La libertad de expresión es una de las piezas fundamentales para construir una sociedad democrática. Tanto es así que los países recogen este derecho en sus constituciones (como por ejemplo, las enmiendas de Constitución estadounidense), asociándolo a la transmisión de una información veraz.
La comunicación ha sufrido una gran revolución tecnológica desde sus inicios hasta la época actual: desde las primeras escrituras cuneiformes, pasando por la creación de la escritura jeroglífica, el griego antiguo, el latín y la aparición de las lenguas vernáculas en Europa tras la caída del Imperio Romano. Con la llegada de la Alta Edad Media, la dominación cultural quedó en manos de la iglesia y, con ella, el aprendizaje de la escritura en latín y en las distintas lenguas que poblaban Europa. El monopolio cultural de la iglesia empezó a resquebrajarse con la aparición de la imprenta, permitiendo una mayor difusión de textos escritos que ya no trataban temas religiosos sino que abarcaban temas económicos, políticos, culturales… que, poco a poco, se iban propagando a través de la imprenta.
En el año 1456, Wuttenberg inventó la imprenta gracias al creciente número de grupos humanistas que querían difundir sus ideas y a la creciente demanda de material escrito por parte de la población. Sus principales consecuencias fueron su propagación por las principales ciudades de Europa, así como el aumento del número de libros publicados y, en consecuencia, una reducción de costes al aumentar la oferta. También se crearon nuevos oficios agrupados en gremios, como, por ejemplo, los libreros, los tipógrafos o los banqueros.
La libertad de expresión forma parte del conjunto de derechos fundamentales reconocidos en las primeras declaraciones de derechos revolucionarias del siglo XVIII, es decir, constituye una de las primeras conquistas del constitucionalismo liberal. Gracias a la libertad de expresión se ha podido llegar a la libertad de prensa.
El aumento del número de lectores conllevó una transformación de la enseñanza apareciendo los primeros libros de texto, la aparición de libros de cultura general con fines comerciales, el aumento de la demanda conllevó una reducción en los costes de producción y un fenómeno de globalización, al que se añadió la censura de textos críticos (como el Lazarillo de Tormes o algunas obras de Quevedo) desarrolló el arte del manuscrito, surgiendo así diarios, memorias, confesiones, testamentos políticos y el desarrollo de la Prensa Libre, una prensa crítica con la sociedad del momento.
La imprenta fue utilizada, también, como elemento de difusión de la propaganda protestante distribuyendo la obra de Martín Lutero, en la que criticaba la corrupción eclesiástica y rompía con los dogmas católicos. La iglesia Católica también utilizó la imprenta como elemento de propaganda de la Contrarreforma, creando manuales de predicación y difundiendo sermones.
Puesto que el Estado controlaba la comunicación, surgieron elemento como la censura, la afirmación de la existencia de una verdad única (la del estado), la divinización del rey (en la que el absolutismo y la iglesia católica serían una única fuente de poder) y nuevas formas de comunicación entre el campesinado con la creación de bibliotecas itinerantes que tenían libros con temática moralizante cuyo contenido era memorizado por la población.
La incorporación de la máquina de vapor de James Watt al arcaico sistema de impresión aumentó el número de volúmenes publicados, reduciendo los costes de producción y permitiendo que un mayor número de personas pudieran adquirir libros al bajar los precios de estos.
La libertad de expresión forma parte del conjunto de derechos fundamentales reconocidos en las primeras declaraciones de derechos revolucionarias del siglo XVIII, es decir, constituye una de las primeras conquistas del constitucionalismo liberal. Gracias a la libertad de expresión se ha podido llegar a la libertad de prensa.
El aumento de adquisición de libros y textos escritos (sobre todo, con el auge de la prensa escrita a partir del periodo de la ilustración en el siglo XVIII) por parte de la población, unido a una progresiva alfabetización de las clases populares, fue decisivo a la hora de crear revoluciones y cambios políticos y culturales en el mundo: los gobiernos podían ser revocados por la creciente opinión pública a través de revoluciones sangrientas o por la propia presión popular en regímenes democráticos; las ideas revolucionarias podían ser difundidas masivamente a través de panfletos fabricados en las imprentas, creando propaganda política.
Al final del siglo XVII aparecen las gacetas (primeros periódicos). La primera surge en Stuttgart y es editada por Johannes Carolus. Estas gacetas se empiezan a extender por el resto de Europa. En España nació la gaceta de Madrid, fundado en 1661 por Juan José de Austria. El primer texto que reclama esta libertad se produce en 1644 y es la Aeropagítica publicada por John Milton. En un primer momento no tuvo una gran trascendencia. Pero, lo que se entiende por ‘libertad de prensa’ empieza gestarse en Inglaterra, a finales del siglo XVII, con la revolución inglesa La Gloriosa en 1688, pero hasta 1695 no surge la libertad de prensa en este país. En 1695 se proclama y se aprueba por primera vez la libertad de imprenta y se elimina la censura previa en Inglaterra, pero no se quita la censura a posteriori, que se posiciona como el único periodismo libre de Europa. A principios del siglo XVIII (1702) aparece en Inglaterra el primer periódico diario en Londres, el “Daily Courant. El siglo XVIII va a ser el siglo de la prensa inglesa, ya que era el único país e donde había libertad. Además, contaba con 13 colonias ubicadas en los territorios de Nueva Inglaterra, en Estados Unidos, donde la prensa tiene dos funciones:
- Difundir la idea liberal y el sentimiento revolucionario
- Aglutinar a todos en una causa común, contraria al Rey de Inglaterra
En Nueva Inglaterra se produce la revolución norteamericana de 1776 en la que Benjamín Franklin se convierte en una figura importante. Es en este punto donde arranca la difusión del liberalismo, primero en los EEUU (13 años después sería en Francia, o sea Europa). Hay dos factores a tener en cuenta derivados de la revolución:
1- La libertad de imprenta: sustentada en dos textos fundamentales:
A) En Nueva Inglaterra:
· La declaración de Derechos de Virginia: El artículo 12 dice que la libertad de prensa no se puede limitar, sino sería considerado como un gobierno despótico.
· 1º Enmienda de la Constitución de Estados Unidos: no se puede negar la libertad de prensa.
· Declaración de Independencia.
B) En Francia:
· La declaración de derechos del hombre y del ciudadano: todo ciudadano puede hablar, publicar y escribir libremente respetando las limitaciones de la ley. Hay una proliferación de los derechos reguladores de imprenta. En Europa, el desarrollo de la prensa está relacionada con esas limitaciones legislativas.
2- Un segundo factor es el desarrollo de la opinión pública que nace con el liberalismo. El estado liberal aporta canales para que esa opinión pública influya en el poder, a cambio de que sean escuchados. Cuantas más personas tengan derecho a voto, más amplia será la opinión pública y mayor interés tendrá para la prensa el poder incidir sobre la misma.
El siglo XIX es el siglo de la irrupción de la prensa de masas
Para que esta difusión masiva de la prensa se produzca han de darse dos factores para la expansión de la prensa de masas:
· Que la ley esté clara y sea estable
· Que el periódico sea barato, y no suponga para una gran masa de la población un gasto que le prive de cosas fundamentales.
Si se cumplen estos factores, se cimentarán las bases para que se desarrolle la prensa de masas. El primer país donde esto se produce va a ser Estados Unidos.
En este sentido encontramos dos realidades. Primero, una cada vez mayor difusión de la prensa por lo tanto un peso cada vez mayor del peso de la opinión pública movilizada e influenciada por unos periódicos que cada vez se leen más y, por tanto, cada vez influyen más en la opinión. Esto es efecto del desarrollo del liberalismo. Y, segundo, el liberalismo también trae de la mano la proclamación de derechos y libertades, entre ellas las libertades de asociación, de reunión, de manifestación, de expresión, etc… En consecuencia, puede –y de hecho es así- amplios sectores de la población que tal vez no puedan votar (por las limitaciones impuestas por el sufragio censitario), pero sí pueden expresarse, reclamar cosas, asociarse para reclamarlas… y esos sectores que –por el sufragio censitario- aún no votan, SÍ reclaman ese derecho de voto (que es un derecho de participación en la vida política, en la gestión del poder). Y los que se asocian para esa reivindicación son fundamentalmente los obreros, el movimiento obrero al que el estado liberal burgués ha excluido del voto por no alcanzar el nivel mínimo de renta (riqueza) exigido. Y ese estado liberal, para evitar que esos amplios sectores de población (los obreros y capas populares urbanas) le hagan una revolución con la que amenazan, les van ampliando cada vez más el derecho de sufragio; con lo cual, el sufragio censitarios se va acercando progresivamente al sufragio universal por presión de ese movimiento obrero.
Por tanto… El movimiento obrero tuvo mucha importancia en el desarrollo de la prensa porque El sufragio universal introduce a las masas obreras en la política. Eso supone que esos obreros, es decir, esa mayoría de la población, que son las masas, que ahora SÍ puede votar y, por tanto, SÍ tiene derechos políticos, exige que le informen de la realidad que le rodea, de las propuestas u opciones políticas que se postulan para tratar de acceder al poder para gobernar a través de unas elecciones en las que ya votan todos sin restricción (sufragio universal). En consecuencia, reclama el derecho a ser informado. Entonces, lo principal ya NO es la libertad de imprenta, o sea, la libertad del informador para escribir y publicar lo que quiera, sino que sobre este prima el derecho que tiene el informado (el lector) de ser informado VERAZMENTE para acceder a un mejor conocimiento de la realidad y, por tanto, que a la hora de elegir (votar), su decisión sea la más acertada porque , gracias a la prensa que satisface ese derecho a la información, conocerá bien la realidad y será más libre, su decisión (voto) será más acertado.
En suma… Después del liberalismo llegaría la democracia, en donde los derechos se amplían, como por ejemplo el derecho a la información. El derecho de información se hace más importante que el derecho de imprenta, radica en el receptor y obliga al periodista a informar con veracidad. Además, se empieza a considerar los gustos del lector.
El mundo en este periodo está fuertemente ideologizado, ya que la derecha cada vez se hace menos liberal, y demócrata, al igual que la izquierda, que aunque defiende la democracia también teme la reacción de las masas. La I Guerra Mundial supone el problema más grande de la época, porque rompe los cimientos sobre los que se habían asentado los principios liberales. Creen que el excesivo liberalismo ha otorgado demasiado poder a las sociedades que lo han impuesto sobre los estados por lo tanto, en ese conjunto de libertades propias de un estado liberal, también la libertad de información ha tenido mucha influencia en el estallido de la guerra.
Tras esto, se puesto por llevar a cabo un modelo intervencionista como el que proponía Keynes. Se desarrolla el modelo informativo occidental por el que se va a llevar a cabo un mayor control de las agencias. No se censuraba la información pero sí se controlaba el mensaje, por lo tanto había una falsa libertad. Se diseña un modelo con tres etapas:
1) Control de la información: los comunicados de las agencias.
2) Valoración y/o evaluación de esa información suministrada por parte del periódico, que le otorga más o menos relevancia.
3) Proporcionar imágenes, a través de los noticiarios, a esas informaciones
Aparte de esto se desarrollaron otras dos prácticas: primero las “recomendaciones”, que eran veladas amenazas a los informadores llamando a su prudencia para no desestabilizar. Segundo, la elaboración y aprobación de leyes que, debido a la carestía/crisis del papel, establecen ayudas/subvenciones de los gobiernos a los periódicos para que estos no se hundan y pretextan que lo hacen para preservar el derecho a la información porque garantizan la pluralidad de cabeceras y, por tanto, de planteamientos ideológicos.
Por otro lado, la libertad de imprenta y el derecho a la información, después de la I Guerra Mundial, se ven amenazadas e incluso retroceden porque aparecen dos nuevas realidades: La Revolución y el Comunismo que postula una ideología autoritaria y antiliberal, y, por otro lado, la respuesta anticomunista y también antiliberal que conduce a la caída de los pocos estados liberales que quedaban el periodo de entreguerras; con lo cual ya en los años treinta apenas quedaban espacios de libertad para la prensa en Europa. Fue una época en la que la sociedad se veía envuelta en tremendos altibajos, ya que o bien disfrutaba de los felices años 20 o por el contrario era golpeada por la crisis del 29. Todos estos aspectos también se reflejan en la prensa. Se incrementa el coste de la prensa, unido a las caídas en publicidad y una nueva reducción en la libertad de prensa. Se producen la caída de numerosas cabeceras y se vuelve a optar por el sensacionalismo y la agrupación empresarial.
Un factor fundamental de este periodo es la aparición del cine. Existe una necesidad de ilustrar la verdad con imágenes. El cine aporta credibilidad, destacando el noticiario, género por antonomasia, que muere con la aparición de la televisión. Pasa por varias etapas, y marcado por la irrupción de la propaganda, lo que le quitaba credibilidad. También muchos cineastas colaboraron en ambos lados de la II Guerra Mundial, también origen de la propaganda.
Con el fin de la II Guerra Mundial, se vuelve a apostar por fortalecer la idea de democracia en los medios de comunicación, que sobre todo servían a occidente, exaltando la defensa de los derechos humanos. Volvemos a una etapa en la que se produce un nuevo avance tecnológico muy importante, y también en comunicación. Los medios de comunicación adoptan una postura integradora. Podemos dividir en los bloques los modelos informativos de esta época:
- Bloque occidental: La información va a ser considerada como un servicio público, y por tanto se garantiza la misma. Por tanto se instaura un pluralismo informativo, aunque seguían siendo reacios a que según que ideologías apareciesen en los medios
- Bloque soviético: La información se concibe como un elemento más al servicio del estado. Escasa credibilidad hasta que los medios empiezan a hacerse eco de lo que ocurre en occidente, lo que permite liberalizar más la prensa y posibilita la caída del muro de Berlín.
Uno de los casos más relevante del uso propagandístico de la imprenta y de su influencia en el mundo y las masas son las publicaciones de Lenin anteriores a la Revolución Rusa, en las que explicaba la doctrina de Karl Marx y su socialismo científico, adoctrinando a las masas de obreros, soldados y campesinos rusos, sembrando en ellos las semillas de la revolución para derrocar al imperio zarista de Nicolás II y asentar las bases del primer estado socialista. En palabras del propio Lenin:
La libertad de prensa es también una de las principales consignas de la democracia pura. Los obreros saben bien, y los socialistas de todos los países lo han reconocido muchas, pero muchas veces, que esta libertad es una mentira, mientras las mejores imprentas y los más importantes DEPÓSITOS de papel se encuentren en manos de los capitalistas y mientras subsista la dominación del capital sobre la prensa, dominación que se afianza en el mundo entero de la manera más escandalosa, brutal y cínica, a medida que la democracia y el régimen republicano están más desarrollados como por ejemplo en América." La 'libertad de prensa' en la sociedad burguesa es la libertad de los ricos de engañar, corromper y embaucar cada día, de manera sistemática y CONTINUA, con millones de ejemplares, a las masas explotadas y oprimidas del pueblo, a los pobres. Esa es la verdad sencilla y evidente, conocida de todos, observada por todos y comprendida por todos, pero que 'casi todos' silencian 'pudorosamente' y esquivan con temor."
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