Las fotografías son testigos silenciosos de momentos eternos que lentamente van tiñéndose de amarillo, desfigurando y desbrozando las líneas de un recuerdo pasado, que al verlo dar dolor y se agrupa en el costado, convirtiéndose en una pesada carga de la que debemos desprendernos y sale por nuestros rostros lentamente, gota a gota, en lágrimas que surcan nuestra cara creando caminos de dolor y pena, de recuerdos agridulces que siembran nuestra mente de pesar y tristeza, pero también de alegría y nostalgia.
Recuerdos eternos, momentos agridulces que vienen a nuestra mente cuando menos nos los esperamos al observar viejas fotografías, paisajes eternos que nos recuerdan nuestra finitud y nuestra brevedad, nuestro paso por la tierra tiene un principio y un fin. Mientras el sol y la luna observan impasibles de sus tronos vigilando invictos, siendo nuestras vidas un parpadeo de todo lo que han visto
Brutal se me ponen los pelos de punta..
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