viernes, 3 de noviembre de 2017

MANUEL AZAÑA: UN POCO DE HISTORIA

Manuel Azaña (Alcalá de Henares, 1880- Montauban, 1940), fue Presidente del Gobierno de España (1931-1933, 1936) y presidente de la Segunda República Española (1936-1939). Su valioso legado y su trayectoria política no se puede resumir en unas pocas líneas, hoy es un día para poner en valor su figura y reivindicar su memoria en esta España que condena al olvido a los luchadores por la libertad y la democracia y ensalza y homenajea a los golpistas.

"Seamos hombres, decididos a conquistar el rango de ciudadanos o a perecer en el empeño. Y un día os alzaréis a este grito que resume mi pensamiento: ¡Abajo los tiranos!" Manuel Azaña.

Manuel Azaña

SU VIDA

D.Manuel Azaña Díaz nació en la calle Imagen de Alcalá de Henares el 10 de enero de 1880, en el seno de una familia de larga tradición alcalaína. Su padre Esteban Azaña Catarineu fue alcalde de Alcalá cuando se erigió la estatua a Cervantes y es autor de la Historia de la ciudad de Alcalá de Henares. Su madre, Josefa Díaz-Gallo Muguruza, muere en 1889 y, poco después, su abuelo Gregorio. Al año siguiente muere también su padre. Manuel y sus hermanos: Gregorio, Carlos, que fallecerá de niño, y Josefa quedaron al cuidado de su abuela, Concepción Catarineau. Estudió en el Colegio Complutense, en el Instituto Cisneros y en los Agustinos de el Escorial.

Licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza en 1897, se doctoró en 1900 con la tesis La responsabilidad de las multitudes.  Con un grupo de amigos funda la revista Brisas del Henares y colabora con la revista Gente vieja bajo el seudónimo de Salvador Rodrigo. Trabaja como pasante en un despacho de abogados de Madrid que abandona para regresar a Alcalá a gestionar el patrimonio familiar. Administra  las tierras familiares, un tejar, una fábrica de jabón y crea, junto a su hermano Gregorio, una empresa dedicada a la electricidad. funda la revista La Avispa, dedicada a la crítica municipal En 1909 ingresó como funcionario en la Dirección General de los Registros y del Notariado y el 4 de febrero de 1911, en la inauguración de la Casa del Pueblo de Alcalá de Henares pronuncia su primera conferencia política "El problema español"

"... no se estudia para saber, sino para aprobar, y no se enseña a discurrir ni se procura formar la inteligencia sino que se obliga a los muchachos a recitar  de coro ridículos manuales, llenos de insensateces(...) En general, a los muchachos de España no se les enseña nada que pueda ir contra el prejuicio religioso, ni contra determinadas instituciones; para ello no se tiene escrúpulos en faltar descaradamente a la verdad, o en presentar las obras, los trabajos y los descubrimientos de los enemigos (...) villanamente adulterados.

(la educación actual)... no se encamina a formar el carácter, poniendo su centro de gravedad en la propia conciencia, adoctrinando a los hombres en los fueros eternos del respeto de sí propios, de su dignidad personal y del respeto que a los otros les es debido, sino que se funda toda entera en el dogmatismo religioso, de donde resulta que cuando la fe se pierde, desaparecen también para la mayoría de los hombres los motivos que antes tuvieron para ser honrados y cabales.

Los hombres de mi generación (...) no queremos ni podemos perder la esperanza en el porvenir (...) De ahí nuestro propósito (...) persuadir a nuestros conciudadanos de que hay una patria que redimir y rehacer por la cultura, por la justicia y por la libertad.

Por la cultura, he dicho y si lo meditáis bien comprenderéis que lo he dicho todo. Dadme esa tarea, que es la más larga y decisiva: dadme la Universidad- decía Renan- y lo demás os lo abandono todo".

El problema español
Conferencia pronunciada en la casa del pueblo de Alcalá de Henares
4 febrero 1911

En 1911 viaja a París. Colabora en los diarios El Imparcial y El Sol. Dirigió las revistas La Pluma y España entre 1920 y 1924. Fue secretario del Ateneo de Madrid (1913-1920) y Presidente en 1930. En 1926 fundó Acción Republicana, perseguido por la Dictadura de Primo de Rivera.

Fue uno de los políticos y oradores más importantes en la política española del siglo XX, además de un notable periodista y escritor, consiguió un premio nacional de literatura en 1926 Su obra La velada en Benicarló sobre la Guerra Civil Española es una interesante reflexión acerca de la década de los años treinta en España. Sus Diarios -dados a conocer al gran público hace unos años- son uno de los documentos más importantes de este momento histórico.



SUS PRIMEROS AÑOS

Entre noviembre de 1911 y octubre de 1912 permanece en París

En 1914 se afilia al Partido Reformista liderado por Melquíades Álvarez, siendo ese mismo año elegido secretario del Ateneo de Madrid, cargo que ejerce hasta 1920. Por ese partido se presentó candidato a Diputado en Cortes por el pueblo toledano de Puente del Arzobispo, sin éxito. Firma el manifiesto de la Liga de Educación Política Española. Durante la Primera Guerra Mundial, Azaña es un firme defensor de la causa aliada. Visita el frente de guerra en tres ocasiones. Publica su primer libro Estudios de la política francesa contemporánea. La política militar en 1919.  En 1920 funda la revista La Pluma junto con el que, pasando el tiempo, sería su cuñado Cipriano Rivas Cherif y en 1922 dirige el semanario España.

Fracasada su candidatura a diputado por Puente del Arzobispo en 1918 y 1923, tras el golpe de estado de Primeo de Rivera manifiesta su rechazo a esta. Muy crítico con la Dictadura de Primo de Rivera, publica en 1924 un enérgico manifiesto Apelación a la República contra el dictador y el rey Alfonso XIII, donde declara incompatible la monarquía con el verdadero liberalismo, que es esencialmente democrático. Al año siguiente funda junto con José Giral el partido Acción Republicana.

En 1926 recibe el Premio Nacional de Literatura por su Vida de don Juan Valera. En 1927 aparece El jardín de los frailes. Durante este periodo, Azaña que domina el francés y el inglés, traduce numerosas obras (la Biblia en España de Borrow, Memorias de Voltaire, La esfera y la cruz de Chesterton o la Antología Negra de Cendrars).

En 1929 se casa con Dolores de Rivas Cheriff, hermana de Cipriano.

En junio de 1930 es elegido Presidente del Ateneo de Madrid  y publica su obra teatral La corona. Formó parte del Comité Revolucionario (1930), que contribuyó a la instauración de la República, en cuyo gobierno provisional ocupó la cartera de Guerra primero y la Presidencia después. Las elecciones a Cortes Constituyentes en Junio de 1931, le confirmaron como Jefe del Ejecutivo, puesto del que dimitirá en Septiembre de 1933.

En diciembre de 1930 tras la sublevación de Jaca, Azaña se oculta y comienza a escribir Fresdeval, que deja inconclusa.

SU ETAPA REPUBLICANA


Nombrado ministro de la Guerra en el Gobierno provisional de la ya Segunda República el 14 de abril de 1931, sustituye pronto a don Niceto Alcalá-Zamora como presidente del Gobierno provisional (en octubre del mismo 1931), debido a la dimisión de éste por el tema de la cuestión religiosa. Como presidente del gobierno de coalición republicano-socialista lleva a cabo las principales reformas previstas en el programa republicano: Reforma del Ejército, para dimensionarlo de acuerdo con la capacidad del país, Reforma Agraria, Reforma de la Enseñanza, suprimiendo la religiosa y potenciando la pública, estatuto de autonomía de Cataluña, etc. Tuvo además tiempo para estrenar su drama La Corona.

Todas estas cuestiones políticas, junto con la agitación social existente en gran parte del país, le acarrearán múltiples problemas con los poderes fácticos, especialmente con la Iglesia y parte del Ejército, en concreto de quienes siguieron al general José Sanjurjo en agosto de 1932. El golpe de 1932 fue casi inmediatamente abortado y el gobierno indultó al general Sanjurjo. La facilidad con que se neutralizó la primera sublevación militar contra la República llevó a pensar que le nuevo régimen estaba definitivamente asentado y las Cortes aceleraron la aprobación del Estatuto de Cataluña y la Ley de Reforma Agraria.

Su Gobierno puso en marcha un ambicioso plan de Obras Públicas: inauguró Nuevos Ministerios y la prolongación del Paseo de la Castellana, comenzó las obras en el cuartel del Goloso y del puerto de Bermeo, y se crearon nuevas líneas de autobuses y ampliaciones del metro de Madrid.

También se desarrolló una intensa actividad cultural: se impulsaron las Misiones Pedagógicas, se inauguró el museo Sorolla y la Escuela Normal de Maestros, se celebró la primera Feria del Libro de Madrid y se reconoció el trabajo de diferentes artistas como Antonia Mercé, La Argentina.

El Gobierno tampoco desatendió las relaciones internacionales: estuvo presente en la Sociedad de Naciones, el principal organismo internacional de la época, se estrecharon lazos con Marruecos, cuyo Jalifa fue recibido en Madrid y, el jefe de gobierno francés, Édouard Herriot, visitó España en noviembre de 1932.

Finalmente, los sucesos de Casas Viejas, Castilblanco y Arnedo motivaron su cese el 8 de septiembre de 1933 por parte del presidente de la República, Niceto Alcalá-Zamora. 

Los sucesos de Casas Viejas

En enero de 1933, los campesinos de un pequeño pueblo de Cádiz se hicieron fuertes en la casa del anarquista apodado "Seisdedos" y se produjo la tragedia. Los Guardias de Asalto rodearon la casa, mataron a los anarquistas y los cadáveres quedaron expuestos para escarmiento general. Los acontecimientos de Casas Viejas fueron utilizados por la oposición para acabar con el gobierno de Azaña.

Aunque las Cortes le eximieron de cualquier responsabilidad directa, la prensa y la posición se cebaron con él. El nacimiento de una nueva coalición de derechas, La Confederación de Derechas Autónomas (CEDA), dirigida por José María Gil Robles, movilizaría al electorado católico que daría la victoria a las derechas en noviembre de 1933, poniendo fin al Bienio Azañista.


En la oposición

En las elecciones de noviembre de 1933 vence la coalición de derechas CEDA. Durante este periodo, la entrada de tres ministros de la CEDA en el cuarto gobierno de Lerroux (4 octubre de 1934 a 3 de abril de 1935) y la desactivación en la práctica de todas las medidas renovadoras que se habían implementado durante el primero, provocaron la proclamación de la republica catalana el 6 de octubre de 1934 y la Revolución de Asturias.

En Abril de 1934, ya en la oposición, consiguió la unidad republicana con los partidos de Marcelino Domingo y Santiago Casares Quiroga, dando lugar a Izquierda Republicana, organización política de la que fue elegido Presidente, fruto de la fusión de Acción Republicana con el Radical-Socialista, y la Organización Republicana Gallega Autónoma (ORGA) . En Octubre del mismo año fue detenido bajo la falsa acusación de estar implicado en los sucesos revolucionarios de Asturias y Cataluña. Permaneció encarcelado a bordo del buque Ciudad de Cádiz, Alcalá Galiano y del destructor Sánchez Barcáiztegui, anclado en el puerto de Barcelona. Publicará su versión de los hechos en Mi rebelión en Barcelona(1935).  Tras su liberación en Enero de 1935 inició una campaña política que dio lugar a la creación del Frente Popular, coalición que obtuvo la victoria en las elecciones de Febrero de 1936. Se revela como como la gran figura de la izquierda republicana en la campaña de " discursos en campo abierto". Los grandes mítines en los campos de Mestalla (Valencia), Lasesarre (Baracaldo) y Comillas (Madrid) están en la base de la victoria del Frente Popular. En Mayo de aquel año fue elegido Presidente de la República, cargo que ocupó durante la guerra civil que sufrió España durante los años 1936-1939.

El Frente Popular

El 16 de febrero de 1936, resulta vencedora la coalición de partidos de izquierda que se denominó Frente Popular, siendo encargado Azaña de formar gobierno, lo que lleva a cabo el 19 del mismo mes. Tras la destitución de Alcalá-Zamora, es nombrado Presidente de la República el 10 de mayo de 1936.

El comienzo de la guerra civil, tras sus inútiles intentos de concienciar a las distintas fuerzas políticas republicanas de los peligros de su desunión, supone un duro golpe para él. A todo esto se unió la soledad en que se encontró en Madrid por parte del Gobierno republicano. El posterior desarrollo de la contienda empeoró su estado de ánimo, como queda fielmente reflejado en sus cuadernos de memorias, donde se relatan sus desencuentros con líderes del gobierno, como Francisco Largo Caballero y especialmente con Juan Negrín.

La Presidencia de la República abandona la capital a mediados de octubre y se instala en Barcelona. Azaña vive los enfrentamientos entre anarquistas y Generalitat, que dan lugar a la obra La velada de Benicarló.

Azaña entregó en 1936 los cuadernos de sus memorias a su cuñado, Cipriano de Rivas Cherif, entonces cónsul de España en Ginebra, pensando que estarían a salvo fuera de España. Tres de ellos fueron robados del consulado de Antonio Espinosa. Correspondían a un periodo cronológico tenso: la sublevación de Sanjurjo,  en agosto de 1932, la represión de Casas Viejas en enero de 1933 y la crisis del verano de ese mismo año que acabó con el gobierno republicano-socialista. habían permanecido en el Pardo hasta que, en 1996, Carmen Polo los entregó al Estado española. Los manuscritos se conservan en el Archivo Histórico Nacional.

Azaña se traslada a Valencia y pronuncia en su ayuntamiento el primero de sus últimos cuatro discursos ( 21 de enero de 1937); los otros tres tendrán lugar en julio de 1937 en la Universidad de Valencia,  en noviembre de 1937 en el ayuntamiento de Madrid y su último discurso Paz, Piedad y Perdón en Barcelona.

El 18 de julio de 1938, ante las Cortes reunidas en Barcelona, pronunció el célebre discurso en el que instaba a la reconciliación entre los dos bandos, bajo el lema Paz, Piedad, Perdón. Este discurso, como tantos otros de los que no se guarda documentos sonoro, pero si están transcritos íntegramente, muestran la figura que fue Azaña para la República, la lucidez de sus palabras que le acompañaron durante toda su carrera política y literaria. Basta escuchar el discurso para darse cuenta que sus palabras están cargadas de una profundidad infinita. Azaña hizo más grande, si cabía, su figura histórica, dejando al margen cualquier interés de índole particular y pensando en el porvenir que aguardaba no sólo a los ciudadanos de su República, sino a todos los ciudadanos ya que Azaña en el año 1938 ya hablaba que este conflicto no era sólo un problema español, pronto el tiempo le dio la razón.

Tomada Barcelona por las tropas de Franco el 26 de enero de 1939 y Gerona el 5 de febrero, este mismo día se retira a Francia y el 27 del mismo mes presenta su dimisión como Presidente de la República, siendo sustituido por Diego Martínez Barrio.



EXILIO Y MUERTE

En enero de 1939, Azaña se traslada a la frontera francesa. En la Vajol (Gerona) se arriará por última vez la bandera republicana.

Sale de España el 5 de febrero de 1939. Refugiado en el Rosellón, con media Francia ocupada por el ejército alemán y otra media bajo administración del gobierno títere de Pétain, es vigilado y hostigado sin cesar por agentes del régimen del General Francisco Franco, que pretenden su captura y deportación a España.  

Finalmente, la Gestapo decide detenerlo. Sin embargo, el embajador de México ante el régimen de Vichy, Luis Rodríguez, prevenido al parecer por un soplo procedente de los propios alemanes, consigue librar al presidente de sus captores y trasladarlo en un difícil viaje en ambulancia a Montauban, en primer lugar al 34 de la rue de Michelet y después al Hôtel du Midi, donde la legación mexicana utiliza varias habitaciones como sede provisional en la que se refugian numerosos españoles exiliados en espera de poder huir de Francia.

Azaña se instalará  en junio de 1940 con su mujer en la habitación número 11 del Hôtel du Midi, la misma que utiliza como vivienda y despacho el embajador (donde hay aún una placa que recuerda ese hecho). y allí, prematuramente envejecido y agotado por las penalidades sufridas, fallece.

Falleció en Montauban en Francia, tras una larga enfermedad, el 3 de Noviembre de 1940, tras haberse exiliado durante las postrimerías de la guerra.

El mariscal Pétain prohibió que fuera enterrado con honores de Jefe de Estado: sólo accedió a cubrir su féretro con la bandera española, a condición de que ésta fuera la bicolor monárquica y del bando nacionalista aliado, y en modo alguno la bandera republicana. El embajador de México decidió entonces que fuera enterrado con la bandera mexicana. Según cuenta en sus memorias, Rodríguez le dijo al prefecto francés:

Lo cubrirá con orgullo la bandera de México- Para nosotros será un privilegio; para los republicanos, una esperanza, y para ustedes, una dolorosa lección.

Sus restos reposan en el cementerio de Montauban (Trapeze Q, Section 7). Dejó escrito que no se moviesen del sitio donde reposaran.

Relevante escritor y periodista, fue premio nacional de literatura en 1926, por su obra Vida de Juan Valera. Autor de novelas como El jardín de los frailes y Fresdeval, también realizó incursiones en el teatro con obras como La Corona. Asimismo fue un relevante traductor y ensayista. Su obra La velada en Benicarló, compuesta por una serie de diálogos sobre la guerra de España, y que puede considerarse como la más importante reflexión acerca de la década de los años treinta en nuestro país. De igual modo dejó escritas unas Memorias que constituyen el más apasionante documento sobre la IIª República Española. La otra gran faceta de su personalidad pertenece a su actividad como orador. Sus discursos eran considerados como acontecimientos nacionales, como en el caso del famoso discurso en campo de Comillas en Madrid, el 20 de octubre de 1935.

5 comentarios:

  1. DON MANUEL AZAÑA

    Lúcido y hombre de Estado,
    republicano y patriota,
    el peso de la derrota
    acabó el sueño dorado.
    Prontamente fue apartado
    y la España de su entraña
    se desangra cual montaña
    con la sangre de un torrente
    que anega a ríos de gente
    sobre el corazón de Azaña.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  2. Alguien bino a ver mi comentario <3

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  3. Otra victima de la memoria histórica.
    Ninguna autoridad lo conmemora como desagravio por su muerte en el exilio bajo la honrosa bandera dela República de México que supo defender la democracia en España y acoger a todos los españoles alis quemes esperaba "la solución final de baja temperatura" que es la que practican todos los terroristas con o sin "coartada de un mandato divino"

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  4. Azaña y la Pasionaria dos verdaderos republicanos

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    1. Los peores insultos Azaña los recibió de la Pasionaria.

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