El mar azota con furia las rocas del acantilado. La espuma de las aguas son las barbas del dios Neptuno burbujeando entre las rocas, que parecen migajas después de un banquete. El viento sopla juguetón, bailando un vals entre las superficies rocosas, creando un sonido natural, propio de la melodía de ninfas y faunos cantando al amor, creando un clima de paz.
La luz del sol es devorada lentamente en el horizonte por el mar; parece derretirse en lágrimas de ámbar de un dios triste cuyo lamento cae en la tierra en forma de maná. Y entre esos rayos me parece verte, ninfa de las aguas, sorteando las tempestades y las olas. En ese momento miles de recuerdos se agolpan en mi mente : Recuerdo tu figura estilizada danzado al son del viento, al son de la melodía de los árboles, mientras sátiros y faunos tocan una hermosa melodía con sus flautas de caña. Recuerdo tu silueta en al atardecer mirando al horizonte mientras saboreabas un delicioso vino, recuerdo cómo corrías por los bosques, sorteando árboles y arroyos, recuerdo cómo disfrutabas la espuma del mar mientras paseabas por la orilla.
Todos estos recuerdos se agolpan en mi mente. Al volver a verte, hija de Poseidón, he de confesarte un secreto; puede sonar ridículo en mi voz de mortal pero es cierto que tu recuerdo me confunde porque mezcla sentimientos que transforman la tempestad de una tormenta en calma en lo más profundo de mi alma.; a pesar de este mar embravecido y este viento ululante; me invade una sensación de clama y de tranquilidad, sabiendo que sigues ahí, sigues presente y quiero que sepas que nunca te he olvidado.
Me recuerda amor porque sigues ahí, no te has ido; pero también tristeza porque, siendo yo mortal, no podrán fundirse nuestros cuerpos en uno solo, porque un mortal no puede aspirar a la inmortalidad inalcanzable, sino a un momento presente.
Este poema tiene mucho significado, se nota que lo has escrito a través de un profundo sentimiento.
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