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sábado, 6 de abril de 2024

EL IMPERIALISMO ROMANO. LAS GUERRAS PÚNICAS Y LA CONQUISTA DE GRECIA

El tiempo ha visto el auge y caída de un número de grandes imperios  Sin importar el tamaño o las habilidades de sus ejércitos o de las capacidades de sus líderes, todos estos imperios cayeron en la ruina. 

Uno de los más grandes de esos imperios fue, desde luego, el imperio Romano. A través de los siglos creció desde una pequeña ciudad italiana hasta controlar las tierras a lo largo de Europa, los Balcanes, el Medio oriente y el norte de África.


ROMA, POTENCIA HEGEMÓNICA (264-201 AC)

Roma y el Mediterráneo: Cartago

La ciudad de Cartago (actual Túnez) fue fundada hacia el 814 AC por la ciudad fenicia de Tiro, quedando ligada a su metrópoli por el estatuto de colonia. Tiro despareció como estado en el siglo Vi Ac con la dominación de Babilonia, lo que supuso la independencia de Cartago según la mayoría de los historiadores. desde entonces, Cartago compitió por el dominio del mediterráneo Occidental con las ciudades de la Magna Grecia (sobre todo Siracusa), llegando a ser, en el siglo III AC, la potencia hegemónica (dominando gran parte del norte de áfrica, el sur de la península Ibérica, baleares, gran parte de Córcega y Cerdeña, y la costa occidental de Sicilia).

Las instituciones cartaginesas eran herederas de las fenicias. Durante los primeros siglos de su existencia, Cartago debió d estar bajo la autoridad de un gobernador impuesto desde Tiro (cuya forma de gobierno era la Monarquía). Cuando alcanzó la independencia, adoptó un régimen republicano en el que había un Consejo de Ancianos (una especie de Senado, cuyos miembros eran vitalicios), un Tribunal de los 100 (órgano encargado de pedir cuentas a los generales y cuyos miembros eran elegidos entre los del Consejo de ancianos, también con carácter vitalicio), 2 Sufetas (máxima magistratura en Cartago, equivalente a los Cónsules romanos, elegidos anualmente) y una asamblea Popular. el ejército estuvo formad en principio por soldados reclutados entre los propios ciudadanos cartagineses, pero más tarde fu sustituido por tropas de mercenarios reclutados en el norte de África y la península Ibérica. nunca fue un ejército permanente, sino que se formaba cuando era necesario: su mejor arma era la Marina de Guerra, considerada durante mucho tiempo imbatible en todo el Mediterráneo.

La principal actividad económica de Cartago fue el comercio (tanto hacia el interior de África como a través del Mediterráneo), aunque también tuvieron importancia la agricultura (cereales, vid y olivo) y la industria (textil, cerámica y de salazón de pescado). Cartago desarrolló el papel de intermediario comercial en el Mediterráneo occidental, pues los numerosos producto agrícolas, industriales y de lujo que importaba no eran consumidos totalmente por el mercado interno, sino que se reexportaban a otras zonas deficitarias junto con la producción propia de agricultores y artesanos cartagineses.

En la estructura social cartaginesa, encontramos una capa superior integrada por la nobleza y una capa inferior de artesanos y obreros de todo tipo. Por debajo de los hombre libres estaban los esclavos, cuyo número en principio no debió ser elevado, pero que fue aumentando con el paso de los siglos como consecuencia de las guerras. la nobleza ocupaba todos los cargos políticos y, dentro de ella, existían dos facciones con intereses opuestos: aquellos cuya principal actividad era la explotación agraria, que propugnaban limitar las expediciones militares al territorio africano, evitando así el enfrentamiento con Roma; y aquellos cuya principal actividad era el comercio, cuyos intereses se encontraban tanto en África como en otros lugares del mediterráneo occidental y buscaban el enfrentamiento con Roma.

Los primeros contactos entre Roma y Cartago, según la tradición, consintieron en la firma de una serie de sucesivos tratados (509,306 y 278 AC) en donde básicamente se establecían las respectivas áreas de influencia. el primero fue firmado en el 509 AC (instauración de la República de Roma) y trataba de evitar cualquier ansia expansionista de las joven república romana, siendo claramente favorable a los intereses de Cartago. En él, se prohíbe a los romanos navegar más allá del cabo Farina, donde se encuentra Cartago, al tiempo que los cartagineses se comprometen a respetar el Lacio. el tratado del 348 AC establece unas condiciones semejantes a las del anterior, con las novedades de que Cartago incluye como laidos suyos a Tito y Útica, y los intereses romanos en el lacio se ven reforzados. El tratado del 306 AC prohíbe a los romanos intervenir en los asuntos de Sicilia y a los cartagineses en los de Italia, quedando Córcega como territorio neutral. el cuarto y último tratado del 278 AC responde a la necesidad de Roma y Cartago de ayudarse mutuamente contra la amenaza que suponía la presencia de Pirro de Epiro en Italia desee el 280 AC. ambos Estados se comprometían a ayudarse económica y militarmente contra el invasor griego y, en lo demás, ratificaban las disposiciones del anterior tratado.

La Primera Guerra Púnica (264-241 AC)
 
El conflicto entre Roma y Cartago supone el inicio de la segunda y más importante fase de expansión de la República romana. Dicho conflicto recibe comúnmente el nombre de Guerras Púnicas y se desarrolló en tres etapas (264-241 AC; 219-202 AC; 149-146 AC). El siglo III AC fue para Roma el del ascenso a potencia hegemónica del Mediterráneo y el encumbramiento de la familia de los Escipiones.

En el 264 AC, cuando ya Roma había impuesto su hegemonía en toda la península itálica y Pirro había sido expulsado, solo les quedaban a los romanos dos posibles vías de expansión: una hacia el Norte, donde se encontraban los Galos, y otra hacia las islas, dominadas por los griegos en decadencia y los cartagineses en apogeo. El Senado decidió entonces acudir a Sicilia en apoyo de Mesina, la cual había solicitado la ayuda de Roma frente al acoso de Cartago, que se había establecido en la ciudad tras liberarla de la ocupación de Siracusa. esta supuso el quebrantamiento del tratado de Roma y Cartago del 278 AC. Se trataba en principio de un conflicto desigual: los ejércitos romanos eran superiores a nivel terrestre, pero inferiores a nivel marítimo.

Hacia el 250 AC, el balance fue favorable a Cartago dada su evidente superioridad naval (al mando del general Amílcar Barca, padre de Asdrúbal y Aníbal Barca),asestando duros golpes a los romanos. pero Roma venía trabajando en la preparación de una flota de guerra, consciente de la necesidad de una aplastante victoria naval para concluir la guerra. En el 241 AC, Roma lanzó el ataque por mar a las principales bases cartaginesas en Sicilia (Lilibeo e Islas Égatas). La victoria de los romanos fue rotunda y Cartago tuvo que firmar unas duras condiciones de paz, que incluían el abandono de la isla y una cuantiosa indemnización de guerra a Roma. Esta guerra supuso la primera piedra de la expansión de Roma fuera de Italia.

Fronteras después de la Primera Guerra Púnica(240 aC)      

La Segunda Guerra Púnica (219-202 AC)

Los cartagineses supervivientes a la Primera Guerra Púnica se establecieron en el sur de la Península Ibérica y fundaron Cartago Nova (Cartagena en el 226 AC. También en esa fecha, el general cartaginés Asdrúbal, firmó con roma el llamado Tratado del Ebro, por el cual, los cartagineses se comprometían a no traspasar dicho río.

Tras la muerte de Asdrúbal, su sucesor, Aníbal, emprendió una serie de conquistas por gran parte de la península Ibérica, llegando a Salamanca, y en el 219 AC ocupó Sagunto (ciudad aliada de Roma). Este hecho dio lugar  ala declaración de guerra por parte de Roma. Aníbal respondió atravesando por sorpresa los Pirineos, la Galia y los Alpes, hasta llegar a Italia, poniendo en jaque la propia existencia del estado romano. el camino hacia Roma estaba libre, pero los cartagineses preferían seguir diezmando a los romanos en batallas campales. En el 217 AC fue nombrado dictador romano Quinto Fabio Máximo, contrario al enfrentamiento directo con Cartago. pero en el 216 AC, los nuevos cónsules reclutaron a un poderoso ejército, muy superior numéricamente al cartaginés, y se dirigieron a Apulia, donde se encontraba Aníbal. Allí tuvo lugar la Batalla de Cannas (216 AC), en la que el ejército romano fue literalmente aplastado

Mientras Aníbal lograba controlar prácticamente todo Italia (excepto Roma), el ejército cartaginés sufrió dos duros golpes en la Península Ibérica con la toma de Publio Cornelio Escipión de Cartago Nova en el 209 AC y de Gades en el 205 AC, lo que significó un giro del conflicto a  favor de Roma. el paso siguiente fue el ataque directo contra Cartago. Publio Cornelio Escipión derrotó a Aníbal en la Batalla de Zama (202 AC) cerca de Cartago, utilizando sus mismas tácticas y siendo llamado desde entonces Escipión el Africano. esta guerra supuso la conversión de Roma en principal potencia del Mediterráneo occidental y el ascenso de la familia de los Escipiones.



EL IMPERIALISMO ROMANO

La intervención en Oriente y la conquista de Grecia

Tras la Segunda Guerra Púnica, parece ya claramente el fenómeno del imperialismo romano: la guerras se convierte en el instrumento fundamental de la política exterior de Roma, encaminada absolutamente a la expansión territorial.

El interés se dirigió en primer lugar hacia el Mediterráneo oriental. Durante la Segunda Guerra Púnica, Filipo V de Macedonia y Antíoco III de Siria habían firmado un pacto secreto en el que ambos Estados pensaban apropiarse de las posesiones de Egipto en el Egeo y en la región sirio-palestina. Hacia el 200 AC, Antíoco III dio el primer paso y logró ocupar sin dificultad Celesaria (Líbano), dando comienzo la Segunda Guerra Macedónica (200-196 AC). El rey egipcio Ptolomeo V solicitó entones  la ayuda de Roma, la cual acudió tanto por las riquezas que podía proporcionarle una victoria militar en Oriente como por su sed de venganza contras Filipo V por el apoyo que había prestado a Cartago en su lucha contra Roma. En la Batalla de Cinoscéfalos (Tesalia) del 196 AC, las tropas romanas asestaron una contundente derrota a los macedonios, obligando a Filipo V a renunciar a todas sus posesiones externas y declarando la "liberación de Grecia" del yugo macedonio.

A la muerte de Filipo  de Macedonia en el 179 AC, se reanudaron las hostilidades entre Roma y macedonia, dando lugar a la Tercera Guerra Macedónica (171-168 AC), que terminó con victoria romana en la Batalla de Pidna del 168 AC, sucumbiendo el Reino de Macedonia. En el 148 AC, se creó la provincia romana de Macedonia. en el 146 AC, varias ciudades griegas se rebelaron contra Roma, pero dicha rebelión fue aplastada y los territorios griegos pasaron a depender del gobernador de Macedonia. Grecia estuvo sometida al procónsul de Macedonia hasta que en el 27 AC, Augusto la convirtió en la nueva provincia romana de Acaya. Solo el Reino de Egipto se mantuvo independiente durante casi un siglo hasta la Batalla de Actum (31 AC), que supuso su anexión al imperio.

Guerra Aquea

Roma y el mediterráneo occidental

Concluida la Segunda Guerra Macedónica en le 196 AC, Roma emprendió una serie de expediciones de castigo contra aquellas poblaciones que, en Occidente, habían apoyado a los cartagineses durante la II Guerra Púnica. La primera de estas expediciones se realizó contra los Burtios del sur de Italia, pero las acciones más importantes tuvieron lugar en la Italia septentrional )sobre todo, contra Boyos e Insubrios).

Hacia el 190 AC, todas estas poblaciones fueron sometidas y la Italia septentrional se convirtió en la Provincia romana de la Galia Cisalpina (que subsistiría hasta su integración en la provincia de Italia durante le gobierno del Segundo Triunvirato en el 42 AC).

Concluida la Tercera Guerra Macedónica en el 168 AC, Roma dirigió su mirada hacia las costas meridionales francesas, por tratarse de una zona imprescindible para la seguridad de la navegación romana que atravesaba el Mediterráneo con dirección a Hispania. en esa zona se encontraba la colonia griega de Marsella y diversas poblaciones celtas. Marsella se convirtió enseguida en aliada de Roma para defenderse del acoso de los pueblos nómadas de los Alpes. Hacia el 120 AC, todas esas poblaciones fueron sometidas y la Francia meridional se convirtió en la Provincia romana de la Galia Narbonense.

La frontera de los Alpes orientales también debió ser reforzada, debido sobre todo al problema de la piratería y pese a que los romanos contaban allí con el apoyo de los vénetos. en el 181 AC, se fundó la colonia de Aquilea (en el actual Udine, noreste de Italia) para controlar dicha frontera: en el 178 AC; roma se vio obligada a lanza runa expedición contra los Istrios, que terminó con su sometimiento. El objetivo se trasladó entonces  ala costa de Dalmacia y, hacia el 130 AC, las tierras del Adriático estaban sometidas por los romanos.

La Tercera Guerra Púnica

Tras la Segunda Guerra Púnica (219-202 AC), la posición cartaginesa quedó tan reducida que su política exterior desapareció casi por completo y, lo poco que quedó, estuvo supeditado a la aprobación de Roma. periódicamente, Cartago entraba en conflicto con la vecina ciudad de Numidia y su rey Masinisa, que sistemáticamente decidía Roma a favor de Numidia. La paciencia de Cartago llegaba a su límite y, cuando en el 150 AC, una vez más, las tropas de Masinisa se adentraron en territorio cartaginés, los púnicos decidieron recurrir a las armas, método que les estaba prohibido por el tratado del 202 AC. Por ello, Roma declaró la guerra a Cartago y en el 146 AC, Escipión Emiliano (nieto de Escipión el Africano) aplastó la rebelión y destruyó la ciudad. de una población cercana al millón de habitantes, los 50000 supervivientes serían vendidos como esclavos. parte del territorio cartaginés se convirtió en la Provincia romana de África, mientras que el resto fue entregado a Numidia.

Destrucción de Cartago

La conquista de Hispania

Tras la Segunda Guerra Púnica (219-202 AC), los romanos, encabezados por Escipión el Africano, no tenían la intención de abandonar la Península Ibérica, pero tampoco era el momento adecuado para emprender su conquista, pues estaban ocupados con la Segunda Guerra Macedónica.

Dividieron el territorio hispano bajo su dominio en dos provincias: Hispania Citerior (costa levantina hasta Cartago Nova) e Hispania Ulteiror (Andalucía por debajo del Guadalquivir).

Durante el periodo 202-197 AC, Roma se limitó a enviar gobernadores anuales cuyo único objetivo era enriquecerse con expendiciones de rapiña contras las poblaciones hispanas: este proceder motivó el odio de las poblaciones hispanas hacia los romanos y lo que pudo ser una rápida conquista se convirtió en una sucesión de sangrientas guerras, no quedando Hispania conquistada hasta Las Guerras Cántabras (29-19 AC).
  • Primera guerra de Numancia: Catón y Sempronio Graco (197-180 AC)
En el 197 AC, los Turdetanos de Hispania Ulterior, cansados de los abusos, se levantaron en armas contra Roma. pronto la rebelión se extendió por toda Hispania. el cónsul Catón fue enviado directamente a Hispania para reforzar las dos legiones que ya había y llevar otras dos nuevas. catón decidió atravesar las montañas y atacar Numancia, donde fue derrotado. en el 180 AC, el pretor Sempronio Graco (padre de tiberio Graco) logró la pacificación de Hispania llegando a unos acuerdos con los indígenas que se mantuvieron por 25 años. dichos acuerdos implicaban para los indígenas el pago de los tributos anuales y el aporte de contingentes para el ejército romano, mientras que, para los romanos, implicaban la entrega a los indígenas de parcelas cultivables.
  • Guerra contras los Lusitanos: Cepión y Viriato (154-143 AC)
Los incumplimientos por parte de los romanos de los acuerdos con los indígenas provocaron, hacia el 154 AC, las rebeliones de los Celtíberos y los Lusitanos. En el 154 AC, los lusitanos penetraron en territorio romano hasta llegar al Mediterráneo. Con gran dificultad, los romanos lograron derrotarlos.

En el 147 AC, los Lusitanos, mandados por Viriato, ya se habían recuperado y comenzaron de nuevo a realizar incursiones en territorios romano. Viriato puso en prácticas una táctica muy efectiva, combatiendo en pequeñas escaramuzas, resultantes de las persecuciones de los romanos, que diezmaban constantemente sus filas. Viriato logró así crear un estado de inseguridad en todas Hispania Ulterior, provocando destrucciones y asesinando pretores. En el 143 AC, el procónsul Cepión consiguió por fin acabar con la guerra de los Lusitanos sobornando a tras amigos de Viriato para que lo asesinaran: el senado romano negó los honores del triunfo a Cepión, al considerar que había jugado sucio.
  • Segunda guerra de Numancia: Tiberio Graco y Escipión Emiliano (143-133 AC)
En el 143 AC, brotó una nueva rebelión celtíbera, encabezada por Numancia. varios cónsules intentaron aplastarla sin éxito. en el 137 AC, el general Mancino cayó en una emboscada en el Ebro, cayendo prisionero todo el ejército romano, pero el joven oficial tiberio Graco logró firmar una acuerdo de paz que evitó la masacre y regresó a Roma. En el 134 AC, fue elegido cónsul por segunda vez Escipión Emiliano, quien venía de destruir Cartago. Partidario de la guerra, invalidó el acuerdo de Tiberio Graco y emprendió los ataques contra Numancia: comenzó su campaña adentrándose en territorio enemigo, siempre avanzando con todo el ejército a la vez y llevando a cabo un apolítica de tierra quemada por las zonas que iba pasando para evitar que el enemigo pudiera aprovisionarse en ellas.

Así logró llegar a Numancia con más de 50000 hombres. tras meses de asedio, la ciudad quedó completamente destruida en el 133 AC y los pocos supervivientes que quedaron se entregaron a los romanos: al mismo tiempo, lanzaba expediciones hacia los territorios situados más al norte. por esta importante victoria, Escipión Emiliano recibió el sobrenombre de "el Numantino". Así concluyó la fase más sangrienta de la conquista romana de Hispania, aunque esta todavía se prolongó durante más de u  siglo hasta el final de las Guerras Cántabras (29-19 AC).

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