Ya es habitual que los partidos de fútbol se conviertan en un escenario para el sexismo, el racismo y la xenofobia. Si la afición no tenía bastante con la politización de este deporte, el fútbol suma el sexismo de ciertas personas que aprovechan los eventos deportivos para expresar su opinión de manera pública a la lista de polémicas.
La sociedad en si ya es machista: solamente hace falta echar un vistazo a la publicidad, a la educación, a las condiciones laborales... Llevamos mucho tiempo luchando para eliminar esta lacra que arrastramos desde el principio de nuestra historia. No puedo aceptar como algo normal lo que habitualmente se repite una y otra vez.
El fútbol tiene que ser lo que es en esencia: una competición entre dos equipos donde la afición y los jugadores disfruten durante noventa minutos y olviden los problemas que les afectan: que se olviden del paro, de los recortes, de las dificultades de la vida... y se abstraigan del mundo cruel y de la cruda realidad.
Ya existe demasiado machismo en todos los ámbitos de nuestra sociedad. No convirtamos el deporte en un reflejo de esta lacra que venimos arrastrando desde el principio de nuestra existencia.
Tal como dice el tifo de los hinchas del Wolfsburgo alemán: El fútbol rebelde no tiene género…a combatir el machismo, sexismo y capitalismo en el deporte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario