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jueves, 12 de marzo de 2020

LOS SUCESOS DE REINOSA EN 1987

El 12 de marzo de 1987 a las ocho y media de la mañana 300 antidisturbios armados con hachas y porras, y pegando tiros entraron en La Naval de Reinosa dispuestos a rescatar a Enrique Antolín que un día antes había sido retenido tras conocerse la noticia de un expediente de regulación de empleo que implicaría casi 500 excedentes para Forjas y Aceros de Reinosa, factoría conocida en la comarca como La Naval y motor del desarrollo de la zona.

La Guardia Civil empezó a actuar. Se sucedieron los palos y las carreras por el interior de la fábrica, se dispararon botes de humo y pelotas de goma indiscriminadamente. Parte de los trabajadores se hicieron fuertes en los talleres y se defendieron con lo que pudieron. La sirena tradicionalmente utilizada para avisar a la población en caso de algún incendio o catástrofe sonaba incesantemente; el pueblo entero empezó a tener constancia de la gravedad de los hechos que están ocurriendo.

Paralelamente junto a la estación se produjeron enfrentamientos entre jóvenes estudiantes de los institutos del pueblo, hijos de trabajadores de Forjas y Cenemesa en su mayoría, y efectivos de la guardia civil. La crudeza de la batalla campal se extendió mas allá de la factoría. Al lugar acudieron trabajadores de la factoría y más vecinos. El pueblo entero se sintió atacado e invadido y cerca de 10.000 personas se enfrentaron a tres centenares de guardias civiles que aún con sus pelotas de goma, sus botes de humo y una violencia desmedida no consiguieron amilanar a la población, que resistió bravamente sin retroceder. Ese día dejó una estampa que muchos jamás olvidaremos: los pikoletos tuvieron que salir del pueblo pañuelo blanco en mano.

La falsa reconversión industrial de Felipe Gónzález

El gobierno de Felipe González no solamente estaba empeñado en que hacernos entrar en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), sino también en la Comunidad Económica Europea (CCE), una organización con la que España ya tenía firmado un excelente tratado bilateral firmado por el ministro Ullastres, estaba resultando excelente y muy rentable para nuestra economía.

La realidad es que los "fundadores de Europa" no deseaban ningún tipo de competencia para sus productos y no podían permitir la entrada de un país que se había convertido en la décima potencia europea.  La falsa "reconversión industrial" realizada durante el gobierno traidor de Felipe González Márquez, en realidad no fue más que un liquidación o privatización de muchas empresas estatales que habían situado a España en cotas altísimas de industrialización y de bienestar. Pero, esa traición no fue puesta en marcha sin que muchos trabajadores españoles opusieran ante ella una fortísima resistencia.

Fue entonces cuando, con el pretexto de que España necesitaba una "reconversión industrial", se procedió al cierre de un gran número de industrias. Sectores enteros fueron desmantelados y miles de trabajadores perdieron su empleo. En torno a 1986 UGT comenzaría a evolucionar hacia una posición más combativa con respecto al Gobierno de Felipe González, y de mayor colaboración con CCOO y otras fuerzas sindicales minoritarias. Un paulatino enfrentamiento que desembocaría en la gran huelga general del 14D de 1988 que obligaría al PSOE a moderar los elementos más neoliberales de su política económica. En cuanto al terreno estrictamente industrial la movilización obrera lograría salvar algunas fábricas, prolongar la vida de algunos sectores condenados a muerte con la entrada en la Comunidad Económica Europea, como la minería del carbón, que no podía sobrevivir sin fuertes ayudas públicas y protección arancelaria, y sobre todo lograr que mucha de la gente afectada por los ajustes de plantilla o el cierre de industrias enteras se fuera a casa con buenas condiciones. Sin embargo, el país en la práctica perdería capacidad industrial, sobreviviendo algunas grandes industrias en las que España se ha especializado, como la de la automoción o la siderúrgica, pero controladas por multinacionales europeas. Sería un fenómeno generalizado, que afectaría tanto a la cornisa cantábrica, como al cinturón obrero de Madrid, que se había industrializado en los 50 y 60, la Barcelona metropolitana, el País Valenciano, así como enclaves del sur y el centro de España que también tenían actividades fabriles. 

Grandes empresas estatales saneadas con dinero público terminaban siendo vendidas por muy poco dinero a empresas europeas, a veces de titularidad pública . La desindustrialización suponía además un golpe al movimiento sindical, que se quedaba sin su vanguardia. El camino quedaba despejado para volver a una España con bajos salarios, eso sí, dentro del contexto europeo. 

"Hunosa, Reinosa, así se hacen las cosas" La lucha obrera es necesaria

Debemos situarnos en un contexto muy concreto. En algo que se llamó en su día “reconversión industrial”. Nada más llegar al poder en 1982, Felipe González definió el deterioro del tejido industrial español como “necrosis”. Y en esos años ochenta se actuó con rapidez. Entre 1983 y 1990 se produjeron reajustes en la siderurgia, en la metalurgia, en los astilleros, en las minas. Según las cuentas del gobierno socialista esta reconversión iba a eliminar casi 75.000 puestos de trabajo. A la hora de la verdad fueron muchos más, y afectaron de manera dramática a algunos espacios geográficos que dependían casi por completo de sus fábricas. No eran, no solo, los obreros los que iban a quedar en el paro. Había que multiplicar esa cifra contando la actividad que indirectamente generaban las plantas. El final de una forma de vida.

Hubo más de 60 detenidos de los que, menos dos (un vendedor ambulante y una visitante  que venía a ver a su familia), todos eran vecinos de Reinosa. Esto desmonta el relato justificativo lanzado desde el Ministerio del Interior, que habló de fuerzas organizadas de fuera de la zona e incluso de la presencia de algún miembro de ETA.

La situación padecida, que excedía la naturaleza de lo laboral, hizo que se instalara en la población el sentimiento de que había que dar un paso más allá. Se crearon de esta manera nuevas organizaciones, como la Asamblea Ciudadana y la Asamblea de Mujeres, que fueron conformando la respuesta de la sociedad campurriana a la agresión soportada por la vía de la denuncia pública y ante los tribunales y la interlocución con partidos políticos (fundamentalmente  Izquierda Unida, a través del diputado Nicolás Sartorius), instituciones como el Defensor del Pueblo, colectivos como la Asociación contra la Tortura, Asociación Pro Derechos Humanos, etcétera. Las acciones se multiplicaron y la solidaridad sobrepasó los límites de Cantabria.

Hoy Reinosa es una población muy diferente a aquella de 1987. Donde había 14.000 habitantes ahora quedan poco más de 9.000. Pero el cambio principal ha sido económico, con un motor industrial casi desaparecido. El ejemplo más claro es el de la Naval, que llegó a tener 2.500 trabajadores y que despidió a casi 500 en aquel desgraciado 1987. La que vive hoy otro nuevo expediente de regulación temporal de empleo que afecta al 75% de la jornada laboral. Todo un símbolo, una metáfora. Hoy Reinosa mira más al turismo, a la nieve de la cercana Estación de Alto Campoo, a las escapadas rurales de fin de semana, a la posibilidad de explotar deportivamente el Pantano del Ebro.

Reinosa es ahora un recuerdo lejano en la historia
de una época pasada ya olvidada
el viandante no recuerda lo acontecido
tiempos pasados, épocas pasadas

luchas obreras, resistencia en la memoria
frente aquellos que quisieron acabar con todo, dejando nada
intentando doblegar a una clase y un pueblo combativo
que resistió el embiste en las calles y las barricadas

expulsando a los opresores que lloraban su derrota
ansiosos de sangre obrera, levantando los puños Reinosa 
se alzó contra ellos y los frenó orgullosa
resistencia y victoria de un pueblo y una clase ¡Camaradas, tomad nota!

aunque sea ya un recuerdo lejano, olvidado
sigue resonando en los ecos de la memoria: "Hunosa, Reinosa, así se hacen las cosas"
consigna de un pueblo y una clase altanera y orgullosa
clase y pueblo combativos, ahora ya perdidos, ahora ya derrotados
Reinosa 1987
Agentes de la Guardia Civil se refugian entre los árboles durante los enfrentamientos con los trabajadores de Forjas y Aceros de Reinosa afectados por la reconversión industrial, 1987. Fotografía de Ángel Martínez Colina.

5 comentarios:

  1. Aún se ve en una tapia de mi ciudad, Getafe, una pintada que dice "Reinosa vencerá"

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  2. Nos vendio a Europa tal y como apunta el artículo

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  3. también publicado aquí https://kaosenlared.net/los-sucesos-en-reinosa-en-1987/

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  4. No es cierto que Europa exigiera el sacrificio del ganado vacuno, tardamos años trás nuestra entrada en la entonces CEE en aplicar las obligatorias cuotas lácteas, que limitaban la producción (el que se excedía pagaba multa). Carlos Romero ministro de Agricultura con Felipe González consiguió aplicarlas aunque el sector se negaba y se asignó a cada ganadero una cuota idéntica a la cantidad que declaró la industria haberles recogido durante el período de referencia que se estableció, no se obligó a nadie a matar vacas, Beatriz Garces, veterinaria del Ministerio de Agricultura durante 34 años

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