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lunes, 26 de agosto de 2013

GRAMSCI. LOS DÍAS DE CÁRCEL

Antonio Gramsci fue un filósofo, teórico marxista, político y periodista italiano.

Intelectual y activista político italiano, fundador del Partido Comunista (Ales, Cerdeña, 1891 - Roma, 1937). Gracias al apoyo de su hermano y a su capacidad intelectual superó las dificultades producidas por su deformidad física (era jorobado) y por la pobreza de su familia (desde que su padre fuera encarcelado, acusado de malversación de fondos). Estudió en la Universidad de Turín, donde recibió la influencia intelectual de Croce y de los socialistas. 

En 1913 se afilió al Partido Socialista Italiano, convirtiéndose enseguida en dirigente de su ala izquierda: tras haber trabajado en varias publicaciones periódicas del partido, fundó, junto con Togliatti y Terracini, la revista Ordine nuovo (1919). 

Ante la disyuntiva planteada a los socialistas de todo el mundo por el curso que tomaba la Revolución rusa, Gramsci optó por adherirse a la línea comunista y, en el Congreso de Livorno (1921), se escindió con el grupo que fundó el Partido Comunista Italiano. Perteneció desde el principio al Comité Central del nuevo partido, al que también representó en Moscú en el seno de la Tercera Internacional (1922), dotó de un órgano de prensa oficial (L’Unità, 1924) y representó como diputado (1924). Fue miembro de la Ejecutiva de la Internacional Comunista, cuya ortodoxia bolchevique defendió en Italia al expulsar del partido al grupo ultraizquierdista de Bordiga, acusándole de «trotskismo» (1926). 

Enseguida hubo de pasar a la clandestinidad, dado que desde 1922 Italia estaba bajo el poder de Mussolini, que ejercería a partir de 1925 una férrea dictadura fascista. Gramsci fue detenido en 1926 y pasó el resto de su vida en prisión, sometido a vejaciones y malos tratos, que vinieron a añadirse a su tuberculosis para hacerle la vida en la cárcel extremadamente difícil, hasta que murió de una congestión cerebral.

En estas condiciones, sin embargo, Gramsci fue capaz de producir una gran obra escrita (los voluminosos Cuadernos de la cárcel), que contiene una revisión original del pensamiento de Marx, en un sentido historicista y tendente a modernizar el legado comunista para adaptarlo a las condiciones de Italia y de la Europa del siglo XX. Ya en el Congreso de Lyon (1926) había defendido la ampliación de las bases sociales del comunismo abriéndolo a toda clase de trabajadores, incluidos los intelectuales. Sus aportaciones teóricas influirían poderosamente en la adaptación democrática del comunismo occidental que se produjo en los años sesenta y setenta, el llamado eurocomunismo.

Gramsci estudió extensamente el papel de los intelectuales en la sociedad. Para él, todos los hombres son intelectuales, en tanto que todos tenemos facultades intelectuales y racionales, pero al mismo tiempo consideraba que no todos los hombres tienen en la sociedad la función de intelectuales.

Gramsci recurre al análisis de la actividad intelectual como actividad intrínseca al ser humano –y por tanto inseparable de la actividad manual–, donde se observa claramente la impronta de Marx, quien fue el primero en captar la esencia del hombre como actividad “crítico-práctica”, o sea “revolucionaria”. De aquí se desprende la actividad (trabajo) “intelectual”, como especificidad, como aspecto parcial de una actividad integral del hombre; e históricamente surgen los intelectuales como grupo, al desarrollarse dentro de la sociedad la división social del trabajo, que constituye la parte fundamental del desarrollo de la fuerza productiva de trabajo.

Gramsci, escribe esto, en sus "Cuadernos desde la cárcel"  : "La supremacía de un grupo social se manifiesta de dos maneras, como " dominación" y como" dirección intelectual y moral ".Un grupo social ejerce su dominio sobre grupos adversos a los que tiende a liquidar o a someter, incluso por la fuerza de las armas, y dirige a los grupos que le son próximos o aliados.Un grupo social puede , e incluso debe, ser dirigente , antes de conquistar el poder gubernamental y esta es una delas primeras condiciones para la conquista del poder misma. Después, cuando ejerce el poder incluso si lo detenta con firmeza, se convierte en el grupo dominante, pero debe de seguir siendo el grupo dirigente",

El intelectual orgánico

Todo grupo social, como nace en el terreno originario de una función esencial en el mundo de la producción económica, se crea al mismo tiempo y orgánicamente una o más capas de intelectuales que le dan homogeneidad y conciencia de su propia función, no sólo en el campo económico, sino también en el social y político: el empresario capitalista crea consigo mismo el técnico industrial, el científico de la economía política, el organizador de una nueva cultura, de un nuevo derecho, etc. Hay que observar el hecho de que el empresario representa una elaboración social superior, ya caracterizada por una cierta capacidad dirigente y técnica (o sea, intelectual): ha de tener, además, una cierta capacidad técnica fuera de la esfera limitada de su actividad y de su iniciativa, o sea, también en otras esferas: en aquellas, por lo menos, más próximas a la producción económica (tiene que ser un organizador de masas de hombres; tiene que ser un organizador de la "confianza" de los sujetos que ahorran en su empresa, de los compradores de su mercancía, etc.).

Una élite, al menos, de los empresarios, si no todos, ha de tener una capacidad de organización de la sociedad en general, en todo su complejo organismo de servicios, hasta llegar al organismo estatal, por la necesidad de crear las condiciones más favorables a la expansión de su propia clase; o ha de tener al menos la capacidad de escoger los "administradores" (empleados especializados) a los que confiar esa actividad organizativa de las relaciones generales exteriores a la empresa. Puede observarse que los intelectuales "orgánicos" producidos por cada nueva clase al constituirse ella misma en su progresivo desarrollo son en su mayor parte "especializaciones" de aspectos parciales de la actividad primitiva del tipo social nuevo sacado a la luz por la nueva clase Los Elementi di scienza politica, de Mosca (nueva edición, aumentada, de 1923), deben examinarse ya bajo esta rúbrica. La llamada "clase política" de Mosca no es sino la categoría intelectual del grupo social dominante; el concepto de "clase política" de Mosca tiene que relacionarse con el concepto de élite de Pareto, que es otro intento de interpretar el fenómeno histórico de los intelectuales y su función en la vida estatal y social. El libro de Mosca es un enorme cajón de sastre de carácter sociológico-positivista, a lo que se añade la tendenciosidad de la política inmediata, lo cual lo hace menos indigesto y más vivo literariamente.

También los señores feudales poseían una particular capacidad técnica, que era la militar, y precisamente la crisis del feudalismo empieza en el momento en que la aristocracia pierde el monopolio de la capacidad técnico-militar. Pero la formación de los intelectuales en el mundo feudal y en el anterior mundo clásico es una cuestión que hay que estudiar aparte: esa formación y elaboración procede por vías y modos que hay que estudiar concretamente. Así hay que observar que la masa de los campesinos, aunque tenga una función esencial en el mundo de la producción, no elabora intelectuales "orgánicos" propios suyos ni se "asimila" nunca una capa de intelectuales "tradicionales", aunque estos grupos sociales toman muchos de sus intelectuales de la masa de los campesinos, y gran parte de los intelectuales tradicionales son de origen campesino.

Según la idea que Antonio Gramsci tenía de los intelectuales  el intelectual es un sujeto que realiza funciones organizativas, de difusión de cierta visión del mundo y de investigación en las esferas de la economía, la política, la cultura, etc) .podemos decir que las funciones que deben desempeñar los intelectuales en la actualidad son: 1) En primer lugar, reconocerse dentro de la dinámica de la sociedad, no desvinculados ni independientes de la realidad, e identificarse con el grupo social fundamental surgido del interior de la sociedad capitalista que plantea la superación de la misma. 2) Luchar por conseguir la hegemonía y consenso, pero ¿de qué clase?, yo diría –desde la perspectiva de la izquierda– que de los intereses de la humanidad, dado que el capitalismo es hostil a nuestra existencia misma y que, como decía Marx, “la emancipación de la clase trabajadora entraña la emancipación de la humanidad en general”. 3) Organizar y visualizar los fundamentos de una nueva sociedad basada en los principios de igualdad sustantiva, libertad y democracia. 4) Adherir a la causa del grupo social, o neutralizar, a los intelectuales tradicionales en el terreno teórico. 5) Nuestro filósofo aboga por la elevación de la masa a través del contacto con los intelectuales, es decir, debemos fomentar el desarrollo de la conciencia popular y no de un pequeño grupo privilegiado, por ejemplo, formulando un nuevo proyecto educativo.

Los intelectuales orgánicos no se limitan a describir la vida social de acuerdo a reglas científicas, sino más bien 'expresan', mediante el lenguaje de la cultura, las experiencias y el sentir que las masas no pueden articular por sí mismas. ¿a qué apunta el intelectual orgánico? Gramsci responde “[…] a buscar la relación entre la organización y las masas como una relación entre educadores y educados, que se invierte dinámicamente al papel de los intelectuales -en el seno del intelectual orgánico, la conquista y transformación de los aparatos del Estado- para crear las condiciones de esa nueva hegemonía y la transformación de la sociedad civil”.

La organicidad del intelectual se mide con la mayor o menor conexión que mantiene con el grupo social al cual se refiere: ellos operan, tanto en la sociedad civil – el conjunto de los organismos privados en los cuales se debaten y se difunden las ideologías necesarias para la adquisición del consenso que aparentemente surge espontáneamente de las grandes masas de la población a las decisiones del grupo social dominante – que en la sociedad política o estado, donde se ejercita el “dominio directo o de mando que se expresa en el Estado y en el gobierno jurídico”. Los intelectuales son algo así como “los apostadores del grupo dominante para el ejercicio de las funciones subalternas de la hegemonía social y del gobierno político”.

La tarea de estos intelectuales (orgánicos y tradicionales), es darle a la clase “homogeneidad y consciencia de la propia función”. Esto es, hacer consciente para el sujeto que actúa en la vida social –que es el conjunto de la clase misma– el interés objetivo que tiene la clase con relación al resto de las clases. Para eso es necesaria una visión de conjunto de la sociedad, visión a la que acceden en su desarrollo, los intelectuales. Ésta responde a las necesidades de la clase, que surgen con el desarrollo de sus tareas prácticas en la vida material. Nunca se trata de una mirada “desde afuera”, nunca las tareas de los intelectuales son tareas aparte de las tareas de su clase de origen.

Como el Estado, en la sociedad política, tiene a unificar a los intelectuales tradicionales, con aquellos orgánicos, así en la sociedad civil y el partido político, todavía más completa y orgánicamente que el Estado, elabora “los propios componentes, elementos de un grupo social nacido y desarrollado como económico, hasta convertirlos en intelectuales políticos calificados, dirigentes, organizadores de todas las actividades y las funciones inherentes al desarrollo orgánico de una sociedad integral, civil y política”. "los intelectuales modernos no son simplemente escritores, sino directores y organizadores involucrados en la tarea práctica de construir la sociedad."
Antonio Gramsci

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