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lunes, 26 de febrero de 2024

EL MUNDO ORTODOXO BIZANCIO Y RUSIA DURANTE LOS SIGLO XIII y XIV

El Imperio bizantino chocó contra el nuevo Islam desde su nacimiento y durante varios siglos. Sin embargo, a fines del primer milenio, el Imperio bizantino había llegado a un razonable concierto con los árabes. A pesar de esta recuperación del poder de Bizancio por los propios bizantinos, el daño que los latinos habían hecho al imperio era ya irreparable. Aquellos cincuenta años de feudalismo y de guerras incesantes habían destruido la organización secular que tenía sus raíces en la de la vieja Roma.



La Cuarta Cruzada y la fundación del Imperio Latino de Constantinopla (1204-1261) 

Inocencio III, a la muerte de Saladino, convoca la Cuarta Cruzada en 1199. Se había designado líder al conde de Champaña, pero muerto éste, Bonifacio de Montferrato se convirtió en jefe de la cruzada. Enrico Dándolo, dux de Venecia le ayudó en el transporte de las tropas. El ejército cruzado se dividió en dos: una parte de desvió de su itinerario y se presentó ante Constantinopla, y la otra se dirigió a Egipto. Alejo IV, el hijo de Isaac, que iba con ellos, fue nombrado emperador y, como las tropas latinas se encontraban fuera de Constantinopla y había una sedición en la ciudad, consiguieron asaltar y conquistar conquistaran Constantinopla el 12 de abril de 1204.  El resultado de la cruzada fue la denominada Partitio Romaniae: en Constantinopla, los venecianos impusieron al emperador latino Balduino de Flandes, que se quedaría con la cuarta parte del territorio, incluyendo las islas de Lesbos, Samos y Quíos; como vasallos del emperador quedaron varios nobles jefes de la expedición cruzada, entre ellos el propio Montferrato, que recibió Tracia y la parte noroccidental de Asia Menor, y pudo establecer su capital en Tesalónica creando su propio reino. Los demás constituyeron sus dominios en Atenas, Tebas, y el principado de Morea, como vasallos del emperador latino. Venecia se quedó con el resto de las islas, incluida Creta.  Los bizantinos se aliaron con Kaloján, rey de Bulgaria, el cual derrotó a Balduino en 1205 durante el asedio de Adrianópolis. Fue sucedido por su hermano Enrique de Hainaut, el cual tuvo que defenderse del rey Kaloján durante todo este periodo. Además, tuvo que defenderse contra el nuevo imperio de Nicea, y frente a Bonifacio de Montferrato y sus sucesores, en Tesalia. A su muerte, la dominación latina se redujo a la costa, por interés comercial y tomó el poder la familia de Courtenai. En cambio, en Morea, existía una mayor seguridad. La presencia bizantina nunca desaparece del todo en esa zona, pero los minoritarios latinos son capaces de arraigar allí gracias al apoyo de la aristocracia griega local.   La población de todas estas zonas occidentales del Imperio había quedado disminuida por el transcurso de la guerra. En las fronteras de bizantinos, latinos y búlgaros, la despoblación fue mayor. Se produce una intensa emigración eslava a los territorios que quedan vacíos, como en Tesalia.  En el Épiro y en la costa del golfo de Corinto, la brutalidad de la ocupación y las incursiones latinas provocan emigraciones hacia el interior y las montañas.  

Reparto imperio bizantino tras la cuarta cruzada

La resistencia griega frente a los latinos

Durante la cruzada, la mayor parte de la población de la capital se había refugiado al otro lado del Bósforo. La emigración de población de Asia Menor hacia el extremo occidental del Imperio, que se había ido produciendo a lo largo del siglo XII, cambiaba así de signo, ayudando a la expansión de los Lascaris. Las antiguas familias bizantinas se instalaron en sus dominios patrimoniales, donde se constituyeron núcleos de resistencia, en los que permaneció viva la tradición bizantina del Imperio. Tanto los Lascaris como los Ducas aspiraban a reconquistar el trono imperial para los griegos. En los territorios nicenos, la influencia aristocrática y la pronoia se habían mantenido bajo cierto control, a pesar de la tendencia a la desaparición de la mediana propiedad y la adquisición a bajo precio por parte de la aristocracia de buena parte del suelo. Se reinstauró un sistema de defensa de la frontera basado en los antiguos estratiotes, y los campesinos, aunque fueran parecos, siguieron disfrutando de algunos derechos.  El Épiro recibió numerosos refugiados de Constantinopla y de los territorios latinos, lo que aumentó su población y provocó el crecimiento de los centros urbanos (ej. Ioanina). Siendo allí la aristocratización y la transformación de la pronoia en verdaderos señoríos territoriales mucho más rápida y radical. Allí también se produjo una ruptura de las rutas terrestres tradicionales que unían Macedonia, Constantinopla y Grecia con el puerto adriático de Dyrrachium, llave a su vez del comercio italiano. El comercio a larga distancia proveniente del centro del Imperio se sustituyó por exportaciones de trigo, sal y lana, a través de este puerto.  Además de los centros políticos más importantes (Trebisonda, Nicea y Épiro), hubo pequeños núcleos autónomos escindidos y, a veces, incluso apoyados por los turcos. También se independizaron los gobernadores de algunas islas, como Rodas.  

El Imperio de Trebisonda

Alejo y David Comneno conquistaron la importante ciudad mercantil de Trebisonda en 1204, poco antes de que Constantinopla cayera en manos de los latinos, con el apoyo de la reina Tamara de Georgia, en cuyo reino se habían refugiado en 1185. Mientras Alejo permanecía en la capital como presunto emperador, David Comneno extendió sus dominios hasta chocar con el imperio de Nicea. El Imperio de Nicea  Constantino X Láscaris, reconocido emperador por la nobleza y el patriarca de Constantinopla, instauró el imperio en Nicea, y desde allí sus sucesores comenzaron a recuperar porciones del antiguo territorio imperial. Casi autónomo desde los disturbios que se produjeron en el Imperio entre los Comnenos y los Ángelos, tenía una posición privilegiada próximo al centro del Imperio (en Asia Menor). Teodoro Láscaris (1204-1222), yerno de Alejo III, fue coronado emperador por el nuevo patriarca en 1208, siendo reconocido por todos los griegos de la parte europea. Sufrieron varias derrotas militares contra los latinos, hasta el punto de necesitar la ayuda del zar de Bulgaria para poder vencerles cerca de Adrianópolis. 

Imperio de Trebisonda

  
El Imperio de Nicea  

Constantino X Láscaris, reconocido emperador por la nobleza y el patriarca de Constantinopla, instauró el imperio en Nicea, y desde allí sus sucesores comenzaron a recuperar porciones del antiguo territorio imperial. Casi autónomo desde los disturbios que se produjeron en el Imperio entre los Comnenos y los Ángelos, tenía una posición privilegiada próximo al centro del Imperio (en Asia Menor). Teodoro Láscaris (1204-1222), yerno de Alejo III, fue coronado emperador por el nuevo patriarca en 1208, siendo reconocido por todos los griegos de la parte europea. Sufrieron varias derrotas militares contra los latinos, hasta el punto de necesitar la ayuda del zar de Bulgaria para poder vencerles cerca de Adrianópolis. 

Mientras tanto, Teodoro Láscaris sometió a los pequeños reinos griegos del sur, firmó un tratado con los selyúcidas y derrotó al rey de Trebisonda. Láscaris y Enrique I de Constantinopla firmaron el tratado de Ninfeo (1214) que suponía el reconocimiento mutuo de sus fronteras. Juan III Vatatzés (1222-1254), yerno de Teodoro Láscaris, consiguió reconquistar la mayor parte de Anatolia a los latinos; consiguió dominar las principales islas (Quíos, Lesbos, Samos, Rodas), y conquistar Adrianópolis, lo que le permitía amenazar Constantinopla. La muerte del rey de Bulgaria y las invasiones mongolas, que afectaron a todos los enemigos de Nicea, favorecieron el que pudiera dirigirse a la costa europea y conquistar Tracia y Macedonia. En 1252, el Épiro quedó sometido a los Láscaris. Unos años más tarde, Miguel VIII Paleólogo consiguió recuperar Constantinopla, donde se trasladó, finalizando el imperio de Nicea. 

Imperio de Nicea


El despotado de Épiro bajo los Ángelos

El único resto de poder griego en occidente se constituyó cuando Miguel Comneno Ducas formó su pequeño estado en el Épiro, que abarcaba desde Dyrrachium hasta el golfo de Corinto. Miguel había servido primero a Bonifacio de Montferrato, pero lo abandonó para acudir a la llamada de socorro del gobernador bizantino de Épiro. Cuando murió, se casó con su viuda y estableció su capital en Artá, adonde también se dirigieron numerosos refugiados. Bien protegido de los latinos por las montañas, el pequeño reino se abría sólo al mar. Miguel venció a Enrique II en 1209, y se vinculó a su familia casando a su hija con el hermano del emperador latino; acto seguido, reconoció la soberanía de Venecia sobre sus territorios en otro tratado. A partir de 1210, Miguel invadió Tesalia, con mercenarios latinos entre sus tropas, se desvió hacia Salónica, y consiguió cortar las comunicaciones entre los territorios latinos del norte y del sur de Grecia. Entre 1213-14 conquistó los territorios venecianos vecinos de su reino, incluyendo el puerto de Dyrrachium y Corfú. Teodoro Ángelos (1214-1230) logró encarcelar al nuevo emperador, Pedro de Courtenay, cuando volvía de Occidente y, acto seguido, se apoderó de Tesalónica y se autoproclamó emperador, enfrentándose así a Nicea. Se alió al rey de Bulgaria Juan II Asen para enfrentarse a Juan Vatatzés, pero el búlgaro traicionó su confianza, le capturó y le cegó. A partir de entonces su despotado cayó en la decadencia. 



Bizancio fragmentado (1214-1261)

El proceso de restauración del poder griego en Bizancio

Nada más producirse la cruzad de 1204 y el reparto del imperio, los restos de la aristocracia y la población griega huidos de Constantinopla y los territorios centrales de Bizancio se agruparon en torno a tres polos:
  • Nicea, donde Teodoro Lascarisse proclamó emperador al ser capturado Alejo III por los latinos, haciéndose coronar en Nicea por el patriarca (1208)
  • Trebisonda, feudo de los Commeno desde antes incluso del ataque
  • el Épiro, donde se instala Miguel Ángel Ducas
Tanto los Lacascaris como los Ducas aspiraban a a reconquistar el trono imperial para los griegos, aunque Nicea estaba mejor situada geográficamente y contaba con el apoyo de la iglesia Ortodoxa  a través del patriarca de Constantinopla.

En los territorios nicenos, influencia de la aristocracia y tiene la pronoia bajo control, instauran un sistema de defensa; en Épiro se recibieron refugiados que aumentaron la población y crecen los centro urbanos. la aristocratización y transformación de la pronoia en señoríos territoriales fue rápida. se produce también una ruptura de las rutas terrestres tradicionales hacia el puerto de Dirrqium, clave del comercio italiano y las exportaciones quedan reducidas a productos de primera necesidad: sal, trigo, lana.

Pasado el primer impacto de la conquista, y reconocida la presencia estable de los latinos en Constantinopla con el tratado de Ninfeo en 1214, tanto los Láscaris como los Ducas, amparados en su alianza con las grandes familias, se lanzaron a la conquista de los territorios más próximos: los de Nicea contra Trebisonda y los Ducas contra los latinos del reino de Tesalónica, donde Teodoro Ducas se hará proclamar a su vez emperador (1224). Con él, el Épiro se degradaría a la categoría de despotado en su enfrentamiento con Juan Vatatzés. Juan Vatatzés amplió sus posesiones a costa de los epirotas y del debilitamiento búlgaro y turco debido a las invasiones mongolas.    

Para fomentar la independencia económica de Nicea, Vatatzés prohibió la importación de productos de lujo de Oriente e Italia, y fomentó un sistema de granjas que reactivara la agricultura autárquica en sus dominios. El sistema de rutas que cruzaban Asia Menor le permitió exportar sus excedentes a cambio de oro para reforzar la moneda nicena. Se forma una alianza entre Épiro, Venecia, el rey Manfredo de Sicilia y Guillermo de Villehardouin, príncipe de Morea, que fue derrotada en Pelagonia (1259) por el usurpador del trono niceno, Miguel Paleólogo, quien conquistaría definitivamente Constantinopla con la ayuda de los genoveses en 1261. Tras esta guerra, utilizó las ciudades de Morea para avanzar en Grecia


Los Estados Latinos en el Egeo

El Imperio Latino de los Hainaut tuvo que hacer frente a los ataques del zar búlgaro Kaloján, que intentaba ampliar sus fronteras y establecer pactos con los contendientes por el trono bizantino. A la muerte de Enrique I de Hainaut y con el cambio de dinastía a los Courtenay la dominación latina se reducía a la costa, de Constantinopla a las Termópilas, y los venecianos ocupaban las escalas desde los estrechos a Corfú y las demás islas egeas. Génova se alió con los príncipes griegos para conseguir sus fines propios.  

En cambio, el ducado de Atenas, Acaya y Morea se mantuvieron como poderes mixtos gracias a las alianzas matrimoniales entre los Ducas y los Villehardouin. El enfrentamiento entre búlgaros, latinos y griegos había resultado ya desastroso para la población, pero la continuación de la guerra entre el Épico y Nicea (1225-1260) hizo que la despoblación se agudizase. 

La población eslava y valaca emigraron al interior y las costas quedaron despobladas por saqueos de francos y piratería. Además, la aplicación de costumbres feudales sobre la población bizantina precedente, provocó la señorialización del grupo de los notables (arcontes), mientras que el conjunto de la población (koinon) quedaba rebajada a la situación de villanos. Muchas propietarios transformaron sus concesiones en bienes patrimoniales reconocidos por los nuevos señores.  

Los puertos de Modon y Coron se convirtieron en verdaderas colonias venecianas desde donde se realizaban labores de vigilancia e información, además de funcionar como escala de aprovisionamiento para las flotas.  

Imperio latino


Venecia en el contexto del Egeo  

En un primer momento, Venecia era una más de las ciudades italianas que intentaban hacerse hueco en el comercio de los productos de lujo que antes había acaparado el Imperio Bizantino, al conseguir una posición privilegiada en Constantinopla. Los privilegios obtenidos eran susceptibles de cambio por los gobernantes por lo que los venecianos aprovecharon esta situación privilegiada para convertir el Egeo en lo que se ha denominado "un lago veneciano".

Los venecianos han sido presentados a menudo como los principales beneficiados de la partición del imperio, y efectivamente ganaron un monopolio casi exclusivo en Constantinopla y el mar Negro, así como la posesión de puertos y ciudades con salidas al mar como Modon, Crono, Negroponte y sobre todo el dominio de la isla de Creta, que utilizaban como escala de abastecimientos y base de protección de rutas hacia Siria y Egipto: el dogo de Venecia se convirtió en el soberano de la isla, y las donaciones de tierras solo podrían ser sancionadas por él. Las familias griegas de la isla fueron excluidas de toda propiedad y del gobierno local, por lo que hubo varias revueltas de familias aristocráticas locales que terminaron con la concesión de nuevos títulos y tierras para acallar la resistencia: en cuanto a las demás islas del Egeo, sus recursos y población era tan limitada, que nunca hubo enfrentamiento con los griegos y venecianos por ellas. Hacia 1212, seis familias se repartían el archipiélago. Las más cercanas a Asia Menor estuvieron en manos bizantinas hasta el siglo XIV, en que el avance turco llevo a los emperadores bizantinos a buscar protección veneciana en forma de gobernadores.

Cuando Miguel VIII recuperó Constantinopla (1261), con ayuda genovesa, Venecia perdió su estatus privilegiado y se enfrentó con Génova en el Egeo provocando cuatro guerras navales por el control de los puertos del Mar Negro y sus escalas en el Egeo entre durante el periodo entre 1258 y 1381. En los periodos de tregua, las costas se vieron azotadas por el corso financiado por ambas potencias, que era otra forma de apropiación de las riquezas que generaban estos puertos. Se produjo un desplazamiento del comercio hacia productos de primera necesidad a precios competitivos, como, sal, vino o trigo. Durante este tiempo, la administración veneciana en el Egeo siguió funcionando con cargos que respondían directamente al gobierno de la Señoría. 

A principios del siglo XIV, Venecia actuó como protectorado de los poderes cristianos en la zona, situando guarniciones en ciudades que no podían protegerse con facilidad, como Atenas, Argos, Nauplia, Navarino, Monemvasia, Naupaktos y Patras. A la vez que las defendía de posibles ataques turcos, controlaba cualquier amenaza genovesa en su defensa o control, en caso de que fallara el apoyo naval veneciano puntual. A partir de entonces ocupó un lugar de protectorado de los poderes cristianos en la zona con guarniciones en ciudades, que controlan las zonas tanto de turcos como de genoveses. 

Venecia


Esplendor cultural y decadencia política bajo los Paleólogo  
  • La dinastía de los Paleólogo y la restauración política del Imperio Bizantino  
Miguel VIII Paleólogo (1261-1282), usurpador del poder en Nicea con la excusa de la regencia del último Lascaris, se hizo con el Imperio por su acción en dos frentes: por un lado, derrotaba a sus oponentes políticos, y por otro, conquistó Constantinopla con las tropas griegas que, aprovechando la salida de la guarnición veneciana, sorprendieron a su emperador latino, Balduino II, mientras dormía en el palacio de Blanquernas.  Nada más llegar al poder, Miguel intentó dividir a sus enemigos mediante una activa diplomacia. Quiso favorecer a los genoveses en detrimento de los venecianos, dándoles importantes concesiones comerciales, aunque tuvo que devaluar la moneda de oro ( Apoyo económico y necesidad militar (flota) en detrimento de los enemigos de los genoveses (Venecianos) Políticamente se aseguraba el apoyo de Génova ante coaliciones occidentales)

Por otra parte, para evitar una coalición entre el Papado y Carlos de Anjou, hermano de San Luis, tras su victoria sobre los Hohenstaufen (batalla de Benevento, 1266), Miguel promovió de nuevo la unión de las iglesias, formalizada en el Concilio de Lyon de 1274 que provocó un largo cisma. Además, el oro bizantino financió las Vísperas Sicilianas (Palermo, 1282), un movimiento político de Sicilia de fuerte sentimiento antifrancés, en contra de un férreo sistema feudal. 

El sucesor de Miguel VIII fue su hijo Andrónico II (1282-1328). Durante su gobierno se manifestaron los problemas estructurales que el imperio venía padeciendo: la dependencia marítima respecto a los genoveses se hizo casi completa, la fuerza militar estuvo casi exclusivamente en manos de mercenarios extranjeros, además Serbia inicia su expansión. Para hacer frente a la presión de los turcos, Andrónico II llamó a Compañías Catalanas  que habían solucionado previamente la situación en el sur de Italia a favor de la Corona de Aragón. Estas compañías de almogávares, que agrupaban a catalanes, aragoneses y mallorquines, tenían una gran reputación debido a la expansión de la Corona de Aragón. Sin embargo, sus victorias frente a los turcos fueron escasas. Las crónicas catalanas hablan del incumplimiento por parte de los bizantinos de las condiciones pactadas mientras que las bizantinas, critican la ambición y brutalidad de las tropas aragonesas. Finalmente, establecieron un ducado en Atenas que perduró hasta 1388.

En la década de 1320 comienza un periodo de guerras civiles o rebeliones cortesanas causadas por los enfrentamientos por el poder de los grupos aristocráticos. La primera acabó con la deposición de Andrónico II por su nieto, Andrónico III (1328-1341). Durante su gobierno se recuperaron brevemente los despotados de Tesalia y Epiro, que terminaron conquistados por Esteban Dusan de Serbia. Internamente, para hacer frente a la corrupción administrativa, jurídica y fiscal, se fundó el tribunal de las Justicias Universales de los Romanos, compuesto por dos jueces laicos y dos eclesiásticos, para juzgar los frecuentes abusos que se producían. Sin embargo, el tribunal cometió los mismos abusos que en época anterior.

La segunda guerra civil comenzó a la muerte de Andrónico (1341) cuando Juan Cantacuceno (1341-1355) aprovechó para proclamarse emperador frente al hijo menor de edad del emperador, Juan Paleólogo. Inmediatamente se produjo una reacción en contra de Cantacuceno y de su proclamación por aparte de los elementos populares de las ciudades. éste estaba apoyado por Esteban Dusan de Serbia, los turcos y la aristocracia terrateniente le apoyaba mientras tenía en contra a los artesanos y comerciantes (elementos populares) . Se produjo una revuelta en Tesalónica, segunda ciudad del Imperio, donde los rebeldes celotas formaron una especie de comuna. Tesalónica actuó de forma neutral, sólo preocupada por defender su autonomía política, que duraría ocho años. Juan Cantacuceno estaba apoyado por los mayores enemigos del Imperio: Esteban Dusan de Serbia, y los turcos, primero Umur, emir de Esmirna, antiguo amigo de Cantacuceno, y después Orhan quien, en 1346, contrajo matrimonio con la hija de Cantacuceno, Teodora. Al finalizar el conflicto en 1347, Cantacuceno (Juan VI) aceptó a Juan Paleólogo (Juan V, por orden dinástico) como coemperador. 

Dinastía Paleólogo

La querella hesicasta

La tensión entre la población latina y la bizantina hicieron fracasar los intentos de unidad religiosa. Los monjes de Athos se convirtieron a menudo en patriarcas. Su aumento de poder se manifestó en la querella hesicasta, basada en el platonismo. Era una tendencia mística que postulaba una oración en quietud que llevaba al orante a vislumbrar la luz divina, pero sus complicados métodos hicieron que fuera muy criticada por parte de los teólogos bizantinos. Mientras que Juan Cantacuceno era partidario de los hesicastas, Juan V y su partido lo eran de la tendencia contraria y de la unión con Roma, fomentando de esta forma las divisiones que conducirían a la guerra civil. Tres concilios se celebraron sobre esta querella, que finalmente se convirtió en un componente fundamental de la espiritualidad ortodoxa.

La guerra supuso la ruina para muchos bizantinos mientras los turcos, como instrumento del emperador gracias a sus lazos familiares, y Serbia se fortalecieron.  El reino de Serbia fue uno de los principales beneficiarios  territoriales al ocupar toda Macedonia, excepto Tesalónica. En 1346, Esteban Dusan era coronado "emperador de los serbios y de los griegos" en Skopje por su propio patriarca. Cantacuzeno se estableció como primer emperador en Constantinopla (1347-1354), mientras que Juan V se instaló en Tesalónica, reconquistada tras acabar con la revolución celota en 1350, con ayuda turca. En 1354, juan V dirigió un golpe de mano contra Cantacuceno y le depuso sin derramamiento de sangre tras su abdicación.

Tras la expulsión de los turcos de la ciudad de Gallípolis (1366) por Amadeo de Sabaya, primo del emperador, la Iglesia ortodoxa planteaba la celebración de un concilio ecuménico, pero Roma sólo admitía una aceptación de la primacía de la Iglesia romana. Juan V se convirtió a la fe romana a título personal (1369), y aunque se esperaba los griegos también se fueran convirtiendo tras el envío de ayuda occidental a Constantinopla, la unión con Roma nunca se materializó. A la vuelta, el emperador fue retenido en Venecia por impago de deudas. Su segundo hijo, Manuel, consiguió el rescate que le permitió volver a Constantinopla después de dos años ausente.  Poco después estallaba la tercera guerra civil produciéndose la usurpación del poder por Andrónico IV (1376-1379). Los turcos recuperaron Gallípolis. En 1381, Juan V, su hijo Andrónico y su nieto Juan VII alcanzaron un acuerdo, pero ya casi no disponían de territorios salvo Marea y la propia ciudad de Constantinopla, que solamente duraría unos pocos años más.

El hesicasmo (del término hesychia)
es la búsqueda de la paz por medio de la quietud. 
  • Las reformas del estado y la administración
El fraccionamiento de las grandes propiedades y el mantenimiento de los despostados supusieron la reducción de la administración imperial prácticamente a la administración central de Constantinopla: los grandes magnates de Tesalia, Tracia y Macedonia no sólo conseguían la propiedad de la tierra mediante la pronoia, sino que a  ella iban emparejadas las capacidades jurídicas y fiscales y además se transformó en hereditaria, el comercio local también estaba en manos de magnates y la burguesía tenía muy poco poder.

Los emperadores se dirigieron hacia los campesinos así, en tiempos de Andrónico II se creó un impuesto sobre los productos agrarios, que consistía en una parte de la cosecha obtenida de trigo y cebada. Los agricultores eran ya dependientes, y por ello no podían o no querían pagar sus impuestos directamente al Imperio. El segundo problema era que los pagos se comenzaron a hacer en moneda devaluada, lo cual agravó el empobrecimiento.    Andrónico II reformó también la justicia, creando un alto tribunal de apelación con sede en Constantinopla, formado primero por doce jueces; más tarde, Andrónico III instituyó cuatro: dos laicos y dos eclesiásticos. Por debajo de ellos, actuaban los jueces locales de las distintas jurisdicciones. 

Economía y sociedad

El territorio del Imperio se redujo mucho, prácticamente, a un resto de Asia Menor, y a las zonas griegas de Tracia y Macedonia. Como consecuencia, la población disminuyó tremendamente. A esto hay que sumar el impacto de la Peste Negra de 1348, que afectó en primer lugar a esta zona.

La gran propiedad laica y eclesiástica recibida del Estado en virtud de la pronoia predominaba a fines del siglo XIII, estaba dedicada a una agricultura bastante desarrollada de cultivos cerealeros y hortícolas, con grandes ganados, entre ellos los de la familia Cantacuzeno. El campesino era en su mayoría dependiente tanto económica como jurídicamente (pareco), aunque podían conservar en parte la propiedad de sus tierras. Las aldeas respondían ahora de las cargas fiscales a los grandes señores, en vez de al emperador, con un menor poder real.   

La economía artesanal y mercantil sufrió un importante retroceso bajo los Paleólogo, que la pusieron en manos de los inversores italianos. Siguieron exportándose a Europa algunos productos como grano, aceite y esclavos, pero no productos de lujo. Tanto venecianos como genoveses mantuvieron factorías o establecimientos importantes, pero esto empobreció a la población de Constantinopla. La dependencia respecto a Italia se fue acentuando a lo largo del siglo XIV, quedando como monopolio suyo el comercio bizantino a larga distancia, lo que supuso la pérdida de la flota mercantil del imperio.

 En cambio, la redistribución a corta escala de los productos por el Mar Negro y los puertos más próximos del Mediterráneo oriental quedaba en manos de los grandes señores bizantinos.  Esta situación económica se reflejó en la devaluación constante de la moneda desde el reinado de Miguel VIII, a causa de los gastos de la lucha contra Carlos de Anjou. A partir de Andrónico II, la plata se sustituye por cobre. Bajo Juan V la moneda de oro prácticamente había desaparecido, y se cambió el patrón a la plata.

El último esplendor de la vida intelectual y artística bizantina

La toma de Constantinopla en 1204 produjo una fuga de cerebros de la ciudad en dos direcciones: hacia Nicea y hacia el despotado de Épiro, desde donde se difundió el pensamiento bizantino por el Mediterráneo, contribuyendo a la base ideológica de la restauración de los Paleólogo. Con la llegada de Miguel VIII a Constantinopla, los intelectuales de Nicea volvieron a la capital. El amigo personal y primer ministro de Juan Cantacuzeno, Demetrio Cidonio, destacó como conocedor de la lengua y filosofía latinas, y como traductor al griego de Tomás de Aquino. Apoyó la unión de las Iglesias en 1369, en contra de lo sostenido por Cantacuzeno, y su influencia perduró en los siguientes reinados.

La cuestión de los latinos y el rechazo que provocaban en la población bizantina, generó un sentimiento de nacionalismo o patriotismo bizantino en la última época, fuertemente antioccidental. En lo religioso, todos los intentos de unidad de las Iglesias fracasaron estrepitosamente y se combinaron con otros factores políticos para generar disputas internas en el Imperio. Lo más grave pudo ser la aparición de celotas o puros, partidarios de la actitud intransigente de los monjes, que se unieron en las posturas más ortodoxas. Andrónico II quiso paliar esta radicalización sometiendo al monacato a la dependencia directa del patriarcado, que nunca pudo controlarlos eficazmente, llegando incluso a convertirse algunos en patriarcas. Su aumento de poder se manifestó en la querella hesicasta basada en el platonismo y que fue muy criticada por teólogos bizantinos. Cantacuzeno era partidario de los hesicastas, en quienes se apoyaba políticamente, mientras que Juan V y su partido lo eran de la tendencia contraria que busca la unión con Roma, así como tantas divisiones, llega la guerra civil: hasta tres concilios se celebraron sobre esta querella.

A fines del siglo XIV, surgió otro gran centro cultural: la ciudad de Mistra, en el despotado de Morea, a cuya cabeza se encontraba el neoplatónico Gemisto Plethon, gran defensor del helenismo en lo referente a la unión de los griegos clásicos y los bizantinos de su época. Se interesó por el paganismo. 

Rusia y el mundo ortodoxo en los siglos XIII-XIV
  • Los principados rusos, entre la Horda de Oro y Occidente 
Con la descomposición de la Rusia de Kiev en la segunda mitad del siglo XII, ésta quedó dividida en varios principados patrimoniales que intentaban hacerse con la hegemonía a costa de la ciudad. Los más importantes eran Suzdal, Galitzia y, sobre todo, Novgorod. La ciudad mantenía importantes relaciones comerciales con los escandinavos y con la liga hanseática y tenía una población mezclada de eslavos y fineses. El río dividía la ciudad en dos partes: el barrio comercial, donde se encontraba la factoría de la Hansa, y el de Santa Sofía, protegidos por un recinto amurallado y separados por un puente. Más allá de sus cinco provincias dependientes se extendían una serie de territorios colonizados que pagaban impuestos a la ciudad.  

En Novgorod además de numerosas cofradías de artesanos, existía un grupo social de boyardos, poderosos propietarios y comerciantes, con su propia comitiva armada (druzina), y con gran presencia en las asambleas urbanas, incluso en oposición al mismo príncipe. La ciudad fue foco de revueltas y conflictos entre los boyardos y el príncipe, pero también foco artístico importante. Los poderosos comerciantes hanseáticos robaron importancia a los mercaderes autóctonos, que se convirtieron en simples mayoristas locales y recaudadores de los tributos exigidos por los mongoles. 

Los importantes acontecimientos como la cruzada de 1204 y la formación del Imperio Latino; las conquistas mongolas y la formación de la Horda de Oro; y el drang nach Osten germánico, hicieron que los principados rusos se distanciaran del ámbito económico y cultural europeo, salvo Novgorod.

Tras la invasión mongola de Asia Central y el posterior colapso del Imperio Khwarezmian, una fuerza mongol bajo el mando de los generales Jebe y Subutai avanzó hacia Irak-i Ajam. Jebe pidió permiso al emperador mongol, Genghis Khan, para continuar sus conquistas durante unos años antes de regresar al ejército principal a través del Cáucaso. La batalla del río Kalka se libró entre el Imperio mongol, cuyos ejércitos estaban liderados por Jebe y Subutai el Valiente, y una coalición de varios principados rusos , incluidos Kiev y Halych, y los cumanos. Estaban bajo el mando conjunto de Mstislav el Temerario y Mstislav III de Kiev. La batalla se libró el 31 de mayo de 1223 a orillas del río Kalka en la actual Óblast de Donetsk, Ucrania , y terminó con una decisiva victoria mongola.

En 1240 se libró la batalla del Nevá entre la República de Nóvgorod y los ejércitos suecos en el río Nevá, cerca del asentamiento de Ust-Izhora, el 15 de julio de 1240, con la victoria de la República de Nóvgorod.

El propósito de la invasión sueca fue probablemente obtener el control sobre la desembocadura del Nevá y la ciudad de Ládoga y, por tanto, aprovechar la parte más importante de la ruta comercial de los varegos a los griegos, que había estado bajo el control de Nóvgorod durante más de cien años. La batalla fue parte de las guerras sueco-novgorodenses.

La toma de Kiev por Batu (1240), provocó un cambio en la fidelidad de los príncipes, quienes a partir de entonces debieron acudir a Karakorum para ser investidos. Los príncipes eran cada vez más débiles debido a la sucesiva fragmentación teniendo que aliarse con un gran príncipe más poderoso. Solamente Novgorod vio respetada su independencia. La religión ortodoxa mantuvo apenas unidos a los principados eslavos: En 1299, la sede metropolitana de Kiev es trasladada a Vladimir.   

Los príncipes rusos recaudaban impuestos que enviaban a los mongoles. Estos impuestos eran establecidos por los censos realizados por la Horda de Oro (1247, 1257-1259,1275). En los principados, al menos, no se reclutaban soldados para el ejército mongol.

Los germanos se dirigieron contra las ciudades comerciales rusas: los caballeros Portaespadas y los Teutónicos pusieron sitio y ocuparon Pskov (1240), tomando luego el camino de Novgorod. Allí fueron frenados en la batalla del Lago Peipus (1242) por el príncipe Alexander Nevski. Esta victoria se tomó como un triunfo de la ortodoxia contra el catolicismo romano, como una revancha frente a la toma de Constantinopla. El resentimiento contra los germanos católicos se acentuó por la rígida política de los caballeros germánicos. La autoridad religiosa de la Iglesia ortodoxa aumentó así, intentando explicar el desastre de la invasión mongola, y apoyando a los príncipes como soberanos elegidos por Dios.

La posición de Alexander Nevski se fortaleció con sus negociaciones con la Horda de Oro, consiguiendo el control de un gran principado que incluía Kiev, Novgorod, Vladimir y Suzdal. Consiguió concluir con Noruega el primer tratado de paz (1251). Su actuación como intermediario entre sus súbditos y los mongoles le llevaron a ser reconocido como uno de los grandes gobernantes rusos de la historia. Llegó a ser canonizado por la Iglesia ortodoxa. 


  • Gran ducado de Lituania
Durante el siglo XIV, establecido ya como un reino cristiano y “europeo”, el Ducado se expandirá hacia las tierras más al Este, escasamente pobladas y anteriormente parte del Rus de Kiev. Aunando las armas y la diplomacia, Lituania acabará dominando la gran planicie que hoy ocupan Bielorrusia y el norte de Ucrania.

En 1386, el gran duque de Lituania realiza una unión personal con el Reino de Polonia, lo que marcará el futuro de la región en los siglos venideros La Mancomunidad de Polonia-Lituania o República de las Dos Naciones, será durante trescientos años, uno de los más extensos y poblados estados de Europa y el más poderoso de su área.

Gran ducado de Lituania

  • El reino eslavo de Serbia
Los serbios, con el apoyo de Hungría, consiguieron separarse de Bizancio. El hijo de Esteban I Nemanja, Esteban II (1217-1227), consiguió una relativa estabilidad. La decadencia del reino búlgaro y el comienzo de la explotación intensiva de las minas de plata, consiguieron el desarrollo del país y su expansión comercial. Los centros mineros se fusionaron con colonias comerciales, formando auténticas villas. La mayor parte de ellas se situaban en bocamina, en tomo a las montañas que protegían yacimientos de plomo, cobre, hierro y plata.  

 La población era muy variada - sajones, albaneses, venecianos, serbios, valacos, griegos, etc.- y se regía por códigos mineros semejantes a los alemanes. Novo Brdo (Novomonte) fue la localidad más importante durante los siglos XIV y XV. Allí se explotaba plata que contenía pepitas de oro (denominada glama), y se instaló una ceca para la emisión de moneda para el comercio. Otro centro importante, con feria, era Pee, sede también del patriarcado, que sería reconocido por Constantinopla a cambio de una sumisión nominal en 1375.

Los señores serbios, con Esteban Uros II Milutin a la cabeza (1282-1321), se anexionaron Macedonia del norte y sus principales ciudades (Skopje, Belesas, Dibré) a costa de Bizancio. El rey serbio contrajo matrimonio con la hija del emperador Andrónico II, Simonis, de cinco años, que llevó como dote los territorios conquistados. Los nobles serbios, que querían los territorios en cuestión, y el Patriarca de Constantinopla, que consideraba el matrimonio Anticanónico, se opusieron. Andrónico II y Milutin consiguieron mantener la paz durante más de 20 años. Serbia se benefició de la influencia bizantina al adoptar el sistema de la pronoia y adoptando una corte lujosa y culta.   

En 1330 los serbios vencieron a los búlgaros en la batalla de Velbazhd, consolidando su posición en los Balcanes. Esteban Dusan (1331-1355), continuó las conquistas por Macedonia, Albania, el Épiro y Tesalia, aprovechando la segunda guerra civil bizantina, y llegó a plantearse la sustitución del Imperio Bizantino por el serbio. 

El rey promulgó un código legal que regulaba las posesiones territoriales de serbios y griegos, manteniendo los títulos de cada idioma para los terratenientes y poderes locales, pero la mayor parte de las tierras de señores bizantinos acabaron en manos de la nobleza feudal serbia. El sistema jurídico y la administración se inspiraron en los modelos imperiales, atribuyendo sus jerarquías a funcionarios serbios.  

Dusan no tuvo tanto éxito en política exterior, que buscaba una alianza con Venecia, la cual no estaba interesada. Tuvo que entregar Belgrado a Hungría. No tuvo tampoco éxito en sus contactos con el pontificado de Roma. Tras su temprana muerte, su hijo, Esteban Uros (1355-1371) tuvo que luchar contra su tío Simeón, que se autoproclamó en el Épiro y Tesalónica. Varios de los señores serbios se intitularon reyes y reconocieron al emperador bizantino. El imperio se fragmentó y tras la muerte de Esteban Uros, los otomanos triunfaron con la victoria de Bayaceto I.

Reino de Serbia
  • Bulgaria y los bogomiles
Las luchas internas bizantinas auspiciaron también el nacimiento de la nueva Bulgaria, pues el zar Constantino Asen (1257-1277) tomó partido en contra de los Paleólogos, una revolución popular hizo que cediese el trono a un candidato impuesto por Bizancio. hacia fines del siglo XII, Bulgaria estaba divida en varios principados eslavos que fueron asolados por los tártaros.

Teodoro Svetoslav (1300-1322) logró una nueva reunificación del país y amplió sus fronteras por los Balcanes y los puertos del Mar Negro, que volvieron a caer en sus manos, precisamente en el momento en el que el trigo que exportaban era necesario en Constantinopla, a causa de la destrucción de los cultivos de Tracia. Esto volvía a poner a Bulgaria en una posición de poder, que aprovecharon para restablecer las relaciones con las ciudades italianas. 

Miguel Sisman, déspota de la vecina Vidin, fundó una nueva dinastía en 1323, aprovechando la inestabilidad de la zona para participar en la segunda guerra civil bizantina y en los asuntos internos de Serbia. Sisman acordó una alianza con Andrónico III contra Serbia, pero no llegó a llevarse a cabo por su muerte. El nuevo zar Iván Alejandro (1331-1371) concertó el matrimonio con la hermana de Esteban Dusan.

La situación interna de Bulgaria fue empeorando, fraccionándose por los boyardos y por los propios príncipes herederos. Se unieron nuevos burgos construidos en tomo a las fortalezas de los boyardos, algunos burgos mineros situados a lo largo del río Ogosta. El comercio de los minerales de hierro, plata y oro se realizaba in situ. La más beneficiada del fraccionamiento del poder búlgaro fue la Iglesia de Constantinopla. El reino de Vidin se convirtió en provincia húngara, donde los franciscanos llevaron sus misiones. El mayor problema religioso fue el movimiento bogomilita, que se extendió por las ciudades y favoreció la expansión de otras formas de pensamiento muy similar al hesicasmo de Constantinopla.

Los ataques otomanos se sucedieron durante el último tercio del siglo XIV. Tras la batalla de Cirmen (1371), el zar búlgaro se convirtió en su tributario; en 1388, ante la negativa a pagar los tributos, Murad I invadía Bulgaria oriental y la región del Danubio; en 1393, Bayaceto asediaba la capital, Tamovo, y en 1395 el zar fue decapitado desapareciendo la gran Bulgaria deseada por los Sisman.


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