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lunes, 30 de octubre de 2017

MIGUEL HERNÁNDEZ POETA DEL PUEBLO

De familia humilde, tiene que abandonar muy pronto la escuela para ponerse a trabajar; aún así desarrolla su capacidad para la poesía gracias a ser un gran lector de la poesía clásica española.
Forma parte de la tertulia literaria en Orihuela, donde conoce a Ramón Sijé y establece con él una gran amistad.

Miguel Hernández estuvo interesado por el teatro y asistía a representaciones que se celebraban en la Casa del Pueblo de Orihuela, incluso llegó a participar en alguna de ellas. Publica algunos poemas en el periódico de Orihuela y la revista El Gallo Crisis.

A partir de 1930 comienza a publicar sus poesías en revistas como El Pueblo de Orihuela o El Día de Alicante. En la década de 1930 viaja a Madrid y colabora en distintas publicaciones, estableciendo relación con los poetas de la época. Lleva sus versos al escritor Ernesto Giménez Caballero director de La Gaceta Literaria, una de las mejores revistas literarias del momento, pero no logra que se los publiquen. Publicó, esta vez en la revista Cruz y Raya, su auto sacramental Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras, fue colaborador de José María de Cossio en Los toros y conoce a poetas como el chileno Pablo Neruda, y los españoles Rafael Alberti, Luis Cernuda y otros.

En su obra, la calidad estilística de sus versos resultado de su apasionada lectura de los clásicos españoles del Siglo de Oro va unida a una estremecedora fuerza expresiva. La voz vehemente y desgarrada del poeta convierte el amor, la vida y la muerte en una experiencia poética marcada por una vitalidad trágica. A su vuelta a Orihuela redacta Su primera colección de poemas fue Perito en lunas (1933) con una clara influencia gongorina, como en El rayo que no cesa (1936), y que se considera su obra más lograda.

Ya establecido en Madrid, trabaja como redactor en el diccionario taurino de Cossío y en las Misiones pedagógicas de Alejandro Casona; colabora además en importantes revistas poéticas españolas. Escribe en estos años los poemas titulados El silbo vulnerado e Imagen de tu huella, y el más conocido El Rayo que no cesa (1936).

Sus poemas tratan del amor, la muerte, la guerra y la injusticia. En la guerra compuso Viento del pueblo (1937), poesía militante. La crueldad de la guerra y el sufrimiento de el campo de batalla es lo aparece en El hombre acecha (1938). Ya preso, termina Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941). Esta obra trata del amor hacia la esposa e hijos y la soledad del prisionero. Miguel Hernández colabora en Revista de Occidente y mantiene una relación con la pintora Maruja Mallo, que le inspira parte de los sonetos de El rayo que no cesa.

Se casó el año 1937 con Josefina Manresa. Afiliado al Partido Comunista Español, en la República tomó parte en las Misiones pedagógicas, intentando llevar la cultura a las zonas más deprimidas de España. Durante la Guerra Civil española Miguel Hernández se alistó en el ejército republicano y asistió al Congreso internacional de intelectuales antifascistas de 1937 en Valencia. Tras la guerra fue detenido en la frontera portuguesa.

Durante la guerra compone Viento del pueblo (1937) y El hombre acecha (1938) con un estilo que se conoció como “poesía de guerra”. En la cárcel acabó Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941). En su obra se encuentran influencias de Garcilaso, Góngora, Quevedo y San Juan de la Cruz.

Era el 9 de marzo de 1939 y la desbandada en la España republicana era ya una tremenda realidad. El empresario editorial José M.ª de Cossío, para quien Miguel Hernández había trabajado en 1935 en la elaboración de la enciclopedia Los Toros con Espasa-Calpe, le acompañó andando hasta las afueras de la capital. Allí se despidieron y Miguel puso rumbo a Orihuela y a Cox, donde residían su esposa, Josefina, y su hijo, Manolillo. El poeta llegó a Cox el 14 de abril para celebrar un emotivo encuentro como padre y esposo, pero la alegría duró un suspiro. La situación durante los últimos días de marzo fue de auténtica desesperación para miles y miles de personas que llegaban a Alicante como último bastión de la República desde donde escapar en algún barco de la esperanza.

El 28 de marzo de 1939 ha pasado a la historia de este país como fecha clave del exilio español. En ese momento, el puerto de Alicante es un hervidero humano, donde el drama y la desesperación inundan las mentes y los corazones de miles de republicanos españoles que sueñan con escapar de la represión de los vencedores. Al ver la llegada de las tropas, algunos gritan con la angustia de saber que sus días y los de sus familias pueden haber llegado a su fin. Son los soldados italianos del general Gambara los que entran por la zona norte de Alicante cantando «Giovinezza, giovinezza, primavera dibellezza, del Fascismo è la salvezza della nostra libertà per Benito Mussolini […]», con el castillo de Santa Bárbara al fondo. Están llenos de júbilo y cantan su victoria.

No tienen ni tiempo ni lugar para la piedad, y en cuestión de minutos plantan una línea de artillería que bombardea la salida de los barcos ante la angustia de miles de desdichados que claman por su vida en medio de la ratonera en la que se ha convertido el puerto. Al final, y gracias al valor y a la dignidad del capitán del buque británico Stanbrook, Archivald Dickson, cerca de 3.000 refugiados republicanos parten rumbo a Orán en busca de una esperanza convertida en necesidad vital.

A finales del mes de abril de 1939 se encuentra en la provincia de Huelva a cuatro kilómetros del pueblo de Aroche. Atravesando a pie campos y sierras, el poeta cruza la frontera para llegar a un pequeño pueblo portugués: Santo Aleixo. De allí pasa a otro pueblo próximo, Moura, donde, para poder comer, intenta vender el reloj de oro regalo de boda de su amigo el poeta Vicente Aleixandre. Las sospechas caen sobre él como una losa…., un español huido de aspecto lamentable y hambriento, que cruza la frontera, sin documentación y con un reloj de oro, son motivos suficientes para la denuncia. Inmediatamente es detenido por la policía portuguesa y conducido en camión y esposado al cuartel de Sobral da Adiça, perteneciente al municipio de Moura. Miguel es trasladado inmediatamente por los gendarmes portugueses hasta la frontera y entregado a la policía del pueblo onubense de Rosal de la Frontera, primera etapa de su periplo penitenciario por las cárceles franquistas españolas. Es el 3 de mayo, y en el depósito carcelario de este pequeño pueblo de la provincia de Huelva el poeta es sometido a un durísimo interrogatorio con palizas incluidas que le hacen orinar sangre.

Miguel Hernández fue trasladado desde Rosal de la Frontera a la prisión provincial de Huelva con fecha de 9 de mayo e iniciándose un proceso judicial sumarísimo de urgencia con el número 21.001 a cargo del Tribunal Militar de Prensa de Madrid.

Después de pasar una semana en la cárcel de Huelva, el poeta fue trasladado el 15 de mayo a la prisión madrileña de Torrijos, donde pasó cuatro meses. Allí escribió el poeta sus famosas Nanas de la cebolla, dedicadas a su hijo Manolillo, y de ello queda constancia en la actualidad en una placa ubicada en plena calle, en la fachada del antiguo edificio de la cárcel, que recuerda este hecho.

Miguel Hernández fue puesto en libertad el 15 de septiembre de 1939, y, en este momento, tuvo su segunda oportunidad para salir de España y gestionar desde el exilio el reencuentro con su mujer e hijo. Tan solo tenía unos pocos días para tomar esa decisión y escapar, dado que el juez, al percatarse de la situación, emitió con carácter de urgencia una orden de busca y captura del poeta. 

Marchó a Orihuela para ver a sus padres y para visitar a los padres de Ramón Sijé en su domicilio de la oriolana calle Mayor. Al término de esta visita, el poeta recorrió la calle Mayor en dirección a la catedral, y allí mismo, frente a la casa de Eusebio Escolano, volvió a ser detenido. Había sido visto por la calle y denunciado por un vecino del pueblo, José M.ª Martínez Pacheco, El Patagorda. Con esta nueva detención, se había acabado cualquier atisbo de esperanza para el poeta. Continuaría el vía crucis carcelario iniciado en Rosal de la Frontera, y que concluiría el 28 de marzo de 1942 con la muerte del escritor en el Reformatorio de Adultos de Alicante. Miguel estuvo preso en once cárceles franquistas, y este recorrido penitenciario queda perfectamente reflejado en un mural ubicado en la cuarta sala temática del Museo Miguel Hernández/Josefina Manresa de Quesada (Jaén).

Condenado a pena de muerte, se le conmuta por la de treinta años pero no llega a cumplirla porque muere el 28 de marzo de 1942 en la prisión de Alicante.

Estuvo en la prisión de Palencia en septiembre de 1940 y en noviembre pasó al Penal de Ocaña (Toledo). En 1941 le trasladan al Reformatorio de Adultos de Alicante, donde compartió celda con el dramaturgo Buero Vallejo. Padeció de bronquitis y luego tifus, que se le complicó con tuberculosis.

Miguel Hernández falleció de tuberculosis en la enfermería de la prisión a las 5:32 de la mañana del 28 de marzo de 1942, con 31 años de edad. El 30 de marzo fue sepultado en el cementerio de Nuestra Señora del Remedio de Alicante. Sus restos mortales reposan  junto a los de su mujer Josefina y su hijo.






sábado, 28 de octubre de 2017

LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE DE 1917

La Revolución Rusa fue el acontecimiento más trascendental del siglo XX. El asalto al Palacio de Invierno de Petrogrado en octubre de 1917 fue vivido como la materialización inesperada de una utopía largamente perseguida: la de la ocupación del poder por parte del proletariado y la construcción de una nueva sociedad sin clases. El acontecimiento espoleó conciencias, amplió el horizonte de expectativas de las clases populares e inspiró revoluciones y regímenes políticos por todo el mundo. También desató el pánico y la reacción virulenta de sus posibles damnificados y la hostilidad de quienes, aun simpatizado con su arranque, no compartieron su devenir.

La hostilidad hacia la Revolución Rusa también sobrevivió al mundo surgido de ella, como si el encono fuera necesario para sofocar las ascuas que en algún momento de oscuridad todavía lucen bajo sus cenizas.

Un poco de historia

En octubre de 1917, los bolcheviques dirigidos por Lenin y Trotsky aprovecharon la situación de descrédito y la falta de apoyos al gobierno provisional para sentar las bases de una nueva revolución, que Lenin justificó con esta frase: "La vieja sociedad se basaba en la opresión de todos los obreros y campesinos por los terratenientes y capitalistas. Necesitábamos destruirla, necesitábamos derribar a esos opresores, mas para ello había que crear la unión. Y no era Dios quien podía crearla."

El reportero estadounidense John Reed durante la revolución en Petrogrado no vio muertos, solo algunos heridos. En realidad, en la capital de Rusia no hubo derramamiento de sangre.

El veinticuatro de octubre el Comité Revolucionario Militar, presidido por Lev Trotski, ejecutando el plan de Lenin, mandó a los destacamentos de los marineros de la flota del Báltico y a los guardias rojos a ocupar estaciones ferroviarias, correos y telégrafo centrales, estaciones telefónicas, bancos y puentes levadizos. Los insurgentes no encontraron resistencia organizada. La guarnición militar de la ciudad mantuvo la neutralidad o se unió a la revolución. En la madrugada del veinticinco de octubre en el Estado Mayor de los revolucionarios, el Palacio Smolny, apareció Vladímir Lenin. El líder de los bolcheviques insistió en la detención de los miembros del Gobierno provisional, que permanecían en el Palacio de Invierno.

A pesar de que los bolcheviques ocuparon el telégrafo, los ministros aún se podían comunicaban con el exterior a través del envío de órdenes y mensajes que convocaban a los regimientos cosacos que estaban afueras de Petrogrado a defender el Gobierno. Varios días después se supo que en la azotea del edificio del Estado Mayor General del Ejército ruso, ocupado por los guardias rojos, se encontraba un punto secreto de comunicación telegráfica que no había sido detectado, y un oficial despachaba las órdenes del Gobierno provisional. Pero ya nadie quería acudir en su ayuda.

Con los ministros en libertad los bolcheviques no podían proclamarse vencedores. Lenin y Trotski ordenaron el asalto al Palacio de Invierno. A las diez de la noche un cañón de la fortaleza de Pedro y Pablo disparó al aire: en seguida se produjo el disparo de salva del crucero Aurora, anclado en el río Neva. Al recibir la señal, los destacamentos de guardias rojos se lanzaron al Palacio de Invierno a través de la plaza del Palacio.

De acuerdo con el relato del reportero John Reed, en las puertas del palacio hubo confusión. Los cadetes de las escuelas militares, leales al Gobierno provisional, al principio comenzaron a desarmar a los atacantes. Cuando el número de guardias rojos que iba llegando al palacio superó al de los cadetes, estos fueron a su vez desarmados. Los revolucionarios penetraron en el palacio y comenzaron a saquearlo. Los comisarios de los destacamentos gritaron: “¡No toquen nada, ahora todo es propiedad del pueblo!”. El saqueo se detuvo y en las salidas se establecieron puntos de registro.

Entre los defensores del palacio se encontraba un batallón femenino. Las mujeres fueron desarmadas y conducidas a la estación ferroviaria, de la que partieron a los cuarteles situados en las afueras de Petrogrado. Las cadetes fueron liberadas con la promesa de que nunca tomarían las armas contra el poder bolchevique.

Los ministros del Gobierno provisional, a excepción del presidente, Alexandr Kérenski, fueron arrestados y conducidos a la fortaleza de Pedro y Pablo. En lo que respecta al jefe de Gobierno, en sus memorias escribió que pudo salir del Petrogrado gracias a la ayuda de la Embajada de los Estados Unidos. Los diplomáticos le prestaron un automóvil con placa y bandera estadounidense, lo que le permitió abandonar la capital sin ser revisado por las patrullas bolcheviques. Mientras tanto, los historiadores de la época soviética afirmaron que Kérenski huyó disfrazado de enfermera militar. La versión de la Embajada de Estados Unidos afirma que el automóvil y la bandera habían sido confiscados por los guardaespaldas del jefe del Gobierno provisional.

Pero los bolcheviques necesitaban, además, el apoyo de la población rusa. Al día siguiente, el 25 de octubre, Trotsky anunció la disolución del Gobierno Provisional en la apertura del Congreso de los Sóviets de Diputados Obreros y Campesinos, con 562 delegados presentes, de los cuales, 382 eran bolcheviques y 70 del Partido Social-Revolucionario de Izquierda.
Pero los mencheviques y socialrevolucionarios abandonaron a los bolcheviques. Ante esta salida del congreso León Trotsky escribió: "El 2º Congreso debe ver que la salida de los mencheviques y de los socialrevolucionarios es un intento criminal y sin esperanza de romper la representatividad de la asamblea cuando las masas intentan defender la revolución de los ataques de la contrarrevolución”. Al día siguiente, los sóviets ratificaron la creación de un Consejo de Comisarios del Pueblo, constituido por bolcheviques, como base del nuevo gobierno, a la espera de la celebración de una asamblea constituyente. Lenin se justificó al día siguiente ante el representante de la guarnición de Petrogrado de la siguiente manera: "No es nuestra responsabilidad si los socialrevolucionarios y los mencheviques han abandonado el congreso. Nosotros les habíamos propuesto compartir el poder [...] Hemos invitado a todo el mundo a participar en el gobierno".





El papel del acorazado Aurora

En la Revolución de febrero, el comandante del 'Aurora' tuvo que hacer frente a un motín después de que circulase el rumor de que la embarcación iba a convertirse en una prisión flotante. Nikolsky rechazó la oferta de sus superiores, quienes le propusieron que una sotnia (centuria) de cosacos sofocase la revuelta, y ordenó instalar ametralladoras para disparar a la multitud si intentaba apoderarse de la nave. Los oficiales, sin embargo, se negaron a dar la orden de disparar al día siguiente, el 28 de febrero, cuando aparecieron manifestantes con banderas rojas.

Un grupo de ellos subió al 'Aurora' y se solidarizó con los marineros. La tripulación decidió que Nikolsky y el oficial jefe, Pavel Ogránovich, fuesen enviados, detenidos, al Palacio Táuride, donde se reunían los soviets. Después de arrancarles las charreteras, los manifestantes insistieron en que Nikolsky y Ogránovich encabezasen la marcha portando la bandera roja. Los dos oficiales, de la vieja escuela, se negaron, y la negativa les costó la vida: Ogránovich fue atravesado por una bayoneta y Nikolsky murió de un disparo efectuado por alguien de la multitud.

La tripulación del 'Aurora' se adaptó rápidamente a los nuevos tiempos revolucionarios y escogió a su propio comité, presidido por el suboficial de artillería Y.V. Fedianin, sin afiliación política. La radicalización de la tripulación fue rápida: en junio los bolcheviques contaban con 42 representantes y a bordo de la embarcación se realizaban reuniones y actos políticos prácticamente a diario. En septiembre un bolchevique, el maquinista Aleksandr Bélishev, fue elegido comisario de la nave.

Cuando las reparaciones estaban a punto de terminar y la nave podía volver al mar, Tsentrobalt –el Comité Central de la Flota del Báltico– ordenó al 'Aurora' permanecer en el Neva y esperar instrucciones del Comité Militar Revolucionario. Era el 24 de octubre de 1917. Aquella misma noche el Comité Militar Revolucionario asignó al 'Aurora' restablecer el paso del Puente de la Anunciación (blagoveshensky) –entonces conocido como Puente de Nikolayev–, que habían tomado oficiales del Partido Constitucional Democrático (kadet). El 'Aurora' hizo acto de presencia y los oficiales kadetes se marcharon rápidamente.

El crucero Aurora, inmortalizado en la película "Octubre" de Sergei Eisenstein en 1928, es un barco altamente simbólico cuyas chimeneas dominan la Neva desde 1957. Después de haber sido utilizado como barco escuela durante la Segunda Guerra Mundial, la Aurora fue cerrada y convertida en museo. En 2014 fue restaurado y renovado y ahora está listo para un recorrido completo y modernizado.


EL GOBIERNO DE LOS SÓVIETS: LENIN Y LOS BOLCHEVIQUES EN EL PODER

Fue decisiva la contribución de Lenin y del partido bolchevique en el enfrentamiento contra la sección de la socialdemocracia que, violando las decisiones de la II Internacional, apoyó a las clases burguesas de sus países, a veces al votar por los créditos de guerra en el Parlamento, otras al participar en gobiernos que llevaban a cabo guerras, supuestamente para que se lograra un “desarrollo pacífico”, defendiendo la “paz imperialista” con la pistola en la cabeza de los pueblos. Una línea política que inevitablemente les enredaba aún más profundamente en la guerra imperialista, en la agudización de las contradicciones y los antagonismos de los estados imperialistas y sus alianzas.

Lenin con la línea estratégica que siguió, determinó que desde el punto de vista del movimiento revolucionario de la clase obrera cuyo fin es la revolución y la conquista del poder obrero, la cuestión no es simplemente una oposición “pacifista” a la guerra, sino la utilización de rupturas que objetivamente en tales condiciones se crean en el campo imperialista, la utilización del debilitamiento de la burguesía en cada país con el fin de convertir la guerra imperialista en cada país, tanto si el país tiene una postura agresiva o defensiva, en una lucha para el derrocamiento del poder la burguesía que trae la muerte y la pobreza para los hijos de la clase obrera, para el pueblo de cada país.
A las pocas horas, las bases del nuevo régimen quedaron asentadas en varios decretos. En su primera aparición pública Lenin declaró: "Vamos a proceder a la construcción del orden socialista".

Lenin justificó el nuevo cambio de gobierno, ratificando así los argumentos de su libro “El marxismo y la insurrección” donde ya exponía los puntos para derrocar al gobierno provisional .

Hoy, tenemos con nosotros a la mayoría de la clase que es la vanguardia de la revolución, la vanguardia del pueblo, la clase capaz de arrastrar detrás de sí a las masas.
Tenemos con nosotros a la mayoría del pueblo, pues la dimisión de Chernov no es, ni mucho menos, el único indicio, pero sí el más claro y el más palpable, de que los campesinos no obtendrán la tierra del bloque de los eseristas (ni de los propios eseristas), y éste es el quid del carácter popular de la revolución.
Estamos en la situación ventajosa de un partido que sabe firmemente cuál es su camino en medio de las más inauditas vacilaciones, tanto de todo el imperialismo como de todo el bloque de los mencheviques y eseristas.
Nuestro triunfo es seguro, pues el pueblo está ya al borde de la desesperación y nosotros señalamos al pueblo entero la verdadera salida: le hemos demostrado, "en los días de la kornilovada", el valor de nuestra dirección y, después, hemos propuesto una transacción a los bloquistas, transacción que éstos han rechazado sin que por ello hayan terminado sus vacilaciones.
Sería el más grande de los errores creer que la transacción propuesta por nosotros, no ha sido rechazada todavía, que la Conferencia Democrática puede aceptarla todavía. La transacción era una oferta hecha de partido a partidos. No podía hacerse de otro modo. Los partidos la rechazaron. La Conferencia Democrática es sólo una conferencia, y nada más. No hay que olvidar una cosa: la mayoría del pueblo revolucionario, los campesinos pobres, irritados, no tienen representación en ella. Trátase de una conferencia de la minoría del pueblo; no se debe olvidar esta verdad evidente. Sería el más grande de los errores, el mayor de los cretinismos parlamentarios, que nosotros considerásemos la Conferencia Democrática como un parlamento, pues aun suponiendo que se hubiese proclamado parlamento permanente y soberano de la revolución, igualmente no resolvería nada: la solución está fuera de ella, está en los barrios obreros de Petersburgo y de Moscú.
Contamos con todas las premisas objetivas para una insurrección triunfante. Contamos con las excepcionales ventajas de una situación en que sólo nuestro triunfo en la insurrección pondrá fin a unas vacilaciones que agotan al pueblo y que son la cosa más penosa del mundo; en que sólo nuestro triunfo en la insurrección dará inmediatamente la tierra a los campesinos; en que sólo nuestro triunfo en la insurrección hará fracasar todas esas maniobras de paz por separado, dirigidas contra la revolución, y las hará fracasar mediante la oferta franca de una paz más completa, más justa y más próxima, una paz en beneficio de la revolución.
Por último, nuestro Partido es el único que, si triunfa en la insurrección, puede salvar a Petersburgo, pues si nuestra oferta de paz es rechazada y no se nos concede ni siquiera un armisticio, nos convertiremos en "defensistas", nos pondremos a la cabeza de los partidos de guerra, nos convertiremos en el partido "de guerra " más encarnizado de todos los partidos y libraremos una guerra verdaderamente revolucionaria. Despojaremos a los capitalistas de todo el pan y de todas las botas. No les dejaremos más que migajas y los calzaremos con alpargatas. Y enviaremos al frente todo el pan y todo el calzado.
Y, así, salvaremos a Petersburgo.
En Rusia, son todavía inmensamente grandes los recursos tanto materiales como morales con que contaría una guerra verdaderamente revolucionaria: hay un 99 por 100 de probabilidades de que los alemanes nos concederán, por lo menos, un armisticio. Y, en las condiciones actuales, obtener un armisticio equivale ya a triunfar sobre el mundo entero.


Lenin había defendido la unidad obrera y campesina para hacer la revolución.

En primer lugar, Lenin anunció la abolición de la diplomacia secreta y la propuesta a todos los países beligerantes en la Primera Guerra Mundial de entablar conversaciones "Con miras a una paz justa y democrática, inmediata, sin anexiones y sin indemnizaciones".
Luego, se promulgó el decreto sobre la tierra: "las grandes propiedades territoriales quedaron abolidas inmediatamente, y sin indemnización alguna". Otorgaba a los sóviets de campesinos la libertad de hacer lo que consideraran, ya fuera socializar la tierra o repartirla entre los campesinos pobres. El texto confirmaba una realidad ya existente, ya que los campesinos ya habían aprovechado esas tierras durante el verano de 1917. Con esta medida, los bolcheviques consiguieron una neutralidad benevolente por parte de los campesinos, al menos hasta la primavera de 1918.
Por último, se nombró un nuevo gobierno, denominado Consejo de Comisarios del pueblo. Dicho consejo aplicó otras medidas:

· La abolición de la pena de muerte
· La nacionalización de los bancos
· El control obrero sobre la producción
· La creación de una milicia obrera
· La soberanía e igualdad de todos los pueblos de Rusia
· El derecho de autodeterminación de los pueblos
· La supresión de cualquier privilegio de carácter nacional o religioso

En total, se realizaron las treinta y tres reformas que el Gobierno Provisional había sido incapaz de realizar en ocho meses de mandato.
Con el poder controlado en Petrogrado, Lenin y Trotsky sabían que no podrían mantener ese poder sin el apoyo de países industriales como Alemania, Francia e Inglaterra; la visión internacionalista de Marx con la frase final del Manifiesto Comunista “Proletarios del mundo, uníos” fue una de las divisas que promulgó la II Internacional, que, sin embargo, desaparecería en el periodo de la I Guerra Mundial cuando los partidos socialistas apoyaron los gobiernos de coalición traicionando la frase de Marx “La única guerra legal es la lucha de clases”. El auge del patriotismo en Europa fue el fracaso de la II Internacional y la radicalización de sectores obreros, que crearían una III internacional en 1919 inspirados en la Revolución Rusa, distinguiendo por primera vez en la historia entre Partidos Socialistas o Socialdemócratas y Partidos Comunistas.

Sin embargo, la Revolución Rusa fue vista por los países de Europa y por los socialistas extranjeros como la creación de una dictadura bolchevique, eliminando a los sóviets. En esta línea el filólogo Noam Chomsky, conocido militante anarcocomunista, escribía en su obra “La Unión Soviética contra el socialismo” que Lenin y Trotsky se aprovecharon del fermento popular de Rusia en 1917 para tomar el poder del Estado. Una de las principales armas ideológicas utilizadas para este fin ha sido la pretensión de que los gestores estatales están dirigiendo su propia sociedad y el mundo hacia el ideal socialista; algo imposible como cualquier socialista -seguramente cualquier marxista serio- debería haber comprendido en seguida (muchos lo hicieron), y una mentira de proporciones gigantescas como ha revelado la historia desde los primeros días del régimen bolchevique. (Chomsky. Soviet Union Versus Socialism. 1986).

El historiador Nicolás Werth considera que La Revolución de Octubre de 1917 aparece como la convergencia momentánea de dos movimientos: una toma del poder político, resultado de la cuidadosa preparación de la insurrección de un partido radicalmente diferente, por sus prácticas, su organización y su ideología, del resto de actores de la revolución; una gran revolución social, multiforme y autónoma [...] una inmensa revuelta campesina en primer lugar, [...] el año 1917 [fue] un paso de una gran revolución campesina, [...] de una profunda descomposición del ejército, integrado por unos diez millones de soldados campesinos movilizados durante tres años en una guerra cuyo sentido no comprendían [...], un movimiento reivindicativo obrero específico, [...] y un cuarto movimiento que abogaba por la emancipación de las nacionalidades y pueblos alógenos [...]. Cada uno de estos movimientos tenía su propia temporalidad, su dinámica interna, sus aspiraciones, que obviamente no podían ser reducidas a eslóganes bolcheviques ni a la acción política del partido [...]. Durante un breve, pero decisivo momento –a finales de 1917– la acción de los bolcheviques, activa minoría política en medio del vacío institucional, entró en consonancia con las aspiraciones de muchos, aunque a medio y largo plazo, los objetivos de unos y otros fueran distintos.
Según el artículo de Werth, en octubre de 1917, “chocaron momentáneamente el golpe de Estado y la revolución social antes de consolidarse décadas de dictadura soviética”. Extraído de El libro negro del comunismo: crímenes, terror y represión (1997)

LOS COMIENZOS DEL RÉGIMEN BOLCHEVIQUE

El primer problema de Lenin al frente del gobierno fue el de conseguir sostenerse antes de que el pueblo ruso se diese cuenta de lo que implicaría su gobierno para la nación. Para ello, el líder bolchevique nacionalizó la tierra para que esta se redistribuyera entre los campesinos con el fin de lograr un mayor apoyo para su partido.

El objetivo de Lenin consistía en la creación de una “dictadura del proletariado” en donde los campesinos y trabajadores tuvieran el beneficio en cuanto a la administración del país.

Sin embargo, Lenin sabía que no eran favoritos en las elecciones y que seguramente no obtendrían la mayoría. Los social-revolucionarios obtuvieron la victoria con una clara mayoría antibolchevique. 

En Enero de 1918 después de la pronunciación de discursos antibolcheviques, la Guardia Roja disolvió la Asamblea. A pesar del triunfo de la fuerza armada, la oposición que había a que dirigiesen el país, esto conduciría a la guerra civil a finales de año.

Otro problema del líder bolchevique, era el de buscar solución a la intención de retirarse de la guerra. En diciembre de 1917 se acordó un armisticio entre las potencias centrales y Rusia. Sin embargo, las negociaciones continuarían intentando Trotsky demorar las demandas de la potencia alemana.

En marzo de 1918 con el Tratado de Brest-Litovsk Rusia cedió los territorios de Ucrania, Finlandia y Georgia, así como, Letonia y Lituania además de perder Estonia y Polonia. La Rusia de Lenin veía necesario sacrificar terreno para poder ganar tiempo y poder recuperarse.

La oposición al régimen estalló en numerosas regiones en abril de 1918. Social-revolucionarios, ex oficiales zaristas, mencheviques y todos aquellos no conformes formaban el denominado Ejército Blanco, los cuales querían construir un gobierno parlamentario.

Los Blancos contaron más adelante con el apoyo de países extranjeros (EEUU, Japón, Francia, Gran Bretaña) con el propósito de seguir la guerra con Alemania. Pero a pesar de que la potencia alemana cayó derrotada, la revolución continuó con el objetivo de acabar con el régimen bolchevique.

A principios del año 1919, Kolchack avanzó con tres ejércitos hacía Moscú con la intención de acabar con el gobierno bolchevique. Sin embargo, estos retrocedieron gracias a la magnifica fuerza armada creada por Trostky, el Ejército Rojo. A final de 1919 los bolcheviques se veían virtuales ganadores de la guerra civil.

Con el Tratado de Riga de 1921, se abandonó la Rusia Blanca y parte de Ucrania, tras la ofensiva de las tropas polacas y francesas que provenían de este.
A partir de 1921 la tarea de Lenin sería la de reconstruir la economía rusa que había sido destruidos por los acontecimientos de la Primera Guerra Mundial. Por último, con el objetivo de recuperar el campesinado, el líder bolchevique puso en marcha la conocida Nueva Política Económica (NEP).

EL LEGADO DE LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE EN EL MUNDO

La revolución Rusa trajo como consecuencias directas una oleada revolucionaria a escala mundial y se formaron Soviets en muchos lugares del mundo, inclusive en muchas plantaciones de tabaco en Cuba. También la Revolución inspiró a grandes movimientos estudiantiles revolucionarios muy importantes como los que estallaron en Pekín (Beijin) en 1919 y en Córdoba (Argentina) en 1918 y desde aquí se difundieron por toda América Latina generando líderes y partidos Marxistas revolucionarios locales.

La Revolución Rusa demostró en la practica que era posible la construcción de un sistema distinto al capitalista ( de echo ya en 1921, Mongolia se transformaba en el segundo país comunista del planeta), basado en las ideas de Marx y Engels que propugnaban la destrucción del propio sistema capitalista y, la instauración de la dictadura del proletariado y estas ideas tenían vocación internacionalista. Se tenemos en cuenta que desde la publicación del "Manifiesto Comunista " escrito por el filosofo alemán Karl Marx en la segunda mitad del siglo XIX, sus ideas rápidamente se difunden organizando varios partidos políticos revolucionarios de idea socialista sobretodo en una Europa en plena Revolución Industrial caracterizada por una grande explotación de las clases proletarias, sujetas a vivir y trabajar en condiciones infrahumanas y una cantidad de horas absurdamente excesivas, a parte que en muchos países los campesinos vivían todavía en condiciones de semi servidumbre, Nacen los primeros sindicatos de trabajadores y se triplican los movimientos huelguistas.

La revolución constituyó la principal amenaza externa para los países capitalistas a lo largo del siglo XX y también su principal peligro interno. A veces penetró en ellos por el impacto de un ariete exterior o en forma de caballo de Troya, pero normalmente fue una sustancia característica del propio cuerpo, sobre la cual los hechos de Octubre, o las interpretaciones que de ellos se construyeron en cada lugar, funcionaron en todo caso como levadura o reactivo. Para hacer frente al peligro de la revolución estos países recurrieron al fascismo o al reformismo social preventivo, por más que la revolución no fuera la causa exclusiva de ambos fenómenos. Sin el mundo surgido de la revolución, el reformismo no hubiera llegado tan lejos. Y sin el mundo surgido de la revolución el fascismo no hubiera sido derrotado, al menos tan pronto.

La III Internacional y la figura de Dimitrov

El 2 de marzo de 1919 se celebró el Primer Congreso de la Komintern en Moscú. Llevando la máxima marxista de “¡Proletarios de todos los países, uníos!”, los comunistas de principios del siglo pasado bajo el liderazgo del proletariado ruso representados por los victoriosos bolcheviques acudieron a llamada de Lenin para realizar la III Internacional. Ante, la traición que cometieron los partidarios socialdemócratas de la II Internacional que se posicionaron a favor de la Gran Guerra y mandaron a los obreros y a los campesinos a luchar y morir contra adversarios de su misma clase social, los comunistas convocaron a los comunistas del mundo entero para la edificación de la sociedad socialista mundial. Los bolcheviques que se habían erigido como la vanguardia consciente del proletariado ruso y habían derrocado a los zares y al Gobierno Provisional ruso, instaron a los camaradas ha conquistar el objetivo de la supresión del sistema capitalista, el establecimiento de la dictadura del proletariado y de la República Internacional de los Soviets, la completa abolición de las clases sociales y la realización del socialismo, como primer paso a la sociedad comunista, tal y como estaba fijado en los estatutos de la III. Internacional. La formación de la Komintern aparte de fijar la hoja de ruta para todos los comunistas, supuso la fundación de distintos partidos comunistas por todos los países del globo, ya que ante la negativa de muchos socialistas, los comunistas agrupados en los partidos socialistas decidieron escindir de estos partidos y fundar los partidos comunistas que llevarían a la clase obrera internacional hasta la total victoria de las masas explotadas.

La Internacional Comunista fundada por Lenin y el Partido Bolchevique tenía como objetivo luchar por la supresión del sistema capitalista, el establecimiento de la dictadura del proletariado y de la República Internacional de los Soviets, la completa abolición de las clases sociales y la realización del socialismo, como primer paso a la sociedad comunista, tal y como se fijaba en sus primeros estatutos.

Gueorgui Dimitrov
En 1921, los comunistas búlgaros nombraron a Dimitrov delegado al III Congreso de la Internacional Comunista. En 1923, dirigió conjuntamente con Koralov, la insurrección de Setiembre que contribuyó sensiblemente a despertar la conciencia de clase de los obreros y de los campesinos búlgaros.

En Moscú, Dimitrov realizó un intenso trabajo para agrupar a los trabajadores en lucha contra el fascismo. Elegido en 1935 secretario general del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista, permaneció en ese puesto hasta la disolución de la I.C. en 1943. Dedicado a las cuestiones de estrategia y de táctica de los comunistas en la batalla contra la guerra y el fascismo, luchaba por crear y consolidar el frente único contra la reacción imperialista, por formar y educar los cuadros dirigentes de los partidos comunistas hermanos, fieles a la doctrina del marxismo-leninismo.

Durante la segunda guerra mundial, Dimitrov se consagró a movilizar las fuerzas populares para la lucha contra los invasores hitlerianos. Organizaba los movimientos de liberación antifascista en los países ocupados por los hitlerianos, dirigía la lucha de los patriotas búlgaros contra el fascismo. Por sus grandes méritos en la lucha contra el fascismo, Dimitrov fue condecorado con la Orden de Lenin en 1945.

La Revolución de Octubre rompió la lógica de los tiempos y quebró los esquemas interpretativos y propositivos de la II Internacional. Los bolcheviques no se resignaron a esa concepción del tiempo lineal, progresiva y teleológica que exigía pasar previamente por un largo estadio de desarrollo liberal burgués antes de llegar al socialismo. Tampoco se sometieron a las limitaciones de lo que, en el argot de la época, se llamaban las condiciones objetivas, ni permanecieron a la espera de que el desarrollo mecánico de las fuerzas productivas les diera luz verde para la subversión. Los bolcheviques leyeron las condiciones materiales como condiciones de posibilidad, acelerando –con ciertas dosis de voluntarismo– el tiempo histórico y dilatando los límites de lo posible por medio de la acción subjetiva. La acción política de los bolcheviques se movió entre la urgencia y el sentido de la oportunidad, entre su negativa a concebir el socialismo como advenimiento fatal y el olfato que les llevó a lanzarse a la toma del poder justo en el momento en el que el poder estuvo al alcance de sus manos.


miércoles, 25 de octubre de 2017

PABLO PICASSO

Tal día como hoy, en 1881, nacía el pintor, escultor y militante comunista andaluz Pablo Ruiz Picasso.

Figura excepcional como artista y como hombre, Picasso fue protagonista y creador inimitable de las diversas corrientes que revolucionaron las artes plásticas del siglo XX, desde el cubismo hasta la escultura neofigurativa, del grabado o el aguafuerte a la cerámica artesanal o a la escenografía para ballets. Su obra inmensa en número, en variedad y en talento se extiende a lo largo de más de setenta y cinco años de actividad creadora, que el pintor compaginó sabiamente con el amor, la política, la amistad y un exultante y contagioso goce de la vida. Famoso desde la juventud, admirado y solicitado por los célebres y poderosos, fue esencialmente un español sencillo, saludable y generoso, dotado de una formidable capacidad de trabajo, enamorado de los barrios bohemios de París, del sol del Mediterráneo, de los toros, de la gente sencilla y de las mujeres hermosas, afición que cultivó sin desmayo.

Pablo Diego José Ruiz Picasso, conocido luego por su segundo apellido, nació el 25 de octubre de 1881, en el n.º 36 de la plaza de la Merced de Málaga, como primogénito del matrimonio formado por el pintor vasco José Ruiz Blasco y la andaluza María Picasso López. El padre era profesor de dibujo en la Escuela Provincial de Artes y Oficios, conocida como Escuela San Telmo. La primera infancia de Pablo transcurrió entre las dificultades económicas de la familia y una estrecha relación entre padre e hijo, que ambos cultivaban con devoción. El niño era un escolar menos que discreto, bastante perezoso y muy distraído, pero con precoz facilidad para el dibujo, que don José estimulaba.

En 1891 la familia se traslada a La Coruña, en cuyo Instituto da Guarda son requeridos los servicios del padre como profesor. Pablo inicia sus ensayos pictóricos, y tres años más tarde su progenitor y primer maestro le cede sus propios pinceles y caballetes, admirado ante el talento de su hijo. En 1895, Ruiz Blasco obtiene un puesto docente en la Escola d'Arts i Oficis de la Llotja de Barcelona. Pablo resuelve en un día los ejercicios de examen previstos para un mes, y es admitido en la escuela. En 1896, con sólo quince años, instala su primer taller en la calle de la Plata de la Ciudad Condal.

Dos años más tarde obtiene una mención honorífica en la gran exposición de Madrid por su obra Ciencia y caridad, todavía de un realismo académico, en la que el padre ha servido de modelo para la figura de un médico. La distinción lo estimula a rendir oposición al curso adelantado en la Academia de San Fernando, mientras sus trabajos, influidos por El Greco y Toulouse-Lautrec, obtienen nuevas medallas en Madrid y Málaga.

En 1898 realiza su primera muestra individual en Els Quatre Gats de Barcelona. Finalmente, en el otoño del año 1900 hace una visita a París para ver la Exposición Universal. Allí vende tres dibujos al marchante Petrus Mañach, quien le ofrece 150 francos mensuales por toda su obra de un año. Pablo es ya un artista profesional, y decide firmar sólo con el apellido materno. En 1901 coedita en Madrid la efímera revista Arte Joven, y en marzo viaja nuevamente a París, donde conoce a Max Jacob y comienza lo que luego se llamará su «período azul». Al año siguiente expone su primera muestra parisiense en la galería de Berthe Weill, y en 1904 decide trasladarse definitivamente a la capital francesa.

Picasso se instala en el célebre Bateau-Lavoir, en el número 13 de la calle Ravignan (hoy plaza Hodeau), alojamiento variadamente compartido por artistas sin blanca, entre otros el también español Juan Gris. Allí trabó amistad con Braque y Apollinaire, y se enamoró de Fernanda Olivier. Durante tres años Picasso pinta y dibuja sin cesar, rendido a la influencia de Cézanne, mientras elabora con Braque las líneas maestras del cubismo analítico, cuya gran obra experimental, Las señoritas de Aviñón, es pintada por Picasso en 1907.

Pronto sobreviene el asombro y el escándalo ante un estilo deforme que rompe todos los cánones y va ganando nuevos adeptos, al tiempo que su audaz inventor expone en Munich (1909) y en Nueva York (1911). Pablo ha encontrado una nueva compañera en Marcelle Humbert, y siempre seguido por Braque, se lanza a crear el cubismo sintético, que los acerca al borde de la abstracción (en su extensa y tan variada obra, Picasso jamás llegaría a abandonar la figuración). Poco después se muda de Montmartre a Montparnasse, y se abren exposiciones suyas en Londres y Barcelona.

En 1914, con el estallido de la Primera Guerra Mundial, llegan las tragedias: Braque y Apollinaire son movilizados, y Marcelle muere súbitamente ese otoño. Pablo abandona prácticamente el cubismo, y busca otros caminos artísticos. Los encuentra en 1917, cuando por medio de Jean Cocteau conoce a Serguéi Diáguilev, que le encarga los decorados del ballet Parade de Erik Satie. El fin de la guerra le trae un nuevo amor, la bailarina Olga Clochlova, y también un nuevo dolor: la muerte de Apollinaire a consecuencia de una grave herida en la cabeza. Se casa con Olga en 1918, y hasta 1925 trabaja en diversos ballets que dan cauce a su evolución pictórica.

Un viejo retrato de su madre, pintado en 1918, le valdrá el millonario premio Carnegie de 1930, que le permite adquirir una suntuosa villa campestre en Boisgelup, y pasarse más de un año viajando por España. Por entonces vuelve a la escultura y mantiene un romance con Teresa Walter, del que nace su primera hija, Maya. La Clochlova inicia un escandaloso juicio para conseguir el divorcio, que el juez se niega a conceder. Despechado, Picasso se enamora de Dora Maar.

Picasso y su visión política

Al estallar la Guerra Civil, Picasso apoya con firmeza al bando republicano, y acepta simbólicamente la dirección del museo del Prado, mientras en 1937 pinta el Guernica en París. Dos años después se realiza una gran exposición antológica en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Deprimido por el triunfo de los nacionales y la posterior ocupación de Francia por los nazis, pasa la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial trabajando en su refugio de Royan.

Guernica
En 1944 se afilia al Partido Comunista Francés y da a conocer 77 nuevas obras en el Salón de Otoño. Después se entusiasma por la litografía y por la joven y hermosa pintora Françoise Guillot, con la que convive hasta 1946. Se inicia así su etapa de Vallauris, en la que trabaja en sus magníficas cerámicas. Con Françoise tendrá dos hijos: Claude, nacido en 1947, y Paloma en 1949.

En 1951-1952 Picasso pintó una obra, Masacre en Corea, que muestra de una manera muy clara su relación con el partido Comunista y sus sentimientos en general hacia sufrimiento humano. En el año 1951 los Estados Unidos fueron acusados por China de lanzar bombas en Corea del Norte, matando a muchos comunistas. Picasso estaba de acuerdo con estas acusaciones, y se comprometió de hacer una serie de pinturas anti-americanas para el gobierno de China. Concretamente esta tiene tonos de grises, amarillos y verdes. Muestra un grupo de mujeres desnudas a punto de ser masacradas de un grupo de violentos militares que se parecen robots. Aunque esta pintura relata la realidad de Corea del Norte, también muestra sufrimiento en general. Las mujeres desnudas son víctimas inocentes. Los cuerpos son muy suaves en contraste con los cuerpos rígidos e inhumanos de los atacantes. Hay una clara referencia a la obra de Los fusilamientos del tres de mayo de Goya, de la que se toma la organización en dos grupos de figuras: las víctimas sin y los atacantes violentos, fuertes, y animales. 
Masacre en Corea, 1951-1952



En 1954, el infatigable anciano se fascina por una misteriosa adolescente de delicado perfil y largos cabellos rubios llamada Sylvette David, que acepta posar para él a cambio de uno de los retratos, a su elección. El trato se cumple y su resultado produce algunas de las obras más conocidas y reproducidas del pintor, como el famoso perfil de Sylvette en la butaca verde.

Si la fascinación por la etérea Sylvette había sido platónica, no tuvo el mismo cariz su atracción por Jacqueline Roqué, joven de extraodinaria belleza a la que tomó como compañera en 1957, un año antes de pintar el gigantesco mural para la UNESCO. Fértil milagro del arte y de la vida, Picasso seguiría creando, amando, trabajando y viviendo intensamente hasta morir en 1973. Dejó tras de sí la mayor y más rica obra artística personal de nuestro siglo, y una fabulosa herencia que provocó agrias disputas hasta recaer en un ser de pacífico nombre: su hija Paloma.

El estilo de Picasso

Durante su estancia en París, Pablo Picasso actualizaba constantemente su estilo; trabajó desde el período azul, el período rosa, el estilo de las influencias africanas, pasando por el cubismo, el surrealismo y el realismo. No solo dominó estos estilos, sino que fue pionero en cada uno de estos movimientos e influyó en los estilos a seguir a lo largo del siglo XX, a partir de las obras iniciales que creó. Además de los estilos que introdujo en el mundo del arte, también trabajó a través de los diferentes estilos que aparecieron mientras trabajaba en París. No solo mejoró continuamente su estilo y las obras que creó, es bien sabido el hecho de que él tenía la capacidad de crear en cualquier estilo que era prominente durante este tiempo.

Al pintor malagueño no le gustaba trabajar a las órdenes de nadie; sin embargo, incursionó en el teatro, colaborando con Diaghilev. Además, ilustró más de medio centenar de libros con portadas o retratos- que no estaban necesariamente relacionados con el texto -, aunque su trabajo aportaba su enorme prestigio. En total, colaboró en más de un centenar de libros. El más apreciado trabajo literario de Picasso fue su GÓNGORA, publicado en 1948. Picasso, durante su vida, se sintió más atraído por la compañía de escritores que la de pintores o escultores; incluso, escribió poesía en español y en francés; pueden citarse "El entierro del conde Orgaz", como tributo de admiración al Greco, contemporáneo de Góngora y, en 1937, editó "El sueño y la mentira de Franco", la más trascendente edición artística de valor político de todo el siglo. Sbartés, su amigo desde la época de estudiante y durante muchos años su secretario, afirma que nunca vio a Picasso con un libro en las manos. Pese a esta afirmación, lo cierto es que Picasso, tenía una biblioteca selectiva, destacando una edición de Obras de Góngora, publicada en Lisboa, en 1667. Pese a lo que dice Sbartés, los amigos de Picasso aseguran que estaba muy bien informado de la literatura pasada y presente. Le era posible hablar de Shakespeare o Molière, o citar a Kierkegard, a Barthes, a Sade o a San Juan de la Cruz. Picasso se confesaba conmovido e influenciado por La sonata a Kreutzer, de Tolstoy. También que en una reunión, hizo un elocuente análisis El Retrato de Kahnweiler en relación con Bergson; pero, luego, admitió no haberlo leído jamás y que había formado su opinión analítica escuchando a sus amigos. Probablemente, el interés de Picasso por Góngora nació al conocer a Pierre Reverdy, amigo del pintor Juan Gris. En Francia, Reverdy, desde 1898, había hecho revivir la poesía de Góngora, casi completamente olvidada. Esta resurrección sobrepasó en repercusión a la que se hizo para rehabilitar a El Greco, otro artista casi inadvertido en París. La labor incansable de Reverdy llegó a su clímax en 1927, tercer centenario de la muerte de Góngora.

Pablo Picasso era un pacifista, y las pinturas a gran escala que creó, mostraban un grito de paz y cambio para este tiempo. Una pieza de 1937 que creó, después del bombardeo alemán de Guernica, fue una de esas piezas influyentes de este tiempo. No solo se convirtió en su pieza de arte más famosa, sino también es muy importante la pieza, ya que mostraba la brutalidad de la guerra y la muerte, por esto se convirtió en una figura prominente de la época. Vender su trabajo, el mensaje en el que creía, el arte, la política y la excentricidad, se encontraban entre sus principales objetivos de venta.

Con el pincel como arma e instrumento
como el martillo que transforma
la realidad pues el arte no es un espejo
que recoge su verdadera forma

y modifica y erosiona y cambia como el viento
el malagueño se inclina ante el pincel
pincel que dibuja en los bocetos los reflejos
de sus ideas, sus sueños y sus pensamientos en el papel

en un mundo que se hunde en los mares de la necedad
el arte toma protagonismo para ocultar la maldad del ser humano
modificando y disfrazando la cruda realidad
como el trabajo sutil y perfecto de un cirujano

como el martillo que transforma las rocas y las da forma
para que juntas puedan ser una perfecta escultura
el arte de Picasso es la visión que deforma
una realidad y una época con luces claras y oscuras

lunes, 23 de octubre de 2017

GUEORGUI ZHÚKOV

El 18 de junio de 1974 fallecía, en Moscú, el Gran Mariscal de la Unión Soviética, Gueorgui Konstantínovich Zhúkov, un verdadero Héroe de la Humanidad, comandante del glorioso Ejército Rojo y principal vencedor del nazi-fascismo en la Segunda Guerra Mundial. Fue el Mariscal de la Victoria en la Gran Guerra Patria de los pueblos de la URSS, de los comunistas del mundo entero y de toda la Humanidad progresista.

El 23 de octubre de 1941, en Moscú, Unión Soviética; en el contexto de la Segunda Guerra Mundial; Stalin, nombra Jefe supremo del Ejército Rojo a Gueorgui Zhukov, uno de sus hombres más fieles, leales y un gran estratega clave para la recuperación del ejército soviético. Las aplastantes derrotas de los soviéticos en la Operación Barbarroja llevaron a un replanteo de Stalin quien necesitaba que el alto mando del ejército quedara en otras manos, para evitar la derrota total incluso antes que llegara el invierno. Inicialmente, Zhukov que tenía una trayectoria formada desde abajo en el ejército rojo y que ascendió por méritos propios desde 1937, había sido un hombre clave para aplastar a los japoneses en Mongolia en 1939, lo que le hizo un hombre respetable.

Gueorgui Zhúkov



Hijo de humildes labradores, el general Gueorgui Zhúkov se convirtió, con toda justicia, en un héroe de la Unión Soviética. En agosto de 1939 fue el artífice de la mayor derrota japonesa en la frontera de Manchuria, y, tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), de la decisiva victoria en la batalla de Stalingrado (2 de febrero de 1943).

En 1941 Stalin, necesitado de militares capaces, lo llamó para reorganizar la defensa de Moscú, amenazado por el avance alemán. Sus brillantes maniobras y la pronta llegada de refuerzos procedentes de Siberia, que dejó al descubierto las defensas orientales de Rusia, consiguieron rechazar al ejército alemán a las puertas de la ciudad.

Stalin, dudando de otros hombres, asignó a Zhukov el cargo la defensa de Moscú ese mismo año. Un poco por la mejor coordinación que dio al ejército rojo y el oportunismo del crudo invierno, hizo que la defensa de la capital fuera un éxito, deteniendo por primera vez a los alemanes. Desde allí, el prestigio de Zhukov aumentó a pesar del fracaso de intentar recuperar Smolensko.  A finales de 1942, Gueorgui Zhukov se hizo cargo del frente de Stalingrado, escenario de una de las más sangrientas batallas de la guerra, donde planeó la espectacular contraofensiva del Ejército Rojo que consiguió cercar al VI Ejército alemán, al mando del mariscal Friedrich Paulus, en el interior de la propia ciudad, y lo obligó a rendirse.
Gueorgui Zhúkov

La maniobra de piezas hechas sobre las unidades más débiles del Eje fue toda una obra maestra para Zhukov que trajo consigo un enorme cerco sobre los alemanes que finalmente se rindieron en febrero de 1943.

Ese mismo año, luego del fracaso inicial, en el mes de agosto tendría a cargo la Operación Ciudadela y el éxito final de batalla de Kursk, en la cual los soviéticos saldrían vencedores por su superioridad numérica y una decisión de Hitler de replegarse desobedeciendo a sus generales. Ya en 1944, sería el Comandante supremo de la Operación Bagration, donde movilizaría millones de hombres dividido en tres cuerpos de acción (Norte, Centro y Sur) y que expulsaría a los alemanes de la URSS definitivamente. En 1944, si bien no planificaría, seria quien también ordenaría y daría el visto bueno a la ruptura del sitio de Lenningrado después de 900 días, poniendo a disposición algunos de sus hombres para liberar la segunda ciudad del país.

Finalmente, sería el nombre mayor en la batalla de Berlín aunque tendría una disputa previa con Ivan Koniev, ya que ambos dirigían al ejército rojo. Zhukov intentó un avance raro por las colinas de Seelow que le costó más vidas de lo esperado pero finalmente logró llegar antes a Berlín, por decisiones propias de Stalin quien detuvo a Koniev al desviarlo hacia otro objetivo más inmediato que la capital. Su avance final sobre Berlín, pondría fin al Tercer Reich y terminaría la guerra en Europa.

Las victorias de Zhukov supusieron un punto de inflexión en el desarrollo de la guerra, ya que infligieron una de las primeras derrotas a las fuerzas alemanas, cuyo avance hasta el momento había sido casi imparable. Bajo su mando, los rusos consiguieron detener el último gran asalto alemán en Kursk, momento a partir del cual la marcha del Ejército Rojo sobre Alemania adquirió un ímpetu irresistible.
Gueorgui Zhúkov

En el tramo final de la guerra, Gueorgui Zhúkov mandó el ejército ruso que tomó la capital de la Alemania nazi. En los últimos años del gobierno de Stalin fue relegado a un segundo plano, pero tras la muerte de Stalin su figura se vio rehabilitada y fue reconocido el hecho de que jamás sufriera una derrota a lo largo de su dilatada carrera militar.

martes, 17 de octubre de 2017

LA OSCURIDAD

"La culpa es como un saco de ladrillos: solo hay que descargarlo.” Es una de las frases que me repetía a mí mismo más de una vez. Sin embargo, qué fácil parecía decirlo y qué difícil era ponerlo en práctica.

Mientras camino por calles oscuras, la oscuridad de la noche me acompaña como una vieja amiga. Una eterna amante que nunca me abandona, apagada a mi alma ya mi vida como el aire que respiro. Nuestra vida siempre tiene luces y sombras y en esos claroscuros comienza la función.

Nuestra vida está construida en base a nuestras acciones. Como una pequeña ciudad los edificios van creciendo poco a poco cambiando el paisaje, modelando la desnuda silueta de nuestra vida dando forma a una pequeña city que saluda a los visitantes y que parece impasible y eterna  ante los ojos del mundo y de la gente, hasta que se que convierta en polvo besado por el tiempo y el clima y vuelva ser un ligero parpadeo de la mirada de Cronos en una película que tiene demasiados remakes.

Como todas las obras de teatro y como todas las películas, todo tiene una duración. Todo pasa y todo llega, pero lo nuestra es pasar. esa es la única verdad indiscutible. mientras escribimos nuestra historia, nos observan. A los dioses les gusta observar, y jugar con nuestras vidas y nuestros destinos. son una panda de bromistas:  nos dotan  de instintos, nos dan esta extraordinaria virtud, y ¿qué hacen luego? Nos utilizan para pasárselo en grande, para reírse de nosotros, para ver como quebrantamos las reglas. Ellos disponen las reglas y el tablero y son una panda de tramposos: mira, pero no toques; toca, pero no pruebes; prueba, pero no saborees. Y mientras nos llevan como marionetas de un lado a otro, ¿qué hacen? Se descojonan, ¡se parten el culo de risa! son una panda de sádicos y de manipuladores que nos manejan en sus hilos.

Pero ya ha llegado la hora de romper el tablero y de librarnos de su yugo. Pensar es dudar y nada más que dudar. Y esa duda es la semilla del cambio, de un mundo nuevo, de la rebelión. Los demonios me asaltan. La mayoría de las veces, nuestros demonios continúan ahí, agazapados en la sombra. Acechando infatigablemente el momento en que bajemos la guardia. Intentan acabar con nosotros, con nuestra mente, atacando con la duda, sembrando la semilla del rencor y del dolor, haciéndonos vagar por el desierto del mundo como un Caín desterrado lleno de odio.

Venimos de la nada; Tenemos hijos, que se encuentran atados a este infierno al igual que nosotros, y volvemos a la nada. No hay nada más. La existencia es algo fortuito. No hay ningún patrón salvo el que imaginamos cuando nos quedamos mirando fijamente durante mucho tiempo. No tiene ningún sentido, salvo el que decidimos imponer.

Entonces renaceré, libre de garabatear mi propio diseño sobre el lienzo en blanco, en cuestiones morales, que es este mundo. Solo el hombre es dueño de su destino.

Pero ¿y si estoy equivocado? Soy humano, a veces me confundo... Así empieza todo, la duda, la fiebre, la ira, la sensación de impotencia total  que nos infunde crueldad. Y mientras me hundo en mis pensamientos, la oscuridad sale de la tumba y se eleva en el aire. La vida es sólo una pequeña luz entre dos grandes oscuridades.

lunes, 16 de octubre de 2017

EL SÁHARA

El Sahara, el mayor desierto del mundo, cubre más de 8 millones de kilómetros cuadrados en los que cae una lluvia no superior a los 100 milímetros y tán vasto territorio es compartido por los siguientes países: Argelia, Marruecos, Tunicia, Libia, Egipto, Sudán, Chad, Nigeria, Malí y Mauritania. Y solo el Nilo es el río que atraviesa el desierto. En el Sahara viven, aproximadamente 1.500.000 personas y el nomadismo que era la forma de vida del 50% de esta población ha ido retrocediendo progresivamente ha medida que crece la actividad económica. En los oasis se practica la agricultura que produce cereales, hortalizas y, principalmente, una muy considerable cantidad de dátiles. Los recursos mineros son importantes: petróleo y gas natural en Argelia y en Libia, fosfatos en el Sahara Occidental, uranio en el Níger, hierro en Mauritania.


El Sahara conoció varios períodos húmedos durante el cuaternario, según revela el aspecto del relieve, los restos de una vegetación de tipo mediterráneo y los yacimientos prehistóricos con numerosos grabados y pinturas rupestres. En el paleolítico vivieron cazadores-recolectores, cuyo número disminuyó a consecuencia de una fase de desecación. En el neolítico antiguo se desarrolló una muy importante población, al parecer negra, de pescadores, cazadores, ganaderos e incluso agricultores. A partir de 1874 se descubrieron casi 30 000 pin-turas y grabados, clasificadas y agrupa-das en tres períodos (el de los rebaños, el del caballo y el del camello). El resto, de concepción simbólica, característica del período denominado arcaico, sería la más antigua forma de arte africano.

En el 1er. milenio a.C., libios y garamantes abrieron la ruta de los carros, que unía el golfo de Sirtes con la región de Gao a orillas del Níger, que decayó a partir del siglo IV a.C., tras un período de sequía que hizo imposible el empleo del caballo, que fue sustituido paulatinamente por el dromedario, procedente de Arabia. Entonces se atravesó el Sahara en rutas comerciales, que transportaban oro de Sudán hacia Cirenaica, y también marfil, plumas de avestruz y esclavos. El dromedario permitió a los grandes nómadas y a los bereberes del norte de África aprovechar el retroceso del poder romano para controlar el desierto e imponer su ley a los sedentarios de las regiones colindantes del Sahara. Los bereberes desarrollaron el comercio de caravanas entre el mundo mediterráneo y el África negra utilizando los llamados puertos saharianos (Gana, Awdagust).

Los árabes, tras imponer su dominio a los bereberes del norte de África, atravesaron el desierto y alcanzaron el África negra, Siglo VIII, y, en sucesivas oleadas, se instalaron en el Sahara hasta la época contemporánea. Las poblaciones saharianas fueron así islamizadas, arabizadas e incluso avasalladas; solo los que estaban protegidos por la dureza de las condiciones naturales, como los tuareg, conservaron su lengua y sus costumbres. El comercio de caravanas se amplió, gracias a las posibilidades que ofrecía el mercado musulmán. Los pueblos árabes o arabizados y los bereberes del desierto (san-háyas, zanatas) intervinieron en el Magreb con el movimiento de los almorávides, en los siglos XI y CXII, y avanzaron hacia Sahel. Poco a poco islamizaron a la población y desmembraron los imperios, como el de Ghana, en el año 1076, que controlaban el comercio transahariano, que pasó a sus manos. En 1591 los marroquíes terminaron con el imperio songhai.


En el siglo XIX los europeos iniciaron la explotación del desierto. Tras instalarse en el norte y en las costas occidentales del continente, intentaron unir los diversos territorios. Los franceses ocuparon Lag-houat (1852) y Tombouctou (1854), y las tropas procedentes de Argelia, Sudán y el Congo confluyeron en el Chad (1898-1900). La unión entre Marruecos y Mauritania se estableció en 1934. Los españoles crearon la colonia del Río de Oro (1884-1886). Los italianos se establecieron en Tripolitania y en Cirenaica (1911-1912). Los descubrimientos de minerales y petróleo, y la voluntad independentista de las poblaciones, impulsaron la descolonización de la región en años comprendidos entre 1951 y 1976.

Los bereberes

Los bereberes constituyen la población característica del Norte de África y, más en concreto del Magrib. Pero si el sustrato poblacional es claramente bereber, sin embargo, este elemento hoy es considerado minoritario en relación con lo árabe. En realidad lo árabe y los bereber forman únicamente una falsa dicotomía planteada por motivos políticos más que fundamentada en realidades resumiríamos de ser de pura raza árabe y las lenguas romances, todas juntas, tendrían menos difusión que los dialectos bereberes.

En consecuencia, hoy día en el Norte de África resulta muy difícil establecer la frontera entre lo árabe y lo bereber. Al igual que en el caso de los bereberes en al-Andalus, que tuvieron más presencia en realidad que lo árabe, incluso en el Magrib, lo andalusí tiene más presencia en la química étnica y social que lo puramente árabe: recordemos las múltiples emigraciones, desde la del arrabal cordobés hasta el paso de los moriscos en 1609. En consecuencia, en la actualidad resulta anacrónico hablar de lo bereber como un fenómeno étnico.

Como ha destacado el profesor Hart, en la actualidad el fenómeno bereber es un elemento básicamente lingüístico. Se considera bereber únicamente a aquellos que hablan como lengua natal alguno de los dialectos bereberes. Y en cifras esa población ha quedado fuertemente reducida por el paso de la Historia humana. En cifras de comienzo de los años 80, el fenómeno lingüístico bereber apenas suponía un 2% en la población de Túnez, pero ascendía al 30% en Argelia y hasta el 40% en Marruecos.

Los orígenes del pueblo bereber han merecido múltiples especulaciones desde la misma Antigüedad clásica. Estas leyendas no rebasan el terreno de la curiosidad. Los griegos relacionaron la cuestión con su mitología; así Hesiodo podía indicar que Moros, la negra Ker y Tánato eran hijos de una madre concreta: la Noche. Por el contrario, para Platón todos los pobladores del Occidente eran descendientes de Poseidón , y los africanos eran Atlantes.
Los cartagineses de época helenística, tal y como va a transmitir el historiador latino Salustio , van a interpretar los orígenes de la siguiente forma : una buena parte de los norteafricanos eran descendientes de los medos o persas llegados en el ejército del mítico Hércules . De ellos procederían tanto los moros como los númidas.

Para otros autores, sin embargo en la misma línea que la banal interpretación púnica, los bereberes eran descendientes de indios, mientras entre los autores hebreos y cristianos de los siglos III al V, alguno de ellos tan significativo como San Agustín, relacionaban los orígenes de los bereberes con los cananeos.
Este tipo de leyendas tendrá siempre buena acogida. En los autores árabes, desde el mismo siglo IX, nos va a aparecer un dato de forma recurrente. Tradición histórica que llegará hasta el gran historiador tunecino lbn Jaldun. De acuerdo con esta creencia, los bereberes en su origen no habían sido otros que los palestinos que, con la muerte de su rey Goliat, se vieron obligados a emigrar al Norte de África. Podemos preguntarnos por la realidad de estos pretendidos orígenes si procederían tanto los moros como los númidas.

EL PUEBLO SAHARAUI

Tras su independencia de Francia, Marruecos reclamó el territorio del Sáhara Occidental como parte de su "Gran Marruecos". En 1963 el Comité Especial de Descolonización de Naciones Unidas incluía el Sahara Occidental en la relación preliminar de regiones del mundo a las que se debía aplicar la Declaración sobre concesión de independencia a países y territorios coloniales. En 1965 la ONU proclamó el derecho a la autodeterminación del Pueblo Saharaui y instó a España a que agilizara su descolonización. Años antes, el rey de Marruecos había manifestado su intención de anexionarse los territorios del Sahara occidental. Había vuelto a aparecer la idea del Gran Imperio soñado por Marruecos. También Mauritania, al ver la situación, se apresuró a pedir parte del territorio del Sahara.

En 1967, la ONU recomendó la descolonización del territorio en tanto que poco después, Mauritania también se sumó a las reclamaciones territoriales marroquíes.

El 12 de mayo de 1975, una Comisión de la ONU viaja al territorio saharaui para comprobar que “el Polisario es la única fuerza política dominante en el territorio y que la inmensa mayoría del pueblo desea la independencia”. Pero durante el mismo año, y en medio del proceso de la transición democrática iniciada en España con la muerte de Franco el 20N, el Gobierno español procede a la entrega del territorio de Sáhara Occidental a Mauritania y Marruecos. Comienzan entonces los enfrentamientos armados entre el Ejército de Liberación Popular Saharaui (E.L.P.S) y las Fuerzas Armadas Reales Marroquíes. Marruecos, al mismo tiempo, inicia su “Marcha verde” el 6 noviembre y Mauritania comienza a atacar por el sur. Con esta marcha, Hassan II movilizó a 350.000 hombres y mujeres marroquíes, además de 25.000 soldados, para tomar posesión de Sáhara. La población civil saharaui se ve obligada a huir a la región argelina de Tinduf. El 14 de noviembre, España entrega el territorio de Sáhara Occidental a Marruecos y Mauritania, a través de la firma de los Acuerdos Tripartitos de Madrid.

El Frente Polisario proclama la constitución de la República Árabe Saharaui Democrática el 27 de febrero de 1976, un día después de que las últimas presencias españolas abandonasen la zona. De la noche a la mañana el territorio pasó de manos españolas a manos marroquís y mauritanas. Mauritania firmó su acuerdo de paz con el frente Polisario en 1979, renunciando a sus derechos sobre el territorio saharaui y la OUA y distintos países han venido reconociendo desde entonces a la nueva república. Sin embargo, Marruecos, en lugar de hacer lo mismo, se anexionó la parte a la que Mauritania renunció para reivindicarla también como suya y continuó con la ocupación.


LA PINTURA EN EL SIGLO XVIII Y EL SIGLO XIX

Siglo XVIII

La pintura tiene una deslumbrante presencia en el siglo XVIII.
En Francia con Antoine Watteau (1648+1721), Nicolás Lancret, Francoise Boucher, Maurice Quentin de la Tour, Jean Baptiste Chardin, Jean Honoré Fragonard.

En Venecia con el Canaletto, Francesco Guardia, Pietro Longhi, Giam-battista Tiépolo. Y, en España, casi un siglo y medio después de Velázquez, nace otro artista excepcional don Francisco de Goya y Lucientes (1746+1828).

Goya que explosiona con una pujanza intrínseca y absoluta, con una inmensa obra llena de golpes psicológicos y de sentido político. Mención aparte merecen sus famosas Maja vestida y Maja desnuda, pintadas al cumplir Goya el medio siglo.

También hay que destacar el aporte de los ingleses Hogarth (1697+1746),Josua Reynolds, Thomas Gainsborough, Henry Raeburn (1756+1823), nos llevan hasta el siglo XIX con William Blake y los paisajistas John Crome (1768+1821), John Constable y Richard Farkens.

SIGLO XIX

En Francia, el llamado neoclasicismo, está representado por Louis David, que pintó a Napoleón en el Monte Saint-Bernard; Jean-Baptista Regnault con sus Tres Gracias; François Pascal con Madame Recamier, y Prud'hon con Rapto de Psique.

En Alemania, el romanticismo, que bebió en las fuentes de Roma, tiene dos grandes representantes: Tischbein (1751+1829), que pintó al poeta Goethe, y Gaspar David Friederich, que debió esperar el paso del tiempo para alcanzar el prestigio que le correspondía.

En el siglo XIX, figura Gericault que se inició inspirándose en la epopeya napoleónica y que murió a los 33 años. Es famoso su cuadro El loco asesino. Citar a Jean Dominique Ingrés (1780+1867) es llegar a las ilustraciones de absoluta dominancia femenina con retratos de Mlle. Rivière y Mme. Zèlie o El Baño Turco.

Entonces, aparecen figuras como Eugène Delacroix (1798+1863)- Rapto de Rebeca, Matanzas de Scio, La Libertad conduce al pueblo, La mujer del papagayo o La novia de Abydos; Théodore Chasseriau con Ester arreglándose para Asuero y Las dos Hermanas; Francoise Millet con Las Espigadoras, Los leñadores o La Primavera.

En el siglo XIX tiene Francia a Jean-Baptiste Corot (1796+1875), que realiza pinturas como La odalisca romana y El Puente de Nantes, La mujer de la perla o La iglesia de Marisel.
Es curioso consignar que Corot vendió su primer cuadro cuando ya tenía 51 años de edad. Y también es notable saber que existió un artista, que murió a los 71 años en una casita de Valmondois, que ocupaba gracias a la generosidad de Corot.

Era Honoré Daumier (1808+1879), que participó con más de 4.000 planchas entregadas a La Caricatura y al Charivari. Tiene obras en el Louvre y también en la National Gallery, en el Metropolitan de Nueva York; en Munich, se exhibe el Quijote que produjo en 1868.

Gustave Courbet (1819+1877), se llamaba a sí mismo el Maestro pintor, pero se decía sin ideal ni religión. Murió exiliado y su prestigio se vio menguado por cientos de falsificaciones de sus obras.
Desde 1832 hasta 1883, vivió Manet y con él viene el impresionismo, dejando atrás el realismo: Almuerzo en el campo, Olimpia, Un bar en Follies-Bergere, bastan para situarlo.

También se inscriben en el movimiento impresionista Boudin, Jongkind, Bazille, Morisot, Casait y, especialmente, Claude Monet (1840+1926) con La Catedral de Rouen, El Parlamento de Londres, Velero en Argenteuil y Las Ninfas.

Y está en el movimiento impresionista Camille Pisarro (1830+1903), con Entrada al pueblo de Voisins, La isla de Laccroix o Los Tejados rojos, además de Pierre Auguste Renoir (1841+1919), citando Bañista secándose, Desnudo echado, Gabriela con una rosa o Muchacha peinándose y su muy famosísimo Moulin de la Galette.

Además, hay que citar a Sisley, nacido en París, pero de padres británicos, que nunca logró obtener la nacionalidad francesa y se pasó la vida luchando contra la pobreza. Degas (1834+1917), aunque calificado en el grupo impresionista, trae un mensaje innovador y la figura humana es captada por él, en sus movimientos sorpresivos, como sus célebres bailarinas.

Citemos ahora a Paul Cézanne (1839+1906), con Los jugadores de cartas, El Vaso azul, Retrato de Mme. Cézanne o El joven de chaleco rojo. Paul Cézanne, decía: Cuando el color alcanza su grandeza, la forma logra su plenitud.

En los momentos en que, Monet y Renoir, ya no participan del impresionismo, aparece Georges Surat (1859+1891) que trae el neoimpresionismo o puntillismo, ejemplificado en La paseante del mono.

Y mientras un grupo trata de aprovechar lo que ofrece el progreso técnico, aparece una figura que rompe los moldes, pues, se abraza al primitivismo:

Es Paul Gaugin (1848+1903). Recorre Bretaña, primero, y luego viaja por Panamá, La Martinica y Tahíti, en su fuga de la vida burguesa y de la civilización que la enmarca. En Bretaña pinta Visión después del sermón y en la isla sus famosos cuadros de las tahitianas.

Otro más, es el trágico Van Gogh (1853+1890), cuyo cuadro Giraso-les, en 1992, alcanzó el mayor precio nunca pagado en el mercado del arte - 4.500 millones de pesetas -, pese a que el autor lo vendió por 200 francos. Sus auto-rretratos lo dicen todo, amén de su Campo de trigo de los cuervos o la Iglesia de Auvers. Su vida fue una desgracia continua y, sin embargo, el atormentado ha dejado una de las más desgarradoras historias de la pintura. Henri Toulouse-Lautrec (1864+1901), enano por accidente, se sumerge a pintar en Montmartre para huir de su deformidad y elige como sus modelos a las mujeres de los prostíbulos.

El hilo de la historia de la pintura, en una sola década, llega al fauvismo y al cubismo en Francia, al expresionismo en Alemania; el futurismo y la pintura metafísica se desarrolla en Italia, mientras que la abstracta no se circunscribe a un solo país. Henri Matisse (1869+1954), sigue a Redon, Vuillard, Denis y Bonnard.

Para una rápida definición del fauvismo puede afirmarse que la vivacidad y crudeza preconizó el triunfo del color. Acompañaban a Matisse en este movimiento Dufy, Vlaminck, Derain, Friesz, Manguin, y Valtat.

Georges Braque (1882+1963), según sus comentarista, todo lo reduce a cubos sean lugares, casas o figuras; de ahí el término de Cubismo, aunque la definición misma ya no es aceptada, representó una auténtica revolución que rompió toda atadura con el pasado, pero sin proponer una nuevo realismo. Destacan sus obras: Vaso y pipa, El velador, El dúo, Flores y paleta, El tocador.

Su compañero en el movimiento cubista es el nombre más ilustre de la pintura del siglo XX, el español Pablo Ruiz Picasso (1881+1973),a quien acompaña otro español, también, avecindado en Francia, Juan Gris (1887+1927).

Picasso ha dejado obras importantes desde su juventud: La mujer del abanico, Las señoritas de Avignon, Los tres Músicos, Mujer llorando, Gallo y cuchillo, Las Meninas según Velázquez y El Guernica.

A estos nombres hay que agregar los de Leger, Robert Delaunay y Jacques Villon.En el futurismo italiano hay que citar a Umberto Boccioni (1882+1916), Gino Severini y Giacomo Balla. En la pintura metafísica está el nombre de Giorgio de Chirico, a quien le siguen Carrá y Morandi.

Luego de la primera Guerra Mundial, aparece el expresionismo flamenco y la escuela de París y en ella destacan Chaim Sutin, Alberto Modigliani y Marc Chagall. La historia continúa con la pintura ingenua que representan Maurice Utrillo (1883+1955), Henri Rousseau, Louis Vivan, Bauchant y Bombois.

El movimiento dadaísta tiene como sus principales pintores: Marcel Duchamp, (1887+1968), Desnudo descendiendo una escalera, Paso de la virginidad al noviazgo, La Novia; Jean Arp (1887+1966), pintor, escultor y poeta, decía: el arte es una fruta que crece en la mano del hombre, como la fruta crece en el árbol, Torso humano, Torse frutal; Francis Picabia (1879+1953), fundador y miembro del Grupo de Oro, pintaba al estilo cubista Agárralo como puedas, Parada amorosa, Prostitución universal, La hija sin madre.

Al surrealismo se anotan Max Ernst (1891+1976), mezclaba a sus pinturas elementos mecánicos, mujeres desnudas y un perturbador erotismo; Salvador Dalí(1904+ 1989), miembro del movimiento surrealista del que fue expulsado a mediados de los años 30 por sus veleidades y sospechoso de ser partidario de Hitler fue, además,, escultor, poeta, novelista, diseñador de joyas. Sus ideas están contenidas en el panfleto La conquista del irracionalismo; Joan Miró (1893+1983 ), pintor y escultor, fue alumno de Urgelli, practicó el cubismo y el postimpresinismo. Por último, debemos mencionar la pintura abstracta con Vassily Kandinsky (1866+1944), nació en Moscú, se nacionalizó alemán en 1928, pero tomó la ciudadanía francesa en 1939; tenía casi 30 años cuando abandonó sus estudios académicos de Derecho, para estudiar pintura, en Munich. Era un artista de sólida formación intelectual y sus ideas las expuso en el libro Concerniente al espiritualismo en Arte y, finalmente, Kazimir Malevich (1878+1935) pionero de la pintura no figurativa. Muy influenciado por el cubismo, desarrolló una abstracción semigeométrica, que llamó suprematismo, con sus pinturas Blanco y blanco y sus incursiones en la decoración de calles. Entró al grupo Unovis, y desplazó como director de la escuela a Chagall; Malevitch, está muy relacionado con el constructivismo, movimiento fundamental en la pintura de mediados de siglo.