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lunes, 9 de mayo de 2016

LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL LA GANO LA URSS A PESAR DE LO QUE DIGA HOLLYWOOD

Tan solo el 13% de los europeos cree que el Ejército de la URSS jugó el papel principal en la liberación de Europa del nazismo durante la Segunda Guerra Mundial, revela una reciente encuesta dirigida a más de 3.000 personas en Francia, Alemania y el Reino Unido. fuente:RT

"Hay que recordar que es el ejército ruso el que, tras un asalto a Berlín, puso punto final a la guerra contra la Alemania hitleriana", declaró Putin, en un discurso ante los 16.000 soldados congregados en la Plaza Roja, antes del inicio de un gigantesco desfile militar.

"La Unión Soviética participó en las batallas más sangrientas" dijo el presidente ruso en su discurso, en referencia a los más de 25 millones de soviéticos que murieron en la guerra.

HOLLYWOOD Y LA PROPAGANDA REESCRIBIENDO LA HISTORIA

En los primeros años del nazismo e incluso en los primeros años de la Segunda Guerra Mundial, hasta 1941 o más tarde, se producen muy pocas películas con alguna connotación contra el fascismo o el nazismo. Confesiones de un espía nazi (1939), La tormenta mortal (1940) o El gran dictador (1940) son las pocas obras que se atrevieron a denunciar a esta ideología y sistema violento, racista y antidemocrático que se extendía por Europa.

Desde el suceso de Pearl Harbour Hollywood se dispuso a colaborar otra vez con el Gobierno estadounidense, como ya lo hiciera en la Primera Guerra Mundial, teniendo en cuenta y siguiendo sus indicaciones.

Respondiendo al llamado del presidente Roosevelt, ocho grandes estudios cinematográficos de Hollywood dedicaron sus recursos y su talento a la temática bélica. Películas documentales, ficciones y dibujos animados sobre la guerra comenzaron a poblar las salas del cine.

Con el objetivo de conmover al público y hacer propaganda política,películas documentales, ficciones y dibujos animados sobre la guerra comenzaron a poblar las salas de cines entre 1939 y 1945, gracias a ocho grandes estudios cinematográficos de Hollywood que se dedicaron a la temática bélica.

En este sentido, la producción cinematográfica de ficción estadounidense sirve de plataforma para seguir hablando del peligro comunista, y se ayuda en su objetivo no sólo del cine de terror, sino también de la ciencia-ficción, el cine bélico y hasta el western, géneros que le permiten propagar un paranoico estado de alerta permanente que sirve, al mismo tiempo, como marco idóneo para difundir el estilo de vida americano —el american way of life- como antesala de la telaraña colonizadora que extiende —ya con la ayuda de la televisión- por todo el mundo, al tiempo que sigue librando numerosos conflictos en Corea, Vietnam, el Golfo, Irán...

La propaganda ideológica está implícita en buena parte de los contenidos audiovisuales que se han producido y se producen en el mundo. No se puede entender la información y la comunicación desde los inicios del siglo XX sin esas dosis de propaganda inevitable.

Por ello toda la información, revistas, documentales, libros, "cómics" bélicos, etc., estaba desproporcionadamente inclinada del esfuerzo angloamericano tratándose a los verdaderos ganadores de la guerra, los rusos, como algo tangencial. No nos debe extrañar pues los anglosajones han conseguido casi hacer olvidar que la descubridora de América fue España, hecho que es difícil encontrar en los libros de texto de Estados Unidos que enaltecen a Colón y no a España, así como que prácticamente todo el Oeste de Estados Unidos era mejicano hasta que les fue arrebatado por una guerra en 1848. Incluso colecciones de vídeo actuales dedican más del 90% de sus capítulos al esfuerzo angloamericano, la batalla de Inglaterra, el desembarco de Normandía, etc., y sólo el resto a la lucha en el Este de Europa, y más recientemente medios de comunicación españoles al cumplirse los setenta años del inicio de la segunda guerra mundial de nuevo inclinan la balanza del lado angloamericano, por ejemplo al citar quince películas bélicas ni una es rusa, ni siquiera la maravillosa "Ven y mira" de Elem Klimov ( 1985 ).

La Guerra se inició el 1 de septiembre de 1939 a raíz de la invasión a Polonia por Alemania. Desde el punto de vista de China, sin embargo, la Guerra empezó el 7 de julio de 1937 cuando Japón invadió a dicho país. Algunos historiadores chinos consideran que el conflicto comenzó en 1931, cuando Japón invadió su territorio de Manchuria y la erigió como Estado bajo su protección, destacando que Japón ocupaba desde 1910 la península coreana, la cual sometió a la más salvaje y genocida explotación y destrucción, y que desde ese año los coreanos iniciaron la resistencia antijaponesa en la que sobresalió el mariscal Kim Il Sung hasta el fin de la Segunda Guerra.


LA UNIÓN SOVIÉTICA GANO LA IIGM PESE A LO QUE DIGA HOLLYWOOD

Eran las cuatro de la mañana cuando los soldados nazis cruzaron la frontera occidental de la Unión Soviética. En aquellas horas de la madrugada del 22 de junio de 1941 comenzó la Gran Guerra Patria, que duró casi cuatro años y cobró la vida de 27 millones de ciudadanos soviéticos.

Cada 22 de junio, Rusia conmemora el Día de la Memoria y el Duelo para rendir tributo a las víctimas de la Gran Guerra Patria.

En la noche del 22 de junio de 1941, Stalin durmió no más de dos horas. En el primer día de la guerra, llegando al Kremlin a las 5:45 am, trabajó continuamente durante 12 horas, no comió nada y sólo tomó un vaso de té fuerte con azúcar. En casi el mismo modo, trabajaba todos los días de la guerra, a veces 15 horas al día. A menudo, la seguridad lo encontraba durmiendo en el sofá. Cuatro años estresantes sin un día libre y vacaciones.

Hablando sobre la Gran Guerra Patria se discute ampliamente el rol que jugó en esos sucesos el entonces dirigente máximo de la Unión Soviética Iosif Stalin. En su capacidad del Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo él aportó una mayor contribución a la Victoria. Pero no fue Stalin el que ganó la guerra sino los pueblos de la URSS que pagaban las cuentas de la inconsistencia de la política europea de preguerra. ¿Y no fue la Unión Soviética con sus espacios, ciudades y aldeas que absorbió el golpe principal de la invasión nazi? Tres cuartos de las Fuerzas Armadas de Alemania quedaron derrotados en el Frente Oriental. Eran las unidades de la mayor capacidad combativa, templadas en las batallas.

Las tentativas de ocultar estos hechos no se puede explicar de la manera que no sea por la falta de deseo de reconocer la grandeza y la superioridad moral de los pueblos de la Unión Soviética los cuales, a precio de víctimas inmensas y destrucción de sus ciudades, garantizaron la conservación de la mayor parte del patrimonio material de la civilización europea.

La Gran Guerra Patria fue una parte integrante de la Segunda Guerra Mundial. Pero lo cierto es que la Unión Soviética y sus Fuerzas Armadas jugaron el papel decisivo en el desenlace triunfante de la guerra mundial. Durante casi 4 años el frente soviético-alemán atraía la mayoría de los recursos y fuerzas de la Alemania fascista. Contra las tropas soviéticas actuaron a la vez desde 190 hasta 270 divisiones más fogueadas del bloque fascista, mientras que las tropas angloamericanas en África del Norte en los años 1941-1943 arrostraron desde 9 hasta 20 divisiones, en Italia en 1943-1945 – desde 7 hasta 26 divisiones, en Europa del Oeste después de junio de 1944 – desde 56 hasta 75 divisiones.

A pesar de estos intentos de monopolizar el protagonismo de la guerra y de la victoria, la antigua Unión Soviética contribuyó más que ninguna otra potencia a la derrota de Hitler por al menos dos razones fundamentales. En primer lugar, porque tuvo el mayor peso de la guerra contra Alemania y porque fue con la derrota del Sexto Ejército Alemán por el Ejército Rojo, a raíz del sitio de Stalingrado, cuando se produjo el punto de inflexión que selló el curso de la contienda. En segundo lugar, fue la Unión Soviética la potencia que mayor cantidad de víctimas sufrió hasta el fin de la Guerra. El costo en vidas humanas, militares o civiles, nos da una medida del esfuerzo global, y por ello citaremos fuentes occidentales en torno al número de víctimas por país:
  • Unión Soviética, 25,568,000; 
  • China, 11,324,000; 
  • Alemania, 7,060,000; 
  • Polonia, 6,850,000 (menos de la mitad eran judíos);
  •  Japón, 1,806,000; 
  • Yugoslavia 1,700,000; 
  • Rumania, 985,000; 
  • Francia, 810,000; 
  • Hungría, 750,000; 
  • Austria, 525,000; 
  • Grecia, 520,000; 
  • Italia, 410,000;
  • Checoslovaquia, 400,000; 
  • Gran Bretaña, 388,000; 
  • Estados Unidos, 295,000; 
  • Holanda, 250,000.
Las víctimas de la Unión Soviética ascendieron realmente a 27 millones (sin contar desaparecidos y heridos), lo cual significa que murieron 91.5 veces más rusos que estadounidenses; 69 veces más rusos que ingleses; y 33.3 veces más rusos que franceses.
Se puede añadir una tercera razón: el ejército rojo avanzó después de la derrota de Stalingrado como una apisonadora por el este de Europa, obligando a que los alemanes retiraran la mayor parte de sus fuerzas del oeste, dejando paso fácil a Estados Unidos y a sus aliados. Sin embargo, aun así, el avance por el oeste fue infinitamente más lento que el del ejército rojo en su apasionada guerra patriótica contra el fascismo.

Los últimos momentos, previos al final de la guerra, fueron protagonizados por el ejército soviético. En abril de 1945, las tropas soviéticas llegaron a los alrededores de Berlín. Las unidades alemanas ocupaban las posiciones defensivas a lo largo de las orillas occidentales del Oder y el Neisse. En los accesos de Berlín y en la propia ciudad estaba concentrada una agrupación de tropas compuesta por 62 divisiones, de cerca de un millón efectivos, 1500 carros blindados, 10 400 piezas de artillería y morteros y 3 300 aviones de combate.

El propio Berlín fue transformado en una potente fortificación y preparado para los combates de calle. En torno a la ciudad se crearon tres anillos de defensa, y dentro, más de 400 puntos de resistencia protegidos por hormigón armado. Al comenzar la operación, las tropas soviéticas contaban con 149 divisiones de fusileros y 12 divisiones de caballería, 13 cuerpos de carros blindados, 7 motorizados, 15 brigadas de tanques y automotrices especiales, de más de 1 900 000 efectivos en total.

El 29 de abril comenzaron los combates por el Reichstag. Después de realizar varios ataques, unidades de la 171 y la 159 divisiones de fusileros ocuparon de noche el edificio. El 30 de abril, a las 14.25, los sargentos Mijaíl Yegórov y Melitón Kantaria colocaron la Bandera de la Victoria sobre el Reichstag.

El 1 de mayo, a las 3.50, al puesto de mando del 8 Ejército de Guardia fue llevado el jefe del Estado Mayor General del Ejército de Tierra de la Wehrmacht, el general de infantería Krebs, quien dijo estar facultado de sostener negociaciones sobre el armisticio. Pero Stalin ordenó que se podía tratarse de la capitulación incondicional solamente. A los mandos alemanes les fue formulado un ultimátum: si hasta las 10.00 ellos no aceptaban capitular incondicionalmente, las tropas soviéticas asestarían un golpe. Al no recibir respuesta, las unidades soviéticas abrieron fuego a las 10.40. Luego que a eso de las 18.00 se supo que la exigencia de la capitulación fue rechazada, empezó el último asalto a la parte central de la ciudad, donde se encontraba la Cancillería Imperial.

Los combates prosiguieron durante toda la noche del 1 al 2 de mayo, hacia el amanecer todos los locales de la Cancillería fueron ocupados por soldados soviéticos. El 2 de mayo, a las 1.50 de la noche, por radio se recibió información del cese de las operaciones de combate y el envío de parlamentarios. Hacia las 15.00, los restos de la guarnición de Berlín (más de 134 mil efectivos) se entregaron.

El 8 de mayo, a las 22.43, hora de Europa Central (9 de mayo, 00.43, hora de Moscú), el general mariscal de campo Wilhelm Keitel y unos delegados de la Marina de Guerra de Alemania, designados por Dönitz, firmaron el Acta de Capitulación Incondicional. En la operación de Berlín las tropas soviéticas perdieron 78 000 efectivos. Quedaron derrotadas por completo 70 divisiones de infantería, 12 de carros blindados y 11 motorizadas del adversario, fueron hechos prisioneros unos 480 000 efectivos alemanes.

Mientras tanto, los ejércitos del oeste corrían para evitar que el ejército rojo pudiera seguir avanzando más hacia el oeste. Las últimas semanas de la guerra el ejército alemán no ofreció ninguna resistencia a los norteamericanos: al contrario, facilitaban su avance para evitar que el ejército rojo conquistara Berlín. Aun así, los que luego se jactaron en su cine e historiografía de derrotar a Hitler miraban de lejos como el ejército rojo liberaba a Europa.

El 24 de junio de 1945, en la Plaza Roja de Moscú se celebró el Desfile de la Victoria. En su parte culminante desfilaron 200 portaestandartes, arrojando al pie del Mausoleo las banderas de las tropas alemanas derrotadas. En EEUU, Gran Bretaña y la mayoría de los países de Europa Occidental, el Día de la Victoria en la segunda guerra mundial se celebra el 8 de mayo.
Historia de un momento decisivo. Alzando la bandera roja en el Reichstag 

Alzando una bandera sobre el Reichstag es el nombre de una histórica fotografía tomada el 2 de mayo de 1945 por el fotógrafo Yevgueni Jaldéi en Berlín, Alemania nazi. La misma muestra a soldados del Ejército Rojo alzando la bandera de la Unión Soviética sobre el Reichstag alemán, completamente en ruinas, en la Batalla de Berlín durante el fin de la Segunda Guerra Mundial. La foto, que significaba la toma de uno de los edificios nazis más emblemáticos, fue extremadamente popular, siendo reimpresa en cientos de publicaciones con fines propagandísticos. Llegó a ser considerada en todo el mundo como una de las imágenes más importantes y reconocibles de la guerra, representando el fin de la Alemania nazi.

Debido al simbolismo y al momento histórico que representa, las identidades de los hombres que aparecen en la imagen son objeto de controversia, aunque se supone que el soldado que sostiene la bandera era Melitón Kantaria. Por otro lado el fotógrafo, Yevgeni Jaldéi, no fue identificado como autor de la fotografía hasta el fin de la URSS.

La foto es la reconstrucción de la toma del Reichstag, efectuada el 30 de abril, pero que había sido pasado por alto por las cámaras soviéticas. La famosa imagen sigue hoy en día rodeada de múltiples leyendas, como los posteriores retoques fotográficos que sufrió, identidad de los soldados y el origen de la bandera que aparece.
El 17 de febrero de 2010 falleció Abdulhakim Ismailov, el soldado del Ejército Rojo que puso la bandera roja sobre el Reichstag alemán en 1945.  El 9 de Diciembre de 2015, en la ciudad rusa de San Petersburgo, muere el último soldado que aún vivía de la toma del Reichstag en Berlín en 1945, Nikolái Beliáyev. Su regimiento izó la bandera roja en el edificio más emblemático de la Alemania nazi.

Alzando una bandera sobre el Reichstag
2 de mayo de 1945 Yevgueni Jaldéi Berlín

La historia de la bandera del Reichstag

La bandera de la 150º División de Fusileros, la primera que ondeó sobre el Reichstag durante los últimos coletazos de la Batalla de Berlín. La bandera que se muestra durante los desfiles en la plaza Roja no es la original de 1945 sino una reproducción utilizada expresamente para estas ocasiones. La auténtica se encuentra expuesta en una urna en el Museo Central del Ejército, en la capital rusa.

Fue alzada por tres soldados soviéticos: Alexei Berest, Mikhail Yegorov y Meliton Kantaria. El 2 de mayo la bandera fue trasladada al esqueleto de la cúpula quemada, donde solo permaneció izada tres días. Según lo acordado por los Aliados, tras la capitulación alemana el Reichstag pasaría a formar parte del sector británico, por lo que el emblema soviético debía ser retirado de su tejado. Comenzó así un periplo de más de dos meses hasta su lugar de destino definitivo.

150 СТР. ОРДЕНА
КУТУЗОВА II СТ.
ИДРИЦК. ДИВ.
 79 С.К. 3 У.А. 1Б.Ф.

150º DIVISIÓN DE FUSILEROS (INFANTERÍA)
 ORDEN DE KUTUZOV DE 2ª CLASE
 DIVISIÓN 'IDRITSKAYA'
 79º CUERPO DE FUSILEROS - 3r EJÉRCITO DE CHOQUE - 1r FRENTE BIELORRUSO


Sin olvido: las atrocidades cometidas por las tropas fascista alemanas y sus cómplices en territorios europeos

Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, había en las cárceles y campos de concentración de Alemania 300 mil antifascistas alemanes, austriacos y checos. En los años siguientes, la Alemania de Hitler en los países europeos ocupados por este país, creó una gigantesca red de 15 mil campos de concentración, prisiones y guetos, convertidos en una monstruosa máquina de represión y destrucción de opositores políticos al nazismo: comunistas, judíos, gitanos, eslavos y otros representantes de razas “inferiores”.

Tristemente célebres fueron los campos de concentración de Auschwitz, Belzec, Sobibor, Treblinka, Chelmno, Majdanek y otros en Polonia, donde hubo el mayor número de “fábricas de muerte”, así como Salaspis en Letonia, Kaunas en Lituania, Vaivara en Estonia, Jasenovac en Yugoslavia…

En cuanto a la escala de sus crímenes, su técnica y brutalidad, el campo de Auschwitz, por ejemplo, dejó muy atrás todo lo que se conocía hasta ese momento. Aquí se realizaron envenenamientos en cámaras de gas, se quemaron personas vivas, había horcas, fusilamientos, palizas, trabajos sumamente pesados y agotadores, hambrunas, todo tipo de experimentos con seres vivos. En Auschwitz, los nazis exterminaron a más de 4 millones de personas: ciudadanos de la URSS, Polonia, Francia, Bélgica, Holanda, Checoslovaquia, Yugoslavia, Rumania, Hungría y otros países, incluidas mujeres, ancianos y niños.

En la propia Alemania, además del ahora ampliamente conocido Dachau, Buchenwald y Mathausen, hubo de cenas de otras “fábricas de la muerte”. Así entre 1939 y 1945, sólo por el campo de concentración femenino de Ravensbruck, pasaron 1 32 mil mujeres varios cientos de niños de 23 países  europeos. 93 mil personas murieron. A Bergen-Belsen, además de prisioneros de guerra, llevaron extranjeros, los cuales podían ser intercambiados por ciudadanos alemanes capturados en campos aliados, o cínicamente, recibir un rescate.

Hay innumerables ejemplos de las atrocidades de los ocupantes contra la población civil. Le pueblo francés de Oradour-sur-Glane, el pueblo griego de Kalavitra, el pueblo de Jatyn en Bielorrusia y cientos y miles de aldeas y ciudades incendiadas, ciudadanos torturados en Rusia, Ucrania, Bielorrusia, los estados bálticos, Polonia, Checoslovaquia y Yugoslavia…

Millones de prisioneros y personas trasladas por la fuerza a Alemania fueron sometidas a una explotación inhumana en la fábricas de Thyssen, Krupp, Ig Farben, Bosch, Blaupunkt, Vaimier-benz, Demag, Henschel, Junkers, Messerchmitt, Philips, siemens, Volkswagen, filiales de las empresas estadounidenses Ford Motors Company o General Motors.

La política antisemita de los nazis, incluso antes del estallido de la segunda guerra mundial, hizo que surgiera una gran cantidad de refugiados. Durante la guerra, millones de judíos se vieron obligados a huir de las zonas ocupadas por el ejército alemán y sus aliados y, la mayoría de los que se quedaron, fueron asesinados en el sitio o deportados a campos de concentración

Anatomía del mal: planes, directivas y órdenes de los jefes de la Alemania Nazi para la ocupación de la URSS

En la actualidad, cada vez con más frecuencia se puede escuchar que la brutalidad de los nazis en los territorios ocupados fue exagerada por la propaganda soviética, incluso a veces se cuestionan las decisiones del tribunal de Núremberg.

Pero los documentos evidencian que el terror tuvo un carácter planificado y sistémico, complementado por la arbitrariedad y la plena impunidad de las tropas alemanas y la administración de ocupación. Desde el primer día de la guerra, Los Einsatzgruppen (grupos de operaciones) de la Policía de Seguridad y SD (servicio de seguridad), siguiendo a la Wehrmacht, llevaron a cabo asesinatos masivos de comunistas, miembros del Komsomol  (unión comunista de la juventud), familias del personal del mando del ejército rojo, personas inocentes de a pie. De acuerdo con la ideología nazi, los castigadores de manera deliberada asesinaron a pacientes de los hospitales psiquiátricos, personas  discapacitadas, judío y gitanos. Los órganos de las SS, la Gestapo y de contrainteligencia, las oficinas del comando militar, la policía delos cómplice s nazis, las unidades de guardia de la Wehrmacht- todas estas unidades participaron en la organización d ejecuciones en masa con una crueldad propia de bárbaros.

Una página terrible de la ocupación corresponde a los asesinatos de niños llevados a cabo durante las ejecuciones masivas y destrucción de asentamientos por simple diversión y frente a sus padres. Las atrocidades fueron justificadas, del mismo modo que todo lo demás, por la ideología racial. Sin embargo, este hecho no obstaculizó la utilización de niños como donantes de sangre para los hospitales de los invasores. La mayoría de los niños murió por ese motivo.

La hambruna fue reconocida por los líderes nazis como una de las medidas más eficaces para reducir la población de los territorios del este. Las muertes por hambre fueron especialmente altas en los campos de concentración, donde no solo había prisioneros de guerra, también civiles.

Los habitantes de las zonas de primera línea de frente fueron utilizados para trabajar en la construcción de instalaciones de defensa, obligados a trabajar en fábricas, reparaciones de carretas, se utilizaron personas vivas para el desminado… la negativa a trabajar bajo  la sospecha de sabotaje condujeron a detenciones y ejecuciones.

Cuando, como consecuencia de las derrotas militares, Alemania comenzó a experimentar escasez de mano de obra, la dirección nazi ordenó la deportación de trabajadores de Polonia, la URSS y otros países. La gran mayoría de los ostarbeiters (Trabajadores del este) fueron secuestrados por la fuerza y de hecho utilizados como esclavos.

Antes de retirarse de los territorios ocupados, los invasores alemanes buscaban destruir las poblaciones y llevar a la retaguardia a la mayor cantidad de gente posible para que las tropas soviéticas se encontraran con un lugar desierto; distribuían deliberadamente entre la población productos envenenados con el objetivo de causar muertes masivas. Teniendo represalias por sus delitos, los nazis ocultaban los crímenes cometidos, destruyendo las fosas comunes y los cadáveres.


Frente a los mitos, HECHOS. Empecemos por la directiva conocida como Orden de Stalin del 19 de enero de 1945: ¡Oficiales y soldados! Nosotros entramos en el país enemigo. Cada  uno de vosotros debe guardar autocontrol, cada uno debe ser valiente . En el territorio conquistado quedan prohibidas las relaciones sexuales. Por agresión y violación los culpables serán fusilados”

Pero no solo esto. A partir de esta orden se derivan las respectivas de Rokosovskiy (22  de enero), Konev (27 de enero) Zhukov ( 29 de enero) la nueva orden de Stalin de 20 de abril o la directiva d Zhukov de 30 de junio,  todas en la misma dirección.  Los tribunales militares soviéticos juzgaron a 4.148 oficiales acusados de crímenes cometidos contra la población; el número de soldados juzgados fue muy superior y se produjeron decenas de sentencias de muerte por crímenes contra la población civil. Fuente: Perra Femininja.

La profesora Elena Senyavskaya es experta en la campaña de desinformación nazi alemana y estadounidense destinada a mancillar la reputación del Ejército Rojo y asociar su “liberación” de Berlín con una política deliberada de violación masiva. La profesora Elena Senyavskaya afirma que fue Joseph Goebbels quien primero “inventó” la idea de que el Ejército Rojo soviético era un ejército de violadores y asesinos bárbaros. Lo hizo simplemente acusando al Ejército Rojo de llevar a cabo las actividades holocaustales que el propio ejército nazi alemán había estado cometiendo habitualmente dentro de la Unión Soviética y en toda Europa del Este. El ejército alemán nazi, entusiasmado por la retórica racista de su propia superioridad, llevó a cabo violaciones masivas de mujeres y niñas soviéticas como parte de su degradación de una raza inferior. Si las víctimas no fueran violadas en grupo o asesinadas de alguna otra manera igualmente horrible, los embarazos resultantes garantizarían que la descendencia de la etnia eslava fuera reemplazada, al menos en parte, por la “raza aria”, lo que facilitaría el control de la población soviética, desde un punto de vista nazi alemán. Goebbels simplemente invirtió la situación y presentó incorrectamente al invasor ejército nazi alemán como “liberadores”, y al Ejército Rojo que se sacrificaba a sí mismo como “salvajes”. El problema para los alemanes nazis había sido que los alemanes comunes y corrientes comenzaban a abordar el avance del Ejército Rojo como uno “liberador” de la opresión hitleriana. En un intento de contrarrestar esto, Goebbels inventó la historia de que el Ejército Rojo tenía una política de ‘violar’ a cualquier niña o mujer de entre 8 y 80 años. Esta táctica de miedo fue diseñada para alentar a la población civil alemana a luchar contra el Ejército Rojo a medida que se acercaba, o retirarse junto al ejército nazi alemán a medida que estos retrocedían.


Durante todo el transcurso de la contienda, las fábricas soviéticas produjeron un total de 98,300 vehículos blindados, mientras que solo 12,161 (12% del total) fueron fabricadas por plantas estadounidenses, británicas o canadienses. Vemos una imagen similar en lo que se refiere a aviones de combate: 122,100 producidos en la URSS frente a 18,303 (15%) enviados de fuera.

Los porcentajes parecen ser similares si analizamos otros tipos de armamento: 525,200 cañones y morteros fabricados en suelo soviético frente a 9,600 (2%) enviados del extranjero. En lo que se refiere a motores de aviones, 222,418 producidos en la URSS frente a 14,902 (6,7%) enviados de fuera.

De los casi 46$ billones que se gastaron en envío de material y asistencia bélica, los Estados Unidos asignaron solo un 20% del total a la Unión Soviética (9 billones). En comparación, la Gran Bretaña recibió más de 30$ billones (tres veces más que la URSS), Francia 1.4$, China 630$ e incluso América Latina llegó a recibir cerca de 420 millones. En otras palabras, la Unión Soviética, que derrotó a la mayoría de las divisiones alemanas, hizo frente a su amenaza con muy poca ayuda extranjera.

Desde el comienzo de la guerra hasta finales de 1941, el Ejército Rojo recibió un total de 1.76 millones de rifles, armas automáticas y ametralladoras, 53.700 piezas de artillería y morteros, 5400 tanques y 8.200 aviones de combate. De estos envíos, la coalición aliada en contra de la Alemania Nazi subministró solo 82 piezas de artillería (0.15%), 648 tanques (12.14%) y 915 aviones de combate (10,26%). Además, una gran parte del material bélico que se envió – en concreto, 115 de los 466 tanques fabricados en el Reino Unido –  ni siquiera llegó al frente hasta mediados de 1942.

EE.UU. envió el triple de ayuda a Reino Unido ($ 31.387 millones) que a la Unión Soviética ($ 10.982 millones), a pesar de que el Ejército Rojo tuvo que cargar sobre sus hombros con la mayor parte de la lucha contra la Alemania nazi. Si convertimos todos estos envíos de material en su equivalente monetario y según defiende el conocido historiador Mikhail Frolov, DSc (Velikaya Otechestvennaya Voina 1941-1945 v Nemetskoi Istoriografii [Gran Guerra Patriótica 1941-1945 en la historiografía alemana], San Petersburgo: 1994), «Hacía finales de 1941 -el período más difícil para el pueblo soviético- bajo la Ley de Arrendamiento y Préstamo, los Estados Unidos enviaron a la URSS materiales por valor de 545.000 dólares, de los 741 millones de dólares de suministros enviados a todos los países que formaban parte de la coalición aliada. Esto significa que durante este período extraordinariamente difícil, menos del 0,1% de la ayuda estadounidense fue a la Unión Soviética.»

«Además… – afirma Frolov – los primeros envíos de material militar durante el invierno de 1941-1942 llegaron a la URSS muy tarde. A pesar de eso, con todo en contra y sin ninguna ayuda real de las democracias occidentales, el pueblo soviético fue capaz de luchar por su cuenta y frenar el avance Alemán. A fines de 1942, solo el 55% de las entregas prometidas habían llegado a la URSS «.

La ayuda de la Casa Blanca al Kremlin empezó en 1941, pero la inmensa mayoría no empezó a llegar hasta a partir de 1943, cuando la Wehrmacht ya había sido vencida en Stalingrado, la Operación Barbarroja ya había fracasado, Hitler estaba en retirada y la URSS pasó a la ofensiva. A finales de 1942, en el momento álgido de la batalla por el Cáucaso y Stalingrado, las entregas de armas se detuvieron prácticamente por completo. Las interrupciones en los envíos ya habían empezado en el verano de 1942, cuando aviones y submarinos alemanes casi aniquilaron por completo al infame Convoy PQ 17, abandonado (por orden del Almirantazgo) por los destructores británicos asignados para escoltarlo. El resultado final fue trágico. Solo 11 de los 35 buques mercantes originales llegaron seguros a los puertos soviéticos, una catástrofe que fue utilizada como pretexto para suspender los convoyes posteriores desde Gran Bretaña hasta septiembre de 1942.

El armamento que EE.UU. dio fue irrisorio: sus tanques representaban solo el 5 % de los que producía la URSS; las aeronaves, el 12 %; los rifles, menos del 5 %; los subfusiles, apenas el 2 %; los proyectiles de artillería, menos aún. Como resultado, entre 1941 y 1942 solo el 7% del material bélico enviado desde los Estados Unidos llegó a la Unión Soviética. La mayor parte de las armas y otros materiales llegaron a la Unión Soviética en los años siguientes, después de las victorias soviéticas en Stalingrado y Kursk, con el futuro de la contienda más que claro, siendo así una ayuda no decisiva.

El mismo presidente de EE.UU., Franklin D. Roosevelt, lo reconoció: “El Ejército Rojo y el pueblo ruso iniciaron la derrota última de las fuerzas de Hitler y se han ganado la larga admiración del pueblo de Estados Unidos".

 Material aliado enviado a la Unión Soviética. [David M. Glantz: The Soviet-German War 1941-1945: Myths and Realities. Clemson University, 2001] (PDF)

El presidente de Gosplan, Nikolai Voznesensky, proporcionó la primera evaluación oficial del papel desempeñado por la concesión de préstamos y arrendamientos en relación a la URSS durante la guerra. Escribió: «Si se compara la cantidad de bienes industriales enviados por los aliados a la URSS con la cantidad de bienes industriales fabricados por las fábricas socialistas en la Unión Soviética, es evidente que los primeros son equivalente a solo alrededor del 4% de lo que se produjo en el país durante los años de la economía de guerra «.

Los académicos estadounidenses y los mismos funcionarios militares (Raymond Goldsmith, George Herring o Robert H. Jones) llegaron a reconocer que toda la ayuda de los Aliados a la URSS equivalía a no más del 10% de la producción total de armas soviéticas. Respecto a la cantidad de suministros de préstamos y arrendamientos, incluidas las familiares latas de alimentos denominadas sarcásticamente por los soviéticos como el «segundo frente», representaron entre el 15 y el 25% de la producción total de alimentos rusos.

David Glantz, historiador especializado en el Frente Oriental, reconoció que   «Sin los camiones, motores y vagones de ferrocarril aliados, todas las ofensivas soviéticas se hubieran estancado con relativa rapidez, superando su propia capacidad logística en cuestión de días. A su vez, esto habría permitido a los comandantes alemanes escapar, al menos, de algunos cercos, mientras obligaba al Ejército Rojo a prepararse y realizar más ataques de penetración frontales para avanzar la misma distancia. En este contexto, Stalin y sus comandantes podrían haber tardado entre 12 y 18 meses más en terminar con la Wehrmacht; el resultado final probablemente hubiera sido el mismo, con la excepción que los soldados soviéticos hubieran llegado hasta la costa francesa en lugar de encontrarse con los aliados en el Elba.. Mientras que el Ejército Rojo perdió la mayor parte de la sangre aliada derramada, sin la ayuda extranjera, la victoria de la URSS contra Alemania le hubiera costado más tiempo y, por supuesto, más bajas.» – David Glantz.

FUENTES 

Wolfgang Schumann (1982): Deutschland im Zweiten 

Weltkrieg Hans-Adolf Jacobsen (1961): 1939–1945, Der Zweite Weltkrieg in Chronik und Dokumenten Fuente

Percy Ernst Schramm (1949). Die deutschen Verlust im Zweiten Weltkrief. Zeit
Aleksander Georgievitj Soljankin y otros (2005): Отечественные бронированные машины. Том 2. 1941-1945

Edward Jr. Stettinius (1944): Lend-Lease. Weapon for Victory. The MacMillan Company.

Grigori Krivosheev (1997): Soviet Casualties and Combat Losses in the Twentieth Century. H. G. W. Davie ( 2018). 

Logistics of the Combined-Arms Army — Motor Transport The Journal of Slavic Military Studies - Vol 31

The United States Army in World War 2 - “STATISTICS - Lend lease”, 1952 

Rosstat (2015): The Great Patriotic War. Anniversary statistical collection, Federal State Statistics Service

https://archivoshistoria.com/fue-decisivo-el-envio-de-material-belico-a-la-urss-durante-la-segunda-guerra-mundial/  


Castigo justo:  Enjuiciamiento a los criminales nazis

La cuestión del juicio legal y deliberado a los criminales nazis y sus cómplices por iniciativa de la URSS se planteó en 1942, cuando los ciudadanos soviéticos y la opinión pública de los países aliados, tomaron conocimiento de loa aterradores crímenes cometidos por los ocupantes. Durante un tiempo, estados unidos y gran Bretaña no confiaron las declaraciones soviéticas, refiriéndose a los horribles detalles como “propaganda soviética”.  Sólo luego de la liberación de los campos en el oeste de Alemania, los aliados tomaron plena consciencia  de que no había nada de exagerado en los mensajes soviéticos.

En una declaración espacial de la URSS, EEUU y Gran Bretaña en 1943 “Sobre la responsabilidad de los nazis por las atrocidades cometidas”, se dijo que los alemanes que participaron en fusilamientos masivos, ejecuciones, exterminio de la población debían saber que serían “ devueltos a al os lugares de sus crímenes y juzgados allí por los pueblos contra los que cometieron sus vejaciones… las tres potencia aliadas seguramente los encontrarán, incluso en el fin del mundo, y los entregarán a los fiscales para que se haga justicia”. La decisión de celebrar un juicio internacional abierto de los criminales nazis se tomó finalmente en las conferencias de los aliados de Yalta y Potsdam.
El trauma de la ocupación, el odio a los invasores y el deseo de venganza justa en la sociedad soviética fueron realmente masivos, y fue justamente en respuesta al ánimo generalizado de la opinión pública, que la dirección soviética decidió celebrar juicios abiertos de los criminales y colaboradores nazis.
Los primeros juicios públicos por crímenes nazis en la Unión Soviética tuvieron lugar en 1943 en las ciudades liberadas de Krasnodar y Járkov. Se convirtieron en la puesta en práctica de la declaración sobre el castigo a los criminales de guerra y, al mismo tiempo, presionaron de algún modo a los gobiernos aliados para la preparación del Tribunal militar Internacional en Núremberg. Justamente aquí fue donde por primera vez se declaró con toda certeza y se confirmó en actos internacionales posteriores que “el acatamiento de una orden superior no exime de responsabilidad al que cometió crímenes de guerra”. A finales de 1945- principios de 1946, en la URSS, en las ciudades más afectadas por los nazis, se llevaron a cabo ocho juicios abiertos más: Smolénsk, Briansk, Velíkiye, Luiki, Minsk, Riga, Kiev, Mykoláiv, Leningrado y, al final de 1947, nueve más.

El evento central en el enjuiciamiento y denuncia de los criminales nazis, fue el Tribunal Militar Internacional en Núremberg, del 20 de noviembre de 1945 al 1 de octubre de 1946. Los Juicios de Núremberg se convirtieron en el primer tribunal de la historia mundial, cuando, de manera abierta y cumpliendo con todos los procedimientos legales, los líderes de estado que desencadenaron una guerra de agresión y organizaron masacres de civiles y prisioneros de guerra fueron declarados culpables. Los crímenes de lesa humanidad fueron evaluados y condenados públicamente, registrados en una gran cantidad de materiales documentales que fueron presentados en el juicio.

La persecución de los criminales nazis y sus cómplices no terminó en Núremberg. En la Alemania de la posguerra, hubo comisiones de desnazificación, aunque su actividad disminuyó gradualmente a medida que crecía la tensión de la Guerra fría. En la URSS, Polonia, Yugoslavia y otros países, se llevaron a cabo varios juicios contra aquellos que participaron en atrocidades contra los civiles, aunque no todos los criminales nazis fueron castigados.

La memoria sobre los crímenes del fascismo debe preservarse, en primer lugar, para que las generaciones actuales y futuras puedan imaginarse a dónde conducen el nacionalismo, el racismo y la sed de “espacio vital” a expensas de otras naciones, todo aquello por lo que los pueblos de la Unión soviética sufrieron tan cruelmente durante la Gran Guerra Patria.

Juicios de Nuremberg

9 de mayo de 1945 Día de la Victoria
Las Naciones Unidas proclamaron el 8 y 9 de mayo como “Días de la Memoria y Reconciliación” y con tal motivo en Moscú se llevarán a cabo importantes reuniones internacionales que recordarán la contribución de la Unión Soviética a la lucha por la libertad. Por eso las palabras de Medvedev hoy a los veteranos de guerra, al pueblo ruso, y a los norteamericanos y europeos:

"Ante todo quiero felicitarles con motivo del Día de la Victoria y asegurarles que Rusia nunca admitirá que se tergiverse la historia de la Segunda Guerra Mundial y de la gran Victoria del pueblo soviético".

A pesar de los intentos por parte de los Estados Unidos y Gran Bretaña de autoproclamarse vencedores, excluyendo a otros aliados menos poderosos y también al invencible ejército rojo, quien fue el gran vencedor de la guerra contra Hitler fue la Unión Soviética. Gracias al ejército rojo el fascismo desapareció de Europa (aunque al detenerse en Berlín posibilitó que el fascismo enmascarado de democracia continuara hasta hoy).

Años de cine hollywoodense, teorías del totalitarismo y libros de propaganda colaboraron en la construcción de una imagen distorsionada de la realidad histórica que favorecía a Occidente en detrimento de Rusia. El estado ruso actual, en la búsqueda de la recuperación de la grandeza pasada y la reconfiguración de su identidad nacional, intenta recomponer un retrato de la guerra alejado de estos malos entendidos y resaltando la importancia de la URSS. En esa operación ha caído, sin embargo, en nuevos malos entendidos y olvidos, ya que ha preferido rescatar el rol de Stalin y del nacionalismo ruso,  trazando una línea de continuidad entre el pasado zarista, la época soviética y un presente revitalizado que busca legitimarse a través del rescate combinado y parcializado de los logros de ambos regímenes.


2 comentarios:

  1. Un artículo muy justo, cierto, ilustrativo. Después de la guerra contra Alemania y el fascismo USA comenzó la guerra fría, y se ha ocultado que fue Rusia quien venció a Alemania, y quien puso los muertos en la guerra.

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  2. Una gesta inmensa, inconmensurable. Ante el heroísmo y la determinación de la URSS, de cada combatiente, del pueblo todo, de su ejército, sus jefes y la figura central de Stalin rigiendo ese cuerpo poderoso que es un pueblo en movimiento avanzando hacia un destino claro, no queda más que agradecer emocionados y defender ese legado. Estar a la altura de la historia.

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