¿POR QUÉ ESCRIBIMOS?

AL NO PODER ACEPTAR QUE SOMOS LIBRES EN JAULAS, NOS MOVEMOS EN MUNDOS DE PALABRAS QUERIENDO SER LIBRES

TRADÚCEME

COMPAÑEROS DE LUCHA EN PLUMA AFILADA

AVISO TODOS LOS TEXTOS ESTÁN REGISTRADOS

Blog bajo licencia Creative Commons

Licencia de Creative Commons

TODOS LOS TEXTOS ESTÁN REGISTRADOS

POEMAS, CUENTOS Y ESCRITOS REVOLUCIONARIOS DE DANIEL FERNÁNDEZ ABELLA is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License. Para utilizar primero y siempre sin ánimo de lucro ha de consultar al autor. Daniel Fernández Abella todos los derechos reservados.

viernes, 5 de mayo de 2017

5 de mayo de 1945 Liberación del Campo de exterminio nazi de Mauthausen

El cinco de mayo se cumple el aniversario de la liberación del antiguo campo de concentración nazi de Mauthausen ubicado en la Alta Austria. Fue en 1945, cuando los soldados americanos llegaron al campo y una imagen apocalíptica se presentó ante sus ojos. Alrededor de esta fecha, tiene lugar anualmente una ceremonia oficial que reúne representantes de la política y lo que es más importante, sobrevivientes del campo y sus familiares y amigos. También visitantes que quieren unirse al recuerdo de lo allí sucedido, se congregan esta en esta fecha en Mauthausen. Es imperante mantener viva la memoria de lo sucedido en el holocausto.

Cuando el Ejército norteamericano entró en Mauthausen, el 5 de mayo de 1945, banderas republicanas habían sustituido a las banderas nazis y la puerta del campo estaba cubierta por una gran pancarta en la que se podía leer: «Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas libertadoras
"Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas libertadoras"

El estallido de la Segunda Guerra Mundial cambió el curso de los exiliados españoles refugiados en Francia. Muchos fallecieron de desnutrición y enfermedades. Presionados por las autoridades francesas, un contingente numeroso regresó a España, mientras que otros consiguieron emigrar a otros países o encontrar un trabajo. El resto optó por alistarse en la Legión Extranjera francesa, las Compañías de Trabajadores o los Regimientos de Marcha de Voluntarios Extranjeros. Allí fueron unas 60000 personas.

La invasión de Francia provocó que las compañías de trabajadores quedaran  atrapadas en el frente y la mayoría de sus integrantes murieron en los combates o fueron detenidos. Unos 12000 republicanos fueron traslados a los frontstalags, campos de tránsito para prisioneros situados en Francia o los stalags, campos de prisioneros situados en el Tercer Reich. 

Un poco de historia

El 5 de mayo de 1945 el 41º Escuadrón de Reconocimiento de la 11ª División Acorzada de los Estados Unidos, encuadrada en el 3er Ejército Americano, llegaba a las puertas del campo de concentración de Mauthausen. Al día siguiente se hacía la famosa fotografía de la entrada del campo, con la pancarta en la que podía leer: «Los españoles antifascistas saludas a las fuerzas libertadoras».

"Dos tanques americanos, procedentes de la 11ª División Acorazada, entraron majestuosos por el gran arco que presidía Mauthausen. Aunque venían de liberar otros campos de concentración, el pavor que expresaban sus caras, en las que vimos reflejado, como en un espejo, el horror que habíamos vivido, mostraba que jamás habían sido testigos de algo ni remotamente similar. Antes sus ojos desfilaban una sórdida procesión de hombres diezmados por años de sufrimientos que se agolpaban ante ellos, chillando unos, sollozando sin consuelo otros. Algunos paralizados por la emoción del momento, otros abrazados, nadie indiferente" (Alfonso Maeso).

A pesar de que en Mauthausen se ha conservado mucho, en términos comparativos, de las construcciones originales del campo de concentración, el aspecto del Memorial hoy se diferencia en aspectos fundamentales del campo tal y como fue liberado el 5 de mayo de 1945. Tras permanecer bajo administración americana, el campo fue utilizado durante varios meses, a partir del verano de 1945, como alojamiento de soldados por parte del ejército soviético. El 20 de junio de 1947, la autoridad de ocupación soviética entregó el antiguo campo de concentración de Mauthausen a la República de Austria con la condición de erigir un Memorial. Con motivo de las modificaciones con vistas al Memorial fueron desmontadas la mayor parte de las barracas de los presos, las barracas de los SS que todavía permanecían y las instalaciones técnicas para la explotación de la cantera. En la primavera de 1949 tuvo lugar la inauguración del Memorial con el nombre de “Monumento Público de Mauthausen”.

Inaugurado el 8 de agosto de 1938, pocos meses después de la anexión de Austria al Tercer Reich el 12 de marzo del mismo año, a Mauthausen llegaron en los siete años que estuvo abierto unos 200.000 deportados de más de 40 países, entre ellos más de 7.500 españoles.  Mauthausen era un campo reservado a los prisioneros "culpables de acusaciones realmente graves, incorregibles, asociales y convictos por causas criminales, es decir, gente en custodia preventiva, con pocas probabilidades de poder ser reeducada”, según la Enciclopedia del Holocausto.  En él fueron asesinadas más de cien mil personas. Según Martin Gilbert, autor de “holocaust”, había 8.000 republicanos españoles en el campo principal de Mauthausen y sólo 817 de ellos sobrevivieron. La voluntad programada del nazismo de reprimir enemigos comportó la creación de un vasto universo de campos concentracionarios cuyo objetivo era la explotación de prisioneros como mano de obra y el exterminio de los más indeseables.

Situado cerca de la ciudad austriaca de Linz, en una colina sobre el Danubio, el campo de concentración de Mauthausen  fue clasificado por las autoridades alemanas como un campo de tercera categoría, la más dura, destinado a las personas que se consideraba irrecuperables. Los primeros prisioneros del nazismo llegaron allí en el verano de 1938 y el primer convoy de republicanos lo hizo en agosto de 1940. Los traslados se realizaban en tren hacinando a los prisioneros en vagones de ganado. Mauthausen fue un campo de trabajo, pero disponía de cámaras de gas, sala de ejecuciones y hornos crematorios.

En otoño de 1949, Francia levantó en el emplazamiento de las antiguas barracas administrativas de la SS el primer monumento nacional. Posteriormente, numerosas naciones y grupos de víctimas llevaron a cabo más monumentos.

A principios de los años 60 se ubicó en el interior del Memorial de Mauthausen un cementerio al cual se trasladaron posteriormente los restos mortales de las víctimas del campo de concentración que se encontraban en los “cementerios americanos” en Mauthausen y Gusen así como aquellos que yacían en las fosas comunes que habían utilizado los SS. En el llamado campo II y en el recinto de las barracas de los presos 16 a 19 yacen más de 14.000 víctimas.

El antiguo edificio de la enfermería cumple la función de museo desde 1970, para lo cual fue adaptado. Desde mayo de 2013 alberga las dos exposiciones permanentes “El campo de concentración de Mauthausen 1938-1945” y “Mauthausen, lugar del crimen – Una búsqueda de huellas”. En el nuevo “Espacio de los Nombres” están inscritos los 81.000 muertos del campo de concentración de Mauthausen y los respectivos subcampos cuyo nombre se conoce.

Mapa del campo de Mauthausen

Los republicanos españoles, apátridas para los nazis

Los españoles fueron los primeros en entrar en Mauthausen y los últimos en salir. Ningún gobierno se preocupó de si estaban vivos o muertos y tuvieron que lucir el distintivo azul, el de apátrida, porque el gobierno de Franco así lo decidió. Gracias a los muchachos españoles se pudieron sacar del campo las fotos que sirvieron como pruebas en los juicios posteriores...

Siete mil españoles pasaron por Mauthausen. Los que sobrevivieron no llegaron a dos mil...
La lógica haría pensar que los españoles recibirían el triángulo rojo de prisioneros políticos, como de hecho ocurrió, años más tarde, en el resto de los campos. Sin embargo, en Mauthausen, los republicanos españoles recibieron el triángulo azul que les distinguía como apátridas. Un triángulo azul sobre el que aparecía escrita una «S» que les definía como spanier, es decir, como apátridas españoles.

Toda una contradicción solo explicable por el deseo del régimen franquista de ni siquiera reconocerles como compatriotas. En los libros de registro del campo y en la mente de los SS, esa definición era un poco más amplia: todos los recién llegados eran registrados como « rotspanier». La explicación de por qué aquellos hombres nacidos en una nación amiga del Reich, como era España, merecían estar en ese lugar obedecía a una sencilla razón: se trataba de «rojos españoles».

Eran los “Rotspanier” (Rojos españoles), los “triángulos azules”, y para diferenciarlos del resto les colocaron este símbolo con una “S” sobre su harapienta ropa. Eran civiles, refugiados en estado puro. Eran los apátridas, aquellos a los que el régimen del pequeño dictador abandonó a su suerte. Nunca les reconoció como españoles ni aceptó su repatriación. Los documentos encontrados prueban que las autoridades nazis preguntaron a sus homólogos españoles qué debían de hacer con los "dos mil rojos españoles de Angulema". El Gobierno de Franco nunca se molestó en ocuparse de este asunto y ni siquiera contestó, dejándoles expuestos a la maquinaria de exterminio nazi. Entre ellos, muchos menores de edad.

Algunos españoles lograron introducirse en la compleja estructura organizativa de Mauthausen: oficina de administración, intérpretes, fotógrafos... A nivel político se constituyeron organizaciones de resistencias entre las que sobresalían por su solidez la comunista y la anarquista. En 1944 se organizó el llamado Comité Internacional con la activa participación de los republicanos españoles. también se constituyó, por incitativa de los prisioneros españoles, El aparato Militar Internacional (AMI), se crearon grupos de autodefensa y se preparo un plan para ocupar el campo: la desorganización en los días previos a la liberación permitió el robo de armas y que el AMI y el Comité Internacional tomaran el control del campo.
Triángulo azul (que representaba a los apátridas) con la S de Republikanische Spanier (republicano español)


El exterminio mediante el trabajo

Las condiciones de vida en Mauthausen eran extremas con falta de atención médica, desnutrición, escasez de ropa de abrigo y un régimen disciplinario feroz bajo la esclavitud laboral. Los prisioneros trabajan una media de doce horas en la cantera de granito Wiener Graben. miles de deportados fallecieron por accidentes o debido a la violencia de las SS. otros deportados fueron ocupados en las obras efectuadas en el recinto: la construcción de garajes, las viviendas de las SS, la cárcel, la cámara de gas o las cocinas.

Los comandos del trabajo

Mientras la guerra avanzaba otros comandos se instalaron en industrias que fabricaban materiales para el ejército alemán, entre ellas la Steyr_daimler_puch y la Messerchmitt. En Ebensse los prisioneros construyeron túneles para proteger de los bombarderos aliados la fabricación de los cohetes V2 utilizados por la aviación alemana. Por otra parte, en el castillos de Hartheim se realizaron experimentos médicos y se habilitaron cámaras de gas, hornos crematorios para gasear a miles de prisioneros entre ellos medio millar de españoles.

Los experimentos médicos

Además de realizar trabajos forzados, los prisioneros estaban expuestos a experimentos médicos cuyos resultados se destinaban a organismos del ejército y a laboratorios privados. En Mauthausen fueron habituales las inyecciones en zona cardiaca que provocaban dolores y parálisis. también s e experimento sobre una dieta basada en papillas para evitar el consumo de proteínas: el castillo de Hartehim fue usado por las SS para su programa de eutanasia y posteriormente para gasear a los presos más débiles del campo de Mauthausen

La figura de Francesc Boix

Nace en el barrio barcelonés del Poble Sec. Hijo de Bartolomé, barcelonés, y de Ana, natural de Fraga (Huesca). Crece con sus dos hermanas en el mismo barrio, en la sastrería "Boix", que regentaba su padre y en contacto con círculos libertarios. Es con su padre, fotógrafo aficionado, que aprende la técnica fotográfica, y en 1934 entra a trabajar de aprendiz en la casa de fotografía Romagosa.

Cuando comienza la Guerra Civil española, se afilia a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), organización del PSUC, compartiendo experiencias con Teresa Pàmies y Gregorio López Raimundo. Trabaja en la revista Julio como reportero, hasta que se alista en la 30ª División, como voluntario, fotografiando durante esta época el frente de Aragón desde el Segre.
Empezó en la fotografía gracias a su padre, un sastre de Poble Sec aficionado a la fotografía. Con 17 años fue como voluntario al frente para luchar contra los golpistas. Como colaboraba con el periódico 'Juliol', más que empuñar las armas disparaba con su cámara. Al terminar la guerra civil española se vio obligado a exiliarse y cruzar la frontera francesa, donde lejos de encontrar la paz muchos españoles encontraron la muerte.
Pasa por los campos de refugiados de Vernet y Septfonds, siendo posteriormente capturado por los alemanes, en el norte de Francia y deportado al campo de concentración de Mauthausen, donde llega el 27 de enero de 1941.

En Mauthausen se une al trabajo de Antonio García Alonso, destinado en el Servicio de Identificación del Campo, debido a su oficio de fotógrafo. Y va asumiendo responsabilidades en la tarea de documentación gráfica junto con José Cereceda, a finales de 1943. A partir de 1944, participa en el robo de negativos, desde los círculos de resistencia de los republicanos de Mauthausen, siendo recogidos y custodiados por la austríaca Anna Pointner en su casa particular.

Una vez liberado el campo, el PCE encarga a Boix, la tarea de reagrupar toda la documentación sobre el campo y sus ilustraciones fueron publicadas en varios libros.

Cuando se constituye el Tribunal Internacional de Nuremberg, Boix aporta evidencias con sus fotografías y meses después presenta su documentación gráfica en el Tribunal americano de Dachau. Las fotografías que lograron salvar Boix y sus compañeros fueron determinantes para condenar a altos cargos nazis en los juicios de Nuremberg en 1946. Boix fue el único español que asistió como testigo.

El Partido Comunista le sigue manteniendo en activo, documentando actos políticos hasta su muerte en 1951, causada por las secuelas del internamiento, en el hospital parisino de Rothschild.

Francesc Boix en el campo de Mauthausen


Llegó al campo de concentración de Mauthausen en diciembre de 1941 tras pasar por campos de concentración franceses tras ser capturado por los alemanes en una compañía de trabajadores. Ingresó en el campo el 13 de diciembre de 1940 (mate. 4811) y tuvo unas impresiones muy pesimistas respecto a su futuro más inmediato. Unas semanas más tarde, fue destinado al kommando Steyr y las perspectivas de encontrar una situación más aceptable se desvanecieron al comprobar el trato a que eran sometidos y las condiciones en que debían trabajar para construir las instalaciones en medio de un lodazal en pleno invierno y, posteriormente, a las empresas de material de guerra donde fueron destinados los trasladados del campo central. Eliseu permaneció en Styer, sufriendo aquella extrema experiencia, hasta finales de 1944 en que fue trasladado al campo de Gusen.
En 1948 regresó a España. Participó en 1962 en la fundación de la Amical de Mauthausen formando parte del primer "comité provisional".


Juan Romero, el último superviviente español de los campos de concentración nazis
"La biografía de Juan Romero Romero no es excepcional ni diferente a las de los miles de españoles que sufrieron el infierno nazi. Sin embargo, sí permite conocer, a través de ella, el horror que vivieron los deportados y deportadas en los campos de exterminio. Romero, como tantos otros, batalló en la Guerra de España a favor de la II República y en contra del fascismo. En su caso particular, luchó en la sierra de Guadarrama, en Brunete, en Guadalajara y en Teruel, en la conocida como la batalla de El Ebro. Tras la caída de Catalunya, en febrero de 1939, pasó la frontera francesa por Puigcerdà y vivió su primer exilio", escribe el periodista de Público, Alejandro Torrús, sobre su presencia en la Guerra Civil.
El primer trabajo esclavo que le asignaron los SS fue en la temible cantera de granito donde los españoles pasaban cerca de doce horas picando y trasladando piedras. Le trasladaron a un grupo que trabajaba en el exterior del campo y que estaba dirigido por el kapo español César Orquín. Mejor tratado y con algo más de comida, Juan recuperó fuerzas hasta que, un día, resultó seriamente herido tras sufrir un accidente en el trabajo.  Su siguiente y último destino en Mauthausen fue en el llamado “comando de la desinfección”. Su misión consistía en recoger las ropas de las expediciones de prisioneros que llegaban al campo y, en unas grandes parihuelas, llevarlas al edificio donde las lavaban y desinfectaban.
Juan Romero falleció el 3 de octubre de 2020 siendo el último republicano español superviviente de los campos de concentración nazis.
Juan Romero


Joan de Diego, el secretario de Mauthausen 

Cuando las tropas norteamericanas liberaron el campo, el 5 de mayo de 1945, Juan de Diego era el deportado que portaba el número de prisionero más antiguo. En ese momento su trabajo de secretario dio un giro determinante. Con otros supervivientes españoles se dedicó, en base al material que había sustraído durante años, a elaborar listados con los españoles que habían perecido en el campo de concentración y en el cercano Castillo de Hartheim. Juan trabajó, codo con codo, con las tropas estadounidenses hasta que el 2 de junio fue repatriado a París. su testimonio fue crucial en los juicios contras los jefes nazis, entre ellos el que enjuició al médico responsable de la práctica de la eutanasia en el castillo de Hartheim.
Joan de Diego

José Carlos Grey-Molay
José Carlos Grey Molay, también conocido como Carlos Greykey, nació en Barcelona en 1913. Sus padres eran originarios de Guinea Ecuatorial. A pesar de sus orígenes humildes logró iniciar la carrera de Medicina.

La Guerra Civil impidió que pudiese finalizar sus estudios.
Se unió al bando republicano en la lucha contra el fascismo y tras la victoria de los sublevados se vio obligado a huir a Francia. Allí fue recluido en un "campo de refugiados" y tras ello se alistó como extranjero en el ejército francés para luchar nuevamente contra el fascismo. Sin embargo para su desgracia, fue capturado por los nazis junto a otros tantos españoles que corrieron su mismo destino.

El régimen franquista se había desentendido de ellos y los nazis comenzaron a deportar a todos los "rojos españoles" a los campos de concentración.

Carlos llegó a Mauthausen en junio de 1941 y fue catalogado como "apátrida". Su color de piel llamó la atención de los nazis, pero el hecho de dominar múltiples idiomas (español, catalán y alemán, inglés y francés) y contestar en alemán a un oficial le salvó la vida.

A los nazis les hizo gracia tener a un negro de sirviente y camarero, así que asignaron a Carlos una posición de cierto privilegio. Llegó a servir como camarero al propio Himmler y el propio Ziereis (comandante de Mauthausen) comentó sobre él "que su padre era caníbal". Poco antes de la guerra le relevaron de su puesto, el motivo varía según las fuentes: Pudo ser por una mala contestación o por simplemente hartarse de él.

Gracias a la solidaridad de sus compañeros logró llegar con vida al día de la liberación, el 5 de mayo
Tras la liberación regresó a Francia y obtuvo dicha nacionalidad. Se casó, tuvo dos hijos y vivió una vida tranquila hasta su muerte en 1982.

José Carlos Grey Molay

La escalera de la muerte
Mauthausen se encuentra en el borde de una cantera de granito en la que fueron enviados prisioneros de los campos a trabajar.  El sitio para el campamento fue elegido debido a la proximidad de la cantera a Linz. Los nazis despertaban a los reclusos de madrugada y, en fila, les obligaban a subir las escaleras de la cantera cargando piedras de granito de hasta 50K. Cargados, los reclusos debían subir los 186 escalones que componían estas escaleras de la muerte. Muchos colapsaban y caían con sus cargas, llevándose a otros reclusos por delante. Los que no morían y quedaban heridos eran rematados por miembros de la SS.
Los que sobrevivían a la prueba, más tarde se colocaría alineadamente en el borde de un acantilado que las SS llamó «The Parachutists Wall» (Muro de paracaidistas). Una vez colocados, los nazis ofrecían 2 opciones: o bien empujaban a los reclusos por el precipicio, o te metían una bala en la cabeza. El proceso se repetía hasta que todos habían muerto o los oficiales de la SS se cansaban o aburrían. Algunos presos, incapaces de soportar las torturas del campo, saltaban voluntariamente y se suicidaban.
Esta práctica se alternaba con otras formas de exterminio, como duchar a los presos con agua helada y dejarlos desnudos a la intemperie a temperaturas de -30°C, ahogarlos en depósitos de agua o lanzarlos a vallas electrificadas.
Hoy en día, la escalera de la muerte forma parte de las visitas guiadas al Memorial de Mauthausen.

Escalera de la muerte de Mauthausen

Historia de una bandera. El KLM (Komando de Liberación de Mauthausen)

Campo de Mauthausen,
tus muros bañados de sangre,
unos matados a palos,
otros murieron de hambre.
Esa es la sangre española
derramada en el combate.



Francisco Ortiz, superviviente de Mauthausen


Al avistar el primer tanque aliado cerca de las puertas del campo el 5 de mayo de 1945 pese a la debilidad, un grupo de españoles republicanos confeccionó ua bandera republicana con la que saludaron a los aliados. Pusieron en letras grandes "República Española", el nombre con el que se conocía a la resistencia seguido de algunos nombres de españoles acompañados del número de identificación en el campo.

La bandera republicana que recibió a los aliados tiene un simbolismo histórico de especial significado, pues se trata de la bandera tejida por los españoles del campo, que formaban el KLM (Komando de Liberación de Mauthausen) clandestino y de carácter internacional, que actuó en el campo desde 1943. En la bandera hay varias inscripciones, que han sido desdibujadas por el tiempo y el dolor de quienes la defendieron, aunque ella misma sigue siendo el mayor signo de viva memoria histórica.

En letras grandes, "República Española", debajo (dos veces) KLM, y en letras más pequeñas, los nombres de los españoles pertenecientes al comando y el número que les habían asignado en el campo:
  • F. Ortiz (4245),
  • F. García (3544),
  • F. Herrero (3301),
  • I. Bonilla (3852),
  • Ramón Bargueño (3183),
  • F. Biarnés (3208) y
  • Francisco Playa (5145).
Los dos sastres encargados de tejerla fueron Falo y Bonaque.

Francisco Ortiz fue testigo de la muerte del principal jefe del campo de Mauthausen, Franz Zireis, tras la liberación por el Ejército norteamericano. Fue él quien abrió las puertas del campo para que salieran los deportados, que posteriormente rompió la puerta de la armería para distribuir armas y ajustar cuentas con los guardianes y que vio cómo el temido Zireis -un despiadado nazi que adiestraba a sus hijos en el uso de las armas disparando sobre los deportados- murió a manos de dos jóvenes cordobeses.

http://www.derechos.org/nizkor/espana/doc/klm51.html


Gusen: El campo de la muerte
A cuatro kilómetros de Mauthausen se habilitó el campo de Gusen. el régimen disciplinario era menos duro pero las condiciones de vida era mucho peores que las sufridas en Mauthausen: allí se explotaba otra cantera y para la mayoría de los deportados el traslado a Gusen representó sus sentencia definitiva de muerte. llegaron extremadamente débiles y las condiciones de traba.jo provocaron su fallecimiento  a lass pocas semanas
Entrada al Campo de Gusen


El proyecto Stolpersteine

El proyecto STOLPERSTEINE es obra del artista alemán Gunter Demnig. Lo inició en Colonia cuando en la ciudad se negó la deportación de gitanos a campos nazis. Posteriormente lo dedicó a todas las víctimas del nacionalsocialismo (judíos, homosexuales, presos político, miembros de las Brigadas Internacionales….) comprendidas entre los años 1933 y 1945. Entre estas víctimas se incluye el colectivo de deportados españoles.

En la actualidad hay más de 75.000 stolpersteine colocadas en más de 20 países.
Las stolpersteine son unos pequeños bloques de cemento de forma cúbica (10 x 10 x 10 cm) en los que una de sus caras está cubierta por una fina lámina de latón donde se han grabado a mano los datos de la víctima (nombre, fecha de nacimiento, datos de la deportación y fecha de fallecimiento o liberación).
En homenaje para cualquier víctima (mortal o no) del nazismo entre 1933 y 1945, incluidos los deportados españoles



Las entidades de la memoria. El papel de la amical de Mauthausen

Meses después de la liberación, supervivientes franceses fundaron la amical de Mauthausen a la que se unieron deportados españoles: ese mismo año se creó en París la Federación Española de Deportados e Internado Políticos (FEDIP) con la finalidad de ayudar a los supervivientes de la deportación. el 6 de mayo de 1962, durante  la ceremonia del 17 aniversario de la liberación del campo, se inauguró un monumento a los republicanos en Mauthausen. ese mismo años se constituyó en Barcelona la Amical de Mauthausen y otros campos cuya andadura inicial fue clandestina pues no se legalizó hasta 1977. la actividad de la asociación persigue difundir la memoria de la deportación republicana, reivindicando los derechos morales y materiales y los valores políticos de las víctimas del nazismo y sus familiares.
Tras la liberación del campo, mientras los supervivientes eran repatriados a sus países de origen, nadie se ocupaba de los 25000 republicanos cuya situación personal había sido la de exiliados en Francia tras huir de la España franquista. Finalmente fueron repatriados a Francia y la mayoría rehízo su vida allí. una pequeña parte decidió regresar a España a pesar de que su porvenir no era fácil por las represalias a las que podían enfrentarse. todos, independientemente el lugar donde se establecieron, tuvieron que rehacer sus vidas y afrontar las secuelas físicas y psíquicas derivadas de la deportación: desde entonces, para la mayoría, el deber de recordar estuvo muy presente en sus vidas y en las de sus familiares.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, algunos de los responsables de los crímenes cometidos por el Tercer Reich fueron juzgados en diferentes procesos. En los Juicios de Nuremberg, celebrados entre 1945 y 1946, se incriminó a 22 acusados, la mayoría de los cuales esgrimieron que cumplían órdenes de superiores. Francesc Boix testificó en estos juicios mientras Casimir Climent lo hizo en el proceso de de Clonia donde se enjuició a los responsables de la muerte de mujeres y niños gitanos en el campo de Mauthausen: en el proceso de Dachau se juzgó a los soldados de las SS del campo de Mathausen. Algunos de los que tuvieron un papel fundamental en los campos de concentración recibieron condenas cortas y otros muchos lograron huir de Alemania.
 
Seguimos exigiendo Verdad, Justicia y Reparación

La posguerra fue mucho peor que la guerra para una parte muy importante de españoles, unos tuvieron tiempo de salir hacía otros países, muchos de ellos terminaron en campo de exterminio nazis, ante el abandono por parte de la dictadura franquista, que al ser consultada, por los nazis, sobre que hacían con los españoles residentes en España, el Gobierno del “padrino” de su católica majestad, replicó que no existían españoles allende las fronteras. Otros lograron enrolarse en la resistencia francesa, otros marcharon a México, Argentina, Venezuela, o la Unión Soviética, con distintas suerte según los casos y países. Para ninguno terminó la guerra.

En pleno 2017, tras 40 años de democracia, el estado español continúa incumpliendo los tratados internacionales en materia de derechos humanos que ha firmado y desoyendo las recomendaciones de los organismos internacionales, particularmente de las Naciones Unidas. Para acabar con la impunidad únicamente hay una vía: una ley emanada del Parlamento español, que condene jurídicamente ilegales el régimen franquista, sus leyes represivas y sus tribunales, y que declare nulas de pleno derecho sus sentencias.

Campo de Mauthausen, ciudad de gran familiaridad
ciudad siempre recordada, siempre en la memoria
ciudad donde tengo más muertos que vivos, ¡Recordad!
ciudad donde nunca olvidamos su historia

Cuántos años hemos pasado con el uniforme rayado
el triángulo en el pecho y el número al mismo lado
esperando que nuestro inevitable final ahogará nuestros lamentos
final que para algunos llegaba y acababa con su sufrimiento

doblemente perdedores, doblemente sufridores
de aquellos que vencieron y con la fuerza lo demostraron
a los vencidos, apátridas, al bando de los perdedores
para algunos la guerra y el sufrimiento nunca terminaron

pero el cinco de mayo trajo el final de esta pesadilla vivida
y los muros se doblegaron y salimos corriendo hacía la luz
de la libertad, quitándonos tan pesada cruz
dándonos esperanza, devolviéndonos la vida

pensando que todo había acabado, que la esperanza seguía latente
pero el tiempo pasaba y caíamos en el olvido 
mientras nuestra guerra era algo pasado, no importante en el presente
y nadie se acordaba del bando perdedor, del bando vencido

Placa a los republicanos españoles deportados

2 comentarios:

  1. Muchas gracias, por esta información
    Visite auschwitz y Birkenau, tremendamente estremecída
    por el dolor y la pena.
    De Franco también es la frase son rojos, para el ni siquiera eran españoles.
    Esa fue la respuesta que dio cuando le preguntaron que que hacían con lo españoles que estaban en el campo.
    Que tristeza, y que pena.
    Realmente la transición fue solo un lavado de cara.
    No tuvieron arrestos para por lo menos poner la información sobre estos episodios tan funestos.

    ResponderEliminar
  2. Maravillosa historia. Que no se olvide nunca

    ResponderEliminar