir la población de los territorios del este. Las muertes por hambre fueron especialmente altas en los campos de concentración, donde no solo había prisioneros de guerra, también civiles.

Los habitantes de las zonas de primera línea de frente fueron utilizados para trabajar en la construcción de instalaciones de defensa, obligados a trabajar en fábricas, reparaciones de carretas, se utilizaron personas vivas para el desminado… la negativa a trabajar bajo  la sospecha de sabotaje condujeron a detenciones y ejecuciones.

Cuando, como consecuencia de las derrotas militares, Alemania comenzó a experimentar escasez de mano de obra, la dirección nazi ordenó la deportación de trabajadores de Polonia, la URSS y otros países. La gran mayoría de los ostarbeiters (Trabajadores del este) fueron secuestrados por la fuerza y de hecho utilizados como esclavos.

Antes de retirarse de los territorios ocupados, los invasores alemanes buscaban destruir las poblaciones y llevar a la retaguardia a ala mayor cantidad de gente posible para que las tropas soviéticas se encontraran con un lugar desierto; distribuían deliberadamente entre la población productos envenenados con el objetivo de causar muertes masivas. Teniendo represalias por sus delitos, los nazis ocultaban los crímenes cometidos, destruyendo las fosas comunes y los cadáveres.


Frente a los mitos, HECHOS. Empecemos por la directiva conocida como Orden de Stalin del 19 de enero de 1945: ¡Oficiales y soldados! Nosotros entramos en el país enemigo. Cada  uno de vosotros debe guardar autocontrol, cada uno debe ser valiente . En el territorio conquistado quedan prohibidas las relaciones sexuales. Por agresión y violación los culpables serán fusilados”

Pero no solo esto. A partir de esta orden se derivan las respectivas de Rokosovskiy (22  de enero), Konev (27 de enero) Zhukov ( 29 de enero) la nueva orden de Stalin de 20 de abril o la directiva d Zhukov de 30 de junio,  todas en la misma dirección.  Los tribunales militares soviéticos juzgaron a 4.148 oficiales acusados de crímenes cometidos contra la población; el número de soldados juzgados fue muy superior y se produjeron decenas de sentencias de muerte por crímenes contra la población civil. Fuente: Perra Femininja.

La profesora Elena Senyavskaya es experta en la campaña de desinformación nazi alemana y estadounidense destinada a mancillar la reputación del Ejército Rojo y asociar su “liberación” de Berlín con una política deliberada de violación masiva. La profesora Elena Senyavskaya afirma que fue Joseph Goebbels quien primero “inventó” la idea de que el Ejército Rojo soviético era un ejército de violadores y asesinos bárbaros. Lo hizo simplemente acusando al Ejército Rojo de llevar a cabo las actividades holocaustales que el propio ejército nazi alemán había estado cometiendo habitualmente dentro de la Unión Soviética y en toda Europa del Este. El ejército alemán nazi, entusiasmado por la retórica racista de su propia superioridad, llevó a cabo violaciones masivas de mujeres y niñas soviéticas como parte de su degradación de una raza inferior. Si las víctimas no fueran violadas en grupo o asesinadas de alguna otra manera igualmente horrible, los embarazos resultantes garantizarían que la descendencia de la etnia eslava fuera reemplazada, al menos en parte, por la “raza aria”, lo que facilitaría el control de la población soviética, desde un punto de vista nazi alemán. Goebbels simplemente invirtió la situación y presentó incorrectamente al invasor ejército nazi alemán como “liberadores”, y al Ejército Rojo que se sacrificaba a sí mismo como “salvajes”. El problema para los alemanes nazis había sido que los alemanes comunes y corrientes comenzaban a abordar el avance del Ejército Rojo como uno “liberador” de la opresión hitleriana. En un intento de contrarrestar esto, Goebbels inventó la historia de que el Ejército Rojo tenía una política de ‘violar’ a cualquier niña o mujer de entre 8 y 80 años. Esta táctica de miedo fue diseñada para alentar a la población civil alemana a luchar contra el Ejército Rojo a medida que se acercaba, o retirarse junto al ejército nazi alemán a medida que estos retrocedían.

Castigo justo:  Enjuiciamiento a los criminales nazis

La cuestión del juicio legal y deliberado a los criminales nazis y sus cómplices por iniciativa de la URSS se planteó en 1942, cuando los ciudadanos soviéticos y la opinión pública de los países aliados, tomaron conocimiento de loa aterradores crímenes cometidos por los ocupantes. Durante un tiempo, estados unidos y gran Bretaña no confiaron las declaraciones soviéticas, refiriéndose a los horribles detalles como “propaganda soviética”.  Sólo luego de la liberación de los campos en el oeste de Alemania, los aliados tomaron plena consciencia  de que no había nada de exagerado en los mensajes soviéticos.

En una declaración espacial de la URSS, EEUU y Gran Bretaña en 1943 “Sobre la responsabilidad de los nazis por las atrocidades cometidas”, se dijo que los alemanes que participaron en fusilamientos masivos, ejecuciones, exterminio de la población debían saber que serían “ devueltos a al os lugares de sus crímenes y juzgados allí por los pueblos contra los que cometieron sus vejaciones… las tres potencia aliadas seguramente los encontrarán, incluso en el fin del mundo, y los entregarán a los fiscales para que se haga justicia”. La decisión de celebrar un juicio internacional abierto de los criminales nazis se tomó finalmente en las conferencias de los aliados de Yalta y Potsdam.
El trauma de la ocupación, el odio a los invasores y el deseo de venganza justa en la sociedad soviética fueron realmente masivos, y fue justamente en respuesta al ánimo generalizado de la opinión pública, que la dirección soviética decidió celebrar juicios abiertos de los criminales y colaboradores nazis.
Los primeros juicios públicos por crímenes nazis en la Unión Soviética tuvieron lugar en 1943 en las ciudades liberadas de Krasnodar y Járkov. Se convirtieron en la puesta en práctica de la declaración sobre el castigo a los criminales de guerra y, al mismo tiempo, presionaron de algún modo a los gobiernos aliados para la preparación del Tribunal militar Internacional en Núremberg. Justamente aquí fue donde por primera vez se declaró con toda certeza y se confirmó en actos internacionales posteriores que “el acatamiento de una orden superior no exime de responsabilidad al que cometió crímenes de guerra”. A finales de 1945- principios de 1946, en la URSS, en las ciudades más afectadas por los nazis, se llevaron a cabo ocho juicios abiertos más: Smolénsk, Briansk, Velíkiye, Luiki, Minsk, Riga, Kiev, Mykoláiv, Leningrado y, al final de 1947, nueve más.

El evento central en el enjuiciamiento y denuncia de los criminales nazis, fue el Tribunal Militar Internacional en Núremberg, del 20 de noviembre de 1945 al 1 de octubre de 1946. Los Juicios de Núremberg se convirtieron en el primer tribunal de la historia mundial, cuando, de manera abierta y cumpliendo con todos los procedimientos legales, los líderes de estado que desencadenaron una guerra de agresión y organizaron masacres de civiles y prisioneros de guerra fueron declarados culpables. Los crímenes de lesa humanidad fueron evaluados y condenados públicamente, registrados en una gran cantidad de materiales documentales que fueron presentados en el juicio.

La persecución de los criminales nazis y sus cómplices no terminó en Núremberg. En la Alemania de la posguerra, hubo comisiones de desnazificación, aunque su actividad disminuyó gradualmente a medida que crecía la tensión de la Guerra fría. En la URSS, Polonia, Yugoslavia y otros países, se llevaron a cabo varios juicios contra aquellos que participaron en atrocidades contra los civiles, aunque no todos los criminales nazis fueron castigados.

La memoria sobre los crímenes del fascismo debe preservarse, en primer lugar, para que las generaciones actuales y futuras puedan imaginarse a dónde conducen el nacionalismo, el racismo y la sed de “espacio vital” a expensas de otras naciones, todo aquello por lo que los pueblos de la Unión soviética sufrieron tan cruelmente durante la Gran Guerra Patria.

Juicios de Nuremberg

9 de mayo de 1945 Día de la Victoria
Las Naciones Unidas proclamaron el 8 y 9 de mayo como “Días de la Memoria y Reconciliación” y con tal motivo en Moscú se llevarán a cabo importantes reuniones internacionales que recordarán la contribución de la Unión Soviética a la lucha por la libertad. Por eso las palabras de Medvedev hoy a los veteranos de guerra, al pueblo ruso, y a los norteamericanos y europeos:

"Ante todo quiero felicitarles con motivo del Día de la Victoria y asegurarles que Rusia nunca admitirá que se tergiverse la historia de la Segunda Guerra Mundial y de la gran Victoria del pueblo soviético".

A pesar de los intentos por parte de los Estados Unidos y Gran Bretaña de autoproclamarse vencedores, excluyendo a otros aliados menos poderosos y también al invencible ejército rojo, quien fue el gran vencedor de la guerra contra Hitler fue la Unión Soviética. Gracias al ejército rojo el fascismo desapareció de Europa (aunque al detenerse en Berlín posibilitó que el fascismo enmascarado de democracia continuara hasta hoy).

Años de cine hollywoodense, teorías del totalitarismo y libros de propaganda colaboraron en la construcción de una imagen distorsionada de la realidad histórica que favorecía a Occidente en detrimento de Rusia. El estado ruso actual, en la búsqueda de la recuperación de la grandeza pasada y la reconfiguración de su identidad nacional, intenta recomponer un retrato de la guerra alejado de estos malos entendidos y resaltando la importancia de la URSS. En esa operación ha caído, sin embargo, en nuevos malos entendidos y olvidos, ya que ha preferido rescatar el rol de Stalin y del nacionalismo ruso,  trazando una línea de continuidad entre el pasado zarista, la época soviética y un presente revitalizado que busca legitimarse a través del rescate combinado y parcializado de los logros de ambos regímenes.


domingo, 1 de mayo de 2016

HISTORIA DE LA BANDERA ROJA


El auténtico origen del uso de la bandera roja como insignia de los movimientos obreros se remonta a 1.789,durante la Revolución francesa; la Ley del 20 de octubre de ese mismo año decretaba el despliege de una bandera roja para anunciar que el ejército iba a intervenir, con el fin de reprimir una revuelta.

En marzo de 1871 los revolucionarios se apoderaron del Hotel de Ville en París, que era el centro de operaciones de la Comuna de París, e izaron la bandera roja de la revolución y el internacionalismo. La Comuna de París fue la primera toma del poder de la clase trabajadora y sus aliados. En su obra La guerra civil en Francia, Carlos Marx dijo: “El viejo mundo se retorció en convulsiones de rabia ante el espectáculo de la Bandera Roja”.

Esta no fue la primera vez que los oprimidos izaron la bandera roja como símbolo de sus aspiraciones revolucionarias. Históricamente, las clases rebeldes han izado la bandera roja cuando se han rebelado. Por ejemplo, los esclavos de Roma la izaron cuando sus luchas estremecieron el imperio, que al fin y al cabo sucumbió. La bandera roja era el símbolo de los esclavos que no tenían más opción que la rebelión. Durante las grandes rebeliones de campesinos que barrieron a Alemania, las legiones de campesinos llevaban consigo la bandera roja.

Con el ascenso de la clase burguesa, y el capitalismo, surgió por necesidad el estado nacional moderno, o las naciones. A medida que luchaba por derribar las barreras impuestas por el sistema feudal para crear condiciones favorables para su desarrollo, un mercado para sus mercancías, y la libertad de comercio y transporte, el capitalismo formó a los países tal como los conocemos hoy: cada cual con su propia bandera nacional que representa a la clase capitalista de cada nación.

A medida que iba tumbando las trabas impuestas por la sociedad feudal, fue surgiendo a la par de la burguesía una nueva clase, el proletariado: una clase altamente socializada pero carente de propiedad. El ascenso de la clase capitalista arruinó a muchos campesinos y pequeños propietarios urbanos, que se vieron obligados a trabajar en las fábricas de los capitalistas. Ya para el siglo XIX, la lucha de clases en el mundo era de un carácter muy diferente a lo que era durante las guerras campesinas alemanas. Desde ese entonces todo movimiento social de importancia sería influenciado de una manera u otra por la lucha del proletariado. La bandera roja, enarbolada por esta nueva clase, adquiriría un nuevo significado: la misión histórica del proletariado de emanciparse a sí misma y a toda la humanidad.

En el siglo XIX, para mostrar la oposición a esta Ley, la bandera roja se convirtió en el símbolo de la insurrección revolucionaria y del movimiento obrero, Siendo usada en la Comuna de París por los insurrectos, y también por los partidos socialistas.; de ahí el nombre de rojos  que se da a los izquierdistas.
Por esta razón pasó a ser la bandera de la Unión Soviética y de los Partidos Comunistas de la Tercera Internacional.


La clase obrera izó la bandera roja en muchas ocasiones. Por ejemplo en 1831, durante la rebelión de Merthyr en el sur de Gales, cuando entre 7,000 y 10,000 obreros se apoderaron de Merthyr por cuatro días. Se dice que marcharon bajo la bandera roja cuando los soldados les dispararon, aplastaron la rebelión y masacraron a muchos.

En 1848, el año que salió el Manifiesto comunista, de hecho unos meses antes, la bandera roja fue la precursora de la lucha proletaria que se daba por toda Europa. En Francia, 16 años antes, los obreros de París izaron la bandera roja en la insurrección para tumbar del poder a Louis Philippe y otra vez en febrero de 1848, cuando volvieron a las barricadas.

En los días que siguieron, surgió la cuestión de escoger la bandera nacional de Francia. Los obreros pedían que fuera roja, pero los sectores de la burguesía, que habían tomado parte en esa lucha para transformar el estado de monarquía burguesa a republica burguesa, querían que la bandera nacional fuera la tricolor de la revolución burguesa.

La lucha de los obreros fue aplastada y la única concesión a sus demandas de que la bandera fuera roja fue la rosa roja sobre el asta de la bandera tricolor.
En 1871, la bandera roja ondeó una vez más sobre París en una declaración de la conquista del poder por la clase trabajadora y del establecimiento de la Comuna de París. Esta fue la primera vez que la bandera roja representó no solo la rebelión, no solo la insurrección, sino la revolución y la lucha histórico-mundial del proletariado y el establecimiento del estado proletario.

Fue durante la Comuna de París que la bandera roja llegó a representar y ser el símbolo de las aspiraciones del proletariado internacional y su misión histórica de emancipar a toda la humanidad. En un homenaje a la Comuna, Lenin dijo: “La memoria de los luchadores de la Comuna es honrada no solo por los obreros franceses, sino también por el proletariado de todo el mundo, pues aquélla no luchó por un objetivo local o estrechamente nacional, sino por la emancipación de toda la humanidad trabajadora, de todos los humillados y ofendidos. Como combatiente de vanguardia de la revolución social, la Comuna se ha ganado la simpatía en todos los lugares donde sufre y lucha el proletariado”.

Los combatientes de la Comuna entendieron claramente que rechazaban el nacionalismo de su propia burguesía y que la bandera roja era el símbolo de la emancipación de los pueblos del mundo. Proclamaron: “¡La bandera de la Comuna es la bandera de la República mundial!”. Años después, Federico Engels dijo de la Comuna: “Fue un valiente desafío a toda expresión de chovinismo burgués. Y el proletariado de todos los países certeramente comprendió esto”.

A fines del siglo 19 el capitalismo se transformó en imperialismo en varios países europeos, Estados Unidos y Japón. Con ello estalló la primera guerra imperialista. Los países imperialistas entraron a la I Guerra Mundial proclamando el chovinismo nacional de “mi país primero” y la “defensa de la patria”. Las clases dominantes vieron la importancia de suprimir la bandera roja y promover la bandera nacional. Esto suscitó mucho debate y los comunistas participaron en él. Era cuestión de si se iba a defender la bandera del chovinismo nacional o la bandera roja de la revolución proletaria y el futuro comunista. El agrupamiento internacional de organizaciones y partidos comunistas de ese entonces, la Segunda Internacional, se desbarató en ese debate sobre el nacionalismo y el internacionalismo.

Los obreros de muchos países izaron la bandera roja. En los ejércitos y la marina de Francia y Alemania hubo grandes rebeliones. En Estados Unidos, Obreros Industriales del Mundo (IWW, por sus siglas en inglés) y otros enarbolaron la bandera roja. Pero fue solo en Rusia, donde el partido de la clase obrera y su líder, V.I. Lenin, sostuvieron una posición consecuentemente revolucionaria con respecto al gobierno, que la clase obrera fue capaz de aprovechar la severa crisis que causó la guerra, lanzar una insurrección armada y tomar el poder. Solo en Rusia tiraron al suelo la bandera nacional e izaron la bandera roja del comunismo.
Los bolcheviques convencieron al pueblo de la justeza de su programa político y exhortaron a un levantamiento el 25 de octubre de 1917. Izaron la bandera roja en el Palacio de Invierno y arrestaron al gobierno provisional. Días después, miles salieron a las calles en tropel hacia la plaza Roja, entonando La internacional, el himno del proletariado internacional; desde lo alto del Kremlin se desenvolvieron gigantescas banderas rojas. Hablando de la importancia de la revolución de octubre, Lenin dijo: “Jamás hemos hecho secreto del hecho de que nuestra revolución es solo el principio, que su victoriosa conclusión solo será lograda cuando nosotros hayamos iluminado el mundo entero con estas mismas llamas de revolución”.
Por primera vez en la historia el proletariado y su partido de vanguardia tomaron el poder, establecieron la dictadura del proletariado e iniciaron la transformación socialista de la sociedad. Fue un hito histórico para la causa del proletariado internacional y la misión histórica del proletariado.

La bandera roja de la revolución y el comunismo sigue ondeando por todo el mundo. Con la victoria de la revolución china, la bandera roja ondeó sobre una cuarta parte de la humanidad. El significado y la causa de la bandera roja adquirieron más importancia después de que se estableció la dictadura del proletariado en China y cuando Mao Tsetung, el líder de la revolución, y el núcleo de revolucionarios lanzaron la Gran Revolución Cultural Proletaria. Mao exhortó a las masas a hacer una revolución contra las fuerzas del Partido Comunista que persistían en regresar al capitalismo.
Es común ver banderas rojas sobreimpresas con los nombres o emblemas de partidos, movimientos, organizaciones o sindicatos. Las banderas rojas son con frecuencia vistas en protestas, manifestaciones y marchas.
 El rojo es el color del desafío . Es un símbolo de la clase trabajadora, el proletariado.