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sábado, 19 de julio de 2025

TEMA 12. LA EUROPA MEDITERRÁNEA AL FINAL DEL BRONCE Y LAS COLONIZACIONES FENICIA Y GRIEGA

Introducción
 
Los grandes cambios producidos al final del Bronce reciente en las regiones orientales del Mediterráneo aún no han sido explicados del todo o no se aceptan de manera unánime las diversas hipótesis enunciadas. Pero es evidente que hay una serie de destrucciones en estas zonas en las que se desarrollaban brillantes culturas como la Micénica en el continente griego y las islas del Egeo o Troya en la península de Anatolia. Se ha pensado en cataclismos naturales, en las "invasiones de los pueblos del mar" o dorios, o en conflictos internos para explicar el final de Micenas. El imperio hitita comienza su decadencia y el Egipto faraónico se enfrenta también a estos dorios o pueblos del mar.
 
Creta, las islas Cícladas y Micenas fueron durante toda la Edad del Bronce del Egeo las intermediarias entre las sociedades de la costa sirio-palestina y Egipto y el continente europeo aún en pleno Calcolítico.
 
Entrado el I milenio aC las comunidades prehistóricas del Mediterráneo central y occidental se ven influenciados por las sociedades históricas del Mediterráneo oriental a través de lo que llamamos colonizaciones, que suponen el primer contacto con poblaciones fenicias y griegas.



 
La Península italiana
 
En la Península italiana hay una distinción entre las regiones septentrionales y centrales, y el sur. En las primeras se advierten influencias continentales y características culturales que se desarrollan en Centroeuropa, con una cronología paralela.
  • Cultura Protovilanoviana
La cultura Apenínica perdura un tiempo con bastante continuidad. En torno al siglo XII aC surge en las regiones de la Emilia, la Romaña y especialmente Etruria, la denominada cultura Protovilanoviana. Al igual que la anterior etapa apenínica, la economía es mixta con un fuerte desarrollo de actividad pastoril trashumante en yacimientos como Luni sul Mignone en el Lacio, y ganado porcino en otros lugares. Aparecen asentamientos nuevos en lugares altos y rodeados de murallas, en pequeñas alturas o mesetas y también en llanuras, en ambos casos cerca de cursos de agua. Hay restos de cabañas sin organización espacial, y grandes construcciones que podrían indicar una incipiente jerarquización.

En la cultura material destacan agujas, los cinturones, las hachas, cuchillos, las espadas de empuñadura maciza y de antenas y las navajas de afeitar de doble filo, junto a una cerámica decorada con incisiones en formas de ollas y tazas carenadas que en ocasiones llevan modelados animales.

La mayor innovación está en el aspecto funerario en donde con mayor frecuencia a medida que avanzamos en la cronología aparecen necrópolis con el rito de incineración en urnas que se introducen en simples fosas, similares a las de la Cultura de los Campos de Urnas.
  • Cultura de las Tumbas de Fosa
Se desarrolla durante los siglos IX y VIII aC en el sur de Italia y las costas adriáticas. Sus enterramientos son de inhumación en fosas, cerámicas incisas con motivos geométricos curvos meandriformes y en ocasiones antropomorfos. Hay algunos objetos en bronce, especialmente fíbulas serpentiformes o con espirales, y espadas con la hoja decorada.
 


Las islas
  • Islas Eolias
Se desarrolla la cultura Ausoniana con una fecha de inicio de mediados del siglo XII aC y con dos fases, una del Bronce Final y otra ya de inicios de la Edad del Hierro. Se extiende a la costa nororiental de Sicilia y tiene marcadas influencias heládicas.
 
Las viviendas, bien representadas en la acrópolis de Lipari, son semiexcavadas de plantas rectangulares y poligonales, a veces con suelos pavimentados con arcilla o piedras, y los enterramientos son de dos tipos: inhumación individual en pithoi al comienzo, y posteriormente incineración en urnas que se cubren con piedras.
 
La cerámica es al principio de tipo apenínico, y luego protovilanoviano. En la fase final aparecen cerámicas pintadas sobre fondo claro. 
  • Sicilia
Aparece la Cultura Pantálica cerca de Siracusa con una periodización en cuatro fases.
 
Las dos primeras del Bronce Final. Sucede a la anterior Cultura de Thapsos y abarca desde el siglo XIII aC hasta mediados del siglo VIII aC.
 
La fase I supone el abandono del hábitat en las zonas costeras y la ocupación de las montañas, y en ella se notan las influencias micénicas, con una cerámica hecha a torno pintada en color rojo brillante. El bronce aparece en puñales con o sin lengüeta, espadas con empuñadura en forma de T, y en oro hay anillos.
 
En la fase II los poblados están fortificados y ubicados en lugares estratégicos. Se conservan restos de un edificio con varias dependencias cuadradas y rectangulares, algunas cabañas y un anexo que es un taller de fundición en el poblado de Pántalica. Las inhumaciones son en tumbas de planta ovalada o circular que se agrupan en grandes necrópolis. La cerámica es ahora oscura con decoración pintada.
 
Al final de este período aparecen las primeras muestras del comercio fenicio, y desde finales del siglo VIII aC los colonizadores fenicios y griegos transformarán las manifestaciones culturales de la isla.



  • Malta
En Malta perdura la cultura del Bronce Medio de Borg-in-Nadur y se desarrolla el pequeño grupo de Bahrija considerado como intrusivo en una reducida área.
  • Córcega
En esta isla la Cultura Torreana seguirá desarrollándose con una especie de estancamiento. Se levantan grandes aparejos defensivos en torno a las anteriores construcciones torreadas y los poblados tienen cabañas con basamentos de piedra y paredes curvas
  • Cerdeña
La Nurágica III es la fase más floreciente de esta cultura en la isla de Cerdeña. Siguen en apogeo las nuragas de carácter esencialmente militar. Los poblados son de cabañas circulares distribuidas en torno a un patio y con talleres artesanales. Los enterramientos se realizan en las denominadas "Tumbas de gigantes", con rito de inhumación colectiva. También hay enterramientos en dólmenes e hipogeos.

Se produce un desarrollo notable de la producción de objetos de bronce, armas, útiles, vajillas y objetos rituales, como trípodes y naves.

Parece evidente la existencia de una estratificación social que controla las explotaciones mineras, la producción metalúrgica, y el comercio con lugares como Sicilia, las Islas Eolias, la Península Italiana y Chipre, con objetos como los lingotes de cobre del tipo "piel de buey".
 
La Península Ibérica
  • Regiones costeras orientales y meridionales.
La corriente centroeuropea de los Campos de Urnas penetra por los Pirineos y afecta fundamentalmente al cuadrante noreste peninsular: Cataluña, Valle del Ebro, Navarra y País Vasco, llegando hasta Castellón por el norte y penetrando incluso en zonas de Albacete. La máxima novedad que trae consigo es el rito de incineración en urnas, agrupadas en extensas necrópolis de las que podemos destacar las de Can Missert, en Tarrasa (Barcelona), y ajuares constituidos por cuchillos y navajas de afeitar para los hombres y agujas, fíbulas y fusayolas para las mujeres.

Se mantienen los anteriores hábitats en cuevas y en llanuras, pero también se crean nuevos poblados al aire libre, algunos en zonas elevadas y con torres de vigilancia, de pequeño tamaño, y con casas alargadas con el muro del fondo en común que se alinean formando calles paralelas entre sí. Los techos pueden ser a una o dos vertientes, los suelos son de tierra apisonada.
 
Lo más aceptado entre los prehistoriadores es que hubo unos primeros grupos que llegaron antes del comienzo del I milenio aC por los pasos orientales de los Pirineos, y ya entrado éste, se produce una evolución local y una expansión geográfica, tal vez como consecuencia de un crecimiento demográfico, que dará lugar a varios grupos locales.
 
La economía se basa en una agricultura cerealista intensificada, posiblemente también el arado de tracción animal, y una ganadería de ovicápridos, bóvidos, porcinos, e incluso caballos en algunas zonas. La caza y la pesca completan la diera y se conoce la metalurgia del bronce.
 
En el Levante y Sureste peninsular se produce un cruce de elementos: los procedentes del Mediterráneo oriental que son el preludio de los influjos comerciales fenicios y griegos, y los que llegan de Andalucía occidental. El rito de incineración aparece en Levante pero no procede de influjos centroeuropeos sino mediterráneos. Los asentamientos son en cerro con casas de tipo oval y circular. Existe una agricultura de regadío, ganadería de ovicápridos, caza y pesca e industria textil. La metalurgia está poco desarrollada, y sin embargo hay una importante orfebrería con tesoros como el de Villena en Alicante, con cuencos, botellas y brazaletes de oro.

Se habla de un Bronce Tardío, entre el Medio y el Final, del Sureste y Andalucía, con los grupos
ganaderos procedentes de la Meseta que incorporan la Cultura de Cogotas I. Hay poblados que son continuidad de los argáricos y otros de nueva creación ubicados en lugares estratégicos y en cerros poco elevados, con calles estrechas e irregulares, y casas de planta rectangular a veces con zócalos de piedra. En el de Peña Negra (Alicante) se conserva un taller metalúrgico. La agricultura y la ganadería, sobre todo de caballos, son las bases económicas fundamentales, y hay cerámica lisa bruñida. Todavía hay puntas de flechas y punzones de hueso, dientes de hoz de sílex, molederas de piedra pulimentada y pesas de telar de arcilla.
  • El interior peninsular
Las tierras de la Meseta interior permanecen al margen de las influencias exteriores tanto de los Campos de Urnas como de las atlánticas. En la Meseta norte parece existir una evolución local del vaso campaniforme, Cultura de Cogotas I (nombre de un castro de Ávila), y que tiene un nivel del Bronce Medio, desarrollándose en el final e incluso en la Edad del Hierro. Estas cerámicas con decoración incisa, excisa y de boquique o decoración impresa en la pasta blanda alternando puntos y rayas, aparecen por toda la Meseta y fuera de ella, lo que ha hecho pensar en un pueblo de ganaderos trashumantes y con una agricultura de rozas que explicaría el frecuente cambio de asentamientos. Son de pocas cabañas construidas en materiales perecederos de los que se conservan los conocidos fondos de cabaña, cuya función no está clara ya que pueden tratarse de silos, basureros, etc. Conocemos pocos enterramientos, uno de una pareja y un niño en Los Tolmos (Soria) y otra inhumación triple en San Román de Hornija en Valladolid.

El sur de la Meseta recibe influjos del Bronce atlántico a través de Extremadura y también de Cogotas I, con una serie de poblados de fondos de cabaña y un solo enterramiento conocido, de inhumación individual. La base económica es ganadera y sobre todo agrícola.
 
Islas Baleares: Talayótico I y II.
 
El Bronce Final en este archipiélago está representado por el Talayótico I entre el 1300 y el 1000aC y el Talayótico II a partir del 1000aC hasta mediados del siglo VIII aC. Existen varias hipótesis sobre su origen, desde un origen autóctono consecuencia del desarrollo de lo anterior o bien una posible llegada a estas islas de gentes procedentes de Córcega y Cerdeña, pero lo que sí parece evidente es que existen cambios importantes como un mayor desarrollo agrícola, el abandono del hábitat en cuevas, una mayor densidad demográfica y la construcción de los Talayots, que son torres construidas con técnicas ciclópeas, de planta circular, oval o cuadrada y que generalmente se adaptan a la topografía natural del terreno sobre el que se erigen y a veces se ubican sobre una plataforma de piedra. Los basamentos se
realizan con piedras grandes y el alzado se hace con mampostería, en forma troncopiramidal o troncocónica. Presentan características comunes con las nuragas. Pueden estar aislados o formar parte de asentamientos amurallados, en algunas ocasiones la zona inferior es maciza, y en otras hay una cámara, a veces con un pilar central. Existen un número muy elevado de estas construcciones en la isla de Mallorca.
 
En Menorca las formas arquitectónicas más características son las navetas que tienen forma de nave invertida de plata elíptica. Una de las más conocidas es la de Els Tudons en Ciudadela. Normalmente son recintos funerarios aunque también se usaron algunas como hábitat. También son propias de esta isla las taulas que constan de un monolito vertical  prismático sobre el que se apoya otro horizontal y a las que se les atribuye una finalidad religioso-funeraria.
 
Los enterramientos se realizan por el rito de inhumación individual doble o múltiple en cuevas naturales, y en necrópolis de construcciones artificiales, y es curiosa la escasez de los ajuares que apenas ofrecen cerámica y algún adorno.

La cerámica es hecha a mano de color negruzco con formas de cuencos, ollas, vasos ovoides, copas, cazuelas, ánforas y vasos troncocónicos de fondo plano; generalmente es lisa salvo algunas pintadas en rojo.

Las Islas Baleares reciben a partir del siglo VII aC las influencias orientales y los primeros objetos de hierro, dando lugar a una fase de Postalayótica que perdura hasta la romanización.
 
Colonización fenicia
 
La inestabilidad provocada en torno al 1200aC en el Mediterráneo oriental tiene como consecuencia que el territorio costero que coincide aproximadamente con el actual Líbano, que estaba ocupado por los fenicios, una rama de los cananeos, vea disminuida su actividad comercial.
 
Dado que ya existen fuentes escritas conocemos información sobre la recuperación y reanudación de las actividades comerciales de Biblos y Sidón durante el Hierro Antiguo, y también que entre el 900aC y el 750aC tiene lugar un período de expansión colonial y comercial hacia occidente. Será desde el siglo X aC cuando Tiro sustituya a Sirón como ciudad hegemónica, considerándose el reinado de Hiram I como el momento de la fundación del imperio comercial de Tiro y los primeros contactos con Chipre. Sin embargo, la primera fundación fenicia en el sur de esta isla, no aparecerá hasta finales del siglo IX aC y se llamará Kition. Desde mediados del mismo siglo hay presencia fenicia en Grecia, en donde se adopta la escritura alfabética. 

Las ciudades fenicias pierden su autonomía desde mediados del siglo VIII aC y en el 573aC Nabucodonosor, rey de Babilonia, conquista Tiro, con lo que pone fin al desarrollo de las ciudades orientales ya las relaciones de éstas con el Mediterráneo occidental.
 
Los fenicios tenían una estructura basada en ciudades-estado regidas por monarquías locales independientes y hereditarias, con asentamientos costeros separados entre sí por ríos y áreas montañosas que en general se situaban en promontorios, pequeñas islas cercanas a las costas y en zonas cerca de las desembocaduras de los ríos, y que contaban con buenos puertos y sistemas defensivos a base de murallas que rodeaban barrios con locales comerciales y viviendas de hasta seis pisos. Existía un palacio que debió de ser el reflejo del poder monárquico, y pudo conllevar también funciones religiosas, y en Tiro y Biblos hubo un Consejo de Ancianos.
 
Fenicia carecía de materias primas y su principal riqueza era la madera de cedro procedente de los bosques del Líbano y objeto de comercio con egipcios y mesopotámicos. Las ciudades más importantes fueron Biblos, Tiro, Sidón y Sarepta. Tiro estuvo en una isla hoy unida a tierra firme, y tuvo dos puertos, templos como los de Melqart, Astarté y Baal Shamem, un barrio industrial del siglo VIII aC y necrópolis de inhumación. Sidón se ubica en un promontorio, al igual que Biblos, y tiene unas magníficas necrópolis con ricos ajuares y sarcófagos. Sarepta fue un centro importante dedicado a la producción a gran escala de cerámica, aceite, pan y púrpura, en ella se encontró el templo más antiguo, de en torno al año 1000aC, dedicado a la diosa Tanit-Astarté.
 
Las necrópolis fenicias estaban fuera de las ciudades y se practicaron ambos ritos funerarios, incineración e inhumación. Hay varios tipos de enterramientos de inhumaciones individuales:
  • En fosas, apoyadas o no en piedras y con ofrendas.
  • En pequeñas cámaras.
  • En cistas o en fosas rectangulares.
  • En tumbas excavadas en la roca precedidas de un dromos o corredor.
  • En sepulturas de cantería, y en hipogeos con inhumaciones colectivas.
Los restos incinerados se depositan en cavidades de la roca, en ánforas y en fosas rectangulares.
 
Los lugares de culto, que se conservan mal, los hay en lugares cerrados como el de Merqart en Tiro o el de Eshmum en Biblos, y también en colinas elevadas y bosques frondosos que constituían recintos al aire libre con un betilo o piedra sagrada de grandes dimensiones.
 
Los rituales podían ser públicos o privados y existía una jerarquización del clero y servidores del templo. Cabe reseñar los lugares conocidos como tophet, normalmente ubicados en el entorno de los centros coloniales, y que están representados en Malta, Cerdeña y Túnez, pero no en la Península Ibérica, ni en Baleares ni en Oriente.
 
Durante la primera mitad del I milenio aC los fenicios establecen factorías por toda la costa africana del Mediterráneo y en la Península Ibérica. La causa principal de la expansión fenicia fue la demanda de metales, que ya no podían obtener en las regiones del Mar Rojo.
 
Conseguían de la Península Ibérica plata, oro, bronce y estaño, de Chipre bronce, estaño de Gran Bretaña, oro de África, madera de sándalo de la actual Etiopía (Ophir) y el lino procedía de Egipto. Cuando Tiro cae en manos de los babilonios el año 573aC, será precisamente una colonia de Túnez: Cartago, la que se transformará en metrópolis.
 
Hay una primera fase "precolonizadora" que consiste en exploraciones de las costas e inicios comerciales pero sin asentamientos.
 
El inicio de la colonización se ha establecido en el 814/13 aC, fecha de la fundación de Cartago según las fuentes.
 
Sus factorías o establecimientos se situaban generalmente en promontorios costeros, islotes... existiendo también barrios de comerciantes fenicios en los asentamientos indígenas.

La principal ruta comercial pasa por Egipto y siguiendo por la costa africana llega a Cartago, actual Túnez, desde donde sigue por las costas hasta el estrecho de Gibraltar, y de ahí al Atlántico, y otra por las islas de Malta, Gozo y Sicilia, llegando en ambos casos a las costas mediterráneas de la Península Ibérica.
 
A los fenicios se les atribuye la invención de la quilla, el espolón y el calafateo con betún, navegando tanto con el sistema de cabotaje como con el de altura para los trayectos largos. Construyeron diferentes barcos:
  • Pequeños, con uno o dos remeros, para el transporte local y la pesca.
  • Anchos y panzudos con timones laterales y una gran vela cuadrada para transporte demercancías.
  • Naves de guerra, con proa afilada y saliente con espolones.
Las primeras colonias fenicias no pretenden ocupar tierras sino obtener materias primas y clientela. Hay simples establecimientos temporales y también centros comerciales con almacenes, un templo y población de comerciantes. Existen tres modelos de asentamiento para el Mediterráneo central y occidental.
 
En el norte de África la expansión fenicia debió iniciarse a finales del siglo IX aC y fue Cartago la colonia más destacada, siendo Lixus, la actual Larache en Marruecos, la más occidental. Las islas del Mediterráneo son puntos clave en la colonización: Chipre con mucha cerámica fenicia y un enclave documentado, Kition; Creta que debió de ser un lugar estratégico para las naves procedentes de Egipto; y también hay restos de presencia fenicia en Rodas y en Tasos. En Malta existen niveles fenicios desde finales del siglo VIII aC. Aun cuando hay fuentes escritas que aseguran la llegada a Sicilia de los fenicios antes que los griegos, carecemos de datos arqueológicos anteriores al siglo VIII aC, lo que hace pensar en una primera etapa de simples escalas y otra de establecimientos estables. La estela de Nora
testimonia la presencia fenicia en Cerdeña, y es una de las más antiguas inscripciones fenicias del Mediterráneo, de finales del siglo IX aC y principios del VIII aC.
 
Los asentamientos fenicios en la Península Ibérica se concentran en la costa mediterránea andaluza y están organizados en poblados o instalaciones portuarias. Gadir es la colonia más importante, Toscanos en la desembocadura del río Vélez (Málaga) el mejor conocido y Almuñecar en la costa granadina, el primer punto de contacto de los fenicios con la costa peninsular, conocido Sexi, y la Fonteta, en la desembocadura del río Segura, el más septentrional. La isla de Ibiza pasa a convertirse desde la llegada fenicia en el siglo VII aC, en uno de los centros comerciales del Mediterráneo más activos e influyentes.
La cerámica es el testimonio arqueológico más abundante y fueron precisamente los fenicios los que introdujeron el torno de alfarero. La más característica es la de engobe rojo, aunque también las hay grises, y las formas más comunes son los platos poco profundos y con bordes marcados, los oinokoes de boca de seta o trilobulada, y los grandes pithoi de almacenamiento.
 
En la orfebrería fenicio-púnica dominan técnicas como el granulado, el laminado, el grabado y la filigrana, y usaron esmalte, pasta vítrea, ágata y cristal de roca.
 
El vidrio fue difundido por los fenicios desde el siglo VIII aC por todo el mediterráneo occidental con formas de escarabeos, amuletos y cuentas de collar.
 
También el marfil para cajas o arquetas, cucharas y paletas con cazoleta para cosméticos y peines.
La actividad metalúrgica más importante será la introducción del hierro con espadas, cuchillos curvos, fíbulas y broches de cinturón.
 


Colonización griega
 
Tras la caída de Micenas y una etapa de decadencia con pocos intercambios y descenso de la población, comienza el período Protogeométrico (siglos X y IX aC) que inicia una fase de  recuperación. A finales del siglo IX aC y comienzos del siguiente los griegos extienden su comercio hacia el mar Tirreno, entrando en contacto con las gentes de la Cultura de Vilanova de la Península itálica y con los constructores de nuragas de Cerdeña, y estableciendo en la isla de Ischia, en Pitecusa, el primer asentamiento griego estable y creado de "nuevo", fuera del continente griego.
 
Sobre las causas que conducen a esta colonización se han planteado diversas teorías, la primera de ellas basada en la búsqueda de los minerales de cobre, oro y plata. Otra hace referencia a un crecimiento demográfico que tiene lugar a finales del siglo VIII aC, puede a su vez causar una escasez alimenticia y un desplazamiento de la población hacia las ciudades, donde comienzan a multiplicarse las actividades artesanales, y tiene lugar un gran desarrollo comercial propiciado por las mejoras en la navegación y en los barcos, que hace que comerciantes acudan, a modo de colonos, a otros lugares, donde se asientan en la búsqueda de nuevos mercados.

Existe una flota importante tanto de barcos comerciales como de embarcaciones guerreras, destacando entre los primeros los pequeños y abiertos llamados de puerto, que sirven para remolcar y cargar a los grandes barcos que realizan el comercio por el Mediterráneo. Las embarcaciones militares van haciéndose paulatinamente más complejas y de mayor tamaño, comenzando por las que son movidas por cincuenta remeros en una sola fila, la mitad a cada lado, hasta los trirremes que llevan ciento
setenta remeros en tres alturas. Todas tienen un espolón para el abordaje generalmente revestido de metal, botes auxiliares y castillo de proa y llevan mástiles y velas cuadradas tanto los birremes como los trirremes.
 
Se ha designado con el término de precolonización al período que tiene lugar entre los siglos XI y IX aC y que consiste en una serie de explotaciones e inicios comerciales sin intento alguno de fundar colonias. Se realizan viajes exploratorios a las regiones costeras sirio palestinas y a regiones occidentales como la isla de Sicilia y Etruria.
 
Los navegantes griegos conocían ya antes del siglo VIII aC varias rutas marítimas como la que parte de Eubea por el área del istmo de Corinto, la Península itálica por el mar Jonio el estrecho de Mesina. La llamada ruta corintia que atraviesa el istmo hasta el mar Adriático y la costa este de la Península italiana, y la ruta rodia, occidental, que sale de Cumas por la costa de Apulia y la Magna Grecia hasta el norte de Sicilia, el sur de Cerdeña, la isla de Ibiza y las costas de la Península Ibérica hasta Huelva.
 
La colonización griega por el Mediterráneo central y occidental se produce en varias áreas geográficas:
  • Magna Grecia y Sicilia. Se produce en el siglo VIII aC y comienzos del siguiente. Se ocupan valles fluviales y llanuras aptas para el cultivo cerealista, lo que hace pensar en intereses agrícolas. Los eubeos fundan las primeras colonias: Pitecusa, Cumas, Naxos y Catana; los corintios, Siracusa; y los rodios y los cretenses, Gela. El proceso colonizador finaliza en el siglo VI aC.
  • Pronto Euxino y sus accesos. Las colonias griegas del mar Negro las llevaron a cabo los eubeos, que fueron los primeros que se asentaron en la Calcídica en el siglo VIII aC. Los jonios en la Propóntide de Cícico. El punto álgido de esta etapa es el siglo VI aC. No hay penetración hacia las tierras interiores.
  • Norte de África.Los ciudadanos de Tena fundan Cirene en torno al 632 aC, punto para la llegada de las rutas caravaneras procedentes del alto valle del Nilo.
  • Sureste de la Galia. La primera colonia documentada en los textos y también en elregistro arqueológico fue Massalia, la actual Marsella, fundada por los foceos en tornoal siglo VII aC.
  • En la Península Ibérica hay unos primeros contactos comerciales y después de un período de consolidación de la presencia griega, probablemente coincidente con los problemas que sufren las colonias fenicias, agravados por los de Tiro y la conquista de Nabucodonosor.
Hacia el 600 aC los foceos fundan Emporion en el Golfo de Rosas, colonia de la que conservamos los importantes restos arqueológicos de Ampurias.
 
Ciudades como Ampurias, con tres templos, ágora y un trazado hipodámico representan la arquitectura de los colonizadores. Las figuras de bronce más características serán las procedentes de las Islas Baleares, aunque también las hay en la Península. La moneda comienza a acuñarse en Ampurias en el siglo V aC.
 
El rito funerario de los colonizadores era el de inhumación en fosas, generalmente con el cadáver orientado al este y agrupadas en necrópolis ubicadas al sur y al oeste de la ciudad, y fuera de ella. Los ajuares están compuestos por anillos, collares y fíbulas de metal. Los indígenas enterraban a sus muertos en una necrópolis al noreste y con predominio del rito de incineración.

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