sábado, 29 de junio de 2013

LA NECESIDAD DE SABER Y HABLAR DE POLÍTICA EN ESPAÑA

Decía Manuel Azaña refiriéndose a España y a los españoles "Si los españoles hablásemos sólo de lo que sabemos, se generaría un inmenso silencio, que podríamos aprovechar para el estudio."
Y no se equivoca.

España no ha sufrido, como si lo ha hecho el resto de Europa, una verdadera revolución. Revolución en el sentido lingüístico de dicha palabra: "Cambio radical". En el ámbito político, España siempre ha ido a la cola de otras naciones europeas: en el siglo XIX, tras el triunfo de la Revolución Francesa de 1789 y el ascenso de Napoleón como emperador de Francia, Carlos IV nombró el 4 de mayo a Murat como Lugarteniente del Reino para que gobernara en su propio nombre en virtud de la autoridad que otorgaba la protesta de la renuncia al trono del 19 de marzo; y el 10 de mayo recibieron los decretos de 5 de mayo de convocatoria de Cortes y traslado de la Junta a lugares seguros, y el de 6 de mayo de renuncia de Fernando VII, que revertía sus derechos en su padre Carlos IV. La Junta Suprema decidió ignorar los de 5 de mayo y publicar el de renuncia del 6 de mayo. No obstante, dado que Carlos IV ya había renunciado, de nuevo, a la corona, Murat quedó como Lugarteniente de un Reino sin rey, cuyos derechos ostentaba el emperador de los franceses hasta el nombramiento de su hermano José (como lo apreciamos en unos decretos de 25 de mayo) , lo cual quiere decir que en ese momento estaba en interregno (término que aparece en el decreto de 6 de junio proclamando a José I rey de España).

Tras la Guerra de la Independencia (1808-1814), tras la entrega de el Manifiesto de los Persas de los 69 diputados absolutistas de las Cortes de Cádiz, Fernando VII firmó el tratado de Valençay por el que se le restituía en el trono como monarca absoluto, siendo el comienzo de un tiempo de desilusiones para todos aquellos que, como los diputados reunidos en las Cortes de Cádiz, habían creído que la lucha contra los franceses era el comienzo de la Revolución española y también el inicio de la Guerra de Independencia Hispanoamericana. A pesar de los diversos levantamiento liberales del S.XIX ( recordando las figuras de grandes militares liberales como Riego o Espoz y Mina entre otros) España siempre ha sido un país donde impera la cruz y la espada y el apoliticismo. ¿qué íbamos a esperar de un país que gritó "vivan las cadenas" y proclamó a Fernando VII como "el deseado"? en fin...

¿Cuándo empezó a hablarse de política en Europa y en España?

Durante la Revolución industrial y las revoluciones liberales del siglo XIX, se creó la necesidad de efectuar una crítica social a fin de evaluar los cambios sociales y políticos que sucedían, así como su impacto en la sociedad y los motivos que los habían producido. La preocupación por el cambio social, combinada con el avance que las ciencias naturales estaban logrando gracias al desarrollo del método científico, impulsó la fusión de ambas, dando lugar a las ciencias sociales. Así surgiría la sociología, y más adelante la ciencia política, asociada al estudio de la jurisprudencia y de la filosofía política.

Las revoluciones liberales fueron claves para el asentamiento de la burguesía como clase dominante. De hecho, el liberalismo supuso:

Un profundo cambio social que garantizó el poder de la burguesía y la instauración de un orden clasista basado en la riqueza y no en los privilegios. Ese dominio se sustentó inicialmente en el ejercicio del sufragio censitario, pero éste quedó superado a raíz de las revoluciones de 1848 (donde empezó a desarrollarse el movimiento obrero) y fue sustituido por otro más amplio, de carácter universal.
La plasmación práctica de esta ideología se consiguió tras las sucesivas oleadas revolucionarias que jalonaron la primera mitad del siglo XIX: 1820, 1830 y 1848.

¿Por qué tardó tanto en hablarse de política en España?

A pesar del rápido crecimiento de la población española durante los siglos XVII y XIX, España tuvo que enfrentarse a algunos problemas de adaptación, en cuanto a las estructuras económicas y sociales se refiere, ya que el ascenso de la población fue demasiado acelerado para un país pobre, además de que las opciones que podían emplear para adaptarse, como es el aumento de la productividad agrícola, la industrialización, etc., precisaban elementos que España perdió en la crisis con la que arrancó el siglo XIX, como es el capital colonias,etc.

España sufrió una adaptación desigual: La parte agraria ponía obstáculos materiales, jurídicos y psicológicos al capitalismo, y la parte industrial tuvo que aplicar el proteccionismo para sobrevivir, cosa que no fue bien vista por la mayoría rural del país. Como consecuencia , a largo plazo, nos encontramos con manufacturas caras y malas, baja productividad agraria, que provocó a su vez una escasez de los alimentos. A nivel industrial, sectores como la explotación minera, el equipamiento general y la industria pesada o permanecieron atrasados o cayeron en manos de sociedades extranjeras. Las minas lograron triplicar el valor de su producción en 30 años. La producción estratégica acabó en el capital extranjero, ya que las sociedades españolas no supieron impulsar la explotación . Este hecho tuvo como beneficio para las sociedades extranjeras la exportación de productos en bruto. Otro hecho significativo fue la falta de equipamiento industrial en una España que carecía de capital y recursos para lograr equiparse y, sobre todo, para salir del estado en el que se encontraba. Un punto importante en la historia fue la fabricación de la red ferroviaria pero debido a la escasez de recursos que había en España, de la explotación y la construcción se encargaron los extranjeros, la mayoría capital francés; de lo único que se encargó España fue el diseño radial y no fue muy eficiente económicamente hablando.

En cuanto a la industria manufacturera ligera podría haber vuelto a impulsarse ya que no exigía mucho capital y podrían haber invertido los españoles en ellas, es más, la industria catalana fue el centro de desarrollo de la industria textil basada en la manufactura del algodón y la lana. Pero el inconveniente al que tuvo que enfrentarse era su falta de competitividad así que los capitalistas catalanes optaron por aferrarse al proteccionismo, aunque el mercado nacional no era muy grande, así que las manufacturas españolas, aparte de ser de baja calidad, eran malas.

A nivel político, el liberalismo fue incompleto ya que solamente se transformaron las instituciones políticas, creándose un régimen de "espadones", es decir, de militares que daban a su antojo Golpes de Estado generando inestabilidad política y un gran número de constituciones que apenas tenían validez porque ni siquiera tenían tiene de entrar en vigor. Aparte, dicha revolución excluyó a los campesinos, al proletariado y a las clases medias urbanas.

En realidad, fue le ejército quien llevaba la batuta: todos los políticos eran militares y existían miles de pronunciamientos y golpes de estado ( Por eso, el s.XIX el conocido como "el siglo de los Espadones").
 Esa el la razón de la inestabilidad política y de que en España tuviéramos la monarquía de Isabel II, la Revolución Gloriosa de 1868, el breve reinado de Amadeo I de Saboya ( principalmente, porque nadie quería la corona de España), la proclamación de una I república que duró 11 mese sy tuvo 4 presidentes  y la restauración borbónica de Alfonso XII, que trajo la estabilidad política y un turnismo de partidos (Liberal y Conservador) sustentado por un sistema electoral caciquil que impedía la aparición de nuevos partidos en el parlamento.


¿Por qué es necesario saber de política? 

Las reglas en las escuelas son política. Son necesarias para mantener el orden. La política proviene del latín politicus y esta a su vez del griego πολιτικός politikós cuyo significado es lo civil o relativo al ordenamiento de la ciudad o los asuntos del ciudadano' , es decir, es la ciencia o el arte de conciliar lo que en sí mismo es polémico dentro de la gran diversidad de opciones, necesidades, requerimientos y posicionamientos que de manera lógica y natural deben darse en una comunidad humana, cualquier persona que se precie de serlo no debiera marginarse de esa justa preocupación por lo social, por lo público: por lo político en suma.  

La política es un espacio abstracto y una actividad concreta. Su importancia como actividad radica en que es el eje a partir del cual se desarrolla el resto de la vida social y donde son posibles las transformaciones de ésta. Es, además, una actividad que aunque no es irrestricta posibilita que un número importante de actores sociales sean partícipes de ella. Por lo anterior, la política es una vasta área de oportunidad para las múltiples aspiraciones de la sociedad civil organizada. La política a lo largo de la historia se ha relacionado con el estado y la sociedad civil, y además ha mantenido una interacción entre ella y la cultura.

Sin la política las cosas no tendrían orden, la política está en todos lados. Las reglas en las escuelas son política. Son necesarias para mantener el orden.

La política proviene del  latín politicus y esta a su vez del griego πολιτικός politikós cuyo significado es lo civil o relativo al ordenamiento de la ciudad o los asuntos del ciudadano' , es decir, es  la ciencia o el arte de conciliar lo que en sí mismo es polémico dentro de la gran diversidad de opciones, necesidades, requerimientos y posicionamientos que de manera lógica y natural deben darse en una comunidad humana, cualquier persona que se precie de serlo no debiera marginarse de esa justa preocupación por lo social, por lo público: por lo político en suma

Wizenberg define con claridad el objetivo más amplio de la política: hacer el bien común. Hacer política, en última instancia, es la forma en que una persona se enfrenta a la sociedad, y participa en ella con sus acciones, pero fundamentalmente, con sus ideas.

Platón, uno de los más grandes pensadores de la humanidad nos dejó al respecto esta pequeña perla: “un hombre que no arriesga nada por sus ideas, o no valen nada sus ideas, o no vale nada como hombre”. Un hombre que no participa, con sus ideas o su acción directa en la sociedad, es decir, no hace política, tiene muy poco valor. El pasotismo, aquello que un par de décadas atrás casi fue una seña de identidad de buena parte de la juventud, es la mejor expresión de aquellos hombres de poco valor a los que recriminaba Platón.

El hombre es un ser social, que convive con otros seres humanos y comparte con ellos espacio y actividades. Pero también comparte ideas y esto, lisa y llanamente es hacer política. Aristóteles, el otro gran filósofo de la Grecia Antigua, completó la frase anterior de Platón: “el hombre es un animal político”, decía para expresar el alto valor que le daba a la política, al convertirla en un signo de identidad del hombre.

Quedarse callado y no participar, de un lado o de otro, es renunciar a nuestros derechos pero, por encima de todo ello, es no ejercer nuestra propia identidad como personas, nuestro derecho a ser como decía Aristóteles unos animales políticos, que quieren y deben buscar, como nos señalaba en el encabezamiento Wizenberg, el bien común.

Como dijo Bertolt Brecht.

jueves, 27 de junio de 2013

ENTREVISTA A LOS MONSTRUITOS

  ¿Cómo surgió el grupo?
Comenzamos Juanma y yo (Branin), tras salirnos un poco de la senda de nuestro anterior grupo Rabones… al descubrir una tarjeta de sonido en el ordenador de mi casa. Nada más comprobar que podíamos grabar todo lo que se nos ocurría, empezamos esto en secreto y todo era, más o menos, una broma para reírnos un poco entre los colegas

2.       ¿Cómo surgió el nombre del grupo?
El nombre no tiene ningún sentido… en un principio nos queríamos llamar “Personas que se reúnen para hacer música”, pero al final, no sé por qué nos llamamos Los Monstruitos… a mí me gustaba más el anterior.

3.       ¿Quiénes componen el grupo?
Juanma como guitarrista y corista, Yeyo como solista y corista, Randy a los palos y aquí un servidor soy el cantante, bajista y compositor

4.       ¿cómo definirías vuestro estilo de música?                                                                               


 Antes lo definíamos como rebujina metal, pero nos hemos pasado al Heavy-punk.

5.       ¿Crees que hoy en día es fácil dedicarse a la música?
Si tienes enchufe es fácil, si estás dispuesto a hacer lo que te piden y transformar tu obra para agradar al mercado es costoso pero posible, si tienes pasta puedes intentarlo que igual te sale…. Pero si eres un grupo formado por simples trabajadores (algunos parados) que además tienen la desvergüenza de hacer temas con letras que puedan despertar al pueblo y anime a la juventud hacia la lucha diaria… lo vas a tener muy difícil. Si encima su grupo es comunista y se aleja de lo que se supone que es el punk… peor aún, porque los estereotipos son los que son. Nosotros que somos defensores de causas perdidas… realmente ya nos dedicamos a la música sin vivir de ella y eso en el fondo nos da cierta libertad que otros grupos no tienen a la hora de componer.

6.       Una canción de vuestro grupo que me recomendarías.
A mí me gustan mucho las que dedico a gente a la que admiro: Enver Hoxha, Fidel Castro, Ho Chi Mihn, Slava Stalin… pero me quedo con una que se llama la URSS

7.       Hay otros grupos de música noveles que están empezando el largo camino del sueño del arte musical ¿Qué les dirías?
Pues…por ejemplo esto: bienvenidos compañeros!!! Y que os sea leve

8.       ¿Qué grupos de música os han influido?
Todos nosotros somos seguidores de Reincidentes, La polla records, Eskorbuto, Soziedad Alkoholika, Kortatu… pero hemos tenido muchísima influencia sobre todo de Bad religión, NoFX, Iron Maiden y Helloween…


9.       ¿combinar la música con humor es un buen resultado o pensáis que se diluye el contenido reivindicativo de vuestras letras?
Es algo que nos hemos preguntado muchas veces… porque nosotros estamos más pendiente de la difusión de nuestra ideología que de la propia canción en sí. Tenemos muy claro que el humor no es más que una excusa para poder llevar a más gente la idea del marxismo-leninismo. Nuestro trabajo no es solo musical, es un trabajo comprometido con la lucha obrera y creemos que es necesario que nuestras letras gusten y se asimilen en la mentalidad de quienes las escuchen. Es muy jodido cuando vas por ahí y todavía hay gente estúpida que nos dice que si lo de la canción a Corea del Norte es una ironía…


10.   ¿Qué os dicen aquellos que no les gusta vuestra música?
Pues de todo, dependiendo un poco del tipo de persona… lo que más nos dicen algunos es estalinos dogmáticos y sectarios. También dicen que sonamos mal… cosa que es verdad… pero que va a cambiar, estamos trabajando para que los temas suenen algo mejor.

11.   ¿La música os ha ayudado con vuestras relaciones sociales?
Todo lo contrario, gracias al grupo hay gente que no nos dirige la palabra. Jajajajaja


12.   Personalmente, yo compongo canciones y tengo algunas letras hechas. En vuestra opinión, ¿Debería seguir con esa ilusión o darme cuenta de que la realidad me impide sacarlas a flote?
Hombre, yo que tu las sacaba a flote… creo que el éxito de un tema empieza cuando le gusta a su propio autor primero, después a los amigos y después a la gente.

13.   ¿Qué diríais a los nuevos grupos que están surgiendo a través de plataformas como Myspace?
Los grupos nuevos deben entender que el anterior modelo de difusión de los temas a través de la industria discográfica está muriendo… y que ahora es más difícil sorprender.

14.   Seguro que tenéis alguna anécdota acerca del mundo de la música ¿Podrías exponerla y decirnos si fue buena, si fue mala…?
Tenemos muchas, la que más me gustó fue la del ovni. Un platillo volante al parecer nos sobrevoló en un concierto que dimos en la calle… la gente salió corriendo a mirarlo y nos dejaron tocando solos… Por lo tanto, fue mala… E.T., nos quitó protagonismo

15.   ¿Cuál creéis que es vuestra mejor canción por el momento?
Manifestante es la canción que peor nos sale y que más cariño le tenemos.

16.   ¿Creéis que es necesario crear festivales de música alternativos asequibles a la mayoría de la población para que la música se difunda con más fuerza?
Claro… pero quienes montan esos festivales tiene que ser conscientes que tienen que montarlos invirtiendo trabajo… nada de llamar a grupos por llamar y que ellos se encarguen de la publicidad. Muchos organizan festivales y llaman a cualquiera… solo por llamar a alguien, por puro amiguismo o porque les sale gratis…. Llaman a grupos de mierda, malos… Luego al concierto no va nadie y empiezan a culpar a los demás y a decir “que la música ya no se consume”. Hay que dejar a un lado los favores y el enchufismo y pensar un poco qué vas a ofrecerle a la gente… que luego van a estar allí aguantando de pié

17.   ¿Creéis que la música debe convertirse en una herramienta más de protesta?
Por supuesto… De hecho, la música expresa sentimientos humanos de una manera extraordinaria de modo que las ideas fluyen mejor por tu cerebro

18.   ¿La música realmente calma a las fieras en vuestros conciertos?
Depende de qué concierto… normalmente no


19.   ¿qué pensáis del cierre de Megaupload y de las nuevas leyes como SINDE, SOPA O CISPA? ¿Creéis que protegen la propiedad intelectual o simplemente benefician a los grandes cantantes y limitan la cultura al pueblo?
No andamos muy al tanto sobre esas cosas… nosotros tenemos registrados los temas, no para sacarles pasta si no porque nos lo recomendaron para no ver un día nuestro tema saliendo por boca de algún artista vendido en un anuncio de champú. Sobre Megaupload es una propiedad de un tipo multimillonario… Estamos en contra de la propiedad… las canciones deben ser reconocidas, valoradas, pero sobre todo, gratis… para que las escuche el pueblo… pues al fin y al cabo no somos nada sin la sociedad que defendemos y en la que nos incluimos.

20.   Finalmente, una frase para todos aquellos que empiezan este camino y disfrutan de la música.
La música está bien, pero es más importante la lucha en la calle, participar, intervenir, dialogar (nunca callarse)… porque te quieren en una cadena de montaje fabricando guitarras, no dándoles uso.

martes, 25 de junio de 2013

EL MAL DE ORWELL

En su aniversario, es necesario hacer un repaso de su obra literaria. Novelas como Rebelión en la granja, Homenaje a Cataluña o 1984 se han convertido en un referente para criticar a la Unión Soviética, a Stalin y al comunismo en general

Existen miles de argumentos contra el comunismo, contra Stalin y a la Unión Soviética. Uno de los más utilizados es la figura y la obra literaria de George Orwell. El autor ceilanés se ha convertido en una pieza clave de la derecha mediática para desacreditar al comunismo y, sobre todo, a la URSS. Pero ¿quién era George Orwell?

LA VIDA DE ORWELL

Eric Arthur Blair nació el 25 de junio de 1903 en Motihari, cuando era aún India Británica, aunque se trasladó a Inglaterra, junto a su madre y sus dos hermanas, cuando apenas contaba dos años de edad.

A los seis años comenzó su educación asistiendo a una pequeña escuela parroquial, pero sus profesores le recomendaron para que, beneficiario de una beca, asistiera a una de las mejores escuelas de Inglaterra de la época, Saint Cyprian, y pudiera aprovechar más sus cualidades intelectuales. Más tarde estudiaría, también becado, en las escuelas de Wellington y Eton, ambas de gran renombre y prestigio.

Acabados estos estudios ingresó en la Policía Imperial India de Birmania, pero sólo consigue desarrollar un gran odio hacia el imperialismo británico.

Abandonó el ejército y se dedicó a deambular por Inglaterra viviendo en la indigencia, realizando pequeños trabajos hasta que consigue colocarse como maestro en una escuela. Pero también ese trabajo le duraría poco, en este caso por enfermedad, y encuentra un puesto como vendedor en una tienda de libros de viejo. En 1928 viajó a París, donde trabajó como lavaplatos en un hotel de París, pero sin mucha más fortuna, volviendo a Londres después de una estancia de un año enfermo y sin dinero.

Empezó su carrera literaria, narrando sus distintas experiencias vividas hasta entonces. Sus primeros escritos fueron “Los días de Birmania” y “Sin blanca en París y Londres”, en clara referencia a su experiencia en el ejército soldado y sus penurias por estas dos ciudades. Fue entonces cuando adoptó el seudónimo de George Orwell, ya que no quería que sus padres se sintieran mal o molestos, puesto que sus novelas eran casi autobiográficas. Patriota a la hora de elegir este nombre, eligió el del santo patrón de Inglaterra y como apellido el nombre de un bello río inglés.

Identificado con los problemas de los más oprimidos y siendo un hombre de ideas de izquierdas, militaría en las filas del Partido Laborista inglés, siendo vigilado por el gobierno y la policía durante años debido a sus ideas demasiado progresistas, que no le impedirían, no obstante, criticar duramente el comunismo soviético. En esta época George Orwell participó activamente, bajo las filas del POUM de Andreu Nín, en la Guerra Civil Española, estando a punto de morir en España.

SU OBRA LITERARIA 

Orwell plasmó en sus libros su compromiso político y su lucha. Homenaje a Cataluña narra su llegada a Barcelona, donde fue testigo de los Sucesos de Mayo de 1937. Pongámonos en situación, por un lado, la República había firmado el Decreto de unificación de los Ejércitos y Milicias Populares en Abril de 1937: El Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC) tenía como objetivo prioritario ganar la guerra, porque sin una victoria era del todo inoportuno el planteamiento revolucionario, posición mantenida por la CNT, las Juventudes Libertarias y el POUM y otros grupos de menor importancia como la anarquista Agrupación de los Amigos de Durruti o la trotskista Sección Bolchevique-Leninista de España.

Este suceso provocó uno de los episodios más lamentables de la Guerra Civil Española (suceso que aún hoy tiene dividida a la izquierda en este país).

Su siguiente obra fue Rebelión en la Granja. Independientemente de la ideología que pueda tener el lector, el libro no es gran cosa: los libros de historia de 4º de la ESO o de Bachillerato cuentan con mayor detenimiento la deriva de la Revolución Rusa.  Los Gobiernos capitalistas, que inminentemente  promocionaron Rebelión en la Granja, estaban valorando diferentes opciones para agredir a la URSS: desde rearmar a unidades alemanas como brigadas de choque para atacar a los soviéticos, hasta el lanzamiento de bombas atómicas “preventivas” Hacía falta desmontar este prestigio para barrer la oposición de la opinión pública mundial a una agresión armada contra los que liberaron Europa del nazismo, y las novelas de Orwell venían como anillo al dedo para este fin, ya que eran un buen instrumento para difundir entre la llamada cultura de masas, igual que lo fueron después las
versiones cinematográficas de sus obras. Si bien ya existían obras de autores que criticaban las posiciones bolcheviques de Lenin (Luxemburgo lo plasmó en su obra la Revolución Rusa, publicada en 1919) o periódicos de izquierdas como el socialista francés L'Humanité, el cuál realizó un artículo titulado "Golpe de estado en Rusia que lleva a Lenin y a los maximalistas (bolcheviques) al poder".  El libro de Orwell no aporta nada a la literatura, es simplemente un panfleto propagandístico anticomunista.

1984: la novela clave para desacreditar a la URSS

A pesar de ser escrita por George Orwell bajo el título de trabajo de El último hombre de Europa (The Last Man in Europe en inglés), la propaganda capitalista de Inglaterra y los Estados Unidos cambió el nombre por motivos comerciales.

Es interesante saber como se gestó este libro, puesto que al parecer, fue un plagio que hizo Orwell a otro desencantado del bolchevismo, en este caso un escritor ruso, según la opinión del escritor Emilio J. Corbière: «El de Orwell fue un plagio consciente, ya que él mismo lo explicó en otro de sus trabajos. La trama argumental, los principales personajes, los símbolos y el clima de su narración, pertenecieron a un escritor ruso de principios de siglo, totalmente olvidado: Evgenü Zamiatin. En su libro Nosotros, el ruso desilusionado del socialismo después del fracaso de la revolución de 1905, dedicó sus esfuerzos a anatematizar al partido socialdemócrata obrero fundado por Jorge Plejanov. Cuando sobrevino la revolución de Octubre –en 1917–, Zamiatin se exilió en París, donde escribió su obra póstuma anticomunista.»

Esta opinión también es compartida por el historiador Isaac Deutscher en su obra The Mysticism of Cruelty, un ensayo sobre 1984, donde afirma que Orwell «tomó prestada la idea de 1984, el argumento, los principales personajes, los símbolos y toda la situación del argumento de la obra Nosotros de Evgeny Zamyatin»

Esta obra se ha convertido en una especie de biblia propagandística contra la Unión Soviética para el capitalismo y los detractores de la URSS.

Hay varios puntos claves en la novela:
  • El Ingsoc, la ideología del estado totalitario en el que transcurre la novela, es una corrupción de English Socialism. El socialismo es el régimen político de la URSS
  • La “V del Ingsoc es símbolo de la ideología del Gran Hermano: al igual que le fascio italiano de Mussolini, la cruz gamada de Hitler, la hoz y del martillo de la Unión Soviética, el yugo y las flechas de Falange Española de las JONS y el águila imperial de Franco.
  • La "reescritura del pasado", trabajo de Winston Smith en el Ministerio de la Verdad, es clave ya que el control de la cultura y de la historia garantiza el buen funcionamiento de la propaganda.
  • La tortura psicológica como elemento de coacción efectiva: basándose en los miedos de las personas ( Winston tiene fobia a las ratas) consiguen controlar a la población y perpetuar el pensamiento único del Gran Hermano 
  • El Gran Hermano es una copia del culto a la personalidad de Stalin. Toda propaganda oficial ensalza a los líderes al rango de deidad o salvador. 
  • Emmanuel Goldstein, el Enemigo del Pueblo, está inspirado en Trotsky, siendo comunes a ambos personajes, el real y el creado por Orwell, las siguientes características:
  1. Ambos participaron y fueron personajes principales en la revolución.
  2. La descripción del aspecto físico de Goldstein coincide con la de Trotsky.
  3. Goldstein y Trotsky son apellidos judíos, pero la referencia más obvia es que el verdadero apellido de Trotsky era Bronstein.
  4. La persecución a Trotsky en la Unión Soviética inspira los Dos Minutos de Odio en la novela.
  • El cambio de alianzas entre las superpotencias de Eurasia y Oceanía es una caricatura del Pacto Molotov-Ribbentrop, que firmaron  la Unión Soviética y la Alemania nazi en agosto de 1939, roto con la Operación Barbarroja en 1941.
  • Los Dos Minutos de Odio es un claro ejemplo de la Ley de la Espoleta de Goebbles: el discurso de  Emmanuel Goldstein enardece a la multitud focalizándose en el cerebro reptiliano.
  • Winston Smith es una clara alusión a Winston Churchill, primer ministro británico durante la Segunda Guerra Mundial y principal opositor junto a Truman, presidente de Estados Unidos, frente a la Unión Soviética. Smith es el más común de los apellidos anglosajones.
  • La habitación 101 es una referencia al despacho 101, que Orwell ocupó mientras trabajaba para la British Broadcasting Corporation durante la Segunda Guerra Mundial.
  • Las bombas voladoras son una referencia a los misiles nucleares alemanes.
  • El uniforme negro del Partido interior que viste O'Brien es el uniforme negro que usaban las SS alemanas o las “camisas negras” de Mussolini en Italia. 
  • La Liga Juvenil “Antisex” es equivalente a los pineros rusos, las juventudes hitlerianas, el Frente de Juventudes de Falange Española y las juventudes fascistas de Mussolini. 
  • El uniforme azul que usan los miembros del Partido Exterior está relacionado con el uniforme azul que utilizaban los miembros de la Falange Española.
  • El Ministerio del Amor donde torturan a Wilson es el reflejo de la Liubianka, el departamento de la KGB en la Unión Soviética donde se realizaban torturas a todos aquellos considerados “enemigos del pueblo”
  • La denominación de los ministerios (Amor, Abundancia, Verdad, Paz) es un ejemplo de la frase orwelliana en la que define el verdadero fin del lenguaje en la política: disfrazar la verdad con un fin persuasorio.
  • La creación de la neolengua es otro elemento propagandístico y de control: ejemplos como “doblepensar” “crimental” “hablescribe” son ejemplos de la función metalingüística del lenguaje donde cada palabra tiene una connotación.  Las connotaciones del lenguaje son un instrumento de control cultural, control previo al control político.
  • Las palabras “doblepensar” y “crimental” hacen referencia a todo pensamiento disidente dentro de Oceanía, lugar de residencia de Winston Smith. “Doblepensar” es el control de la realidad y el “crimental” las dudas que genera el sistema político de 1984.
  • La Policía del Pensamiento hace referencia a la Policía política de cualquier régimen totalitario. Ejemplos serían la KGB rusa, la stasi de la RDA, la Gestapo nazi, la Brigada Político-Social (BPS) franquista, Son organismos que velan por la integridad del régimen eliminando a toda disidencia.
  • El libro de Goldstein “Teoría y Práctica del Colectivismo Oligárquico” sería el equivalente a “la Revolución Traicionada” de Trostky
  • La “vaporización” es la eliminación física  y mental de los disidentes, característica común de todo régimen totalitario para preservar el pensamiento único
  • El Lema del Gran Hermano “Quien controla el presente controla el pasado y quien controla el pasado controlará el futuro” es la clave para la perpetuación del sistema político, ya que monopoliza la cultura, la historia y, por tanto, evita la disidencia
Sin embargo, la historia de 1984 no se da en el mundo comunista. Basta con echar un vistazo al mundo en que vivimos y a nuestro alrededor: el mundo se encuentra en un estado deliberado de guerra permanente, donde los Medios de comunicación tiene un papel importante, que ayuda a mantener controlada a la población a través del miedo y las privaciones. La clase dirigente observa y analiza incesantemente las reacciones de la gente para tomar medidas drásticas y silenciosas si hiciera falta, y ha creado un sistema de desinformación que le permite rehacer la historia a su antojo.

George Orwell en la actualidad

Se mire por donde se mire, las elucubraciones emocionales acerca de Orwell no son más que especulaciones sin base real: Orwell, un intelectual elitista y extremadamente individualista, herido sentimentalmente por las complejas dificultades de las luchas sociales y los procesos históricos, encubrió sus rasgos más reprobables bajo una máscara de izquierdismo extremista, que en realidad escondía su verdadera ideología, profundamente reaccionaria. Orwell no acabó siendo más que un pilar del anticomunismo de la guerra fría, un personaje que contribuyó a solidificar el Imperio inglés de postguerra y al que sirvió con gusto. Mientras que los ingleses ahogaban en sangre la lucha del pueblo griego, dirigido por los comunistas, y mientras provocaban enfrentamientos entre las comunidades islámicas e hindúes de la India, para evitar su independencia, al precio de cientos de miles de muertos, Orwell reivindicaba el Imperio y ayudaba a este mismo Gobierno, denunciando a comunistas y progresistas y especulando sobre la supuesta tiranía soviética para azuzar el odio anticomunista. ¡Y era esta misma URSS el único país que ayudaba abiertamente las luchas de las colonias por su liberación! Mientras que la CIA en 1953 produjo y distribuyó la versión en dibujos animados de Rebelión en la Granja por todo el mundo, y posteriormente la filmación de 1984, EE.UU. bombardeaba la población civil de Corea y derrocaba del presidente de Guatemala, además de sostener a los regímenes más corruptos del planeta.

La derecha mediática, en su mayor parte, ha convertido a Orwell en un elemento propagandístico más contra el comunismo: El icono de Orwell es adorado a la vez por los socialdemócratas y por la caverna mediática neocon norteamericana y europea. El temor a la Unión Soviética y a lo que representaba para las clases trabajadoras era una obsesión que les quitaba el sueño, así ¿qué mejor que coger a un militante comunista crítico con la URSS?

Paradójicamente, las denuncias plasmadas en 1984 se han dado en el país que abandera la libertad: Estados Unidos. 1984 está vendiéndose con gran éxito tras las revelaciones sobre la vigilancia y el control de las comunicaciones del Gobierno de EE UU. Es curioso que, en nombre de la seguridad nacional, los empleados de los servicios de inteligencia de EE UU busquen posibles amenazas terroristas a través del registro de llamadas telefónicas y de la observación del tráfico en Internet, medidas que denunciaba Orwell y que siempre se habían utilizado para desacreditar a la Unión Soviética y a los países comunistas.

Si hay algo que demuestra la historia es que esta es imprevisible. Si Orwell levantara la cabeza a lo mejor rectificaría y admitiría su error.


viernes, 21 de junio de 2013

VIAJE A NINGUNA PARTE

Cuando se despertó, se sintió mucho más cansada de lo habitual. Era como si hubiese estado tocando el piano dos días seguidos, tenía unas punzantes agujetas en los brazos, además los notaba entumecidos. No recordaba bien el por qué de ese dolor, pero esa sensación nunca la había sufrido. Aunque sí sabía reconocer de dónde procedía la jaqueca que se alojaba en su cabeza, de una noche de largos tragos.
En resumen, no se encontraba nada bien y estaba bastante desconcentrada, pues había despertado sentada en el taburete, con la cabeza gacha y las manos sobre las rodillas.
 
Al despertar, había alzado la cabeza bruscamente, consiguiendo hacerse daño. Llegó a dudar por un instante dónde se hallaba, pero recobró con rapidez su sentido de la orientación y supo que se encontraba en su habitación de siempre. Aunque lo poco habitual era estar sentada delante del piano, de eso no conocía las causas.

Quería dormir, porque lo cierto era que no se tenía en pie por motivos que ella misma ignoraba. Decidió no dormirse y empezar un nuevo día, con la esperanza de que todo fuera mejor que el día anterior.
Recorrió su espacioso cuarto para intentar despejarse y recuperarse del cansancio, pero no le sirvió de mucho. Entonces fue hacia la ventana de grandes dimensiones que ofrecía vistas al mar para sí poder apreciar la fresca brisa que solía acariciar su rostro por las mañana, cuando se sintió repentinamente abochornada al contemplarlo. Era como si hubiese estado horas seguidas observando tal imagen, otra extraña sensación que podía añadir a la lista de sensaciones extrañas en lo que llevaba de día.

Apartó entonces la vista de la ventana que le propinaba siempre un buen despertar, y al dar un paso hacia detrás para intentar alejarse de ella notó que había pisado algo.

Observó que debajo de su pie yacía un cuaderno, y decidió cogerlo para verlo más de cerca. Ese cuaderno lo había comprado en España en un viaje de trabajo, y estaba lleno de pentagramas en blanco, ya que nunca había escrito ni una nota en él. Su tapa no era nada exótica, lo compró simplemente para poder pasar a limpio la partitura de una canción tan vulgar como el cuaderno, algo que nunca llevó a cabo. Pero al abrirlo se dio cuenta de que ahora si estaba escrito. Se preguntó cuándo lo había colmado de estrofas, y no encontró ni el día ni el lugar. Daba lo mismo. Es canción era perfecta, lo intuía.

No se entretuvo más viéndolo porque prefirió mirar la hora. Ese día tenía un compromiso laboral importante, y no tenía ni idea de las horas que eran. Se dirigió hacia el comedor, y pudo ver de nuevo el caos que aún perduraba en él. En esa ocasión se sintió muy irresponsable, no podía creer lo que había hecho. Recordó las palabras de su amigo Jorge, “tienes la mismísima fuerza de Sansón”, y efectivamente, observando la catástrofe que reinaba en el lugar se sintió un monstruo forzudo y malvado, más que Hule que como Sansón. Pensó en no distraerse más, así que echó un vistazo al reloj de pared y comprobó que eran las nueve de la mañana, una hora tardía. Si quería llegar a tiempo debía apresurarse mucho para llegar a tiempo.

Volvió a su habitación y cogió del armario un vestido rojo elegante (no vestía nunca con prendas mediocres, que no pertenecieran a ninguna marca), unos zapatos con tacón de aguja del mismo color, se maquilló un poco y se recogió el pelo, una preparación rápida y eficaz para casos urgentes como ese. Eso sí, lo que no se permitía nunca era salir de casa sin arreglarse si un mínimo. Sabía que era una mujer con clase, y una mujer con clase si no se preparaba no salía de casa, por muy importante que fuera el asunto de su cita.

Antes de salir de la habitación observó que el cuaderno de la canción misteriosa se encontraba encima de su cama. Sin saber muy bien por qué, presentía que la iba a hacer falta o a serle útil, así que justo antes de irse de la habitación para después salir por la puerta, cogió el cuaderno.

Había quedado con un amigo que a menudo le sacaba las castañas del fuego. Se llamaba Anthony Goodman, un hombre divertido e ingenioso, con un gran sentido para las finanzas y los negocios, y que siempre la encontraba algo en lo que trabajar. También era asesor financiero y abogado, concretando más, su abogado.

Habían quedado en un bar cercano a la playa y en la casa de Marian. Los cafés eran estupendos, también tremendamente caros, pero ante todo llamaba la atención el buen ambiente del lugar. Allí solía quedar Marian con gente que trataba negocios. Se sentí protegida porque estaba cerca de su casa, y también porque el ambiente del lugar no incitaba a discutir.

Por el camino, Marian llamaba sin cesar al número de ese supuesto visitante que nunca llegó a su destino, el mismo que esa misma noche la había dejado abandonada en su propia casa junto a un ataque de histeria. Estaba desesperada por poder hablar con él, y aunque todavía no había dejado correr su enfado, no podía evitar querer oír una simple palabra dicha de su boca. Nunca había admitido su irremediable enamoramiento, nadie sabía que le amaba tanto, solamente ella lo sabía. Jamás se dejaba humillar, era muy orgullosa, pero tratándose de él, su orgullo podía irse a pique. Era lo que se dice su debilidad.

Nadie cogía el teléfono, estaba a punto de llorar, pero se dio cuenta de que debía ahorrarse las lágrimas. Ya estaba en la puerta del coffee’s Bárbara, y tenía que fingir su equilibrio anímico. Nunca se permitía el lujo de Mostar sus sentimientos, y menos en compañía, era una de sus principios más importantes.
No vio dentro a Anthony ni a cualquier otro conocido. No quería que se le cruzaran los cables de nuevo por el mismo motivo del día anterior, así que se dispuso a irse fuera del local. Pero justo antes de salir, se lo encontró de frente.

- Siento el retraso- se disculpó Anthony- tenía un asunto que atender. Justamente de ello quería hablarte.

- Bien, pero primero vamos a sentarnos. Ya sabes que aquí preparan unos cafés delicioso.

Marian y Anthony se sentaron en la mesa más cercana. Los respaldos de madera tallada se salvaban de la incomodidad gracias a unos cojines de color ocre que a todo el mundo agradaban cuando se los colocaban tras la espalda. Anthony tuvo que respaldarse con dos debido a su obesidad, uno solo no le resultaba suficiente.

Pidieron dos capuchinos, ambos encendieron un cigarro y comenzaron la conversación.

- Marian, tengo que darte una buena noticia.

- -¿de veras?- lo cierto es que necesitaba algo así.

- Seguramente recordarás que hace tiempo, participaste en la banda sonora de una película. Tú compusiste las canciones y las dirigiste en el estudio, ¡ no es así?
- Así es.

- Debes ir a que te paguen lo tuyo. Creo que no te lo dijeron antes porque hubo una confusión o algo por el estilo. Me parece que recibirás una gran suma, ha sido una película bastante exitosa.

- ¿Cómo se llama? Ya no me acuerdo.

- “la Carta del hechicero”

- Es un nombre bastante absurdo para una película taquillera, pero lo cierto es que si me pagan bien, me importa un pimiento- después tosió. Si por ella fuera, ese eufemismo se habría modificado por algo malsonante. Siempre hablaba con pocos tapujos en su lenguaje.- ¿Dónde debo ir a que me lo paguen?

- Me dijeron que esta tarde te pasas por allí. Debes ir al mismo sito donde grabaste la banda sonora.

- De acuerdo.

Marian cogió su bolso, dispuesta a marcharse.

-¿Ya te vas?- preguntó Anthony

-si, tengo prisa. Otro día nos vemos

Anthony la vio alejarse, mientras apuraba su café.

jueves, 20 de junio de 2013

EL CHOVINISMO

El chovinismo o chauvinismo es la creencia narcisista, próxima a la paranoia y la mitomanía, de que lo propio del país o región al que uno pertenece es lo mejor en cualquier aspecto. El nombre proviene de la comedia La cocarde tricolore de los hermanos Cogniard, en donde un actor con el nombre de Chauvin  
(Nicolás Chauvin es un personaje histórico condecorado en las guerras napoleónicas que personifica un patriotismo exagerado) también conocido coloquialmente como patrioterismo.

El chauvinismo es un razonamiento falso o paralógico, una falacia de tipo etnocéntrico o de ídola fori. En retórica, constituye uno de los argumentos falsos que sirven para persuadir a la población (o a un grupo determinado de personas) mediante la utilización de sentimientos, muchos de ellos exacerbados, en vez de promover la razón y la racionalidad. Se utiliza generalmente por parte de políticos, medios de comunicación y empresarios para condicionar la formación de expectativas. La filósofa política Hannah Arendt lo describe así:

El chauvinismo es un producto casi natural del concepto de Nación en la medida en que proviene directamente de la vieja idea de la "misión nacional" [...] La misión nacional podría ser interpretada con precisión como la traída de luz a otros pueblos menos afortunados que, por cualquier razón, milagrosamente han sido abandonados por la historia sin una misión nacional. Mientras este concepto de chauvinismo no se desarrolló en la ideología y permaneció en el reino bastante vago del orgullo nacional o incluso nacionalista, con frecuencia causó un alto sentido de responsabilidad por el bienestar de los pueblos atrasados.
"Imperialism, Nationalism, Chauvinism", en The Review of Politics 7.4, (Octubre de 1945), p. 457

El chauvinismo nació con la creencia del Romanticismo en la existencia de un hipotético carácter, idiosincrasia, personalidad o temperamento nacional distinto para cada pueblo, etnia, raza, región o nación y que tendría vida propia e independiente; un Volkgeist o espíritu del pueblo específico, que sus miembros deberían canalizar y servir; si bien los griegos ya se burlaban de quienes pretendían que la luna de Atenas era distinta (y mejor) que la de Éfeso. Psicológicamente, sin embargo, se trata de un sistema delirante que esconde un sentimiento neurótico de inferioridad en forma paranoica (en su manifestación de delirio de grandeza).

Tras la Segunda Guerra Mundial y sobre todo con la creciente Globalización, el chauvinismo ha quedado reducido a una práctica moralmente reprochable, expresión del pensamiento nacionalista que suele ir acompañado de manías persecutorias consistentes en culpar de los males propios a otros países, regiones, pueblos o razas.

Erich Fromm, León Poliakov y Jon Juaristi han estudiado las manifestaciones más perversas y peligrosas del chauvinismo, que pueden estar asociadas a ideologías totalitarias, xenófobas, racistas y sexistas.


lunes, 17 de junio de 2013

CÓMO ERA RUSIA ANTES DE LA REVOLUCIÓN SOVIÉTICA Y LA URSS

El imperio ruso tiene su origen en el principado (rus) de Kiev en el año 988 tras la fusión de la cultura bizantina y eslava. Tras varias guerras civiles y disputas internas fueron subyugados bajo el mandato del creciente imperio mongol de Genghis Khan en el siglo XIII. La dominación mongola destruyó y saqueó las ciudades de los principales principados, pero permitió el crecimiento y la prosperación de nuevas ciudades como Nóvgorod que establecerían las bases para la Rusia moderna.

Tras la caída del imperio mongol, Rusia fue gobernada por los reyes de Moscovia, que a partir del siglo XIV adquirieron nuevos territorios y desde el siglo XV, gracias a Iván el Terrible, sus gobernantes serían conocidos como zares.

La dinastía que gobernaba la Rusia previa a la revolución era la dinastía Romanov, dinastía que gobernaría Rusia desde 1613 hasta la muerte de Nicolás II a principios del siglo XX.

Rusia empezó a sufrir una gran expansión durante los siglos XVII-XIX hacía el este de Eurasia y el oeste de Europa donde combatió a la Francia napoleónica y creando una serie de alianzas tras la caída de Napoleón en 1815 como la Cuádruple Alianza (junto a Inglaterra, el Imperio Austro-húngaro y Prusia) o la Santa Alianza (junto a Austria-Hungría y Prusia) que servirían para reprimir cualquier intento de revolución liberal en Europa ( La intervención en España de los cien Mil Hijos de San Luis para derrocar el régimen liberal de Rafael de riego es un claro ejemplo).


A lo largo del siglo XIX Rusia permaneció ajena al proceso de industrialización que se desarrollaba en Europa y otros continentes. El inmovilismo social y político la sustrajeron a los cambios que alteraron las estructuras de buena parte del mundo occidental. Por eso se considera que la Rusia de los zares en los inicios del siglo XX era un país atrasado.

A comienzos del siglo XX Rusia era un país preindustrial, anclado en el pasado, con un predominio absoluto del sector agrícola. La estructura de la propiedad descansaba sobre grandes latifundios en manos de la aristocracia, la Corona, la Iglesia y unos pocos agricultores acomodados. La tierra era trabajada por campesinos analfabetos. En vísperas de la 1ª Guerra Mundial sólo el 14,5 % de la población vivía en ciudades.

Paradójicamente, el sector agrario era incapaz de proveer de suficientes recursos a la población, dado su carácter primitivo y tradicional, ajeno en gran medida a las transformaciones de la "revolución agrícola" que habían alterado los cimientos económicos de otros países.

Rusia había experimentado un intenso proceso de transformaciones económicas, a partir de la emancipación de la mano de obra campesina en 1861, supuesto del rápido crecimiento capitalista.  Desde 1880 tuvo lugar un vuelco en la sociedad rusa, con la formación de grandes industrias y la construcción de una red de comunicaciones del Báltico al Pacífico. Más avances culturales, protagonizados por grandes figuras que sitúan al arte ruso en la vanguardia europea.

En 1905 el gobierno acometió una reforma agraria dirigida por el ministro Stolypin con la idea de modernizar las anticuadas estructuras, pero su fracaso prolongó el atraso económico y social ruso.
La industrialización, iniciada tardíamente y circunscrita a las grandes urbes, dependió siempre del capital extranjero y de la iniciativa del Estado. La acción privada fue escasa, en parte debido a la debilidad de la burguesía rusa.

La subordinación económica al capital foráneo obligaba al pago de importantes intereses que eran financiados mediante gravosos impuestos, soportados por la parte más frágil de la sociedad rusa, el campesinado.

Sin embargo, el imperio ruso empezaba a dar muestras de debilidad: militares liberales ya habían intentado dar un golpe de estado y el auge del movimiento obrero suponía una amenaza para la seguridad del imperio. La aparición de la I Internacional en 1864 y las ideas revolucionarias de Marx, que abogaba por la implantación de un modelo socialista dirigido por una dictadura del proletariado que previamente habría tomado el poder mediante una revolución sangrienta o la aparición de ideólogos anarquistas rusos, como Mijail Bakunin o Piort Kropotkin, que propugnaba la desaparición del  Estado, la Religión y la Propiedad, como resumía Bakunin en esta frase "Y mientras más bello se nos prometía el reino de los cielos, más espantosa se tornaba la realidad sobre la tierra “suponían una amenaza para el imperio ruso, que se encargó de reprimir estas ideas con dureza.

Todas estas ideas revolucionarias habían calado en las bases de campesinos esclavos en las que sustentaban los cimientos del imperio ruso. Con el fin de evitar una oleada revolucionaria, el zar Alejandro II en 1861 abolió la servidumbre. Sin embargo, las condiciones de los nuevos siervos liberados siguieron siendo extremas provocando propiedad campesinas colectivas, creando kulaks (campesinos propietarios) y mujiks (campesinos sin tierra). El campesinado constituía el estrato social mayoritario. Éste se organizaba en unidades aldeanas denominadas "Mir", que el Estado favorecía y alentaba; su condición continuó siendo semiservil hasta 1861 y sus condiciones de vida eran muy penosas. Desde el punto de vista económico, la liberación de los siervos no trajo consigo una modernización del campo, ya que no se introdujo la mecanización en el mismo. La productividad del campo ruso siguió siendo bajísima. 

La aristocracia, muy conservadora, ostentó hasta 1861 privilegios señoriales de carácter feudal, en tanto que en el resto de Europa se habían ido aboliendo a lo largo de la primera mitad del siglo.
Era propietaria de enormes haciendas agrícolas y percibía abundantes rentas que le permitían desarrollar un elevado tren de vida, hecho que contrastaba con la miseria en que estaban sumidos los campesinos.

La burguesía, numéricamente exigua, representaba un escaso peso social y político, pues Rusia había quedado al margen de las revoluciones burguesas de la primera mitad del siglo XIX.

 En cuestiones económicas el protagonismo industrializador corrió a cargo del Estado zarista con la ayuda del capital exterior. Se desarrollaron los sectores de la industria pesada y del ferrocarril, pero el atraso económico y social ruso siguió siendo abrumador. En todo caso, comenzó a aparecer el proletariado. El proletariado industrial era igualmente reducido, si bien poseía una elevada conciencia de clase y una alta politización, debido a la implantación de ideologías revolucionarias procedentes de Europa (anarquismo y marxismo).

El auge de las ideas revolucionarias vino acompañado de una situación económica desastrosa. Poco a poco, la industrialización iba abriéndose paso entre la sociedad rural, aunque sus resultados económicos distaban mucho de otras potencias como Estados Unidos o el II Reich Alemán de Guillermo I y Von Bismarck. Los mayores ingresos del imperio dependían de la agricultura, un sector deficiente debido a la sobrexplotación de las tierras y la falta de infraestructuras de transporte que facilitara el comercio interior en el imperio ruso.

Los posteriores reinados de Alejandro III y su hijo Nicolás II  acabaron con la tibia política reformista de Alejandro II al apostar por la vuelta a la autocracia.  Era la época del principio de la industrialización en el imperio ruso que se limitó a zonas muy exclusivas como Petrogrado en el Norte, Moscú en el centro del imperio y Volgogrado en el sur. La industrialización de estas zonas son claves para comprender el desarrollo de la Revolución Rusa, al aumentar el número de obreros industriales y la difusión de ideas revolucionarias con mayor rapidez.

Durante el reinado del último zar, Nicolás II, se empezaron a desarrollar grupos opositores al régimen autárquico de los zares. El movimiento liberal dio lugar a la creación del KDT (Demócratas Constitucionales) y el movimiento marxista se cristalizó con la creación del Partido Socialdemócrata, apoyado por estudiantes, intelectuales y grupos urbanos. Dentro de lo socialdemócratas convivían dos facciones: Una llamada menchevique (o minoritaria) y la bolchevique (o mayoritaria). Por otro lado existían grupos anarquistas que recurrieron a técnicas terroristas con el fin de desestabilizar el imperio, provocando atentados, secuestros y una gran represión por parte de las tropas imperiales, especialmente, los cosacos.

La llegada de Nicolás II dejó al descubierto las carencias del gran imperio ruso. La derrota contra Japón, una potencia industrial en crecimiento y con afán expansionista, en la llamada guerra ruso-japonesa (1904-1905) provocó una oleada de pesimismo que caló en la población rusa.  Miles de manifestantes se concentraron en el palacio de Invierno de San Petersburgo. La reacción de Nicolás II utilizando las tropas cosacas para reprimir a los manifestantes provocó una oleada de solidaridad de los trabajadores de las demás partes del imperio ruso que convocaron una huelga donde los trabajadores y los campesinos empezaron a crear sus propias asociaciones y órganos de poder independientes: Los sóviets (o agrupaciones) que se convertirían en una pieza clave para la futura revolución. Tras la represión zarista al pueblo ruso, Nicolás II se vio obligado a crear un parlamento (La Duma) cuya finalidad sería regular las decisiones del zar, pero que acabó convirtiéndose en un órgano meramente consultivo.