El materialismo histórico es la teoría marxista de la historia. Se basa en la idea de que la fuerza motriz de la historia es la actividad económica. El punto de partida del materialismo histórico es un análisis de cómo las personas se ganan la vida y cómo intercambian su trabajo por dinero para vivir.
Teoría sobre el Hombre Nuevo
El marxismo y
la religión
Marx consideraba
a la dialéctica como el único método lógico de explicar una materia de estudio
en constante desarrollo, es una ley de lógica.
Pensaba que los estudios sociales podrían
alcanzar la misma certeza que los demás. Su dialéctica aplicaba una
flexibilidad a la lógica que le impedía distinguir entre probabilidad y rígida
necesidad o reconocer que los supuestos son condicionales. La religión aporta
sensaciones ficticias o imaginarias que desvían al esfuerzo por encontrar
satisfacciones reales.
Para los
marxistas es la base fundamental filosófica del marxismo, ya que como su nombre
indica, es una combinación de la dialéctica hegeliana y el materialismo
filosófico de Ludwig Feuerbach, Karl Marx y Friedrich Engels.
Es el método mediante el cual una sociedad utiliza sus
recursos, es la fuente de su existencia, su modo de producción explica su
situación política y los cambios en el modo de producción se corresponden a sus
cambios políticos.
Esta teoría le ha permitido analizar a la Revolución Francesa
como una revolución burguesa que promociono los derechos de una clase media.
Pensaba que en la revolución de una sociedad no puede perderse nada valioso.
En las revoluciones de su tiempo ve un levantamiento por la
toma de conciencia de la clase trabajadora ante su propia degradación.
Por otra parte, no valoró ningún sistema de reforma.
Karl Marx se dedicó a analizar el capitalismo, la forma de producción de su época. Para Marx, el capitalismo se sustenta en la existencia de dos clases cuyos intereses son contradictorios: una es dueña de los medios de producción, los burgueses; y la otra clase es dueña únicamente de su fuerza de Trabajo, los proletarios. Burgueses y proletarios están enfrentados en lo que el autor define como "lucha de clases"; es decir, dos grupos antagónicos con intereses contrapuestos.
Este conflicto no era algo nuevo. Según Marx, siempre había existido a través de la historia en las sociedades de clases. Antiguamente, se enfrentaron esclavos con hombres libres, luego siervos con señores. Por lo tanto, la pugna que se daba en el Capitalismo era la reproducción de relaciones económicas basadas en la explotación.
Otro factor importante en la obra de Marx es la división del Trabajo. Para los autores clásicos era fuente de la Riqueza de una nación (aun cuando le reconocía algunos elementos negativos), Marx identifica el factor de alienación que ésta genera. A medida que la división del Trabajo se va consolidando -algo que se veía con fuerza en la época- éste se hace cada vez más fragmentado, lo que genera conflictos de intereses que se agravan a causa de la institución de la Propiedad privada. Cada trabajador se convierte, según Marx, en un especialista en cierta materia determinada y no sabe hacer nada más. Si una máquina reemplaza esa tarea, el obrero pasaría a ser una "Mercancía de desecho".
El fin del capitalismo
Marx consideró al capitalismo no como un orden social inmutable, sino como un eslabón de una cadena. A su juicio, este sistema tenía contradicciones inherentes que generarían su propio fin. ¿Por qué el capitalismo necesariamente se iba a acabar? Marx estableció básicamente cinco razones o leyes.
En primer lugar, lo que ocurría en el capitalismo era que la tasa de Beneficio de las empresas iba bajando cada vez más. Marx tomó este argumento de los economistas clásicos (especialmente de David Ricardo) y adquirió un rol clave en su análisis.
En segundo lugar, la tasa decreciente de Ganancia permitía competir sólo a los más eficientes, por lo que las pequeñas empresas no tenían posibilidad alguna de hacerlo. Así, su propietario o comerciante debía abandonar el negocio porque no era rentable y debía incorporarse como proletario a la gran fábrica. Es decir, la Propiedad se iría concentrando cada vez más en menos manos.
En tercer lugar, la sustitución de trabajadores por maquinaria haría que el Desempleo se incrementara, generando lo que Marx llama un creciente ejército industrial de desempleados. De este modo, aumentaría progresivamente la miseria de la gente, ya que por una parte habría más desempleados y, por otra, los que estuvieran empleados serían cada vez más explotados para compensar la baja de los beneficios de los empresarios.
Finalmente, y Producto de todo lo ya señalado, Marx predijo que las crisis y depresiones serían cada vez mayores y que afectarían cada vez a más personas.
La consecuencia lógica de estas leyes para Marx era la revolución del proletariado. En algún momento, la gran masa se iba a levantar, generando una revolución de la cual surgiría una nueva Sociedad: la Sociedad comunista, donde no existirían relaciones de explotación en lo económico, ni relaciones de dominación en lo político e ideológico.
Karl Marx se dedicó a analizar el capitalismo, la forma de producción de su época. Para Marx, el capitalismo se sustenta en la existencia de dos clases cuyos intereses son contradictorios: una es dueña de los medios de producción, los burgueses; y la otra clase es dueña únicamente de su fuerza de Trabajo, los proletarios. Burgueses y proletarios están enfrentados en lo que el autor define como "lucha de clases"; es decir, dos grupos antagónicos con intereses contrapuestos.
Este conflicto no era algo nuevo. Según Marx, siempre había existido a través de la historia en las sociedades de clases. Antiguamente, se enfrentaron esclavos con hombres libres, luego siervos con señores. Por lo tanto, la pugna que se daba en el Capitalismo era la reproducción de relaciones económicas basadas en la explotación.
Otro factor importante en la obra de Marx es la división del Trabajo. Para los autores clásicos era fuente de la Riqueza de una nación (aun cuando le reconocía algunos elementos negativos), Marx identifica el factor de alienación que ésta genera. A medida que la división del Trabajo se va consolidando -algo que se veía con fuerza en la época- éste se hace cada vez más fragmentado, lo que genera conflictos de intereses que se agravan a causa de la institución de la Propiedad privada. Cada trabajador se convierte, según Marx, en un especialista en cierta materia determinada y no sabe hacer nada más. Si una máquina reemplaza esa tarea, el obrero pasaría a ser una "Mercancía de desecho".
El fin del capitalismo
Marx consideró al capitalismo no como un orden social inmutable, sino como un eslabón de una cadena. A su juicio, este sistema tenía contradicciones inherentes que generarían su propio fin. ¿Por qué el capitalismo necesariamente se iba a acabar? Marx estableció básicamente cinco razones o leyes.
En primer lugar, lo que ocurría en el capitalismo era que la tasa de Beneficio de las empresas iba bajando cada vez más. Marx tomó este argumento de los economistas clásicos (especialmente de David Ricardo) y adquirió un rol clave en su análisis.
En segundo lugar, la tasa decreciente de Ganancia permitía competir sólo a los más eficientes, por lo que las pequeñas empresas no tenían posibilidad alguna de hacerlo. Así, su propietario o comerciante debía abandonar el negocio porque no era rentable y debía incorporarse como proletario a la gran fábrica. Es decir, la Propiedad se iría concentrando cada vez más en menos manos.
En tercer lugar, la sustitución de trabajadores por maquinaria haría que el Desempleo se incrementara, generando lo que Marx llama un creciente ejército industrial de desempleados. De este modo, aumentaría progresivamente la miseria de la gente, ya que por una parte habría más desempleados y, por otra, los que estuvieran empleados serían cada vez más explotados para compensar la baja de los beneficios de los empresarios.
Finalmente, y Producto de todo lo ya señalado, Marx predijo que las crisis y depresiones serían cada vez mayores y que afectarían cada vez a más personas.
La consecuencia lógica de estas leyes para Marx era la revolución del proletariado. En algún momento, la gran masa se iba a levantar, generando una revolución de la cual surgiría una nueva Sociedad: la Sociedad comunista, donde no existirían relaciones de explotación en lo económico, ni relaciones de dominación en lo político e ideológico.
Su lucha por las clases sociales
La lucha de clases es un concepto o una teoría que intenta explicar
la existencia de un conflicto de intereses entre diferentes clases sociales,
donde este sería un antagonismo inherente a toda sociedad estratificada en
clases dominadas y clases dominantes.
Según Karl Marx la lucha entre
las clases sociales es el motor de la historia, es decir que el conflicto entre
clases sociales en sentido marxista, es decir la relación de los diferentes
grupos de una sociedad con los medios de producción, ha sido la base sobre la
que se produjeron los hechos que dan forma a la historia.
Esta lucha se da entre dos
clases sociales antagónicas características de cada modo de producción. En las
sociedades primitivas cuando la producción apenas alcanzaba para la
subsistencia no existían clases sociales pero a partir de las sociedades
esclavistas nos encontramos con dos clases antagónicas, esclavos y esclavistas,
en el paso por la sociedad feudal nos encontramos con siervos y señores
feudales y por último en la sociedad capitalista nos encontramos con el
proletariado y la burguesía.
Esta lucha de clases se define
por las características inherentes a cada una, de un lado la clase explotada,
oprimida pero a su vez productora de bienes y servicios, creadora y
modificadora de la realidad que la rodea y por la misma razón revolucionaria en
tanto pretende cambiar el orden establecido. Del otro lado está la clase explotadora
defensora de los beneficios
que goza a expensas de la otra clase, sin interés en modificar la realidad que
les beneficia y por la misma razón reaccionaria.
Para Marx el fin último de la
historia es la eliminación de las clases sociales cuando la clase más desvalida
y universal (el proletariado creado por el modo de producción capitalista)
consiga "emancipar" a toda la humanidad.
El marxismo
considera que las clases sociales
aparecen en las sociedades con división social del trabajo, y que no
todo el mundo trabaja de la misma manera, ni se relaciona del mismo modo con
las fuerzas productivas.
Con la
aparición de la propiedad privada la sociedad se divide en dos grandes grupos o
clases: una fue la de las personas que poseen propiedad privada, que son dueñas
de los medios de producción (tierras, fábricas) y por otra parte estaban aquellas personas que no son dueñas de dichos
medios y sólo disponen de la fuerza de su trabajo para sobrevivir.
De esta forma,
son básicamente dos las clases sociales en toda sociedad que admite la
propiedad privada de los medios de producción.
En está teoría
Marx propuso que el obrero se uniera para hacer que sus derechos no fueran
marginados y así controlar la burguesía
Ideología según el marxismo
Ideología según el marxismo
En sociología se llama ideología a todo conjunto más o menos sistemático de creencias que intentan explicar al hombre y el mundo, a la vez que orientar su conducta a partir de ciertos valores aceptados como correctos. En este sentido general, toda teoría del mundo es una ideología: lo es tanto el punto de vista reaccionario como el conservador, tanto el progresista como el radical (incluido el propio marxismo). En todas las sociedades encontramos teorías del mundo o ideologías puesto que, como señaló Engels, "todo lo que mueve a los hombres tiene que pasar necesariamente por sus cabezas". Pero el marxismo añade a este concepto general las siguientes peculiaridades:
Dada esta interpretación de la ideología como una forma de alienación, una de las tareas fundamentales de la filosofía será la de desenmascarar el supuesto carácter objetivo de las descripciones ideológicas; la filosofía se concibe esencialmente como filosofía crítica. Esto es lo que intenta hacer el marxismo, por ejemplo, con su crítica a la religión y a la economía política clásica. Y es también lo que lleva al marxismo a creer que una de las tareas más difíciles será lograr en el proletariado una conciencia de clase pues, dado el control que tiene la clase explotadora de las distintas formas de producción espiritual, lo más probable es que el propio proletariado defienda ideas que no le convienen, ideas que son las que a la clase dominante le interese que piense. La superación definitiva de las ideologías sólo podrá realizarse con la desaparición de la explotación del hombre por el hombre.
En el siguiente texto, Karl Marx presenta el concepto de ideología como las representaciones que el hombre se hace de la realidad ligadas a las condiciones materiales de existencia, las condiciones reales en las que se desenvuelve la vida humana.
"Los hombres son los productores de sus representaciones, de sus ideas, etc., pero los hombres son reales y actuantes, tal y como se hallan condicionados por un determinado desarrollo de sus fuerzas productivas y por el intercambio que a él corresponde, hasta llegar a sus formaciones más amplias. La conciencia no puede ser nunca otra cosa que el ser consciente, y el ser de los hombres es su proceso de vida real. Y si en toda la ideología los hombres y sus relaciones aparecen invertidos como en la cámara oscura, este fenómeno responde a su proceso histórico de vida, como la inversión de los objetos al proyectarse sobre la retina responde a su proceso de vida directamente físico. Totalmente al contrario de lo que ocurre en la filosofía alemana, que desciende del cielo sobre la tierra, aquí se asciende de la tierra al cielo. Es decir, no se parte de lo que los hombres dicen, se representan o se imaginan, ni tampoco del hombre predicado, pensado, representado o imaginado, para llegar, arrancando de aquí, al hombre de carne y hueso; se parte del hombre que realmente actúa y, arrancando de su proceso de vida real, se expone también el desarrollo de los reflejos ideológicos y de los ecos de este proceso de vía. También las formaciones nebulosas que se condensan en el cerebro de los hombres son sublimaciones necesarias de su proceso material de vida, proceso empíricamente registrable y sujeto a condiciones materiales. La moral, la religión, la metafísica y cualquier otra ideología y las formas de conciencia que a ellas corresponden pierden, así, la apariencia de su propia sustantividad. no tienen su propia historia ni su propio desarrollo, sino que los hombres que desarrollan su producción material y su intercambio material cambian también, al cambiar esta realidad, su pensamiento y los productos de su pensamiento. No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia. Desde el primer punto de vista, se parte de la conciencia como del individuo viviente; desde el segundo punto de vista, que es el que corresponde a la vida real, se parte del mismo individuo real viviente y se considera la conciencia solamente como su conciencia."
Marx, La ideología alemana
- entiende la ideología de un modo tan amplio que acaba identificando ideología con cultura; en la “Crítica de la economía política” nos dice Marx que la ideología abarca el derecho, la política, la religión, el arte, la filosofía, y (sugiere) hasta la misma ciencia;
- las ideologías no describen al hombre y su situación en el mundo y la sociedad de un modo correcto, sino de un modo deformado, falso;
- esa deformación en la descripción del hombre es consecuencia del interés de la clase dominante por mantenerse en su situación de dominio; como nos dice Marx en “La ideología alemana” “las ideas de la clase dominante, son, en todas las épocas, las ideas dominantes”. La clase dominante dispone de los medios de producción material, pero también del control y producción de los bienes espirituales, de la producción de la cultura, por lo que las ideas que en una sociedad triunfen serán las que la clase dominante quiera que dominen;
- las ideologías son un “producto social”: los pensamientos de los hombres son consecuencia de la sociedad en que viven, particularmente del orden económico vigente;
- como resultado de la tesis anterior, las distintas formas de ideología (religión, política, filosofía) no tienen historia ni desarrollo propio; esto quiere decir, por ejemplo, que una historia de la filosofía que explique los distintos sistemas filosóficos a partir de los problemas y las soluciones que los filósofos han presentado (una historia “interna” de la filosofía) es una mala historia de la filosofía; la “buena” historia de la filosofía debe mostrar la relación entre los sistemas filosóficos que aparecen a lo largo de la historia y las circunstancias económicas de las que son un reflejo.
Dada esta interpretación de la ideología como una forma de alienación, una de las tareas fundamentales de la filosofía será la de desenmascarar el supuesto carácter objetivo de las descripciones ideológicas; la filosofía se concibe esencialmente como filosofía crítica. Esto es lo que intenta hacer el marxismo, por ejemplo, con su crítica a la religión y a la economía política clásica. Y es también lo que lleva al marxismo a creer que una de las tareas más difíciles será lograr en el proletariado una conciencia de clase pues, dado el control que tiene la clase explotadora de las distintas formas de producción espiritual, lo más probable es que el propio proletariado defienda ideas que no le convienen, ideas que son las que a la clase dominante le interese que piense. La superación definitiva de las ideologías sólo podrá realizarse con la desaparición de la explotación del hombre por el hombre.
En el siguiente texto, Karl Marx presenta el concepto de ideología como las representaciones que el hombre se hace de la realidad ligadas a las condiciones materiales de existencia, las condiciones reales en las que se desenvuelve la vida humana.
"Los hombres son los productores de sus representaciones, de sus ideas, etc., pero los hombres son reales y actuantes, tal y como se hallan condicionados por un determinado desarrollo de sus fuerzas productivas y por el intercambio que a él corresponde, hasta llegar a sus formaciones más amplias. La conciencia no puede ser nunca otra cosa que el ser consciente, y el ser de los hombres es su proceso de vida real. Y si en toda la ideología los hombres y sus relaciones aparecen invertidos como en la cámara oscura, este fenómeno responde a su proceso histórico de vida, como la inversión de los objetos al proyectarse sobre la retina responde a su proceso de vida directamente físico. Totalmente al contrario de lo que ocurre en la filosofía alemana, que desciende del cielo sobre la tierra, aquí se asciende de la tierra al cielo. Es decir, no se parte de lo que los hombres dicen, se representan o se imaginan, ni tampoco del hombre predicado, pensado, representado o imaginado, para llegar, arrancando de aquí, al hombre de carne y hueso; se parte del hombre que realmente actúa y, arrancando de su proceso de vida real, se expone también el desarrollo de los reflejos ideológicos y de los ecos de este proceso de vía. También las formaciones nebulosas que se condensan en el cerebro de los hombres son sublimaciones necesarias de su proceso material de vida, proceso empíricamente registrable y sujeto a condiciones materiales. La moral, la religión, la metafísica y cualquier otra ideología y las formas de conciencia que a ellas corresponden pierden, así, la apariencia de su propia sustantividad. no tienen su propia historia ni su propio desarrollo, sino que los hombres que desarrollan su producción material y su intercambio material cambian también, al cambiar esta realidad, su pensamiento y los productos de su pensamiento. No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia. Desde el primer punto de vista, se parte de la conciencia como del individuo viviente; desde el segundo punto de vista, que es el que corresponde a la vida real, se parte del mismo individuo real viviente y se considera la conciencia solamente como su conciencia."
Marx, La ideología alemana
Teoría sobre el Hombre Nuevo
Marx, en oposición
de la mayor parte filosófica (y especialmente a Aristóteles, que había
visto la esencia del hombre en la razón teórica
en donde la meta es la pura contemplación), concebirá el hombre un ente que se
produce a si mismo. Y este acto autogenerador del hombre es el trabajo.
Para marx, lo
que el hombre es no puede terminarse a partir del espíritu ni de la Idea, sino a partir del
hombre mismo de lo que este es concretamente el hombre real, corpóreo. El
hombre no es un ser abstracto, fuera del mundo, sino que el hombre es en el
mundo, esto es el estado y la sociedad.
Esto significa que, en vez de buscar la esencia del hombre como determinación interior, Marx buscará relaciones exteriores en virtud del intercambio que cada hombre mantiene con la naturaleza y con los otros hombres.
Esto significa que, en vez de buscar la esencia del hombre como determinación interior, Marx buscará relaciones exteriores en virtud del intercambio que cada hombre mantiene con la naturaleza y con los otros hombres.
Para Marx el hombre es ante todo el conjunto
de sus relaciones sociales, por este pensamiento, su opinión era "... la esencia humana no es algo
abstracto inherente a cada individuo. Es, en su realidad, el conjunto de sus
relaciones sociales…"
(a) Ideas filosóficas
Durante su juventud, y tras su
formación en filosofía, Marx recibió la influencia del filósofo alemán
predominante en Alemania en aquel tiempo, Hegel. De este autor tomó el método
del pensamiento dialéctico, al que, según sus propias palabras, pondría
sobre sus pies; significando el paso del idealismo dialéctico del espíritu
como totalidad al materialismo histórico.
Una interpretación sobre el
desarrollo de la obra de Marx, interpretación del francés Louis Althusser,
considera que los escritos de Marx se dividen en dos vertientes. Esta
interpretación es relevante en la exegética marxista, pero a la vez es muy
polémica y pocos autores la mantienen al día de hoy. Althusser encuentra dos
etapas:
En la primera etapa, Marx hasta
1845 pasó un periodo en que estudia la alienación y la ideología, desde
una perspectiva cercana al humanismo influida en gran parte por la filosofía de
Ludwig Feuerbach.
Paralelamente a estas ideas
describe al hombre con diversas concepciones: lo considera un ser real de carne
y hueso; es únicamente el resultado de la historia económica, un predicado de
la producción de la misma.
Además, piensa que el hombre se
realiza modificando la naturaleza para satisfacer sus necesidades en un proceso
dialéctico en que la transformación de agente y paciente es transformación
mutua.
Cuando Marx habla de 'realidad'
hace referencia al contexto histórico social y al mundo del hombre y asegura
que el hombre es sus relaciones sociales.
Para Marx, lo que el hombre es
no puede determinarse a partir del espíritu ni de la Idea sino a partir del hombre
mismo, de lo que éste es concretamente, el hombre real, corpóreo, en pie sobre
la tierra firme. El hombre no es un ser abstracto, fuera del mundo sino que el
hombre es en el mundo, esto es el Estado y la sociedad.
La libertad, la capacidad de
actuar eligiendo, está limitada a las determinaciones históricas, pero es, al
mismo tiempo, el motor de aquellas cuando las relaciones sociales y técnicas
entran en crisis.
“Dios, la Filosofía y el Estado
constituyen alienaciones en el pensamiento, alienaciones dependientes de la
alienación económica” era lo que Marx consideraba una única enajenación real.
Políticamente, el pensador
alemán aboga por una sociedad comunista. Entre el hombre alienado (aquel que no
coincide consigo mismo) y el hombre comunista (aquel que finalmente es igual a
hombre) se coloca el proceso transformador. Sólo en la sociedad comunista habrá
desaparecido toda alienación.
En la segunda etapa, Marx maduró
(1845-1875): Según Althusser, 1845, el año de La ideología alemana y las
Tesis sobre Feuerbach, marca la ruptura epistemológica , a partir
de la cual Marx rompe con su etapa anterior, ideológica y filosófica, e
inaugura un período científico en el cual desarrolla estudios económicos e
históricos usando el método del materialismo histórico.
Marx inaugura el continente historia,
el cual es eminentemente el período de su magna obra: El capital. Crítica de
la economía política.
Los marxistas revolucionarios
sostienen que es necesario luchar contra un sistema social que sólo produce
miseria y opresión para millones de personas. Y no rechazan la disposición a
luchar por acabar con este sistema de nadie, aun cuando adhiera a cualquier
religión. Sin embargo, sostienen e intentan demostrarle a sus compañeros de
lucha que para transformar la sociedad de raíz, el marxismo permite adoptar la perspectiva más adecuada
para comprender científicamente la realidad, tanto como para elaborar un
programa y una estrategia revolucionaria.
Para el marxismo, el universo es materia en movimiento y las ideas están determinadas por este movimiento de la materia. Dicho en palabras de Marx: “todas las relaciones sociales y políticas, todas las concepciones teóricas que aparecen en la historia, sólo se explican por las condiciones de existencia materiales de la época en cuestión. No es la conciencia de los hombres la que determina su ser, sino que, por el contrario, sus condiciones de existencia social determinan su conciencia.”
En este sentido, para los marxistas, las religiones son el producto de determinadas condiciones sociales de existencia. Dios no ha creado al hombre a su imagen y semejanza. Más bien, sostenemos que fueron los hombres los que crearon a Dios a imagen y semejanza de sus relaciones sociales.
Para el marxismo, el universo es materia en movimiento y las ideas están determinadas por este movimiento de la materia. Dicho en palabras de Marx: “todas las relaciones sociales y políticas, todas las concepciones teóricas que aparecen en la historia, sólo se explican por las condiciones de existencia materiales de la época en cuestión. No es la conciencia de los hombres la que determina su ser, sino que, por el contrario, sus condiciones de existencia social determinan su conciencia.”
En este sentido, para los marxistas, las religiones son el producto de determinadas condiciones sociales de existencia. Dios no ha creado al hombre a su imagen y semejanza. Más bien, sostenemos que fueron los hombres los que crearon a Dios a imagen y semejanza de sus relaciones sociales.
....nada nuebo,
ResponderEliminarLo de la plusvalia no esta
Los desafectos con los socialistas antiautoritarios tampoco....
La religión como opio del pueblo, tampoco, sino más bien como un concepto o idea invertida:"Dios no créo al hombre o al ser humano, homvre y mujer, a su imagen y semejanza, sino que fue a la inversa, el hombre, o el ser humano, hombre y mujer, crearon a Dios, o a la idea de Dios, a su imgen y semenjanza, y le dieron el poder que no tienen ellos ni ellas, por eso le piden que ineceda en sus vidas, y el miedo a la creación así como a la ddestrucción hace que lo adoren hasa sus ñultiomas consecuencias. Y les priva de sus conciencias., como hacía o hacde el opio o las drogas en general, que son adictivas y causan dependencia y alienación social.
ResponderEliminarBueno, más o menos claro.
ResponderEliminar