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miércoles, 9 de octubre de 2024

IMPERIO MEDIO EGIPCIO (2055-1650 A.C.)

El Reino Medio o Imperio Medio comprendía las dinastías XI, XII y XIII. El inicio del periodo lo marca el inicio de Tebas como capital de Egipto. Durante esta época Egipto extendió sus fronteras conquistando una parte de Nubia.


Primer periodo intermedio (2160-2055 a.C.)

 Los periodos intermedios son etapas de transición en la historia egipcia en la que el poder central pierde  fuerza  en  favor  de  los  poderes  locales,  lo  que  genera  la  disgregación  del  reino.  Las dinastías  están  poco  definidas  y  podían  superponerse  unas  a  otras,  como  sucedía  con  los monarcas. El Primer periodo intermedio se inicia tras la muerte de Pepi II y el inicio de las luchas entre sus sucesores por el poder, toda vez que aumentó el poder de los nomarcas y se dieron repetidas hambrunas, lo que acabará provocando la desintegración del poder central. Dos centros de poder, que rivalizaron hasta la imposición de uno de ellos sobre el otro, surgieron en esta época: Heracleópolis en el Bajo Egipto y Tebas en el Alto. 

Fue un periodo de inseguridad, de saqueos y destrucción de templos. La crisis económica se acentuó en las dinastías VII y VIII, lo que provocó, junto a la inseguridad, recurrentes guerras civiles. Heracleópolis intentó durante las dinastías IX y X imponerse infructuosamente, siendo la Tebas la que pacificó y reunificó el país durante la dinastía XI. 

 Aunque esta es la situación general, la real no fue tan clara, conociéndose que la mayoría de los gobernadores independientes estaban en torno a Menfis, desconociéndose la situación del Bajo Egipto. 

 Este periodo se puede dividir en tres fases: la primera con las dinastías VII y VIII en la que un buen número de monarcas gobernó en poco tiempo y de los que se duda su autonomía con respecto a la nobleza; una segunda con la ascensión de Heracleópolis durante las dinastías IX y X, logrando el control del delta, y una tercera durante los primeros monarcas de la dinastía XI que lograron la reunificación del país. 



Los monarcas 

Primera fase: dinastías VII y VIII (2181-2160 a.C.)

 Son muy mal conocidas, llegando a dudarse de la existencia real de la VII dinastía. Sea como fuere, la capital estuvo en Menfis, lo que se mantuvo en la dinastía VIII. El poder de los monarcas de las dos dinastías no debió superar la región de Menfis, encontrándose el delta invadido por poblaciones extranjeras. 

Segunda fase: dinastías IX y X (2160-2025 a.C.) 

Los  príncipes  de  Heracleópolis  fueron  imponiéndose  poco  a  poco,  toda  vez  que  mantenían intercambios con Nubia y no recibieron más invasiones extrajeras. La relación con el Imperio Antiguo seguía siendo evidente, manteniéndose, según parece, la necrópolis real en Saqqara.  El primer rey de la dinastía IX se debió imponer sin oposición a los gobernantes de los nomos cercanos. De la dinastía X conocemos a Merikare por las Enseñanzas de Merikare, instrucciones para el buen gobierno.  

Tercera fase: el ascenso de Tebas. Dinastía XI (2125-2065 a.C.)

 A la vez que en Heracleópolis gobernaban las dinastías IX y X, en Tebas surgió la dinastía XI, dándose un continuo enfrentamiento entre ambas por el control de los nomos del Egipto Medio. El  final  de  estas  luchas  sucedió  cuando Tebas amplió sus  dominios hacia  el  sur y  el  norte y derrotó a Heracleópolis, proclamándose su rey unificador de las dos tierras y dando inicio al Imperio Medio. 

Tebas

Civilización del Primer Periodo Intermedio

 En el plano económico se mantuvieron los intercambios comerciales y se produjo una mayor distribución de la riqueza, si bien la población más desfavorecida tendió a residir en las ciudades. 

Hubo hambrunas provocadas por las irregulares crecidas del Nilo que provocaron el avanza de la aridez sobre las tierras fértiles. 

En el ámbito cultural, la Literatura conoce gran riqueza, destacando la literatura sapiencial, las lamentaciones, que reflejan la anarquía y la inseguridad de la época, o los textos de sarcófagos, que conocen un gran desarrollo y que tiene por finalidad asegurar la vida de ultratumba. que a partir de ahora será accesible para toda la población. 

En la religión también hubo grandes cambios. EL culto al monarca decayó, ya que se los relacionó con el abandono del pueblo por los dioses, señalando a esta como la causa de la inestabilidad del periodo. Este culto pasó a ser tributado a los dioses, especialmente a los locales y a los de la fertilidad como consecuencia de las crisis alimentarias.  

En cuanto a la moral, como todos podían acceder a la otra vida, cobraron gran importancia la justicia y la caridad, indispensables para que las acciones en la vida terrenal permitieran el paso al Más Allá. 

 Por último, el ejército cobro gran protagonismo. Los nomarcas se encargaron de velar por su manteniendo, ya que fue indispensable para conservar el poder. Lo formaban jóvenes egipcios y mercenarios.  

Imperio Medio (2055-1650 a.C.) 

Supone  el  inicio  de  la  Época  Clásica  egipcia.  Sus  inicios,  oscuros,  se  sitúan  en  el  reinado  de Mentuhotep  II,  que  unifica  el  país.  Serán  las  dinastías  XI  y  XII  las  que  tradicionalmente  se engloben en este periodo, si bien hay corrientes que lo alargan hasta mediados de la XIII, pues no se produce ni un cambio de capital ni de las formas de gobierno. 

Los soberanos

 Dinastía XI 

Compartió  gobierno  con  la  dinastía  X  en  el  norte,  que  se  dedicó  a  expulsar  a  los  invasores extranjeros  del  Delta  y  a  reorganizar  las  provincias. Mientras,  en  el  sur,  los  monarcas  de  la dinastía XI se dedicaron a restaurar templos y poner las bases para la unificación, que se dio tras una serie de combates entre los tebanos y los heracleopolitanos. Se considera a Mentuhotep II reunificador de Egipto. Tras esto, la inseguridad permaneció un tiempo, pero poco a poco el rey consolidó  las  fronteras  y  reestableció  las  relaciones  diplomáticas  existentes  en  el  Imperio Antiguo. 

Reanudó  también  la  costumbre  de  enviar  expediciones,  una  de  ellas  a  Nubia,  consiguiendo imponerles tributo a sus habitantes. Allí edificó una fortaleza cerca de Elefantina para asegurarse el control de la zona. Asimismo, intentó recuperar la deificación de los monarcas, para lo que usó símbolos divinos. También retomo la política de construcción de obras públicas.

Durante los últimos años de la dinastía el ambiente en el Egipto medio se hallaba enrarecido, lo que sumado a las luchas entre los aspirantes al trono abocó al fin de la dinastía. 

Dinastía XII 

Fue una de las más importantes de la historia de Egipto. Se recuperaron tradiciones del Imperio Antiguo, se volvió a implantar el sistema burocrático de las primeras dinastías y se reinstauró el culto al monarca.

 El fundador de la dinastía fue Amenemhat I, que buscó que su reinado fuera visto, a la vez, como continuador de la tradición y como el inicio de una nueva era. Para ello, trasladó la capital a un nuevo centro administrativo en las proximidades de Menfis con el fin de ejercer mejor el control en el Bajo Egipto, hacer frente a posibles invasiones asiáticas y desposeer de parte de su poder a los funcionarios. También instauró un sistema de corregencia para la sucesión. 

 Legitimó su ascensión al trono con una profecía, y dio gran importancia al ejército, formado por ejércitos privados proporcionados por los nomarcas, toda vez que creó un amplio sistema de defensas  en  el  Delta.  Las  campañas  militares  fueron  especialmente  destacadas  en  Nubia convertida en un objetivo militar en el que había de establecer asentamientos permanentes. Tras  ser  asesinado,  fue  sucedido  por  su  hijo  Sesostris  I,  que  había  sido  asociado  al  trono siguiendo el sistema de corregencia y que castigó a los asesinos de su padre. Su reinado fue de los más fructíferos de la historia egipcia, consiguiendo recuperar el prestigio de la monarquía, impulsar la economía, ampliar las fronteras y dar estabilidad al reino.

 Así, mantuvo buenas relaciones comerciales con distintas zonas, convirtió la Baja Nubia en una especie de provincia egipcia, puso en marcha una política de construcciones y restauraciones con un claro trasfondo propagandístico. Entre otros, restauró el templo de Ra en Heliópolis para atraerse el favor de su clero y legitimarse como continuador del Imperio Antiguo. En política interior, continuó el camino marcado por su padre.

 El reinado de los siguientes monarcas fue pacífico y continuador hasta la llegada de Sesostris III. Este llevó a cabo una activa política militarista, centrada sobre todo en Nubia, Sudán y Palestina. En Nubia trasladó la frontera más allá de la segunda catara, para lo que construyó un canal para poder remontar el río con sus barcos y numerosos fuertes en los que alojar tropas y estaciones comerciales. En política interior, redujo notablemente el poder de los nomarcas, a los que quitó sus privilegios.  

Al final de la dinastía Egipto se sumerge en el Segundo Periodo Intermedio de forma paulatina.

Administración y sociedad 

Amenemhat I puso a personas fieles al frente de los nomos, algunos de los cuales mantuvieron cierta autonomía hasta el reinado de Sesostris III, fruto posiblemente de las alianzas con los monarcas  tebanos.  Algunos  estudiosos  sostienen  que  los  nomos  fueron  sustituidos  como unidades administrativas por las ciudades, gobernadas por un funcionario. 

La elección de Tebas como capital fue muy importante por su situación para controlar Egipto. Se recuperando cargos administrativos como el de visir, del que no sabemos si fue solo uno o varios  y  que  perdió  importancia  en  el  reinado  de  Sesostris  I;  el  de  canciller,  que  tuvo  más importancia que anteriormente; el de gobernador del Alto Egipto y creó el de gobernador del Bajo Egipto, con poderes análogos

Se  reconstruyeron  las  sedes  de  los  órganos  administrativos  y  los  cuadros  y  servicios administrativos, para lo que hubo de recuperar el cuerpo de funcionarios. 

A la nueva capital administrativa se  trasladaron todos los servicios estatales y casi todos los funcionarios, si bien Tebas permaneció como capital dinástica. 

Sesostris III llevó a cabo un gran cambio en la administración provincial, poniendo fin al poder de los nomarcas y dividiendo Egipto en tres departamentos, supervisados por el visir y al frente de los cuales había un funcionario ayudado de otros de menor grado.

La Religión del Imperio Medio 

NO sufre  grandes  variaciones. Durante el  Primer Periodo Intermedio se  dio un retroceso en algunas concepciones religiosas, perdiéndose el elemento unificado en favor de las divinidades locales.  Amón, dios  tebano,  tendrá  un  importante  papel  como  dios  oficial  de  la  dinastía  XII asociado a Ra. Al ser accesible la vida al más allá para todo aquel que pudiese pagarse lo necesario para ello, los cultos y ritos funerarios evolucionaron, jugando un papel importante el mito de Osiris.

La economía 

No  sufrió  grandes  cambios.  La  propiedad  de  la  tierra  siguió  estando  dividida  y  el  cobro  de impuestos, normalmente en grano, fue muy controlado por los monarcas.  

Se produjo un aumento considerable de la riqueza del rey y los funcionarios. 

La  base  económica  continuó  siendo  la  agricultura,  muy  próspera  en  todo  el  curso  del  Nilo. Sumada a esta prosperidad, la estabilidad política y las conquistas de Sesostris III permitieron a los monarcas centrarse en problemas económicos como la obtención de materias primas, la explotación de las minas del Sinaí o mejoras en la irrigación de los campos de cultivo.

Las instituciones 

Se produjo un cambio en el ejercicio del poder. Amenemhat I instauró un sistema de corregencia para la sucesión con el fin de evitar conflictos sucesorios. Esto implicaba una serie de problemas religiosos que consiguió superar, no obstante, parece que no se mantuvo por mucho tiempo este sistema. También buscó restaurar el prestigio de la realeza y hacer ver más humanos a los reyes, en  lo  que  jugó  un papel  importante  la  religión osiriaca y  los cambios morales  que  se produjeron con nuevos ideales de justicia y caridad. 

La literatura 

Fue una época de esplendor literario, considerada le época clásica de la literatura egipcia. La narrativa,  las  obras  religiosas  y  filosóficas  alcanzaron  gran  desarrollo,  estando  basadas.  en algunas ocasiones, en hechos reales.

 Unos de los más famosos relatos es la Historia de Sinuhé, que posiblemente tenía por finalidad exaltar la figura de Sesostris I. 

La abundancia de obras ha llevado a pensar a algunos egiptólogos que también pudo existir una especie  de  teatro  popular.  También  se  crearon  obras  técnicas,  principalmente  tratados  de medicina y matemáticas.

El Segundo Periodo Intermedio (1650-1550 a.C.) 

El final del Imperio Medio no es comparable al del Imperio Antiguo. Con el paso de los monarcas la  situación  se  fue  deteriorando  progresivamente  marcada  por  una  creciente  inestabilidad política.

 Podemos  establecer  tres  fases  en  este  periodo:  uno  primero  de  paulatino  deterioro  de  las instituciones hasta la llegada de los Hicsos (D. XIII y XIV), un segundo dominado por los Hicsos (D. XV y XVI) y un tercero en el que Tebas se impone y expulsa a los invasores (D. XVII).

Primera fase: Egipto hasta la llegada de los Hicsos

 XIII dinastía

 Los monarcas de esta dinastía estuvieron poco tiempo en el poder, mientras que hubo visires que se mantuvieron durante varios reinados, lo que inclina a algunos a pensar que estos fueran quienes realmente detentaban el poder. A pesar de la pérdida de poder real la administración mantuvo  su  funcionamiento  y,  al  principio,  se  observaron pocos  cambios  en  la  situación  de Egipto. Los monarcas, que se legitimaban mediante el nombre, eran mayoritariamente tebanos, lo que pueda indicar alguna relación familiar con la dinastía XII.

  Se  produce  una  introducción  de  extranjeros  en  la  administración  al  servicio  de  altos funcionarios.  

Los últimos monarcas de esta dinastía casi no pueden controlar el Bajo Egipto y los Hicsos se hacen con Avaris



XIV dinastía

 Estos monarcas convivieron y sobrevivieron a los de la dinastía XIII. Se desconocen más datos sobre ellos y por qué los reyes de la dinastía XIII les permitieron ser independientes. Solo es seguro que estaban en la zona oeste del Delta. 

Segunda fase: los hicsos

 La visión tradición muy negativa de los Hicsos no se corresponde con la realidad. El origen de este pueblo es desconocido, sabiéndose solo que eran asiáticos. 

Desde la dinastía XII se fueron infiltrando en la región, siendo a finales de esta dinastía cuando llegó la gran masa de población asiática, lo que culminó con conquista de Avaris.  

La consolidación de su poder en el Delta requirió varias décadas, hasta llegar a Menfis, desde donde se hicieron dueños de todo Egipto estableciendo su capital en Avaris. Respetaron la zona oeste del Delta, controlada por la dinastía XIV. 

Establecieron dos dinastías, la XV o hicsos mayores y la XVI o hicsos menores que conviven. Para gobernar se apoyaron en las estructuras administrativas del Imperio Medio, manteniendo la estructura funcionarial egipcia y posibilitando una transición suave del poder. Combinaron con estas  sus  tradiciones  de  gobierno,  entre  las  que  estaba  el  estado  disgregado  en  pequeños núcleos de poder con gran autonomía y autogobierno bajo la autoridad de un líder más poderoso.

Dinastía XV 

El ascenso de los hicsos se divide en dos fases, una primera en la zona noreste del delta con la ocupación de Avaris, la adopción del rey principal de la ciudad (Seth) y la reconstrucción de su templo, y una segunda de expansión hacia el Alto Egipto. 

Parece que estos reyes llegaron hasta la primera catarata y mantuvieron relaciones comerciales con la Baja Nubia y Sudán. Durante el reinado de los últimos monarcas los príncipes de Tebas se deshicieron del domino de los hicsos, consiguiendo finalmente recuperar Avaris y expulsarlos, lo que puso fin a la dinastía.

XVI dinastía

 Se  desconoce  prácticamente  todo  de  esta  dinastía.  puedo  estar  compuesta  por  75  reyes pastores

Significado e importancia de los hicsos 

Los  hicsos  iniciaron  una  revolución  en  Egipto,  aportando  nuevas  concepciones  en  todos  los campos. Su presencia hizo que los egipcios acabaran con la creencia de que eran superiores a los demás pueblos. Penetraron también ideas filosóficas, religiosas y artísticas nuevas, así como innovaciones técnicas. 

En  el  ejército  introdujeron el  carro  de  guerra  y  el  arco  compuesto.  Además,  trajera  nuevos instrumentos  musicales  y  una  mejora  generalizada  de  la  metalurgia  del  bronce.  A  la  vez, adoptaron tradiciones egipcias como la escritura jeroglífica o la adopción de un dios nacional, en este caso Seth de Avaris, su capital, que pudieron asimilar a algún dios asiático.



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