Ubicada
en la calle Atocha, la Casa Encendida continúa realizando una labor divulgativa
a través del arte Contemporáneo. Construida por el arquitecto Fernando Arbós y Tremanti en el año 1878. En
1909 se convirtió en la sucursal de la Caja de Ahorros y el Monte de Piedad de Madrid.
Como los patios de influencia árabe, la Casa
Encendida es un edificio organizado en torno a un patio central. La fachada es un contraste entre el ladrillo neomudéjar y el
granito, conservando su simetría. El nombre de La Casa Encendida está tomado del libro homónimo del poeta Luis Rosales (a cuyos herederos tuvo que pedir permiso Caja Madrid para
usarlo).
A
través de la solidaridad, el amor a la cultura, el respeto por medio ambiente, su labor
pedagógica, y, sobre todo, a través de campañas de marketing efectivas, la Casa
Encendida se ha convertido en el quinto museo más visitado de la ciudad de
Madrid.
La
revolución de la comunicación también ha llegado a la Casa Encendida: Su
coordinador, David Calzado, es un gestor cultural consolidado además de un
comunicador que permite “traducir” y
transmitir el arte a la audiencia. Estas
nuevas formas de comunicación han permitido crear y perfeccionar la marca
identitaria de la Casa Encendida.
David Calzado “Hay
que dejarse la piel para tener una buena comunicación, además de tener tu
propio Medio de Comunicación”
La
revolución tecnológica ha difundido la actividad de la Casa Encendida:
Comenzaron su camino en el canal Localia y fueron expandiéndose a un canal
cultural de RTVE. Gracias a Internet y a las Redes Sociales, (Youtube, Vimeo,
Blogger, Facebook y Twitter) la labor de la Casa Encendida ha conseguido
extenderse a más visitantes y usuarios: un 53% de los comentarios de Twitter
son culturales y se difunden a través de los perfiles y los hastagg.
Estas
nuevas de formas de comunicación han permitido crear una marca personal propia
a través del trabajo, la ilusión y la curiosidad. Posee su propio centro de
recursos. Un programa de radio, un laboratorio multimedia, una biblioteca un
laboratorio fotográfico y un hemeroteca con cine no comercial y la mayor
colección de jazz de Madrid. El propio patio central mudéjar se transforma en
una sala de conciertos o en un escenario teatral.
Por
todo ello, la Casa Encendida se convierte en un elemento comunicativo, la
principal finalidad de toda expresión artística.
Metamorfosis y las visiones fantásticas de Starewitch, Svankmajer y los hermanos Quay
La Casa
Encendida acoge un gran número de exposiciones artísticas. Una de ellas es la Metamorfosis y las visiones fantásticas de Starewitch, Svankmajer y los hermanos
Quay. La sala muestra en profundidad la obra de estos cuatro
directores de cibe donde conviven la inocencia, la crueldad, la magia, la locura y la
voluptuosidad. Estos cineastas han sido referentes de Tim Burton y Terry
Gillian, ambos norteamericanos. La exposición es un claro ejemplo de cómo,
incluso en situaciones de censura y opresión, al arte se convierte en una forma
de expresión y de rebeldía frente al poder
totalitario nazi y el pensamiento único. Bajo el nombre de la obra más
conocida de Frank Kafka, la exposición expresa un capítulo de la historia de la
antigua Checoslovaquia, país invadido por el nazismo alemán y el comunismo
soviético durante mediados del siglo XX.
Esta forma de comunicar alternativa no es explícita, sino
que requiere una gran atención por parte de los espectadores: a través de las
marionetas, marca identitaria del arte checo y de Praga, los artistas
transmiten sus ideas y emociones burlando así la censura institucional. La
imaginación se convierte en el altavoz contra los muros de silencio del poder y
la creación se transforma en una terapia que permite al artista expresar su
intimidad y su inconformismo de una manera única y original.
A través de temas literarios como los cuentos de hadas, los
relatos de terror, el mundo de los sueños, los gabinetes de curiosidades, la
ciencia preilustrada, la alquimia y el ilusionismo. Estas obras consiguen
comunicar, rompiendo de toda convención, a través del arte.
Los seres humanos tenemos la imperiosa necesidad de
comunicar: Aunque construyan muros de silencio y de censura, siempre
encontramos la manera de transmitir de forma no convencional nuestras ideas y
emociones con el fin de que sean recibidas por nuestros semejantes y continuar
así el proceso de comunicación.
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