Se firmó un armisticio el 15 de diciembre y los debates sobre la paz comenzaron el 22 de diciembre, siendo comandada la delegación rusa por Trotsky, que hizo publicar todos los tratados secretos y acuerdos sobre cambios territoriales alcanzados previamente entre ambas potencias. Las exigencias alemanas fueron enormes: Polonia, Lituania y Bielorrusia debían pasar a estar bajo ocupación alemana. Se inició así un acalorado debate en el seno del partido bolchevique, donde se confrontaban tres posiciones. Unos, como Bujarin, defendían la necesidad de una guerra revolucionaria, Lenin opinaba que había que dar el brazo a torcer, y Trotsky, que venció en la votación con nueve votos a favor por siete en contra, propuso rechazar la firma de una paz que conllevara cambios territoriales pero que sí que había que declarar el fin de la guerra.
Como respuesta, el ejército alemán lanzó una ofensiva el 17 de enero, avanzando rápidamente en Ucrania. La posición de Lenin, favorable a la firma inmediata de la paz, fue ganando adeptos dentro del partido, pero los alemanes endurecieron las condiciones del tratado de paz. El 3 de marzo de 1918, los bolcheviques firmaron el tratado de Brest-Litovsk, por el cual Rusia perdía el 26% de su población, el 27% de su superficie cultivada y el 75% de su producción de acero y de hierro. La situación económica de la joven república soviética, ya agravada por una guerra mortuoria que había durado cuatro años, se presentaba desesperante.
El Tratado puede ser condensado de la siguiente manera:
- Artículo 1:Se declara el fin de la guerra.
- Artículo 2:Los poderes firmantes suspenderán la propaganda contra el otro bando.
- Artículo 3: Rusia renuncia a cualquier reclamación sobre los territorios al oeste de la línea de influencia trazada previamente. El futuro estatus de dichos territorios será determinado por Alemania y Austria-Hungría.
- Artículo 4: Alemania continuará ocupando territorios al este de la línea de influencia trazada hasta que Rusia no desmovilice sus tropas. Batum, Kars y Ardahan serán despejados de tropas rusas y cedidas al Imperio otomano.
- Artículo 5: Rusia debe limpiar sus aguas de barcos de guerra de las otras naciones aliadas. Rusia debe limpiar las aguas del Mar Báltico y Mar Negro de sus minas, e indicar las rutas de navegación seguras.
- Artículo 6: Rusia debe suspender la lucha contra la República Popular Ucraniana. Rusia debe desocupar Estonia y Livonia, que serán ocupadas por policías alemanes. Rusia debe devolver a todos los habitantes de estas regiones que fueron deportados o arrestados. Rusia debe desocupar Finlandia y las islas Åland, incluyendo sus puertos. Si el hielo no permite que los barcos rusos dejen los puertos, debe dejarse una tripulación mínima en los mismos. Las islas Åland no deben volver a ser fortificadas.
- Artículo 7. Rusia debe reconocer que Persia y Afganistán son estados libres e independientes.
- Artículo 8 Los prisioneros de guerra de ambos bandos deberán ser liberados y devueltos a sus naciones de origen.
- Artículo 9: Ambos bandos renuncian a reclamar indemnizaciones de guerra.
- Artículo 10: Se reinician las relaciones diplomáticas entre ambos bandos.
- Artículo 11: Las relaciones económicas entre los bandos serán definidas en otros apéndices.
- Artículo 12: Las relaciones legales públicas y privadas serán discutidas en posteriores tratados, al igual que el intercambio de prisioneros y navíos mercantes en poder del otro bando.
- Artículo 13: Se define la autoridad de los textos firmados.
- Artículo 14: El Tratado debe ser ratificado en Berlín en un lapso inferior a dos semanas.
- El 3 de marzo de 1918, el gobierno ruso se vio obligado a aceptar las condiciones de un tratado por el cual debía reconocer la independencia de Ucrania, Georgia y Finlandia, y debía entregar Polonia y los estados bálticos de Lituania, Letonia y Estonia a Alemania y Austria-Hungría, cediendo las poblaciones de Kars, Ardahan y Batum a Turquía. El tratado fue ratificado por el Congreso de los Soviets el 15 de marzo de ese mismo año.
- El tratado, sin embargo, quedó anulado cuando Alemania perdió la guerra ocho meses después, pero los territorios que el Gobierno bolchevique había cedido a principios de 1918 se mantuvieron independientes. Rusia se lanzó entonces a recuperar sus antiguos dominios: entre 1919 y 1920 recuperó Ucrania y Bielorrusia y, constituidas en la Unión Soviética desde 1922, recuperó el este de Polonia, los Estados bálticos y parte de Finlandia al estallar la Segunda Guerra Mundial en 1939.
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