La década de los sesenta es sin duda una de las épocas más
recordadas del pasado siglo XX. La guerra de Vietnam, el racismo, la opresión
dentro de la educación, el avance del comunismo y otros factores, marcaron el
nacimiento de un sinnúmero de movimientos sociales contraculturales, como la
corriente hippie o la progresista. El “Mayo Francés” había dejado deseos de
libertad en la juventud europea, pero también en Latinoamérica, especialmente
en Chile donde en 1970 un gobierno socialista llegaría al poder por la vía
democrática.
A pesar de haberse constituido en 1963, la Organización para
la Unión Africana (OUA) para evitar los conflictos entre los nuevos estados
africanos por cuestiones limítrofes, estos se siguieron suscitando con
frecuencia, sobre todo, por problemas étnicos.
La descolonización
del África negra. Antecedentes
A finales del siglo XIX, con la ocupación efectiva de África
por los europeos, se trazaron las zonas de influencia de las potencias que
competían en el reparto del territorio africano. Se firmaron tratados de
amistad o protección con los jefes de tribus africanas, que conducían a tomas
de inmensas regiones.
En 1885 Otto Von Bismark, canciller del imperio alemán,
celebró la Conferencia de Berlín. Las potencias que participaron en el reparto
fueron: Gran Bretaña, Portugal, Alemania, Francia, Holanda, Austria-Hungría,
Bélgica, Dinamarca, Italia, Rusia, Suecia- Noruega, España, Turquía y los
Estados Unidos.
Durante el proceso de colonización africana se crearon
formas de gobierno, e instituciones que acabaron con las tradiciones culturales
y la autonomía de los imperios y reinos africanos.
Los territorios del África negra, al sur del Sahara fueron
colonizados por Gran Bretaña, Francia, Bélgica y Portugal. Estas potencias
intentaron por todos los medios pero tras la independencia varios países
vivieron una serie de conflictos internos, provocados por la población blanca que
hacía imposible que la población negra, conflictos étnicos y una equivocada
limitación de fronteras.
El reparto colonial de África entre las potencias europeas
se completa entre 1885 y 1904, dando por resultado el establecimiento y la
consolidación de todas las colonias occidentales en el continente, a lo largo
de un proceso en que se producen cuatro tipos de hechos interrelacionados: las
ocupaciones territoriales, las resistencias africanas a estas invasiones, las
rivalidades y enfrentamientos que resultan de tales ocupaciones europeas, y los
tratados que regulan las citadas rivalidades, con lo que se configura el
definitivo mapa colonial de África.
La colonización francesa en África del Norte inició con el envío de una expedición militar contra el Dey de Argelia en 1830.
En 1847 conquistaron Argelia, centro del poder francés en el noroeste del continente.
Francia comenzó la conquista de lo que se conoció como el Congo francés en 1880, a través de un protectorado que paulatinamente integró Cabinda, Camerún y el Estado Libre del Congo. Un año después controló Túnez.
En el año 1898 se apoderaron de Madagascar, pero tras la crisis de Fachoda con los británicos Francia abandonó el proyecto de unir los extremos este y oeste del continente, que le hubiesen permitido conectar los océanos Atlántico e Índico a través de Sudán.
El Dato: En la crisis de Fachoda los gobiernos de Francia y Reino Unido decidieron construir líneas de comunicaciones destinadas a conectas sus colonias africanas.
En 1904 surge oficialmente el África Occidental Francesa (AOF), que comprendía una federación de ocho territorios: Mauritania, Senegal, Guinea, Sudán Francés (hoy Mali), Guinea, Costa de Marfil, Alto Volta (hoy Burkina Faso) y Dahomey (hoy Benín).
Más tarde se incorporará el territorio de Mauritania, y poco después el territorio militar de Níger.
En 1905 estableció un protectorado en Marruecos a pesar de la oposición de Alemania y la amenaza de un conflicto bélico internacional con su vecino europeo.
Inglaterra llegó al sur del continente ocupando el Cabo, territorio que originalmente había sido un asentamiento de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales desde 1652. A principios del siglo XIX los ingleses también comenzaron a formar colonias provocando enfrentamientos con los Boers (colonos holandeses), antagonismo que se agravó en cuanto se tuvo conocimiento de las riquezas de diamantes y oro de esas tierras, el conflicto terminó con la expulsión de los Boers; Orange y Transvaal se apoderan de ella. Sudáfrica logró una independencia limitada en 1910 y se formó un gobierno blanco, conocido como el Apartheid, cuyas leyes estaban basadas en la discriminación racial.
La política colonial del Imperio Británico no siempre fue bien vista por sus ciudadanos, que criticaban los altos costos que implicaban las conquistas, dinero, argumentaban algunos, que de invertirse internamente podía aliviar la situación crítica que vivían las clases trabajadoras. El Ministro de las Colonias, Joseph Chamberlain, fue un ferviente defensor de la política imperialista inglesa y dictó numerosas conferencias para promover la expansión colonial, conozcamos la ideología imperialista británica en sus propias palabras:
(…) en tiempos muy recientes la autoridad inglesa ha sido establecida en Uganda y ha sido declarada una zona de influencia inglesa. Uganda es un país más fértil. Tiene todas las variedades de clima; en una gran parte de ella la colonización europea es perfectamente posible.
El desarrollo de los mercados libres es factible; los productos son de la mayor riqueza; no hay casi nada que sea de valor o utilidad para nuestro comercio que no se pueda cultivar allí (…) Pero voy a ir más lejos que eso. Este rico país debe desarrollarse. En la actualidad tiene 800 millas de mar y si no podemos llegar un país por el mar no podremos obtener sus productos a un costo que fuera de utilidad para nosotros y no podremos llevarles nuestros productos (…) Lo que queremos es dar a este país los medios de comunicación con un ferrocarril de la costa que traería a la población que es más inteligente que la población común en el corazón de África – nuestro hierro, nuestros paños y nuestro algodón, e incluso nuestras joyas, porque creo que los salvajes no son del todo insensible a los encantos de adorno personal. Eso traería a estas personas los bienes que ellos quieren y que no pueden fabricar, y nos daría a nosotros las materias primas, de las cuales debemos ser capaces de hacer un uso posterior. Chamberlain, J. (1987). Want of Employment and the Development of Free Markets. Foreign & Colonial Speeches, p. 135-136. London: George Routledge & Sons Limited. Recuperado de https://archive.org/details/cihm_00750 (octubre, 2015).
A finales de la Segunda Guerra Mundial solo existían cuatro
estados independientes en África: Egipto, Etiopia, Liberia y Unión Sudafricana.
Treinta años más tarde, no quedaba una sola colonia. Este rápido proceso de
descolonización se vio estimulado por los movimientos independentistas
asiáticos y por el Movimiento Panafricano.
La rápida descolonización asiática influyó en la acelerada
toma de conciencia de los pueblos de África.
Después de 1945 son los intelectuales africanos quienes
dirigen la emancipación de África, sobre la que influirá la Conferencia de
Bandung y, sobre todo, la creación, en 1963, de la Organización de la Unidad
Africana (OUA). Los objetivos de esta organización son:
- Reforzar la unidad y solidaridad de los estados africanos.
- Coordinar e intensificar su colaboración.
- Defender su soberanía.
- Eliminar el colonialismo de África.
- Favorecer la cooperación internacional sobre la base de la Carta de las Naciones Unidas y de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre.
Las etapas más importantes de la descolonización se
cumplieron entre 1956 y 1962; estos pocos años bastaron para terminar con una
forma de dominación que llevaba establecida, en ocasiones, hasta un siglo.
La descolonización
del África negra
A partir de 1945, el proceso de descolonización adquirió un
ritmo frenético. Los últimos reductos del colonialismo cayeron a mitad de los
años setenta, a través de importantes movimientos nacionales revolucionarios.
Pero la ruptura con el colonialismo no significó la pacificación de África.
La mayoría de los territorios del África británica
alcanzaron la independencia de una manera pactada, a excepción de Kenia.
Ghana fue el primer país africano en alcanzar su
independencia en 1957 bajo el mandato de Nkruma creador de un régimen
socialista y presidente de la República desde 1960.
Posteriormente lo hicieron Nigeria (1960), Sierra Leona y
Tanganika (1961), Uganda (1962), Tanzania (1963), Zambia y Malawi. (1964)
En el África francesa, en 1958, el general De Gaulle propuso
un referéndum por el cual las colonias podían elegir entre la autonomía o una
independencia. Tan sólo Guinea votó la independencia. El resto de los países
(Costa de Marfil, Senegal, Gabón, Mali, Chad...) aceptaron las condiciones de
los franceses. Pero el proyecto de la Comunidad Francesa jamás llegó a
funcionar y en 1960 estos países accedieron a la independencia.
En 1958, el Movimiento Nacional del Congo, dirigido por
Patrice Lumumba, reclamó la independencia, aceptada por Bélgica en 1960. El 30 de junio de 1960 El Congo Belga alcanza la independencia de Bélgica bajo el nombre de República Democrática del Congo.
Leopoldo II de Bélgica (1835-1909) pasará a la historia como uno de los mayores genocidas que ha conocido la humanidad. Además de su función como gobernante, este monarca fue un hombre de negocios sin escrúpulos. En la conferencia de Berlín de 1885, donde se decidió el reparto entre las potencias europeas de África, el monarca recibió, a título personal, el Estado Libre del Congo.
Leopoldo II de Bélgica explotó durante varios decenios el país. Aunque durante los primeros años la mayoría de los ingresos provinieron del marfil, la extracción de caucho se consolidó como la mayor fuente de divisas, ya que a partir de 1896 la demanda de este polímero de disparó en los mercados internacionales.
Poco importaban la vida o la salud de los congoleños, que día y noche, bajo unas condiciones de esclavitud inhumanas, sacrificaban su existencia para el enriquecimiento personal del monarca. Secuestros de menores, cortes de extremidades como castigo, violaciones, asesinatos masivos…fueron algunas de las horrendas técnicas que aplicaron las unidades de La Force Publique para someter la población local.
En un contexto donde el cumplimiento de la cuota o la sumisión significaban la delgada línea que separaba la vida de la muerte, el horror y la impunidad se convirtieron en norma. Se calcula que en unas 10.000.000 de personas fueron asesinadas bajo el reinado de Leopoldo II. El monarca, que nunca vio el terror en directo porque jamás puso un pie en su único territorio de ultramar, exterminó a la mitad de la población en 23 años.
El poder aplicado sobre la vida misma, así se podría definir la política de genocidio llevada a cabo por los belgas en la época del Estado Libre del Congo. Los congoleños, al ser clasificados como meros sujetos biológicos que aportaban mano de obra, se convirtieron en engranajes de un sistema de esclavitud aplicado a escala industrial.
Fueron numerosos los escritores, periodistas, activistas y hombres de negocios tanto estadounidenses como británicos que descubrieron y denunciaron públicamente las atrocidades cometidas en el Estado Independiente del Congo. La presión nacional e internacional sobre Leopoldo fue de tal envergadura que en 1908 se vió obligado a renunciar a la colonia. Según señalan los historiadores Ramón Villares y Ángel Bahamonde, en 1908, el Congo pasó, “como donación”, a titularidad del Estado Belga. La época colonial duró hasta la década de los 60, cuando el país logró su independencia.
Sin
embargo, para conservar los intereses de sus compañías mineras, los belgas dieron
apoyo al movimiento secesionista. Días después estallará una revuelta y Bélgica enviará tropas sin consentimiento del nuevo Gobierno con el objetivo de restaurar el orden público y proteger a los ciudadanos belgas que aún permanecen en el país. El asesinato de Lumumba en 1961 por los
secesionistas desencadenó una guerra civil en la que tuvo que intervenir la
ONU. En 1965, el general Mobutu dio un golpe de Estado e instauró su poder; en
1966, el antiguo Congo Belga tomó en nombre de Zaire.
Patrice Lumumba |
Las potencias que más tardaron en conceder la independencia
a sus colonias africanas fueron España y Portugal. La República de Guinea
Ecuatorial alcanzó su independencia en 1968, cuando los guineanos aprobaron su
constitución y eligieron como presidente de la nueva república a Francisco
Macías. En 1975 se celebró en Madrid un acuerdo tripartito entre Marruecos,
España y Mauritania por el cuál España se comprometió que dejaría a la colonia
antes de 1976 y así de este modo el territorio se repartiría entre Mauritania y
Marruecos. La independencia de las colonias portuguesas, Angola, Mozambique,
Santo Tomé, Príncipe y Cabo Verde tuvo lugar en 1975 debido a una revolución
democrática que puso fin a la dictadura portuguesa a finales de 1974.
Todos estos jóvenes estados se agruparon en la Organización
para la Unidad Africana (OUA), fundada en 1963. Su principal preocupación fue
evitar los conflictos fronterizos y secesionistas que daban lugar a brutales
guerras civiles como la de Katanga o la de Biafra que asoló Nigeria en
1966-1970. Uno de los grandes problemas africanos es que las fronteras fueron
decididas en Londres o París, sin tener en cuenta la realidad tribal existente
previamente. Tras la descolonización, los conflictos entre estados que no
responden a realidades nacionales o las guerras civiles entre grupos étnicos o
tribales dentro de un mismo estado.
Nelson Mandela |
La plena soberanía alcanzada por las naciones tras la
independencia no ha supuesto para la inmensa mayoría de ellas una mejora en las
condiciones de vida de sus habitantes. La evolución de muchos países se ha
visto frenada por conflictos que son consecuencia de una inestabilidad
estructural. A menudo se han sucedido enfrentamientos y golpes y contragolpes
de estado, fruto de los partidos políticos que sirvieron en su momento de
catalizadores de la independencia. La tendencia al “partido único” ha sido algo
a lo que pocos países se han sustraído, justificando así las dictaduras
militares y los gobiernos revolucionarios. Los ejércitos han desempeñado
frecuentemente un papel protagonista, aunque frecuentemente se ha visto
dividido entre una mayoría de soldados analfabetos y una minoría de oficiales
aculturados y ligados a la modernidad. Conflictos fronterizos y étnicos como
los presentes de Centro-África vienen a completar este panorama.
Tengo entendido que los colonizadores belgas, dejaron El Congo, pero siguen explotando las minas de diamantes, para Bélgica ,claro. Los europeos llegaron a acuerdos entre ellos; a los africanos los abandonaron a su suerte, de ahí las guerras civiles o no civiles, por los territorios, comida y la vida y tantísimo sufrimiento, hasta hoy.
ResponderEliminarxd
ResponderEliminarLA VERDAD QUE CUANDO TE LEO....ME INSTRUYO
ResponderEliminarQUE GRAN TRABAJO
...GRANDE