lunes, 4 de julio de 2016

LA DESCOLONIZACIÓN DEL ÁFRICA NEGRA

La década de los sesenta es sin duda una de las épocas más recordadas del pasado siglo XX. La guerra de Vietnam, el racismo, la opresión dentro de la educación, el avance del comunismo y otros factores, marcaron el nacimiento de un sinnúmero de movimientos sociales contraculturales, como la corriente hippie o la progresista. El “Mayo Francés” había dejado deseos de libertad en la juventud europea, pero también en Latinoamérica, especialmente en Chile donde en 1970 un gobierno socialista llegaría al poder por la vía democrática.

A pesar de haberse constituido en 1963, la Organización para la Unión Africana (OUA) para evitar los conflictos entre los nuevos estados africanos por cuestiones limítrofes, estos se siguieron suscitando con frecuencia, sobre todo, por problemas étnicos.

La descolonización del África negra. Antecedentes

A finales del siglo XIX, con la ocupación efectiva de África por los europeos, se trazaron las zonas de influencia de las potencias que competían en el reparto del territorio africano. Se firmaron tratados de amistad o protección con los jefes de tribus africanas, que conducían a tomas de inmensas regiones.

En 1885 Otto Von Bismark, canciller del imperio alemán, celebró la Conferencia de Berlín. Las potencias que participaron en el reparto fueron: Gran Bretaña, Portugal, Alemania, Francia, Holanda, Austria-Hungría, Bélgica, Dinamarca, Italia, Rusia, Suecia- Noruega, España, Turquía y los Estados Unidos.

Durante el proceso de colonización africana se crearon formas de gobierno, e instituciones que acabaron con las tradiciones culturales y la autonomía de los imperios y reinos africanos.

Los territorios del África negra, al sur del Sahara fueron colonizados por Gran Bretaña, Francia, Bélgica y Portugal. Estas potencias intentaron por todos los medios pero tras la independencia varios países vivieron una serie de conflictos internos, provocados por la población blanca que hacía imposible que la población negra, conflictos étnicos y una equivocada limitación de fronteras.

El reparto colonial de África entre las potencias europeas se completa entre 1885 y 1904, dando por resultado el establecimiento y la consolidación de todas las colonias occidentales en el continente, a lo largo de un proceso en que se producen cuatro tipos de hechos interrelacionados: las ocupaciones territoriales, las resistencias africanas a estas invasiones, las rivalidades y enfrentamientos que resultan de tales ocupaciones europeas, y los tratados que regulan las citadas rivalidades, con lo que se configura el definitivo mapa colonial de África.

La colonización francesa en África del Norte inició con el envío de una expedición militar contra el Dey de Argelia en 1830.

En 1847 conquistaron Argelia, centro del poder francés en el noroeste del continente. 

Francia comenzó la conquista de lo que se conoció como el Congo francés en 1880, a través de un protectorado que paulatinamente integró Cabinda, Camerún y el Estado Libre del Congo. Un año después controló Túnez. 

En el año 1898 se apoderaron de Madagascar, pero tras la crisis de Fachoda con los británicos Francia abandonó el proyecto de unir los extremos este y oeste del continente, que le hubiesen permitido conectar los océanos Atlántico e Índico a través de Sudán.

El Dato: En la crisis de Fachoda los gobiernos de Francia y Reino Unido decidieron construir líneas de comunicaciones destinadas a conectas sus colonias africanas.

 En 1904 surge oficialmente el África Occidental Francesa (AOF), que comprendía una federación de ocho territorios: Mauritania, Senegal, Guinea, Sudán Francés (hoy Mali), Guinea, Costa de Marfil, Alto Volta (hoy Burkina Faso) y Dahomey (hoy Benín). 

Más tarde se incorporará el territorio de Mauritania, y poco después el territorio militar de Níger.

En 1905 estableció un protectorado en Marruecos a pesar de la oposición de Alemania y la amenaza de un conflicto bélico internacional con su vecino europeo. 

Inglaterra llegó al sur del continente ocupando el Cabo, territorio que originalmente había sido un asentamiento de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales desde 1652. A principios del siglo XIX los ingleses también comenzaron a formar colonias provocando enfrentamientos con los Boers (colonos holandeses), antagonismo que se agravó en cuanto se tuvo conocimiento de las riquezas de diamantes y oro de esas tierras, el conflicto terminó con la expulsión de los Boers; Orange y Transvaal se apoderan de ella. Sudáfrica logró una independencia limitada en 1910 y se formó un gobierno blanco, conocido como el Apartheid, cuyas leyes estaban basadas en la discriminación racial.

La política colonial del Imperio Británico no siempre fue bien vista por sus ciudadanos, que criticaban los altos costos que implicaban las conquistas, dinero, argumentaban algunos, que de invertirse internamente podía aliviar la situación crítica que vivían las clases trabajadoras. El Ministro de las Colonias, Joseph Chamberlain, fue un ferviente defensor de la política imperialista inglesa y dictó numerosas conferencias para promover la expansión colonial, conozcamos la ideología imperialista británica en sus propias palabras:    

(…) en tiempos muy recientes la autoridad inglesa ha sido establecida en Uganda y ha sido declarada una zona de influencia inglesa. Uganda es un país más fértil. Tiene todas las variedades de clima; en una gran parte de ella la colonización europea es perfectamente posible.

El desarrollo de los mercados libres es factible; los productos son de la mayor riqueza; no hay casi nada que sea de valor o utilidad para nuestro comercio que no se pueda cultivar allí (…) Pero voy a ir más lejos que eso. Este rico país debe desarrollarse. En la actualidad tiene 800 millas de mar y si no podemos llegar un país por el mar no podremos obtener sus productos a un costo que fuera de utilidad para nosotros y no podremos llevarles nuestros productos (…) Lo que queremos es dar a este país los medios de comunicación con un ferrocarril de la costa que traería a la población que es más inteligente que la población común en el corazón de África – nuestro hierro, nuestros paños y nuestro algodón, e incluso nuestras joyas, porque creo que los salvajes no son del todo insensible a los encantos de adorno personal. Eso traería a estas personas los bienes que ellos quieren y que no pueden fabricar, y nos daría a nosotros las materias primas, de las cuales debemos ser capaces de hacer un uso posterior. Chamberlain, J. (1987). Want of Employment and the Development of Free Markets. Foreign & Colonial Speeches, p. 135-136. London: George Routledge & Sons Limited. Recuperado de https://archive.org/details/cihm_00750 (octubre, 2015).

A finales de la Segunda Guerra Mundial solo existían cuatro estados independientes en África: Egipto, Etiopia, Liberia y Unión Sudafricana. Treinta años más tarde, no quedaba una sola colonia. Este rápido proceso de descolonización se vio estimulado por los movimientos independentistas asiáticos y por el Movimiento Panafricano.

La rápida descolonización asiática influyó en la acelerada toma de conciencia de los pueblos de África.

Después de 1945 son los intelectuales africanos quienes dirigen la emancipación de África, sobre la que influirá la Conferencia de Bandung y, sobre todo, la creación, en 1963, de la Organización de la Unidad Africana (OUA). Los objetivos de esta organización son:
  • Reforzar la unidad y solidaridad de los estados africanos.
  • Coordinar e intensificar su colaboración.
  • Defender su soberanía.
  • Eliminar el colonialismo  de África.
  • Favorecer la cooperación internacional sobre la base de la Carta de las Naciones Unidas y de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre.
Las etapas más importantes de la descolonización se cumplieron entre 1956 y 1962; estos pocos años bastaron para terminar con una forma de dominación que llevaba establecida, en ocasiones, hasta un siglo.

La descolonización del África negra

A partir de 1945, el proceso de descolonización adquirió un ritmo frenético. Los últimos reductos del colonialismo cayeron a mitad de los años setenta, a través de importantes movimientos nacionales revolucionarios. Pero la ruptura con el colonialismo no significó la pacificación de África.
La mayoría de los territorios del África británica alcanzaron la independencia de una manera pactada, a excepción de Kenia.

Ghana fue el primer país africano en alcanzar su independencia en 1957 bajo el mandato de Nkruma creador de un régimen socialista y presidente de la República desde 1960.
Posteriormente lo hicieron Nigeria (1960), Sierra Leona y Tanganika (1961), Uganda (1962), Tanzania (1963), Zambia y Malawi. (1964)

En el África francesa, en 1958, el general De Gaulle propuso un referéndum por el cual las colonias podían elegir entre la autonomía o una independencia. Tan sólo Guinea votó la independencia. El resto de los países (Costa de Marfil, Senegal, Gabón, Mali, Chad...) aceptaron las condiciones de los franceses. Pero el proyecto de la Comunidad Francesa jamás llegó a funcionar y en 1960 estos países accedieron a la independencia.

En 1958, el Movimiento Nacional del Congo, dirigido por Patrice Lumumba, reclamó la independencia, aceptada por Bélgica en 1960. El 30 de junio de 1960 El Congo Belga alcanza la independencia de Bélgica bajo el nombre de República Democrática del Congo. 

Leopoldo II de Bélgica (1835-1909) pasará a la historia como uno de los mayores genocidas que ha conocido la humanidad. Además de su función como gobernante, este monarca fue un hombre de negocios sin escrúpulos. En la conferencia de Berlín de 1885, donde se decidió el reparto entre las potencias europeas de África, el monarca recibió, a título personal, el Estado Libre del Congo.

Leopoldo II de Bélgica explotó durante varios decenios el país. Aunque durante los primeros años la mayoría de los ingresos provinieron del marfil, la extracción de caucho se consolidó como la mayor fuente de divisas, ya que a partir de 1896 la demanda de este polímero de disparó en los mercados internacionales.

Poco importaban la vida o la salud de los congoleños, que día y noche, bajo unas condiciones de esclavitud inhumanas, sacrificaban su existencia para el enriquecimiento personal del monarca. Secuestros de menores, cortes de extremidades como castigo, violaciones, asesinatos masivos…fueron algunas de las horrendas técnicas que aplicaron las unidades de La Force Publique para someter la población local.

En un contexto donde el cumplimiento de la cuota o la sumisión significaban la delgada línea que separaba la vida de la muerte, el horror y la impunidad se convirtieron en norma. Se calcula que en unas 10.000.000 de personas fueron asesinadas bajo el reinado de Leopoldo II. El monarca, que nunca vio el terror en directo porque jamás puso un pie en su único territorio de ultramar, exterminó a la mitad de la población en 23 años.

El poder aplicado sobre la vida misma, así se podría definir la política de genocidio llevada a cabo por los belgas en la época del Estado Libre del Congo. Los congoleños, al ser clasificados como meros sujetos biológicos que aportaban mano de obra, se convirtieron en engranajes de un sistema de esclavitud aplicado a escala industrial.

Fueron numerosos los escritores, periodistas, activistas y hombres de negocios tanto estadounidenses como británicos que descubrieron y denunciaron públicamente las atrocidades cometidas en el Estado Independiente del Congo. La presión nacional e internacional sobre Leopoldo fue de tal envergadura que en 1908 se vió obligado a renunciar a la colonia. Según señalan los historiadores Ramón Villares y Ángel Bahamonde, en 1908, el Congo pasó, “como donación”, a titularidad del Estado Belga. La época colonial duró hasta la década de los 60, cuando el país logró su independencia.

Sin embargo, para conservar los intereses de sus compañías mineras, los belgas dieron apoyo al movimiento secesionista. Días después estallará una revuelta y Bélgica enviará tropas sin consentimiento del nuevo Gobierno con el objetivo de restaurar el orden público y proteger a los ciudadanos belgas que aún permanecen en el país. El asesinato de Lumumba en 1961 por los secesionistas desencadenó una guerra civil en la que tuvo que intervenir la ONU. En 1965, el general Mobutu dio un golpe de Estado e instauró su poder; en 1966, el antiguo Congo Belga tomó en nombre de Zaire.

Patrice Lumumba

Las potencias que más tardaron en conceder la independencia a sus colonias africanas fueron España y Portugal. La República de Guinea Ecuatorial alcanzó su independencia en 1968, cuando los guineanos aprobaron su constitución y eligieron como presidente de la nueva república a Francisco Macías. En 1975 se celebró en Madrid un acuerdo tripartito entre Marruecos, España y Mauritania por el cuál España se comprometió que dejaría a la colonia antes de 1976 y así de este modo el territorio se repartiría entre Mauritania y Marruecos. La independencia de las colonias portuguesas, Angola, Mozambique, Santo Tomé, Príncipe y Cabo Verde tuvo lugar en 1975 debido a una revolución democrática que puso fin a la dictadura portuguesa a finales de 1974.

Todos estos jóvenes estados se agruparon en la Organización para la Unidad Africana (OUA), fundada en 1963. Su principal preocupación fue evitar los conflictos fronterizos y secesionistas que daban lugar a brutales guerras civiles como la de Katanga o la de Biafra que asoló Nigeria en 1966-1970. Uno de los grandes problemas africanos es que las fronteras fueron decididas en Londres o París, sin tener en cuenta la realidad tribal existente previamente. Tras la descolonización, los conflictos entre estados que no responden a realidades nacionales o las guerras civiles entre grupos étnicos o tribales dentro de un mismo estado.
Nelson Mandela


La plena soberanía alcanzada por las naciones tras la independencia no ha supuesto para la inmensa mayoría de ellas una mejora en las condiciones de vida de sus habitantes. La evolución de muchos países se ha visto frenada por conflictos que son consecuencia de una inestabilidad estructural. A menudo se han sucedido enfrentamientos y golpes y contragolpes de estado, fruto de los partidos políticos que sirvieron en su momento de catalizadores de la independencia. La tendencia al “partido único” ha sido algo a lo que pocos países se han sustraído, justificando así las dictaduras militares y los gobiernos revolucionarios. Los ejércitos han desempeñado frecuentemente un papel protagonista, aunque frecuentemente se ha visto dividido entre una mayoría de soldados analfabetos y una minoría de oficiales aculturados y ligados a la modernidad. Conflictos fronterizos y étnicos como los presentes de Centro-África vienen a completar este panorama.


3 comentarios:

  1. Tengo entendido que los colonizadores belgas, dejaron El Congo, pero siguen explotando las minas de diamantes, para Bélgica ,claro. Los europeos llegaron a acuerdos entre ellos; a los africanos los abandonaron a su suerte, de ahí las guerras civiles o no civiles, por los territorios, comida y la vida y tantísimo sufrimiento, hasta hoy.

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  2. LA VERDAD QUE CUANDO TE LEO....ME INSTRUYO
    QUE GRAN TRABAJO
    ...GRANDE

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