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domingo, 25 de noviembre de 2012

LOS ÚLTIMOS AÑOS DE LOPE DE VEGA : VISITANDO SU CASA EN MADRID

Entre el perro del hortelano que ni come ni deja comer, entre el caballero de Olmedo y doña Inés, entre el grito de Fuenteovejuna contra el Comendador y entre las más de 1500 obras teatrales de Lope de Vega, conocido como “ el Fénix de los ingenios”, Madrid alberga entre las callejuelas estrechas de la zona de los Austrias cerca de la Plaza Santa Ana la casa donde el dramaturgo vivió sus últimos veinticinco años de su existencia hasta el año 1635, año de su fallecimiento, tras una vida de aventuras, de mujeres, de poesía, de teatro y, en su última etapa, de religión. La muerte de este don Juan convertido en sacerdote en sus últimos años de vida conmocionó a todo Madrid hasta tal punto de convocarse tres días de luto oficial y de tener un entierro digno de un noble en la iglesia de San Sebastián, dejando un gran legado literario para las futuras generaciones.

BIOGRAFÍA

Félix Lope de Vega y Carpio, nace en Madrid, en 1562 y muere el 27 de febrero de 1635, fue un escritor español. Procedente de una familia humilde, la vida de Lope de Vega fue sumamente agitada y repleta de lances amorosos. Estudió en los jesuitas de Madrid (1574) y cursó estudios universitarios en Alcalá (1576), aunque no consiguió el grado de bachiller

Debido a la composición de unos libelos difamatorios contra la comedianta Elena Osorio (Filis) y su familia, por desengaños amorosos, Lope de Vega fue desterrado de la corte (1588-1595). No fue éste el único proceso en el que se vio envuelto: en 1596, después de haber sido indultado en 1595 del destierro, fue procesado por amancebamiento con Antonia de Trillo.

Estuvo enrolado, al menos, en dos expediciones militares: una fue la que conquistó la isla Terceira en las Azores (1583), al mando de don Álvaro de Bazán, y la otra, en la Armada Invencible. Fue secretario de varios personajes importantes, como el marqués de Malpica o el duque de Alba, y a partir de 1605 estuvo al servicio del duque de Sessa, relación sustentada en una amistad mutua.

Lope se casó dos veces: con Isabel de Urbina (llamada Belisa en sus versos), con la que contrajo matrimonio por poderes tras haberla raptado antes de salir desterrado de Madrid; y con Juana de Guardo en 1598. Aparte de estos dos matrimonios, su vida amorosa fue muy intensa, ya que mantuvo relaciones con numerosas mujeres, incluso después de haber sido ordenado sacerdote. Entre sus amantes se puede citar a Marina de Aragón, a Micaela Luján (Camila Lucinda), con la que tuvo dos hijos, Marcela y Lope Félix, y a Marta de Nevares (Amarilis y Marcia Leonarda), además de las ya citadas anteriormente.

Obras de Lope de Vega

La obra y la biografía de Lope de Vega presentan una gran trabazón, y ambas fueron de una exuberancia casi anormal. Como otros escritores de su tiempo, cultivó todos los géneros literarios.

La primera novela que escribió, La Arcadia (1598), es una obra pastoril en la que incluyó numerosos poemas. En Los pastores de Belén (1612), otra novela pastoril pero «a lo divino», incluyó, de nuevo, numerosos poemas sacros. Entre estas dos apareció la novela bizantina El peregrino en su patria (1604), que incluye cuatro autos sacramentales. La Filomena y La Circe contienen cuatro novelas cortas de tipo italianizante, dedicadas a Marta de Nevares. A la tradición de La Celestina, la comedia humanística en lengua vulgar, se adscribe La Dorotea, donde narra sus frustrados amores juveniles con Elena Osorio.

Su obra poética se sirvió de todas las formas posibles; le atrajo por igual la lírica popular y la culterana de Luis de Góngora, aunque, en general, defendió el «verso claro». Por un lado están los poemas extensos y unitarios, de tono narrativo y asunto a menudo épico o mitológico, como por ejemplo La Dragontea (1598). La hermosura de Angélica (1602) se inspira en el Orlando de Ariosto, mientras que Jerusalén conquistada (1609) se basa en la obra homónima de Torquato Tasso; cabe incluir en este grupo La Andrómeda (1621) y La Circe (1624). De temática religiosa es El Isidro (1599), y también los Soliloquios amorosos (1626). La Gatomaquia (1634) es una parodia épica.

En cuanto a los poemas breves, su lírica usó de todos los metros y géneros. Se encuentra recogida en las Rimas (1602), Rimas sacras (1614), Romancero espiritual (1619), Triunfos divinos con otras rimas sacras (1625), Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos (1634) y La Vega del Parnaso (1637).

El teatro de Lope

Donde realmente vemos al Lope renovador es en el género dramático. Después de una larga experiencia de muchos años escribiendo para la escena, Lope compuso, a petición de la Academia de Madrid, el Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo (1609). En él expone sus teorías dramáticas, que vienen a ser un contrapunto a las teorías horacianas, expuestas en la Epístola a los Pisones.
De las tres unidades -acción, tiempo y lugar-, Lope sólo recomienda respetar la unidad de acción para mantener la verosimilitud, y rechaza las otras dos, sobre todo en las obras históricas, donde se comprende el absurdo de su observación; aconseja la mezcla de lo trágico y lo cómico (en consonancia con el autor de La Celestina): de ahí la enorme importancia de la figura del gracioso en su teatro y, en general, en todas las obras del Siglo de Oro; regulariza el uso de las estrofas de acuerdo con las situaciones y acude al acervo tradicional español para extraer de él sus argumentos (crónicas, romances, cancioncillas).

En general, las obras teatrales de Lope de Vega giran en torno a dos ejes temáticos, el amor y el honor, y con su fórmula de la doble acción (una entre nobles y otra entre criados) logró atraer por igual a todos los sectores de su público, desde el pueblo iletrado hasta la aristocracia culta y refinada. De su extensísima obra, más de «mil quinientas» comedias según palabras del propio autor, se conservan unas trescientas de atribución segura.

La temática es tan variada que resulta de difícil clasificación. El grupo más numeroso es el de comedias de capa y espada, basadas en la intriga de acción amorosa: La dama boba, Los melindres de Belisa, El castigo del discreto, El caballero del milagro, La desdichada Estefanía, La discreta enamorada, El castigo sin venganza, Amar sin saber a quién y El acero de Madrid. De tema caballeresco: La mocedad de Roldán y El marqués de Mantua. De tema bíblico y vidas de santos: La creación del mundo y El robo de Dina. De historia clásica: Contra valor no hay desdicha. De sucesos históricos españoles: El bastardo Mudarra y El duque de Viseo.

Sus obras más conocidas son las que tratan los problemas de abusos por parte de los nobles, situaciones frecuentes en el caos político de la España del siglo XV; entre ellas se encuentran La Estrella de Sevilla, Fuente Ovejuna, El mejor alcalde, el rey, Peribáñez y el comendador de Ocaña y El caballero de Olmedo. De tema amoroso son La doncella Teodor, El perro del hortelano, El castigo del discreto, La hermosa fea y La moza de cántaro.

LA CASA DE LOPE DE VEGA EN MADRID

Su casa, situada en la antigua calle de Francos, rebautizada en la actualidad como calle Cervantes, se encuentra en pleno barrio de la Letras de Madrid y es gestionada por la propia Comunidad Autónoma desde 1982.

Al penetrar en ella nos da la bienvenida una inscripción en latín “D.O.M PARVA PROPRIA MAGNA/MAGNA ALIENA PARVA” que Lope de Vega hizo grabar como recibimiento a los visitantes y que, según la traducción de Calderón de la Barca, significa “que propio albergue es mucho, aún siendo poco/ y mucho albergue es poco, siendo ajeno”.
 
La planta baja nos adentra en un jardín restaurado tal y como Lope lo describió en uno de sus sonetos, demostrando que no sólo desarrollo su faceta teatral sino que se atrevió incluso con la poesía y la narrativa, como demuestran, además de sus obras de teatro, sus 3.000 sonetos, sus tres novelas, sus novelas cortas, sus epopeyas y sus poemas didácticos. Justo enfrente del este jardín, se halla el salón donde Lope de Vega tenía sus reuniones familiares, todo ello decorado con bodegones, candiles, cerámicas de Talavera y muebles de buena calidad.
 
Al subir a la planta principal, el visitante se encuentra con un pequeño cuarto, un oratorio dedicado a San Isidro, el patrón de Madrid, utilizado por Lope de Vega para dar misas desde que se ordena sacerdote en el año 1614.
 
El estudio, también situado en la primera planta, fue el fiel testigo de las creaciones literaria de Lope de Vega, donde el autor escribió sus más grandes obras. El cuadro de Lope de Vega junto al de su hija Sor Marcela, la cual escribiría obras de estilo religioso, son fieles espectadores del genio del autor, de sus tertulias literarias y artísticas frente al brasero que ayuda a dar calor a los diversos participantes del mundo de la literatura del Siglo de Oro.
 
A continuación del estudio se encuentra el estrado, una estancia característica del siglo de Oro con clara influencia oriental también denominado la morisca. El estrado es el lugar de las mujeres donde elaboraban diversas actividades como la lectura, la tertulia, la oración o la aguja donde más de cientos en horas veinticuatro/pasaron de las musas al teatro como describiría el propio Lope. En él podemos encontrar uno de los tres espejos de la casa: el espejo era considerado un elemento de lujo en siglo XVII. Los otros dos se hallan el cuarto de Lope de Vega y en el cuarto de sus hijos, Lope Félix y Carlos Félix, situado al lado del cuarto de las criadas, la zona más humilde de la casa.
 
La cocina, donde podemos encontrar tinajas y cántaros para el agua y el vino, está situada junto al comedor tras la restauración de la vivienda, pues originalmente se hallaba en la planta baja cercana al pozo por la necesidad de agua.
 
En la planta superior, hay una recreación del cuarto de invitados que ya había surgido en 1561, a raíz de una orden de Felipe II que obligaba a toda casa de dos plantas a tener un lugar donde pudieran repostar las visitas. Entre los numerosos huéspedes que tuvo Lope de Vega, destaca la figura del capitán Álamo de Contreras, el cual contaría a Lope muchas historias que le servirían de inspiración para sus obras teatrales.

LOPE DE VEGA Y SU LEGADO EN LA CULTURA ESPAÑOLA

Lope de Vega ha sido una de las figuras claves del teatro español y del Siglo de Oro, junto a personajes como Luís de Góngora, Cervantes, Quevedo y Calderón de la Barca entre otros. No solamente ha dejado un gran legado literario, sino que creó un nuevo arte de hacer comedias, donde el autor mezclaba la comedia y la tragedia, rompiendo así con el teatro religioso de la Edad Media y devolviéndolo a su categoría de espectáculo, por lo que su casa se ha convertido en un testimonio de nuestra historia, en una ruta obligatoria para todo amante de la literatura del siglo XVII y en una invitación a volver al pasado, a un viaje en el tiempo a un Madrid de otra época a través del Arte, la Literatura y la Historia, en una España donde no se ponía el sol. Como escribió el propio Lope de Vega en la última etapa de su vida:

 
Cuando me paro a contemplar mi estado,
y a ver los pasos por donde he venido,
me espanto de que un hombre tan perdido
a conocer su error haya llegado.

Cuando miro los años que he pasado,
la divina razón puesta en olvido,
conozco que piedad del cielo ha sido
no haberme en tanto mal precipitado.

Entré por laberinto tan extraño,
fiando al débil hilo de la vida
el tarde conocido desengaño;

mas de tu luz mi oscuridad vencida,
el monstro muerto de mi ciego engaño,
vuelve a la patria, la razón perdida.

Lope de Vega

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