Tantos muertos en tu nombre
Tantas vidas arrebatadas
tantas lágrimas quemadas
en los rostros muertos de los hombres
Se oyen los primeros alaridos
los gritos de los torturados
los lamentos de los desaparecidos
de los malditos, de los olvidados
Son los muertos en el nombre de Dios
Se oyen los primeros alaridos
los gritos de los torturados
los lamentos de los desaparecidos
de los malditos, de los olvidados
Son los muertos en el nombre de Dios
Miles de cadáveres en los templos
miles de vidas sin tiempo para un adiós
polvo y ceniza en el desierto del tiempo
miles de cadáveres forman los pilares
de iglesias, sinagogas y mezquitas
de iglesias, sinagogas y mezquitas
donde algunos están en los altares
y otros perdidos en inmundos lodazales
en una tierra devastada y maldita
devorados por el tiempo
olvidados por el hombre
devorados por el tiempo
olvidados por el hombre
se pierden el espacio sus nombres
mientras suenan los tambores de la muerte
que con su redoble y caminar lento
recuerdan que está abandonada toda esperanza y toda suerte
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