sábado, 14 de febrero de 2015

EL FASCISMO NUNCA MUERE. LA OLA

Los seres humanos somos individuos y como tales tenemos carencias. Al ser seres sociales buscamos la aceptación de los demás. En algunos casos el individuo se subordina al grupo por miedo al rechazo y a la soledad.

En todas las sociedades existe ese miedo. Las necesidades sociales se difunden por mecanismos sociales, principalmente por demostración e imitación, por lo que pueden ser creadas y, mediante técnicas publicitarias, puede provocarse que sean fuertemente sentidas por grandes masas de población. Las necesidades humanas tienen dos peculiaridades de gran importancia económica: a) pueden ser mitigadas o satisfechas por objetos diferentes del inicialmente apetecido y b) es imposible satisfacerlas todas de forma global y definitiva ya que son múltiples, se reproducen y aparecen otras nuevas.

Los grupos humanos constituyen siempre una sociedad en que encontramos una estructura y una dinámica. En la estructura hay distintos elementos que dan una organización peculiar a cada grupo-sociedad. Es común la jefatura y también variedades de roles tales como los de hombre y mujer. Las instituciones de justicia son también frecuentes en grupos que tienen algún grado de desarrollo.

Cada estructura da las bases para la dinámica social que es la interacción que se da entre individuos y subgrupos o parcialidades de la sociedad. En última instancia esta dinámica es simplemente una expresión de los requerimientos u objetivos de los individuos que componen esa sociedad. Los que se ven forzados para alcanzarlos a accionar conforme al orden social que se ha generado en la respectiva sociedad.

EL FASCISMO

El proyecto de profundización del saqueo capitalista se apoya en todos los pilares de odio fascista. El fascismo no es un “espontáneo miedo al otro”; al contrario, es fomentado a consciencia por la clase explotadora y sus medios. El aparato cultural y mediático del capitalismo intensifica su promoción del racismo, del machismo, del anticomunismo, y de todo paradigma de discriminación, con la finalidad de dividir a la clase explotada. La clase explotadora suple, a través de sus medios de alienación masiva, exhutorios de rabia: de la rabia que genera la explotación y empobrecimiento. El aparato cultural crea las figuras de “chivos expiatorios” sobre los que dirigir la rabia; fomenta la visceralidad desprovista de análisis y el fanatismo religioso; explota todo suceso para hacerle propaganda a las fuerzas y estructuras represivas. La clase explotadora sabe del descontento social y la rabia que genera su explotación: por ello encauza esa rabia de los expoliados hacia direcciones equivocadas. Otro de los pilares de odio es la misoginia: las hordas fascistas, enardecidas por su discurso y la hiel que difunden los medios agreden a varias mujeres, grabando incluso esvásticas sobre el cuerpo de una joven.  Expresa su apoyo rotundo a la desigualdad salarial, metodología de acumulación capitalista que consiste en perpetrar un mayor robo de la plusvalía contra las mujeres (por un trabajo igual, las mujeres reciben un salario inferior que los hombres.

DIE WALLE: LA OLA

La Tercera Ola fue un experimento para demostrar que incluso las sociedades libres y abiertas no son inmunes al atractivo de ideologías autoritarias y dictatoriales, realizado por el profesor de historia Ron Jones en el marco de su estudio sobre la Alemania nazi con alumnos de secundaria al convencer a sus estudiantes de que el movimiento eliminaría la democracia. El hecho de que la democracia enfatizara el individualismo se consideró un defecto de la democracia, y Jones hizo hincapié en ello a través de su lema "Fuerza mediante la disciplina, fuerza mediante la comunidad, fuerza a través de la acción, fuerza a través del orgullo".

El experimento se llevó a cabo en el Cubberley High School, un colegio de Palo Alto, California, durante la primera semana de abril de 1967. Jones, al no poder explicar a sus alumnos por qué los ciudadanos alemanes (especialmente los no judíos) permitieron que el partido nazi exterminara a millones de judíos y otros llamados "indeseables", decidió mostrárselo. Jones escribió que comenzó con cosas simples, como la disciplina en el salón de clases, y que logró convertir a su clase de historia en un grupo con un gran sentido de la causa.

Jones llamó al movimiento "La Tercera Ola", debido a la noción popular de que la tercera de una serie de olas en el mar es siempre la más fuerte. Al parecer, el experimento cobró vida propia, cuando alumnos de toda la escuela se unieron a él.

A través de su lema: "el poder mediante la disciplina, fuerza mediante la comunidad, fuerza a través de la acción, fuerza a través del orgullo", haciendo hincapié en ello, de tal forma que cada día los alumnos siguieran una nueva regla. Por ejemplo, el profesor logró que todos ellos entrasen a su aula y, en menos de 30 segundos, se hubieran sentado todos ellos con actitud atenta y con la espalda bien recta, resueltos a iniciar la clase. El interés por la forma extrema de inventar un saludo y a vestirse de camisa blanca. El popular curso se decidió llamar "La Ola", y a medida que pasaban los días, "La Ola" comenzaba a hacerse notar mediante actos de vandalismo, todo a espaldas del profesor Wenger, que acaba perdiendo el control de la situación y de esta manera perdiendo también el control de su propia vida acabando en la cárcel con uno de sus alumnos muertos y uno herido de bala.


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