Fernando Macarro Castillo, conocido como Marcos Ana, nació en Salamanca un 20 de enero de 1920 en el seno de una familia de jornaleros. A los doce años dejó los estudios y se puso a trabajar y a los dieciséis se afilió a las Juventudes Socialistas. Trabajó como comisario político en la 44 Brigada Mixta (estacionada en El Pardo) y más tarde como instructor político de la juventud en la 8ª División del Ejército del Centro.
Procedente de una familia muy humilde y profundamente católica, con a los dieciséis años se afilió a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) y abandonó la religión. Cuando estalló la guerra civil, en julio de 1936 marchó al frente con el batallón de milicias «Libertad» de las JSU, pero le devolvieron a casa por ser menor de edad. Se incorporó finalmente en 1938 llegando a ser comisario político del partido comunista. Fue apresado a los 19 años y se convirtió en el preso político que pasó más tiempo en las cárceles, donde sobrevivió a varias condenas de muerte de la dictadura franquista. En la cárcel también realizó una gran labor política: organizado con otros presos comunistas, idearía miles de tretas para conseguir materiales para los presos y recibir y enviar noticias, creando un sentimiento de comunidad y una célula. En la cárcel comenzó a escribir sus primeros poemas bajo el seudónimo de Marcos Ana. Fue liberado, tras la presión internacional, en 1961, tras 23 años de encierro. Ya libre, marchó a Francia y se dedicó a viajar por todo el mundo convertido en un símbolo de la solidaridad internacional y de la lucha antifranquista.
Su expediente es el número 120.976 y en él se pueden leer los motivos de su condena: como secretario de las Juventudes Socialistas Unificadas en Alcalá de Henares y jefe de un grupo de milicianos dentro del Batallón Libertad, “tomó parte directa” en el asesinato de Marcial Plaza Delgado el 23 de julio de 1936 y en el asesinato, el 3 de septiembre de ese año, de Amadeo Martín Acuña y de Agustín Rosado.
Marchó al exilio en Francia, donde el Partido Comunista le invitó a establecer el Centro de Información y Solidaridad con España (CISE) con Pablo Picasso de presidente de honor. Recorrió Europa y Sudamérica, pronunciando conferencias y organizando campañas de apoyo a los exiliados y opositores al franquismo.
En París conoció a Vida Sender, hija de exiliados anarquistas españoles, con quien tuvo un hijo, Marquitos, en 1963. Tras la muerte de Franco regresó a España en 1976.
Durante la Transición continuó sus actividades dentro del Partido Comunista del que fue candidato al Congreso de los Diputados en las elecciones de 1977, por la provincia de Burgos, sin obtener escaño, y en el que ocupó distintas responsabilidades, como la de solidaridad internacional.
En 2007 publicó un libro de memorias, Decidme cómo es un árbol, prologado por José Saramago. Su poesía es una «poesía de trinchera», poesía que tomaba partido a diferencia de aquellos neutrales que la concebían como un lujo cultural, y ha sido atribuida a «la fuerza de la convicción, la sentida sinceridad poética, la angustia, el miedo del hombre en el presidio»
El 4 de diciembre de 2009, el Gobierno de España le otorgó la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo. El 13 de enero de 2010, Ana fue el primer galardonado con el Premio René Cassin de Derechos Humanos, otorgado por el Gobierno Vasco. En abril de 2011, el Consejo de Ministros de España le otorgó la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. En 2008 el director Pedro Almodóvar adquirió los derechos de su biografía con el objeto de rodar una película sobre su vida.
Murió el día 24 de Noviembre de 2016 en Madrid a los 96 años de edad.
Después de tanto tiempo, lo conseguiste
viste cómo era un árbol sin la cortina fría e insensible
de barrotes que tapaba el horizonte y nublada a la sociedad
y recordaste cómo era el mar que con tus ojos viste
porque el mundo es algo más que el patio y estas losas terribles
donde te ibas desgastando y hundiendo en el mar de la necedad
porque resistir es vencer, porque la vida es un batalla eterna y constante
donde siempre fuiste vanguardia, siempre estuviste en las trincheras
en la guerra, en la dictadura y en la cárcel, partes de tu vida determinantes
que forjaron y templaron tu conciencia de clase, clase obrera
clase que asumiste con orgullo y que llevaste hasta tus últimos días
en tu corazón y en tus escritos, en los versos de las paredes de las prisiones
cuyos ladrillos se desmoronaban cuando tus sueños y utopías
recordaban y llamaban a la resistencia y nuevas revoluciones
dejando huella y poso para nuevas generaciones
que portarán nuevas banderas rojas y nuevas utopías
que podrán avanzar al son de tus versos y canciones
haciendo camino, sembrando semillas de rebeldía
Marcos Ana |
Siempre en nuestros corazones,si eso es ser rojo yo también me siento así, muy ROJO,✊🌹🌹✊
ResponderEliminarEl título de un poemario suyo: "Si mil veces naciera, mil veces volvería a ser comunista"
ResponderEliminarLas personas como él me animan a seguir en la lucha siempre. ✊
ResponderEliminarMi padre tuvo ése libro de Marcos Ana "Si mil veces naciera mil veces volvería a ser comunista"
ResponderEliminarGracias. Por tu labor de escritor revolucionario. El texto sobre Marcos Ana, especialmente emotivo. Un saludo
ResponderEliminarGracias, me ha gustado leer este ejercicio de memoria hacia Marcos Ana, no lo conozco mucho, y leyendo tus palabras me ha dado por pensar que mucha gente luchando en la dictadura, no dándose por vencida, ha logrado hacer mejor nuestro país
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