Y en mi cabeza resonaron otra vez cantos de sirenas
y los molinos se convirtieron en gigantes
mientras cabalgaba lanza en riste a lomos de Rocinante
buscando la forma de librarme de mi condena
Y en mi corazón resonaron nuevos cantos y canciones
mientras llegaba a los heridos la sangre de mis venas
junto al yodo, las vendas y los algodones
para curar a los enfermos de sus condenas
Y en mi cuerpo sentí que el alma escapaba
dejando a mi cadáver volver a la tierra
para dar más calor y nueva vida
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