lunes, 30 de junio de 2025

TEMA 7: EL HORIZONTE CAMPANIFORME

Definición

Cuando hablamos del vaso campaniforme, lo que tenemos es una serie de recipientes cerámicos hechos a mano, la mayoría de las veces de color rojo aunque también aparecen tonos negruzcos, con formas de campana, cuencos y cazuelas, ricamente decorados a base de motivos geométricos en líneas horizontales y bandas, generalmente impresas con conchas, peines de dientes múltiples y/o cuerdas, aunque también las hay incisas. Aparecen prácticamente en toda la Europa calcolítica, durante casi todo el III milenio aC (desde el 2770 al 1700aC), desde Bohemia y Moravia hasta el Atlántico, y desde el Mediterráneo al norte de Europa, e incluso el norte de África.

Ejemplo de cerámica campaniforme

Los hábitats son tan variados como lo son las diferentes regiones en las que aparece: desde los poblados fortificados en el sureste de la Península Ibérica y en Portugal: Millares y Zambujal, hasta los simples "fondos de cabaña" del interior ibérico peninsular. Existe cerámica campaniforme en cuevas artificiales, bajo túmulos de piedras, e incluso en sepulcros megalíticos reutilizados.

Historia de la investigación

Los primeros hallazgos del vaso campaniforme fueron estudiados durante bastante tiempo como una manifestación cultural independiente del contexto en el que se encontraban, llegando incluso a vincularlos con una raza o pueblo que fuera su creador y difusor. En la actualidad ya está claramente documentado que no es un fenómeno unitario, y que su papel en la difusión de la metalurgia del cobre no está nada claro.
  • Comienzos del siglo XX y las teorías difusionistas posteriores.
Las primeras teorías sobre el origen del vaso campaniforme son las propugnadas a primeros de siglo (1900, 1901 y 1908) basadas en su procedencia del Próximo Oriente, fundamentalmente de Siria y Egipto. Otros autores, sin embargo, proponían un origen en Occidente. En ambos casos, la gran extensión geográfica en que aparecen estos recipientes hace pensar en un fenómeno migratorio como explicación, y lo que varía es el punto de origen y la "ruta" de los colonos. P. Bosch Gimpera propone a lo largo de la primera mitad del siglo la idea de un origen del Campaniforme de las cerámicas incisas de la Cultura neolítica de las Cuevas del valle del Guadalquivir. Desde este núcleo originario se extendería por el resto de la Península Ibérica y Europa.

Alberto del Castillo en 1922 expuso en una tesis la consolidación de la región hispana como origen del vaso campaniforme, tras realizar un estudio comparativo de las decoraciones de las cerámicas incisas del neolítico español y las campaniformes.

Otros autores, sobre todo británicos, consideraron la cerámica cordada de Centroeuropa como un modelo para la campaniforme, atribuyendo a esa zona su origen. V. G. Childe ya en 1929 y otros autores durante los años 60 rechazaron el origen ibérico proponiendo Centroeuropa como cuna del fenómeno. En 1961 E. Sangmeister propuso la llamada "Teoría del Reflujo", que se basa en un modelo de difusión en dos movimientos diacrónicos de sentido contrario: uno marítimo o internacional, y otro continental. El origen del primero estaría en el centro de Portugal en la Península Ibérica. El segundo sería a través del Rhin, a Bohemia y Moravia.

Alain Gallay (1988 y 1998) planteó la teoría de las redes, según la cual los seis vasos campaniformes diferentes tienen diversos lugares de origen y se expanden por rutas o redes propias.

Todas las teorías expuestas trataban de relacionar el Vaso Campaniforme con la metalurgia del cobre. Sin embargo, actualmente se conoce la anterioridad de ésta con respecto al Campaniforme, lo que ha hecho que la mayoría de los investigadores propongan planteamientos diferentes.
  • La "renovación" de los años 70.
En esta década aparece un enfoque nuevo, por el que se considera esta cerámica como un elemento que forma parte de las culturas, y en consecuencia, el objeto de análisis será el desarrollo autóctono de éstas. La teoría del origen renano planteada en 1976 se basa en la aplicación del método de datación absoluta del C14 de forma sistemática, lo que les permitió situar el origen de la cerámica campaniforme en la desembocadura del Rhin, con fechas en torno al 2200aC. La etapa final se establecerá sobre el 1700aC. Este modelo es conocido como Modelo Holandés.

En 1976 D. L. Clarke parte de la base de que se debe de hablar de pueblos con campaniforme, y dejar atrás lo de pueblos campaniformes. En consecuencia, las cerámicas son en realidad objetos de intercambio entre los grupos europeos del III milenio aC. Se trataría de objetos de prestigio, es decir con un valor más simbólico que material. La difusión de estos objetos se debería a redes de intercambio y no a movimientos de población, y su destino serían personajes con un status social alto.

Esta teoría, como se ve, se basa en el concepto de bienes de prestigio, lo que presupone la existencia de una estructura socio-económica nueva que es consecuencia de una serie de transformaciones ocurridas a finales del período Neolítico, que desembocaron en el nacimiento de las primeras diferencias sociales entre los individuos, y de unos incipientes grupos de poder o jerarquías, lo que, junto a la revolución de productos secundarios de A. Sherrat (1981), conducirá al nacimiento de las sociedades complejas en el III milenio aC.
 
En esta línea, aceptada por otros investigadores de la época de los 90, se considera importante el valor de prestigio que tienen los ajuares funerarios considerados en un principio típicos del campaniforme, y actualmente aceptados como los propios de selectas minorías.
  • La década de los 90
S. Shennan, en 1982 plantea la continuidad entre las cordadas y las campaniformes y lo asociaba a un aspecto ideológico. En 1987 A. Sherratt cree que existe un ritual relacionado con la bebida para una élite masculina y guerrera. Esta idea de considerar los campaniformes como recipientes de ritual fue muy aceptada por muchos autores.
  • Reflexiones finales
De todas estas hipótesis y modelos explicativos se desprenden algunos datos de interés:
  • Parece verosímil que el campaniforme no es el causante de una serie de cambios en la estructura social sino más bien una de las consecuencias de éstos;
  • También, al menos para algunos prehistoriadores, lo parece el hecho de que su difusión aprovecha redes comerciales anteriores, no las crea.
  • Es evidente que estos recipientes heredan técnicas anteriores y no son una moda repentina.
  • Además de los intercambios, hubo movimientos de población que colaboraron con la difusión de estas cerámicas.
  • No es un conjunto monolítico, homogéneo, sino que el vaso campaniforme varía según las zonas geográficas y los contextos culturales particulares en los que está representado.

Principales grupos: formas, técnicas y estilos.


En la Península Ibérica se han identificado cinco estilos diferentes de campaniforme:
  • Los regionales.
  • Estilo AOC (All Over Corded): con formas predominantes de vasos con perfil en S.
  • Marítimo, con decoración a peine y/o ruedecilla con motivo sobre todo en espina de pez.
  • CZM (Corded Zoned Maritim). Decoración a peine y ruedecilla dentro de bandas.
  • Puntillado, decoración puntillada de motivos geométricos.
A la hora de establecer los diferentes grupos dentro de la cerámica campaniforme se suelen agrupar en función de su decoración, que es la que ofrece mayor variedad.
Por lo que se refiere a las formas, la básica es el vaso en forma de campana, pero también existen cuencos, cazuelas, y en menor medida copas y platos con pies o vasos polípodos. En ocasiones, las decoraciones pueden estar rellenas de pasta blanca, y la disposición decorativa es siempre en bandas horizontales alternadas con lisas, y las más representativas son:
  • Las cordadas
Conseguida por la impresión de cuerdas en la arcilla blanda formando líneas o bandas horizontales, y de clara tradición de las cerámicas cordadas anteriores. Cuando las bandas se rellenan de puntos se denominan puntilladas. Se extienden entre el Rhin y el Ródano.
  • Las decoradas incisas
En la Península Ibérica es posterior a la puntillada y su máximo exponente es el grupo de Ciempozuelos con decoración en anchas bandas horizontales incisas alternadas con otras lisas. Hay decoración incisa en metopas y en los fondos de los vasos a veces es radial.
  • Las impresas cordadas
Con decoración impresa en bandas horizontales rellenas de puntos, aparecen en las islas de Sicilia y Cerdeña, al sur de Francia y la Península Ibérica. Predominan de color rojo brillante. Son denominadas como grupo meridional.

Estructura y elementos/objetos asociados.

La cerámica campaniforme aparece, generalmente, en dos tipos de estructuras: en los hábitats donde vivieron y en los enterramientos.
  • Hábitat
Lo más frecuente en la zona oriental europea son lo que se conoce como "fondos de cabaña", es decir, los "fosos" que se excavaron para construir cabañas semisubterráneas.
 
Existen fosas con residuos, entre ellos cerámicas campaniformes, de formas desconocidas en las tumbas. Huellas de postes han permitido reconstruir la planta elíptica de una casa con un tejado a dos aguas en Hungría.

En los Países Bajos los posibles hábitats campaniformes son conocidos por la casa encontrada en el yacimiento de Molenaarsgraaf, y en Gran Bretaña las casas son generalmente ovales y también rectangulares, al igual que las danesas.

En las regiones meridionales es en donde conocemos mayor número de asentamientos campaniformes. Los hay en abrigos o al aire libre en el norte de Italia. En el Sur de Francia destaca el asentamiento campaniforme al aire libre de Embusco en Mailhac en el Aude.
 
En la Península Ibérica aparecen asentamientos con diferente ubicación y diversas características, desde los situados sobre colinas, poblados fortificados (Millares en Almaría), a los ya mencionados "fondos de cabaña" de la zona centro de la Península Ibérica, con plantas ovaladas en el Ventorro, Madrid, o incluso en cuevas o abrigos como la Cova de Matadepera en Barcelona.
  • Enterramientos
Encontramos tipos variados desde la reutilización de tumbas anteriores como monumentos megalíticos, al rito de incineración en las etapas finales. En las regiones orientales las sepulturas son, predominantemente, las ya mencionadas de inhumación individual en fosa y puede observarse una diferente orientación del cadáver según éste sea masculino o femenino, pero con la mirada hacia el este en ambos casos y en decúbito lateral.
 
Hay algunas sepulturas colectivas, otras en cofres de madera y en cistas e incluso algunas incineraciones.
 
En torno a dos mil tumbas tenemos documentadas en Bohemia y Moravia, con mayor variedad y riqueza de ajuares en Moravia. La posición del inhumado y su orientación son siempre iguales.

Las sepulturas campaniformes septentrionales son también individuales (sobre todo las alemanas), bien aisladas o formando pequeñas necrópolis. La novedad en los Países Bajos la representan los pequeños túmulos de arena que cubren algunas de estas fosas, y también existen algunas incineraciones en fosa.

La práctica habitual en el oeste francés y Dinamarca es la reutilización de los monumentos megalíticos pero en espacios individualizados y en sepultura de inhumación individual.

La reutilización de sepulturas colectivas anteriores como dólmenes, hipogeos o cuevas naturales es la práctica funeraria más corriente en la zona meridional europea, con excepciones como la Italia del norte con inhumación individual en fosas. En la Península Ibérica conocemos varios tipos de estructuras funerarias: inhumación individual en fosas ovales, en cistas o en monumentos megalíticos reutilizados.
 
Ajuar de la fosa de Villabuena del Puente (Zamora).
Cerámica tipo Ciempozuelos.

  • Cultura material
Podemos mencionar una serie de objetos con los que se suelen encontrar los recipientes campaniformes: armas, útiles y adornos, en los que se ponen de manifiesto todos los aspectos técnicos, desde la piedra tallada al metal, en este caso el cobre.

Las puntas de flecha de sílex representan la primera, y los brazaletes de arquero la piedra pulimentada, aunque también los hay en pizarra. En hueso o marfil son abundantes los botones con perforación en V. En oro aparecen anillos, pendientes, plaquitas y espirales. En cobre podemos mencionar puñales de lengüeta, las puntas de flecha Palmela, algunos punzones biapuntados, y en mucha menor medida las hachas planas, e incluso alguna alabarda.

Vaso campaniforme y útiles para trabajar metales.
Dos piedras amortiguadoras, una lezna y una muñequera.
Hallados en Lunteren (Gelderland, Holanda).

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