El 23 de octubre de 1941, en Moscú, Unión Soviética; en el contexto de la Segunda Guerra Mundial; Stalin, nombra Jefe supremo del Ejército Rojo a Gueorgui Zhukov, uno de sus hombres más fieles, leales y un gran estratega clave para la recuperación del ejército soviético. Las aplastantes derrotas de los soviéticos en la Operación Barbarroja llevaron a un replanteo de Stalin quien necesitaba que el alto mando del ejército quedara en otras manos, para evitar la derrota total incluso antes que llegara el invierno. Inicialmente, Zhukov que tenía una trayectoria formada desde abajo en el ejército rojo y que ascendió por méritos propios desde 1937, había sido un hombre clave para aplastar a los japoneses en Mongolia en 1939, lo que le hizo un hombre respetable.
Gueorgui Zhúkov |
Hijo de humildes labradores, el general Gueorgui Zhúkov se convirtió, con toda justicia, en un héroe de la Unión Soviética. En agosto de 1939 fue el artífice de la mayor derrota japonesa en la frontera de Manchuria, y, tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), de la decisiva victoria en la batalla de Stalingrado (2 de febrero de 1943).
Stalin, dudando de otros hombres, asignó a Zhukov el cargo la defensa de Moscú ese mismo año. Un poco por la mejor coordinación que dio al ejército rojo y el oportunismo del crudo invierno, hizo que la defensa de la capital fuera un éxito, deteniendo por primera vez a los alemanes. Desde allí, el prestigio de Zhukov aumentó a pesar del fracaso de intentar recuperar Smolensko. A finales de 1942, Gueorgui Zhukov se hizo cargo del frente de Stalingrado, escenario de una de las más sangrientas batallas de la guerra, donde planeó la espectacular contraofensiva del Ejército Rojo que consiguió cercar al VI Ejército alemán, al mando del mariscal Friedrich Paulus, en el interior de la propia ciudad, y lo obligó a rendirse.
La maniobra de piezas hechas sobre las unidades más débiles del Eje fue toda una obra maestra para Zhukov que trajo consigo un enorme cerco sobre los alemanes que finalmente se rindieron en febrero de 1943.
Ese mismo año, luego del fracaso inicial, en el mes de agosto tendría a cargo la Operación Ciudadela y el éxito final de batalla de Kursk, en la cual los soviéticos saldrían vencedores por su superioridad numérica y una decisión de Hitler de replegarse desobedeciendo a sus generales. Ya en 1944, sería el Comandante supremo de la Operación Bagration, donde movilizaría millones de hombres dividido en tres cuerpos de acción (Norte, Centro y Sur) y que expulsaría a los alemanes de la URSS definitivamente. En 1944, si bien no planificaría, seria quien también ordenaría y daría el visto bueno a la ruptura del sitio de Lenningrado después de 900 días, poniendo a disposición algunos de sus hombres para liberar la segunda ciudad del país.
Finalmente, sería el nombre mayor en la batalla de Berlín aunque tendría una disputa previa con Ivan Koniev, ya que ambos dirigían al ejército rojo. Zhukov intentó un avance raro por las colinas de Seelow que le costó más vidas de lo esperado pero finalmente logró llegar antes a Berlín, por decisiones propias de Stalin quien detuvo a Koniev al desviarlo hacia otro objetivo más inmediato que la capital. Su avance final sobre Berlín, pondría fin al Tercer Reich y terminaría la guerra en Europa.
Las victorias de Zhukov supusieron un punto de inflexión en el desarrollo de la guerra, ya que infligieron una de las primeras derrotas a las fuerzas alemanas, cuyo avance hasta el momento había sido casi imparable. Bajo su mando, los rusos consiguieron detener el último gran asalto alemán en Kursk, momento a partir del cual la marcha del Ejército Rojo sobre Alemania adquirió un ímpetu irresistible.
Gueorgui Zhúkov |
En el tramo final de la guerra, Gueorgui Zhúkov mandó el ejército ruso que tomó la capital de la Alemania nazi. En los últimos años del gobierno de Stalin fue relegado a un segundo plano, pero tras la muerte de Stalin su figura se vio rehabilitada y fue reconocido el hecho de que jamás sufriera una derrota a lo largo de su dilatada carrera militar.